La Prorroga de Jurisdiccion Internacional en El Nuevo Codigo Civil y Comercial de La Nacion

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LA PRÓRROGA DE JURISDICCIÓN INTERNACIONAL EN EL NUEVO

CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN.-


Erika Silvina Bauger 1
Sumario: I. Introducción. II.- La jurisdicción internacional. III.- La autonomía de la
voluntad en la determinación del juez competente. IV.- Eficacia procesal de la cláusula
de elección de foro. V.- La prórroga de jurisdicción internacional en las fuentes de
derecho argentino. V.1.- Recaudos para los acuerdos de elección de foro. V.2.- Límites
a los acuerdos de elección de foro. V.3. Exclusividad del foro elegido. V.4.
Modalidades. Prórroga expresa y prórroga tácita. V.4.1. Prórroga expresa. V.4.2.
Prórroga tácita. VI. Conclusiones.

I. Introducción.
La jurisdicción internacional, es un instituto que pertenece al Derecho
Internacional Privado en general, y en particular al Derecho Procesal Civil
Transnacional.
Existen casos iusprivatistas en los que los jueces argentinos tienen atribuida
jurisdicción internacional y casos en que no la tienen. En el primer supuesto, el actor
podría demandar ante ellos con independencia de la voluntad del demandado: es un
derecho para el actor y una carga para el demandado. En cambio, si los tribunales
argentinos no poseen jurisdicción internacional para conocer en el caso, el demandado
puede impugnar eficazmente esta competencia y los jueces argentinos deberán inhibirse:
el actor no tiene derecho y el demandado no soporta la carga de defenderse sobre el
fondo. Aún más, en este último supuesto, los jueces argentinos deberían inhibirse de
oficio si el demandado no comparece en el proceso. Ahora bien, en este trabajo
estudiaremos en qué medida la voluntad común de las partes puede modificar este juego
de reglas.
El supuesto se exterioriza dentro del marco de la autonomía de la voluntad de las
partes en una relación jurídica internacional, cuando acuerdan libremente el juez o
árbitro que se encargará de resolver las controversias que se susciten entre ellos. Esa
voluntad de las partes se suele plasmar en cláusulas de elección de foro que modifican
la jurisdicción internacional. Ante esta situación se plantea como principal interrogante:
¿Cuáles son las manifestaciones de la figura y sus consecuencias? ¿Cuáles son los
límites de los acuerdos de elección de foro?
A los fines de abordar la temática planteada, analizaremos a continuación, como
es receptado el instituto dentro de nuestro derecho interno, refiriéndonos básicamente a
las disposiciones de Derecho Internacional Privado en lo atinente a la Jurisdicción
Internacional (Capítulo 2), previstas en el Título IV del nuevo Código Civil y Comercial
de la Nación. Analizaremos las disposiciones del Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación Argentina 2. Abordaremos también, el estudio de las fuentes convencionales
internacionales que regulan la materia como El Tratado de Derecho Civil Internacional
de Montevideo de 1940 y el Protocolo de Buenos Aires de 1994 sobre jurisdicción
internacional en materia contractual.

1
Auxiliar Docente con funciones de Adjunta de la Cátedra I de Derecho Internacional Privado de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata y Miembro del Instituto
de Derecho Internacional Privado del Colegio de Abogados de La Plata.
2
Se usaran las siguientes abreviaturas: CN. Constitución Nacional; CPCCN: Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación; CCyCN: Código Civil y Comercial de la Nación, CSJN: Corte Suprema de
Justicia de la Nación; CNCiv: Cámara Nacional Civil; CNCom: Cámara Nacional Comercial.

1
II.- La jurisdicción internacional
La jurisdicción internacional es definida como el poder que tiene un país,
derivado de su soberanía, para resolver un caso de derecho privado con elementos
extranjeros, o caso mixto, con el cual el Estado que se la atribuye considera que tiene
una relación relevante a esos efectos 3. Los sistemas jurídicos nacionales limitan la
cantidad de supuestos internacionales en los que va a ejercerse la potestad jurisdiccional
propia. La idea es determinar el alcance de la jurisdicción nacional tanto en casos
internos o domésticos como en internacionales, en la medida en que los mismos estén
conectados claramente con ella 4.
Más allá de que el tema involucre la potestad del poder público del Estado, de su
poder judicial, para resolver los casos, el concepto de jurisdicción podría ampliarse al
arbitraje, ya que los árbitros en determinados casos gozan de la facultad de dirimir
controversias de carácter internacional, siendo que en nuestro ordenamiento procesal, tal
facultad –como veremos luego- se encuentra autorizada por el art. 1 del CPCCN 5.
En nuestro país la competencia legislativa en lo atinente a la jurisdicción
internacional corresponde a la Nación como poder implícito en virtud del art 75 inc. 32
de la CN. Las provincias, conforme al art. 75 inc. 12 de la CN han delegado en el
gobierno federal la potestad de legislar en materia de fondo, y se han reservado la
facultad de legislar en materia procesal. Ahora bien, una cosa son las normas de
jurisdicción internacional y otra las normas de competencia interna. Los criterios
atributivos de jurisdicción internacional deben ser fijados por normas federales, dictadas
por el Congreso de la Nación para ser aplicadas a todo el territorio 6.
Las normas de jurisdicción internacional no se encuentran receptadas en un sólo
cuerpo normativo sino que están dispersas en todo el ordenamiento y así, encontramos
normas dentro de las diversas leyes de fondo, y en especial, en el nuevo CCyCN. A
pesar de encontrarse en las leyes de fondo, no debe confundirse la naturaleza
eminentemente procesal que revisten las normas de jurisdicción internacional. 7 Las
normas de competencia interna, por el contrario, se encuentran receptadas en los
códigos de procedimiento de cada una de las provincias.
Antes de analizar los acuerdos de elección de foro, conviene efectuar un breve
análisis del artículo 2601 del CCyCN que establece la jerarquía normativa de las fuentes
de jurisdicción internacional. Así, para buscar la respuesta al interrogante que se genera
en un caso iusprivatista respecto a la determinación de quién es el juez competente para
entender, se indica que, en primer lugar, corresponde la aplicación de las normas de
jurisdicción contenidas en los tratados internacionales que resulten aplicables al caso;

3
La CNCivil, Sala I, con fecha 21/11/2002, en “S., B. I. c/ C., V. y otro sobre impugnación de
paternidad”, señaló que “corresponde definir a la jurisdicción internacional como el poder que tiene un
país, derivado de su soberanía, para resolver un caso de derecho privado con elementos extranjeros, o
caso mixto, con el cual el Estado que se la atribuye considera que tiene una relación relevante a esos
efectos y que no debe ser confundida con la distribución de competencia interna por razones de
territorio…”, E.D., t. 201, pp. 152-158.
4
Para un estudio acabado de la Jurisdicción Internacional, consultar: RAPALLINI, Liliana Etel. Temática
de Derecho Internacional Privado. Capítulo XX. Derecho Procesal Civil Internacional. Ed. Lex. La
Plata, Buenos Aires. 2009, pp. 387-439.
5
FELDSTEIN DE CÁRDENAS, Reformas al Código Civil- Derecho Internacional Privado, Buenos
Aires, Ed. Abeledo Perrot, 1994, pp. 109-111.
6
BOGGIANO, Antonio, “Conflictos de jurisdicción internacional ante la Corte Suprema de Justicia de
la Nación. Cuestiones federales de jurisdicción internacional”, E.D., t. 201, pp. 152-158.
7
Así lo tiene dicho la CSJN, 20/10/1998 en “Exportadora Buenos Aires S.A. –EBASA- c/ Holiday Inn´s
Worldwide Inc.”, donde sostuvo que: “las normas de jurisdicción internacional revisten naturaleza
federal, aun cuando estén insertas en un cuerpo normativo de derecho común”. (LL, 2000-A, pp.404).

2
luego, se recurrirá a los criterios de jurisdicción contenidos en el CCyCN y en las leyes
especiales que sean de aplicación. Todo ello, en ausencia de un acuerdo de partes en
materias disponibles para la prórroga de jurisdicción (conforme artículo 2605 y conc.
del CCyCN).
Esta disposición reafirma el criterio general de primacía de la fuente
convencional internacional por sobre la fuente interna conforme el art. 75 inc. 22 de la
CN, e introduce el criterio para determinar la primacía de fuentes para las cuestiones
relativas a la jurisdicción 8.
III.- La autonomía de la voluntad en la determinación del juez competente.
La autonomía de la voluntad como criterio atributivo de jurisdicción
internacional se encuentra admitido, más allá de los límites a que pueda estar sujeta. De
tal forma, la prórroga de jurisdicción internacional, es la posibilidad que se otorga a las
partes en ciertos actos jurídicos de elegir el tribunal o árbitro competente para conocer
de los litigios que eventualmente pudieran surgir. Tal sumisión, puede realizarse
mediante acuerdos expresos o mediante prácticas que denotan la voluntad de las partes
de someterse a un órgano jurisdiccional. En el primer caso, nos encontramos con la
figura de la prórroga expresa de jurisdicción, mientras que en el segundo caso, se
configura la prórroga tácita.
Existen varios fundamentos esbozados por la doctrina iusprivatista que justifican
el instituto. En el Derecho Comparado existe una tendencia a su amplia aceptación bajo
determinados límites y condiciones.
Uno de los fundamentos del instituto reside en el principio dispositivo, que
señala que la implementación procesal de los derechos subjetivos entre privados
depende de la voluntad del propio interesado. El reflejo de este principio conlleva al
reconocimiento de la autonomía de la voluntad tanto para atribuir como para eludir la
jurisdicción internacional. Si las partes pueden decidir sobre la implementación o no de
sus derechos subjetivos, es coherente con ese principio que puedan decidir dónde
hacerlo 9.
El segundo fundamento se basa en que las partes son quienes poseen mayor
información sobre las características de su relación jurídica. Por consiguiente, son
8
Varios fallos de nuestros jueces dan cuenta de esta jerarquía de fuentes: “En efecto V.E. tiene dicho que
en ausencia de tratado, la cuestión debe dirimirse sobre la base de las normas de jurisdicción
internacional en materia contractual de fuente interna, a saber, los arts. 1215 y 1216 del Código Civil”.
(CSJN, “Sniafa SAICF c/ Banco UBS AG”, 14/09/2004, Fallos 323:2898). “Aun cuando la actora
sustentó su pretensión en el derecho civil argentino, corresponde al juez de la causa fijar el marco
jurídico debido, conforme al principio iura curia novit, en una materia que no es disponible para las
partes. En el sub lite, conforme a la naturaleza del caso, ello conducía a aplicar el Tratado de Derecho
Civil Internacional de Montevideo de 1940, que dispone que los juicios sobre nulidad de matrimonio se
iniciarán ante los jueces del domicilio conyugal y se regirán por el derecho del lugar en donde se
hubiesen celebrado (arts. 59 y 13, 1er. párr., de la fuente convencional citada)”. (CSJN, “R.L.M.
c/D.A.”, 10/10/2000, en E.D., t.192, pp.233-237): La CNCiv., Sala I, en “S.M., M.R. c/ A.,P.C.”, el
26/12/1997, resolvió: “Tratase en el caso de examinar la jurisdicción internacional, cuestión ésta que, en
lo que aquí interesa, se refiere al poder que tiene un país derivado de su soberanía, para resolver un
caso de derecho privado con elementos extranjeros, o caso mixto con el cual el Estado que se atribuye
aquella, considera que tiene una relación relevante a esos efectos y que no debe ser confundida con la
distribución de competencia interna por razones de territorio (…). En la determinación de la norma
aplicable, ha de tenerse en cuenta que la República Argentina se encuentra vinculada con la República
Oriental del Uruguay por el Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1940, en el que se
encuentran normas sobre jurisdicción internacional”.(En L.L. 2001-C, p.697).
9
VIRGÓS SORIANO, Miguel y GARCIMARTÍN ALFÉREZ, Francisco J., Derecho Procesal Civil
Internacional. Litigación Internacional
. Ed. Civitas. Madrid, España. 2000, p.197.

3
quienes mejor pueden identificar qué tribunales están en mejor situación para conocer
sus litigios. Así, en los contratos internacionales, las partes pueden preferir un foro
neutral para evitar prejuicios en favor de una u otra. O un foro especializado en ese tipo
de litigio. O pueden preferir que una de ellas asuma el riesgo de internacionalidad
jurisdiccional porque puede asumir ese riesgo a bajo costo o porque su posición material
sea menos vulnerable al incumplimiento.
Un tercer fundamento de orden práctico, radica en reducir la incertidumbre. En
un mundo fraccionado jurídicamente, la incertidumbre normativa es muy elevada: las
partes no tienen certeza sobre el ordenamiento jurídico bajo el cual se va a localizar la
relación. La autonomía de la voluntad entonces, les permite reducir notablemente esa
incertidumbre asegurándose ex ante el tribunal competente, lo que les permite además,
asegurarse la ley procesal aplicable y los aspectos sustantivos. Así, en las transacciones
internacionales esta incertidumbre es mucho mayor que en las internas. Predecir el foro
internacionalmente competente es muy difícil ya que depende de cada ordenamiento, ya
que las reglas sobre jurisdicción internacional son, en principio, unilaterales. Incluso,
cuando existe una regulación uniforme en la fuente convencional internacional, el
eventual demandante dispone de varios foros alternativos. Esto incrementa la
inseguridad de las partes, máxime si se tiene presente que afirmar o negar la jurisdicción
de un tribunal puede resultar trascendental para sus intereses, pues conlleva a la
aplicación de un determinado derecho procesal y sustantivo. Las cláusulas de elección
de foro ofrecen a las partes la posibilidad de reducir esa incertidumbre.
Un cuarto fundamento estriba en que los acuerdos de elección de foro reducen el
riesgo de comportamientos oportunistas ex post. Una vez que surgen desavenencias
entre las partes, y en la medida que los foros son alternativos, el actor va a escoger aquel
que más le convenga. Además, en virtud de la excepción de litispendencia internacional,
una vez iniciado el proceso, la posición del demandante queda protegida frente a la
reacción del demandado, que no va a poder acudir a otro foro 10.
Este escenario, incita a correr hacia los tribunales, ya que el que primero
demande elige al tribunal (forum shopping) Asimismo, esta situación desincentiva las
negociaciones extrajudiciales. Según, Fernández Arroyo, la jurisprudencia europea está
repleta de casos en los cuales se introduce arteramente una demanda en un país cuyo
sistema judicial presenta muchos problemas de funcionamiento, incluso a sabiendas de
la incompetencia de los tribunales del mismo, para poder invocar posteriormente, la
litispendencia ante los tribunales competentes de otro Estado, dilatando artificialmente
el proceso 11.
También, la prórroga de jurisdicción en jueces o árbitros extranjeros reconoce su
fundamento en la necesidad de favorecer el comercio multinacional y los términos de su
intercambio 12.
No obstante las razones que justifican el instituto, los acuerdos de elección de
foro, pueden implicar una reducción de posibilidades, una vez acaecido el litigio, al
actor sin que obtenga ningún beneficio a cambio. Así, por ejemplo, si una de las partes
introduce un acuerdo de elección de foro designando como competente exclusivo al

10
Para el estudio de la litispendencia internacional, consultar: BAUGER, Erika Silvina, “El impedimento
procesal de litispendencia y el proceso extranjero”, en Revista del Colegio de Abogados de La Plata,
doctrina- legislación – jurisprudencia, año LIII Nº 73, p. 107-123.
11
Según este autor, este problema, podría haberse zanjado, regulando la litispendencia como una facultad
y no como una obligación del juez, o autorizando al mismo a una vía de escape en casos de evidencia de
abuso. La ausencia de soluciones en este aspecto, genera la necesidad de argumentación en base a los
principios generales del Título Preliminar sobre el abuso del derecho (art. 10) o violación de los derechos
fundamentales en el proceso.
12
CNCom, Sala E, 10/10/1993, E.D., t. 157, pp. 129-137, con comentario de Martorell, J.E.

4
tribunal de su domicilio, se puede encontrar posteriormente, con que le fuese más
efectivo y conveniente demandar en el domicilio del demandado. Y esto puede suceder
cuando aparezcan dificultades para ejecutar en el Estado del demandado la posible
sentencia favorable dictada en el Estado del actor.

IV.- Eficacia procesal de la cláusula de elección de foro.


El examen de la eficacia procesal de una cláusula de elección de foro en el
ámbito internacional presenta ciertas particularidades. El análisis se centra en
determinar bajo qué condiciones una cláusula particular va a ser eficaz para prorrogar
y/o derogar la jurisdicción de los tribunales de un Estado.
Para responder a esta cuestión, deberán analizarse una serie de elementos a la luz
de la norma aplicable a cada uno de ellos. Y este análisis presenta especial complejidad
en el ámbito internacional.
Tomemos como ejemplo un contrato celebrado entre una empresa argentina y
una empresa californiana que se ponen de acuerdo para someter todos los litigios que
deriven de su relación contractual ante los tribunales de Londres –como foro
especializado y neutral a las partes-. El análisis de la eficacia de dicha cláusula
implicará el estudio de presupuestos de distinta naturaleza, tales como, capacidad,
forma, consentimiento, etc. Asimismo, el ordenamiento jurídico que rige esos
presupuestos puede ser muy diferente en cada uno de los ordenamientos involucrados:
el argentino, el californiano y el inglés.
El estudio general de las cláusulas de prórroga de jurisdicción deberá realizarse a
partir de la distinción de tres elementos:
a) El ordenamiento jurídico de referencia: La eficacia del acuerdo de elección de foro
dependerá del derecho del Estado ante cuyos tribunales se quiera hacer valer dicha
cláusula. En la medida en que a los tribunales de un país se les atribuya competencia y a
los tribunales de otro país se les derogue, la cláusula pone en juego dos ordenamientos
jurídicos de competencia judicial internacional.
De tal forma, lo primero que deberá analizarse son los sistemas de referencia
relevantes. Fijar cual es el Estado prorrogado y cuál es el Estado derogado –o Estados
derogados-. Como en la mayoría de los casos no existe un derecho uniforme, el régimen
normativo de dichas cláusulas se determina por cada Estado involucrado. Así, el Estado
cuyos tribunales han sido elegidos, determina las condiciones de validez, eficacia y
alcance de la cláusula en cuanto a sus efectos prorrogatorios. Mientras que el Estado
cuyos tribunales han sido derogados, determina las condiciones de validez, eficacia y
alcance de la cláusula en cuanto a sus aspectos derogatorios.
En el ejemplo anterior, el efecto derogatorio viene determinado por el
ordenamiento argentino y el californiano, y el efecto prorrogatorio por el ordenamiento
inglés. Las partes entonces, deberían consultar los tres sistemas jurídicos para
asegurarse plenamente la eficacia de la cláusula.
b) El principio de separabilidad: Este principio indica que la cláusula de elección de
foro es conceptuada por el ordenamiento como un acuerdo autónomo del contrato en el
que se integra. Esto conlleva importantes consecuencias. En primer lugar, permite
someter dicha cláusula a un régimen normativo independiente respecto al aplicable al
resto de las cláusulas del contrato. Esto explica que podamos encontrarnos ante una
cláusula de elección de foro válida incluida en un contrato nulo. En segundo lugar, el
tribunal elegido puede decidir sobre la validez o nulidad del contrato principal sin,
retrospectivamente, despojarse de su propia competencia.
c) La doble naturaleza material y procesal de la cláusula de elección de foro: Este tipo
de cláusula es de carácter material en la medida en que su origen es la voluntad de las

5
partes y por lo tanto, su existencia y validez intrínseca plantea problemas semejantes a
los de cualquier otra cláusula contractual –capacidad de las partes, formación del
consentimiento, vicios del consentimiento, etc.-. Son cuestiones que pertenecen al
derecho de los contratos. No obstante, el objeto de la cláusula es de carácter procesal, ya
que las partes pretenden derogar y/o prorrogar la competencia judicial internacional de
los tribunales de un Estado. La cláusula está concebida para provocar efectos en un
proceso y el hecho de que se produzcan o no esos efectos es un problema que pertenece
al derecho procesal.
Esta naturaleza doble explica la diversidad de normas que concurren en su
regulación. Las normas procesales son las que determinan los efectos prorrogatorio y
derogatorio de estas cláusulas y las condiciones de eficacia, siendo que aquellos
aspectos no regulados explícita o implícitamente por las reglas procesales quedan
sometidos al derecho de los contratos. En los supuestos internacionales implica que
debemos tener en cuenta la aplicación del Derecho Internacional Privado. Por
consiguiente, las condiciones de eficacia procesal y los efectos procesales de una
cláusula de prórroga los determina exclusivamente la lex fori, esto es, el derecho
procesal civil internacional del Estado ante cuyos tribunales se haya planteado la
eficacia prorrogatoria o derogatoria de la disposición. Pero por lo general, las normas de
derecho procesal civil internacional no contienen una regulación pormenorizada de
todas las condiciones de validez. Por ello, aquellos aspectos no regulados expresa o
implícitamente por las normas procesales se someten al derecho nacional aplicable
según las normas de conflicto del foro, esto es, la lex causae designada por la norma de
conflicto que proceda según la cuestión debatida (contratos, capacidad, etc.) 13.
En el caso que la lex fori sea el Derecho argentino, esto es, cuando se plantee
ante nuestros tribunales la eficacia de una cláusula de prórroga de jurisdicción, el
régimen positivo se encuentra receptado en las disposiciones de derecho internacional
privado del Título IV del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.

V.- La prórroga de jurisdicción internacional en las fuentes de derecho argentino


Analizaremos a continuación cómo es receptado el instituto dentro de nuestro
derecho, refiriéndonos básicamente a la normativa prevista en el Capítulo 2 del Título
IV relativo a las Disposiciones de Derecho Internacional Privado en lo atinente a la
Jurisdicción Internacional, previsto en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.
Asimismo, efectuaremos un breve repaso de la doctrina y jurisprudencia nacional
relativa al tema. Examinaremos las disposiciones del Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación Argentina. Estudiaremos también, la recepción del instituto en las fuentes
convencionales internacionales vigentes en nuestro país.
En el artículo 2605 14 del CCyCN se incorpora en la legislación de fondo, una
norma que admite el ejercicio de la autonomía de la voluntad para determinar la
jurisdicción internacional en cabeza de jueces como de árbitros fuera de la República.
Sin embargo, esta posibilidad ya se encontraba receptada en el artículo 1 del CPCCN.
Así, el art. 1 del CPCCN permite prorrogar la jurisdicción territorial de los jueces
argentinos en favor de jueces o árbitros que actúen fuera de la República, dejando a
salvo lo dispuesto por los tratados internacionales, siempre que se trate de casos

13
VIRGÓS SORIANO, Miguel y GARCIMARTÍN ALFÉREZ, Francisco J., Derecho Procesal Civil
Internacional. Litigación Internacional. Ed. Civitas. Madrid, España. 2000, p.201.
14
Se reconocen como fuentes de esta norma al artículo 1 del CPCCN; artículo 17 del Proyecto de Código
de Derecho Internacional Privado de 2003; y al artículo 5.1 de la Ley Federal sobre Derecho Internacional
Privado de Suiza.

6
internacionales de índole patrimonial y siempre que no exista en el supuesto
jurisdicción argentina exclusiva o que la prórroga esté prohibida por la ley.
Es decir, las partes contratantes pueden elegir el juez competente o acordar el
sometimiento de un eventual litigio a la decisión de árbitros, mediante una cláusula de
prórroga de jurisdicción.
El art. 2605 del CCyCN introduce con similar redacción al código procesal, el
acuerdo de elección de foro. El Código Civil sustituido no contenía una norma como
ésta.
La prórroga se puede establecer en cualquier momento y posee autonomía en
relación al contrato al que se refiera. Puede pactarse antes que surja un hecho litigioso
en el texto del contrato o en un documento aparte. Puede acordarse durante el desarrollo
de los hechos controvertidos a los fines de superar la crisis del contrato. Puede también,
pactarse con posterioridad, cuando no habiendo posibilidades de lograr un acuerdo, las
partes avistan los beneficios de dirimir su disputa ante un foro acordado. Puede incluso,
tomar la iniciativa una de las partes, demandando ante un tribunal elegido
unilateralmente y el demandado aceptar la competencia de dicho tribunal mediante
actos concluyentes, manifestando su voluntad tácita positiva de aceptación, operándose
de esta forma, una prórroga que no había sido previamente pactada.
La posibilidad de prorrogar la jurisdicción internacional también se encuentra
receptada en la fuente convencional vigente. Así, el artículo 56 del Tratado de
Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1940, admite la figura para acciones
referentes a derechos personales patrimoniales 15. Además, la admite post litem, es decir,
luego del estallido de la controversia, exigiendo que la voluntad del demandado se
exprese en forma positiva y no ficta.
Por su parte, el Protocolo de Buenos Aires sobre Jurisdicción Internacional en
Materia Contractual de 1994, acepta la elección de jurisdicción por las partes y
determina como jurisdicción subsidiaria la del tribunal de cumplimiento del contrato 16.
Siendo que el lugar de cumplimiento es el Estado parte donde haya sido o deba ser
cumplida la obligación que sirve de base a la demanda 17.

15
Artículo 56: “Las acciones personales deben entablarse ante los jueces de lugar a cuya ley está sujeto
el acto jurídico materia de juicio. Podrán entablarse igualmente ante los jueces del domicilio del
demandado. Se permite la prórroga territorial de la jurisdicción si, después de promovida la acción, el
demandado la admite voluntariamente, siempre que se trate de acciones referentes a derechos personales
patrimoniales. La voluntad del demandado debe expresarse en forma positiva y no ficta”.
16
“Artículo 4: En los conflictos que surjan en los contratos internacionales en materia civil o comercial
serán competentes los tribunales del Estado Parte a cuya jurisdicción los contratantes hayan acordado
someterse por escrito, siempre que tal acuerdo no haya sido obtenido en forma abusiva. Asimismo puede
acordarse la prorroga a favor de tribunales arbitrales.
Artículo 5: El acuerdo de elección de jurisdicción puede realizarse en el momento de la celebración del
contrato, durante su vigencia o una vez surgido el litigio. La validez y los efectos del acuerdo de elección
de foro se regirán por el derecho de los Estados Partes que tendrían jurisdicción de conformidad a las
disposiciones del presente Protocolo. En todo caso se aplicará el derecho más favorable a la validez del
acuerdo.
Artículo 6: Haya sido elegido o no la jurisdicción, ésta se entenderá prorrogada en favor del Estado
Parte donde se promoviera la acción cuando el demandado después de interpuesta ésta la admita
voluntariamente, en forma positiva y no ficta”.
17
“Artículo 7: En ausencia de acuerdo tienen jurisdicción a elección del actor; a) Los jueces del lugar
de cumplimiento del contrato; b) Los jueces del domicilio del demandado; c) Los Jueces de su domicilio
o sede social cuando demostrare que cumplió con su prestación.

7
La Convención Interamericana sobre obligaciones alimentarias de Montevideo
de 1989, también prevé la prórroga de jurisdicción en el art. 8. Luego de determinar la
jurisdicción en la esfera internacional para conocer de las reclamaciones alimentarias, a
opción del acreedor, admite la prórroga tácita en los siguientes términos: “Sin perjuicio
de lo dispuesto en este artículo, se considerarán igualmente competentes las
autoridades judiciales o administrativas de otros Estados a condición de que el
demandado en el juicio, hubiera comparecido sin objetar la competencia”. 18
V.1.- Recaudos para los acuerdos de elección de foro:
Para poder hacer uso de esta facultad, el legislador exige determinadas
condiciones y establece ciertos límites. Dentro de estos extremos, el juez argentino que
resultara competente por los criterios atributivos de jurisdicción contenidos en la fuente
internacional o interna –conforme al artículo 2601 del CCyCN- deberá declararse
incompetente en virtud de dicho acuerdo. 19
El legislador, mantiene la restricción del alcance de la autonomía de la voluntad
a los asuntos patrimoniales, no aplicándose a todas las materias. A pesar del amplio
espectro de ejercicio actualmente reconocido a la autonomía de la voluntad en el
Derecho Comparado, hay, conforme a este artículo, ciertas materias restringidas de
carácter no patrimonial 20. Existe doctrina que sostiene que en cualquier caso, se autoriza
a respetar la elección de las partes en cualquier asunto de índole patrimonial, aún en el
ámbito de la familia21. Si bien es cierto que los foros de jurisdicción para asuntos no
patrimoniales previstos en el CCyCN son de carácter alternativos –salvo en materia de
adopción de niños con domicilio en la República-, todos ellos guardan una
razonabilidad de contactos a los fines de no desnaturalizar la inmediatez de
conocimiento del juez que debe resolver en un asunto de derecho de familia. 22 Otros
autores interpretan que si la ley sólo admite la prórroga en asuntos patrimoniales e

Artículo 8: A los fines del artículo 7, literal a), se entenderá por lugar del cumplimiento del contrato el
Estado Parte donde haya sido o deba ser cumplida la obligación que sirva de base para la demanda”.
18
Artículo 8: “Serán competentes en la esfera internacional para conocer de las reclamaciones
alimentarias, a opción del acreedor: a. El juez o autoridad del Estado del domicilio o de la residencia
habitual del acreedor; b. El juez o autoridad del Estado del domicilio o de la residencia habitual del
deudor, o c. El juez o autoridad del Estado con el cual el deudor tenga vínculos personales tales como:
posesión de bienes, percepción de ingresos, u obtención de beneficios económicos. Sin perjuicio de lo
dispuesto en este artículo, se considerarán igualmente competentes las autoridades judiciales o
administrativas de otros Estados a condición de que el demandado en el juicio, hubiera comparecido sin
objetar la competencia”.
19
En tal sentido, en los fundamentos del Anteproyecto del CCyCN, se sostuvo que: “en materias
disponibles se reserva un amplio margen para el juego de la autonomía de la voluntad que se plasma en
la posibilidad de las partes de elegir el juez competente o de someter el conflicto a solución mediante la
vía del arbitraje, sin desmedro de las situaciones que exigen la intervención exclusiva de los tribunales
de la República Argentina”.
20
En otros Estados, existen ejemplos de cómo la autonomía de la voluntad sirve en muchos casos para
resolver problemas de las personas en materias no patrimoniales, como por ejemplo, la ley venezolana de
Derecho Internacional Privado (art. 42.2). “Artículo 42. Los tribunales venezolanos tendrán jurisdicción
para conocer de los juicios originados por el ejercicio de acciones sobre estado de las personas o las
relaciones familiares: 1. Cuando el Derecho venezolano sea competente, de acuerdo con las
disposiciones de esta Ley, para regir el fondo del litigio; 2. Cuando las partes se sometan expresa o
tácitamente a su jurisdicción, siempre que la causa tenga una vinculación efectiva con el territorio de la
República”.
21
Ver: FERNANDEZ ARROYO, Diego P., Código Civil y Comercial de la Nación comentado, Tomo VI,
p. 815.
22
RAPALLINI, Liliana Etel. Temática de Derecho Internacional Privado. Capítulo XX. Derecho
Procesal Civil Internacional. Ob. Cit, p. 393.

8
internacionales, queda prohibida, por ejemplo, en acciones no patrimoniales tales como
las de divorcio, filiación, etc. 23
El artículo 2605 establece que la elección del foro puede referirse tanto a jueces
como a árbitros. Pero resulta conveniente advertir que el CCyCN regula el contrato de
arbitraje en el artículo 1651, al que cabe remitirse en virtud de su especialidad para los
supuestos de prórroga a favor de árbitros nacionales.
Otro aspecto que surge de la norma, es que la prórroga de jurisdicción en jueces
o árbitros fuera de la República debe ser en supuestos internacionales 24. De tal forma, se
limita la posibilidad a supuestos que presenten aristas de internacionalidad. Será
necesario, entonces, buscar elementos extranjeros como el lugar de celebración y
cumplimiento del contrato, el lugar de domicilio o establecimiento de las partes, o el
lugar de situación de la cosa objeto del contrato, etc. para determinar la
internacionalidad del asunto y habilitar, la posibilidad de acordar el foro competente.
Esta norma se dirige a los jueces argentinos, jugando una suerte de norma de
jurisdicción negativa o derogatoria. La voluntad de las partes es que los tribunales
argentinos no resuelvan el fondo del litigio, siempre que se cumplan las condiciones
impuestas por el derecho patrio.
Es importante poner de resalto, que el artículo en cuestión sólo regula este efecto
derogatorio de la jurisdicción internacional argentina, pero no regula el efecto
prorrogatorio a su favor. Es decir, cuando la voluntad común de las partes es que los
tribunales argentinos resuelvan el fondo del litigio. Sin embargo, una interpretación
teleológica permite deducir que la autonomía de la voluntad también juega para
prorrogar la jurisdicción respecto de jueces o árbitros locales. Nótese que el CCyCN
incorpora en los artículos 1649 a 1665 en contrato de arbitraje a nivel interno.
Asimismo, el artículo 2650 da por implicada esa facultad de las partes en los contratos.
Aunque para el juez nacional, los efectos derogatorio y prorrogatorio se pueden
presentar por separado, ambos tienen el propósito práctico de asegurar la competencia
del tribunal escogido, lo cual exige la incompetencia de los demás. El interés de las
partes es decir sí a la jurisdicción de un tribunal, como decir no a la de los demás. Sin
embargo, nada impide que las partes quieran un efecto solamente prorrogatorio o
solamente derogatorio 25.
El artículo no impone otras restricciones que las señaladas. Tales como podrían
ser, la vinculación del caso al país del foro elegido, presente, entre otros, en el Derecho
internacional Privado norteamericano. Por el contrario, la norma parece reconocer que
el ejercicio de la autonomía de la voluntad en muchos casos se fundamenta en la
elección de un foro neutral o especializado. Sin embargo, gran parte de la doctrina,
señala como recaudo, la existencia de una conexión suficiente, personal o territorial.
Aunque este límite a la autonomía de la voluntad es razonable, desde el punto de vista

23
Ver: LORENZETTI, Ricardo Luis, Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Tomo XI (Arts.
2444 a 2671), p. 523.
24
CNCom, Sala E, con fecha 10/10/1998, resolvió en este sentido: “En el derecho procesal internacional
de fuente interna, el art. 1 del CPCCN establece la admisibilidad de la prórroga de jurisdicción en jueces
o árbitros extranjeros, restringiéndola a asuntos exclusivamente patrimoniales y de índole internacional.
Este instituto reconoce su fundamento en la necesidad de favorecer el comercio multinacional y los
términos de su intercambio”.
25
VIRGÓS SORIANO, Miguel y GARCIMARTÍN ALFÉREZ, Francisco J., Derecho Procesal Civil
Internacional. Litigación Internacional. Ed. Civitas. Madrid, España. 2000, p.196.

9
procesal parece improbable que los Tribunales vayan a añadir a dicha voluntad
requisitos adicionales 26.
En materia de sociedades comerciales, las modificaciones introducidas por la
reforma 27, no alteraron la regulación sobre prórroga de jurisdicción. Así, las
controversias que surjan del derecho societario que sean de carácter patrimonial e
internacional autorizarían la prórroga de jurisdicción a favor de jueces extranjeros como
de árbitros que actuaran fuera de nuestro país. Sin embargo, en el supuesto del art. 124
de la ley de sociedades comerciales 19.550, que regula a la sociedad constituida en el
extranjero pero que tiene su sede en la Argentina o su principal objeto destinado a
cumplirse en forma exclusiva en nuestro país, cabría concluir que la prórroga no será
posible ya que la disposición establece que esa sociedad será considerada como una
sociedad local regida por el derecho argentino y por ello, sujeta a la jurisdicción
argentina en forma exclusiva 28. Esta restricción operará sólo para los litigios de
naturaleza societaria. Sin embargo, para aquellas controversias internacionales
originadas en un contrato, la sociedad encuadrada dentro del supuesto del art. 124
podría prorrogar válidamente la jurisdicción. Es por ello que se impone la necesidad de
calificar el tipo de controversia a los efectos de su prorrogabilidad.
V.2.- Límites a los acuerdos de elección de foro
Dentro de los límites establecidos a los acuerdos de elección de foro que tengan
por objeto derogar la jurisdicción argentina, se impone un obstáculo a aquellas materias
para las cuales se prevé la jurisdicción argentina exclusiva. El artículo 2609 las
menciona: a) en materia de derechos reales sobre inmuebles situados en la República; b)
en materia de validez o nulidad de las inscripciones practicadas en un registro público
argentino; c) en materia de inscripciones o validez de patentes, marcas, diseños o
dibujos y modelos industriales y demás derechos análogos sometidos a depósito o
registro, cuando el depósito o registro se haya solicitado o efectuado o tenido por
efectuado en Argentina.
Debido a que la competencia exclusiva se asienta sobre criterios vinculados a
materias en que el Estado decide que son sus órganos jurisdiccionales los únicos que
pueden intervenir, queda descartada de plano cualquier posibilidad de prórroga que
pueda poner en peligro esa atribución propia que preside la política estatal en los
ámbitos que establece. Las normas que determinan este tipo de jurisdicción emplean
una conexión sustentada en el vínculo existente entre la materia y el Estado y su
correspondencia con un interés jurídico y político 29. Se trata de cuestiones en las que se
observa una influencia importante de principios de orden público.
El mismo límite opera si la derogación de la jurisdicción argentina está
prohibida por la ley o por el mismo CCyCN, como sucede por ejemplo, con los
contratos de consumo conforme lo regla el art. 2654. El artículo prohíbe el acuerdo de
elección de foro y prevé, a través de una norma de jurisdicción alternativa, la

26
FERNÁNDEZ DE ROZAS, José Carlos y SÁNCHEZ LORENZO, Sixto, Derecho Internacional
Privado, Ed. Civitas, Madrid, España, 2000, pp. 129 y ss.
27
La reforma introducida sustituye la denominación de la ”Ley de Sociedades Comerciales N° 19.550
(T.O. 1984)” por la de “Ley General de Sociedades N° 19.550 (T.O. 1984)”. Ello responde básicamente a
la unificación de las legislaciones civil y comercial en un sólo cuerpo normativo unificado.
28
BOGGIANO, Antonio, “Jurisdicción internacional sobre sociedades constituidas en el extranjero”,
E.D., t. 111, pp. 970 y ss.
29
GOLDSCHMIDT, Werner, Derecho Internacional Privado. Derecho de la tolerancia basado en la
teoría trialista del mundo jurídico, 10ª ed. act. por Alicia M. Perugini, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires,
2009, p. 889.

10
posibilidad del consumidor de elegir el foro que le permita un adecuado acceso a la
justicia. La finalidad de protección de la parte estructuralmente débil se encuentra
vinculada al principio de proximidad razonable que persigue foros efectivos para el
consumidor pasivo que consume en su domicilio o su mercado. El CCyCN presupone
que en las relaciones de consumo existe una asimetría contractual y que se deriva al
ámbito procesal. De allí, que en materia de jurisdicción internacional se maximice este
principio con el fin de reequilibrar al consumidor y este pueda accionar ante una
variedad de foros. Las relaciones de consumo constituyen una materia indisponible para
las partes regulado por normas imperativas contenidas en la Constitución Nacional (art.
42).
Esta prohibición de prórroga en los contratos de consumo, no se encuentra
receptada para los contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales
predispuestas. Dentro de la clasificación general de los contratos, el CCyCN, regula en
el Libro tercero, Título II, arts. 984 a 989 esta categoría específica por la técnica de
formación del consentimiento, donde existe una participación excluyente de una de las
partes. No sólo puede operar esta técnica en los contratos de consumo, sino también en
la contratación entre empresas que celebran un contrato por adhesión y no hay una
relación de consumo. Así por ejemplo, IBM toma un seguro con Federación Patronal.
En sí mismo, provoca la vulnerabilidad normativa de una parte, ya que la otra decide
unilateralmente el contenido del contrato y con él, los derechos y deberes. Sin embargo,
el legislador consideró que esta categoría no merecía el mismo nivel de protección que
los contratos de consumo.
Claro está, que habrá de analizarse si la prórroga de jurisdicción inserta en una
cláusula dentro de un contrato de adhesión, no ha sido fruto del error de una de las
partes, o de fraude, o si la situación de disparidad en la parte que ostenta el poder
negociador ha colocado a la parte débil, en una condición tal que le impide o le dificulta
en forma grave su posibilidad de defensa en juicio. Es por ello, que en un contrato de
adhesión, todo acuerdo de elección de foro debe someterse a un control de razonabilidad
sobre la base del principio general del abuso del derecho, conforme lo dispone el art. 10
del CCyCN, que se encontraba receptado en el Código Civil derogado en el art. 1071 30.
De tal forma, los criterios jurisprudenciales sobre validez de los acuerdos de
elección de foro en condiciones generales de contratación que fueron elaborados con
anterioridad a la vigencia del CCyCN, siguen siendo aplicables ante la ausencia de
regulación expresa 31.
V.3. Exclusividad del foro elegido
Como artículo integrador del 2605, el artículo 2606 32 introduce el principio de
exclusividad de la elección del foro. Así, es que salvo acuerdo expreso en contrario, al

30
Véase NAJURIETA, M.S., “Prórroga abusiva de la competencia en un contrato de adhesión”, E.D., t.
181, pp. 301 y ss. NAHID CUOMO, M.DE LOS A., “La prórroga de jurisdicción en los contratos
internacionales: el supuesto de los contratos de adhesión”, E.D., 08/03/2004, pp.1-8.
31
CNCom, Sala C, “Quilmes Combustibles S.A. c/ Vigan S.A. s/ ordinario”, (15/03/91), E.D., t. 150, pp.
307 y ss. CNCom, Sala E, “Inta S.A. c/ MCS Oficina Mecánica S.P.A.”, (14/10/93), e.d., t. 157, pp. 131 y
ss. CNCom, Sala D, “Bear Service S.A. c/ Cervecería Modelo S.A. s/ ordinario”, 822/02/2002), E.D., t.
197, p 554 y ss.
32
Este artículo reconoce su fuente en el artículo 5.1 de la Ley Federal de Derecho Internacional Privado
de Suiza; los artículo 15 y 16 del Convenio relativo a la Competencia Judicial, el Reconocimiento y la
Ejecución de Resoluciones Judiciales en Materia Civil y Mercantil de Lugano de 2007. Téngase presente
que este principio surge del Convenio de La Haya sobre Acuerdos de Elección de Foro del 30 de junio de
2005, aún no vigente. Esta Convención define: a)"acuerdo exclusivo de elección de foro": significa un

11
acordar la intervención de un juez, las partes están asegurando la competencia del
tribunal escogido y descartando la de los demás. La norma se refiere a la elección de un
juez debido a que el arbitraje posee una reglamentación especial dentro del CCyCN, en
particular el art. 1656.
Nuestro código derogado no contenía una norma semejante, siendo que el
carácter exclusivo del foro elegido tampoco ha tenido amplia consagración en los
tratados que nuestro país ha ratificado en la materia. En cierta medida, el principio se
deduce en materia de arbitraje, del art. II.3 de la Convención de Nueva York de 1958
sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras 33.
Los países pueden determinar la jurisdicción internacional de manera unilateral
o pueden regularla de manera multilateral. A través de un sistema unilateral se pueden
generar conflictos de competencia positivos o negativos. Atendiendo a este problema, el
CCyCN, manifiesta su posición favorable a la certeza sobre la jurisdicción internacional
al permitir los acuerdos de elección de foro. En virtud, de esa búsqueda de certeza, es
coherente que también establezca el principio de exclusividad, salvo que expresamente
el actor y el demandado dispongan lo contrario.
En esta inteligencia, en ejercicio de la jurisdicción indirecta, no es pasible de
reconocimiento en el país la sentencia dictada por un juez distinto de aquel ante el cual
las partes efectuaron la prórroga de jurisdicción.
Atribuir carácter exclusivo a los acuerdos de elección de foro significa que el
juez elegido deberá declararse competente, siempre que el acuerdo fuera válido
conforme al ordenamiento jurídico de dicho juez. En ningún caso podrá declinar el
ejercicio de su competencia en virtud de la concurrencia de foros que contemplara la
legislación. A su turno, un tribunal distinto del elegido debe rechazar la demanda, salvo
circunstancias excepcionales, tales como que el acuerdo sea nulo en virtud de la ley del
Estado donde se encuentra el tribunal elegido, una de las partes careciera de capacidad
para celebrar el acuerdo, el tribunal elegido haya resuelto no conocer del litigio, etc.
Asimismo, el principio de exclusividad requiere el cumplimiento de las
condiciones y limitaciones impuestas por el artículo 2605.
Un ejemplo práctico de la utilización del precepto consistirá en su invocación
por el demandado ante una acción intentada en nuestro país sobre la base de un foro
alternativo o concurrente. Dado, el tenor del art. 2605, el juez argentino deberá rechazar

acuerdo celebrado por dos o más partes que cumple con los requisitos establecidos por el apartado c) y
que designa, con el objeto de conocer de los litigios que hayan surgido o pudieran surgir respecto a una
relación jurídica concreta, a los tribunales de un Estado contratante o a uno o más tribunales
específicos de un Estado contratante, excluyendo la competencia de cualquier otro tribunal; b) un
acuerdo de elección de foro que designe a los tribunales de un Estado contratante o uno o más tribunales
específicos de un Estado contratante se reputará exclusivo, salvo que las partes hayan dispuesto
expresamente lo contrario; c) un acuerdo exclusivo de elección de foro debe ser celebrado o
documentado: i) por escrito; o ii) por cualquier otro medio de comunicación que pueda hacer accesible
la información para su ulterior consulta d) un acuerdo exclusivo de elección de foro que forme parte de
un contrato, será considerado un acuerdo independiente de las demás cláusulas del mismo. La validez
del acuerdo exclusivo de elección de foro no podrá ser impugnada por la sola razón de que el contrato
no es válido”.
33
El carácter exclusivo del foro elegido se deduce en materia de arbitraje, del artículo II.3 de la
Convención de Nueva York de 1958 sobre Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales
Extranjeras, vigente en nuestro país desde 1989: “El tribunal de uno de los Estados contratantes al que se
someta un litigio respecto del cual las partes hayan concluido un acuerdo en el sentido del presente
artículo, remitirá a las partes al arbitraje, a instancia de una de ellas, a menos que compruebe que dicho
acuerdo es nulo, ineficaz o inaplicable”.

12
la demanda cuando el criterio de jurisdicción invocado no le de competencia exclusiva,
la prórroga de jurisdicción no esté prohibida y en el acuerdo de elección de foro a favor
del juez extranjero las partes no hayan desvirtuado el principio de exclusividad.
V.4. Modalidades. Prórroga expresa y prórroga tácita.
El artículo 2607 34 del CCyCN se refiere a las modalidades en la que puede
plasmarse la prórroga de jurisdicción. Este artículo también es complementario del art.
2605 y tampoco existía en el Código de Vélez. El CPCCN contiene una disposición
similar en el art. 2, que dispone: “La prórroga se operará si surgiere de convenio
escrito mediante el cual los interesados manifiesten explícitamente su decisión de
someterse a la competencia del juez a quien acuden. Asimismo, para el actor, por el
hecho de entablar la demanda; y respecto del demandado, cuando la contestare, dejare
de hacerlo u opusiere excepciones previas sin articular la declinatoria”.
El Protocolo de Buenos Aires sobre Jurisdicción Internacional en Materia
Contractual de 1994, prevé ambas modalidades. El art. 4 se refiere a la prórroga
expresa: “En los conflictos que surjan en los contratos internacionales en materia civil
o comercial serán competentes los tribunales del Estado Parte a cuya jurisdicción los
contratantes hayan acordado someterse por escrito, siempre que tal acuerdo no haya
sido obtenido en forma abusiva. Asimismo puede acordarse la prorroga a favor de
tribunales arbitrales.” El art. 6, admite la prórroga tácita: “Haya sido elegido o no la
jurisdicción, ésta se entenderá prorrogada en favor del Estado Parte donde se
promoviera la acción cuando el demandado después de interpuesta ésta la admita
voluntariamente, en forma positiva y no ficta”.
Los requisitos de ambas modalidades reglados en el Protocolo, no aparecen en el
artículo 2607. Veamos cada una de las figuras.
V.4.1.- Prórroga expresa
En lo que se refiere a la prórroga expresa, el legislador se aparta de una de sus
fuentes, el Proyecto de Código de Derecho Internacional Privado de 2003, cuya
redacción es preferible: “La elección puede hacerse por cualquier medio de
comunicación que permita asegurar la identidad de las partes y la aprobación del
contenido del acuerdo por cada una de ellas”.
Esta modalidad de prórroga es operativa cuando surge de un convenio escrito
mediante el cual los interesados manifiestan su decisión de someterse a la competencia
del juez o árbitro ante quien acuden.
Se admite, además, todo medio de comunicación que permita establecer la
prueba por un texto –lo que implica una novedad respecto a la disposición contenida en
el artículo 2 del CPCCN-. Se acepta entonces, el principio de equivalencia funcional
respecto a la forma escrita del acuerdo de elección de foro, admitiendo otros medios de
comunicación como los electrónicos tan vigentes en nuestros días 35. La Convención de
Naciones Unidas sobre la Utilización de las Comunicaciones Electrónicas en los

34
Este artículo reconoce sus antecedentes en el artículo 2 del CPCCN; el artículo 18 del Proyecto de
Código de Derecho Internacional Privado de 2003; y el artículo 5.1 de la Ley Federal sobre Derecho
Internacional Privado de Suiza.
35
La Convención de Naciones Unidas sobre la Utilización de las Comunicaciones Electrónicas en los
Contratos Internacionales de Nueva York de 2005, vigente en siete países, dispone en el art. 9, inc. 2º:
“Cuando la ley requiera que una comunicación o un contrato conste por escrito, o prevea consecuencias
en el caso de que eso no se cumpla, una comunicación electrónica cumplirá ese requisito si la
información consignada en su texto es accesible para su ulterior consulta”.

13
Contratos Internacionales de Nueva York de 2005, vigente en pocos países, tiene como
finalidad facilitar las comunicaciones electrónicas en el comercio internacional
garantizando que los contratos concertados electrónicamente y las comunicaciones
intercambiadas por medios electrónicos tengan la misma validez y sean igualmente
ejecutables que los contratos y las comunicaciones tradicionales en papel.
En el mismo sentido, encontramos la recomendación relativa a la interpretación
del segundo párrafo del artículo II, y del primer párrafo del artículo VII de la
Convención de Nueva York de 1958 sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las
Sentencias Arbitrales Extranjeras, que pretende flexibilizar la expresión “por escrito” en
los acuerdos arbitrales.
Si el acuerdo es anterior al litigio se denomina cláusula compromisoria y puede
estar incluida dentro del contrato o en un instrumento independiente. Por otro lado, si la
prórroga es pactada con posterioridad a la controversia, se la llama compromiso y debe
estar instrumentada autónomamente con relación al contrato principal.
El art. 621 de la ley de navegación 20.094 36, referente a la prórroga de
jurisdicción en los cuestiones de transporte marítimo, establece una limitación con
respecto al momento en que puede efectuarse la prórroga ya que solamente la
prorrogatio post litem natam resultaría admisible. Este artículo se aplica a todas las
hipótesis que no se encuentran contenidas en el art. 614 37 del mismo cuerpo legal, que
estipula que es nula toda cláusula de prórroga de jurisdicción.
V.4.2. Prórroga tácita
La prórroga tácita también tiene acogida en el CCyCN y se distingue su
operación respecto del actor y del demandado.
Para el actor se establece por el hecho de entablar la demanda ante un juez que
resulta incompetente, implicando por ello, la aceptación de la prórroga por dicho sujeto.
Con respecto al demandado, el Código ha optado por enumerar positivamente los casos
en que ésta se configura: a) cuando conteste la demanda, b) deje de hacerlo, c) u oponga
excepciones previas sin articular la declinatoria.
La inclusión de la expresión “deje de hacerlo”, obligaría a quien es demandado
ante un juez incompetente, incluso groseramente incompetente, a realizar el esfuerzo de
presentar la declinatoria para quedar a salvo de lo que puede ser un abuso procesal del
actor. Esto fomenta conductas contrarias a la buena fe, ya que incluir este tipo de
consentimiento ficto del demandado a una conducta unilateral, imprevisible y
caprichosa del demandante contradice el fundamento mismo de la norma, que es
precisamente, la expresión libre de la voluntad de las partes.

36
“Art. 621 - Producido un hecho generador de una causa cuyo conocimiento corresponda a los
tribunales nacionales, los residentes en el país pueden convenir, con posterioridad al mismo, someterlo a
juicio de árbitros o de tribunales extranjeros, si así les resultare conveniente.”
Los tribunales nacionales son competentes para conocer en los juicios derivados de los contratos de
utilización de los buques cuando las obligaciones respectivas deban cumplirse en la República, salvo la
opción que tiene el demandante por los tribunales del domicilio del demandado.
37
“Art. 614: Los tribunales nacionales son competentes para conocer en los juicios derivados de los
contratos de utilización de los buques cuando las obligaciones respectivas deban cumplirse en la
República, salvo la opción que tiene el demandante por los tribunales del domicilio del demandado. En
los contratos de fletamento total o parcial, o de transporte de carga general o de bultos aislados en un
buque cualquiera, o de personas y, en general, en todo contrato en que el transportador asuma la
obligación de entregar los efectos en destino, es nula toda otra cláusula que establezca otra jurisdicción
que la de los tribunales argentinos”.

14
La injusticia de la norma puede ir más allá, en el caso que la persona demandada
ante el juez argentino incompetente le es imposible, por cualquier razón, comparecer
ante él. Asimismo, aunque la norma no lo manifieste en forma expresa, hace prevalecer
la prórroga tácita por sobre la expresa. Ya que puede operar la sumisión tácita también
cuando exista un acuerdo expreso de elección de foro. En suma, de aplicarse sin reparos
la obligación de comparecer, inmersa en la expresión “deje de hacerlo”, se estaría
forzando al demandado que había acordado con el actor la sumisión a un tribunal
extranjero o al arbitraje, a discutir la competencia ante un juez argentino.
Los riesgos que entraña la prórroga tácita de jurisdicción contemplada en el art.
2607 del CCyCN en el supuesto de que el demandado no conteste la demanda, afectan
en definitiva, la protección de la garantía de defensa en juicio.
Nuestra jurisprudencia, aduna lo expuesto. Se señala que la prórroga de
jurisdicción en favor de los magistrados extranjeros debe provenir de actor procesales
concluyentes, entendiendo por tales, aquellos en los que la parte manifiesta, en forma
inequívoca, su voluntad de someterse al poder judicial de la nación foránea 38.
Nuestros tribunales admiten que la prórroga de jurisdicción puede ser expresa o
tácita. En el primer caso se requiere un pactum de foro prorrogando contenido en el
mismo contrato o por convención independiente cuyo contenido no arroje dudas acerca
de la validez del consentimiento de las partes y en el segundo pueden surgir de contratos
de adhesión a condiciones generales predispuestas cuando aquellas no se incorporen
subrepticiamente excluyendo la posibilidad razonable de su ponderada deliberación o
exista una disparidad tal del poder negociador que permita invalidar el consentimiento
por ausencia de un libre acuerdo de voluntades 39.
VI.- Conclusiones
A lo largo del presente trabajo hemos abordado la figura de la prórroga de
jurisdicción internacional en las fuentes convencionales internacionales y en las fuentes
internas, particularmente en el nuevo CCyCN. Las reflexiones que hemos adelantado en
los distintos parágrafos desarrollados, permiten reflejar nuestra postura acerca del objeto
de estudio. Sin embargo, efectuaremos algunas precisiones finales que nos permitan
agrupar algunas de las conclusiones que se han ido decantando a lo largo de estas
páginas.
Hoy se asiste a un significativo auge normativo en materia de regulación de la
autonomía de la voluntad de las partes como criterio de determinación de la jurisdicción
internacional y ello no es producto del azar. Diversas variables intervinientes inciden en
tal realidad. Entre las mismas, corresponde destacar muy especialmente el desarrollo de
los medios de comunicación internacional –que permiten volúmenes cada vez más
significativos de traslados de personas y bienes y la celebración de contratos a distancia,
vía correo electrónico, fax, modem, etc.–. Así como la creciente flexibilización de las
fronteras nacionales, consecuencia de procesos de integración e interrelación entre los
Estados no sólo a nivel regional, sino también en el ámbito global. Panorama
determinante que en la hora actual, demuestra que la dimensión internacional de la vida
humana se vea notoriamente acrecida tanto en lo social, cultural, económico, cuanto en
lo jurídico, siendo particularmente destacable en dicho ámbito, el incremento
verdaderamente geométrico de las relaciones privadas internacionales. Acrecentamiento
observable no sólo en áreas en que como las relativas a la contratación mercantil

38
CNFed Civ. y Com, Sala III, 22/11/2005.
39
JNCom. 18, Secretaría 36, 20/10/89, ED 150-304.

15
internacional era más previsible el impacto internacionalizante, sino también en otras
tradicionalmente más recoletas y domésticas, como las atinentes a minoridad y familia.
El enunciado crecimiento de las relaciones privadas internacionales ha
determinado un paralelo incremento de los litigios suscitados en torno a las mismas. Por
consiguiente, las cuestiones vinculadas a la jurisdicción internacional y los acuerdos de
elección de foro –más allá de los límites y recaudos a que puedan estar sujetos-
provocan un planteo más asiduo ante los tribunales y la consulta profesional.
Mucho se ha debatido a lo largo de los años sobre la necesidad de contar con
reglas claras de jurisdicción internacional. En este sentido, quiero dejar sentada mi
opinión altamente positiva a la concreción de un cuerpo único conteniendo las
disposiciones de derecho internacional privado, que permiten solucionar el
inconveniente que deviene de la dispersión normativa, la reglamentación fragmentaria
de la jurisdicción, la convivencia separada de normas provenientes de distintas épocas y
que responden a distintas concepciones propias de los tiempos en que se han generado y
de los distintos autores que las han elaborado. De modo que la unificación era una
asignatura pendiente, aunque a la hora de concretarse en las disposiciones del nuevo
CCyCN aparezcan dificultades lógicas y que se irán esclareciendo mediante la praxis
judicial.
Más allá de las observaciones que puedan merecer las normas analizadas, es
indiscutible reconocer la importancia de la regulación expresa que efectúa el CCyCN de
las cuestiones de jurisdicción internacional y del derecho aplicable al regular los
contratos internacionales. Valorando positivamente la consagración de la autonomía de
la voluntad en materia de jurisdicción internacional y de derecho aplicable mediante la
recepción de las soluciones jurisprudenciales, de los proyectos de ley de Derecho
Internacional Privado y de algunas propuestas doctrinarias existentes.
A partir de la vigencia del CCyCN, la facultad de las partes de elegir el juez
competente en un contrato internacional y prorrogar la jurisdicción en favor de jueces o
árbitros que actuaren en el extranjero, goza de un régimen unificado en todo el territorio
nacional. La recepción en el art. 2606 del carácter exclusivo del acuerdo de elección de
foro, salvo pacto en contrario de las partes, permite asegurar la competencia del tribunal
escogido y descartando la de los demás.
Sin embargo, es importante advertir los riesgos que entraña la prórroga tácita de
jurisdicción contemplada en el art. 2607 del CCyCN en el supuesto de que el
demandado no conteste la demanda, en relación con la protección de la garantía de
defensa en juicio.
Hacer hincapié en que la prohibición de la prórroga de jurisdicción en los
contratos de consumo internacionales como contratos con parte débil, no incluyen a los
contratos de adhesión a cláusulas generales predispuestas. Siendo que los criterios
jurisprudenciales sobre validez de los acuerdos de elección de foro en condiciones
generales de contratación que fueron elaborados con anterioridad a la vigencia del
CCyCN, siguen siendo aplicables ante la ausencia de regulación expresa.
Nuestro objetivo no ha sido, de modo alguno, proponer un cuadro de soluciones
a todos los problemas que plantea la figura. Sino responder a determinados
interrogantes que consideramos esenciales para el entendimiento y sistematización del
objeto de estudio. Más allá de que se compartan los criterios sustentados para
fundamentar las argumentaciones vertidas, creemos haber dado respuesta a los mismos.

16
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