Pulmon
Pulmon
Pulmon
Cáncer
de pulmón
El cáncer es una enfermedad en la cual las células del cuerpo comienzan a multiplicarse sin
control. Si el cáncer se origina en el pulmón, se denomina cáncer de pulmón.
El cáncer de pulmón comienza en los pulmones y se puede diseminar a los ganglios linfáticos
o a otros órganos del cuerpo, como el cerebro. A su vez, el cáncer originado en otros órganos
se puede diseminar a los pulmones. Cuando las células cancerosas se diseminan de un órgano
a otro, se le llama metástasis.
Los cánceres de pulmón por lo general se agrupan en dos tipos principales, de células
pequeñas y de células no pequeñas (incluyendo adenocarcinoma y carcinoma de células
escamosas). Estos tipos de cáncer crecen de manera distinta y requieren distintos
tratamientos. El cáncer de pulmón de células no pequeñas es más frecuente que el cáncer de
pulmón de células pequeñas. Para más información, visite la página Cáncer de pulmón
external icon del Instituto Nacional del Cáncer.
El cáncer es una enfermedad que hace que un grupo de células del organismo crezcan
de manera anómala e incontrolada y, si no se trata, el tumor suele invadir el tejido
circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo
diseminándose a otros órganos y tejido
Entre los signos y síntomas más frecuentes relacionados con esta patología
destacan la tos, dificultad respiratoria, dolor torácico y pérdida de peso. Sin
embargo, en la mayoría de los casos no suele producir síntomas específicos al inicio de
la enfermedad. Como indica el especialista, en ocasiones los tumores son detectados de
manera casual por hallazgos visibles en pruebas de diagnóstico por imagen realizadas
por otros motivos. Actualmente se han elaborado estrategias para detectar esta patología
en estadios iniciales en la población con más riesgo de desarrollar esta enfermedad
En ocasiones, el cáncer de pulmón no causa ningún signo o síntoma. Se puede encontrar durante una radiografía
de tórax realizada para otra afección.
Es más probable que la mayoría de estos síntomas sean por causa distinta al cáncer de
pulmón. No obstante, si tiene cualquiera de estos problemas, es importante que consulte
con su médico de inmediato para que se pueda determinar la causa y recibir tratamiento
de ser necesario.
Diagnóstico[editar]
Artículo principal: Diagnóstico del cáncer de pulmón
En la mayoría de los pacientes el diagnóstico se plantea ante datos clínicos y cuando en un estudio radiológico se
detecta alguna anormalidad pulmonar. Con menos frecuencia se tratará de precisar el diagnóstico en enfermos a
los que en un estudio rutinario radiológico se les ha puesto de manifiesto una imagen sospechosa o bien se intenta
localizar el tumor ante un estudio histológico que muestra células neoplásicas.
En las radiografías simples de tórax se puede observar alguna anormalidad en casi el 98 % de los pacientes con un
carcinoma broncogénico, y el 85 % son imágenes sugestivas para sospechar el diagnóstico por las alteraciones
pulmonares distales (atelectasia), la existencia de adenopatías (ensanchamiento mediastínico) o detección de
invasión de la pared torácica. La radiografía de tórax detecta elementos sospechosos en la mayoría de los
pacientes con tumores pulmonares.129 No se recomiendan las tomas radiológicas en serie para la detección
temprana del cáncer de pulmón.117
Imagen de una tomografía que muestra un tumor canceroso en el pulmón izquierdo (flecha).
La tomografía axial computarizada es de gran utilidad en el cáncer de pulmón y se recomienda en todo paciente
con un nódulo pulmonar solitario detectado por radiografía.117 Algunas ventajas de una tomografía incluyen:
Broncoscopia[editar]
Artículo principal: Broncoscopia
Con el broncoscopio rígido se puede explorar un amplio territorio bronquial que comprende tráquea, bronquios
principales y bronquios lobares inferiores en visión directa. Por medio de ópticas es posible llegar a visualizar la
salida de los bronquios lobares superiores. Su limitación viene dada por la imposibilidad de introducirse en
bronquios segmentarios y obtener muestras de lesiones periféricas. Por el contrario, el broncofibroscopio consigue
una visualización prácticamente total del árbol bronquial, llegando a territorios realmente periféricos, obteniéndose,
sin duda, un aumento considerable de la rentabilidad. La broncoscopia rígida apenas se utiliza quedando
completamente desplazada por la fibrobroncoscopia.
La broncoscopía permite la visualización directa del tumor, ya que la mayoría de estos son centrales y accesibles
con esta técnica exploratoria.119
Citología[editar]
La citología del esputo es el procedimiento diagnóstico más habitual en pacientes con sospecha de cáncer de
pulmón y debe constituir la primera técnica a utilizar en todo paciente sospechoso de padecer un cáncer de
pulmón, bien porque así lo sugieren la clínica y la radiología, bien porque, aun no siendo sugerentes, se trate de un
individuo de alto riesgo. A partir del año 2007, no se recomienda realizar una citología de esputo individual o en
serie para el tamizaje en el cáncer de pulmón.117
La punción para aspiración con aguja fina (PAAF) es útil especialmente en el diagnóstico del carcinoma
broncogénico. Tiene una sensibilidad del 80 %,131 que mejora en ciertas ubicaciones torácicas a un 100 % guiada
con ultrasonido endoscópica.132 Solo está indicada en tumores periféricos no accesibles a la fibrobroncoscopia o en
tumores de situación media en los que reiteradamente ha fallado la obtención de material inflamatorio o
necrótico.133 En masas de 3-4 cm de diámetro o mayores se alcanza una rentabilidad alrededor del 80 %, pero
consigue obtener material de lesiones tan pequeñas como nódulos de 1 centímetro de diámetro.
Biopsia[editar]
Artículo principal: Biopsia
La biopsia entrega la máxima certeza al diagnóstico de un cáncer de pulmón. Hay distintas modalidades
dependiendo de las circunstancias clínicas, siendo la principal la biopsia bronquial o transbronquial en el curso de
una fibrobroncoscopia. La biopsia pulmonar percutánea, transparietal o transpleural se realiza generalmente con
control radiológico usando diversos métodos como la biopsia aspirativa, la biopsia con aguja cortante y el taladro
ultrarrápido de aire comprimido.
La principal indicación es en aquellos tumores periféricos de difícil o imposible acceso por otros procedimientos. Si
el tumor es periférico y existe derrame pleural se puede recurrir a una biopsia pleural. Se puede hacer con
diferentes tipos de aguja, siendo la más empleada la de Vim-Silverman. En caso de sospecha de metástasis se
indica la biopsia ganglionar obtenida mediante mediastinoscopia o la biopsia percutánea de ganglios palpables.
Otros tipos de biopsia, incluyendo la biopsia ósea o de médula ósea pueden ser útiles en algunos pacientes.
Los médicos dividen el cáncer de pulmón en dos tipos principales en función del
aspecto de las células cancerosas del pulmón vistas en el microscopio. Tu
médico toma decisiones según cuál sea el tipo de cáncer de pulmón que tengas.
Broncoscopia
Punción transtorácica
Ecobroncoscopia (EBUS/EUS)
Mediastinoscopia
Letra T: indica el tamaño del Tumor de origen y si éste ha crecido hacia áreas cercanas.
Letra N: describe si el cáncer se ha propagado a los ganglios (Nódulos) linfáticos cercanos
(regionales). Los ganglios linfáticos son pequeños grupos de células inmunitarias que ayudan a
combatir las infecciones. Los cánceres se propagan a menudo hacia ellos antes de afectar a otras partes
del cuerpo.
Letra M: indica si el cáncer se ha extendido a otros órganos del cuerpo (Metástasis). Las
localizaciones más comunes son el hígado, los huesos y el cerebro.
CARCINOMAS NO MICROCÍTICOS
Representan el 85-90 % restante de los cánceres de pulmón. Los tipos más frecuentes
son:
OTROS
Existen otros subtipos de tumores de pulmón no microcíticos menos frecuentes
(carcinoma adenoescamoso, carcinoma sarcomatoide).
Además de los dos tipos principales de cáncer de pulmón, existen otros tipos como
los tumores carcinoides, linfomas, etc. Por último, los pulmones pueden verse afectados
por metástasis de tumores procedentes de otros órganos.
Otra estructura del pulmón que puede estar afectada por cáncer es la pleura, siendo el
más conocido el mesotelioma pleural.
Su tratamiento dependerá del tipo de cáncer de pulmón que tenga, hasta qué punto se ha propagado, su salud
general y otros factores. Puede recibir más de un tipo de tratamiento.
Escáner o tomografía computarizada (TC) de tórax. Describe con sumo detalle todos los
órganos que están en el tórax y abdomen (pulmón, corazón, grandes vasos sanguíneos, vías aéreas,
pared torácica, pleura, ganglios, hígado y glándulas suprarrenales).
TC craneal. Se solicita si el paciente presenta síntomas asociados que hagan sospechar que las
estructuras cerebrales están afectadas.
Confirmación del tumor
Ante la sospecha de cáncer de pulmón es preciso realizar una prueba de imagen (RX, TC o PET-
TC). Una vez confirmado, se ha de realizar una biopsia mediante una muestra de tejido del tumor,
para conocer la morfología de las células y saber qué tratamiento es el más adecuado.
Intervención quirúrgica. Solo se indica en casos en los que no se puede obtener un diagnóstico
mediante las pruebas previas. Requiere un ingreso hospitalario y anestesia general.
Controlar la cantidad, color y consistencia de las secreciones pulmonares.
Enseñar al paciente y familia las sensaciones asociadas al uso de la ventilación
mecánica.
Aplicar protección facial si es necesario para evitar el daño cutáneo.
.
tratamiento
El cáncer de pulmón se trata de diversas formas, dependiendo del tipo de cáncer de pulmón y
de cuánto se haya diseminado. Las personas con cáncer de pulmón de células no pequeñas
pueden ser tratadas con cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o una
combinación de estos tratamientos. Las personas con cáncer de pulmón de células pequeñas
por lo general reciben radioterapia y quimioterapia.
Para obtener más información, visite el sitio web del Instituto Nacional del Cáncer sobre
el cáncer de pulmón.external icon Este sitio también puede resultarle útil para encontrar un
médico o un centro de tratamientoexternal icon especializado para el cáncer.
Los cuidados paliativos se centran en mejorar cómo se siente durante el tratamiento al manejar
los síntomas y brindar apoyo a los pacientes y sus familias con otras necesidades no médicas.
Cualquier persona, independientemente de la edad o del tipo y estadio del cáncer, puede recibir
este tipo de atención. Y en general funciona mejor cuando se inicia poco después del diagnóstico
de cáncer. Las personas que reciben cuidados paliativos junto con el tratamiento para el cáncer
con frecuencia tienen síntomas menos graves y una mejor calidad de vida, e informan que están
más satisfechas con el tratamiento.