Resumen Temas 10-16
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1. INTRODUCCIÓN
Los organismos invertebrados suponen el 90% de la biodiversidad del planeta. Dentro de ellos, el grupo más
diverso lo constituyen los artrópodos insectos, con más de 1.000.000 especies, y entre estos, los coleópteros.
Elevada diversidad: En Europa los invertebrados del suelo suponen una tonelada por cada ha. de terreno.
Pieza clave en las redes tróficas.
Importancia en la dieta humana.
Significado ecológico: Los ecosistemas no serían incapaces de mantener sus procesos ecológicos sin los
invertebrados. Realizan procesos tan relevantes como la polinización, el ciclado de nutrientes o la
descomposición de materia orgánica.
Interacción con la agricultura y la producción vegetal en general
Interés biosanitario e industrial: como el uso de la sanguijuela para evitar trombos y facilitar el retorno
venoso. O las sustancias anticancerígenas obtenidas de esponjas, tunicados y otros organismos marinos.
Interés científico: p.ej. los avances en genética del desarrollo gracias a la mosca Drosophila melanogaster.
Importancia ética y estética
Hay tres dificultades a la hora de desarrollar estrategias de conservación:
Según el Atlas y Libro Rojo de los Invertebrados Amenazados de España (Especies Vulnerables) en el que se
ha actualizado la Lista Roja de Invertebrados Amenazados de España, existen 523 especies, de las cuales 257
presentan alguna categoría de amenaza según la IUCN.
Factores generales
La mayor amenaza de los invertebrados en España está relacionada con la degradación directa de los hábitats
que afecta al 94% de los invertebrados amenazados. Se debe principalmente al desarrollo de infraestructuras
relacionadas con las actividades de turismo y recreación (57% del total) y con los asentamientos humanos
(34% del total). Otros factores de amenaza son:
Especies amenazadas
En nuestro país hay 26 invertebrados terrestres y de agua dulce incluidos en el Catálogo Español de Especies
Amenazadas (CEEA) de los cuales 14 se encuentran En peligro de extinción y 12 en Vulnerable.
En el mediterráneo, la actividad humana ha influido en la estructura del paisaje desde hace más de 8.000 años.
A lo largo de los siglos, las actividades agropecuarias han ayudado a mantener una gran diversidad de especies
de invertebrados, muchas de ellas endémicas. No obstante, la deforestación durante el periodo industrial,
junto a la homogeneización del suelo agrícola debida al incremento de monocultivos caracterizados por el uso
indiscriminado de compuestos fitosanitarios, han afectado profundamente a las poblaciones de
invertebrados. Por lo tanto, la supervivencia de los invertebrados amenazados de España se basará en
impedir la transformación de los hábitats en los que están presentes.
El 37% de las especies de artrópodos y el 32% de los moluscos amenazados viven en espacios arbustivos y
espacios abiertos, como son los matorrales esclerófilos mediterráneos o el matorral xerófilo macaronésico,
así como afloramientos rocosos, playas y sistemas dunares o sistemas agropecuarios. Los bosques, por su
parte, albergan el 21% de los artrópodos y el 24% de los moluscos amenazados. Los sistemas acuáticos son el
hábitat del 28% de las especies de artrópodos y el mismo porcentaje de moluscos amenazados.
Factores generales
Mala regeneración de playas (en muchos casos se crean playas artificiales), modificando la dinámica
de los sedimentos y la granulometría, afectando a la Posidonia o a organismos filtradores.
Granjas de engorde de pescado que producen la eutrofización de los fondos y la proliferación de
enfermedades infecciosas.
Plantas desaladoras, que producen un aumento de la salinidad, que, en el Mediterráneo, sumado al
déficit hídrico puede generar graves pérdidas de biodiversidad.
Marisqueo indiscriminado.
Introducción de especies foráneas, como algas.
Especies amenazadas
Actualmente, en nuestro país existen 9 invertebrados marinos incluidos en el CEEA, de los cuales 6 están En
peligro de extinción y 3 en Vulnerable.
La protección marina se articula a través de la Red de Áreas Marinas Protegidas de España (RAMPE). Está
conformada por espacios protegidos con independencia de que su declaración y gestión se regule por normas
internacionales, comunitarias, estatales o autonómicas.
En caso de que la gestión de las reservas marinas sea entre las CCAA y la Administración General del Estado,
sólo están integradas en la RAMPE sus aguas exteriores. Son 25 las Reservas Marinas de interés pesquero
creadas por las diferentes Administraciones.
Problemas que atañan a nuestros espacios marinos protegidos: La diversidad de nombres, usos y
administraciones implicadas en su gestión. La vigilancia, investigación y seguimiento son muy deficientes y,
muchos de estos espacios se han alejado de su objetivo original (la conservación), utilizándose para turismo.
La mayor parte de las medidas de conservación existentes son consecuencia de las medidas de protección de
los espacios naturales o de políticas de conservación como la inclusión en la lista de especies protegidas. Sólo
seis especies cuentan con programas específicos de investigación que han permitido conseguir información
acerca del hábitat, la distribución geográfica y las tendencias poblacionales.
Las acciones de conservación futuras deberían estar encaminadas hacia la protección y mantenimiento de los
hábitats (88% de las especies):
El conocimiento de las especies a través de la investigación es otra de las actividades con mayor prioridad
para la conservación (73% de las especies):
Por último, crear legislación conservacionista, como la inclusión de especies en los catálogos, ya que hay una
gran descompensación entre el número de especies de flora y vertebrados incluidos.
6.1 Estrategia de Conservación de Patella ferruginea (lapa ferrugínea)
La especie está incluida desde 1999 en la categoría En peligro de extinción del CEEA. Existen alrededor de 100
mil ejemplares en la costa Mediterránea, situados en las islas Chafarinas, Ceuta y Melilla. Estrategia de
conservación:
Está incluido en la categoría En peligro de extinción dentro del CEEA. Se deben actuar para su conservación
en las tres comunidades donde existen actualmente poblaciones: Aragón, Cataluña y Navarra. Únicamente se
encuentra presente en el Ebro, donde únicamente hay 5000 ejemplares.
Ambas estrategias tienen una vigencia indefinida hasta que se alcancen los objetivos de conservación
previstos, y serán revisadas cada cinco años.
TEMA 11: CONSERVACIÓN DE VERTEBRADOS MARINOS Y DULCEACUÍCOLAS EN ESPAÑA
2. VERTEBRADOS MARINOS
La Directiva 2017/845/UE por la que se modifica la Directiva 2008/56/CE (Directiva marco sobre la Estrategia
Marina) establece una lista de presiones antropogénicas sobre el medio marino:
Presiones biológicas
Presiones físicas
2.2 Normativa
Son varios los acuerdos firmados para la protección del medio marino y de su fauna de vertebrados. En el
ámbito europeo existen numerosas directivas y decisiones sobre marcos de acción o estrategia para la
conservación. A nivel internacional existen convenios de gestión de zonas protegidas, mediante colaboración
de los Estados. A nivel nacional encontramos toda la legislación estudiada en temas anteriores.
Profundizando en los cetáceos, están protegidos por tratados y convenios internacionales ratificados por el
estado español. En la Directiva 92/43/CEE (o Directiva Hábitats) todas las especies de cetáceos requieren
protección estricta, incluyéndose dos especies que deben ser objeto de medidas especiales de conservación
del hábitat designando ZECs.
Los cetáceos aparecen en el Convenio de
Berna y el Convenio de Bonn, con el Acuerdo
sobre la Conservación de los Cetáceos del Mar
Negro, el Mar Mediterráneo y la Zona
Atlántica Contigua (ACCOBAMS), de aplicación
en España.
En la normativa nacional los cetáceos están protegidos por el Catálogo Español de Especies Amenazadas
(CEEA) y por el Real Decreto 1727/2007, donde se establecen medidas de protección.
Definidas en la Ley 2/2013 de protección y uso sostenible del litoral que modifica la Ley 22/1988 de Costas.
Se centran en actuaciones en playas y tratamiento del borde costero:
Establece el marco para garantizar la protección, conservación y mejora del medio acuático en todo su
conjunto, tanto de las aguas superficiales continentales, como las aguas de transición, costeras y subterráneas.
Establece que los Estados miembros deben adoptar las medidas necesarias para lograr o mantener un buen
estado medioambiental del medio marino a más tardar en el año 2020. Cada Estado debe elaborar una
estrategia para cada región o subregión marina.
Se aplica a las aguas, el lecho marino y el subsuelo situados más allá de la línea de base que sirve para medir
la anchura de las aguas territoriales y que se extienden hasta el límite exterior de la zona en que cada Estado
ejerce derechos jurisdiccionales.
En España, se ha traspuesto la Directiva a través de la Ley 41/2010 de Protección del Medio Marino. Incluye la
Red de Áreas Marinas Protegidas de España y la regulación de los vertidos en el mar. Se establecen 5
demarcaciones marinas con sus respectivas estrategias, actualizandolas cada 6 años.
La Comisión Europea ha estado trabajando para identificar y promover medidas destinadas a detener y
remediar el deterioro de los recursos medioambientales, socioeconómicos y culturales de las zonas costeras.
Para ello desarrolló un Programa Demostración sobre Gestión Integrada de Zonas Costeras (GIZC).
3. Proyecto de identificación de las áreas de especial interés para la conservación de los cetáceos en el
Mediterráneo español (Proyecto Mediterráneo)
Tiene como objetivo la identificación de zonas de especial interés para los cetáceos, con objeto de tomar
medidas de protección que contribuyan a garantizar su conservación:
Hay 22 vertebrados marinos incluidos en todas las categorías del CEEA (7 En peligro de extinción y 15
Vulnerable), donde encontramos peces, reptiles, mamíferos y cetáceos.
3. PECES CONTINENTALES
Se conocen alrededor de 84 especies de peces en las aguas continentales (ríos y embalses) de España. El alto
grado de endemismos (56) se debe a la separación de las cuencas fluviales respecto a África y Europa.
Las causas del deterioro son la industrialización y el urbanismo. Se ha producido un grave descenso en las
poblaciones de peces continentales, provocada por la contaminación ambiental de la industria, la desecación
de los cauces por el aumento de terrenos de regadío, y a la fragmentación de los hábitats por obras de
ingeniería como presas, trasvases, etc.
Una consecuencia inmediata de la construcción de barreras o infraestructuras es que, de forma paulatina, las
especies con periodos marinos-continentales (anádromas y catádromas) han visto bloqueadas sus migraciones
y, por tanto, su capacidad reproductiva.
El 45% de la ictiofauna continental (sin incluir las especies estuarinas y/o migradoras) es introducida,
provocando la degradación de las especies autóctonas, por competición o por transmisión de enfermedades.
3.2 Normativa
Destaca el Libro Rojo de los Vertebrados de España, el Atlas y Libro Rojo de los peces continentales de España
y el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA), junto con la Ley de Aguas.
Existen además normativas europeas para la calidad del agua de los peces continentales, como la Directiva
2006/44/CE. Establece dos pasos previos: clasificar los ríos en Ciprinícolas o Salmonícolas, y seleccionar
tramos de especial interés por la fauna que albergan. Posteriormente se elaboraron una serie de criterios con
el objetivo de jerarquizar los diferentes tramos según la importancia de la ictiofauna que albergan.
Hay 10 especies de peces dulceacuícolas dentro del CEEA, 8 en estado En peligro de extinción y 2 en Vulnerable.
4. MEDIDAS DE CONSERVACIÓN
Tras los anfibios, los peces continentales son los vertebrados más amenazados de extinción como grupo.
Desde el punto de vista conservacionista, las especies deben ser consideradas como unidades evolutivas ESU
(Evolutionary Significant Unit). Bajo este concepto se engloba aquella población o conjunto de poblaciones de
una especie que presentan una historia evolutiva independiente y características genéticas únicas que
contribuyen substancialmente a la diversidad genética global de la especie. Cada ESU representa la unidad
mínima de conservación, en otros casos se les denomina OCU (Operational Conservation Unit).
Factores de amenaza
Introducción de especies alóctonas, como perca americana, pez sol y cangrejo americano.
Destrucción y/o alteración del hábitat. La construcción de embalses ha provocado la destrucción de
hábitats fluviales y la fragmentación y el aislamiento de poblaciones. Extracción excesiva de agua.
Contaminación de los ríos procedente de núcleos urbanos, industrias y explotaciones mineras.
Medidas de conservación
Factores de amenaza
Destrucción y/o alteración de hábitats, por la alteración de cauces fluviales, la extracción de caudales,
la desecación de humedales litorales, la sobreexplotación de acuíferos y la contaminación de las aguas.
Introducción de especies exóticas, que compiten o acaparan los recursos. Son el pez sol, la perca
americana, la gambusia, el fúndulo, la carpa y el cangrejo rojo americano.
Mortandad por captura en trampas para angulas y su descarte posterior.
Medidas de conservación
Investigación de la especie.
Restauración, rehabilitación y manejo de hábitats.
Regulación hídrica de humedales. Evitar la modificación del régimen hídrico de los humedales para
devolver a las lagunas costeras su carácter salobre y controlar la eutrofización.
Programa de cría en cautividad y reintroducción.
Conservación de la diversidad genética.
Programas de divulgación y concienciación.
Actuaciones de coordinación y cooperación entre administraciones y ONG.
Factores de amenaza
Pérdida de hábitat
Competencia con la gambusia, especie invasora introducida a principios del siglo XX con el objetivo de
controlar la malaria, pues se alimenta de larvas de mosquito.
Medidas de conservación
Los anfibios y reptiles son muy vulnerables a las alteraciones ambientales. Las amenazas más importantes son
la destrucción directa, alteración (incendios, pisoteo ganado, ...), contaminación de los hábitats, en especial
de los medios acuáticos reproductores de los anfibios, o la introducción de especies alóctonas o invasoras.
Por otra parte, la singularidad de la herpetofauna española hace que esté regulada por convenios
internacionales, legislación y normativas comunitarias, españolas y autonómicas. El convenio de Berna sobre
vertebrados, el Convenio de Bonn sobre Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres
afectaría a cinco tortugas marinas, el Convenio de Washington (CITES) sobre Comercio Internacional de
Especies Amenazadas de la Flora y la Fauna Silvestres, recoge varios reptiles, el Convenio de Barcelona, sobre
la protección del mar Mediterráneo de la contaminación, que regula las Zonas Especialmente Protegidas
(ZEPIMs) afecta a las cinco tortugas marinas. También está la Directiva 92/43/CEE (Directiva Hábitats) y la Ley
42/2007, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
2. ANFIBIOS
Estamos viviendo la sexta gran extinción masiva como consecuencia directa de una intensa presión antrópica.
Esta situación es muy grave en los anfibios, que son el mayor grupo de vertebrados en riesgo a nivel mundial.
La diversidad actual de los lisanfibios (anfibios modernos) lo constituyen de mayor a menor cantidad de
especies: ranas y sapos; salamandras y tritones; y cecilias. Están presenten en todos los continentes (salvo en
la Antártida) adaptados a hábitats que contengan un mínimo de humedad. Sin embargo, su distribución
geográfica no es uniforme en todo el mundo, ya que por ejemplo las cecilias se distribuyen exclusivamente en
las regiones tropicales.
El 85% de las 6800especies de anfibios conocidas están incluidas en la Lista Roja de UICN. Las principales
causas del declive de los anfibios son:
Los primeros planes de conservación de anfibios en Europa datan de los años 80. Son de ámbito local, sobre
poblaciones amenazadas, aunque ocasionalmente afectan al ámbito nacional.
2.2 Planes de recuperación de anfibios en España
En muchas CCAA se llevan a cabo estudios, catálogos y proyectos preliminares de distribución e inventariado
de especies y puntos húmedos de reproducción, redacción de planes de conservación y valoración del estado
de conservación de poblaciones. Por ejemplo: Recuperación de charcas de reproducción en Montsià.
El medio acuático es muy vulnerable y los anfibios han desarrollado estrategias ecológicas, conductas y
sistemas fisiológicos de superación:
La duplicidad del hábitat en el ciclo biológico de los anfibios exige medidas correctoras, tanto en el medio
acuático como en los corredores entre zonas húmedas.
Actualmente, en nuestro país hay 20 especies de anfibios en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de
Protección Especial (LESPRE), 2 incluidas en el CEEA, que es el que tiene validez jurídica en la Ley 42/2007,
bajo la categoría de En peligro de extinción y 6 bajo la categoría de Vulnerable.
- Las tortugas españolas son 10 especies, todas amenazadas, y que incluyen 6 tortugas marinas. Sólo la
tortuga boba se reproduce todavía puntualmente en las costas españolas. Existen también 2 tortugas
terrestres en la Península y Baleares, la tortuga mora y la tortuga mediterránea; y dos tortugas de
agua dulce, el galápago común y el europeo. También hay tortugas exóticas introducidas, como la
tortuga de orejas rojas. Ninguna tortuga es endémica del territorio español, pero resultan de interés
prioritario de conservación.
- Los Escamosos representados por diversos grupos y familias.
- Los blánidos, reptiles sin patas con aspecto de lombriz, cavadores y ciegos. 4 especies.
- Los Camaleones, representado por el camaleón común.
- Los ánguidos se conoce en la península una sola especie ápoda, sin patas.
- Los eslizones se componen de 13 especies, al menos 2 en la península y 4 endémicas en Canarias.
- Las salamanquesas o gecos, 7 especies en territorio español, 2 de ellas en la Península y Baleares, la
salamanquesa común y la rosada.
- Los agámidos, de distribución africana.
- El grupo con mayor número de representantes es el de los Lacértidos -lagartijas y lagartos- con al
menos de 37 especies. En la península citaremos a la lagartija colirroja, el endemismo ibérico lagartija
de Valverde y el lagarto ágil. Algunos géneros y especies están aún por clasificar.
- Los ofidios o serpientes incluyen 14 especies autóctonas en la península (3 de ellas también en
Baleares), divididas en culebras y víboras.
El libro rojo incluye 5 especies En Peligro Crítico (CR), 6 En Peligro (EN), 12 son Vulnerables (VU) y 10 Casi
Amenazadas (NT). Entre los taxones que se hallan En Peligro Crítico (CR) se encuentran la tortuga laúd, la
tortuga carey y el lagarto canario. Por su parte, las tortugas marinas (tortuga boba y tortuga verde), y las
terrestres (tortuga mora y tortuga mediterránea), se hallan En Peligro de Extinción.
Como casos más significativos en cuanto a la disminución en su categoría de amenaza, está el del camaleón,
que ha pasado de considerarse en peligro de extinción en 1992 a la categoría de Casi Amenazado (NT).
Actualmente, en nuestro país existen 53 especies de reptiles incluidas en el Listado de Especies Silvestres en
Régimen de Protección Especial (LESPRE), 8 incluidas en el CEEA.
Las introducciones recientes son las que se producen desde mediados del siglo XX, y las antiguas se produjeron
en el Neolítico (estas ya no afectan a la fauna autóctona, aunque sí lo hicieron en su momento). Todas las
especies de introducción antigua provienen del Mediterráneo. Las de introducción reciente tienen una
procedencia global, del mercado de animales de compañía. Actualmente se sigue observando fenómenos de
introducción pasiva para gecos, que viajan con los materiales de construcción o con cargamentos de frutas.
Las regiones españolas con el mayor número de especies alóctonas son las insulares, mientras que las regiones
con el menor número de especies introducidas son las de menor densidad de población humana y sin puertos
(Castilla). Un problema importante detectado para la herpetofauna española, es el elevado número de
especies autóctonas con poblaciones traslocadas.
TEMA 13: CONSERVACIÓN DE AVES Y MAMÍFEROS EN ESPAÑA
1. AVES
Las aves son los vertebrados terrestres más numerosos en España (más de 600 especies) aunque por detrás
de los peces marinos. Generalmente se distinguen dentro de las reproductoras (lo hacen dentro de la
península) a las nativas o autóctonas y las introducidas por la acción humana, que se reproducen en libertad.
De las 288 especies nativas, 266 pueden considerarse reproductoras habituales, y de las 49 aves introducidas,
solo 6.
La avifauna peninsular es rica en aves reproductoras e invernantes, aunque no cuenta con endemismos
peninsulares debido a su capacidad de dispersión.
El resto de amenazas (mala gestión del hábitat, quema de rastrojos, reforestaciones, deforestación,
destrucción o degradación de riveras, abandono de explotaciones salinas, contaminación lumínica y colisión
con alambradas) afectan a menos especies.
Desarrolladas en 1985 por BirdLife International identificándose hasta la fecha, más de 12.000 IBA en más de
200 países. Aunque no se trata de una figura de protección oficial, las IBA han desempeñado en Europa un
papel clave en la designación de las ZEPA, espacios incluidos en la Red Natura 2000, derivadas de la Directiva
de Aves Silvestres (2009/147/CE). En España hay 469 IBA que ocupan el 36% de la superficie y que son:
Factores de amenaza:
Medidas de conservación:
Factores de amenaza:
Medidas de conservación
2. MAMÍFEROS TERRESTRES
Se conocen en torno a 6000 especies de mamíferos a escala global. Las comunidades de mamíferos españolas
son consecuencia de la historia geológica y biogeográfica, la ubicación geográfica y su climatología. La barrera
marina que supuso hace 5 millones de años el estrecho de Gibraltar ha condicionado el poblamiento actual,
siendo la mayoría de los mamíferos típicamente centroeuropeos y de amplia distribución. La península ha sido
un refugio para numerosas especies en las ultimas glaciaciones, lo que ha supuesto una gran cantidad de
endemismos (cerca del 20% de las especies consideradas).
En España según el Atlas y libro rojo hay 107 especies autóctonas terrestres, de las 264 de Europa occidental;
es decir, el 38%. En territorio español hay 31 especies de cetáceos (delfines y ballenas); 19 roedores
autóctonos; 15 carnívoros y 6 de artiodáctilos (cerdos, cabras, ovejas y vacas). De todos los mamíferos
conocidos en el territorio peninsular 90 son autóctonos.
Respecto a los mamíferos terrestres, la pérdida y degradación de su hábitat es su principal amenaza, al igual
que las molestias producidas por el ser humano, la contaminación, los accidentes mortales (venenos o
vehículos), la sobreexplotación o las especies invasoras.
Especie en grave peligro de extinción que actualmente sólo sobrevive en España y Portugal.
Factores de amenaza:
Alteración y destrucción de hábitat. El lince ibérico sólo vive en el monte mediterráneo, el cual se
elimina para urbanizar, hacer embalses e infraestructuras industriales y de transporte. Además, las
masas de monte restantes se ven alteradas por la ganadería, la silvicultura y la caza.
Disponibilidad de alimento. El lince ibérico basa su dieta en el conejo y de ahí que la escasez de este
lagomorfo sea una de sus principales amenazas.
Fragmentación de hábitat, que reduce la posibilidad de que haya poblaciones grandes y continuas.
Muertes por cepos y lazos. Durante la década de los 80, supusieron la mitad de las muertes.
Caza ilegal.
Atropellos.
Transmisión de enfermedades. La infección de los linces de Doñana por leucemia felina se originó
probablemente a través de gatos domésticos.
Medidas de conservación:
Actualmente existe una nueva estrategia para la conservación con una serie de metas como son: estabilizar
las poblaciones existentes, aumentar el número de individuos que viven en las poblaciones silvestres hasta
que al menos una de ellas supere los 50 individuos maduros, y aumentar el número de poblaciones silvestres,
consiguiendo que el número total de linces maduros en la naturaleza sea superior a 250.
Actualmente existen dos estrategias para la conservación del oso pardo, una desarrollada para las poblaciones
de la región cantábrica y otra para las pirenaicas.
Medidas de conservación:
Dado que los planes de conservación de las CCAA no han surtido efecto por ser más orientativos que prácticos,
se ha desarrollado la Estrategia para la conservación del Oso Pardo Cantábrico, con cuatro objetivos:
Factores de amenaza:
Medidas de conservación:
Una parte de la fauna silvestre puede ser considerada como un recurso natural susceptible de ser explotado
mediante actividades extractivas con objetivos económicos y/o recreativos. Estas actividades extractivas,
dependiendo del medio en el que se desarrollan, corresponden a la caza y la pesca.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) define el uso sostenible de una especie:
Información sobre la especie, el hábitat, los usos actuales y futuros y los factores socioeconómicos.
Un sistema de gestión que responda rápida y eficazmente al cambio de las condiciones.
Incentivos económicos y sociales para los habitantes de las zonas en las que se realiza la explotación.
Aplicar el principio de precaución para asegurar la conservación de las especies y los ecosistemas.
2. DEFINICIÓN DE CAZA
La caza es la actividad deportiva ejercida por las personas mediante el uso de artes, armas o medios dirigidos
a la búsqueda, atracción, persecución o captura de ejemplares de fauna silvestre terrestre con el fin de darles
muerte, apropiarse de ellos, devolverlos a su medio o facilitar su captura por un tercero.
La actividad de la caza sólo puede ejercerse sobre las especies cinegéticas incluidas en la normativa vigente,
nunca sobre especies del Catálogo de Español de Especies Amenazadas (CEEA).
Puede cazar toda persona que esté en posesión de la licencia de caza. La titularidad de los derechos cinegéticos
corresponderá a las personas o entidades propietarias de los terrenos o, titulares de derechos personales o
reales que conlleven el uso y disfrute del aprovechamiento.
No hay una legislación europea al respecto, salvo lo indicado en algunas directivas europeas, sobre las especies
que pueden cazarse y los métodos permitidos para su caza, como la Directiva Aves o la Directiva Hábitats o la
de tenencia de armas. Asimismo, hay reglamentos que regulan el comercio de especies o el uso de cepos.
La normativa básica corresponde al Estado, aunque carece de competencias reales, mientras que el
desarrollo de la normativa a las CCAA, que poseen en la práctica, todas las competencias ejecutivas.
La protección de la fauna en su valor ambiental adquiere más importancia que la protección de los
derechos económicos y el ejercicio deportivo de la caza y la pesca
El patrimonio cinegético o piscícola es un bien a proteger, no sólo las especies del CEEA.
Se agravan las penas en la captura con métodos prohibidos.
3.2 Marco básico estatal
La Ley de Caza de 1970, tiene como finalidad “regular la protección, conservación y fomento de la riqueza
cinegética nacional y su ordenación y aprovechamiento en armonía con los distintos intereses afectados”.
la Ley 4/89 de Conservación de los Espacios Naturales y la Flora y Fauna Silvestres, creaba el Censo Nacional
de Caza y Pesca y el Registro Nacional de Infractores de Caza y Pesca (que nunca se realizaron). Esta Ley
impulsaba la utilización racional de los recursos naturales imponiendo limitaciones de caza y pesca de
especies, zonas y momentos.
El marco básico para las normativas de caza fue retomado por la Ley de Patrimonio Natural y de la
Biodiversidad (LPNB), estableciendo que: “la caza y la pesca, en su condición de aprovechamiento de recursos
naturales, deben garantizarse, pero limitando su aplicación a los espacios, fechas, métodos de captura y
especies que determinen las CCAA, que en ningún caso incluirán las especies protegidas”.
La LPNB crea el Comité de Caza y Pesca cuya función es analizar desde un punto de vista técnico y elevar a la
Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad propuestas en materia de caza y pesca. Coordina
las CCAA. Se compone de un representante de cada CA, presidentx (Ministerio estatal), técnicxs y secretarix.
Esta ley no es especifica de caza y pesca, por lo que sus planteamientos generales los desarrollan las CCAA.
En la Ley 30/2014 de Parques Nacionales, la caza deportiva y comercial son consideradas actividades
incompatibles en el territorio de un Parque Nacional.
1. Leyes de Caza
Ley de Caza de 1970 sustituida por las leyes de caza de las CCAA
2. Órdenes de Veda
Se determinan de forma detallada las zonas, épocas, periodos, días y horarios hábiles de caza, así ́ como las
modalidades, excepciones, limitaciones y medidas preventivas para su control
3. Especies cinegéticas
Una especie cinegética es aquella que la administración considera que puede ser cazada en unas condiciones
concretas, cuya catalogación se basa en las normativas de caza y conservación de la naturaleza. Una especie
dejará de ser cinegética si la caza pone en peligro el mantenimiento de sus poblaciones, independientemente
de que fuese considerada como pieza de caza.
4. Terrenos cinegéticos
Son los únicos lugares en los que se puede cazar y están señalizados mediante indicadores en todas las vías
transitables de acceso al terreno cinegético, así como a lo largo de todo el perímetro exterior del mismo y en
su interior en su caso. Dos tipos de terrenos cinegéticos:
Coto de Caza: superficie continua de terreno de caza declarada por la administración competente a
instancia de la persona o entidad propietaria de los derechos cinegéticos sobre el terreno.
Reserva Regional de Caza: área con posibilidades de caza excepcionales, donde los derechos de caza
corresponden a la administración. A su vez los terrenos cinegéticos se diferencian, atendiendo a su
titularidad, en terrenos cinegéticos de titularidad privada o pública.
o Reservas Nacionales de Caza. Áreas delimitadas establecidas por Ley con la finalidad de
promover, conservar y proteger determinadas especies, donde es posible cazar.
o Reservas Regionales de Caza. Terrenos declarados con el doble fin de conservar y promover
determinadas especies y, una vez alcanzados los niveles de densidad adecuados, poder cazar,
pagando a las comarcas afectadas. La administración competente tiene los derechos de caza.
o Cotos Sociales. Donde la Administración tiene la titularidad de los derechos cinegéticos.
o Cotos municipales. Formados por entidades locales con obligación de reservar un porcentaje
de permisos a propietarios de las fincas, a vecinos y a cazadores foráneos.
Estimación de elementos como el potencial de acogida de fauna (capacidad de carga del medio) que,
comparado con la densidad real, permite indicar líneas de actuación, ya sean dirigidas al mantenimiento de la
densidad o a un programa de recuperación de especies. En una planificación cinegética, es muy importante
conocer el número de ejemplares a cazar cada temporada.
La regla básica es que, si el objetivo es mantener la densidad, cada año es posible cazar la diferencia entre la
producción de jóvenes y la mortalidad de una población.
- En caza menor un buen año de cría permite un mayor volumen de capturas, pero si queremos
incrementar la densidad debemos cazar menos.
- En caza mayor el plan de capturas debe basarse en la edad (jóvenes, adultos, viejos) y sexos (machos
y hembras) para que la extracción no provoque desequilibrios en la población.
En las especies de caza menor, si el resultado de dividir el número de jóvenes por el de adultos está por debajo
de 1,5, es aconsejable no cazar, ya que no existe balance positivo entre producción y pérdidas. Para cociente
de edad próximo a 3 (seis jóvenes por pareja), la captura del 40-50% mantiene la densidad.
3. Seguimiento: permite comprobar la evolución de las poblaciones y de las capturas, así como del hábitat,
para modificar la planificación si es necesario.
El seguimiento se realiza a través de fichas de control de cacería (descripción de la acción de caza) y fichas de
observación de los ejemplares cazados (al menos, sexo y edad de los ejemplares capturados).
Caza mayor
Montería. Cacería organizada con puestos fijos, con ayuda de rehalas y batidores en una extensión de
monte cercado por los cazadores (más de 25) distribuidos en armadas.
Rececho. Un cazador, sin ayuda de perros, excepto los utilizados para seguir el rastro de sangre de
piezas heridas, ni ojeadores y en solitario o acompañado, busca las piezas de caza a abatir.
Batida. Cacería organizada para jabalíes o corzos con puestos fijos que se celebra con un número de
cazadores igual o superior a nueve, autorizándose en cada período hábil, una batida por cada 250 ha.
Espera o aguardo. Similar a montería. El cazador solitario en un puesto fijo, de noche, en una zona de
paso o donde se sabe que acude la especie de interés.
Aguardo. Acecho de uno o varios cazadores que esperan apostados en puntos concretos a que las
piezas de caza acudan espontáneamente.
Caza menor
En mano. Un grupo de cazadores, acompañados o no de perros, van en busca de las piezas de caza.
Ojeo. Consiste en batir un determinado terreno por ojeadores sin perros ni armas para que la caza
pase por una línea de cazadores apostados en lugares fijos.
Caza de acuáticas. Los puestos se colocan en barriles, barcas fijas y posturas entre malezas, sobre una
superficie acuícola donde las aves tienen sus querencias naturales hacia comederos o refugios.
Perdiz con reclamo. Se usa una perdiz criada en cautividad para reclamar a las demás.
Cetrería. Utilización de aves rapaces adiestradas.
Liebre con galgo. Se utilizan galgos para capturar liebres, sin usar armas, a pie o a caballo.
Desde puesto fijo. Acecho desde puntos fijos, con arma, esperando que la pieza pase por el lugar.
Con cimbel. Acecho de uno o varios cazadores en puntos concretos, sin moverse de los mismos, con
arma, utilizando señuelos para la caza de aves.
A estas modalidades se unen otro tipo como la caza con arco, pasa, perro y hurón, conejo con podenco
ibicenco, ronda, silvestrismo, lanceo y vaqueo, caza a ‘barraca’ o filats.
TEMA 15: GESTIÓN Y ORDENACIÓN DE LA PESCA
1. INTRODUCCIÓN: DEFINICIÓN Y MODALIDADES
La pesca es la actividad ejercida por las personas mediante el uso de artes, armas o medios dirigidos a la
búsqueda, atracción, persecución o captura de ejemplares de fauna silvestre acuática con el fin de darles
muerte, apropiarse de ellos, devolverlos a su medio o facilitar su captura por un tercero.
En volumen, el 90% de la pesca se realiza en aguas marinas, mientras que sólo el 10% ocurre en aguas
continentales. En España, el Estado tiene la competencia sobre la pesca en aguas marinas, mientras que la que
se realiza en aguas continentales es competencia de las CCAA. La pesca continental está regulada al igual que
la caza por la Ley 4/89 de Conservación de los Espacios Naturales y la Flora y Fauna Silvestres y más
recientemente de la Ley 42/2007, LPNB y sus últimas modificaciones Ley 33/2015 y Ley 7/2018. Sin embargo,
en muchas CCAA se sigue aplicando la Ley de 1942.
2.1 Competencias
El agua y el cauce de los ríos son competencia del Estado a través de Confederaciones Hidrográficas.
La protección de especies de flora y fauna es competencia de las CCAA.
La gestión de la actividad de la pesca fluvial es competencia de las CCAA.
Las especies pescables, fechas, tallas, cupos y tramos autorizados para la pesca de cada CA se establece en las
Órdenes de Veda. En ningún caso incluyen especies protegidas.
La normativa establece la necesidad de un examen para obtener la licencia que permite la práctica de la pesca.
Régimen de pesca
Los cursos y masas de agua se clasifican en:
o Aguas libres para la pesca: zonas sin restricción.
o Cotos de pesca: poseen un plan técnico de aprovechamiento piscícola.
o Vedados de pesca: zona con prohibición de pesca temporal.
o Refugios de pesca: zona con prohibición de pesca permanente.
Planes de gestión (tres tipos): planes generales de ordenación piscícola que establecen los principios
básicos de planificación de territorios amplios, planes técnicos de los Cotos de Pesca y planes de
aprovechamiento de aguas libres.
Órdenes de Veda: marcan las condiciones en las que debe desarrollarse la pesca en cada temporada.
Las publica cada CA, anualmente en sus respetivos Boletines Oficiales a primeros de cada año.
Basada en periodos hábiles para la pesca, dimensiones mínimas de las especies pescables o número máximo
de capturas por pescador.
Caudales ecológicos
Obstáculos, pasos y escalas para peces
Centrales hidroeléctricas
Contaminación de las aguas
Medidas de protección de cauces y márgenes
3. PESCA MARÍTIMA
Está regulada por la Ley 33/2014, que modifica la Ley 3/2001 de Pesca Marítima del Estado.
Se realiza por entretenimiento, deporte o afición y sin ánimo de lucro, y sus capturas no podrán ser objeto de
venta ni transacción. Se realiza en las mismas áreas que la pesca profesional. Modalidades:
La competencia estatal para promulgar normas de Pesca de Recreo en aguas exteriores la ostenta la
Administración General del Estado, a través del Real Decreto 347/2011, normativa que completan las CCAA.
Se regulan las clases, útiles y aparejos, periodos y zonas de veda, especies autorizadas y máximos de capturas.
3.2 Actividad pesquera profesional
La Comisión Europea considera que los recursos pesqueros constituyen un recurso natural, renovable y móvil,
cuya reproducción y desplazamientos escapan a nuestro control. Uno de los principales ámbitos de acción de
la Política Pesquera Común es la conservación y la explotación sostenible de los recursos pesqueros, legislada
en el Reglamento (CE) 2002 del Consejo mediante el cual “se pretende garantizar una explotación de los
recursos acuáticos vivos que facilite unas condiciones económicas, medioambientales y sociales sostenibles, y
con este fin, la Comunidad aplicará el criterio de precaución al adoptar medidas concebidas para proteger y
conservar los recursos acuáticos vivos, procurar su explotación sostenible y reducir al mínimo los efectos de las
actividades pesqueras en los ecosistemas marinos”. Este reglamento europeo fue modificado en 2007.
Definiciones:
«Actividad pesquera»: la extracción de los recursos pesqueros en aguas exteriores, así como la de crustáceos
y moluscos con artes y aparejos propios de la pesca. Están excluidas las actividades de marisqueo y acuicultura.
«Aguas exteriores»: bajo jurisdicción o soberanía española, situadas por fuera de las líneas de base, sobre
extensión de jurisdicción marítima a doce millas, a efectos de pesca.
«Aguas interiores»: bajo jurisdicción o soberanía española, situadas dentro de las líneas de base.
«Arte de pesca»: todo aparejo, red, útil, instrumento y equipo utilizados en la pesca en aguas exteriores.
«Lonja»: instalación para la exposición y primera venta de los productos pesqueros frescos, situada en el
recinto portuario y autorizada por los órganos competentes de las CCAA en ordenación del sector pesquero.
«Pesca marítima»: conjunto de medidas de protección, conservación y regeneración de los recursos marinos
vivos en aguas exteriores, así como la actividad pesquera, en esas aguas.
«Pesquería»: el ejercicio de la actividad pesquera dirigida a la captura de una especie o grupo de especies en
una zona o caladero determinado.
«Recursos pesqueros»: los recursos marinos vivos, así como sus esqueletos y demás productos de aquéllos,
susceptibles de aprovechamiento.
«Zona o caladero de pesca»: área geográfica sujeta a medidas de gestión o conservación singulares, en base
a criterios biológicos.
Reservas marinas: “zonas que por sus especiales características se consideren adecuadas para la
regeneración de los recursos pesqueros. Las medidas de protección determinarán las limitaciones o
la prohibición, en su caso, del ejercicio de la actividad pesquera, así como de cualquier otra actividad
que pueda alterar su equilibrio natural”.
Zonas de acondicionamiento marino: declaradas con “el fin de favorecer la protección y reproducción
de los recursos pesqueros, y en las que se realizarán obras o instalaciones que favorezcan esta
finalidad”, como “arrecifes artificiales”.
Zonas de repoblación marina: “zonas destinadas a la liberación controlada de especies en cualquier
fase de su ciclo vital”.
La acuicultura es la cría de organismos acuáticos, incluidos peces, moluscos, crustáceos y plantas. La cría
supone la intervención humana para incrementar la producción; por ejemplo, concentrar poblaciones de
peces, alimentarlos o protegerlos de los depredadores. Asimismo, la cría supone tener la propiedad de las
poblaciones que se estén cultivando.
La gestión de la actividad acuícola es competencia de las CCAA, aunque el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación coordina la actuación de las CCAA con la Junta Nacional Asesora de Cultivos Marinos (JACUMAR).
Se crearon por la Ley 23/1984 de Cultivos Marinos, y se estableció que el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación podría proponer a las CCAA este tipo de iniciativas y serían ejecutados por estas últimas en el
ámbito de sus competencias. El seguimiento de los planes lo realizaría la JACUMAR.
Definición
Un Plan Nacional es una acción destinada al fomento y desarrollo de la acuicultura marina de forma armónica
en el territorio nacional. Se orientan al logro de objetivos específicos suficientemente concretos como para
eliminar generalidades y ambigüedades y que sean de interés para una parte significativa de nuestro país.
Objetivos
Los objetivos de los planes nacionales pueden ser tanto de investigación, desarrollo e innovación como de
cualquier otra actividad relacionada con la acuicultura cuya consecución se considere importante para el
desarrollo armónico de la actividad acuícola.
Funcionamiento
Los Planes se identifican y se aprueban en la JACUMAR. Por regla general, son propuestos por CCAA, aunque
los puede proponer la otra parte interesada. El plan debe interesar a mínimo 3 CCAA. Tras la aprobación se
hacen grupos de trabajo (investigación…) y las tareas se reparten entre las CCAA para financiarlas. Los planes
se evalúan periódicamente.
Estructura
Se enmarca en la Política Pesquera Común (PPC) y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) para el
desarrollo sostenible de la acuicultura propuesto por la Comisión Europea. 4 objetivos: simplificar y
homogeneizar la legislación; incrementar la producción acuícola española seleccionando nuevos
emplazamientos e invertir en I+D+i para ganar competitividad (medio ambiente, bienestar animal, etc…).
TEMA 16: TÉCNICAS DE CONSERVACIÓN DE RECURSOS VEGETALES Y ANIMALES EX SITU
1. INTRODUCCIÓN
La humanidad tiene el gran reto de frenar la destrucción del medio ambiente y, en particular, de la
biodiversidad. Para ello se han diseñado y aplicado estrategias de conservación.
La conservación in situ, que se refiere al cuidado de la biodiversidad en su entorno natural, permite proteger
poblaciones de especies silvestres y, por tanto, procurar condiciones mínimas para el mantenimiento de su
variedad genética en estado silvestre.
Abordar las amenazas primarias. Como son la pérdida de hábitat, la sobreexplotación, las especies invasoras
o enfermedades, cuando actividades de investigación para conservación o de educación, impactan tanto
directa como efectivamente sobre las causas de esas amenazas.
Compensar los efectos de las amenazas. Las actividades ex situ pueden mejorar la viabilidad demográfica y
/o genética de una población solucionando los impactos de las amenazas primarias o estocásticas.
Comprar tiempo. El establecimiento de una población de rescate o de respaldo ex situ diversa y sostenible
puede ser crítico para prevenir la extinción de especies cuando el declive de la población silvestre es acelerado.
Restaurar las poblaciones silvestres. Una vez que se han abordado suficientemente las principales amenazas,
las poblaciones ex situ se pueden utilizar para la restauración de la población (reforzamiento o reintroducción),
o para introducción de conservación (colonización asistida o sustitución ecológica). El cambio climático va a
hacer impredecibles e imposibles las reintroducciones a medida que los hábitats se van alterando.
Existe una necesidad creciente de integrar la planificación de la conservación in situ y ex situ para garantizar
que la conservación ex situ apoye de la mejor manera posible la conservación in situ.
La Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN (CSE) describe en cinco pasos unas directrices para
valorar la conveniencia de la gestión ex situ, explorando la función y el diseño de conservación, la viabilidad y
la evaluación de riesgos, y orientan hacia una decisión final.
Paso 1. Estudiar el estado de conservación y la información básica de la especie, así como las amenazas.
Paso 2. Definir que función puede desempeñar la gestión ex situ en la conservación, abordando las amenazas.
Paso 3. Determinar las características y dimensiones de la población ex situ necesarias para cumplir con la
conservación.
Paso 4. Definir los recursos y los conocimientos necesarios para que el programa de gestión ex situ cumpla su
función y evaluar la viabilidad y los riesgos (deben ser sopesados frente a los riesgos de no adoptar medidas).
Paso 5. Tomar una decisión que será informada y transparente, sopesando el beneficio potencial contra el
riesgo, la probabilidad de éxito, los costes y la inacción.
2. CONSERVACIÓN DE RECURSOS VEGETALES
Crioconservación
Es la preservación de células viables, tejidos y órganos a temperaturas ultra bajas, principalmente en nitrógeno
líquido, (-196º). Es el método más estable de conservación de germoplasma, puesto que la actividad
metabólica y muchos procesos físicos cesan a esa temperatura. Es un método rápido, sencillo, no altera la
estabilidad genética del material y reduce el esfuerzo y los costes de mantenimiento de colecciones de
germoplasma in vivo o in vitro.
Se conocen diversas técnicas de crioconservación, todas ellas destinadas a evitar la formación de hielo
intracelular, el cual puede ocasionar daños irreversibles en la membrana celular. Estas técnicas están basadas
en la deshidratación inducida por la congelación (congelación lenta o por etapas) o en la vitrificación. La
vitrificación es una técnica moderna que hace referencia a la transición de una solución acuosa desde líquido
a un estado amorfo vítreo, evitando la formación de hielo, la cual es seguidamente introducida en nitrógeno
líquido. Las metodologías basadas en la vitrificación son: encapsulación-desecación, la encapsulación-
vitrificación, la desecación, el precultivo, el precultivo-desecación, la congelación en gota (droplet freezing) o
la vitrificación en gota (droplet vitrification).
Según la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (LPNB), un jardín botánico es una institución (pública,
privada o mixta) o instalación de conservación ex situ, que exhibe colecciones científicas de plantas vivas,
mantenidas, cultivadas y propagadas para el logro simultáneo de objetivos de estudio, divulgación, enseñanza
y conservación de la diversidad vegetal.
Se estima que en conjunto poseen alrededor de 100.000 especies diferentes, lo que se corresponde con casi
1/3 del total de plantas vasculares conocidas en el planeta. Con cerca de 10.000 especies de plantas
amenazadas de Lista Roja de la UICN.
Aumentar la comprensión del público sobre el valor de la diversidad vegetal y sus amenazas.
Implementar medidas prácticas para el mejoramiento del medio ambiente natural del mundo.
Promover y garantizar el uso sostenible de los recursos naturales para las generaciones futuras.
Mantienen y reproducen especies amenazadas, sirven como centros de investigación para mejorar el manejo
de poblaciones salvajes en cautividad e incrementan la conciencia pública sobre la disminución de
biodiversidad.
El desarrollo de programas para la instauración de poblaciones criadas en cautividad viables a largo plazo de
especie de animales raras y en peligro de extinción es un objetivo actual de la mayoría de los zoos.
Considerar los zoos como centros de conservación de la biodiversidad viene derivado de la pérdida del interés
social por la simple exhibición de los animales y la mayor preocupación hacia los problemas ambientales y el
bienestar de los animales.
Si se tiene en cuenta que los parques zoológicos y los acuarios, reciben 650 millones de visitantes al año, el
potencial educativo y el impacto económico que esto representa es enorme. De este modo, y poniendo de
ejemplo una de las especies carismáticas como es el panda gigante, si los zoos transmiten adecuadamente el
mensaje conservacionista sobre esta especie y su hábitat, el público que visita las instalaciones puede
interesarse en su protección, informarse, donar dinero y presionar a los gobiernos para crear áreas protegidas
donde tanto el panda gigante como otras especies que conviven en el mismo hábitat, puedan ser protegidas.
Los parques zoológicos trabajan cada vez más con universidades, agencias gubernamentales encargadas de la
vida silvestre y distintas organizaciones, con el fin de definir qué poblaciones de especies amenazadas y en
peligro pueden mantenerse en cautividad.
Menos del 5% de las especies de mamíferos terrestres que hay en los zoos han sido capturados en la
naturaleza, y este porcentaje sólo asciende al 7% cuando se trata de mamíferos en peligro.
Para poder garantizar la supervivencia de las especies de fauna silvestre amenazadas de extinción y cuando
las políticas centradas en la protección y el uso sostenible de los ecosistemas naturales no son suficientes,
resulta necesario intervenir directamente sobre el tamaño y la dinámica de las poblaciones silvestres,
mediante estrategias de reforzamiento o reintroducción. Y es en el desarrollo de programas de cría en
cautividad donde los parques zoológicos deberían estar directamente implicados.
El objetivo de la cría en cautividad dirigida a la conservación es establecer una población autosuficiente que
mantenga al menos el 90% de la diversidad genética original durante cien años o más, mientras se intentan
controlar y/o atenuar los factores causantes del riesgo de extinción. Para lograrlo, la población cautiva debe
entenderse como un componente de la metapoblación que se trata de conservar en su entorno natural.
Asimismo, el segundo objetivo es mantener una reserva de animales como salvaguarda frente a una posible
extinción hasta que las condiciones de tamaño y viabilidad de la población silvestre hayan sido restauradas.
Es necesario que los zoos asuman como uno de los objetivos prioritarios el mantenimiento de la diversidad
genética de los animales y el fomento de su competencia comportamental. Este concepto hace referencia a
los aspectos del comportamiento de un animal que son importantes para su supervivencia y reproducción en
el entorno natural, como son:
Detectar, reconocer y huir de los depredadores (así como de cualquier otro peligro potencial)
Explotar eficazmente los recursos tróficos del entorno
Reproducirse y dispensar cuidados parentales
Gestionar con éxito los conflictos sociales surgidos en los grupos
Con relación al mantenimiento de la diversidad genética, se crean los studbooks o libros de registro de pedigrí,
donde se incluye un registro mundial de todos los individuos en cautividad y que forman parte del programa
de cría de la especie. Albergan fechas de nacimiento y defunción, localización e identificación de los padres.
Mantener ejemplares de fauna silvestre de mayor interés conservacionista, a nivel local y global.
Integrar en su colección ejemplares que formen parte de alguno de los programas de cría en cautividad
promovidos y amparados por administraciones públicas.
Evitar la simple acumulación de especies animales para su mera exhibición y explotación comercial.
Renunciar a la cría indiscriminada de animales silvestres, así como a la hibridación de taxones.
El enfoque tradicional de los acuarios públicos estaba centrado en la exhibición de peces exóticos y mamíferos
marinos, delfines u orcas. Al igual que los zoos, y a medida que la preocupación por el medioambiente y su
conservación se ha ido instalando en la sociedad, se ha incrementado el papel educativo de los acuarios en la
conservación de los ambientes acuáticos.
Centrados en las especies marinas y dulceacuícolas raras, la actividad de los acuarios públicos se centra en el
desarrollo e implementación de técnicas de reproducción que evite la colecta de estas especies e incluso
permita su liberación a un entorno natural.
Resulta dramáticamente irónico que una de las mayores amenazas para la diversidad de las especies
autóctonas proviene de las enfermedades que transportan y de los procesos de hibridación que sobre estas
especies nativas provocan los ejemplares que se escapan de las instalaciones de acuicultura. A esto se añade,
el daño al hábitat que se suele producir cuando se establecen nuevas instalaciones de acuicultura.
La función que desempeñan estos centros es la rehabilitación de especies de fauna amenazada para su
posterior devolución al medio natural, una vez recuperado y sin limitaciones para su pleno desarrollo en
libertad. Es necesario que los animales:
La mayoría de los ingresos son ejemplares juveniles e inmaduros, que estaban dispersos en el medio marino,
lejos de las poblaciones reproductoras. Es por ello que su rehabilitación es fundamental para mejorar la
estabilidad poblacional, ya que:
1) La fracción reproductora ocupa los mejores territorios reduciendo así el riesgo de sufrir accidentes
2) La fracción dispersante se mueve por áreas más peligrosas debido a su menor experiencia.
Estos centros obtienen valiosa información sobre los lugares donde se han localizado los animales ingresados
y las causas que originaron el ingreso. Por lo tanto, se conocen las amenazas para poder actuar. Además, estos
centros realizan investigación científica o divulgación.
Desde la entrada en vigor de la Ley 42/2007 se han aprobado programas de reintroducción o proyectos como
el del visón europeo y el lince ibérico. Esta ley establece que se realizaran acciones de conservación ex situ
como complemento a las acciones de conservación in situ para las especies incluidas en el CEEA, con
programas dirigidos a la constitución de reservas genéticas y/o a la obtención de ejemplares aptos para su
reintroducción al medio natural. Se dará prioridad a las especies endémicas españolas.
2) Para la reintroducción de especies extintas en un determinado ámbito territorial y que sean susceptibles
de extenderse por otras CCAA, se deberá presentar un programa de reintroducción* ante la Comisión Estatal
para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad para que se apruebe. Si no afecta a otra CA, solo se mencionará.
* Fundamentado en:
Una evaluación que tendrá en cuenta las experiencias de reintroducción previas realizadas
Las recomendaciones de las directrices internacionales, nacionales y autonómicas
Participación y audiencia pública
Cuando los fines de la reintroducción u otras traslocaciones sean la conservación, se considerarán una serie
de directrices técnicas, con objetivo de:
Además, las especies candidatas para programas de conservación deberían priorizarse según la importancia
de su función ecológica en los ecosistemas, su singularidad y exclusividad evolutiva, su papel como especie
clave o su especial relieve como especies motivadoras de la conciencia social de conservación.