Accion de Proteccion Ok
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I. LEGITIMACIÓN ACTIVA:
II. ANTECEDENTES:
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4. Agotado el procedimiento administrativo, el Superintendente de la
Información y Comunicación, con fecha 20 de Abril de 2017, notificada al día
siguiente, emitió la Resolución No.012-2017-DNJRD-INPS, (Anexo II) en la que
resuelve:
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7. La seguridad jurídica, como señala la norma constitucional, se basa en la
obediencia a la norma suprema y al resto de normas que conforman el
ordenamiento jurídico, por parte de todas las autoridades que ejercen cargos
públicos, garantizando el respeto de los derechos de los ciudadanos. Estas
características distintivas permiten a las personas gozar del suficiente grado de
certeza sobre lo que es de derecho en un momento determinado. Así lo ha
señalado la Corte Constitucional, en la Sentencia N° 014-10-SEP-CC dictada en
el caso N° 0371-09-EP:
“La garantía del debido proceso consolida, a su vez, la seguridad jurídica que
constituye el elemento esencial y patrimonio común de la cultura del Estado de
derechos y justicia; garantiza la sujeción de todos los poderes del Estado a
la Constitución y la ley; es la confiabilidad en el orden jurídico, la
certeza sobre el derecho escrito y vigente, es decir, el reconocimiento y la
previsión de la situación jurídica. […]
1
Gregorio Peces-Barba Martínez, Lecciones de derechos fundamentales. Madrid, Ed. Dykinson
S.L.,
2004, pág. 161.
4
predecible, y en consecuencia es obligación del Estado establecer que esa
seguridad jurídica le permita ejercer su poder de imperio. (…) En
resumen, la seguridad jurídica es la certeza que tiene el individuo de que
su situación jurídica no será modificada más que por procedimientos
regulares, y conductos establecidos previamente”1.
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discrecionalidad para determinar qué constituye información de interés
general. Por otro lado, y dada la dinámica en la información, el
Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y la
Comunicación en ejercicio de las competencias atribuidas en la ley,
determinará cuáles son los parámetros, en observancia de los
artículos 7 de la Ley Orgánica de Comunicación y de su Reglamento,
de la información de interés general, para lo cual expedirá los actos
normativos necesarios, garantizando así la seguridad jurídica (…) ”.
15. Diario La Hora ha sido enfático en señalar que si bien la noción de interés
general está definida en la LOC y en su Reglamento, los parámetros de
aquella no han sido determinados por el CORDICOM a través de los actos
normativos correspondientes por lo que un juzgamiento sin tales parámetros,
vulnera la seguridad jurídica.
16. Tan cierto es aquello que el propio Superintendente ha tenido que recurrir a
los parámetros doctrinarios expuestos por el autor Andrés Boix Palop y
otros de la relevancia pública de la información y citándolos en forma
expresa ha reproducido lo siguiente “[…] A la hora de determinar si cierta
información posee o no relevancia pública habrá que valorar, por lo tanto, los
hechos que se transmiten y si estos contribuyen en cuanto tales, un objeto de
interés para la ciudadanía. No obstante, además de los hechos acaecidos, también
va a ser importante para constatar la relevancia pública de una información atender
a quienes sean los protagonistas de la misma […]” Nótese que aquí se
señalan 2 parámetros: 1) Los hechos que se transmiten y, 2) Los
protagonistas del hecho noticioso.
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caso podrá disponer al anunciante la modificación de la publicidad o
propaganda, sin perjuicio del juzgamiento de conformidad con esta Ley”
“Esta Corte verifica que la finalidad del artículo 203 es que los medios de
comunicación social no se conviertan en promotores ilegítimos al generar
propaganda y publicidad a favor o en contra de determinado candidato,
postulado, opciones, preferencias electorales o tesis políticas fuera de
aquellos espacios que cuenten con el aval del Consejo Nacional Electoral […].
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TANTO QUE ELLO DEPENDE DEL TRATAMIENTO SERIO QUE LOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN EMPLEEN EN EL MANEJO DE LA
INFORMACIÓN, OBSERVANDO EL CONTEXTO DEL HECHO NOTICIOSO
Y ATENDIENDO A LAS NORMAS DEONTOLÓGICAS BÁSICAS PARA
EVITAR INFLUENCIAS INTERNAS Y EXTERNAS (…) Se debe resaltar que LA
OBLIGACIÓN QUE TIENEN TODOS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
DE CUBRIR Y DIFUNDIR LOS HECHOS DE INTERÉS PÚBLICO NO SE
ENCUENTRA CONDICIONADA A NINGUNA CIRCUNSTANCIA, a fin de
garantizar el derecho de las personas a recibir información sin censura previa, siendo
este un derecho constitucional, que obliga a los medios de comunicación a observarlo y
evitar cualquier conducta que restrinja la libertad de información a través de actos de
censura previa”.
22. Pero lo aseverado aquí contraviene expresamente a las normas de los Arts.
18 de la Constitución de la República del Ecuador y del 22 de la LOC que
sí establecen condiciones mínimas de la información:
“Art. 18.- Todas las personas, en forma individual o colectiva, tienen derecho a:
1. Buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir información veraz,
verificada, oportuna, contextualizada, plural, sin censura previa acerca
DE LOS HECHOS, ACONTECIMIENTOS Y PROCESOS DE INTERÉS
GENERAL, y con responsabilidad ulterior”. (las negrillas y el subrayado nos
pertenecen).
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Si las personas que son citadas como fuentes de información u opinión tienen un
interés específico o vinculación de orden electoral, política, económica o de
parentesco en relación a las personas o a los hechos que forman parte de la narración
periodística, esto deberá mencionarse como dato de identificación de la fuente”.
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“La seguridad jurídica tiene directa relación con el derecho
constitucional al debido proceso en la garantía del cumplimiento de las
normas y derechos de las partes, puesto que ambos derechos garantizan la
observancia al ordenamiento jurídico y el respeto a los derechos constitucionales.
El artículo 76 numeral 1 establece: "Corresponde a toda autoridad
administrativa o judicial, garantizar el cumplimiento de las normas y
derechos de las partes". En tal sentido, estos dos derechos instituyen una
obligación por parte de todas las autoridades públicas y a su vez, se posicionan
como una garantía con que cuentan las personas para exigir de estas
autoridades la sujeción al marco constitucional y normativo establecido”2.
2 Ibídem
3 CORTE CONSTITUCIONAL DEL ECUADOR: Sentencia No. 160-‐15-‐SEP-‐
CC, caso No. 0600-‐12-‐EP, Wilma
Jaramillo vs Sala Única de la Corte Provincial de
Justicia de Sucumbíos, 13 de mayo de 2015.
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que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos
ante cualquier acto del Estado que pueda afectarlos4.
“La garantía de tipicidad que se encuentra incluida dentro de las garantías del
derecho al debido proceso, se halla consagrada en el artículo 76, numeral 3 de la
Constitución de la República (…) la Constitución de la República establece la
obligación de que todas las infracciones administrativas, penales o de otra
naturaleza se encuentren previamente establecidas en la Constitución y la
ley, DE FORMA QUE EL EJERCICIO DE LA POTESTAD
SANCIONATORIA DE LA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA O
JUDICIAL SE ENMARQUE EN PRECEPTOS CLAROS QUE EVITEN
CUALQUIER TIPO DE INTERPRETACIÓN DISCRECIONAL QUE
CONLLEVE A LA ARBITRARIEDAD Y A LA VULNERACIÓN DE LOS
DERECHOS DE LAS PERSONAS[…] Este principio de tipicidad
constituye un elemento fundamental en materia sancionatoria que no es
exclusivo del ámbito penal, sino también corresponde al ámbito
administrativo. La garantía de tipicidad guarda estrecha relación con el
derecho a la seguridad jurídica consagrado en el artículo 82 de la Constitución
de la República. En relación a esta vinculación entre los derechos, esta Corte
Constitucional, en sentencia No. 076-14-SEP-CC sostuvo: […] la tipicidad
también tiene fundamental importancia, ya que garantiza que LOS ACTOS
QUE SE CONSTITUYAN EN CONDUCTAS ANTIJURÍDICAS SEAN
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SANCIONADOS CONFORME EL LEGISLADOR LO HA REGULADO,
LO CUAL SE ENCUENTRA ÍNTIMAMENTE LIGADO CON EL
DERECHO A LA SEGURIDAD JURÍDICA EN LO REFERENTE A LA
APLICACIÓN DE NORMAS JURÍDICAS PREVIAS, CLARAS Y
PÚBLICAS […] En este orden, las normas que establecen una sanción deben
tener una descripción precisa de la conducta no permitida; de esta forma,
además de imponer un límite a la conducta del ciudadano, limita también el
accionar del Estado, de manera que la imposición de sanciones no quede al
arbitrio o subjetividad de la autoridad sancionadora, sino que constituya la
consecuencia legalmente prevista de haber incurrido en una conducta
previamente tipificada por el legislador, garantizando así la protección de los
derechos de las personas”5.
“La Corte entiende que en la elaboración de los tipos penales es preciso utilizar
términos estrictos y unívocos, que acoten claramente las conductas punibles,
dando pleno sentido al principio de legalidad penal. Este implica una clara
definición de la conducta incriminada, que fije sus elementos y permita
deslindarla de comportamientos no punibles o conductas ilícitas
sancionables con medidas no penales. La ambigüedad en la formulación
de los tipos penales genera dudas y abre el campo al arbitrio de la
autoridad, particularmente indeseable cuando se trata de establecer la
responsabilidad penal de los individuos y sancionarla con penas que
afectan severamente bienes fundamentales, como la vida o la libertad.
Normas como las aplicadas en el caso que nos ocupa, que no delimitan
estrictamente las conductas delictuosas, son violatorias del principio de legalidad
establecido en el artículo 9 de la Convención Americana”6.
37. Incluso, va más allá cuando él mismo determina al menos dos aspectos
que, a su criterio, implica el cubrir un hecho informativo:
“Cabe precisar que la norma establece una obligación jurídica de hacer; que
implica en primera instancia el “cubrir” el hecho noticioso de interés general o
público, pero este verbo no se refiere a hacer meras referencias sobre un tema
determinado, sino que en el marco de la responsabilidad que tiene un medio de
comunicación para el manejo del servicio público (la comunicación), involucra al
menos dos aspectos fundamentales concretos: 1) La selección del contenido a
partir de su contenido y reconocimiento de fuentes; 2) Investigación del hecho
previo a su difusión, lo que implica observar las normas mínimas establecidas en
la ley […]”
“ […] el ejemplar de Diario “La Hora”, página B2, de la edición del 18 de marzo
de 2017, en la que consta la nota informativa titulada: “Glas hace campaña sin
Moreno en Guayaquil”, se constata que Diario “La Hora” hace referencia a la
publicación de la nota informativa del medio argentino, DEMOSTRANDOSE
QUE TUVO CONOCIMIENTO DE LA EXISTENCIA DE ESE HECHO
NOTICIOSO, POR TANTO EXISTIÓ LA INTENCIÓN DE NO
HACERLO, […] al respecto, como se ha establecido anteriormente, se ha
determinado que el medio de comunicación social Diario “La Hora”, tuvo
conocimiento del hecho, sin embargo de lo cual, omitió cubrir el mismo,
privando así a la ciudadanía de conocer un hecho noticiable sobre uno de los
entonces candidatos a la presidencia de la República; por lo tanto, la intención
se verifica en la abstención de cumplir con la obligación legal, siendo que
como se observa, existió el conocimiento del hecho y posterior a ello, la
voluntad de no hacer”.
43. En ninguna parte del mundo se puede sostener tal falacia que, por el
hecho de conocer un hecho noticioso, hay la intención de no publicarlo. Son dos
cosas distintas. Lo uno no lleva a lo otro. No es una relación de causa-efecto. La
intención no se puede verificar por una abstención, el elemento intencional debe
ser exhaustivamente demostrado para no lesionar las garantías procesales y los
derechos sustantivos de mi representada. El Superintendente resolvió en contra
del Diario La Hora en un proceso en que los denunciantes no probaron la
intencionalidad. Diario La Hora no lo publicó porque existían mandatos
constitucionales y legales que impedían hacerlo, aunque como reconoce el
propio Superintendente haya hecho una “exigua referencia en torno al medio
Página 12”
47. Es decir, evade señalar cuales son los elementos que prueban que ha
existido recurrencia. Destaco que la reiteración nada tiene que ver con el hecho
de que no se haya publicado la noticia durante un periodo, que en este el
Superintendente lo encasilla en seis días.
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50. El principio de tipicidad, justamente pretende evitar estos ejercicios
discrecionales de la autoridad pública, de ahí que la claridad y certeza de las
normas que tipifican infracciones sea un imperativo para poder aplicarlas. Las
interpretaciones subjetivas que el Superintendente realiza sobre las expresiones
“cubrir”, “deliberada”, recurrente” y “oportuna” son una evidencia más de la
vulneración de los derechos constitucionales al debido proceso y a la seguridad
jurídica de Diario La Hora.
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arbitraria de información y la creación de obstáculos al libre flujo
informativo, violan el derecho a la libertad de expresión.
55. Al respecto, se debe señalar que si bien en un inicio puede ser legítimo
que se pretenda garantizar que los asuntos de interés público tengan adecuada
y suficiente difusión, la determinación unilateral y arbitraria de la autoridad
administrativa de lo que constituye ese “interés público”, como se demostró
cuando se analizó la vulneración al derecho a la seguridad jurídica, tiene
consecuencias nefastas no solo para la libertad de expresión sino también para
la democracia.
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consideran pertinentes e informativos y en este sentido ejercer plenamente su
derecho a la libertad de expresión.
61. Finalmente debo recordar que usted, señor Juez, no sólo está obligado a
realizar un control de constitucionalidad sino, además, un control de
convencionalidad, respecto de las disposiciones contenidas y derivadas de la
Convención Americana de Derechos Humanos (CADH). El marco jurídico
interamericano sobre el Derecho a la Libertad de Expresión, que dan alcance al
artículo 13 de la CADH, establece como ejemplos de censura previa, entre otros,
la imposición de determinados contenidos. Este, señor Juez, podría ser un caso
de censura previa, a la luz de los estándares interamericanos, y no el que ha
sancionado el Superintendente en su resolución. Lo cierto es que el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos prohíbe expresamente a los Estados la
imposición de contenidos, pues deriva en una restricción ilegítima a la
libertad de expresión y, el caso de censura previa, podría considerarse una
restricción por vías o medios indirectos. El Superintendente, en su resolución
debió aplicar el test tripartido para la aplicación de restricciones legítimas que
estipuló la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Herrera Ulloa
vs. Costa Rica, en base a los incisos 4 y 5 del artículo 13 de la CADH, las mismas
que no deben, de modo alguno limitar, más allá de lo estrictamente necesario, el
alcance pleno de la libertad de expresión. El primer requisito exige que las
restricciones deben estar expresamente fijadas en la Ley (si el Cordicom
incumplió su obligación de establecer los parámetros de la información de
relevancia pública, es claro que esta condición no se cumple). El segundo
requisito exige que la restricción esté destinada a proteger los derechos o la
reputación de los demás, la protección de la seguridad nacional, el orden
público o la salud y moral pública (por el contrario, el fundamento de la sanción
del Superintendente es una denuncia que exigía a los medios de comunicación
sancionados, afectar la honra de un candidato presidencial). Y el tercer requisito
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exige que la restricción sea necesaria e indispensable en una sociedad
democrática (es obvio que el requisito de necesidad bajo ningún concepto se
cumplió cuando la sanción viola derechos constitucionales elementales y la
razón de indispensabilidad aún menos, ya que esta sanción no responde a una
necesidad social imperiosa ni es útil, razonable y pertinente, por el contrario,
pretende la imposición de contenidos en la línea editorial de los medios de
comunicación privados del Ecuador).
65. En tal virtud, usted, señor Juez, actuando con sujeción a los mandatos
previstos en los artículos 29 y 33 de LOGJCC, en su primera providencia, sin
necesidad de convocar a audiencia pública previa y sin que se requiera
prueba adicional alguna, se servirá ordenar dicha suspensión y comunicar al
señor Superintendente de la Información y Comunicación para que se abstenga
de ejecutar todos y cualquier acto que implique la ejecución de dicha
resolución al momento de notificar el auto de calificación.
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constitucionales a la seguridad jurídica, al debido proceso y a la libertad de
expresión.
23
accionante, sino sobre el juzgador, al momento en que determina si la
violación efectivamente se verificó o no en el caso puesto en su
conocimiento. Con respecto a este necesario análisis, es importante traer a
colación, el criterio formulado por esta Corte dentro de sentencia No. 041-
13SEP-CC, en la cual, luego de plantearse las interrogantes de ¿para qué existe?
y ¿para qué es adecuada la acción de protección?, la Corte fue enfática en
manifestar que: ... LOS ÚNICOS PROCEDIMIENTOS ADECUADOS
PARA CONOCER Y RESOLVER SOBRE LA EXISTENCIA DE
VIOLACIONES A LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES SON LAS
GARANTÍAS JURISDICCIONALES DE LOS DERECHOS
CONSTITUCIONALES; Y EN EL CASO DE QUE DICHAS
VIOLACIONES SE ORIGINEN EN ACTOS U OMISIONES DE
AUTORIDADES PÚBLICAS NO JUDICIALES, LA ACCIÓN DE
PROTECCIÓN. Así, es claro que la distinción en el objeto de la acción de
protección y los procesos de impugnación en sede contencioso-administrativa, no
está en el acto impugnado, sino en la consecuencia del mismo”.
VI. DECLARACIÓN:
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VII. NOTIFICACIÓN A LA AUTORIDAD:
77. Se contará con el señor Procurador General del Estado, doctor Diego
García Carrión, a quien se le correrá traslado en sus oficinas ubicadas en el
edificio de la Procuraduría, en la Avenida Amazonas, entre Calle Pereira y
Avenida Gaspar de Villarroel, de la ciudad de Quito.
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