Tarea 5 Derecho Internacional Americano

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EL ASILO DIPLOMÁTICO

Por
Anthony Samuel Mercado Ramírez
Matricula: 100616948

Sec: 06
Julio De La Rosa Tiburcio
EL ASILO DIPLOMÁTICO EN LAS RELACIONES INTERAMERICANAS

El asilo diplomático es un mecanismo legal utilizado para proteger a los diplomáticos de


un país extranjero de la persecución política en su país de origen. Esta protección es
proporcionada por la ley internacional y los tratados internacionales.

En las relaciones interamericanas, el asilo diplomático es un mecanismo legal utilizado


por los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para
brindar protección a los diplomáticos de otros países miembros. Esta protección puede
incluir el derecho a no ser arrestado o perseguido por el gobierno del país anfitrión.

Los diplomáticos que buscan asilo diplomático en un país miembro de la OEA deben
presentar una solicitud formal de asilo a las autoridades competentes. Esta solicitud debe
ser acompañada por una explicación de la situación política en el país de origen y una
explicación de por qué el diplomático necesita asilo. Una vez que se recibe la solicitud, el
gobierno del país anfitrión debe evaluar la situación y determinar si se otorga el asilo. Si
se otorga el asilo, el diplomático gozará de la protección de las leyes del país anfitrión.

A pesar de que el asilo diplomático es un mecanismo legal para proteger a los


diplomáticos, la OEA también ha desarrollado una serie de recomendaciones para los
Estados miembros que buscan otorgar asilo a diplomáticos de otros países miembros.
Estas recomendaciones incluyen la necesidad de que el gobierno del país anfitrión tome
en cuenta la opinión de la comunidad internacional, y que tenga en cuenta los derechos
humanos del diplomático solicitante.

Además, la OEA ha desarrollado mecanismos para asegurar que los Estados miembros
respeten los derechos de los diplomáticos que buscan asilo. Estos mecanismos incluyen
el Estatuto de Refugiados y el Estatuto de Derechos Humanos, que establecen los
derechos de los diplomáticos a la seguridad, a la libre circulación y a la integridad
personal.

La Convención de Montevideo de 1933 sobre Asilo Diplomático fue la primera convención


mundial que trataba sobre el asilo diplomático. La Convención de Montevideo de 1933
fue el resultado de una conferencia internacional celebrada en Montevideo (Uruguay)
entre el 20 de julio y el 3 de agosto de 1933.

Se firmaron 19 estados y la Convención entró en vigor el 1 de enero de 1934. La


Convención de Montevideo de 1933 abordó dos temas principales: el asilo diplomático y
el asilo consular. Estableció los principios de asilo diplomático y consular, así como los
procedimientos para la concesión y el mantenimiento del asilo diplomático.

La Convención estableció la obligación de los estados de respetar la inmunidad de los


funcionarios diplomáticos y consulares, así como la obligación de los estados de no
permitir que los funcionarios diplomáticos y consulares sean objeto de actos de violencia.
Estableció también que los estados solicitantes de asilo debían ser notificados de la
decisión de los estados acogedores de otorgar asilo.

La Convención de Montevideo de 1933 fue un paso importante para establecer la


normativa internacional en materia de asilo diplomático. Aunque la Convención no es tan
amplia como las leyes internacionales vigentes hoy en día, estableció los principios
básicos de los derechos de asilo.

RÉGIMEN ESTABLECIDO POR LA CONVENCIÓN SOBRE LA MATERIA


SUSCRITA EN LA SEXTA CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICANA DE
1928.

Los gobiernos de las Repúblicas representadas en la Sexta Conferencia Internacional


Americana celebrada en la ciudad de la Habana, República de Cuba, el año de 1928,
teniendo en cuenta que una de las materias de mayor importancia en las relaciones
internacionales es la que se refiere a los derechos y deberes de los funcionarios
diplomáticos y que debe regularse de acuerdo con las condiciones de la vida económica,
política e Internacional de las naciones; Comprendiendo que, si bien es de desear que
esa regulación se efectúe de acuerdo con las nuevas tendencias. Especificando que los
funcionarios diplomáticos no representan en ningún caso la persona del jefe del Estado,
y sí su Gobierno, debiendo estar acreditados ante un Gobierno reconocido, y
reconociendo que como los funcionarios diplomáticos representan sus respectivos
Estados, no deben reclamar inmunidades que no sean esenciales al desempeño de sus
deberes oficiales y que sería de desear que bien el propio funcionario o el Estado
representado por él renuncien la inmunidad diplomática cuando se refiera a acciones
civiles que no tengan nada que ver con el desempeño de su misión. No es posible, sin
embargo, concertar desde ahora estipulaciones generales que, si bien constituyen una
tendencia definida en las relaciones internacionales, tropiezan en algunos casos con la
arraigada práctica de varios Estados en sentido contrario, por lo cual y mientras pueda
formularse una regulación más completa de los derechos y deberes de los funcionarios
diplomáticos.

LA CONVENCIÓN SOBRE ASILO DIPLOMÁTICO ADOPTADA EN


MONTEVIDEO EN 1933.

La Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados, más conocida como Convención
de Montevideo, fue la Séptima Conferencia Internacional de los Estados Americanos
inaugurada el 3 de diciembre de 1933 y concluida el 26 de diciembre de 1933 con el
tratado internacional firmado en Montevideo, Uruguay.

En esta conferencia, el Presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt y su


Secretario de Estado Cordell Hull, en la cual se oponía a la intervención estadounidense
en los asuntos de los países de América. Este fue un intento diplomático de Roosevelt
para revertir la percepción de imperialismo estadounidense, sembrada por las políticas
instauradas por quien ocupara su oficina 30 años antes, Theodore Roosevelt. La
convicción con que fue adoptado y sostenido este principio fue tal que, desde 1933 hasta
1954, fecha del golpe de Estado en Guatemala planificado por la CIA en contra de Jacobo
Árbenz, no hubo otras intervenciones militares estadounidenses en el continente
americano durante ese periodo, según afirma Vanni Pettina en su libro sobre la Guerra
Fría en América Latina. La citada convención fue firmada por 19 Estados, tres con
reservas (Estados Unidos, Brasil y Perú).

La convención establece la definición de Estado, así como sus derechos y obligaciones.


La más conocida conceptualización es la de su artículo 1, el que establece cuatro criterios
característicos de Estado, que han sido reconocidos como una afirmación certera en el
Derecho internacional consuetudinario: Asimismo, la primera oración del artículo 3 afirma
explícitamente que "La existencia política del Estado es independiente de su
reconocimiento por los demás Estados." Este principio es conocido como la teoría
declarativa. Algunos han cuestionado tanto la suficiencia de estos criterios, como que
permita la estatalidad de entidades no reconocidas universalmente como la República de
China o incluso por entidades sin ningún reconocimiento como el Principado de Sealand.
De acuerdo a la alternativa teoría constitutiva de estado, un Estado existe sólo cuando
es reconocido como tal por otros estados.

También ha habido intentos de ampliar la definición original de la Convención, aunque


han tenido poco apoyo. Los fundadores de las denominadas micronaciones no territoriales
comúnmente aseveran que el requerimiento de contar con un territorio definido es en
algunos casos equívoco, por razones poco especificadas. Algunas entidades no
territoriales, con el ejemplo notable de la Orden de Malta, son consideradas de hecho
como sujetos de derecho internacional, pero no aspiran a la estatalidad.

La Unión Europea, en la afirmación principal de su Comité Badinter, sigue la Convención


de Montevideo en su definición de Estado: por poseer territorio, población, y autoridad
política. El comité también concluye que la existencia de Estados era una cuestión de
hecho, mientras que el reconocimiento de otros era un factor únicamente declaratorio y
no determinante de estatalidad.

Suiza, aunque no es miembro de la Unión Europea, adhiere al mismo principio, afirmando


que "ni una unidad política necesita ser reconocida para convertirse en estado, ni un
estado tiene la obligación de reconocer a otro. Al mismo tiempo, ni el reconocimiento es
suficiente para crear un estado, ni su ausencia lo suprime

LA CONVENCIÓN SOBRE ASILO ADOPTADA EN CARACAS EN 1954.

Todo Estado tiene derecho, en ejercicio de su soberanía, a admitir dentro de su territorio


a las personas que juzgue conveniente, sin que por el ejercicio de este derecho ningún
otro Estado pueda hacer reclamo alguno.
El respeto que según el Derecho Internacional se debe a la jurisdicción de cada Estado
sobre los habitantes de su territorio se debe igualmente, sin ninguna restricción, a la que
tiene sobre las personas que ingresan con procedencia de un Estado en donde sean
perseguidas por sus creencias, opiniones o filiación política o por actos que puedan ser
considerados como delitos políticos.

Cualquier violación de soberanía consistente en actos de un gobierno o de sus agentes


contra la vida o la seguridad de una persona, ejecutados en el territorio de otro Estado,
no puede considerarse atenuada por el hecho de que la persecución haya empezado
fuera de sus fronteras u obedezca a móviles políticos o a razones de Estado.

Ningún Estado está obligado a entregar a otro Estado o a expulsar de su territorio a


personas perseguidas por motivos a delitos políticos.

La extradición no es procedente cuando se trate de personas que, con arreglo a la


calificación del Estado requerido, sean perseguidas por delitos políticos o por delitos
comunes cometidos con fines políticos, ni cuando la extradición se solicita obedeciendo a
móviles predominantemente políticos.

El hecho de que el ingreso de una persona a la jurisdicción territorial de un Estado se


haya realizado subrepticia o irregularmente no afecta las estipulaciones de esta
Convención.

EL TRATADO INTERAMERICANO DE ASISTENCIA RECÍPROCA (TIAR)

El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, más conocido como el Tratado de


Rio, fue firmado el 3 de septiembre de 1947 por los Estados Americanos miembros de la
Organización de los Estados Americanos (OEA). El tratado crea un compromiso entre los
Estados miembros para ofrecer ayuda militar mutua en caso de una agresión externa.

El tratado establece que cualquier Estado miembro puede solicitar asistencia militar si es
atacado por una fuerza armada extranjera. Esto significa que todos los Estados miembros
se comprometen a prestar asistencia militar inmediata a cualquier Estado miembro que
sea atacado.

El tratado también establece que ningún Estado miembro puede prestar asistencia militar
a un Estado agresor. Además del compromiso militar, el Tratado de Rio también establece
un compromiso de asistencia económica y técnica entre los Estados miembros. Esto
significa que los Estados miembros se comprometen a ayudar a otros Estados miembros
en caso de desastres o crisis económicas.

El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) es un tratado militar firmado


el 25 de septiembre de 1947 por los Estados Miembros de la Organización de Estados
Americanos (OEA). El tratado establece que, si una amenaza a la paz, seguridad o
independencia de uno de los Estados Miembros es identificada, los demás Estados
Miembros se comprometen a prestarle asistencia militar y cooperación económica para
defenderse.

El TIAR establece que los Estados Miembros se unirán para defenderse, a menos que
alguien de ellos se oponga a ofrecer ayuda. El tratado ha sido utilizado para responder a
amenazas, como golpes de Estado militares, invasiones extranjeras y situaciones de
violencia interna. El TIAR también ha sido utilizado como un medio para promover la paz
regional y como una forma de prevenir conflictos armados. El tratado fue ratificado por
la mayoría de los Estados Miembros de la OEA y está vigente desde 1948.

En resumen, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca establece un compromiso


entre los Estados miembros de prestar asistencia militar, económica y técnica a otros
Estados miembros en caso de una amenaza externa. Esto ayuda a crear un entorno de
seguridad y cooperación entre los Estados miembros de la OEA

CASOS DE AGRESIÓN O ATAQUE ARMADO CONTRA UN ESTADO


AMERICANO.

Las Altas Partes Contratantes convienen en que un ataque armado por parte de cualquier
Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los
Estados Americanos, y, en consecuencia, cada una de dichas Partes Contratantes se
compromete a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del derecho inmanente de
legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las
Naciones Unidas.

A solicitud del Estado o Estados directamente atacados, y hasta la decisión del Órgano
de Consulta del Sistema Interamericano, cada una de las Partes Contratantes podrá
determinar las medidas inmediatas que adopte individualmente, en cumplimiento de la
obligación de que trata el parágrafo precedente y de acuerdo con el principio de la
solidaridad continental. El Órgano de Consulta se reunirá sin demora con el fin de
examinar esas medidas y acordar las de carácter colectivo que convenga adoptar.

Lo estipulado en este Artículo se aplicará en todos los casos de ataque armado que se
efectúe dentro de la región descrita en el Artículo 4. ° o dentro del territorio de un Estado
Americano. Cuando el ataque se efectúe fuera de dichas áreas se aplicará lo estipulado
en el Artículo 6.

Podrán aplicarse las medidas de legítima defensa de que trata este Artículo en tanto el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no haya tomado las medidas necesarias
para mantener la paz y la seguridad internacionales.

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