02 Estudio Legislacion Cambio Climatico
02 Estudio Legislacion Cambio Climatico
02 Estudio Legislacion Cambio Climatico
Este año, el estudio está copatrocinado por primera vez por la Unión
Interparlamentaria (UIP). De esta manera, ponemos de manifiesto un nuevo
empeño por parte de los legisladores de trabajar juntos, de manera coordinada,
para actuar frente al cambio climático. También se reconoce la importancia del año
2015 y la necesidad de crear un impulso ante las negociaciones sobre el clima de la
CMNUCC de diciembre en París, donde debe alcanzarse un acuerdo mundial legalmente vinculante.
Este año no sólo marca el 21º aniversario de las primeras deliberaciones de la CMNUCC, sino también un
momento clave en los procesos intergubernamentales. Muchas voces se han referido a 2015 como el año
de una “oportunidad generacional”, el momento de la verdad para construir un nuevo marco
internacional que aborde los desafíos globales interconectados del desarrollo sostenible y el cambio
climático.
A lo largo de este año, la comunidad internacional está evaluando – y forjando – los nuevos documentos
marco sobre reducción del riesgo de desastres (Sendai, en marzo); financiación para el desarrollo (Addis
Abeba, en julio); objetivos de desarrollo sostenible post-2015 (Nueva York, en septiembre); y cambio
climático (París, diciembre). Es esencial que estos marcos internacionales no se excluyan mutuamente,
sino que refuercen los unos a los otros.
Por esta razón, GLOBE International ha desarrollado un enfoque de “Coherencia y Convergencia” para las
cuatro cumbres de la ONU en 2015. Estamos trabajando en estrecha colaboración con la CMNUCC, el
PNUMA y otros para asegurar que los resultados de estas negociaciones estén en plena consonancia y no
sean contradictorios. También hemos defendido la celebración de Audiencias Parlamentarias Nacionales
sobre las INDCs para garantizar que los compromisos de los Gobiernos se someten al control
parlamentario antes de la COP21. Es importante que estos compromisos estén en consonancia con los
objetivos nacionales de desarrollo y que resulten en un incremento, y no en una disminución, de las
aspiraciones nacionales sobre cambio climático.
Como muestra este quinto estudio, el cambio climático sigue siendo una preocupación de primer orden
para los legisladores en todo el mundo. El estudio abarca los países responsables de la inmensa mayoría
de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) y prácticamente todos ellos tienen algún
tipo de legislación sobre cambio climático. Aproximadamente la mitad de ellos tienen objetivos
concretos.
Este estudio refleja el trabajo que han hecho los legisladores en todo el mundo para edificar una
arquitectura de respuesta legal al desafío del cambio climático. Será un recurso indispensable para
quienes persiguen que los Gobiernos rindan cuentas por sus acciones en materia de cambio climático.
Pero nuestro trabajo no ha hecho más que empezar. Como todo legislador sabe, aprobar leyes no es el
fin, sino únicamente el principio del proceso para dar una respuesta eficaz. Las INDCs son la clave.
Desde ahora y hasta diciembre de 2015, trabajaremos para asegurar que los Gobiernos eleven el listón y
generen INDCs ambiciosas y dotadas de recursos adecuados, teniendo en cuenta las necesidades de las
naciones más pobres y vulnerables. Fundamentalmente, las INDCs deben servir colectivamente para
mantener las emisiones globales por debajo del límite de 2 grados centígrados de calentamiento. En estos
momentos, las INDCs que se han anunciado no lo logran, y los legisladores tienen un rol a la hora de
corregirlo. Otras esferas que requieren de nuestra intervención tienen que ver con la consecución de un
La ratificación de la Enmienda de Doha es un área fundamental en la que los legisladores pueden marcar
una diferencia inmediata. La enmienda fue adoptada por las partes en diciembre de 2012 al término del
primer periodo de compromisos del Protocolo de Kioto y fue introducida en el segundo periodo de
compromisos. Sin embargo, la ratificación va muy por detrás de lo que se necesita. De los 144
instrumentos de aceptación que se necesitan para que la enmienda entre en vigor, solo se han depositado
28 ante la ONU.
Ratificar la Enmienda de Doha es una indicación clara del propósito y el compromiso nacional. Generaría
la credibilidad política necesaria para otro acuerdo legalmente vinculante sobre el clima en París. GLOBE
International urge a sus miembros, como cuestión prioritaria, a que completen los procesos legislativos y
políticos que conducen a la ratificación de la enmienda de Doha en sus países.
Para los legisladores, París no es el punto final, sino el principio. En 2016, cuando el acuerdo de París se
presente ante los Parlamentos, los legisladores decidirán si es el más adecuado. Como corresponde a
nuestro rol, tenemos que servir como la instancia más eficaz de medición, notificación y verificación
(MNV), no solo del nuevo régimen internacional sobre el clima, sino también de los nuevos marcos que
emergerán del conjunto de la agenda para 2015. Hacer menos supondría no estar a la altura de la
oportunidad generacional que se nos presenta en 2015.
Por esta razón, consideramos que los informes periódicos sobre legislación de cambio climático son
realmente importantes. El hecho de que este estudio vea la luz en 2015 no hace más que incrementar su
interés, en un momento en el que está previsto que tres procesos interconectados de la ONU culminen
con resultados sustanciales durante el año.
En marzo, la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de
Desastres adoptó el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres para 2015-2030,
haciendo un llamamiento a la UIP, entre otros, a que siga apoyando y defendiendo el fortalecimiento de
los marcos legales nacionales pertinentes. En septiembre, se espera que los Jefes de Estado y de Gobierno
que se reunirán en Nueva York adopten un conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible que sucedan a
los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Finalmente, en diciembre, la sesión de la CMNUCC en París
debería adoptar un nuevo acuerdo universal sobre cambio climático, a implementar a partir de 2020.
Estos acuerdos internacionales no serán creíbles ni eficaces, a menos que se incorporen a la legislación
nacional y que a ello le siga una supervisión sólida. Con respecto a un eventual acuerdo sobre cambio
climático, la UIP ya ha declarado su intención de acompañarlo con un plan de acción parlamentaria,
sentando así las bases para obtener resultados jurídicamente eficaces de acción global sobre el clima para
los años que van desde la sesión de París hasta 2020.
Reitero la buena disposición de la UIP a incrementar la acción climática junto a sus 166 Parlamentos
Miembros. Estamos abiertos también a la cooperación con un amplio círculo de socios que trabajan en
defensa del clima, entre ellos organizaciones internacionales, autoridades sub-nacionales y locales,
instituciones de investigación y sociedad civil. Una amplia difusión de los resultados y conclusiones del
Estudio sobre Legislación de Cambio Climático forma parte de estos esfuerzos.
Nuestro objetivo es utilizar la influencia constitucional conferida a las instituciones parlamentarias para
galvanizar la voluntad política necesaria en la consecución de sociedades con bajas emisiones de
carbono, con un desarrollo energético eficaz y con capacidad de respuesta al clima.
Los Gobiernos del mundo han acordado limitar el calentamiento medio global a
menos de 2 grados centígrados. A final de año, en París, tendrán la oportunidad
de establecer un marco a largo plazo para conseguir este objetivo, alcanzando
un nuevo acuerdo universal sobre cambio climático.
Un nuevo acuerdo universal sobre cambio climático tiene que situar al mundo
en una senda clara en el tiempo de disminución de las emisiones. La realidad de la ciencia indica que las
emisiones mundiales deben reducirse a la mitad para el año 2050, y en algún momento de la segunda
mitad del siglo las emisiones tienen que bajar hasta un nivel que permita a los ecosistemas saludables,
como los bosques, absorber fácilmente las emisiones restantes. Esto se conoce comúnmente como
"neutralidad climática".
En este contexto, los resultados del Estudio sobre Legislación de Clima Global 2015 son alentadores. Se
han identificado más de 800 leyes y políticas en los 99 países incluidos en el estudio. La tendencia de
aprobar leyes sobre el clima continúa, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados. Casi
la mitad de los países del estudio tienen objetivos de reducción de emisiones hasta 2020, la mayor parte
de ellos sujetos a leyes o políticas, y aproximadamente el 70 por ciento de los países del estudio tienen
leyes o políticas marco para abordar la mitigación del cambio climático.
El estudio abre un nuevo camino al incluir al incluir una serie de indicadores para cada país, que arrojan
luz sobre las áreas que requieren fortalecimiento y sobre los aspectos que se beneficiarían de vincularse
entre sí. Estos indicadores permiten identificar y abordar las lagunas existentes en las respuestas
legislativas de los países al cambio climático. En general, los indicadores proporcionan a los países una
herramienta importante para ser más ambiciosos.
Invito a los legisladores a que aprovechen esta nueva y potente herramienta, y a que la usen para
ayudar a incrementar sus aportaciones para la consecución del objetivo de los 2 grados centígrados. De
este modo, los legisladores pueden contribuir a que el acuerdo de París tenga una base sólida con la que
afrontar decididamente uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: el cambio climático.
Desde 1997, el número de leyes y políticas sobre cambio climático se ha doblado cada 5 años
Casi el 75% de las emisiones globales quedan cubiertas por los objetivos de reducción de las emisiones
relativas al conjunto de la economía
45 países tienen objetivos relativos al conjunto de la economía para reducir sus emisiones. 41 de ellos
tienen objetivos hasta 2020, y 22
90
tienen objetivos con posterioridad a 80
Nombre de lois
8
2020. 70
60
5 Informal
86 países tienen objetivos 50 51
40 7
específicos (para renovables, 30 38 Ejecutivo
24 9
demanda de energía, transporte o 20 Legislativo
10 21 21
UTCUTS). El 80% de los países tienen 15 14
0 3
objetivos en materia de energía
renovable; la mayoría de ellos son
políticas del poder ejecutivo.
Adaptación: solo la mitad de los países del estudio tienen evaluaciones sobre riesgo de cambio
climático que van más allá de las Comunicaciones Nacionales a la CMNUCC.
En su mayoría se
60 trata de países que
Nombre de pays
50 no están en el
40 Anexo I, lo que
30 20 39
incluye a los países
20
10 17 más vulnerables.
7 11 No incluidos en el Anexo I
0 4 1
Anexo I
Además de este resumen, el estudio incluye capítulos detallados por país con una lista completa de
leyes para cada uno de los 99 países, un conjunto de fichas informativas por país con indicadores
clave y una base de datos completa con más de 800 leyes relacionadas con el clima. Toda esta
información está disponible en el sitio web del Instituto Grantham de Investigación de la Escuela de
Economía y Ciencias Políticas de Londres (www.lse.ac.uk/GranthamInstitute/Legislation).
El estudio de 2015 mantiene la definición amplia del clima y de las leyes relacionadas con el clima de
ediciones anteriores, lo que refleja la relevancia de la política climática en un amplio abanico de
ámbitos, como la energía, el transporte, el uso de la tierra y la capacidad de respuesta frente al
clima. Los autores se centran en la acción climática a nivel nacional, aunque reconocen la
importancia crucial de las iniciativas sub-nacionales a nivel estatal, provincial y municipal. En
comparación con la edición de 2014 se ha mejorado la metodología, con una diferenciación más
meticulosa entre las leyes de legislativo (las aprobadas por los Parlamentos) y las leyes de origen
ejecutivo (las promulgadas por los Gobiernos). La comprensión de las leyes marco – las leyes
generales que establecen una base unificadora para la política climática en muchos países – se ha
perfeccionado, y se ha incluido información adicional sobre objetivos de emisiones y políticas
climáticas.
El estudio se publica en un momento crítico de la diplomacia internacional sobre el clima, con los
países preparándose para la crucial reunión de la Conferencia de las Partes de la ONU en París en
diciembre de 2015 y elaborando sus contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDCs)
para un nuevo acuerdo sobre el clima. Una revisión de la base legislativa sobre la que están
cimentadas las INDCs puede generar reflexiones importantes sobre la credibilidad de estos
compromisos y ayudar a identificar lagunas.
Los resultados a este respecto son alentadores. Aunque los compromisos actuales todavía quedan
lejos de lo que se necesita (Boyd y otros, 2015), el ritmo y la amplitud planteados en la acción
climática dan lugar a un cauto optimismo:
Casi la mitad de los países del estudio tienen objetivos de reducción de emisiones hasta
2020, la mayor parte de ellos sujetos a leyes o políticas.
Casi el 75 por ciento de las emisiones globales están sujetas a un objetivo de reducción de
emisiones relativas al conjunto de la economía.
Ocho de cada diez países tienen un objetivo en materia de energías renovables, y nueve de
cada diez tienen objetivos de promoción de tecnologías bajas en carbono.
En los últimos cinco años, el número de leyes climáticas prácticamente se ha doblado,
pasando de 426 en 2009 a 804 a finales de 2014.
El estudio tiene como objetivo ser una fuente de información para legisladores, investigadores y
responsables políticos. Cabe esperar que los Parlamentos que están considerando legislar sobre
cambio climático se beneficiarán del creciente cúmulo de experiencias recogidas en el estudio.
Facilitar el intercambio de conocimiento entre parlamentarios fue una de las principales
El estudio es también una rica fuente de información para los estudiosos de la política climática, con
toda la información disponible en línea en www.lse.ac.uk/GranthamInstitute/Legislation. El análisis
inicial ya ha generado nuevas reflexiones interesantes. Se ha confirmado, por ejemplo, la importancia
de la difusión de las políticas internacionales en la creación de un círculo virtuoso en la legislación
climática: el número de leyes aprobadas en otros lugares es un factor poderoso en la legislación
sobre el clima en un país (Fankhauser et al, 2015). También se ha enterrado la opinión generalizada
de que el cambio climático es un tema de izquierdas o de centro. En la inmensa mayoría de los países
no existe una diferencia en el comportamiento legislativo de los Gobiernos de derecha e izquierda
(Fankhauser y otros, 2014). Los autores esperan que muchos otros equipos de investigación
utilizarán la información para arrojar luz sobre los factores determinantes y los motores de la política
climática.
Este resumen del Estudio sobre legislación de cambio climático 2015 se estructura de la siguiente
manera. La sección 2 documenta las dinámicas legislativas, con una visión general de las nuevas leyes
aprobadas en 2014 y de cómo esta tendencia se compara con la de años anteriores. La sección 3
evalúa la calidad de las leyes climáticas, comparando su contenido con las buenas prácticas
legislativas en términos de obtención de información, objetivos y políticas. La sección 4 resume la
metodología del estudio, lo que incluye definiciones y alcance. La sección 5 reconoce la tarea de las
muchas personas que, desde Parlamentos, centros de estudios y sociedad civil, han ayudado a los
autores a recabar, revisar y evaluar la información que contiene el estudio. El estudio no hubiera sido
posible sin ellos.
Angola Decreto presidencial 85/14 por el que se aprueba el Estatuto del Ejecutivo
Ministerio de Ambiente (MINAMB)
Decreto Presidencial 17/14 por el que se aprueba el Programa de
Modernización del Instituto Nacional de Meteorología y Geofísica
(INAMET)
Argelia Orden reguladora sobre la electricidad generada en instalaciones Ejecutivo
fotovoltaicas
Australia Proyecto de ley de enmienda de la iniciativa sobre agricultura de bajo Legislativo
carbono
Austria Ley de eficiencia energética Legislativo
Bangladés Marco de fiscalidad climática Ejecutivo
Bélgica Ley especial para reformar la financiación de las comunidades y las Legislativo
regiones, la extensión de la autonomías impositiva de las regiones y la
financiación de nuevas competencias
Bolivia Ley 602 sobre gestión de riesgos Legislativo
Bulgaria Ley de mitigación del cambio climático Legislativo
Chile Ley Nº 20780 sobre el impuesto medioambiental (tasa al carbono); Plan Legislativo
nacional de adaptación al cambio climático
China Plan de acción estratégica de desarrollo energético (2014-2020); Ejecutivo
Plan nacional de lucha contra el cambio climático (2014-2020)
Colombia Ley 1715 de 2014 por medio de la cual se regula la integración de las Legislativo
energías renovables no convencionales al Sistema Energético Nacional
Dinamarca Ley de cambio climático 2014 Legislativo
Eslovaquia Resolución 148/2014, que establece la estrategia de adaptación Ejecutivo
1
Utilizamos la clasificación del Banco Mundial para países en desarrollo (países con ingresos bajos y medianos)
y países desarrollados (países con ingresos altos)
2
La Unión Europea es considerada una entidad única. Ver sección 4.
No todas las leyes climáticas tienen la misma importancia o alcance. Las investigaciones han
demostrado que las leyes marco y políticas globales (Fankhauser et al. 2014) son de particular
importancia en el impulso de las políticas climáticas. Ocho leyes marco de estas características
fueron aprobadas en 2014. Una ley marco se define como una ley, o norma con un estatus
equivalente, que actúa como base integral y unificadora para las políticas de cambio climático, y que
Las ocho leyes y políticas marco aprobadas en 2014 se enumeran a continuación. Algunas de ellas
actualizan marcos previos (por ejemplo en el caso de la Unión Europea), pero muchas constituyen el
primer intento de crear una base global para la acción climática.
Alemania adoptó el Programa de acción sobre cambio climático, que tiene como objetivo reducir las
emisiones de GEI antes de 2020 en al menos un 40 por ciento en comparación con los niveles de
1990. El Programa incluye medidas específicas y respetuosas con el clima para el transporte y la
construcción de edificios y viviendas, y la reforma del comercio de emisiones. También confirma un
incremento en subsidios para medidas de eficiencia energética hasta los 4.200 millones de dólares
estadounidenses anuales (frente a los 2.400 millones actuales).
Bulgaria promulgó una Ley de mitigación del cambio climático que sienta las bases de una política
estatal relativa al cambio climático, fijando las reglas para la operatividad del mecanismo de
comercio de emisiones y los procedimientos para la financiación de proyectos ecológicos. También
establece el objetivo de una reducción de al menos el 6 por ciento en el ciclo de vida de las
emisiones de GEI provenientes de combustibles líquidos y energía para el transporte/unidad de
energía para el año 2020, en comparación con los estándares de combustible de 2010.
Chile adoptó un Plan nacional de adaptación al cambio climático. El plan proporciona el marco
general para las actividades de adaptación en diferentes sectores y diferentes niveles
administrativos. El plan aborda cuatro cuestiones principales: la investigación científica; la educación
en materia de comunicación y medio ambiente; el fortalecimiento institucional; y la reducción del
riesgo de desastres.
China adoptó su Plan nacional de lucha contra el cambio climático, una estrategia integral que abarca
la mitigación, la adaptación, la investigación científica y la concienciación pública. El plan incluye los
siguientes objetivos: reducción para 2020 de las emisiones de carbono por unidad del PIB entre un
40 y un 45 por ciento con respecto a los niveles de 2005, el incremento del porcentaje de
combustibles no fósiles en el consumo primario de energía hasta el 15 por ciento, y el incremento del
área forestal y del volumen de reserva en 40 millones de hectáreas y 1,3 millones de millas
cuadradas, respectivamente, siendo 2005 el año de referencia.
Dinamarca aprobó una Ley de cambio climático, que establece un marco estratégico global de
política climática para lograr una sociedad baja en carbono antes de 2050. El objetivo nacional de
reducción del 40 por ciento de los GEI para 2020, en comparación con los niveles de 1990, fue
también aprobado en el Parlamento en 2014.
Eslovaquia adoptó una Estrategia nacional de adaptación. La estrategia tiene como objetivo difundir
información y conocimiento, fortalecer los marcos institucionales y desarrollar metodologías de
evaluación de riesgos. También se centra en el desarrollo y aplicación de evaluaciones económicas de
las medidas de adaptación.
Mozambique aprobó una Ley marco para gestión de desastres, que incluye la prevención y la
mitigación. Esta ley aborda la prevención, mitigación y gestión de desastres, y subraya la importancia
de la disposición estratégica y la preparación sistemática para prevenir los impactos del cambio
climático.
La Unión Europea presentó su visión para un nuevo acuerdo global sobre cambio climático. Sus
líderes acordaron un objetivo de reducción nacional de los GEI de al menos el 40 por ciento antes de
2030, en paralelo a los pilares principales del marco político para 2030 aprobado en octubre de 2014
por el Consejo Europeo.
Hubo algunos retrocesos legislativos en 2014. Concretamente, Australia derogó la mayor parte de su
impuesto sobre el carbono y del Paquete de Energía Limpia, convirtiéndose en el primer país
desarrollado en dar un paso atrás legislativo en la acción contra el cambio climático. España aprobó
un controvertido decreto de energía limpia que revisó el régimen de subsidios para las energías
renovables, incluyendo los proyectos existentes, en una medida que generó preocupación entre los
inversores.
Esto podría reflejar el hecho de que un creciente número de países ya tienen vigentes leyes
generales. La caída en las cifras totales entre 2013 and 2014 podría explicarse igualmente por una
evolución desde la legislación marco hacia la implementación. Al haber un número creciente de
países con leyes en vigor, hay una disminución de la necesidad de seguir legislando y más bien se
aplican los compromisos existentes.
Gráfico 1. La legislación sobre el clima en el tiempo – nuevas leyes y políticas sobre cambio
climático hasta 2014
100
Número de leyes y políticas
90
80
70
60
50
40 Non Annex I
30
20 Annex I
10
0
2002
2008
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2003
2004
2005
2006
2007
2009
2010
2011
2012
2013
2014
<1992
Año
900
800
Número total de leyes
700
600
500
400
non-Annex I
300
200 Annex I
100
0
Año
En los Gráficos 3-5 se puede ver la distribución geográfica de la legislación sobre cambio climático y
su evolución en el tiempo. En 1997, cuando se firmó el Protocolo de Kioto, los 99 países del estudio
tenían 54 leyes y políticas, y un puñado de países tenían más de dos o tres leyes relevantes. En 2009,
el año en que se firmó el Acuerdo de Copenhague, el número de leyes había aumentado hasta las
426, distribuidas de manera equitativa entre países desarrollados y en desarrollo. El año 2014 vio un
total de más de 800 leyes y políticas, con buena parte del crecimiento procedente de los países en
desarrollo. Adicionalmente, se observó un cambio desde las leyes aprobadas por el poder legislativo
hacia las políticas aprobadas por el poder ejecutivo, una tendencia que podría indicar un mayor
énfasis en la implementación.
Gráfico 4. Legislación sobre cambio climático en 99 países en 2009 (426 leyes y políticas)
Gráfico 5. Legislación sobre cambio climático en 99 países en 2014 (804 leyes y políticas)
Es de prever que haya más acciones y reformas legislativas a medida que los países busquen
implementar sus contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDCs) de cara al
esperado acuerdo de París.
Sin embargo, hay varios elementos únicos que pueden ser considerados buenas prácticas, y que
pueden guiar a los responsables políticos a la hora de enfrentarse a la mitigación y adaptación al
cambio climático (GLOBE International y el Instituto Grantham de Investigación, 2014). Hay tres
elementos que se refuerzan entre sí: información, objetivos y políticas. La información nos indica la
situación en la que están los países; los objetivos nos indican a dónde quieren ir los países, y las leyes
y políticas muestran el camino para llegar. Cada uno de estos elementos se explica a continuación, al
tiempo que se presentan las conclusiones clave acerca de cómo se traduce cada uno de ellos en los
99 países del estudio.
La información, los objetivos y las políticas no son sólo factores que determinan una buena
legislación sobre el clima. Leyes avanzadas como la Ley de cambio climático del Reino Unido de 2008
y la Ley general sobre cambio climático de México de 2012 también prestan atención especial a los
acuerdos institucionales y las responsabilidades. Otro aspecto clave son las disposiciones de
financiación, incluidos los procesos para movilizar la financiación climática procedente de fuentes
privadas y públicas (p.ej. de fondos internacionales para el clima). Sin embargo, todavía no es posible
definir ni evaluar las buenas prácticas en estas esferas.
3.1 Información
Una buena base empírica para disponer de una política climática informada requiere de datos, tanto
sobre emisiones como sobre riesgos climáticos, así como sobre las opciones existentes de reducción
de las emisiones y de mejora de la capacidad de resistencia frente al cambio climático. Por lo tanto,
un elemento clave para tener una buena legislación sobre cambio climático es disponer de un
inventario de GEI que implique la notificación obligatoria, oportuna y sistemática de las emisiones de
GEI por parte de todos los sectores, así como evaluaciones de riesgo de cambio climático periódicas
que puedan aportar información a las medidas de adaptación.
Inventarios de GEI
La información más reciente sobre inventarios nacionales de GEI presentada ante la CMNUCC (en
forma de presentaciones de inventario de GEI para los países del Anexo I y como parte de las
comunicaciones nacionales para los países que no son del Anexo I) muestra que los 99 países, salvo
uno, han publicado algún tipo de inventario de GEI.
Sin embargo, hay una gran variación en las fechas y en la frecuencia con la que se dispone de
información, lo que incluye algunos inventarios muy desfasados. El conjunto de los 33 países del
Anexo I incluidos en la muestra cuentan con presentaciones actualizadas, correspondientes, como
muy tarde, a 2012. No obstante, las fechas de los últimos inventarios disponibles para los países que
no son del Anexo I van desde 1990 a 2010. De los 59 países sobre los que la información más
reciente es previa a 2009, 19 tienen información disponible entre 2001 y 2008, incluidos China
(2005) y Brasil (2005), mientras que 40 países han facilitado información correspondiente a 2000 o a
Algunos de estos países han publicado información más actualizada sobre emisiones. Sin embargo,
no la han presentado oficialmente ante la CMNUCC y, por lo tanto, no se tiene en cuenta en este
análisis. India, por ejemplo, publicó en 2010 un inventario más reciente correspondiente a 2007.
70
60
50
Número de países
40
30
20
10
0
2012 onwards 2009 to 2012 Earlier than None
2009
60
50
Número de países
40
30 39
20
20 Non Annex I
Annex I
10 17 7 11
0 4 1
National Sectoral National None
assessment assessment(s) Communication
assessment
Tipo(s) de evaluación de riesgo a escala nacional
La calidad de las evaluaciones del riesgo a escala nacional guarda relación con el nivel de recursos de
los países y, a su vez, de sus ingresos. Sólo el 40 por ciento de los países en desarrollo están yendo
más allá de los requisitos mínimos de las comunicaciones nacionales, mientras que dos terceras
partes de los países del Anexo I han establecido procedimientos más complejos. Dado que los países
de bajos ingresos son también los más vulnerables al cambio climático, es de suponer que hay
lagunas significativas en la preparación global frente a los riesgos del cambio climático y que existe la
necesidad de una ayuda técnica constante en este ámbito.
3.2 Objetivos
Tener objetivos climáticos claros ayuda a fijar una trayectoria a largo plazo y manda una señal de la
voluntad política a las empresas y la sociedad civil. El horizonte a largo plazo necesario para las
políticas climáticas choca con el ciclo político, que es mucho más corto. Por lo tanto, son necesarios
objetivos tanto a corto como a largo plazo (Fankhauser, 2013). Los objetivos pueden tener formas
diversas (absolutos o relativos) y los objetivos relativos al conjunto de la economía pueden
complementarse con objetivos concretos, como por ejemplo las energías renovables, el UTCUTS o el
transporte.
Casi la mitad de los países del estudio – 44 de los 99 – tienen objetivos de reducción de emisiones
vinculados al conjunto de la economía. Además, India tiene un objetivo de reducción de emisiones
que no incluye la agricultura. Las emisiones cubiertas por los objetivos mencionados anteriormente
representan cerca del 75 por ciento de las emisiones globales de GEI. Es decir, la abrumadora
mayoría de las emisiones globales están sujetas ahora a un objetivo concreto de emisiones. Entre
estos países, 41 tienen objetivos hasta 2020 y 27 tienen objetivos de reducción de emisiones que
van más allá de 2020. Cuatro países no tienen objetivos a corto plazo, sino únicamente objetivos más
allá de 2020 (Costa Rica, Etiopía, Irán y la República Dominicana). Los 54 países restantes no tienen
objetivos vinculados al conjunto de la economía. Estas cifras están cambiando con rapidez, a medida
que los países presentan sus INDCs.
Los objetivos relativos al conjunto de la economía pueden ser absolutos (reducciones de emisiones
con respecto a un año de referencia conocido), siendo este el caso en 33 países. Los 11 países
restantes con objetivos relativos al conjunto de la economía especifican también objetivos relativos,
bien declarando su objetivo frente a un escenario de “todo sigue igual” (business as usual o BAU, por
25
20
8
Número de países
15 7
10 developing
countries
15
5 11 developed
countries
4
0
Economy-wide targets Economy-wide targets Economy-wide targets
up to and beyond 2020 up to 2020 only beyond 2020 only
3
Se incluye a la India
45
40
35
16
Número de países
30
25 Legislative
6
20 Executive
15 8 Informal
15
10
13
5 10
0
Targets up to 2020 Targets beyond 2020
Los 45 países que tienen objetivos de reducción de emisiones relativas al conjunto de la economía
(incluido India) tienen objetivos en materia tecnológica u objetivos vinculados a asuntos concretos
para complementarlos, como por ejemplo los objetivos en materia de energías renovables u
objetivos en el sector del transporte. Otros 41 países que no tienen objetivos relativos al conjunto de
la economía tienen en su lugar diversos objetivos concretos. En total, 86 de los países del estudio
tienen algún tipo de objetivo (de entre estos objetivos, 37 son relativos a las energías renovables, 16
al UTCUTS, 19 a la demanda de energía y 12 al transporte), y solo 13 de los países del estudio no han
declarado objetivo alguno.
4
Nota: el mismo país puede tener objetivos hasta 2020 y objetivos más allá de 2020.
Teniendo en cuenta las áreas concretas a las que se refieren los objetivos, 80 países tienen objetivos
en materia de energías renovables; 57 tienen objetivos de demanda de energía; 45 tienen objetivos
en materia de transporte; y 33 tienen objetivos de UTCUTS. La amplia mayoría de objetivos
relacionados con la tecnología o con asuntos concretos están sujetos a iniciativas del poder
ejecutivo.
Gráfico 11. Países con objetivos concretos de reducción de emisiones, por tipo de legislación
90
80
8
70
Número de países
60
5
50
51
40 7 Informal
38
30 9 Executive
24
20
21 Legislative
10 15 21
14
0 3
Casi el 60 por ciento de los países del estudio (58 de 99) tienen leyes o políticas marco para abordar
la mitigación y la adaptación. En ocasiones, quedan cubiertas por una ley o política únicas, y a veces
hay leyes independientes que se ocupan de la mitigación y la adaptación. Otros 18 países tienen
únicamente un marco relativo a la mitigación, 6 tienen sólo un marco relativo a la adaptación y 17 no
tienen ningún tipo de ley o política marco que aborde la mitigación y la adaptación. Arabia Saudí y
Canadá son los únicos países entre los mayores 20 emisores que no tienen políticas marco, ni de
mitigación, ni de adaptación.
Ninguna
17%
Sólo marco
de
adaptación
6%
Marcos de
mitigación y
Sólo marco adaptación
de mitigación 59%
18%
10
19 Legislative Legislative
Executive Executive
57
54
El vínculo entre objetivos y políticas es importante. Los objetivos señalan la dirección en la que
deberían ir las políticas y abren la puerta a la supervisión sobre la eficacia de las mismas. 41 de los
países que tienen marcos de mitigación también tienen objetivos multisectoriales de reducción de
emisiones (37 hasta 2020 y 4 más allá de 2020).
El estudio distingue entre leyes y políticas para: fijación de precios del carbono, demanda de energía,
promoción de un modelo energético bajo en carbono (incluidas las energías renovables), transporte
y UTCUTS.
El estudio revela que la actuación política en el sector de la energía es considerable. 89 países han
aprobado políticas para promover un modelo bajo en carbono, 85 han aprobado políticas de
demanda de energía, y 39 tienen políticas de fijación de precios del carbono. Las políticas de
energías renovables están condicionadas en gran medida por los objetivos: de los 89 países con
políticas para promover un modelo energético bajo en carbono, 76 tienen objetivos en materia de
energías renovables. 65 de los países del estudio tienen políticas para abordar el UTCUTS y 60 tienen
objetivos para el sector del transporte. En estos dos últimos casos, existe un respaldo menor en
forma de objetivos (29 de los 65 países tienen objetivos relativos al UTCUTS y 38 de los 60 tienen
objetivos para el transporte).
El estudio no intenta evaluar la calidad de la eficacia de las políticas, pero señala la amplia variedad
en ambiciones políticas y objetivos. Algunas políticas son claras y detalladas, mientras que otras son
más vagas y de carácter declarativo.
100
90
80
70
Número de países
60
50
40
30 Executive
20
Legislative
10
0
4.1 Definiciones
La definición de “legislación sobre cambio climático” no es precisa. Existen ambigüedades tanto con
el término “cambio climático” como con el término “legislación”. Este estudio incluye legislación, o
normas, políticas y decretos con un estatus comparable, que se refiere de manera específica al
cambio climático o que tiene que ver con la reducción de la demanda de energía, la promoción de un
suministro energético bajo en carbono, la lucha contra la deforestación, la promoción del uso
sostenible de la tierra, el transporte sostenible o la adaptación a los impactos climáticos.
Esta definición se ha aplicado con flexibilidad, país por país, para garantizar que se refleja de la mejor
manera posible la respuesta legislativa, regulatoria y política global al cambio climático en los 99
países incluidos en el estudio. El estudio distingue entre iniciativas legislativas, aprobadas por un
Parlamento o por una autoridad legislativa equivalente, e instrumentos ejecutivos (p.ej. decretos
presidenciales, órdenes ejecutivas y políticas o planes gubernamentales) aprobados o decretados por
el Gobierno, el presidente o una autoridad ejecutiva equivalente.
4.2 Ámbito
El Estudio global de legislación climática 2015 analiza la legislación y las políticas sobre cambio
climático en 99 países, que en su conjunto representan aproximadamente el 93 por ciento de las
emisiones mundiales, e incluye a 47 de los 50 mayores emisores mundiales de carbono (World
Resources Institute, 2011). Entre todos ellos albergan en torno al 90 por ciento de los bosques del
mundo (FAO, 2010). Esto incluye 32 países del Anexo I (entre ellos la Unión Europea como entidad
individual) y 67 países que no figuran en el Anexo I, tal y como se define en la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. 33 de ellos son países con ingresos altos (Banco
Mundial, 2013), 33 con ingresos altos y medianos, 20 con ingresos bajos y medianos, y 13 con
ingresos bajos. Estos países están repartidos por todas las regiones del mundo y representan a las
grandes economías, así como a los Estados pequeños.
El estudio trata a la Unión Europea como un ámbito político único. También trata individualmente a
cada uno de sus miembros. Las Directivas de la Unión Europea no se repiten en los perfiles
individuales de los Estados miembros, a menos que el país haya implementado legislación que vaya
significativamente más allá de lo que estipula el alcance de la Directiva. Por ejemplo, el Marco de
política agraria francés va más allá de lo estipulado en la Directiva sobre biocombustibles de la Unión
Europea.
El análisis incluye leyes y políticas aprobadas con fecha límite del 1 de enero de 2015. El estudio no
enumera las leyes que todavía están siendo objeto de examen. Sin embargo, en el texto explicativo
de los capítulos por país se hace referencia a los esfuerzos realizados tras la fecha de corte, tanto los
que han sido aprobados, como los que están siendo objeto de examen o han fracasado
recientemente.
Las leyes generales en materia medioambiental, incluyendo las políticas sobre el agua, la
biodiversidad y la desertización, no se incluyen a menos que tengan un enfoque centrado
explícitamente en el cambio climático.
Las cuestiones relacionadas con la delimitación son especialmente importantes en el caso de las
leyes que abordan la adaptación al cambio climático. Esto tiene que ver con la realidad compleja de
las políticas de adaptación. En primer lugar, el enfoque de un país con respecto a la adaptación se ve
determinado por su clima y su geografía, y, por lo tanto, exige estrategias específicas por país. Por
ejemplo, la adaptación en un país concreto puede implicar la protección contra la subida del nivel del
agua del mar, mientras que en otro país puede implicar que se aborden los riesgos relacionados con
la sequía y que se mejore la gestión hídrica. Por lo tanto, muchas políticas de adaptación están
integradas en las políticas de desarrollo, en las políticas generales de planificación, en las políticas de
reducción de riesgos y de gestión de desastres, en las políticas hídricas, en las políticas sanitarias,
etcétera. Esto hace que sea más difícil identificarlas. Este estudio no ha recogido estas políticas a
menos que estuvieran explícitamente relacionadas con el cambio climático. En segundo lugar, las
medidas de adaptación están por naturaleza menos centralizados que las medidas de mitigación,
dado que a menudo requieren de acciones por parte de los Gobiernos locales, desde la planificación
local de obras a los planes de evacuación. El énfasis del estudio en la legislación nacional, por lo
tanto, significa que no se incluye el abanico completo de las actividades de adaptación en la mayoría
de los países.
Los planes de acción nacional de adaptación nacional (PANAs)5 no están incluidos en los detallados
catálogos legislativos y ejecutivos de los capítulos por país, ni se han enumerado en la lista de
políticas marco de adaptación, a menos que los PANAs se hayan convertido en políticas
gubernamentales o iniciativas legislativas específicas.
Las leyes y políticas que abordan el uso de los bosques y la tierra se incluyen siempre que respalden
de manera explícita la mitigación del cambio climático a través de actividades de reducción de las
emisiones y de incremento de eliminación del carbono. Habitualmente (pero no exclusivamente),
5
Los PANAs proporcionan a los Países Menos Desarrollados (PMDs) un proceso de identificación de
actividades prioritarias que responden a sus necesidades urgentes e inmediatas para adaptarse al cambio
climático, es decir, aquellas en las que nuevos retrasos supondrían un incremento de la vulnerabilidad y/o de
los costes más adelante. Véase: unfccc.int/national_reports/napa/items/2719.php
Si bien el estudio persigue ser integral, no pretende haber identificado todas y cada una de las leyes
y políticas relevantes de cada uno de los 99 países del estudio. Que una determinada ley haya sido
detectada o no, depende de una serie de factores, como la disponibilidad de la información en
internet y la fortaleza de los vínculos con los legisladores y legislativos correspondientes. El
resultado es que el estudio no pretende ofrecer una lista exhaustiva de toda la legislación relevante
relacionada con el clima. Los autores agradecen cualquier comentario y/u opinión sobre los
capítulos de los países, con el objetivo de respaldar el desarrollo y mejorar la exactitud del material.
Los autores agradecen especialmente las contribuciones, consejos y ayuda de la UIP y las redes
GLOBE. También dan las gracias al Consejo Mundial de la Energía y a la Secretaría de la CMNUCC. El
equipo del estudio expresa su agradecimiento a Saber M. Chowdhury, Serguei Tchelnokov, Graham
Stuart, Malini Mehra, Rafael Aybar, Pamela Ferro, Joan MacNaughton, Sandra Winkler y Dilleta
Guiliani.
Los colegas del Instituto Grantham de Investigación que trabajan en los ámbitos del cambio
climático y el medio ambiente proporcionaron una ayuda inestimable, entre ellos Alina
Averchenkova, Samuela Bassi, Carolina Boniatti Pavese, Maria Carvalho, Murray Collins, Chris Duffy,
Fergus Green, Courtney McLaren, Ben Parfitt, Merlin Sibley y Bob Ward.
Mike Scott, de Carbon Copy Communications Ltd., editó y realizó la composición tipográfica del
estudio, y Amitai Nachmany ayudó competentemente en el diseño.
El equipo del estudio quisiera agradecer el apoyo financiero de la Fundación Grantham para la
Protección del Medio Ambiente y al Consejo de Investigaciones Económicas y Sociales del Reino
Unido (ESRC, por sus siglas en inglés), a través del Centro para la Economía y Política del Cambio
Climático (CCCEP, por sus siglas en inglés).
Un gran número de personas han ayudado en la revisión de los borradores del estudio y en los
capítulos individuales de los países. Los autores desean dar las gracias a todos ellos – legisladores,
personal parlamentario, funcionarios gubernamentales, académicos, representantes de ONG y
observadores independientes – por su importante contribución a la precisión y exhaustividad del
estudio, asumiendo toda responsabilidad ante posibles errores:
Arabia Saudí Abdulaziz Ahmed (Estudios sobre el Petróleo Rey Abdalá y Centro de
Investigación Energética)
Argelia Dennis Kumetat (Ministerio Federal de Asuntos Exteriores) y Emma Aberg
(Universidad de Lund)
Argentina Guillermo Urribarri (Senado) y Patricia Cazenave (asesora sobre legislación
medioambiental)
Australia Heike Phillips (Departamento de Medio Ambiente)
Austria Volkmer Lauber (Universidad de Salzburgo) y Angela Koeppl (Instituto Austriaco
de Investigación Económica)
Bangladés Ziaul Haque y Raisul Alam Mondal (Ministerio de Medioambiente y Bosques)
Bélgica Frank Venmans (Universidad de Mons) y Henri Kevers (Registro Nacional)
Colombia Sandra Marcela Acero, Mariana Rojas Laserna y Nathaly Torregroza (División de
Cambio Climático), y Santiago Uribe Sáenz (Ministerio de Medio Ambiente y
Desarrollo Sostenible)
Corea del Sur Ohkeum Lee (Oficina de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth del Reino
Unido) y Ara Jo (LSE)
Costa Rica Jorge Cabrera Medaglia (Consejero legal del CISDL)
Hungría Veronika Czako (Comisión Europea, Directiva de ayuda a políticas para servicios
energéticos) y Jozsef Feiler (Red de Adhesión Regional Medioambiental y
Climática)
India Pranav A. Sinha (GLOBE India) y Himanshu Gupta (LSE)
Jamaica Alwyn Hales y Janet Blackwood (Ministerio de Agua, Tierra, Medio Ambiente y
Cambio Climático)
Japón Jin-ichi Ueda (GLOBE Japón) y Oficina de Investigación del Comité de Medio
Ambiente de la Cámara de Consejeros
Jordania Mohammad T. Asfour (Consejo World Green Building y Fundación Rey Hussein)
Suecia Alvar Palm y Emma Aberg (Universidad de Lund), Jonas Ebbesson y Katak Malla
(Universidad de Estocolmo), y Marlene Grunstrom
Suiza Cordelia Baehr, Juerg Bally, Isabel Junker, Regine Roethlisberger y Karine
Siegward (Oficina Federal para el Medio Ambiente), Thomas Stocker
(Universidad de Berna) y Philippe Thalmann (Escuela Politécnica de Lausana)
Tailandia Chaiwat Muncharoen (Instituto Asiático de Tecnología) y Sopitsuda Tongsopit
(Universidad de Chulalongkorn)
Tanzania Adolphine Kateka (Universidad de Estocolmo) y Minty Bezabih (LSE)