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Tema 4.

Los conflictos de finales de siglo y el sistema de paces: La Guerra de Sucesión


Española y los Tratados de Utrecht, Rastatt y Baden.
El conflicto sucesorio español, una contienda internacional, abrió Europa al siglo XVIII. La
Guerra de Sucesión Española (1701-1714): guerra internacional y civil (partidarios del duque de
Anjou (Felipe V) y del archiduque Carlos (Carlos I).
El emperador Leopoldo I no aceptó la designación de Felipe de Anjou como heredero universal
de la Monarquía Hispánica que Carlos l1 hizo en su último testamento. A las provocaciones de
Luis XIV (ocupación PB, derechos de su Nieto a la corona francesa, asiento de negros para
Francia..) las potencias europeas respondieron con la creación de La Gran Alianza de La Haya
(septiembre 1701): Inglaterra, Provincias Unidas y el emperador, cuyo objetivo era preservar la
libertad y el equilibrio de Europa y recortar el exorbitante poder de Francia.
Luis XIV optó por favorecer sus intereses dinásticos a los de su reino. Proclamación de Felipe V
en España y América en 1701. Felipe V se trasladó a Italia en 1702 para defender sus dominios
italianos de la invasión imperial.
Previa renuncia del emperador Leopoldo y de su hijo mayor (José I) de sus derechos a la corona
española, el Archiduque Carlos fue proclamado en 1703 Carlos III (Reconocimiento del Papado).
La entrada de Portugal en la coalición internacional permitió a los Aliados invadir la península
ibérica en 1704 (captura de Gibraltar). Cataluña, Aragón y Valencia reconocen a Carlos ll.
Desembarcó en Barcelona en 1705. Debilidad de Felipe V.
Las primeras negociaciones de paz fracasaron: de la idea de la partición de la Monarquía
Hispánica – una Italia para el emperador y el comercio americano en manos inglesas y
holandesas– se pasó a una reconquista de la península para Carlos III.
1706 Felipe V perdió el ducado Milán y el reino de Mallorca (Menorca resistió hasta 1708). En
1707 y 1708 cayeron Nápoles y Cerdeña en manos aliadas. En los Países Bajos ocupados por los
Aliados, solo permanecieron fieles a Felipe V Namur, Luxemburgo y Hainaut. Para entonces Luis
XIV preveía que la herencia de su nieto quedaría muy mermada. Carlos III prometió entonces a
Inglaterra el Asiento de Negros, Menorca y el gobierno de los Países Bajos. Victoria de Felipe V
en Almansa (1707): ocupación borbónica de Valencia y Aragón. Supresión de fueros.
Luis XIV comenzó a negociar con las Provincias Unidas en 1708: aceptaría renunciar a toda la
herencia española a cambio de Nápoles y Sicilia para Felipe V. Inglaterra se negó a aceptar la
propuesta (Francia debía renunciar a todo en favor de Carlos III). Para 1710 Luis XIV parecía
decidido a abandonar a su nieto. Se ofreció incluso a financiar a los Aliados para desalojar a su
nieto Felipe V del trono pero no a combatir contra él. Pero los acontecimientos precipitaron un
cambio sustancial en la situación de la guerra:

• En España, la situación comenzó a ser más favorable a los intereses borbónicos: en


diciembre de 1710 victoria decisiva en Villaviciosa.
• En Europa: se suceden las muertes del Gran Delfín (padre de Felipe V) y del emperador
José I en abril de 1711. El hermano de este, Carlos III se convierte en emperador Carlos
VI. Los Aliados recelan de la posible restauración de la Monarquía carolina. En 1712
muere además el duque de Borgoña, primogénito del Gran Delfín.
Preliminares de la paz en octubre de 1711. Congreso de Utrecht en 1712. Luis XIV firmó los
tratados como único interlocutor de la Casa de Borbón tras renunciar a reconocer a Jacobo III con
rey de Inglaterra y a renunciar a la reunión de Coronas. El Tratado de Utrecht (1713), inspirado
por Inglaterra, retomó la idea de la partición como solución negociada a la sucesión española.
Londres y París impusieron su propuesta a Madrid. La comunidad internacional se constituyó en
garante del nuevo orden que transformó la historia de Europa. Utrecht vino a significar que la
monarquía gala y la española debían mantenerse siempre separadas
Tratado de Utrecht (1712-1715): entre Francia y Gran Bretaña; entre España y Gran Bretaña;
entre España y Saboya, las Provincias Unidas y Portugal…
Tratados de Rastatt y Baden (1714): entre Francia y el Imperio
En Utrecht, Felipe V fue reconocido como rey de España y de las Indias a cambio de ser privado
de sus dominios europeos: los Países Bajos, el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña. La
Monarquía Hispánica se desmembró.
El emperador Carlos VI recibió los Países Bajos, Milanesado, Nápoles, Cerdeña y los Presidios
de Toscana. Hasta el Tratado De Viena de 1725 Carlos VI no renunció a sus derechos y los de sus
herederos a la Corona de España. Felipe V también renunció entonces a sus antiguos dominios
italianos y a los Países Bajos.
Gran Bretaña conservó Gibraltar y Menorca, tomadas durante la Guerra, Nueva Escocia (Acadia),
la bahía del Hudson y Terranova, y la isla de San Cristóbal.
Ventajas comerciales:

• Navío de permiso (un barco de 500 toneladas al año, durante 30, comerciar libremente
con Indias)
• Asiento de negros (España cedía por 30 años el usufructo de ese derecho: introducción
de 144.000 esclavos: 4.800 /año). *Ambos privilegios fueron derogados en 1750.
El Duque de Saboya recuperó Saboya y Niza, ocupadas por Francia. Recibió Sicilia intitulándose
rey desde entonces. En 1720 le fue intercambiada por Cerdeña, pasando Sicilia a manos del
emperador. Las Provincias Unidas obtuvieron las fortalezas de la Barrera. Portugal recibió de
España la colonia de Sacramento. Brandeburgo retuvo Güeldres del Norte. Durante la Guerra, en
1701 el emperador reconoció al elector rey en Prusia.
La Monarquía Hispánica fue desmembrada. El nuevo rey solo conservó sus posesiones
peninsulares, (a excepción de Gibraltar y Menorca) y las americanas y asiáticas. La herencia
continental europea fue repartida entre las potencias beligerantes. Reordenación de las fronteras
europeas inspirada por Inglaterra en nombre del equilibrio continental y la política multilateral:
una relativa igualdad entre las potencias europeas.
Por su parte la Casa de Austria, en su única rama alemana, excluida ya de la sucesión española,
debía contentarse con la mayor parte de los territorios españoles de Italia y el sur de los Países
Bajos, que a su vez sirvieron para prevenir cualquier insurrección del expansionismo francés y
asegurarían la continuada presencia de los Habsburgo en el oeste de Francia.
A partir de 1713, y durante gran parte de la primera mitad del siglo XVIII, el equilibrio de poder
se basó en el antagonismo reinante entre Francia, de un lado, apoyada por España (Pactos de
Familia) y algunos estados alemanes como Baviera, y del otro, los Habsburgo austríacos,
sostenidos en general por Gran Bretaña y las Provincias Unidas. Esta simetría, sin embargo, se
mostró ineficaz tras la Guerra de Sucesión Española. La rivalidad Borbón-Habsburgo condicionó
la política europea aún durante medio siglo más.
Gran Guerra del Norte, 1700-1721.
Pugna por la supremacía en el Báltico entre Suecia, potencia hegemónica hasta finales del siglo
XVII, y sus principales antagonistas Dinamarca, Rusia, Sajonia y Polonia- Lituania, que se
coaligaron secretamente en 1699. A la coalición anti-sueca se sumaron Hannover y Prusia en
1715.
Pese a contener a sus enemigos durante los primeros años del conflicto, Suecia carente de alianzas
(brevemente contó con la ayuda del Imperio otomano que declaró la guerra a Rusia en 1711)
acabó vencida por Pedro I el Grande.
Tratado de Nystad (1721) Rusia obtuvo salida al Báltico. Suecia le cedió Ingria, Livonia y
Estonia.
La Gran Guerra del Norte alteró el ecosistema político de Europa del Norte y de Europa del Este
y supuso la consagración de Rusia como potencia. Pedro el Grande se proclama emperador del
Imperio Ruso
El siglo XVIII se inaugura con tres grandes guerras: la guerra de Sucesión Española (1700- 1713),
la guerra de Hungría contra los turcos (1716-1718) y la gran guerra del Norte (1700-1721).
A partir de entonces la diplomacia de los estados europeos implicó cada vez a más reinos en
el juego del poder. La diplomacia se basaría en una política de oportunidades, de modo que
las ventajas de un Estado debían ser compensadas con provechos equivalentes para los
demás estados, con el fin de garantizar que el equilibrio de fuerzas se mantuviera intacto.

Las guerras de religión de los siglos XVI y XVII habían confirmado la definitiva disolución del
concepto medieval de la Communitas Christiana en Europa. El continente acabó aceptando el
modelo de equilibrio que bebía del Tratado de Westfalia (1648), justificando la declaración de
una guerra cuando una potencia amenazase el equilibrio. No obstante, el sistema de
equilibrio tardó en consolidarse por los constantes desafíos de Francia.

Otros estados también se opusieron a este modelo de perpetuación del statu quo. El Imperio
otomano aún no había renunciado a sus ambiciones de llevar a cabo grandes conquistas en
la Europa cristiana. Otros estados como Prusia y Rusia, que acaban de irrumpir en el
concierto de las potencias europeas, buscaban consagrarse como grandes potencias en el
escenario europeo.
La Guerra de Sucesión española (1701-1714).
A la muerte de Carlos II, la mayor parte de las potencias europeas, a excepción del emperador,
reconocieron como heredero a Felipe V de Borbón, nieto del rey de Francia. Sin embargo, a lo
largo de 1701 Luis XIV adoptó una serie de decisiones que propiciaron una nueva oleada de
hostilidad internacional contra la Casa de Borbón que se focalizaría en lo sucesivo no sólo ya
sobre Francia sino también sobre la Monarquía Hispánica. La primera de tales decisiones fue la
confirmación de los derechos sucesorios de Felipe V sobre la corona francesa, lo que abría la
posibilidad a una hipotética futura unión de las monarquías francesa y española que contravenía
explícitamente las disposiciones del testamento de Carlos II. En segundo lugar, Luis XIV envió
tropas a los Países Bajos españoles, expulsando a las guarniciones neerlandesas establecidas allí
en virtud de lo dispuesto en la Paz de Ryswick. Por último, envió a la Marina francesa a ocupar
puntos estratégicos del comercio español en Indias y logró la concesión a Francia del monopolio
para introducir esclavos negros en la América Española (asiento de negros). Las acciones de Luis
XIV fueron percibidas, con razón, como una amenaza para la seguridad y los intereses mercantiles
de las Provincias Unidas e Inglaterra, que decidieron entonces apoyar los derechos al trono
español del archiduque Carlos de Austria. A tal fin, constituyeron en septiembre de 1701 la Gran
Alianza de La Haya, de la que formaron parte en un primer momento Austria, Inglaterra, las
Provincias Unidas y Prusia. Esta maniobra diplomática sería respondida a su vez por Luis XIV
reconociendo como rey de Inglaterra a Jacobo III, hijo del exiliado Jacobo II, fallecido en 1701,
lo que provocó una ola de patriotismo y belicismo en el gobierno británico. En 1702, las potencias
de la Gran Alianza declararon la guerra a los Borbones.
En 1702 se intentó penetrar a España por Cádiz, pero esta resiste. La armada angloholandesa al
no poder tomar la ciudad, se dan cuenta que viene en camino la flota de Indias, por lo tanto la
flota va a desembarcar en Vigo. Se dieron cuenta que para generar distensión en la monarquía
hispánica se debe entrar por Aragón. Se quería generar un descontento en el ámbito comercial.
El conflicto por la sucesión española afectó a buena parte de Europa y dividió el continente en
dos bloques antagónicos. De una parte los aliados, que contaron con la adhesión de la mayor parte
de Príncipes alemanes, Dinamarca y, a partir de 1703, de Saboya y Portugal. De otra, Francia y la
Monarquía Hispánica, apoyadas únicamente por los electores de Baviera y Colonia. El 12 de
septiembre de 1703, en Viena, los aliados proclamaron al archiduque Carlos rey de España con el
nombre de “Carlos III”. La Guerra de Sucesión fue el resultado de la última coalición
internacional frente al expansionismo de Luis XIV pero constituyó así mismo una guerra civil
para España. Mientras que la guerra en el continente fue favorable en términos generales a los
aliados, en España el triunfo correspondió al bando borbónico.
En 1704 se llevó a cabo el primer intento de toma de Cataluña. El pacto de Génova, el pacto entre
Cataluña y las potencias marítimas, es impulsado por comerciantes. La Guerra de Sucesión es
también religiosa. La guerra se desarrolló en los Países Bajos, el Rin y el Norte de Italia, así como
en España desde 1705 principalmente. En una primera fase, el conflicto resultó favorable al bando
borbónico, que pudo defender eficazmente el Milanesado del ataque de las fuerzas imperiales.
Sin embargo, la reacción de los aliados cristalizó en la derrota infringida a los franceses en
Blenheim (1705), que obligó a las tropas borbónicas a abandonar la orilla derecha del Rin. En los
años siguientes, las victorias aliadas de Ramillies (1706), el asedio de Turín (1706) y Oudenarde
(1708) obligaron a los Borbones a abandonar la práctica totalidad de los Países Bajos, el
Milanesado, Nápoles y Cerdeña entre 1706 y 1708. Esto produce que Luis XIV abandone el
Milanesado (1707) y la estabilidad d ellos territorios italianos se ve amenazada porque la toma de
Gibraltar y el puerto de Niza supone una comunicación para amenazar el reino de Nápoles. El rey
francés abandona los espacios frágiles, priorizando frentes.
En 1708 nos encontramos ante una invasión de los aliados al territorio francés. En España, los
ingleses se apoderaron de peñón de Gibraltar (1704) y de la isla de Menorca (1708), que se
convirtió en una de sus bases de acción en el Mediterráneo. Además, la alianza portuguesa y la
sublevación austracista de los territorios de la Corona de Aragón (1705-1706), pusieron en graves
dificultades al gobierno de Felipe V (obligado a abandonar la capital, Madrid, en dos ocasiones
en 1706 y 1710). El único hecho favorable al bando borbónico fue la victoria del duque de
Berwick en Almansa (1707), que permitió a Felipe V reconquistar buena parte del reino de
Valencia.
En 1709 se produce uno de los inviernos mas catastróficos, lo que genera un mayor descontento
y los tráficos comerciales se ven perjudicados, por lo tanto Luis XIV comienza a pensar en la paz
con los Aliados de la Haya. En Italia, solo se conserva Sicilia por parte del rey francés. Los aliados
le van a plantear una paz pero serán fallidas hasta 1710. Luis XIV va a dejar de colaborar con la
monarquía Hispánica. En 1710 Luis XIV le niega tropas a su nieto, lo que permite que Felipe V
pueda volver a tener el control de Valencia y Aragón, menos Cataluña, nos encontramos con que
las tropas españolas ya no son tan dependientes de las francesas por las reformas políticas que se
han ido realizando como ña aplicación de levas y la desaparición de los tercios.
En 1708-1709, la situación de las tropas de Luis XIV llegó al límite tras la rendición de Tournai
y Mons. El duro invierno de 1709, que generó una hambruna casi generalizada en Francia, al que
siguió la derrota de Malplaquet en septiembre de ese mismo año, conllevaron la invasión del norte
de Francia por las fuerzas aliadas y el inicio de conversaciones entre Luis XIV y los aliados en
Gertruydenberg (1710) con vistas a alcanzar la paz. Sólo la exigencia de las potencias marítimas
de que el monarca francés declarara la guerra a su nieto, Felipe V, impulsó a Luis XIV a continuar
la lucha.
Para entonces, se estaban produciendo también ciertos cambios entre los aliados. En 1710 los
tories llegaron al poder en Inglaterra, conformándose un gobierno inclinado a la negociación de
la paz. Un año después, la muerte del emperador José I convirtió al archiduque Carlos en
emperador Carlos VI. En consecuencia, la solución austriaca a la cuestión sucesoria española dejó
de ser percibida como la única garantía para el mantenimiento del equilibrio entre potencias y
pasó a ser vista como una amenaza (no en vano, suponía la reconstitución del Imperio de Carlos
V).
Esta circunstancia, sumada al agotamiento de los contendientes tras más de una década de guerra,
aceleró el inicio de las conversaciones de paz, favorecidas además por la consolidación de la
posición de Felipe V en España tras las victorias de Brihuega y Villaviciosa (1710), que le
permitieron reconquistar el reino de Aragón. La guerra concluiría en septiembre de 1714, tras la
toma de Barcelona por el duque de Berwick. Un año después, la conquista de Mallorca puso fin
a la resistencia austracista en la Península.
El orden de Utrecht.
La derrota del bando borbónico en la guerra europea supuso la desmembración de la Monarquía
Hispánica en la forma en que esta había sido legada por Carlos II a Felipe V. El principal objetivo
por el que el último Austria había nombrado heredero de sus dominios a un nieto de Luis XIV
quedaba así incumplido. En adelante, la Monarquía Hispánica quedaría reducida básicamente a
su territorio actual, si bien conservó su inmenso imperio ultramarino. Las papes concluidas entre
los diversos países, en Utrecht (1713) y Rastadt (1714) supusieron la reorganización de Europa a
partir del reparto de los despojos de la Monarquía Hispánica. Pero también marcaron la definitiva
contención del imperialismo de Luis XIV y el final de la hegemonía francesa. Si en Westfalia
(1648) había aparecido la noción del equilibrio entre potencias, Ustrecht-Rastadt consagró esta
idea como el principio rector de las relaciones internacionales. Su base era la idea de la balanza
de poderes en el continente, con Austria y Francia como grandes potencias terrestres (alrededor
de las cuales giraban otras potencias emergentes como Prusia, Saboya y Hannover), e Inglaterra,
gran potencia marítima, como garante de la perpetuidad del orden surgido en Utrecht.
Las paces incluían acuerdos de orden político, territorial y comercial. Entre los primeros (orden
político) destacaba el reconocimiento de Felipe de Borbón como rey de España, que aceptaron
todos los firmantes a excepción del emperador, quien seguiría auto titulándose Carlos III de
España y no firmaría la paz con el rey Borbón hasta 1725. Previamente, Felipe V hubo de
renunciar a sus derechos sucesorios a la corona francesa. Por su parte, Luis XIV, que apenas salió
perjudicado por los acuerdos, se vio obligado a interrumpir su apoyo a los Estuardo, pretendientes
católicos al trono inglés. Dos soberanos europeos fueron reconocidos como reyes: el elector de
Brandeburgo, que en 1701 obtuvo del emperador el título de rey de Prusia y el duque de Saboya,
que recibió de España el reino de Sicilia. Además, se creó un nuevo electorado en Alemania:
Hannover, vinculado a Inglaterra por el Acta de establecimiento de 1701, que reconocía a sus
soberanos como herederos de la reina Ana de Inglaterra, fallecida sin sucesión en 1714.
En 1710, los tories ganan las elecciones, que era la opción defendida por los comerciantes. Los
tories comienzan a hacerse fuerte entorno a la reina Ana. Nos encontramos entonces con una Gran
Bretaña favorable que comienza a tener conservaciones con Francia. El primer elemento de las
negociaciones británicas es, desde Versalles, obtener el apoyo en 1712 de Felipe V, y además se
realizan otras renuncias de otras coronas que garantizan que nunca se van a unir a la monarquía
hispánica. Después de ello, se llevan a cabo los acuerdos. El tratado de Utrecht supone tres
acuerdos. En esta paz, firmada en 1713, Gran Bretaña obtiene Gibraltar y Menorca, y se produce
la quiebra del monopolio comercial español. Gran Bretaña recibe el navío de permiso de 500
toneladas anualmente que desembarcarían en Portovelo (pero se acaba practicando el
contrabando, por lo que consiguen mas ya que el navío de permiso paraba también Jamaica). A
parte del navío de permiso consiguen también el Asiento de Negros. La introducción de los negros
en la monarquía española también se beneficia de ella en la colonia española.
Las Provincias Unidas están sufriendo un declive económico del que no se recuperan hasta el
siglo XIX. De este tratado obtienen la barrera que garantiza su independencia territorial. El
imperio austriaco se queda con lo que había ocupado: Nápoles, Cerdeña y los Países Bajos; el
emperador no renuncia sus derechos a la corona española, y la paz entre ellos no se firma hasta la
paz de Viena. Sicilia se mantiene durante toda la guerra bajo dominio español, pero estos la
abandonan para cederle al duque de Saboya, a parte de que este consiguió unos valles en
Lombardía, que pertenecían al Milanesado. Respecto a Portugal, se le indemnizó y se les concede
la colonia de Sacramento, la cual interesa porque los británicos la utilizan como un enclave desde
el que practicaban el contrabando.
Las cláusulas territoriales afectaron en su gran mayoría a los dominios europeos dependientes
hasta la fecha de la Monarquía Hispánica. Casi todos ellos pasaron a Austria, que recibió los
Países Bajos, Luxemburgo, el ducado de Milán, los presidios de Toscana, el reino de Nápoles y
el de Cerdeña (que cambiaría en 1720 por Sicilia). Al duque de Saboya pasaron también algunos
territorios que pertenecían a la Lombardía española. Francia, a pesar de su derrota, logró mantener
las principales adquisiciones conseguidas en tiempos de Luis XIV en los Países Bajos: Ypres,
Tournai, etc. Además, se vio obligada a demoler las fortificaciones de Dunkerque, frente a la costa
inglesa, y hubo de ceder a Inglaterra una serie de posesiones coloniales, como Acadia y Terranova,
en el Norte de América, importantes por sus reservas pesqueras, la bahía de Hudson o la isla de
San Cristóbal en las Antillas. A cambio, incorporó definitivamente el principado de Orange, en el
interior del reino francés, que había ocupado en varias ocasiones con anterioridad. Por su parte,
las Provincias Unidas recibieron el derecho de situar guarniciones, de carácter eminentemente
defensivo en una zona de los Países bajos fronteriza con Francia, la llamada “Barrera” (que incluía
plazas como Gante, Namur, Charleroi, Mons…), que salvaguardaban las Provincias Unidas de
una futura agresión francesa a través de los Países Bajos. Por su parte, Prusia pasó a dominar el
Güeldres español y el principado de Neuchâtel, en Suiza.
Las compensaciones otorgadas a Inglaterra se redujeron a Gibraltar y Menorca. Sin embargo, el
interés prioritario de este país estaba en los ámbitos marítimo y mercantil. De hecho, las llamadas
cláusulas comerciales le abrieron importantes expectativas en las Indias españolas. Aparte del
título de “nación privilegiada” en el comercio colonial hispano, que antes poseía Francia, recibió
el derecho de asiento y el navío de permiso. El primero le permitía, en principio durante un
periodo de treinta años, monopolizar el comercio de negros con escala en Río de la Plata. Por el
segundo, tenía derecho a enviar, una vez al año, un navío de 500 toneladas a las Indias españolas.
Ambas concesiones constituyeron la primera quiebra legal del monopolio hispano sobre el
comercio con sus Indias. En lo sucesivo, con unas Provincias Unidas en declive tras décadas de
guerras, Inglaterra consolidó su posición como gran potencia mercantil, apoyada además en las
no menos importantes ventajas comerciales que ya obtuviera de Portugal y su imperio ultramarino
con la firma del Tratado de Methuen en 1703.
Lo que se ha consolidado una desmembración de la monarquía hispánica porque es una potencia
en la que su equilibrio se base dos grandes potencias terrestres, y una naval, Gran Bretaña, que
vigila ese equilibro. Con la desmembración de la monarquía hispánica, hay un equilibro general
pero también equilibrios que se establecen en diferentes ámbitos europeos, lo que aportó una
mayor combinación de alianzas. Esto no garantizó la paz porque el equilibrio era frágil, lo que
generará que los conflictos que surgieron en territorios periféricos sirvieron de legitimación para
solicitar otras reclamaciones o llevar a cabo conflictos. La paz de Utrecht acaba consolidando la
idea de que los conflictos, cada vez enfrentando a un mayor número de potencias, se zanjan en
grandes reuniones, congresos, y consolidan la importancia de introducir barreras militares y la
noción de intercambio de territorios.

Además de la diplomacia, Luis XIV usa la guerra, y para ello cuenta con una superioridad clara
hasta 1703-1704. Cuenta con el ejercito mas numeroso de Europa, bien equipado y abastecido.
Puede tener este ejercito porque Francia es el estado mas poblado de Europa y Luis XIV cuenta
con dinero, lo que permite contratar eficaces mercenarios. Los mercenarios continuaban siendo
figuras fundamentales en el desarrollo de los ejércitos. Francia tiene guardias reales.
Cuenta con un ejército en 1680 con 200 mil habitantes. Esto se debe a la labor de los secretarios
de guerra. Había un reclutamiento a través del sistema de enganche que implicaba que el capitán
de una compañía de infantería, los regimientos estaban divididos en compañías. Loos capitanes
se encargaban del reclutamiento a través de promesas como de buena paga, de botín, de violencia,
de violaciones…si no a través de presiones y coerción, que no es extraño cuando se necesita
hombres.
La disciplina de los franceses se mantiene a través de la promulgación de ordenanzas que dan a
conocer las reglas del comportamiento y la paga. Junto a esta disciplina se establece que los
soldados cobren cada 10 días, además se mantiene a los oficiales controlados fijando la política
de ascensos que se desarrolla por antigüedad, y se desarrollan frecuentes inspecciones sorpresivas
para controlar el ausentismo. También hay una serie de cargos en el ejército francés que son
venales, que se compran, y hay algunos que no interesa que sean venales por lo que se crean
cargos intermedios no venales como el de comandante, teniente coronel y el teniente de brigada,
que mantienen la disciplina. Dentro de la alta oficiala, como los mariscales de campo y los
tenientes generales, reciben ordenes del secretario del estado y del rey únicamente.
Las innovaciones son: el mosquete se sustituye por el fusil, ganando velocidad de tiro, precisión
y mayor potencia. Del fusil evolucionamos a la incorporación de la bayoneta del fusil, además la
artillería implementa el uso de granadas y se generar compañías de granaderos. Junto a las grandas
se implementa la artillería produciéndose cañones con mayor calibre y además se crea otro cuerpo
especializado de cañoneros. Con todo eso se da cuerpo a un ejercito potente pero las ciudades no
solo que hay tomarlas, sino que defenderlas y mantenerlas. El comisario general de fortificaciones
dirige 50 asedios y guarnece 300 plazas fuertes.
A los marineros se les reclutaba en las ciudades costeras. Todos los hombres en ciudades costeras
distribuidos en tres o cuatro categorías debían servir un año de cada tres en la marina, al final se
incorpora condenados, esclavos, mendigos…Los oficiales, los que los dirigían, se crean
compañías de guardiamarinas que se convierten en escuelas navales. Artilleros oficiales, oficiales
de guardiamarina son intelectuales con gran formación avanzada en diferentes ámbitos como
geografía, matemática. Las compañías de guardiamarina son controladas por intendentes y
comisarios de marina.
Dentro de la expansión del rey, el primer espacio de expansión son los territorios vinculados a la
Monarquía hispánica. Luis XIV lleva a cabo un acuerdo con Provincias Unidas, una alianza
ofensiva. Además, se multiplica las fronteras, por lo que continúa apoyando al Portugal restaurado
con hombres y dinero. Una vez sellada la diplomacia, con el fallecimiento de Felipe IV, Luis XIV
lleva a cobo un derecho que convierte en un argumento jurídico, con categoría de derecho
internacional, difundiendo el tratado de Los Derechos de la Reina Cristianísima sobre diversos
estados de la Monarquía Hispánica, y se publica en 1567. Con este tratado se difunde que la
esposa de Luis XIV posee derechos sobre territorios de la zona hispánica, en concreto, la zona de
los Países Bajos. Se argumenta que en el Derecho privado de Brabante (actual Bélgica) había una
norma que estipulaba los derechos sucesorios de los hijos del primer matrimonio sobre el segundo,
con independencia del género. Esto beneficia a Luis XIV porque su mujer es hija de la primera
esposa de Felipe IV, en consecuencia, Carlos II es hijo del segundo matrimonio. Esto lleva a la
guerra entre españoles y franceses en la que los franceses penetran en los Países Bajos ocupando
importantes ciudades.
Una vez consolidado el dominio, se dirigen los franceses hacia el franco condado. Esta invasión
y la amenaza del franco condado preocupan a Provincias Unidas y a Gran Bretaña porque no
quieren que las fronteras francesas se acerquen a las costas inglesas, por lo tanto, se lleva a cabo
un acuerdo entre Suecia, Provincias Unidas y Gran Bretaña. En virtud de esa mediación, se firma
el tratado de Aquisgrán de 1688, Francia recibía de la monarquía hispánica 12 plazas fuertes,
reforzando la frontera francesa norte. Además de que en virtud de esa mediación las potencias
europeas lo han visto como el argumento propio del derecho brabantino. El emperador no ayuda
a la monarquía hispánica en esta coyuntura, ha permanecido neutral, por lo que Luis XIV le
propone un tratado de reparto de la Monarquía hispánica, el tratado de Grémonville. Leopoldo I
acepta este tratado, pero no va a ser reconocido por él.
A Suecia se le garantiza que sus dominios en el SIRG no van a ser vulnerados y se soborna. Con
Inglaterra el tratado de Dover. Mas subsidios para Sajonia, Baviera y---, y se sellan alianzas con
Portugal, Saboya. Alianzas fundamentales, con dos obispados, Polonia. Se ocupa Provincias
Unidas hasta Utrecht, para evitar la caída de Ámsterdam se rompen los diques que contienen el
mar y se inunda el territorio, lo que obliga a los franceses a que vayan hacia la zona oriental.
Se produce la primera coalición contra Luis XIV, que incluían al rey español, sueco…La alianza
de la Haya no es sumamente efectiva. Provincias Unidas también rompen los diques en la zona
oriental. Por lo que se invade el franco condado, y se aprovecha para ocupar otras regiones de los
Países Bajos, rodeando la zona. Además de que los hombres de negocio en Provincias Unidas
presionan para el Pacto de la paz, una paz de que firma en la que España pierde el franco condado
y parte del senado y recupera algunos territorios que se había visto obligado a abandonar. En el
caso de Holanda, no pierde nada, aunque el impacto económico no es tan marcado porque obtiene
la abolición de los aranceles proteccionistas de Luis XIV.
La política de reuniones. Se basa en la exploración en los archivos, liderada por el secretario de
asuntos de exteriores de Luis XIV, Colbert de ---. Es diseñada por el y la pone en vigor, pero otro
secretario, Louvra. Se reúne al territorio francés dominios que Francia entiende que dependen de
ella. Examinamos todos los tratados firmados por Francia desde la segunda mitad del siglo XV.
En estos nos encontramos con los que contenían “con sus dependencias o con sus derechos” se
aprueba, es decir, dependencia y derecho es interpretada de forma favorable a los franceses. Esto
se aplica a los alrededores de los tres obispados, a Alsacia, al franco condado, a zonas de Francia
que ha ido incorporando, dominios situados en la orilla del Rin. Basándonos en un argumento
histórico internacionales justificando una presión militar, además se incorpora los dominios de
Suecia…se aspira a incorporar dominios que bajo dominio extranjero. El duque de Mantua estaba
pasando las mayores dificultades, estaba arruinado, siendo uno de los últimos descendientes.
Primero se deshace de las colecciones pictóricas, pero tiene un espacio cuya venta puede interesar,
la plaza, interesa por Luis XIV porque esta cerca de Saboya y del Milanesado. Amenaza la dinastía
en Milán, y esta por su proximidad.
Además, se ocupan estos dominios que generan una coalición con los aliados tradicionales,
España, Suecia, provincias unidas, Leopoldo I…sus dominios estaban fronterizos o cercanos a
los del rey francés. En el momento en el que Luis XIV desarrolla esta política de reuniones
coincide con el asedio Otomano de Viena, Suecia gobernada por los dos sucesores de Cristina de
Suecia, la monarquía Hispánica intenta resistir. Luis XIV se concentra en Luxemburgo también,
la ocupa, y las provincias unidas, Guillermo de Orange lidia con unas asambleas generales en las
que los intereses comerciales tienen un gran peso. Los conflictos perjudican los intereses
comerciales, por lo tanto, Provincias Unidas no quiere firmar la paz, pero se firma una tregua en
la que se concede a Luis XIV todas las regiones que se han incorporado y se conservan por el rey
durante 20 años. Este momento acaba la etapa más gloriosa del reino de Luis XIV.
Comienza un lento declive del monarca francés. Luis XIV bombardeo Génova porque se quiebra
la Alianza entre Génova y la Monarquía Hispánica (lo que lleva a su alianza con las Provincias
Unidas).
El dux de Génova acude a Versalles lo que supone una humillación. Las aspiraciones de Luis XIV
a la monarquía universal se justificaban en intervenir en cuestiones de la evolución de la política
de otros territorios próximos a Francia, como el SIRG. El Palatinado es una región, uno de los
electorados del SIRG, los descendientes del Palatinado son descendientes de Federico V. el ultimo
elector palatino fallece sin sucesión, pero, el hermano de Luis XIV esta casado con la hermana
del ultimo elector Palatino, Isabel Carlota del Palatinado. Cada vez que se extinguía una dinastía
del SIRG, el emperador decide que el siguiente en la línea sucesoria en el Palatinado es su suegro.
Fallece el arzobispado de Polonia, y el Papa le corresponde nombrar al nuevo sucesor, por lo
tanto, el Papa no elige uno elegido por Luis XIV, por lo tanto, este emite un manifiesto en el que
obligaba al SIRG a reconocer los derechos del palatinado sobre su cuñada y la incorporación de
territorios. Pero Leopoldo de se niega, por lo que se invade Polonia, el obispado de Lieja, se
invade Aviñón y el Palatinado. Esta intervención de Luis XIV genero una oleada de solidaridad
hacia el SIRG y de francofobia marcada, excepto loa reyes de Dinamarca e Inglaterra.
En 1688 se produce la Revolución Gloriosa que expulsa a los Estuardo del trono y propicia una
serie de intereses comunes entre Inglaterra y Provincias Unidas. Determinados estados contra
Luis XIV se posiciona con la Liga como Saboya, y este al ser un estado tapón, a las potencias
marítimas les interesaba el puerto de Niza porque podías controlar el tráfico del Mediterráneo.
Francia será capaz de imponerse hasta 1693 ante esa Liga, y va a llevar la lucha a la Península
Ibérica. La Guerra de los Nueve Años se libra en Europa y en el continente americano, e interesa
la Bahía de Hudson, porque son territorios frontera de los territorios ingleses. A Luis XIV le
interesa el milanesado y neutralizar Saboya. Obteniendo la alianza de Saboya neutraliza las
agresiones británicas sobre Marsella y Tulón y va a poder contar con un recurso para invadir el
Milanesado. Esto finaliza con el Tratado de Turín.

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