El Caso REPSOL y HOCOL

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“”El caso REPSOL:

Empresa Socialmente Responsable:


Diversas organizaciones utilizan el término “Somos socialmente responsables” y serlo
demanda la puesta en marcha de una serie de pasos que harán visible el hacer para
luego alcanzar el lograr. Desde la experiencia de grandes corporaciones ser una
empresa socialmente responsable (ESR) significa desarrollar e integrar acciones de
responsabilidad social en todas las actividades del negocio de forma tal que sean parte
inherente de la gestión de la organización, de su promesa de valor y logren ser
sostenibles en el tiempo con todos sus grupos de interés. José Luis Ibarra, Director de
Comunicación y Relaciones Externas de Repsol Perú nos amplia estos conceptos desde
una mirada vivencial.

Repsol ha logrado convertirse en una empresa socialmente responsable en el Perú. ¿En


qué se sustenta su accionar?
Todo obedece a un plan integral. Hay que partir de una premisa: ser socialmente
responsable significa comenzar desde adentro hacia afuera. Tu primer grupo de
interés, tu primer stakeholder es tu propia gente, tus colaboradores, luego tienes a tus
contratistas, tus proveedores, organizaciones sociales, etc; todo lo que está involucrado
con tus procesos, seas la empresa que fueres. Hay una relación, una integración
dinámica con cada grupo de interés, pero a su vez hay un plan general sustentado en
una arquitectura de valores, en una serie de acciones que a su vez están enlazadas, por
más que puedan ser diferentes. Todo este proceso lo conviertes en un plan al que le
fijas ejes muy bien definidos. En el caso de Repsol Perú, los ejes son inclusión social,
medio ambiente, salud, nutrición, educación y cultura.

¿Cómo logran uniformizar conceptos para que todos actúen hacia un mismo norte?
A través de normas de ética y conducta que están plasmadas en nuestro código. No es
una simple declaración de principios. Todo eso está plasmado en el primer informe de
sostenibilidad que se ha hecho en el Perú y si visitas nuestra página web, encontrarás
el informe consolidado de todo lo que hace Repsol en sus operaciones en una treintena
de países.

Si tuviéramos que hablar del primer público de la empresa, es decir de los


colaboradores, ¿cómo son socialmente responsables con el cliente interno?
El tema de nuestra gente es muy importante, pues no solo necesitas de un colectivo
que trabaje en buenas condiciones, sino también debe ser un actor que se involucre en
todas las acciones del negocio porque sino estás haciendo las cosas al revés. Es ahí
donde ingresa el tema de cultura corporativa. Esta es una empresa grande,
consolidada, tiene una cultura corporativa muy bien estructurada, basada en normas
éticas. La arquitectura de valores es muy sólida. Con nuestros colaboradores la
comunicación interna actúa para preservar la coherencia, el mensaje y para estar
permanentemente sintonizados con todos los principios que se quieren transmitir y
que son parte de nuestra cultura corporativa y es extensiva a las cerca de cuarenta mil
personas que componen Repsol en el mundo.
Si seguimos hablando de grupos de interés, en la cadena de valor, ¿cómo aplican la
responsabilidad social con los proveedores, los accionistas y las autoridades?
Con los proveedores fomentamos el traspaso y extensión de las buenas prácticas de
responsabilidad social. No podemos trabajar con una empresa que no lo sea. En alguna
oportunidad se ha retirado proveedores porque su trato no era adecuado con su
personal, no los tienen en planilla, no pagan beneficios sociales. Entonces, se incentiva
a que se involucren en estas corrientes modernas. Por ejemplo, como caso práctico con
el apoyo de la Secretaria General Iberoamericana a dos proveedores de dimensión
pequeña se les está iniciando en el ISO 26000, para que ellos promuevan y extiendan
estas buenas prácticas. Es un tema de formación en el que se les promueve la
incorporación a este círculo virtuoso porque sino se puede interrumpir la cadena.

En el caso de los accionistas, se trabajan normas de transparencia, buen gobierno


corporativo e información, por eso tenemos una oficina de relación con inversores.
Además, tenemos que cumplir con las normas de la Superintendencia Nacional del
Mercado de Valores (SNMV) para la difusión de la información. Al accionista no se le
puede dar información ni fragmentada ni en función de lo que a ti hoy te parece o no,
sino en función de sus necesidades e intereses. A ellos se les invita a que conozcan
nuestras instalaciones, se hacen algunos seminarios o reuniones explicativas, también
didácticas. De otro lado, con las autoridades tenemos una relación proactiva. Si quieres
tener una relación provechosa, necesitas mantener una interacción en la que la
provisión de información sea un vector importante y aplicar siempre el principio de la
transparencia y la coherencia entre lo que dices y lo que haces, que contribuye
indudablemente al buen relacionamiento con este y todos nuestros grupos de interés.

“... ser socialmente responsable significa comenzar desde adentro hacia afuera. Tu
primer grupo de interés, tu primer stakeholder es tu propia gente, tus colaboradores,
luego tienes a tus contratistas, tus proveedores, organizaciones sociales, etc; todo lo
que está involucrado con tus procesos, seas la empresa que fueres”.

En este mundo tan competitivo, ¿cómo son socialmente responsables con los clientes?
A los clientes tienes que darles productos y servicios de calidad oportunamente, aplicar
permanentemente a lo largo del proceso las normas de calidad, la innovación, la
tecnología de punta porque el cliente busca cada vez lo mejor. Tu calidad de servicio
debe ser adecuada. Nosotros estamos siempre pendientes para ver cómo funcionan
nuestras estaciones de servicio, hacemos encuestas de satisfacción con los
proveedores y los clientes, además de otros mecanismos. Una vez que lanzas este
sistema de búsqueda de excelencia, nunca terminas. Una vez que haz logrado un
estándar, quieres ofrecer siempre algo mejor y el requerimiento de la gente es cada vez
mayor.

Llegar a ser una empresa socialmente responsable (ESR) no es una tarea fácil. ¿Cuál es
la importancia que le dan al entorno dentro de la gestión de la responsabilidad social
(RS)?
Para Repsol la RS no es un hecho aislado que se maneja como una herramienta de
marketing. Para la compañía, la RS es un aspecto inherente a la gestión de sus
actividades y unidades del negocio, por esta razón mantenemos un perfil adecuado de
relación en un nivel creciente con los diferentes grupos de interés con los que nos
vinculamos. Lo que nos interesa es que la sostenibilidad sea uno de los elementos
fundamentales que se mantenga en el tiempo. No se trata de promover la filantropía
sino, por el contrario, promover un esquema de RS que se vincule con todas las
unidades operativas del negocio y que nos permita tener una relación positiva con el
entorno. Definitivamente, la relación con el entorno es diferente en Tarragona (España)
que en Venezuela, en Trinidad y Tobago, en fin, en los países en los que tenemos
actividad.

“Para Repsol la RS no es un hecho aislado que se maneja como una herramienta de


marketing. Para la compañía, la RS es un aspecto inherente a la gestión de sus
actividades y unidades del negocio, por esta razón mantenemos un perfil adecuado de
relación en un nivel creciente con los diferentes grupos de interés con los que nos
vinculamos.”

Si hablamos de valor compartido, que debe estar presente en las acciones de RS,
¿cómo logran valor compartido con el entorno y qué resultados les ha traído?
El compromiso con el entorno se debe manifestar en todas las áreas de las actividades
porque no es solamente social, también es ambiental y es un esfuerzo de integración y
comunicación. Es un proceso complejo y que trata justamente de fomentar una
articulación con todos los factores involucrados para poder hacer que el entorno
primero te acepte y segundo, que esa aceptación se concrete en un trabajo
mancomunado. Nuestros reportes de sostenibilidad están hechos en base al los
criterios y metodología del Global Reporting Iniciative (GRI) que no es una simple
declaración de principios. Está sustentado, es objetivo y medible para poder examinar
con indicadores del GRI qué cosa es lo que se debe efectuar, buscando generar un
proceso reputacional positivo.

Entonces logran una escucha e interacción permanente.


Ingresamos a una escucha y una interacción donde la prueba empírica también
funciona, porque te puedes equivocar y de hecho pasa, debiéndose minimizar el riesgo
de error. Reconocer tu error y enmendarlo, enriquece y fomenta la credibilidad.

¿Cómo repercute en la imagen y reputación de la organización el ser una ESR?


La imagen es un tema que debe preocuparnos pero no debe ser el objetivo principal
porque es una fotografía de un momento, es subjetiva. Como se sabe, vivimos en un
mundo de percepciones. La tarea de todos los días está en un elemento objetivo que
es la construcción de una reputación positiva, la que puedes medir y no está enlazada
directamente con estados de ánimo. La búsqueda y sostenibilidad de la reputación te
llevan a buscar la excelencia en todas tus actividades y que seas pertinente en la
sociedad donde te desarrollas.””

“”El caso Hocol

La RSC presente en los diversos procesos del negocio:


“La responsabilidad social corporativa (RSC) son las acciones emprendidas por la
empresa para el mejoramiento social, económico y ambiental de la comunidad donde
opera. En el caso de Hocol, empresa colombiana de exploración producción de
hidrocarburos, esta premisa va más allá, estableciendo un marco de gestión compuesto
por tres ejes: ser, hacer y lograr, fundamentadas en los principios éticos que son la base
del accionar de la organización y que le ha permitido tener una eficiente labor en todos
sus ámbitos y con todos sus grupos de interés. La entidad prioriza como puntos clave
de la responsabilidad social el crecimiento continuo, la transparencia, la calidad y las
buenas prácticas en gobierno corporativo".

Son muchas las aproximaciones que se hacen hoy al mundo de la Responsabilidad


Social Corporativa (RSC). Son muchas las herramientas, estándares e iniciativas al
servicio del mundo empresarial, y las cuales sirven de referente para medir, con
lenguajes y alcances comunes, la gestión de la RSC desde los procesos de las mismas.
Hoy en un mundo globalizado, las empresas deben tener la capacidad de construir y
rendir cuentas con elementos comunes, independientemente de la región donde se
encuentren, pero así mismo tienen que responder a las realidades, culturas y
propósitos de las sociedades donde desarrollan su actividad. Esto es, construir un
futuro común, en un entorno compartido; comprometiéndose conjuntamente con
propósitos que agreguen valor a las partes.

Ahora bien, los motivos, objetivos y caminos que llevan a una empresa a pensar su
negocio desde la responsabilidad social son muchos y pueden alcanzarse de diferentes
maneras. No hay uno más válido que el otro. Como lo dice el adagio popular, “todos los
caminos conducen a Roma”, lo importante es que este camino sea expresión de la
identidad de la compañía, de su cultura organizacional, de la forma como ejecuta sus
procesos, de los asuntos, sentido y estilo de las conversaciones con sus grupos de
interés, del gobierno corporativo, en fin…. de los fundamentos desde los cuales
entiende el negocio, expresados en la forma como toma las decisiones y ejecuta sus
actividades enmarcadas dentro del sistema social, ambiental y económico de la
sociedad.

El caso HOCOL:
HOCOL es una empresa de exploración y producción de hidrocarburos que nació en el
año 1956 años en el área del Valle Superior del Magdalena en Colombia.

Hasta la fecha ha tenido 10 dueños y ha logrado mantener una identidad propia,


enriqueciéndola con las enseñanzas que le han dado sus diferentes accionistas. Ha sido
reconocida por sus capacidades tecnológicas, de liderazgo, como operador, así como
por su responsabilidad social.

Su primera aproximación a la responsabilidad social surgió hace más de 20 años con el


objetivo de construir relaciones armónicas y de confianza con comunidades y
autoridades regionales y locales, buscando aportar al mejoramiento de la calidad de
vida y compartir conocimiento de gestión. Lo anterior como una manera de hacer las
cosas partiendo de las necesidades identificadas en la relación, esto es en la
experiencia.
Poco a poco se fueron concretando programas formales como lo fueron el Desarrollo
Comunitario, el Fortalecimiento Institucional, Generación de Ingresos y Educación
Ambiental. Posteriormente, en el año 2002, reconociendo su rol preponderante en los
entornos donde adelantaba sus operaciones (estas empresas se caracterizan por ser
intensivas en capital), HOCOL vio la necesidad de darle un significado a todos sus
procesos y expresarlos en un esquema operacional con un propósito claro. Esta meta
demandó una profunda reflexión por parte de la compañía, en relación con cada uno
de los grupos de interés, en la forma como establecía relaciones con otros y en los
procesos de toma de decisiones. Esta reflexión demostró la necesidad de establecer
una única posición en la construcción de acuerdos con cada uno de sus grupos de
interés.

Esta aproximación brindó la posibilidad de darle un lugar estratégico a las


comunicaciones, las cuales buscaban integrar los aspectos técnicos con los sociales, a
través de conversaciones entre empleados de las diferentes áreas de la organización.
Cada uno compartió desde su experiencia, percepción e identificó las oportunidades
desde el día a día de su gestión. Este proceso dio como resultado la construcción y
adopción permanente del concepto y las políticas de responsabilidad social en cada
una de las áreas de la organización.

A medida que estas conversaciones avanzaban, y las voces de los grupos de interés se
incorporaban, la conciencia en torno a las prácticas empresariales fue creciendo y
ampliándose dialécticamente. Esta conciencia fue poco a poco constituyéndose en una
postura frente a la sociedad y el entorno en general, fundamentada en los principios
éticos que guían y son el norte del actuar de HOCOL.

“Hoy en un mundo globalizado, las empresas deben tener la capacidad de construir y


rendir cuentas con elementos comunes, independientemente de la región donde se
encuentren, pero así mismo tienen que responder a las realidades, culturas y
propósitos de las sociedades donde desarrollan su actividad”.

Sin embargo, ¿cuál es ese enunciado ético que surge como un discurso, producto de la
conceptualización de la experiencia, y que luego puede traducirse nuevamente en
acciones y gestión de procesos? Esta no es una regla, no es una ley. Es la forma como
HOCOL percibe, entiende y aborda el mundo. Es la manera como la compañía concibe
a la sociedad y su lugar en ella, haciendo posible la convergencia de los intereses de los
diferentes grupos de interés en una promesa de valor la cual brinda una esperanza de
bienestar para las partes.

Así, HOCOL estableció su marco de gestión conformado por tres ejes que se definieron
como el SER, el HACER y el LOGRAR, en los cuales se hallan los elementos que
contribuyen al propósito de crecimiento y realización del negocio: la identidad ética, la
gestión eficiente de las actividades y procesos mediante sistemas de control y
aseguramiento y los objetivos trazados a futuro (de negocio y relacionamiento con
grupos de interés).
“... HOCOL vio la necesidad de darle un significado a todos sus procesos y expresarlos
en un esquema operacional con un propósito claro. Esta meta demandó una profunda
reflexión por parte de la compañía, en relación con cada uno de los grupos de interés,
en la forma como establecía relaciones con otros y en los procesos de toma de
decisiones”.

Este marco permitió conformar un modelo integrado que orienta el actuar de manera
coherente y en concordancia con el objetivo empresarial, la contribución al desarrollo
del país y la realización del enunciado ético. Es decir, un negocio fundamentado en el
SER, que se articula y mide en el HACER para permitir el LOGRAR. Una empresa donde
la responsabilidad social es fundamento, eje y propósito de negocio.

Establecido el marco de gestión y acción, se hizo necesario aterrizar los focos de


responsabilidad social en dos grandes vectores estratégicos. El primero, los asuntos
relevantes, identificados con la metodología AA 1000 y buscando hacer realidad los
principios éticos, los cuales se clasificaron a su vez en los tres ejes de la sostenibilidad:
ambiental, social y económico y, por otro lado, la gestión del relacionamiento, la cual
se fundamenta y gestiona en las conversaciones que cada uno de los empleados y
contratistas tienen con los diferentes grupos de interés. Esto es, la conciencia a nivel
corporativo (como competencia organizacional) de la importancia del lenguaje en el
establecimiento de los acuerdos, y la responsabilidad de cada uno como eje transversal
de la estrategia institucional de comunicaciones.

La implementación de estos modelos en varios de los procesos (tanto del core como de
soporte) han revelado aspectos que siguen evidenciando cómo la gestión de la
responsabilidad social no es un programa ni una iniciativa “paralela” a la gestión del
negocio, sino que por el contrario, cómo la realización de esta permite de igual manera,
incluso muchas veces de manera convergente en el hacer, la realización del negocio.
Evidencia de esto fue el resultado del ejercicio de construcción de la visión del
relacionamiento con grupos de interés en el 2015, donde la mayoría de las acciones
identificadas para este fin (más del 85%) son similares o apalancadores de las acciones
identificadas en el ejercicio de planeación de la estrategia de la compañía, la cual se
realiza desde sus diferentes procesos. Esto es, un mismo norte, visto desde lentes
diferentes pero que en su implementación se integran, a tal punto que pueden llegar a
fundirse. Las mismas acciones que nos impulsan y proyectan al mismo horizonte y
futuro.

Así mismo, el mapeo de los diferentes asuntos relevantes en los diversos procesos de la
organización son igualmente convergentes. Estos no sólo generan un valor adicional, al
hacer conciencia del impacto Gráfico 2 de este en la sociedad, sino que inyecta el reto
de conversar sobre estos asuntos con los diferentes grupos de interés.

Lo anterior, de manera abierta y transparente, y por qué no, en un ejercicio de


rendición de cuentas. Estos asuntos son un punto de encuentro donde en la relación se
puede hacer realidad el deseo de la construcción y visualización de un futuro común en
un entorno compartido.
Es así como podemos afirmar que la Responsabilidad Social Corporativa sólo es posible
si está presente en los diferentes procesos y conversaciones de la organización. No es
posible afirmar que algo es importante para una organización si no es aquello que
realiza en su día a día, y sobre la cual conversa con sus diferentes grupos de interés.””

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