El Caso REPSOL y HOCOL
El Caso REPSOL y HOCOL
El Caso REPSOL y HOCOL
¿Cómo logran uniformizar conceptos para que todos actúen hacia un mismo norte?
A través de normas de ética y conducta que están plasmadas en nuestro código. No es
una simple declaración de principios. Todo eso está plasmado en el primer informe de
sostenibilidad que se ha hecho en el Perú y si visitas nuestra página web, encontrarás
el informe consolidado de todo lo que hace Repsol en sus operaciones en una treintena
de países.
“... ser socialmente responsable significa comenzar desde adentro hacia afuera. Tu
primer grupo de interés, tu primer stakeholder es tu propia gente, tus colaboradores,
luego tienes a tus contratistas, tus proveedores, organizaciones sociales, etc; todo lo
que está involucrado con tus procesos, seas la empresa que fueres”.
En este mundo tan competitivo, ¿cómo son socialmente responsables con los clientes?
A los clientes tienes que darles productos y servicios de calidad oportunamente, aplicar
permanentemente a lo largo del proceso las normas de calidad, la innovación, la
tecnología de punta porque el cliente busca cada vez lo mejor. Tu calidad de servicio
debe ser adecuada. Nosotros estamos siempre pendientes para ver cómo funcionan
nuestras estaciones de servicio, hacemos encuestas de satisfacción con los
proveedores y los clientes, además de otros mecanismos. Una vez que lanzas este
sistema de búsqueda de excelencia, nunca terminas. Una vez que haz logrado un
estándar, quieres ofrecer siempre algo mejor y el requerimiento de la gente es cada vez
mayor.
Llegar a ser una empresa socialmente responsable (ESR) no es una tarea fácil. ¿Cuál es
la importancia que le dan al entorno dentro de la gestión de la responsabilidad social
(RS)?
Para Repsol la RS no es un hecho aislado que se maneja como una herramienta de
marketing. Para la compañía, la RS es un aspecto inherente a la gestión de sus
actividades y unidades del negocio, por esta razón mantenemos un perfil adecuado de
relación en un nivel creciente con los diferentes grupos de interés con los que nos
vinculamos. Lo que nos interesa es que la sostenibilidad sea uno de los elementos
fundamentales que se mantenga en el tiempo. No se trata de promover la filantropía
sino, por el contrario, promover un esquema de RS que se vincule con todas las
unidades operativas del negocio y que nos permita tener una relación positiva con el
entorno. Definitivamente, la relación con el entorno es diferente en Tarragona (España)
que en Venezuela, en Trinidad y Tobago, en fin, en los países en los que tenemos
actividad.
Si hablamos de valor compartido, que debe estar presente en las acciones de RS,
¿cómo logran valor compartido con el entorno y qué resultados les ha traído?
El compromiso con el entorno se debe manifestar en todas las áreas de las actividades
porque no es solamente social, también es ambiental y es un esfuerzo de integración y
comunicación. Es un proceso complejo y que trata justamente de fomentar una
articulación con todos los factores involucrados para poder hacer que el entorno
primero te acepte y segundo, que esa aceptación se concrete en un trabajo
mancomunado. Nuestros reportes de sostenibilidad están hechos en base al los
criterios y metodología del Global Reporting Iniciative (GRI) que no es una simple
declaración de principios. Está sustentado, es objetivo y medible para poder examinar
con indicadores del GRI qué cosa es lo que se debe efectuar, buscando generar un
proceso reputacional positivo.
Ahora bien, los motivos, objetivos y caminos que llevan a una empresa a pensar su
negocio desde la responsabilidad social son muchos y pueden alcanzarse de diferentes
maneras. No hay uno más válido que el otro. Como lo dice el adagio popular, “todos los
caminos conducen a Roma”, lo importante es que este camino sea expresión de la
identidad de la compañía, de su cultura organizacional, de la forma como ejecuta sus
procesos, de los asuntos, sentido y estilo de las conversaciones con sus grupos de
interés, del gobierno corporativo, en fin…. de los fundamentos desde los cuales
entiende el negocio, expresados en la forma como toma las decisiones y ejecuta sus
actividades enmarcadas dentro del sistema social, ambiental y económico de la
sociedad.
El caso HOCOL:
HOCOL es una empresa de exploración y producción de hidrocarburos que nació en el
año 1956 años en el área del Valle Superior del Magdalena en Colombia.
A medida que estas conversaciones avanzaban, y las voces de los grupos de interés se
incorporaban, la conciencia en torno a las prácticas empresariales fue creciendo y
ampliándose dialécticamente. Esta conciencia fue poco a poco constituyéndose en una
postura frente a la sociedad y el entorno en general, fundamentada en los principios
éticos que guían y son el norte del actuar de HOCOL.
Sin embargo, ¿cuál es ese enunciado ético que surge como un discurso, producto de la
conceptualización de la experiencia, y que luego puede traducirse nuevamente en
acciones y gestión de procesos? Esta no es una regla, no es una ley. Es la forma como
HOCOL percibe, entiende y aborda el mundo. Es la manera como la compañía concibe
a la sociedad y su lugar en ella, haciendo posible la convergencia de los intereses de los
diferentes grupos de interés en una promesa de valor la cual brinda una esperanza de
bienestar para las partes.
Así, HOCOL estableció su marco de gestión conformado por tres ejes que se definieron
como el SER, el HACER y el LOGRAR, en los cuales se hallan los elementos que
contribuyen al propósito de crecimiento y realización del negocio: la identidad ética, la
gestión eficiente de las actividades y procesos mediante sistemas de control y
aseguramiento y los objetivos trazados a futuro (de negocio y relacionamiento con
grupos de interés).
“... HOCOL vio la necesidad de darle un significado a todos sus procesos y expresarlos
en un esquema operacional con un propósito claro. Esta meta demandó una profunda
reflexión por parte de la compañía, en relación con cada uno de los grupos de interés,
en la forma como establecía relaciones con otros y en los procesos de toma de
decisiones”.
Este marco permitió conformar un modelo integrado que orienta el actuar de manera
coherente y en concordancia con el objetivo empresarial, la contribución al desarrollo
del país y la realización del enunciado ético. Es decir, un negocio fundamentado en el
SER, que se articula y mide en el HACER para permitir el LOGRAR. Una empresa donde
la responsabilidad social es fundamento, eje y propósito de negocio.
La implementación de estos modelos en varios de los procesos (tanto del core como de
soporte) han revelado aspectos que siguen evidenciando cómo la gestión de la
responsabilidad social no es un programa ni una iniciativa “paralela” a la gestión del
negocio, sino que por el contrario, cómo la realización de esta permite de igual manera,
incluso muchas veces de manera convergente en el hacer, la realización del negocio.
Evidencia de esto fue el resultado del ejercicio de construcción de la visión del
relacionamiento con grupos de interés en el 2015, donde la mayoría de las acciones
identificadas para este fin (más del 85%) son similares o apalancadores de las acciones
identificadas en el ejercicio de planeación de la estrategia de la compañía, la cual se
realiza desde sus diferentes procesos. Esto es, un mismo norte, visto desde lentes
diferentes pero que en su implementación se integran, a tal punto que pueden llegar a
fundirse. Las mismas acciones que nos impulsan y proyectan al mismo horizonte y
futuro.
Así mismo, el mapeo de los diferentes asuntos relevantes en los diversos procesos de la
organización son igualmente convergentes. Estos no sólo generan un valor adicional, al
hacer conciencia del impacto Gráfico 2 de este en la sociedad, sino que inyecta el reto
de conversar sobre estos asuntos con los diferentes grupos de interés.