Documento de Trabajo No. 01/97 Marzo 1997: Estudio Medio-Ambiental de La Minería Mediana, Pequeña y Artesanal en Bolivia
Documento de Trabajo No. 01/97 Marzo 1997: Estudio Medio-Ambiental de La Minería Mediana, Pequeña y Artesanal en Bolivia
01/97
Marzo 1997
por
José Luis Evia Vizcarra
& Ramiro Molina Barrios
Estudio Medio-Ambiental de la Minería Mediana,
Pequeña y Artesanal en Bolivia*
por:
José Luis Evia Vizcarra
Ramiro Molina Barrios
1. introducción
Con la aplicación de la “Nueva Política Económica”, el sector minero vuelve a tomar un lugar
importante en el desarrollo del país. A partir de 1987 el sector minero ha empezado una fase
de recuperación de la crisis que había vivido desde principios de la década de los años
ochenta. Su participación en el producto interno bruto (PIB), y las exportaciones totales se han
incrementado importantemente.1
En el esquema de política económica vigente, el crecimiento del sector minero deberá de ser
una tarea del sector privado, por lo que la atracción del capital privado hacia la industria
minera es un objetivo del gobierno boliviano. Para esto se apuesta al potencial mineralógico
del país, una política macroeconómica favorable al desarrollo del sector, y una legislación
liberal, especialmente en los aspectos tributarios.
Entre las medidas de atracción del capital privado deben de destacarse el levantamiento de las
reservas fiscales en 1985 (que constituían el 80% de las áreas mineralizadas del país), la
liberalización en la comercialización de minerales, y la política que sigue la empresa minera
estatal (Comibol) al constituir contratos de joint-ventures con el capital privado. Se ha tratado
además de modernizar el sistema de concesiones mineras, y actualizar la legislación minera,
para lo que se ha sancionado un nuevo Código de Minería.
El sector privado ha reaccionado favorablemente ante estas medidas. Las inversiones privadas
en minería han estado entre las más dinámicas del país. La inversión en 1995 se situó en el
orden de los 115 millones de dólares. Una parte importante de esta inversión está destinada a
la identificación de nuevas reservas. La actividad de exploración ha tenido una expansión
importante, en 1995 32 empresas realizaron actividades de exploración, lo que constituye un
récord para la minería boliviana. Todo esto hace prever un desarrollo importante de la
actividad minera en el futuro. No obstante, este desarrollo tiene varios desafíos para contribuir
efectivamente a un desarrollo sostenible de la economía boliviana. Entre los más importantes
está el de hacer un adecuado uso de los recursos naturales, especialmente del medio ambiente.
*
Este estudio hace parte del proyecto “Estudio Medio-ambiental de la Minería Mediana, Pequeña y Artesanal en Bolivia,
Chile y Perú”, que cuenta con el apoyo del Banco Mundial, la Fundación Canadiense para las Américas y la Agencia
Canadiense para el Desarrollo Internacional. Por supuesto las opiniones vertidas en este documento son de exclusiva
responsabilidad de los autores y no comprometen a las instituciones financiadoras. Los autores agradecen la valiosa ayuda
del Proyecto “MED-MIN” y Roberto Sosa en los aspectos técnicos. La asistencia en la investigación fue provista por
Katherine Capra y Alberto Rodríguez. Isidro Ramírez colaboró en el procesamiento de datos.
1 En 1995 el producto minero constituyó el 6% del PIB, mientras que las exportaciones mineras representaron el 44% de las
exportaciones
1
La explotación minera en Bolivia ha estado concentrada en la parte occidental del país; en la
cordillera Oriental, o en el Altiplano. Dado el potencial minero de esta zona es aquí también
donde se espera que se sitúen las actividades mineras futuras, aún cuando en la formación del
pre-cámbrico del escudo brasilero, que se interna a Bolivia en los llanos orientales, se está
empezando a desarrollar una importante actividad minera.2
Esta zona esta drenada por la cuenca endorreica del río Desaguadero, que desemboca en el
lago Poopó. Esta cuenca está altamente contaminada. El elevado contenido de metales pesados
y arsénico en esta cuenca proviene de varias fuentes; a) la contaminación natural, que se
origina en la descomposición de la roca que se encuentra debajo del curso de los ríos4; b) la
contaminación que originan en los “pasivos ambientales”5; y c) la contaminación originada en
las explotaciones mineras. En esta situación, aún sin actividad minera los niveles de
contaminación de las aguas serían elevados.
Fuera de la zona tradicional existen explotaciones de oro en la zona norte del departamento de
La Paz, y en la cuenca amazónica. Estas explotaciones están dominadas por operaciones
pequeñas que se realizan tanto en vetas (explotación primaria), como en el lecho de los ríos
(explotación secundaria). La minería aluvial del oro remueve elevadas cantidades de tierra, por
lo que destruye las terrazas y enturbia los ríos. Ambas formas de explotación utilizan para la
beneficiación del oro el mercurio, que generalmente es luego liberado al medio ambiente.
2 Se espera que este año entre en operación la primera operación de oro en Santa Cruz; Puquio Norte. En esta misma región
Orvana ha comprado la totalidad del yacimiento Don Mario.
3 El altiplano aún cuando ocupa el 13% de la superficie del país, solo posee el 0,5% de los recursos hídricos. (Secretaria
Nacional de Medio Ambiente, Ministerio de Minería y Metalurgia, Sistemas Ambientales de Suecia, 1993).
4 Por ejemplo el río Mauri contribuye importantemente a la contaminación de la cuenca con arsénico y antimonio. Dentro la
cuenca que el río Mauri drena no se encuentran operaciones mineras o industriales, por lo que la contaminación debe de
ser considerada como enteramente debida a causas geológicas (natural).
5 Se estima que la cantidad de colas que pertenecen a Comibol es de 86 millones de toneladas, y que la cantidad total de
estos residuos en el país estaría entre los 130 y 160 millones de toneladas.
2
2. Desarrollo Reciente de la Minería Boliviana
El antiguo código de minería clasificaba a las operaciones mineras en minería estatal, minería
privada, y cooperativizada. La minería privada estaba dividida a su vez en empresas medianas
y pequeñas, por el volumen de producción, y su capacidad gerencial y técnica (Código de
Minería, 1965).
Dado que el proceso de transformación hacia una economía de mercado, donde en principio el
estado debe de abandonar las actividades productivas al sector privado, el primer criterio de
clasificación pierde sentido. El segundo criterio es también de poca ayuda, pues como se verá
más adelante, bajo el rótulo de cooperativas se agrupan una serie de actividades que poseen
diferentes formas de organización, volúmenes de producción y tecnologías.
Esta forma de clasificación no refleja las capacidades reales de las operaciones mineras que
los diferentes grupos engloban, por lo que es necesaria una re-clasificación de éstas. En el
presente estudio se hace uso de la clasificación tradicional, y se intenta una nueva clasificación
de las operaciones cuando esto es posible.
La minería mediana fue también una minería fundamentalmente de estaño, aún cuando otros
minerales como el antimonio representaron valores importantes en diferentes períodos (ver
cuadro 1). Para principios de la década de los años 80, la minería mediana estaba empezando
un periodo de diversificación hacia el zinc, y se empezaba a gestar la explotación de oro de
Inti Raymi, a pesar de la crisis económica que atravesaba el país (Ver Ildis, 1992).
3
No obstante lo anterior, la caída del precio del estaño de 1985 encontró a la minería mediana
todavía muy dependiente de la producción de estaño; más del 50% del valor de la producción
de la minería mediana provenía de este mineral. La minería mediana reaccionó diversificando
producción; redujo importantemente la producción de estaño, e incremento la producción de
otros minerales como zinc, plata y plomo, y más tarde oro (ver cuadro 2).
CUADRO 1
Son las empresas que han sabido aprovechar las nuevas condiciones del mercado
internacional, y que se han consolidado y expandido, a las que se ha venido a llamar “Nueva
Minería”. Estas empresas siguen estando asociadas a la ANMM. La Nueva Minería representa
el camino que seguirá la minería moderna boliviana en el futuro.
4
CUADRO 2
CUADRO 3
5
La participación de capitales extranjeros en estas empresas es también una característica
saliente de la Nueva Minería. La empresa norte americana “Battle Mountain” es socia
mayoritaria en Inti Raymi, mientras que la empresa COMSUR esta asociada a la empresa Río
Tinto Zinc (RTZ). Otras empresas mineras medianas han tratado de entrar en asociación con
empresas extranjeras, pero con menor éxito. La asociación con el capital extranjero, que posee
capital y tecnología, se ha constituido en una estrategia de las empresas medianas para
modernizar sus operaciones, emprender grandes proyectos que necesitan de importante
financiamiento, y consolidar su crecimiento.6
Cuadro 4
6 Debe mencionarse también que algunas inversiones extranjeras en minería tendrán un impacto directo sobre el medio
ambiente. Así la puesta en marcha de la planta de lixiviación clorurante de empresa minera Baremsa, que reprocesará las
colas de Itos, pondrá solución a la contaminación que produce este pasivo ambiental. La inversión extranjera,
especialmente la que se asocia a la minería cooperativista, no siempre esta asociada a estos beneficios. Por ejemplo una
inversión rusa que trabaja con varias cooperativas en los sectores del río Mapiri, Challana y Kaka, importó maquinaria
obsoleta, no posee conocimiento sobre minería aluvial, y trabaja sin control ambiental, utilizando mercurio en las
canaletas y desechando las cargas directamente al río.
6
mano de obra empleada por la “Nueva Minería” es por esto insignificante comparada con el
valor de su producción. Inti Raymi y Comsur producen casi la totalidad del oro, plata, zinc y
plomo producido por las empresas afiliadas a la ANMM, lo que en 1994 representaba
alrededor de 218 millones de dólares o aproximadamente el 50% del valor de la producción
total de minerales. Sin embargo el total de empleos que generaron estas dos empresas para este
año fue sólo de 1939 personas, o el 3,2% del total del empleo generado por la minería (Ver
cuadros 5 y 6). Si el desarrollo del sector minero va a seguir el camino emprendido por estas
dos empresas, el crecimiento del sector minero que espera el país no tenderá a reabsorber la
mano de obra de la minería artesanal, o a proporcionar empleo a quienes entran al mercado de
trabajo, o buscan otras fuentes de ingresos.
CUADRO 5
Por otro lado, debido a las nueva formas de explotación y tecnologías, la producción minera
moderna emplea cada vez menos mano de obra no calificada, y requiere mas bien personal
calificado. En 1995 el personal no calificado era solo alrededor del 36% del total de personas
empleadas tanto en Comsur como en Inti Raymi. Esto tiene importantes implicaciones para las
relaciones de las empresas mineras con las poblaciones locales. La demanda de mano de obra
no calificada de la Nueva Minería, que era provista generalmente por las regiones donde se
7
asentaba la minería, se ha reducido importantemente. De esta manera una forma de integración
de la minería a la comunidad local se hará cada vez más débil7.
CUADRO 6
El accidente de Porco
Está descartada cualquier falla de construcción o diseño del dique en el accidente de Porco.
Este es un dique nuevo, construido con el asesoramiento de Golder Associates, una empresa
con gran experiencia y capacidad técnica. Las causas de la rotura del dique parecen ser
principalmente tres: a) el espejo de agua del dique era demasiado grande; b) la deficiencia en
el control piesométrico; c) las fuertes precipitaciones fluviales, que alcanzaron a 40mm diarios
los anteriores dos días (cuando la precipitación anual normal en la zona es de 250 mm anual)
7 La mano de obra de la empresa minera estatal, la minería más importante hasta la década de los años 80, estuvo
compuesta por campesinos oriundos de los ayllus. Así, por ejemplo en la Empresa Minera Catavi de COMIBOL, la mayor
parte de su personal permanente de interior mina estaba compuesto por campesinos oriundos de los grandes Ayllus de la
región.
8
aumentando el volumen y la presión de las aguas contenidas en el depósito. Si bien la última
causa anotada implica un riesgo climatológico incalculable, las otras dos causas dirigen la
atención sobre un deficiente manejo del dique de colas.
La autoridad ambiental estableció que la empresa debía realizar tareas de limpieza, una
auditoría ambiental, y resarcir los posibles daños. Debía además presentar una garantía sobre
la seguridad de continuar operando el dique, antes de reiniciar sus operaciones. Desde un
inicio, la compañía paralizó sus operaciones, procediendo a reparar el dique, construir diques
de contención, limpiar y trasladar los sólidos al lugar de origen, monitorear la calidad de las
aguas de los ríos, y encapsular los sedimentos depositados entre los 10 y 50 kilómetros.
Paralelamente la empresa adoptó medidas en favor de los pobladores, a fin de asegurar su
aprovisionamiento de agua potable y riego, proveyéndoles de fuentes alternativas de agua,
donando cañerías de politubo, motobombas, carretillas, palas, mangueras, etc., y cooperó en la
limpieza de las acequias. Tanto la garantía como la auditoría ambiental han sido presentadas.
La auditoría está en etapa de revisión.
Varias son las lecciones que se pueden sacar del accidente de Porco:
b) La Nueva Minería tiene una gran capacidad de reacción y mitigación del daño, una vez
ocurrido el accidente. Esto se debe a la enorme visibilidad que tienen estas empresas, y
a sus posibilidades económicas, que les permiten incurrir en los costos que significan las
operaciones de limpieza y control del accidente, además del resarcimiento de daños.
8 El accidente de Porco trató de ser aprovechado políticamente (hay que recordar además que Porco es una empresa de
Comsur, cuyo principal accionista es la familia del presidente de la república). Al desastre le siguió la magnificación de la
noticia, presentando el accidente como “el mayor desastre ecológico del siglo”. Tarija declaró un paro cívico en defensa
del medio ambiente. Esta posición alarmista generó preocupación en países ribereños a la cuenca (Paraguay y
Argentina).Una comisión bi-nacional (Bolivia-Argentina) inspeccionó la mina Porco comprobando que el daño causado
era limitado, y que no afectaba mayormente al río Pilcomayo. Hay que resaltar que el gobierno boliviano no recibió
ningún reclamo oficial del Paraguay o Argentina.
9
Sólo las empresas que trabajan con importantes márgenes de ganancias pueden tener los
recursos como para enfrentar responsablemente este tipo de accidentes, y en el caso
boliviano, estas son las empresas de la Nueva Minería.
c) Si bien el desempeño ambiental de las operaciones mineras está relacionado con el nivel
tecnológico y de capital disponible (Hardware: instalaciones y maquinaria), este
desempeño depende fuertemente de la manera en que esta capacidad es manejada
(Software: personal calificado para un adecuado uso de las instalaciones). Si bien la
Nueva Minería posee una gran ventaja sobre toda la demás minería en Hardware, esto no
es tan evidente en el Software. Comsur posee instalaciones adecuadas para un manejo
ambiental adecuado, sin embargo, cuando se trata de la operación de estas instalaciones,
la empresa tiene todavía que confiar su manejo a personal que tiene prácticas y
experiencia adquiridas en el manejo de otro tipo de operaciones, donde el desempeño
ambiental no fue nunca una prioridad. Este personal no ha internalizado el respeto
ambiental, en el manejo de las explotaciones. Lo anterior resalta la dificultad de
“apropiación” de tecnología, es decir el adecuado manejo de una tecnología (en un
sentido amplio) importada y no desarrollada internamente.
Debido a que la empresa minera estatal Comibol se creó como producto de la nacionalización
de las mayores empresas mineras de la década de los años 50, la minería estatal ha sido
sinónimo de gran minería, hasta la década pasada. En el caso del estaño llegó a controlar hasta
un 80% de la producción. No obstante esta importancia se fue reduciendo, en parte debido al
modelo de desarrollo previo a 1985, que se asentaba en una tributación excesiva del sector
minero, pero también por la falta de inversiones en prospección y exploración, consecuencia
de un manejo inadecuado de la empresa.
A principios de los años ochenta la empresa minera estatal se encontraba en una difícil
situación. La crisis económica había afectado desproporcionadamente a Comibol, y sus
yacimientos se encontraban en una fase de agotamiento avanzado. No había logrado
diversificar su producción y continuaba siendo excesivamente dependiente del estaño (ver
cuadro 1). La caída de precio de este mineral en 1985 terminó de complicar la situación de la
empresa.
Comibol enfrentó la crisis reduciendo operaciones (ver cuadro 2). Muchas operaciones de
Comibol fueron paralizadas, entregadas al sector privado, o a los mismos trabajadores que se
organizaron en cooperativas (ver cuadros 7 y 8). El número de trabajadores de Comibol se
redujo importantemente, pero simultáneamente se incrementó el número de cooperativistas.
10
Actualmente solamente existen tres operaciones administradas por Comibol: Huanuni,
Colquiri, y Caracoles. Aún estas operaciones se han ido reduciendo, disminuyendo también la
producción de concentrado y el número de trabajadores. Estas tres minas producen
principalmente estaño (a excepción de Colquiri, que también explota zinc). El estaño es
fundido en Vinto, mientras que el zinc se exporta como concentrado.
CUADRO 7
También se han construido diques para las colas de los procesos. No obstante una importante
cantidad de colas se libera aún al medio ambiente. En Huanuni las colas de los clasificadores
son llevados al dique “El Porvenir”, pero las colas del circuito de flotación y las colas finas del
proceso de recuperación de aguas son llevadas directamente al río. En 1993 aproximadamente
50,000 toneladas de colas finas se han desechado al río. En Colquiri las colas de concentración
se depositan como relleno en las minas, o se disponen en el dique de colas.
11
Si bien los diques de colas, y sistemas de tratamiento de aguas contribuyen a disminuir el
impacto ambiental, debido a la antigüedad de estas instalaciones, y su deterioro, los procesos
presentan fallas que hacen que las colas que deberían ir a parar a los diques, o las aguas que
deberían ser reutilizadas fuguen al medio ambiente. En 1994, en Huanuni, 80.000 toneladas de
colas arenosas que deberían de haber ido a las colas, fueron a parar al río por problemas
mecánicos. Las fugas de colas en Colquiri también son importantes.
CUADRO 8
Por otro lado, alrededor de las explotaciones mineras han surgido importantes poblaciones,
que están enteramente relacionadas a la actividad minera, ya sea como empleados,
dependientes de la empresa, o como trabajadores cooperativistas que reprocesan las colas o los
desmontes. Estas poblaciones contribuyen importantemente a la contaminación de los ríos.
Tanto en Huanuni como en Colquiri, las aguas servidas de las poblaciones son vertidas a los
ríos sin ningún tratamiento previo. Muchas cooperativas trabajan después en estas aguas
servidas, por lo que las condiciones de trabajo son poco seguras, y pobres.
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Las operaciones mineras asociadas a la ANMM, que no constituyen la Nueva Minería, están
concentradas en la producción de estaño y antimonio. Estas operaciones no han tomado en
general mayores medidas para atenuar su impacto ambiental, aún cuando por consideraciones
técnicas la mayoría construyó diques de colas, y en algunos casos recirculan las aguas del
ingenio o la mina. La falta de mayor cuidado medio ambiental ha estado restringido por las
dificultades que atraviesa este tipo de minería, así como por lo reciente de la legislación y
conciencia sobre los temas ambientales en el país. No obstante, estas operaciones mineras
deberán de adecuar sus operaciones a la nueva reglamentación de la ley del medio ambiente.
La Minería Chica ha sido fuertemente afectada por la crisis de principios de la década de los
años 80, y desde entonces el tamaño de este sector se ha ido reduciendo importantemente (ver
cuadro 5). Parte de esta reducción se debe a la informalización del sector. Muchas operaciones
pequeñas trabajan por su cuenta, sin afiliarse a la CNM, y su actividad se confunde con la
minería cooperativista.
13
las primeras concesiones mineras en algunos parajes del Cerro Rico de Potosí. Luego de la
nacionalización de la Compañía Aramayo a principios de los años 50, las concesiones que
explotaba esta empresa en el área de Tipuani fueron distribuidas entre varias cooperativas.
Desde entonces el sector cooperativista se convirtió también en un importante productor de
oro. Se ha usado clasificar a las cooperativas entre cooperativas dedicadas a la explotación de
oro (cooperativas auríferas), y cooperativas tradicionales, dedicadas a la explotación de estaño,
tungsteno, complejos de plomo-plata-zinc, antimonio, bismuto, etc.
9 Las cifras sobre empleo de la minería cooperativa provienen del Instituto Nacional de Cooperativas (INALCO) y/o de las
federaciones de las cooperativas. Puede ser que muchos trabajadores cooperativistas no se hallan afiliado (especialmente
las cooperativas nuevas que trabajan en zonas alejadas como Charaña, San Simón, Pando, etc.). Según algunos
observadores, si bien el número de trabajadores cooperativistas en la minería tradicional esta cayendo, el número de
trabajadores en la minería aurífera crece mas rápidamente.
14
demás sectores. La minería chica y las cooperativas expandieron su producción. La
participación de este sector subió en casi todos los minerales (ver cuadro 2). La expansión en
la producción de estaño fue especialmente importante pasando de una producción de alrededor
de 2.5 miles de toneladas finas antes de la crisis del estaño a 5.5 miles de toneladas finas
después en 1987. Lo notable de este aumento en la producción es que fue logrado con
tecnologías muy primitivas, mediante la incorporación de mayor número de trabajadores al
proceso de producción.
Aún cuando a corto plazo la reacción del sector ha sido la expansión de la producción de todos
los minerales, a más largo plazo este tipo de operaciones esta siguiendo un proceso de cambio
de composición en su producción parecido al de la Nueva Minería. La minería cooperativista
ha incrementado importantemente su producción de oro, zinc y plata (ver gráfico 1). La
importancia relativa del estaño dentro de la producción total del sector cooperativista ha
decrecido en los últimos años, aún cuando el volumen producido de este mineral sigue siendo
importante. La minería chica y cooperativista parece reaccionar a los cambios en el mercado
mundial de la misma manera que la minería empresarial, pero con rezago, y solo lentamente.
Gráfico 1
Participación de Algunos Minerales en la Producción de la Pequeña Minería
70,00%
60,00%
50,00%
Zinc
40,00%
Estaño
%
Oro
30,00% Plata
20,00%
10,00%
0,00%
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Años
15
socavones, y re-procesan los desechos antiguos o las colas que se producen en las plantas en
operación. 10
Las cooperativas tradicionales están conformadas generalmente por familiares de los
trabajadores de las empresas mineras, o por los mismos ex-trabajadores de la empresa estatal.
Luego del cierre de varias operaciones de Comibol, y para atenuar los problemas de
desempleo, Comibol decidió entregar alguna de sus operaciones a los ex-trabajadores, que se
organizaron en cooperativas. A estos se sumaron nuevos contingentes de migrantes
estacionales, en su mayoría campesinos indígenas de los Ayllus circundantes.
10 En Huanuni se estima existen alrededor de 1200 personas organizadas en cooperativas. En Colquiri existen alrededor de
200 cooperativistas, además de unos 700 mineros artesanales que explotan la parte superior del cerro bajo un acuerdo con
la Comibol. Existen también explotaciones cooperativistas en el Valle de Colquiri. En caracoles existen cooperativas que
reprocesan las colas de estaño y wolfram. Generalmente estas cooperativas poseen un acuerdo con Comibol para acceder
al área de la mina y vender su producción a Comibol.
La explotación de antiguas colas adjudicadas a cooperativas han sido casi en su totalidad abandonadas. Solo se conoce
una explotación que continua con relativo éxito: la cooperativa Multiactiva Catavi, que se adjudico las colas de ex-ingenio
de Catavi. En este caso también las colas del proceso son echadas directamente al río.
16
Las cooperativas tradicionales que trabajan explotando galerías extraen el material de la mina
manualmente o con ayuda de compresoras y perforadoras, en ambos casos es común el uso de
explosivos. El transporte se realiza manualmente; cada minero transporta el material
mineralizado en una mochila sobre su espalda. El material estéril generalmente se deposita al
costado de las mismas galerías, obstruyéndolas, lo que perjudica la libre circulación del aire,
deteriorando así las condiciones de trabajo. El mineral extraído puede ser procesado por los
mismos cooperativistas, quienes usan métodos rústicos de concentración, o es vendido a un
rescatista, una comercializadora, o la unidad de comercialización de la cooperativa. En cada
caso los socios deben de recabar la “tornaguía”, que es la autorización para proceder a la venta
del mineral. Al vender el mineral, se hacen los siguientes descuentos:
Estos descuentos no son aplicados en todos los casos; a veces se descuenta sólo el canon de
arrendamiento a Comibol, el cobro por administración y la caja mortuoria, mientras a otros no
se les hace ningún descuento (ver Minco , 1994).
A pesar de que las cooperativas habían sido conformadas por antiguos mineros, y de que los
contratos entre las éstas y Comibol garantizaban la vida útil del yacimiento, y la preservación
las condiciones ambientales del medio a favor del trabajador (ver Minco S.R.L., 1994), la
explotación fue depredadora, explotando incluso puentes, pilares, y otros bloques de
seguridad. El resultado es que actualmente algunas minas están totalmente destruidas, por lo
que las condiciones de trabajo son sumamente peligrosas. No sólo los yacimientos han sido
destruidos por la explotación desorganizada de las cooperativas. En muchas de las antiguas
explotaciones de Comibol los sistemas de recirculación de aguas han sido inutilizados por los
cooperativistas al procurarse agua para sus propios ingenios. Los relaveros, que re-procesan
colas antiguas, destruyen además los diques antiguos de colas.
Los cooperativistas no poseen ningún sistema de disposición de colas. Estas generalmente van
a parar a los ríos. Debido al escaso conocimiento técnico, los procesos de concentración que
incluyen una flotación rudimentaria no son eficientes, por lo que cantidades importantes de
reactivos (ácido sulfúrico, xantatos, diesel) quedan en las colas que van a parar a los ríos.
Asimismo, la actividad de los cooperativistas incrementa el potencial contaminador, ya que al
remover los desechos los exponen a la oxidación. Además, al reducir el tamaño de las colas
que reprocesan aumentan varias veces la superficie efectiva, incrementando así la capacidad
de estas colas para liberar metales. Aún cuando la contaminación que cada cooperativista
causa puede ser considerada como pequeña, el número de estos hace su impacto considerable.
El impacto de este tipo de operaciones sobre el medio ambiente es desproporcionado en
relación a su producción. Por lo ineficiente de su trabajo, y por los métodos que utilizan, el
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potencial contaminador de los desechos que producen es mayor al de otro tipo de
explotaciones.
Las operaciones de las cooperativas auríferas se encuentran en casi todos los departamentos
de Bolivia. Las operaciones más importantes se encuentran en La Paz (región oriental de los
Andes), Pando (frontera con el Brasil), y Santa Cruz. Dentro del sector cooperativista aurífero
existe una gran heterogeneidad. Desde cooperativas que más bien parecen empresas bien
administradas, poseedoras de un capital importante (mas de un millón de dólares), hasta
cooperativas que trabajan rústicamente como mineros individuales o en pequeños grupos.
Del total de encuestados sólo el 36% declaró no utilizar mercurio en sus operaciones. Esta
cifra puede ser menor, pues muchos mineros tienden a ocultar este hecho, porque conocen de
sus efectos medio-ambientales. El uso del mercurio es común tanto en las explotaciones
grandes como en las pequeñas. El uso de los combustibles es poco frecuente. Solo el 26%
declaró utilizar combustibles. Tampoco existe un patrón en relación al tamaño de la
explotación; en las operaciones grandes (mas de 3000 toneladas) el 60% declara no utilizar
combustibles, mientras que este porcentaje es de 53% en las explotaciones más pequeñas.
El 90% de las operaciones inventariadas no cuenta con técnicos. Carecen de técnicos el 95%
de las operaciones que extraen menos de 3000 toneladas al mes. Si bien en las operaciones que
extraen mas de 3000 toneladas el porcentaje de operaciones que cuenta con técnicos se
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incrementa, todavía el 60% de estas operaciones no cuenta con personal técnico. Así la
capacidad de extracción no significa siempre una mayor capacidad técnica.
En las cooperativas auríferas la explotación es en principio realizada por los mismos socios.
Cada socio posee una acción de la cooperativa, que teóricamente no es transable, pero en la
práctica se observa el comercio de éstas. El precio de las acciones depende de la producción
esperada. El precio de la acción puede llegar hasta los 50,000 dólares o más. Aún cuando los
socios son quienes deben trabajar el yacimiento, en varios casos estos dejan en su lugar a los
“representantes”, quienes hacen la labor del socio a cambio de una remuneración de entre un
20 a 30 % de la producción que le corresponde al socio a quien representa, en otros casos se
les paga un salario. Estos representantes muchas veces lo son de mujeres viudas de un
cooperativista o jóvenes que no pueden trabajar por sí mismos. Luego están los “voluntarios”
que realizan diversas tareas sustituyendo a los socios; no se les paga en efectivo, sino que se
les autoriza a trabajar un tiempo para su provecho. Estos voluntarios se desplazan de una
cooperativa a otra, buscando las que están en producción, muchas veces estos “voluntarios”
son socios de otras cooperativas, que están paralizadas. En muchos casos, las cooperativas
nacen de estos “voluntarios”, que solicitan una concesión y reclutan a las quince personas que
fija la ley; constituyen sus instancias organizativas y, lo que es más importante, fijan sus
“certificados de aportación”, pasando a ser cooperativas. Muchas cooperativas contratan
también trabajadores o jornaleros.11
Asociadas a las cooperativas están además los barranquilleros. Estos siguen a las cooperativas
para trabajar las colas utilizando bateas o pequeños lavaderos, haciéndose presentes rápida y
masivamente cuando una cooperativa descubre un yacimiento rico. Los barranquilleros
pueden considerarse mas bien mineros informales, su característica es su estacionalidad y
desplazamiento permanente. Las mujeres habitualmente trabajan como “barranquilleras”,
particularmente cuando hay desmontes y “cangallis”. Los barranquilleros generalmente no son
11 De las operaciones inventariadas por Med-Min, el 44% eran trabajadas solo por los socios, es decir se pueden considerar
efectivamente cooperativas. Las demás operaciones tenían trabajadores temporales o permanentes.
19
socios de las cooperativas; de los 67 barranquilleros encuestados por Med-Min sólo 3
declararon ser socios de alguna cooperativa. El trabajo de los barranquilleros y su aceptación
por los cooperativistas constituye una especie de “democratización “ en el acceso a los
recursos, contribuyendo así a la economía de la zona (ver sección 6.1 más adelante). Según el
presidente de una de las asociaciones de cooperativas, al autorizarles a trabajar, la cooperativa
evita ser “asaltada “, pues se trata de población flotante que se hace presente masivamente
cuando las cooperativas trabajan una nueva zona.
Los barranquilleros utilizan sólo pala y picota para excavar, y carretillas para transportar la
carga al lavadero. El agua necesaria en el lavadero se alimenta manualmente (utilizando
baldes). Los barranquilleros han desarrollado técnicas propias para recuperar el oro fino en
lavaderos, que en algunos casos son mejores que los utilizados por las cooperativas
mecanizadas. Por su manera de trabajar el efecto sobre la turbidez del río no es muy
perceptible. Por el contrario existe un impacto considerable por el uso irracional e
indiscriminado del mercurio. Casi todos los barranquilleros queman su amalgama al aire libre,
contaminando así la atmósfera y los suelos e intoxicándose gravemente con los gases de
mercurio.
Las cooperativas que trabajan sobre yacimientos primarios generalmente practican galerías de
longitudes considerables para extraer la carga de las vetas. Aún cuando la minería
cooperativista en general trabaja extrayendo pequeñas cantidades de material rico (algunas
20
toneladas al día), existen algunas explotaciones que trabajan a rajo abierto. Las vetas son
explotadas por algunas cooperativas manualmente y por otras con la ayuda de compresoras de
aire y perforadoras neumáticas. El uso de explosivos es común. Generalmente el desarrollo de
la explotación no avanza sistemáticamente, sino que se arrancan las zonas enriquecidas,
mientras que las partes pobres de la veta se quedan en su lugar. A excepción de las
operaciones que trabajan a rajo abierto, el impacto ambiental de estas cooperativas (que
pueden ser bastante exitosas y ricas) es comparativamente bajo.
La beneficiación del oro se lleva a cabo utilizando diferentes esquemas. La forma más rústica
consiste en la trituración manual, seguido por una molienda en molino de piedras
(quimbaletes), que puede ser efectuada en seco o en húmedo. En este último sistema se utiliza
mercurio combinado la molienda con la amalgamación. El oro amalgamado se separa luego
utilizando bateas.
El 41% de las cooperativas tradicionales y el 21% de las auríferas trabajan con métodos semi-
mecanizados. Entendemos como método semi-mecanizado a aquel proceso en el que se utiliza
alguna maquinaria para efectuar las labores mineras. Algunas cooperativas han mecanizado la
explotación, utilizando compresoras y perforadoras, otras poseen un winche y carros metaleros
21
para la extracción de carga. En otros casos se ha mecanizado el proceso de concentración,
disponiéndose de una chancadora, molino o una criba. A veces las cooperativas cuentan con
una planta pequeña de beneficio de minerales. Finalmente un pequeño grupo de cooperativas,
el 9% de las tradicionales y el 16% de las auríferas, han mecanizado todo su proceso
productivo.
Los cuadros 9 y10 presentan una estimación de la rentabilidad de las cooperativas auríferas y
tradicionales, de acuerdo al método de producción. En el caso de las cooperativas tradicionales
se distingue también el tipo de yacimiento explotado (primario o secundario). El detalle de la
estimación de estas rentabilidades aparece en el anexo C. Se incluye además en estos cuadros
el empleo generado en cada operación, y la utilidad y el empleo por unidad producida (kilo
fino o T.M.F.).12
CUADRO No. 9
12 En principio se intentó también calcular tasas de rentabilidad sobre el capital, basados en los datos del anexo C. Se
obtuvieron tasas anormales, con elevada variación a través de los distintos tipos de operación; tasas extremadamente altas
para las operaciones manuales, tasas menores para operaciones semi-mecanizadas, y mucho menores para las
mecanizadas.
En las tasas de rentabilidad, el capital es un índice que nos “deflacta” la utilidad para poder comparar el beneficio por
unidad de capital, a través de diversos proyectos, y poder seleccionar así el mejor empleo del capital. Este puede ser un
mal índice para comparar actividades que utilizan cantidades tan dispares de capital como las operaciones cooperativas
mecanizadas y manuales. Es natural entonces, que las operaciones manuales (que casi no utilizan capital) obtengan tasas
de retorno elevadas, pues cualquier beneficio que produzcan pesará muy fuertemente sobre el escaso capital que poseen,
mostrando una elevada tasa de retorno. (Este indicador será muy sesgado hacia actividades que utilizan poco capital.)
Por estas razones, preferimos utilizar en este trabajo como índice la cantidad producida de mineral. En este caso la
selección del método de trabajo no busca el mayor retorno al capital, sino al recurso. Es decir, la pregunta no es cuál es la
mejor asignación del capital, sino la mejor asignación del recurso.
22
Como se verá más adelante, la utilidad de una explotación sostenible, debe de cubrir, además de
sus costos de operación y financieros, el costo del recurso, y el costo medio ambiental que
ocasiona. Si suponemos que estos costos tienen una relación lineal con la cantidad producida, la
utilidad por unidad producida (kilo fino o T.M.F.), mostraría la capacidad de cada operación para
enfrentar el costo del recurso y el costo medio-ambiental. También puede suponerse que los
recursos de una sociedad son el costo de una sociedad por obtener ingresos. En este caso la
utilidad por unidad producida mostraría cuál es la forma más eficiente en que una sociedad puede
proveerse de estos ingresos. Si el empleo es un beneficio social importante, se podría pensar que
la sociedad sacrifica sus recursos para proveer empleo. En este caso, la cantidad de empleo
generada por unidad de recurso nos mostraría cuál el método más eficiente de proveer empleo
para una sociedad (ver el punto 5 más adelante).
Entre las operaciones aluvionales auríferas las operaciones semi-mecanizadas parecen tener
ventajas sobre las operaciones manuales, pero además sobre las mecanizadas. Sorprendentemente
las operaciones mecanizadas son las operaciones que obtienen menor utilidad por unidad
producida. En el caso del empleo, hay una clara relación inversa entre el grado de mecanización y
el empleo. Las operaciones manuales proveen mayor cantidad de empleo por unidad de producto,
las semi-mecanizadas menos, y las mecanizadas son las que proveen la menor cantidad de
empleo por unidad producida.
En las operaciones auríferas primarias, de nuevo las operaciones semi-mecanizadas son las que
obtienen mayor beneficio por unidad producida, a esta le siguen las operaciones mecanizadas, y
finalmente las operaciones manuales. Otra vez la cantidad de empleo tiene una relación inversa
con el grado de mecanización; a mayor grado de mecanización, menor cantidad de empleo
generado por unidad de producto.
CUADRO No. 10
1
Cotización en $us/U.L.F.
2
Cotización en $us/U.L.F.
3
Cotización en 0.46 $us/L.F. de Zinc y 4.80 $us/O.T. de plata.
23
En las operaciones tradicionales, sólo se puede intentar una comparación para el caso de la
producción de estaño. Las operaciones que generan mayor utilidad por unidad producida son,
al igual que en el caso aurífero, las semi-mecanizadas, a estas les siguen las operaciones
mecanizadas, y finalmente las manuales. Para el empleo se repite la relación inversa anotada
para las operaciones auríferas.
La relación inversa del empleo para cada grado de mecanización parece consistente a través de
todas las operaciones, lo que parece natural. En el caso de las las utilidades generadas por
unidad de producto, las más eficientes parecen ser las semi-mecanizadas, siguiéndoles las
mecanizadas y finalmente las manuales. Este es un resultado sorprendente, pues se podría
esperar que las mecanizadas fuesen más eficientes que las semi-mecanizadas. Una posible
explicación es que las operaciones mecanizadas, a pesar de contar con mayor equipo, al tener
mayor utilidad absoluta, no optimizan el proceso productivo. Esta es sólo una hipótesis
preliminar.
24
3 El Marco Institucional
La ley de medio ambiente fue promulgada en 1992, y establece por un parte una autoridad
ambiental, y por otra, los principios generales que norman la calidad ambiental. La autoridad
competente a nivel nacional es el Ministerio de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente
(MDSMA), y a nivel departamental las Secretarias Departamentales de Desarrollo Sostenible
y Medio Ambiente, dependientes de las prefecturas del departamento. Se encomienda además
a las municipalidades velar por el cumplimiento de la política ambiental dentro su jurisdicción.
El MDSMA es el encargado de formular las normas sobre descargas de efluentes en los
cuerpos de agua y emisiones a la atmósfera, las normas sobre tecnología ambiental, y las
normas ambientales de y para productos.
En relación a la minería, la ley de medio ambiente establece que las operaciones extractivas
mineras deben desarrollarse considerando el aprovechamiento integral de las materias primas,
el tratamiento de los desechos, y la disposición segura de colas, relaves y desmontes. Durante
y una vez concluida su actividad, deberán contemplar la recuperación de las áreas
aprovechadas con el fin de reducir y controlar la erosión, estabilizar los terrenos, y proteger las
aguas, corrientes y termales.
En diciembre de 1995 el poder ejecutivo aprobó las reglamentaciones a la ley del medio
ambiente, que consisten en los reglamentos de Gestión Ambiental, Prevención y Control
Ambiental, Contaminación Atmosférica, Contaminación Hídrica, y el reglamento de
Actividades con Sustancias Peligrosas. Los reglamentos de Gestión Ambiental Y Prevención y
Control Ambiental establecen el marco institucional, y los procedimientos para la evaluación
del impacto ambiental, y del control de la calidad ambiental. La evaluación ambiental, para los
proyectos nuevos, empieza con el llenado de la Ficha Ambiental (FA), en base a la cual la
autoridad competente define la categoría del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental
(EEIA). La EEIA debe incluir además de la identificación de los posibles impactos del
proyecto sobre el medio ambiente, un programa de prevención y mitigación, un plan de
aplicación y seguimiento ambiental, y un programa de cierre de operación y restauración del
área, si fuese pertinente. Si la autoridad ambiental aprueba el EEIA, emitirá la Declaración de
Impacto Ambiental (DIA). Si la autoridad ambiental considera que el proyecto afecta
gravemente al medio ambiente, o produce impactos negativos socioeconómicos o culturales de
gran magnitud o afecta gravemente áreas asignadas por el gobierno a etnias o grupos
originarios, la autoridad competente decidirá no conceder la DIA.
Los instrumentos para el control de la calidad ambiental para actividades que estén en proceso
de implementación, operación o etapa de abandono se inicia con la presentación del manifiesto
ambiental (MA). El MA incluye la Identificación de la generación de contaminantes de la
actividad, un Plan de Adecuación Ambiental, y un Plan de Aplicación y Seguimiento
Ambiental. Si el MA es aprobado por la autoridad competente esta otorgará la declaratoria de
adecuación ambiental (DAA). Cuando no se cumpla con la presentación del MA, o este sea
rechazado, o cuando la actividad produzca un impacto ambiental no previsto, se procederá a la
ejecución de una auditoría ambiental (AA) para ejercer el control de calidad ambiental. Si en
25
la AA se detectaran deficiencias, la empresa auditada debe presentar un Plan de Adecuación
Ambiental.
Según el reglamento de gestión de residuos sólidos, los residuos mineros y metalúrgicos están
clasificados como residuos de clase “J”. Se prevé la elaboración de una reglamentación
específica para esta clase de residuos entre el MDSMA y el organismo competente, por lo que
esta clase de residuos no esta regida por el reglamento de gestión de residuos sólidos.
El nuevo código de minería, de marzo de 1997, posee también un título dedicado al medio
ambiente. Este código establece la obligatoriedad de los operadores mineros de controlar todos
los flujos contaminantes y daños ambientales que se originen en sus concesiones y actividades
mineras. Para las actividades de prospección y exploración la anterior obligación se limita a
los flujos y daños ambientales originados en actividades mineras. Estas actividades además no
requerirán de EEIA.
El nuevo código establece además que los operadores mineros no están obligados a mitigar los
daños ambientales anteriores a la vigencia de la ley del medio ambiente o la concesión minera
(la que fuese posterior). Estos daños se establecen por medio de una auditoría ambiental.
Además las responsabilidades por daños ambientales originados por el concesionario minero
subsisten, aún luego de su reversión al dominio originario del estado. Esta responsabilidad
prescribe en el plazo de tres años.
3.2 La Tributación
Con la aprobación del código de minería (1997), el sistema tributario aplicable al sector
minero es el de utilidades. Este régimen grava con una alícuota del 25% a la utilidad neta
13 Transitoriamente se establece una serie de parámetros para las descargas de aquellas las actividades existentes, en tanto no
se cuente con la clasificación de los cuerpos de agua. Esta medida tiene una duración de cinco años a partir de la fecha de
emisión de la DAA.
14 Las disposiciones referidas a la minería que aparecían en el proyecto de reglamentación hídrica (ver Morales et.al 1995),
han desaparecido en su versión final. Seguramente éstas estarán contenidas en las reglamentaciones sectoriales que se
prevén.
26
imponible.15 Existe también el impuesto complementario, que grava el valor bruto de venta
(entendido como el valor que resulta de multiplicar el peso del contenido fino del mineral o
metal por su cotización oficial) con una alícuota que varía dependiendo del mineral y su
cotización (ver cuadro 11). Las actividades mineras deben pagar además el impuesto a las
utilidades extraordinarias por actividades extractivas de recursos naturales no renovables. Para
la venta de los minerales o metales en el mercado interno, existe también impuesto al valor
agregado (13%).
Cuadro 11
En cada operación de venta o exportación realizada se paga un anticipo del impuesto a las
utilidades de las empresas (IUE), en un monto igual al que corresponde al impuesto
complementario16. Este anticipo se transfiere automáticamente a las cuentas de las prefecturas,
en proporción al aporte de cada una de los departamentos a la producción total del sujeto
pasivo, por concepto de regalía minera departamental. Si al final de la gestión el monto total
de estos anticipos es menor al impuesto a las utilidades, los agentes deben de pagar la
diferencia, en caso contrario, la diferencia se computa como crédito fiscal que puede utilizarse
para el pago del Impuesto complementario de la minería (ICM) de la misma gestión o del IUE
de la siguiente gestión fiscal. El IUE efectivamente pagado es acreditable contra el ICM. Si el
15 Para el cálculo de la base de este impuesto, las previsiones que se constituyen para cubrir costos de restauración del medio
ambiente, afectado por las actividades de la operación, son considerados gastos deducibles.
16 En el caso de las ventas internas la alícuota aplicable es del 60% de las que aparecen en el cuadro 11, en este caso los
compradores son los agentes de retención, debiendo transferir al estado el impuesto retenido, junto a sus propios anticipos,
el momento de la exportación. Para computar el importe del anticipo que le corresponde, los exportadores deben deducir
el monto de los anticipos retenidos.
27
IUE es mayor al ICM la diferencia se consolida en favor del estado, en caso contrario el
agente pasivo debe pagar la diferencia como ICM..
Los titulares de las concesiones mineras deben pagar además la patente minera. Este pago se
realiza por el número de cuadrículas (unidades de veinticinco hectáreas) que forman la
concesión minera. El monto anual a pagar por cuadrícula es de 125 bolivianos (alrededor de
25dólares americanos), doblando su valor luego del quinto año que se mantiene la concesión.
El monto que se recauda por concepto de patentes se destina en un 70% al sostenimiento de
diversas instituciones (Servicio Técnico de Minas, Superintendencia General,
Superintendencias de Minas y Servicio de Geología y Minería), y el restante 30% a los
municipios donde se encuentran ubicadas las concesiones mineras.
En 1985, el plan de estabilización boliviano incluyó un ambicioso plan de reformas, que luego
vinieron a llamarse reformas de primera generación. Estas reformas incluían la liberación
comercial, la liberación financiera, y la flexibilización de la legislación laboral, aún cuando en
este último caso las medidas fueron incompletas (ver Iisec, 1996). A estas reformas le han
seguido las conocidas como reformas de segunda generación: la capitalización y privatización,
la participación popular (esquema boliviano de descentralización), y un conjunto de reformas
sociales donde destacan la reforma al sistema de pensiones, y la reforma educativa.
28
Las operaciones más importantes; Huanuni y Colquiri, no han podido ser todavía traspasadas
al capital privado. Estas dos operaciones son importantes para la provisión de la fundición de
estaño de Vinto, que esta en proceso de privatización. Vinto tiene una capacidad para procesar
20.000 toneladas métricas de estaño refinado en su horno de alta ley. Para trabajar a una
capacidad aceptable, Vinto necesita de una importante provisión de concentrados. En 1994
esta provisión venía de las minas de Comibol (33%), de la minería privada (9%), de las
cooperativas (14%) y de las comercializadoras (44%). Gracias a esto en 1994 Vinto trabajó a
casi el total de su capacidad, reportando ganancias. No obstante, parte importante del mineral
tratado corresponde a un contrato “toll”, con la empresa MINSUR de Perú por alrededor de
12.000 TMN, que representan 4831 TMF de estaño. El establecimiento de una nueva
fundición en Perú puede poner en peligro el abastecimiento de materia prima para Vinto. Para
asegurar a Vinto la provisión de materia prima es importante expandir la producción nacional
de materia prima. Por esto el paquete de capitalización de Vinto incluye contratos de riesgo
compartido para las operaciones en Huanuni y Colquiri.
El proceso de privatización ofrece una oportunidad para introducir medidas medio ambientales
en estas operaciones. Parte del contrato con las nuevas operadoras deberá incluir las
responsabilidades ambientales para las mismas. Para esto Comibol, gracias a la cooperación
internacional, ha estado realizando auditorias ambientales en sus operaciones. La nueva
gestión de las empresas deberá incluir un adecuado manejo de los efluentes mineros, y
seguramente incorporará mejoras tecnológicas. Dada la experiencia de las empresas asociadas
al capital extranjero, se puede pensar que el manejo ambiental de estas operaciones mejorará
apreciablemente.
El proceso de privatización tendrá un impacto importante sobre las cooperativas que, como se
vio mas arriba, tienen una relación compleja con la minería estatal. Si estas operaciones se
vuelven más eficientes, y por lo tanto las colas que descargan poseen poco contenido metálico,
o si disponen adecuadamente estas colas (de manera que los cooperativistas no posean acceso
a ellas), los cooperativistas no podrán seguir reprocesando las mismas. La privatización de
estas operaciones tenderá a disminuir el número de cooperatistas en este tipo de operaciones.
De hecho quienes se han opuesto al proceso de privatización de las empresas mineras no son
sólo los trabajadores, sino también las poblaciones cercanas a estas explotaciones, que en gran
parte están relacionadas con el trabajo cooperativista.
3.3.2 La descentralización
29
El gobierno departamental esta compuesto por un prefecto (designado por el presidente de la
república), y un consejo departamental. El gobierno departamental debe de administrar los
recursos económicos y financieros y los bienes departamentales, formular y ejecutar los
planes departamentales de inversión pública en ciertas áreas, administrar los recursos humanos
y las partidas presupuestarias asignadas al funcionamiento de los servicios personal de
educación, salud y asistencia social17.
El gobierno departamental esta encargado también del seguimiento y fiscalización del uso
racional de los recursos naturales, y la preservación del medio ambiente. A través de la
Secretaria Departamental de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, que posee una
dirección de medio ambiente, es responsable de administrar en el departamento las políticas y
normas nacionales existentes en materia medio ambiental. Estas atribuciones son ratificadas
por la reglamentación de la ley de medio ambiente, que designa a los prefectos como la
autoridad competente en materia medio ambiental a nivel departamental, a través de las
instancias ambientales de su competencia.
Las atribuciones de las prefecturas en materia ambiental son amplias. Incluyen las de revisar la
ficha ambiental, definir la categoría de EEIA y otorgar el certificado de dispensación cuando
corresponda; expedir, negar o suspender la DIA y la DAA, velar porque no se rebasen los
límites máximos permisibles de emisión descarga, transporte o depósito de sustancias
susceptibles de degradar el medio ambiente; resolver en primera instancia los asuntos relativos
a las infracciones a las disposiciones legales ambientales, así como imponer las sanciones
administrativas que correspondan. La clasificación de los cuerpos de agua, para la aplicación
del reglamento de recursos hídricos, también será propuesta por las prefecturas al MDSMA.
Las prefecturas deberán además identificar las principales fuentes de contaminación,
incluyendo las escorias y desmontes mineros, y otorgar los permisos de descarga de aguas
residuales crudas o tratadas.
17 El gobierno departamental cuenta con los siguientes recursos: a) las regalías departamentales; b) los recursos del Fondo
Compensatorio Departamental; c) el 25% de la recaudación efectiva del Impuesto Especial a los Hidrocarburos y sus
derivados; d) las asignaciones del presupuesto general de la nación para gastos en servicios personales de salud educación
y asistencia social.
18 Son recursos del municipio los impuestos a la propiedad (rural y a, los inmuebles urbanos), y el impuesto sobre vehículos.
Además los municipios cuentan con las transferencias de los recursos provenientes de la coparticipación tributaria, el 20%
de la recaudación efectiva de las rentas nacionales. La coparticipación se distribuye entre las municipalidades en función
del numero de habitantes de cada jurisdicción municipal.
30
4. Minería y Comunidades Indígenas
31
De las cooperativas mineras inventariadas por Med-Min, sólo el 37% de las operaciones son
permanentes, siendo la mayoría temporal (40%). Una tercera parte de las operaciones
inventariadas tenía empleados temporales, y sólo un 20% poseía empleados permanentes o
permanentes y temporales. Son las operaciones más grandes las que tienden a ser
permanentes, y poseer trabajadores permanentes.
Aún cuando la mayoría de los socios de las cooperativas considera a la actividad minera con
su actividad principal, sólo el 27% de estos declara no tener alguna actividad secundaria. La
actividad secundaria más importante es la agricultura (50%). En el caso de los barranquilleros,
sólo el 40% declaró no tener una actividad secundaria. La actividad secundaria más importante
es la agrícola (46%), y las labores de casa (5%). El 78% de los socios de las cooperativas
mineras auríferas inventariadas provienen de otras actividades; la mayoría del trabajo agrícola
(26%), algunos fueron barranquilleros (11%), existen también ex-empleados del magisterio, o
del comercio. El 25% de los barranquilleros ha tenido cambios ocupacionales. De estos la
mayoría provenía de la producción agrícola, y otro tanto de la misma industria minera. Existe
también un pequeño número de ex-barranquilleros en otras ocupaciones. Estas se concentran
en la agricultura y el comercio.
La alta heterogeneidad de ocupaciones tanto de las consideradas principales como secundarias,
y el elevado cambio de las mismas, muestra una característica central de los mineros
cooperativistas y artesanales: no realizan solamente una actividad, la minera, sino un
conjunto amplio y diversificado de ocupaciones, que en muchos casos se ejercen
simultáneamente. En el caso de población campesina, hay un movimiento de péndulo entre lo
minero y lo agrícola. La población no campesina alterna lo minero con el ejercicio de
ocupaciones relacionadas con los servicios, administrativos y comercio. La estrategia
utilizada por los cooperativistas es combinar múltiples ocupaciones tanto del jefe del hogar
como de los demás miembros, obteniendo así ingresos familiares provenientes de diversas
fuentes. El rol de las mujeres y de los niños en estas estrategias de sobrevivencia tiene una
importancia decisiva.19
Para los campesinos, trabajar también como mineros les permite obtener ingresos monetarios
de una actividad estacional y complementaria a su actividad agropecuaria, la posibilidad de
obtener trabajo en la región les permite reducir y hasta eliminar la necesidad de migrar
estacionalmente a lugares lejanos o a las ciudades. En todo caso, los ingresos del trabajo en la
minería están destinados a complementar los obtenidos en la producción agrícola. El sector
minero a su vez capta mano de obra estacional que está en los límites de la pauperización, con
niveles salariales bajos y ausencia total de beneficios que les corresponderían si fuesen
trabajadores regulares.
Lo anterior nos permite algunas conclusiones. Lo primero es que estamos al frente de un
sector cuya actividad económica es diversificada y no depende únicamente de los resultados
que obtiene de la minería. La búsqueda de criterios relacionados con la viabilidad económica
de la minería artesanal y cooperativa no puede, por lo tanto, prescindir de este hecho. Lo que
hace económicamente rentable a la minería no es la actividad aisladamente considerada, como
19 De alguna manera esta estrategia de diversificación de ocupaciones y por tanto de ingresos explica en parte la tendencia
de la población a no cambiar de domicilio, cambio que sí se produciría si dependieran únicamente del trabajo minero. Por
tanto, el cooperativista alterna y complementa actividades.
32
tampoco los es la agricultura campesina o el pequeño comercio, sino el conjunto de ellas y el
modo en que se alternan y combinan. Esta complementariedad funcionalizada explica en
buena parte la relativamente limitada polarización y conflicto entre ambos “sectores” (ver
sección 4.3 más adelante). La contaminación de aguas superficiales, el uso forestal , la caza,
el uso del suelo, entre otros, son “tolerados” y son parte de la permanente negociación de
“indemnizaciones” y “permisos “ concedidos por las comunidad a los mineros, que gran
parte de las veces son también miembros de aquellas.
33
Los datos de la inventariación del Med-Min completan el panorama para los operadores
auríferos. El 59% de los socios encuestados declara haber migrado a la región. El 54% de los
socios declara tener su domicilio en un lugar diferente a la de la explotación minera. De este
54%, el 44% tiene su domicilio en una ciudad capital (La Paz u Oruro). En cambio solo el
34% de los barranquilleros dicen ser migrantes. Parecería que las explotaciones
cooperativistas auríferas son iniciadas por trabajadores que proceden de fuera de la población,
e incluso tienen su residencia en un lugar distinto al que realizan la explotación20. Frente a esta
actividad los pobladores locales encuentran que pueden complementar sus ingresos ingresando
en la actividad minera. Entonces se convierten en barranquilleros. Parte de estos
barranquilleros se convertirán con el tiempo en barranquilleros permanentes que seguirán a las
operaciones cooperativistas exitosas. Aún cuando la barranquilla atrae principalmente a
agricultores, es de destacar que también ha atraído a trabajadores de otros sectores como
comerciantes e incluso a profesores del magisterio. Así un grupo de cooperativistas
“profesionales”, que son los “socios” fundadores, con larga trayectoria en el trabajo minero
constituye el núcleo en torno al cual gira un contingente muy amplio de trabajadores que
son al mismo tiempo campesinos comuneros y “eventuales” de distinto tipo, conformando
una especie de pirámide de base amplia.
Aunque los índices de migración reciente nos muestran que estamos en regiones con altos
desplazamientos poblacionales, no es sin embargo tan alto si consideramos la enorme
aletoriedad del trabajo minero y las deficientes condiciones de vida. Por lo tanto, aunque
encontramos que se trata de regiones con fuerte flujo de inmigrantes, no presenta una
movilidad espacialmente alta; se trata por tanto de población que ha fijado residencia en
ella. Estamos lejos de encontrar una dinámica poblacional propia de un contexto de “fiebre
del oro”. Esta estabilidad espacial de la población se explica en buena parte porque la
actividad minera no es la única fuente de ingreso. Se trataría por tanto de mineros-
cooperativistas que desarrollan un conjunto muy heterogéneo de ocupaciones (la más
importante, la agricultura).
El número y características del contingente de inmigrantes, como se sabe, condicionan
numerosos comportamientos individuales y grupales, y está en la base del potencial conflicto
con los pobladores locales cuando los trabajadores mineros provienen de otra localidad. Por
las mismas razones, las posibilidades de un eventual control ambiental y la propia gestión
ambiental a nivel local esta igualmente relacionada con lo anterior. Un Municipio con
población inmigrante, que vive en “campamentos“ precarios y alta movilidad espacial,
enfrentará más obstáculos para lograr protección y gestión ambiental que en otro donde la
mayoría es población nacida en el lugar o cuando menos asentada por tiempo largo. La
composición de la población por lugar de nacimiento de una jurisdicción es un factor
importante del grado de “gobernabilidad” a nivel local.
20 Se ha observado también que una vez que el yacimiento se empobrece, los mineros experimentados emigran hacia zonas
auríferas para fundar nuevas cooperativas. El vacío llenado por estos mineros se llena rápidamente con gente proveniente
del campo quienes se trasladan en masa atraídos por un salario que resulta muchas veces superior al ingreso obtenido en la
agricultura.
34
4.2 La relación entre minería y pueblos indígenas
35
sectores de la población, autoridades del gobierno nacional regional, organizaciones
sindicales y de la sociedad civil, principalmente ONGs. Bloqueos de caminos, concentraciones
masivas y otras medidas de hecho son una muestra de su magnitud. Su debate y solución
excede largamente los ámbitos locales y asume características nacionales (este es el caso del
conflicto entre FUNESTAÑO y la población de Oruro, y el del “tren fantasma”, ver Coaquira,
s.f., y Altamirano, 1993).
Para evitar esto, en los últimos años, la Nueva Minería ha desarrollado, en grado variable,
líneas de acción destinadas a modificar positivamente el relacionamiento con las poblaciones
del entorno, que constituye una definida y sistemática estrategia de relacionamiento con la
población21. El ejemplo más significativo es, sin duda, el de la Fundación Inti Raymi. Aunque
surge como iniciativa de uno de los principales accionistas de esta Empresa y lleva el mismo
nombre que esta, esta fundación tiene un manejo autónomo. Ha invertido, desde el año 1991
hasta 1995, $us. 3.688.267, con fondos que provienen mayormente de la Empresa Inti Raymi
y, en menor medida, de fondos estatales. El ámbito de su acción excede lo local, abarcando la
ciudad de Oruro y 23 comunidades de dos Provincias de este Departamento. En la ciudad
tiene un Centro de Multiservicios Educativos e Interculturales que beneficia a 13.000 niños y
700 maestros; un plan de arborización de la ciudad, y en el área rural 1.000 familias
campesinas se benefician de proyectos diversos de generación de ingresos.
Últimamente han habido cambios que afectan la manera en la que ha funcionado esta relación
entre minería y comunidades indígenas: a) el debilitamiento en la relación entre beneficio local
y minería, que ya fue discutido; b) la presencia de un movimiento social de base étnica, cada
vez más estructurado, que convoca y congrega a otros sectores de la sociedad en torno a sus
demandas; y c) el reconocimiento que ha surgido en los últimos años por parte del
ordenamiento Constitucional y jurídico de los derechos de la población indígena en tanto
pueblos.
Los anteriores factores cambiarán de manera profunda y nueva la relación entre pueblos
indígenas y minería, especialmente la Nueva Minería (que se espera sea dominante en el país).
Las demandas se apoyarán de ahora en adelante en competencias de los gobiernos
Seccionales Municipales y de los Distritos Municipales indígenas, constituyendo un ámbito
de demanda y negociación enteramente nuevos, y que surgen y se apoyan en los derechos
reconocidos por la Constitución Política y la legislación positiva a las comunidades y pueblos
indígenas, sobre las “tierras comunitarias de origen” y el uso de los recursos naturales
renovables, como parte del reconocimiento y defensa definidos por el Estado. En este caso,
los conflictos y “negociaciones” podrían dejar de ser puramente locales en tanto involucrarían
a unidades sociales mayores con atributos y derechos que no se reducirían a la comunidad
individualmente considerada.
Lo anterior está claramente reflejado en los Planes nacionales de Desarrollo Sostenible y las
Agendas Medio Ambientales, que se han fijado como objetivo el fortalecimiento de lo que
denominan “grupos principales del desarrollo sostenible”, constituidos por los pueblos y
21 Varios factores convergentes están en la base de estas nuevas propuestas, tales como la nueva legislación ambiental, las
instancias a nivel de la estructura del gobierno nacional, la legislación internacional sobre la materia y las originadas en
las políticas medioambientales de las grandes compañías extranjeras socias de las empresas nacionales. A todo esto se
agregó el nuevo frente de movilización social que introdujo demandas medio ambientales y de protección en la agenda
del conjunto de las demandas regionales y aún nacionales.
36
comunidades indígenas. Reconocidas en tanto entidades sociales de alto nivel organizativo, las
comunidades indígenas adquieren nuevos roles y marcos institucionales en la gestión pública
local y microregional, como veremos más adelante.
No es posible hacer aquí una revisión exhaustiva del conjunto de disposiciones legales que
definen derechos para los pueblos indígenas. Sin embargo analizaremos las contenidas en la
Constitución Política. Figuran en Anexo D las disposiciones de derecho internacional y de la
legislación nacional vigente relativas al medio ambiente y el uso de los recursos naturales,
vinculadas a los derechos indígenas. Se encuentra también ahí el marco normativo e institucional
del relacionamiento entre el gobierno y las organizaciones indígenas, con énfasis en la Ley de
Participación Popular.
Es importante tener en cuenta que la normativa en favor de los indígenas, además de ser reciente,
no está contenida en un solo cuerpo legal, como sucede, por ejemplo en Brasil o Paraguay
(Estatuto do Indio, Estatuto Indígena). Se trata más bien de normas incluidas en varias
disposiciones jurídicas (Leyes, Decretos, etc.) relativas a temas sectoriales, que han incorporado
algunas disposiciones referidas a las comunidades indígenas.
La Constitución Política del Estado, reformada en 1994, por primera vez en la historia del país en
su artículo Primero define a Bolivia como una República unitaria, independiente, soberana,
multiétnica y pluricultural, abriendo así nuevos marcos jurídicos de aplicación futura y
progresiva en el conjunto de la normativa e institucional. Este artículo es desarrollado en otros
cuatro artículos. El más importante es el artículo 171 que establece que “Se reconocen, respetan y
protegen en el marco de la Ley los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos
indígenas que habitan en el territorio nacional y especialmente los relativos a sus tierras
comunitarias de origen, garantizando el uso y aprovechamiento de los recursos naturales, a su
identidad, valores, lenguas, costumbres e instituciones”.
Más adelante este mismo artículo establece que “El Estado reconoce la personalidad jurídica de
las comunidades indígenas y campesinas y de las asociaciones y sindicatos campesinos”. Este
reconocimiento no está condicionado a la promulgación de una ley posterior. Aunque está en
discusión la naturaleza de esta personalidad jurídica, a la luz de la Ley de Participación Popular,
varios autores señalan que es una personalidad jurídica de derecho público.
El último párrafo del artículo 171, a tiempo de reconocer a las "autoridades naturales" de las
comunidades indígenas, les faculta a ejercer "...funciones de administración y aplicación de
normas propias como solución alternativa de conflictos, en conformidad a sus costumbres y
procedimientos, siempre que no sean contrarios a esta Constitución y las leyes. La Ley
compatibilizará estas funciones con las atribuciones de los Poderes del Estado". Este artículo da
pie a una serie de reivindicaciones que afectarían de manera decisiva la relación entre pueblos
indígenas y minería.
37
Normas y marco institucional relativos al uso de los recursos naturales
La Constitución Política establece que " Son de dominio originario del Estado, además de los
bienes a los que la ley les da esa calidad, el suelo y el subsuelo con todas sus riquezas naturales,
las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como los elementos y fuerzas físicas susceptibles
de aprovechamiento. La Ley establecerá las condiciones de este dominio, así como las de su
concesión y adjudicación a los particulares" (artículo 136 CPE). Jurídica y conceptualmente esto
implica que cada uno de los recursos naturales puede ser concedidos o adjudicados, a diverso
título, a las personas, individuales o colectivas. Esta concepción, cuyo resultado más evidente es
la desintegración de los sistemas naturales, no sólo imposibilita el desarrollo de acciones
integradas sino que convierte el concepto de territorio, en los términos concebidos por los pueblos
indígena (más cercano al de sistema ecológico), en una propuesta inviable tanto jurídicamente
como prácticamente.
El Código Minero desarrolla el concepto Constitucional: “Pertenecen al dominio originario del
Estado todas las sustancias minerales, cualquiera que sea su origen o forma de yacimiento,
hállense en el interior o en la superficie de la tierra”. Esta misma disposición, concede a las
personas naturales o jurídicas que realizan trabajo minero prioridad para realizarlo, aunque
establece que en casos que con su actividad cause perjuicio a otras personas, como es el caso de
los propietarios del suelo, deberán indemnizarlos.
No hay, por tanto, ninguna disposición que pueda apoyar demandas de los pueblos y
comunidades indígenas respecto a beneficios que podrían derivarse de la explotación de los
recursos naturales no renovables realizados en las tierras y/o territorios de los que son
propietarios22. En el caso de daños y perjuicios que provengan de la actividad minera a
comunidades indígenas, el Código Minero no establece procedimientos ni características
específicas para daños que atenten contra la naturaleza específica de las comunidades indígenas y
los derechos que la Constitución les reconoce en tanto pueblos.
No obstante, el nuevo rol y reconocimiento otorgado a los pueblos indígenas (artículo 171 de la
CPE) ha abierto las puertas a una serie de reivindicaciones de los pueblos indígenas, que incluyen
derechos sobre los recursos naturales. Un ejemplo claro de esto es el Proyecto de Ley de Pueblos
Indígenas del Oriente, Chaco y Amazonía presentado a la anterior legislatura del Congreso por
las organizaciones indígenas de las Tierras Bajas. Este proyecto distingue dos grupos de
minerales: a) no estratégicos y b) estratégicos e hidrocarburos (deja para un reglamento específico
su clasificación). Considera a los primeros como propiedad exclusiva de los pueblos indígenas
(artículo23). Respecto a los estratégicos, reconoce el dominio del Estado sobre ellos, pero
demanda derechos preferentes de aprovechamiento, pago de regalías y la co-gestión en todas las
fases de su explotación; pidiendo, además, al gobierno, establecer y garantizar la prioridad de la
protección de la población indígena y de los ecosistemas respecto a la explotación comercial de
estos recursos (artículo 26). Aún cuando se trata de un proyecto, no considerado aún por el
Congreso, en los hechos regula y fundamenta todas y cada una de las demandas indígenas
planteadas al Gobierno central. (La reciente Ley del Instituto Nacional de Reforma Agraria, con
22 Respecto a los recursos naturales no-renovables, la legislación vigente no tiene disposiciones específicas para las
poblaciones indígenas, a diferencia de la legislación sobre los recursos renovables que, en los últimos años, incorporó
importantes disposiciones expresas en su favor.
38
importantes derechos reconocidos a las poblaciones indígenas, ha tomado el espíritu de algunas
de sus disposiciones.)
Gran parte de las normas que organizan la vida familiar, el matrimonio, la herencia, el acceso
y uso de los bienes productivos, entre otros, están definidos y determinados por la pertenencia
a un determinada comunidad. Aunque en grado variable según las regiones, estas normas y
prácticas reglamentan así las condiciones de acceso, uso y disposición de ese conjunto de
“recursos” existentes en su "territorio", así como los deberes y obligaciones de sus miembros.
Aunque se reconocen derechos individuales y familiares, estos están definidos en sus límites y
características por la comunidad. Las comunidades se organizan y estructuran a partir de
patrones étnico-culturales distintos y singulares que expresan identidades sociales igualmente
distintas y singulares. Estas comunidades, en el sentido amplio, constituyen en sí mismas
unidades étnicas regionales que son, a la vez, parte de la colectividad mayor: el pueblo
indígena.
Por otro lado, el hecho de reconocer a las comunidades indígenas personería de derecho público
cambia la naturaleza de la relación entre empresas mineras y “población local”. La naturaleza
jurídica de esta relación, que hasta ahora era entre “partes“ civiles. Cambia de manera
fundamental. En adelante la negociación no involucrará solamente a una determinada comunidad
sino que se extenderá al pueblo indígena al que ella pertenezca. Se trata ahora de una relación
entre comunidades indigeno-campesinas con competencias y personería jurídica de derecho
público, con competencias exclusivas en el ámbito Municipal e institucional local y regional, en
un marco nuevo de negociación, solución de conflictos y posibilidades de gestión local
ambiental23.
Las atribuciones reconocidas a las comunidades campesinas e indígenas, aquellas que
corresponden al Municipio Seccional como gobierno autónomo, y las relativas a los gobiernos
23 En los últimos años se han producido varios incidentes y demandas que han excedido los marcos convencionales de
negociación entre partes civiles. En la región del Precámbrico, asiento de comunidades indígenas Chiquitanas, las
demandas tienen un claro referente de derechos colectivos en tanto pueblo, sobre su territorio (o en términos de la
Constitucional: tierras comunitarias de origen) y los recursos naturales. Estas demandas, son por lo tanto colectivas y no
se reducen a negociación entre algunas comunidades del entorno y las empresas mineras.
39
Departamentales ligadas constituyen nuevos marcos tanto para los temas de la gestión
ambiental a nivel local, la participación y negociación de los conflictos como en la aplicación
de los principios normativos nacionales a nivel de las instancias del gobierno local. Este
contexto permitirá salir de la negociación y relacionamiento entre empresa (o cooperativa) y
población local en tanto entes privados y aislados para insertarse en la jurisdicción Municipal,
los planes regionales de desarrollo sostenible y el cumplimiento local de las normas
nacionales.
Sin embargo es importante indicar que aunque este conjunto de normas y nueva
institucionalidad cambian la naturaleza jurídica de las partes, queda aún un complejo y largo
proceso relacionado con la disputa por los derechos de unos y otros. Aspectos relacionados
con los recursos naturales renovables, el reconocimiento de las “tierras comunitarias de
origen”, los relacionados con la protección y la conservación, entre otros, constituyen los
núcleos problemáticos que deberá enfrentar la actividad minera. Lo que hasta el presente no
constituyó ni normativa ni socialmente punto de negociación puede serlo en el futuro
inmediato.
40
5. Hacia una Minería Sostenible Económica y Medio Ambientalmente
La regla explotación minera óptima (regla de Hotelling) señala que la extracción de un recurso
debe seguir hasta que el precio que se obtiene por el mineral sea igual al costo marginal de
extracción, más el costo corriente de oportunidad del recurso. Si el precio neto del costo
marginal de extracción es inferior al costo de oportunidad corriente, la tasa de extracción debe
ser cero (Ver Morales et. al., 1995a). Desde el punto de vista social, el costo marginal que
debe de tomarse en cuenta es el costo marginal social, que incluirá el costo de extracción
privado (el costo en el que incurre quien explota el mineral), más los costos que produce la
extracción y que recaen sobre agentes diferentes al que extrae el mineral (externalidades). En
principio, si los mercados no están distorsionados, los precios reflejan las escaceses relativas,
y no existen externalidades (el costo social es igual al costo privado), una economía
descentralizada logrará una asignación óptima de los recursos. No obstante debido a que en la
minería existen externalidades (negativas) medio-ambientales, el mercado no logrará este
óptimo. En particular se estarán destinando demasiados recursos al sector minero, y se estará
produciendo por encima de la cantidad óptima, es decir estarán funcionando explotaciones que
no deberían de existir.
Una operación debe entonces producir si su costo marginal de explotación, el costo marginal
que ocasiona a la sociedad la contaminación ambiental que produce, y el costo del recurso, son
menores al precio del mineral. En principio, el costo marginal de la contaminación y el costo
del recurso no son parte de los costos que el productor enfrenta al explotar el recurso, sino que
son costos para la sociedad que el productor ignora. Es entonces la sociedad la que debe de
encontrar mecanismos para que los productores consideren estos costos al momento de decidir
sobre la producción. Hay que remarcar que para encontrar el punto óptimo de explotación la
sociedad debería de hacer que el productor considere el costo marginal que la contaminación
produce a la sociedad más el costo de oportunidad del recurso. La medición de las
externalidades, y del costo del recurso es un problema complejo. Aún cuando los economistas
han ideado métodos que permiten aproximarse a estos valores no se pueden tener mediciones
exactas sobre los mismos.
En el caso de la contaminación los gobiernos han fijado estándares ambientales o cargos sobre
la contaminación. Estos instrumentos reflejan el costo que asigna la sociedad a la
contaminación. En el caso de los estándares, la sociedad considera que cualquier
contaminación por sobre la norma no es aceptable para la sociedad, i.e. que cualquier
beneficio que pueda lograrse a través de una actividad que degrade el medio ambiente por
sobre lo que establece la norma no es aceptable. El costo del recurso se debe de reflejar a
través de los impuestos. Parte de los impuestos que gravan la actividad minera deben de
reflejar el costo de oportunidad de este recurso para la sociedad. Debido a que tanto los
impuestos como las normas ambientales no pueden reflejar exactamente el costo marginal de
la degradación ambiental, ni el costo de oportunidad del recurso, no llevarán a la economía
hacia el punto óptimo de explotación, pero existe la presunción de que si se acercarán a este.
Estos, estándares e impuestos, son la forma en que la sociedad ha decidido reflejar estos
costos. No es el objetivo de este estudio el discutir si esta es la forma más adecuada de reflejar
los mismos.
41
La definición de una operación viable será entonces la de la operación que logra operar
cubriendo sus costos, pero además cumple las reglas tributarias y medio-ambientales. La
existencia de estas operaciones debe ser entonces evidencia prima-facie de que la operación es
viable. La preocupación principal del estado entonces la de hacer cumplir la ley tributaria y la
ley medio ambiental.
La minería mediana, para ser viable tendrá que readecuar sus operaciones. La minería estatal
está en pleno proceso de reingeniería. El programa de capitalización, que prevé la
conformación de joint-ventures en las operaciones de Comibol, pretende hacer que estas
operaciones, al recibir el aporte privado de inversiones y tecnología pueda convertirse en una
minería viable (Nueva Minería). Los contratos de joint-ventures tendrán cláusulas
específicamente relacionadas con el desempeño ambiental de las operaciones. El futuro de la
minería mediana privada es menos seguro. Estas empresas tendrán que transformarse para ser
capaces de ser viables financieramente, y poder cumplir con las normas tributarias y
ambientales.
La viabilidad de la minería cooperativista e informal es también menos evidente. Como se
mencionó más arriba, la minería cooperativista e informal es en realidad un conjunto muy
heterogéneo de explotaciones. Muchas de estas son en realidad empresas que poseen un
tamaño de extracción considerable y capacidad económica. Estas empresas deberían de ser
reclasificadas como empresas chicas, sujetas al cumplimiento de todas las normas legales. De
las cifras de los cuadros 9 y 10 parece claro que las operaciones auríferas, y las operaciones
mecanizadas y semi-mecanizadas estañíferas son rentables, y podrían soportar los costos
fiscales y medio-ambientales. Esto es especialmente cierto en el caso de las operaciones
auríferas.
Las restantes explotaciones son aquellas que no poseen capacidad económica, poseen poco
capital, y escasa capacidad tecnológica. Este es el caso de las operaciones cooperativistas
manuales, especialmente de las cooperativas tradicionales que explotan antimonio, wolfram, y
complejos. Si bien estas explotaciones logran cubrir su costo de explotación, generalmente son
marginales, es decir no podrían cubrir el costo medio ambiental, ni el costo del recurso. Esto
significa que no son viables, y por lo tanto su existencia es un costo neto para la sociedad.
42
Existen dos calificaciones a lo anterior. La primera sostiene que las operaciones “artesanales”
sí pueden ser eficientes. Cuando los yacimientos son de alta ley pero tienen volúmenes de
reserva bajos, no son de interés de la minería mediana o grande. Si los yacimientos ocurren
“predominantemente en filones o vetas de espesor reducido y alta ley, y … la dilución de la
veta al ancho del minado tradicional determina leyes marginales para dichas operaciones; esto
ocurre fundamentalmente debido a que las vetas se hallan emplazadas en rocas estériles o con
contenidos muy bajos de oro... al extraer electivamente (circado) dicho filón, el minero obvia
la etapa de concentración que normalmente prosigue a la de minado, y reduce enormemente el
costo del procesamiento requerido para obtener oro metálico” (Grade, 1995). Si la minería
pequeña no explota estos yacimientos, estos se quedaran sin aprovechar.24 El argumento
básicamente establece que las operaciones “artesanales” explotan yacimientos cuyo costo de
oportunidad para la sociedad es igual cero. En este caso, una operación viable sería aquella
que logra cubrir sus costos, y cumple las normas ambientales. No necesita cubrir el costo del
recurso (que es igual a cero). Este es un argumento a favor de exenciones tributarias. Los
problemas de exenciones tributarias son ampliamente conocidos, y todos aplicables al presente
caso.
Otro tipo de argumentación común sobre la minería artesanal es que esta es una actividad
donde se concentran poblaciones pobres, y que viven en condiciones “infra-humanas”, por lo
que debería de a) tolerarse este tipo de explotaciones; y b) promover la ayuda a este sector.
Estas afirmaciones sobre la minería artesanal se basan en la observación de las condiciones de
trabajo de los cooperativistas más pobres, y los barranquilleros. El admitir que ciertas
actividades pueden infringir estos estándares es contradictorio, pues se permite a una actividad
el producir una cantidad de contaminación que es inaceptable por la sociedad. Este argumento
contradice lo que es un estándar, porque cualquier medida sobre el estándar se considera
contaminación severa. 25
En realidad este argumento descansa en la suposición de que aún cuando la actividad minera
tiene costos externos (medio ambientales), existan también beneficios externos que se dan
gracias a esta actividad. De esta manera el costo ambiental estaría compensando el beneficio
de un menor desempleo. Si se introducen las medidas medio ambientales se estaría
“cambiando un costo social (polución ambiental) por otro (desempleo y pobreza)” (Warhurst,
1992). Sin embargo el aceptar mayor contaminación a cambio de la creación de empleo puede
no ser eficiente, pues pueden existir otros sectores que generen más empleos con un subsidio
24 “Una característica operativa muy importante es que la variación continua del espesor, de la ley y de la dirección de los
filones auríferos exige un seguimiento acucioso del mismo en el cual ninguna maquina puede competir con la destreza de
hombre. Las vetas se adelgazan con cierta frecuencia hasta el grado de desaparecer y en tales casos el minero detecta de
inmediato este hecho mientras que con el minado tradicional se extrae inadvertida y perjudicialmente el material estéril;
en oportunidades la veta se ensancha exageradamente diluyendo su ley a valores marginales, en este caso el minero
advierte tal hecho de manera inmediata gracias a la “Puruña” y evita que esta falsa “Bonanza” perjudique ostensiblemente
la ley del mineral rico extraido con anterioridad.” (Grade, 1995:45).
25 “En otras palabras, lo que (se) presenta es el dilema entre pobreza y medio ambiente, y permite contaminación por la
pobreza. Esta es la misma posición que los mineros han tomado en Bolivia, ..., no existe razón para excluir pequeñas
actividades en otros sectores económicos de su derecho a contaminar por la pobreza” (Altamirano, 1995).
43
equivalente al que se otorga al no implementar las medidas ambientales (ver Morales et. al
1995 b). 26
Si lo que se pretende hacer es aliviar las condiciones de vida de los mineros artesanales, o
solucionar los problemas de desempleo se deben de encontrar los instrumentos más adecuados
para esto. En general el tratar de lograr objetivos de política social a través de la política
minera o de la política ambiental es ineficiente. La política ambiental o minera no debe de ser
sustituto de una política social o de empleo. No se pueden utilizar las políticas sectoriales, en
este caso la política minera, como instrumento de política social. La política social debe de
decidirse en un marco más amplio. De ahí que las acciones de apoyo deban de dirigirse mas
bien hacia las poblaciones más pobres, y sin interferir en las decisiones de producción.
Mas aún, los cooperativistas más pobres y los barranquilleros provienen de otros sectores
(notablemente la agricultura) de reducidos ingresos, y han encontrado en la actividad minera
una forma de complementar sus ingresos, o una actividad alternativa donde logran mayores
ingresos que en sus actividades originales. Los niveles de vida e ingreso de estos
cooperativistas, son entonces preferidas por ellos mismos a las condiciones de vida e ingresos
de las actividades de donde proceden; generalmente la actividad agrícola. La ayuda al sector
de la minería artesanal tendría mas bien el indeseado efecto de elevar la rentabilidad de este
sector, atrayendo a esta actividad una mayor cantidad de trabajadores, lo que tendería mas bien
a agravar el problema medio-ambiental.27
El principio debe ser entonces, todavía de que aún las operaciones artesanales deben de
cumplir con la normativa ambiental. No obstante, esto llama la atención sobre dos problemas;
a) la posibilidad logística de que el estado pueda hacer cumplir las normas a un sector
informal, móvil, y disperso en un amplio territorio poco accesible; y b) la posibilidad de
economía política de hacer cumplir la ley. El primer problema es de difícil solución, sin
embargo, la descentralización puede ayudar a que los entes locales, que tienen mayor control
sobre su territorio, y son los más interesados en cuidar su entorno, puedan ejercer un mayor
control de las operaciones artesanales.28
26 O a decir de Altamirano (1995) “considerando el valor presente de todos los costos directos e indirectos, tal vez sea menos
caro para la sociedad el cerrar todas las operaciones mineras y dar comida y vivienda a todos los mineros desempleados.”
27 Se ha argumentado que, debido a que la actividad minera artesanal es complementaria a la agrícola, diversificando el
riesgo de las unidades campesinas, y ocupando mano de obra desempleada estacionalmente, la tasa de retorno puede ser
baja, y sin embargo la actividad sería eficiente. Dos observaciones al respecto: a) el costo de oportunidad de la mano de
obra no es cero, pues siempre queda la posibilidad de migración estacional a las ciudades en busca de empleo (lo que
efectivamente sucede); y b) aún cuando una tasa de retorno baja sea aceptada por quienes se dedican a alguna actividad, la
explotación del recurso debe compensar todavía el costo medio ambiental y el costo del recurso. De esta manera, si la
explotación cumple la ley tributaria y las reglas medio-ambientales, será decisión de quienes se dedican a esta explotación
el aceptar continuar con la explotación.
28 Panayotou, refiriéndose a los bosques, opina “por cualquier criterio, tal como costo-efectividad, maximización del valor
presente, o capital, se debe de dar la responsabilidad del manejo de los recursos a muchas comunidades locales o grupos
tribales, e investirlos de la suficiente autoridad, protección y seguridad de tenencia para que esto sea efectivo. (Panayotou,
1993). Este argumento perdería fuerza, si toda la comunidad está integrada de alguna manera a la actividad minera.
44
hacer cumplir estas medidas se puede interpretar como la eliminación de un subsidio a este
sector), por lo que se debe de esperar que estos se opongan a las mismas.29 Dada la fuerza que
han adquirido los mineros artesanales (cooperativistas) es posible que estos puedan resistir
exitosamente la introducción de las medidas ambientales, o que la administración decida que
el costo político de hacer cumplir las normas es demasiado grande.30 En este caso se puede
tratar más bien de desincentivar el sector, o incentivar sectores alternativos (planes de
reconversión).31 Como ya se ha indicado, muchas de las operaciones artesanales reprocesan las
colas de operaciones más grandes. El plan de privatización de Vinto incluye la gestión privada
de los yacimientos de Huanuni y Colquiri. Por otro lado una serie de propiedades de Comibol
serán administradas por el sector privado. Si el traspaso de estas explotaciones determina la
mejora de la eficiencia de la empresa (y por lo tanto las colas poseen menor contenido
metálico), y además se incluyen normas ambientales de manera que personas ajenas a la
explotación no tengan acceso a las colas, se desalentará la actividad artesanal. Lo mismo
ocurriría si las operaciones que se abandonan, cierran sus operaciones de manera de hacer
inaccesibles los yacimientos a terceros. Este tipo de normas deberá estar contenido en una
reglamentación ambiental para el sector minero.
Las operaciones viables deben aún resolver otro problema: su relación con las comunidades
indígenas. Como se vio más arriba el costo de oportunidad del recurso que se explota debe de
ser compensado a la sociedad a la que este pertenece por medio de la tributación. Hasta ahora
la legislación establece que el recurso pertenece al estado, el que puede darlo en concesión, y
cobrar por su uso. No obstante, debido a la estructuración de un movimiento de base étnica, y
el reconocimiento que ha empezado a surgir de los derechos de los pueblos indígenas, las
comunidades indígenas han empezado a reclamar derechos sobre estos recursos, reivindicando
su derecho a participar de los beneficios que genera la explotación de los mismos. Hasta
29 Muchos de los cooperativistas provienen de la ex-Comibol, y han transmitido a las cooperativas la combatividad que
caracterizaba al movimiento sindical minero boliviano.
30 Un punto interesante es que si los cooperativistas mineros son al mismo tiempo agricultores, y por lo tanto generan
contaminación, pero al mismo tiempo son quienes la soportan, entonces no existe en realidad una externalidad. Los costos
ambientales están internalizados, y los agricultores-mineros escogerán el punto óptimo de producción-contaminación, más
allá de las regulaciones ambientales. Sin embargo, aún cuando quienes producen la contaminación sean quienes sufren
mayormente las consecuencias de ésta, la contaminación afecta a otros agentes, por lo que todavía deben cumplirse las
normas ambientales.
31 La única clase de ayuda que se puede dar es aquella ayuda que esté destinada a mitigar el daño ambiental. Este es el caso
de la ayuda que brinda Medmin.
45
ahora, la Nueva Minería ha tratado de “compensar” a las comunidades otorgándoles ciertos
beneficios negociados directamente. Dados los cambios en la legislación que se vienen dando,
este tipo de negociación se hará cada vez en un marco distinto, donde se reconocen la
personería y derechos de los pueblos indígenas. Esto hará que los beneficios que la Minería
ofrece a las comunidades no sean vistas como concesiones, sino como obligaciones de la
empresa minera, por el uso del recurso.
Lo anterior conlleva el riesgo de hacer que las empresas mineras paguen el costo del recurso
dos veces. Para evitar esto debe entonces surgir un sistema que haga que el pago por el uso del
recurso que hacen las empresas por medio de la tributación, llegue a quienes se les reconoce
derechos sobre los mismos (las comunidades indígenas). Las recientes reformas a la
tributación minera y la ley de descentralización, que disponen que las recaudaciones se
distribuyan a los departamentos productores, es un paso en el sentido correcto. Sin embargo el
nivel departamental todavía no asegura la participación de la comunidad en los beneficios, y
es importante pensar en una mayor participación de las municipalidades.
46
ANEXO A
La Fuente de Datos.
La primera base de datos fue conformada en base a encuestas efectuadas en los departamentos
de Potosí y La Paz. Las encuestas en el departamento de Potosí, fueron efectuadas en las
provincias de Chayanta, Bustillos, Alonzo de Ibañez, Charcas y Bilbao Rioja (todas ellas
ubicadas en el norte de Potosí), los meses de abril, mayo, junio, agosto y septiembre de 1995.
La hoja de encuestas utilizada tiene el título de: “Inventariación de yacimientos auríferos en el
norte de Potosí” .
La base de datos fue conformada en base a los códigos de respuesta de la hoja “Inventariación
de yacimientos auríferos en el Norte de Potosí”. Debe notarse que en las hojas de encuestas
del departamento de La Paz, los códigos de respuesta no coinciden exactamente con los
códigos del departamento de Potosí.
Esta segunda base de datos, fue conformada en base a encuestas realizadas únicamente en el
departamento de La Paz; en las provincias de Larecaja y Sud Yungas (donde las regiones más
importantes son Teoponte y Tipuani). Dichas encuestas fueron realizadas en su mayoría a
pobladores, cooperativistas y barranquilleros de la región del rió Kaka. No se especifica la
fecha en que fueron realizadas.
47
La base se conforma con la información contenida en la hoja de encuesta titulada: “Guía para
las entrevistas con pobladores de la región del río Kaka”. El resto de las hojas de encuestas,
lleva los títulos de: “Guía para las entrevistas con Barranquilleros de la región del río Kaka“,
“Hoja de interpretación para las entrevistas con barranquilleros de la región del río Kaka” ,
“Guía para las entrevistas con Cooperativistas de la región del río Kaka”.
48
A N E X O B
Operaciones mineras
1-5 11 8.0%
6 - 10 30 21.9%
11 - 15 12 8.8%
16 - 20 3 2.2%
26 - 30 3 2.2%
31 - 35 1 0.7%
36 - 40 3 2.2%
más de 40 3 2.2%
Tonelaje extraído
1 - 100 55 40.1%
49
Mecanización del Ingenio
Frecuencia Porcentaje
Mecanizado 9 6.6%
Semimecanizado 22 16.1%
Rústico 97 70.8%
Trabajadores permanentes
Existen 32 23.4%
Trabajadores eventuales
Existen 64 46.7%
No existe 73 53.3%
50
Método de explotación-Rajo abierto
Frecuencia Porcentaje
Rajo abierto 35 25.5%
Otros métodos 81 59.1%
Inf. no disp. 21 15.3%
Total 137 100.0%
Método de explotación-Pirquín
Frecuencia Porcentaje
Pirquín 16 11.7%
Otros métodos 100 73.0%
Inf no disp. 21 15.3%
Total 137 100.0%
Método de explotación-Cuadro-
Galería
Frecuencia Porcentaje
Cuadro-galería 95 69.3%
Otros métodos 21 15.3%
Inf. no disp. 21 15.3%
Total 137 100.0%
Método de explotación-Acopio
Frecuencia Porcentaje
Acopio 10 7.3%
Otros métodos 106 77.4%
Inf. no disp. 21 15.4%
Total 137 100.0%
Asistencia técnica en mina
Existe o no Frecuencia Porcentaje
Existe 3 2.2%
No existe 134 97.8%
Total 137 100.0%
51
Tonelaje Sistema de explotación
extraido Ton/mes Mecanizado Semimecanizado Manual Inf. no disp. Total
1- 100 2 17 36 - 55
101 - 200 1 7 5 - 13
201 - 500 - 6 2 - 8
501 - 1000 1 1 2 - 4
1001 - 3000 2 4 2 - 8
3001 - 6000 1 1 1 - 3
más de 6000 11 - 1 - 12
No disponible 5 6 22 1 34
Total 23 42 71 1 137
Fuente: Elaboración propia, en base a encuestas de MEDMIN.
52
Tonelaje Trabajadores técnicos
extraido Ton/mes Existen No existen Total
1- 100 - 55 55
101 - 200 - 13 13
201 - 500 - 8 8
501 - 1000 2 2 4
1001 - 3000 2 6 8
3001 - 6000 2 1 3
más de 6000 4 8 12
No disponible 3 31 34
Total 13 124 137
53
Tonelaje Uso y consumo de Insumos-Explosivos
extraido Ton/mes Explosivos Otros insumos No disp. Total
1- 100 31 20 4 55
101 - 200 5 6 2 13
201 - 500 4 4 - 8
501 - 1000 3 - 1 4
1001 - 3000 7 - 1 8
3001 - 6000 3 - - 3
más de 6000 7 4 1 12
No disponible 22 5 7 34
Total 82 39 16 137
Fuente: Elaboración propia, en base a encuestas de MEDMIN.
54
Tonelaje Uso y consumo de Insumos-Ácidos
extraido Ton/mes Ácidos Otros insumos No disp. Total
1- 100 2 49 4 55
101 - 200 1 10 2 13
201 - 500 - 8 - 8
501 - 1000 - 3 1 4
1001 - 3000 - 7 1 8
3001 - 6000 - 3 - 3
más de 6000 4 7 1 12
No disponible - 27 7 34
Total 7 114 16 137
Tonelaje Explotación
extraído Ton/mes Permanente Temporal No disp. Total
1- 100 17 21 17 55
101 - 200 4 2 7 13
201 - 500 2 2 4 8
501 - 1000 2 2 - 4
1001 - 3000 5 3 - 8
3001 - 6000 3 - - 3
más de 6000 8 3 1 12
No disponible 9 22 3 34
Total 50 55 32 137
55
Tonelaje Trabajadores permanentes
extraido Ton/mes Existe No existe Total
1- 100 - 55 55
101 - 200 1 12 13
201 - 500 3 5 8
501 - 1000 1 3 4
1001 - 3000 7 1 8
3001 - 6000 2 1 3
más de 6000 10 2 12
No disponible 8 26 34
Total 32 105 137
Económicos 29 63.0%
Familiares 5 10.9%
Salud 2 43.0%
Total 46 100.0%
56
Otro domicilio de socios cooperativistas
Mayaya 2 4.3%
Rurenabaque 1 2.2%
Teoponte 6 13.0%
La Paz 10 21.7%
Reyes 1 2.2%
Guanay 2 4.3%
Oruro 1 2.2%
Sapecho 1 2.2%
Total 46 100.0%
Barranquillero 5 10.9%
Agricultor 12 26.1%
Comercio 2 4.3%
Magisterio 1 2.2%
Total 1 100.0%
57
Actividad Secundaria de Socios cooperativistas
Pesca 1 2.2%
Total 46 100.0%
Frecuencia Porcentaje
Socio 3 4.5%
No es socio 27 40.3%
Total 67 100.0%
Total 67 100%
58
Motivo de migración de los barranquilleros
Familiares 14 20.9%
Económicas 8 11.9%
No existen vías de comunicación 1 4.5%
Inf. no disponible 27 40.3%
Total 67 100.0%
Total 13 100.0%
59
ANEXO C
La medición de los costos e ingresos de las cooperativas mineras es sumamente difícil. Dada sus
deficientes estructuras administrativas, no cuentan en general sistemas de control de costos. A
esto de añadirse que la misma forma de organización de las cooperativas tradicionales, que
agrupan a grandes cantidades de socios, y cuadrillas autogestionarias, que dificulta el poder
observar los costos. Las cooperativas auríferas, por lo general son pequeñas unidades productivas
de no más de 40 personas en promedio, por ese hecho los costos de operación son más fáciles de
determinar. En lo que sigue se trata de determinar los costos e ingresos de operación para varias
cooperativas, con datos obtenidos en los mismos centros de trabajo. El análisis se hace tanto para
cooperativas tradicionales, como para cooperativas auríferas. En cada caso se analiza la estructura
de costos según la forma de explotación: manual, semi-mecanizada, y mecanizada.
Según datos estadísticos FENCOMIN, el 50% de las cooperativas tradicionales y el 60% de las
auríferas trabajan con sistemas manuales. Este sistema, se caracteriza por el uso intensivo de la
fuerza humana, donde sólo se utilizan herramientas como la pala, la picota, los barrenos, combos,
carretillas.
El 41% de las cooperativas tradicionales y 21% de las auríferas trabajan con métodos
semimecanizados. Entendemos como método semi-mecanizado a aquel proceso en el que se
utiliza alguna maquinaria para efectuar las labores mineras. Algunas de estas cooperativas han
mecanizado parte de la explotación, utilizando para ello compresora y perforadoras, otros poseen
un winche y carros metaleros para la extracción de carga. En otros casos se ha mecanizado el
proceso de concentración, disponiéndose de una chancadora, molino, o una criba. A veces se
cuenta con una planta pequeña de beneficio de minerales.
Las cooperativas mineras se proveen de insumos y equipos en el mercado local. Los precios de
los mismos aparecen en los cuadros 1 y 2. El cálculo de los costos que sigue se basa en los
precios que se detallan en los mismos. Se debe considerar si embargo que, dado que algunas
cooperativas se hallan ubicadas a mucha distancia de los centros de venta de insumos y
materiales, los costos se elevan, al grado de que en muchos casos se duplican o triplican.
60
CUADRO No. 1
PRECIOS PROMEDIO DE LOS MATERIALES,
COMBUSTIBLES Y HERRAMIENTAS
(Dólares americanos)
D E T A L L E UNIDAD PRECIO
UNITARIO
Dinamita 7/8" x 8" Pza. 0.30
Fulminante Pza. 0.14
Guía Metro 0.15
Nitrato de amonio Kilo 0.40
Picota Pza. 7.00
Pala Pza. 5.00
Barreno ochavado Pza. 15.00
Combo 6 lbs. Pza. 5.00
Carretilla Pza. 60.00
Mercurio Kilo 25.00
Gasolina Litro 0.40
Diesel Litro 0.40
Aceites Litro 1.15
Grasas Kilo 3.20
CUADRO No. 2
PRECIOS PROMEDIO DE MAQUINARIA Y EQUIPOS
(Dólares americanos)
D E T A L L E UNIDAD PRECIO
UNITARIO
Bomba estacionaria 3" Pza. 2.500
Bomba sumergible 4" Pza. 2.500
Carro metalero 1,5 tn Pza. 1.500
Cañería p'aire 2" Metro 6
Línea De Cauville 20 lb. Metro 22
Pala mecánica int. mina Pza. 42.000
Compresora a diesel A.C Pza. 36.000
Perforadora Pza. 2.700
Motobomba 6" x 6" Pza. 3.500
Pala cargadora Pza. 80.000
Retroexcavadora Pza. 90.000
Tractor a orugas Pza. 150.000
Grupo electrógeno 120KVA Pza. 36.000
Volqueta 6 m3 Pza. 50.000
El cuadro 3 muestra los costos de operación de las cooperativas auríferas que explotan el mineral
de forma manual en yacimientos primarios. El cuadro 4 muestra los costos para el caso de
yacimientos aluviales.
61
CUADRO No. 3
SUBTOTAL 370.50
SALARIOS (1)
6 personas interior mina 1.200.00
3 personas lavadero 60.00
SUBTOTAL 1.800.00
El cuadro 5 muestra los costos de operación para una explotación primaria de oro que ha
mecanizado la perforación. El cuadro 6 muestra los costos de operación de una explotación
primaria de oro que ha mecanizado la concentración del mineral.
62
CUADRO No. 4
ESTRUCTURA DE GASTOS OPERACIONES MINERAS AURÍFERAS
DE YACIMIENTOS ALUVIONALES
(Dólares americanos)
SUBTOTAL 286.50
SALARIOS (1)
6 personas interior mina 900.00
3 personas lavadero 450.00
SUBTOTAL 1.350.00
CUADRO No. 5
63
ESTRUCTURA DE GASTOS OPERACIONES MINERAS DE YACIMIENTOS
DE VETA UTILIZANDO PERFORACIÓN MECANIZADA
(Dólares americanos)
SUBTOTAL 1.707.20
SALARIOS (1)
18 personas interior mina 2.700.00
6 personas lavadero 900.00
SUBTOTAL 3.600.00
64
CUADRO No. 6
ESTRUCTURA DE GASTOS OPERACIONES
MINERAS DE YACIMIENTOS DE VETA
UTILIZANDO CONCENTRACIÓN MECANIZADA
(Dólares americanos)
SUBTOTAL 2.160.20
SALARIOS (1)
6 personas interior mina 2.700.00
3 personas lavadero 900.00
SUBTOTAL 3.600.00
6.260.20
TOTAL GENERAL
El cuadro 7 muestra los costos para operaciones que trabajan en yacimientos aluvionales de oro, y
que han mecanizado la extracción del mineral. Si la explotación se realiza en terrazas y cauces
antiguos, por lo general se utilizan sistemas subterráneos de galerías y cuadros, lo que incrementa
los costos por el uso de winches y energía eléctrica, por lo que al costo de la operación debe
añadirse los que aparecen en el cuadro 8.
Son muy pocas las cooperativas mecanizadas. Sólo las cooperativas ubicadas en el sector de
Yani, que explotan vetas auríferas, y las que trabajan en yacimientos aluviales en las
proximidades de río Tipuani, pueden ser consideradas explotaciones mecanizadas. En las
operaciones mecanizadas tanto la perforación, como la extracción de carga y el beneficio de
minerales está mecanizado. Aún en este caso subsiste alguna operación manual: el sistema de
65
carguio en el interior mina, el empuje de los carros metaleros. Ya en superficie (canchamina), la
carga es escogida manualmente. Los cuarzos que poseen oro visible, son separados, para
posteriormente recuperar el oro. En tanto que la carga restante, es llevada al ingenio para su
procesamiento.
Las plantas de concentración que poseen estas cooperativas tienen una capacidad de 20 a 50
T.M.D. Para el cálculo del costo de operación se considera una cooperativa que trata 20 T.M.D.,
trabajando en dos turnos en la mina y en tres turnos en el ingenio. El cuadro 9 muestra los costos
de operación de una explotación mecanizada en un yacimiento primario, mientras que el cuadro
10 muestra los costos para un yacimiento aluvional.
CUADRO No. 7
ESTRUCTURA DE GASTOS OPERACIONES
MINERAS DE YACIMIENTOS (TERRAZAS)
UTILIZANDO PERFORACIÓN MECANIZADA
(Dólares americanos)
SALARIOS (1)
18 personas interior mina 2.700.00
6 personas lavadero 900.00
SUBTOTAL 3.600.00
66
Cuadro 8
Yacimientos de Veta Mecanizados (Dólares americanos)
GASTO MENSUAL
40 mt. desarrollo cuadro 100.00
1 pz. winche cap. 1 ton. 50.00
1 pz. generador eléctrico 200.00
2 pz. carro metaleros 50.00
2 pz. bombas estacionaria 25.00
1 pz. bomba sumergible 35.00
1200 lt. Diesel 480.00
mantenimiento equipo 150.00
repuestos 50.00
SUBTOTAL 1.140.00
CUADRO No. 9
SUBTOTAL 5.178.70
SALARIOS (1)
36 personas interior mina 5.400.00
12 personas lavadero 1.800.00
SUBTOTAL 7.200.00
67
CUADRO No. 10
GASTO
MENSUAL
1 pz. tractor a orugas 1.250.00
1 pz. pala cargadora 666.70
1 pz. Retroexcavadora 750.00
1 pz. Grupo electrógeno 300.00
1 pz. Volqueta 6 m3 416.70
1 pz. Criba vibratoria 133.30
1 pz. Canaleta c/alfombras 25.00
3 pz. motobombas 6 plg. 150.00
20,000 lts. diesel 8.000.00
200 lts. Aceite SAE 30/40 240.00
2 pz. chua 0.50
madera 100.00
Mantenimiento maq. 1.800.00
repuestos varios 1.000.00
gastos varios 1.000.00
SUBTOTAL 15.832.20
SALARIOS (1)
12 operadores maquinaria 4.800.00
9 encargados criba 1.800.00
6 personas en lavadero 1.200.00
12 ayudantes operadores 1.800.00
30 peones 4.500.00
12 personal admción y mec. 1.800.00
SUBTOTAL 15.900.00
TRANSPORTE SUBTOTAL 1.500.00
TOTAL GENERAL 22.232.20
El cuadro 11 muestra los costos de operación para una cuadrilla compuesta por 10 personas que
explota estaño en forma manual. El cuadro 12 muestra los costos de explotación para una
operación que ha mecanizado en la fase de perforación y extracción de carga.
68
CUADRO No. 11
GASTO
MENSUAL
Barrenos ochavados 15.00
Combos de 6 lbs. 5.00
Palas 10.00
Picotas 7.00
Explosivos 80.00
Carretillas 58.00
Fulminantes No. 6 28.00
Guía blanca 30.00
Nitrato de amonio 40.00
Diesel 2.00
Champalavadora 25.00
Maritales 5.00
Cedazos dif. Números 20.00
Winches manuales 35.00
Mantenimiento 10.00
Otros gastos 5.00
SUBTOTAL 375.00
SALARIOS
6 personas interior mina 600.00
4 personal ingenio rúst. 400.00
SUBTOTAL 1.000.00
El cuadro 13 muestra los costos de explotación de estaño de una cuadrilla que ha mecanizado la
fase de explotación. En este caso la cooperativa, que posee un ingenio mecanizado, da el mismo
en alquiler a la cuadrilla, para el tratamiento de su carga. El proceso de explotación es el
siguiente: efectuada la perforación, en interior mina, los cooperativistas realizan un escogido
manual, produciendo 3 productos. El primer producto es procesado en los ingenios rústicos. El
segundo producto que se lleva al ingenio mecanizado de la cooperativa. El tercer tipo de carga
que es bastante pobre quedándose dentro de la mina como relleno de labores antiguas.
69
CUADRO No. 12
SUBTOTAL 1.912.80
SALARIOS
27 personas en explotación 4.05000
9 personas en lavadero 1.350.00
SUBTOTAL 5.400.00
CUADRO No. 13
ESTRUCTURA DE GASTOS OPERACIONES
MINERAS DE YACIMIENTOS DE VETA
UTILIZANDO PERFORACIÓN MECANIZADA
(Dólares americanos)
GASTO MENSUAL
70
El alquiler de la planta de tratamiento por la cuadrilla, corresponde a 200 T.M.B.(toneladas
métricas brutas), que en el caso del Ingenio ubicado en el distrito de Siglo XX, trata no más de 30
T.M.D. (tonelada métrica por día), con leyes de entre 1,5 a 3% de estaño. El costo por tonelada
métrica tratada es de 24 $us. En el caso de complejos de zinc-plata, los cooperativistas no
realizan el proceso de beneficio de minerales, sino que lo entregan a los ingenios particulares con
leyes entre 10 y 15 % Zn y 4 DM Ag.
Basados en los anteriores datos se calcula la producción y el ingreso bruto mensual de las
cooperativas auríferas, los que aparecen en el cuadro 14. Al ingreso bruto deben de descontarse
los costos de comercialización, que alcanzan hasta un 15% del valor del precio internacional en el
caso del oro, para obtener el ingreso neto. Restándole a este los costos de operación obtenemos la
utilidad que aparece en la última columna del cuadro.
CUADRO No. 14
71
3.2 Producción e Ingreso de Cooperativas Tradicionales.-
La producción de wolfram que se considera es la de una cuadrilla, que ha alquilado el ingenio por
200 T.M.B. En este caso el tipo de explotación es mecanizada, la producción alcanza a 300
kilos/mes/socio con ley de 70%. En el caso del antimonio se considera una explotación
manual, con una producción de 250 kilos/mes/socio de concentrado, con ley de 60% Sb. En el
caso de complejos, se considera una explotación que ha mecanizado la perforación, y que
produce 200 toneladas al mes.
Los costos de comercialización están en función de las leyes. A mayor ley menor costo de
comercialización. Para el estaño este costo está entre 30 y 60 % del valor bruto de la producción,
para el wolfram entre 30 y 50%, para el antimonio entre 40 y 70, y para los complejos varia entre
50 y 90 %.
Basados en los anteriores datos, el cuadro 15 muestra las utilidades de las cooperativas
tradicionales, para diversos tipos de explotación y mineral.
CUADRO No. 15
2.WOLFRAM (1)
.MECANIZADO 4.20 50.00 20.668.31 14.467.82 12.612.80 1.855.02
3.ANTIMONIO(2)
MANUAL 1.50 25.00 3.690.77 1.845.38 1.410.00 435.38
4.ZINC-PLATA(3) 0.46
SEMI. MECANIZ 200.00 4.80 31.067.54 9.320.26 7.812.80 1.507.46
72
ANEXO D
La economía jurídica de los países de la región ha incorporado, aunque con diferencias en sus
alcances, tanto en el marco legislativo como administrativo, y más allá de cualquier consideración
sobre la cantidad de la población indígena, el reconocimiento a los derechos de la población
indígena, otorgado en tanto pueblos, además de aquellos que les corresponden como ciudadanos
de cada país. Este reconocimiento y la otorgación de un estatuto específico en tanto grupos o
pueblos indígenas tienen su fuente, en casi todos los casos, en mandatos Constitucionales. En
varios países se han dictado leyes específicas para la población indígena. También, dentro del
aparato gubernamental se han creado instituciones encargadas de su cumplimiento y seguimiento
de estos mandatos, sirviendo de nexo entre estas poblaciones y el gobierno.
Parte esencial de este proceso de incorporación de los derechos de los pueblos indígenas a la
institucionalidad de los países de la región, y sus políticas sociales, se basa en el reconocimiento
de las condiciones desventajosas en que se encuentran estas poblaciones. En muchos de nuestros
países, los indígenas constituyen uno de los grupos con los peores índices del desarrollo humano,
siendo considerados por ello los grupos o sectores más vulnerables.
73
En similar sentido se pronuncia la Tercera Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado
y de Gobierno, realizada en Salvador de Bahía, Brasil, agregando que "nuestros países han
luchado por abolir todo tipo de discriminación por razones de raza, de religión o de origen
y otras formas de intolerancia"
74
Finalmente, es importante mostrar los puntos centrales del Convenio 169 de la O.I.T. de 1989,
que fue suscrito por el gobierno boliviano en 1989 y que, siguiendo el procedimiento para el
tratamiento de instrumentos internacionales, fue ratificado por el Congreso Nacional en Junio de
1991 mediante Ley No.1267. A diferencia de los demás instrumentos internacionales, este
Convenio ratificado asume la naturaleza de instrumento jurídico vinculante (Arango, 1994).
Veremos algunos puntos referidos a la consulta y participación indígena, el territorio y los
recursos naturales.
Una primera obligación contraída por el Gobierno de Bolivia es "salvaguardar las personas, las
instituciones, los bienes, el trabajo y el medio ambiente de los pueblos interesados" (Art.4). En la
aplicación de estas disposiciones, el Gobierno debe adoptar, con la participación y cooperación de
ellos, las medidas encaminadas a allanar las dificultades que experimenten al enfrentar nuevas
condiciones de vida y trabajo (Art. 5). Igualmente pertinente es la disposición referida a la
necesidad de "velar por que se efectúen estudios, en cooperación con los pueblos interesados, a
fin de evaluar la incidencia social, espiritual y cultural y sobre el medio ambiente que las
actividades de desarrollo previstas puedan tener sobre esos pueblos. Los resultados de estos
estudios deben ser considerados como criterios fundamentales para la ejecución de las actividades
mencionadas" (Art. 7,Inc.3).
Varios de estos principios han sido tomados y desarrollados tanto por la Constitución como por
leyes especiales, como veremos seguidamente.
No es posible hacer aquí una revisión exhaustiva del conjunto de disposiciones legales que
definen derechos para los pueblos indígenas. Sin embargo analizaremos las contenidas en la
Constitución Política, las leyes relativas al medio ambiente y el uso de los recursos naturales
vinculadas a los derechos indígenas y, finalmente, el marco institucional del relacionamiento
entre el gobierno y las organizaciones indígenas, con énfasis en la Ley de Participación Popular.
Es importante tener en cuenta que la normativa en favor de los indígenas, además de ser reciente,
no está contenida en un solo cuerpo legal, como sucede , por ejemplo en Brasil o Paraguay (
Estatuto do Indio, Estatuto Indígena, etc.) Como veremos, se trata mas bien de normas incluidas
en varias disposiciones jurídicas (Leyes, Decretos, etc.) relativas a temas sectoriales.
75
2.1 Derechos Constitucionales otorgados a los Pueblos Indígenas.
La Constitución Política del Estado, reformada en 1994, por primera vez en la historia del país
define a Bolivia como una República unitaria, independiente, soberana, multiétnica y
pluricultural., abriendo así nuevos ámbitos jurídicos de aplicación futura y progresiva en el
conjunto de la normativa e institucional.
Como antecedente, es importante recordar que las Constituciones y la legislación anterior sólo
reconocían la existencia de las comunidades campesinas, desconociendo así su naturaleza y
especificidad étnica. Este enfoque implicó, en lo normativo y los hechos, un tratamiento
diferenciado e inequitativo que, en cierto modo favorecía a aquellas comunidades que eran
asimiladas y/o comprendidas como campesinas, diferenciándose de las comunidades de la
mayor parte de los pueblos indígenas de cazadores-recolectores de la cuenca Amazónica y del
Plata.
En el caso de las comunidades Quechua y Aymara del Altiplano y Valles, que constituyen la
mayoría de la población boliviana, la Constitución y las Leyes les reconocían los derechos a la
propiedad colectiva, en los términos que después desarrollaría la Ley de Reforma Agraria,
distinguiendo los tres tipos de comunidad que analizamos anteriormente. Exceptuando las
comunidades de los pueblos cazadores-recolectores, las comunidades indígenas para acceder a la
tierra se declararon como comunidades campesinas y en tal carácter fueron dotadas.
"Se reconocen, respetan y protegen en el marco de la Ley los derechos sociales, económicos
y culturales de los pueblos indígenas que habitan en el territorio nacional y especialmente los
relativos a sus tierras comunitarias de origen, garantizando el uso y aprovechamiento de los
recursos naturales, a su identidad, valores, lenguas, costumbres e instituciones".
Analizaremos rápidamente los puntos principales del artículo anterior a fin de visualizar las
características que podrían asumir las demandas indígenas respecto a eventuales conflictos
relacionados con el medio ambiente y la contaminación ambiental.
i) La Tierra
Uno de los aspectos capitales del Artículo citado se refiere al reconocimiento, respeto y
protección de los pueblos y comunidades indígenas respecto a "sus tierras comunitarias de
origen". Esta disposición tiene dos connotaciones importantes: primero, el carácter comunitario
de la propiedad de la tierra y su naturaleza jurídica fundada en el reconocimiento que se tratan
de tierras "de origen". Respecto a lo primero, en concordancia de disposiciones especiales sobre
la materia, la propiedad comunal está protegida en tanto está declarada inalienable, inembargable
e imprescriptible. La calificación Constitucional de "originarias" a las tierras comunitarias
indígenas, implica que el Estado no otorga estas tierras sino que, más bien, reconoce los derechos
preexistentes de los pueblos indígenas sobre tierras que tradicionalmente habitan y ocupan, lo que
abre un amplio campo a las reivindicaciones sobre las tierras fiscales, baldías y otras.
76
Sin embargo, este reconocimiento no tiene los alcances de la propuesta indígena contenida en el
"Proyecto de Ley Indígena del Oriente, Chaco y Amazonía", elaborado por la
CONFEDERACIÓN INDÍGENA DEL ORIENTE, CHACO Y AMAZONÍA DE BOLIVIA
(CIDOB) y presentado al Congreso de Bolivia en 1992. Se define al territorio como "las tierras
ocupadas y poseídas por los pueblos indígenas, las que constituyen su hábitat, su espacio
económico, las utilizadas para actividades de producción, caza, pesca y recolección, incluyendo
aquellas necesarias para la preservación de los ecosistemas y recursos naturales; áreas
imprescindibles para la generación, sustentación y sostenimiento de una capacidad de población
humana, que garantice su crecimiento y desarrollo".
Esta definición tiene implícito el reconocimiento de derechos no solamente sobre el suelo sino
sobre los recursos naturales renovables y no renovables y, particularmente, a gobernarse con
autonomía en una jurisdicción territorial. Respecto a los recursos naturales, el Artículo
Constitucional que comentamos sustituyó las palabras "sus recursos" de la versión previamente
discutida por el Congreso por “los recursos”. Por ello, aunque el Estado garantiza el uso y
aprovechamiento de estos recursos no modifica el principio vigente según el cual estos recursos
de dominio originario del Estado, y en tal condición pueden ser cedidos a particulares a diverso
título.
Desde luego que varias organizaciones indígenas ya tenían personería jurídica, en tanto
asociaciones privadas y en el marco del derecho privado. Aunque está en discusión la
naturaleza de la personalidad jurídica reconocida por la Constitución, a la luz de la Ley de
Participación Popular que veremos después, varios autores señalan que es una personalidad
jurídica de derecho público.
77
iv El derecho consuetudinario indígena.
Aunque se establece que será una ley posterior la que deberá definir y reglamentar este
mandato, varios juristas (Arango, 1994; Vacaflor, 1995; y Vadillo ,1994) al mismo tiempo
que señalan la ambigüedad del texto constitucional coinciden en que se trata de un
reconocimiento tácito al derecho consuetudinario indígena. Este mandato constitucional en
tanto toca aspectos de una enorme complejidad, deberá ser desarrollado por disposiciones
expresas respecto a la relación entre las normas positivas y las de carácter consuetudinario,
el tipo de las funciones administrativas y su aplicación subsidiaria o complementaria
(Vacaflor, 1995)
La Constitución Política antes de la Reforma disponía que una de las condiciones para ser
elegido era saber leer y escribir. Aunque de una manera indirecta, esta constituía una
restricción que afectaba a los indígenas, es decir a la mayoría de la población boliviana, que
por ello solamente podía ser elector y no elegido. Implicaba desconocer, además, que el
analfabetismo era el resultado de una inequitativa estructura en el acceso a los servicios
educativos, consolidándose así su marginamiento y dominación. El Art. 221 reformado al
disponer que "Son elegibles los ciudadanos que reúnan los requisitos establecidos por la
Constitución y la ley" elimina la restricción anterior y en concordancia con las atribuciones
definidas por la Ley de Participación Popular y abre amplias posibilidades a la
participación política de los indígenas como elegidos y electores.
78
Las elecciones municipales de diciembre de 1995 han mostrado una activa participación
indígena con candidatos indígenas para Alcaldes y Concejales, particularmente en las
Tierras Bajas, en las comunidades Guaraní, Chiquitanas y Guarayas de la región del
Oriente. Por primera vez en la historia de estos pueblos, a través de su organización matriz,
el CIDOB, han elaborado una estrategia política de participación en las elecciones
municipales con candidatos propios. Aunque estos tuvieron que presentarse con las siglas
de los partidos políticos reconocidos como disponen las leyes, la estrategia incluyó la
negociación con ellos para la utilización de sus siglas.
Hay sin embargo varios condicionantes que limitan el pleno ejercicio de los derechos
políticos de la población indígena. Como señalan varios autores (Arango, 1994;
Marinissen, 1995; Vadillo, 1994) la disposición constitucional que establece que la
representación popular se ejerce a través de los partidos políticos, los Concejales
Municipales y los Agentes Cantonales, elegidos mediante sufragio en elecciones generales
y con candidatos elegidos por los partidos políticos, limita, en los hechos, el grado de
participación de candidatos indígenas. La necesidad de ser nominado por un partido y no
directamente por sus organizaciones podría ser un mecanismo que profundizaría las
prácticas de clientelismo político. Hay, además, otro hecho que aunque es solucionable en
el mediano plazo, afecta el ejercicio político y es que un amplio porcentaje de la población
indígena no tiene documentos de identidad, por lo que están impedidos de sufragar.
" Son de dominio originario del Estado, además de los bienes a los que la ley
les da esa calidad, el suelo y el subsuelo con todas sus riquezas naturales, las
aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como los elementos y fuerzas
físicas susceptibles de aprovechamiento. La Ley establecerá las condiciones de
este dominio, así como las de su concesión y adjudicación a los particulares".
(Art. 136 CPE).
Jurídica y conceptualmente implica por tanto que cada uno de los recursos naturales, en tanto no
están concebidos como componentes de un sistema ecológico sino aisladamente, pueden ser
concedidos o adjudicados, a diverso título, a las personas, individuales o colectivas. Esta
concepción, cuyo resultado más evidente es la desintegración de los sistemas naturales, no sólo
imposibilita el desarrollo de acciones integradas sino que convierte el concepto de territorio, en
los términos concebidos por los pueblos indígena más cercano al de sistema ecológico, en una
propuesta inviable tanto jurídica como prácticamente. A modo de ejemplo, significa que el dueño
del suelo no es dueño del sobre-suelo: una concesión forestal aún en los términos de la
recientemente aprobada, podría ser establecida en tierras cuya titular es una persona distinta.
Sobre esta base Constitucional, el sistema legal sobre el medio ambiente y los recursos naturales
está fundado en el precepto que ambos constituyen patrimonio de la Nación, y que su protección
y aprovechamiento son de orden público, interés social, económico y cultural (Arts. 3 y 4 de la
Ley del Medio Ambiente (27/IV/1992)).
79
Institucionalmente, el Ministerio de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente (creado con la
reforma del Ejecutivo en 1993) es el "órgano rector de todo lo inherente al desarrollo armónico
del país, articulando los aspectos humanos, la calidad ambiental, el mantenimiento y recuperación
de los recursos naturales renovables y el aprovechamiento económico racional" (Art. 20, Ley de
Ministerios (LM).) Para ello, puede "programar el uso y administrar los recursos agua, aire y
tierra con sus diferentes vocaciones de uso que son patrimonio del Estado, y regular su
aprovechamiento en el marco del manejo integral de cuencas" (Art. 20 Inc. d.). Asimismo,
"establecer normas respecto al impacto ambiental a los que deben sujetarse los proyectos de
inversión públicos y privados..." (Inc. e); también promover proyectos de protección ambiental,
recuperación de cuencas, uso múltiple de recursos naturales..." (Inc. g). Está conformado por dos
Secretarías Nacionales: la de Planificación y la de Recursos Naturales y Gestión Ambiental. Esta
última con las Subsecretarías de Calidad Ambiental, Recursos Naturales y de Promoción
Ambiental. A partir de la Ley de Descentralización Administrativa, cada Departamento tendrá
una Secretaría Departamental de Desarrollo Sostenible.
Veremos a continuación las disposiciones legales relativas a los recursos naturales no-
renovables, que no tienen disposiciones específicas para las poblaciones indígenas, a diferencia
de la legislación sobre los recursos renovables que, en los últimos años, incorporó importantes
disposiciones expresas en su favor.
No hay , por tanto, ninguna disposición que pueda apoyar demandas de los pueblos y
comunidades indígenas respecto a beneficios que podrían derivarse de la explotación de los
recursos naturales no renovables realizados en las tierras y/o territorios de los que son
propietarios. En el caso de daños y perjuicios que provengan de la actividad minera en
comunidades indígenas, el Código Minero no establece procedimientos ni características
específicas para daños que atenten contra la naturaleza específica de las comunidades indígenas
y los derechos que la Constitución les reconoce en tanto pueblos.
En relación a los recursos naturales renovables la Ley del Medio Ambiente (LMA) de 1992,
define que el uso por particulares de "los recursos bióticos, flora y fauna, y los abióticos como el
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agua, el aire y el suelo” constituye un derecho que el Estado garantiza, supeditándolo al interés
colectivo y la aplicación del uso sostenible (Art.33 LMA). Aunque no están expresamente
nombrados, los pueblos indígenas están considerados en su derecho en tanto dispone que las
normas que regulan las condiciones y prioridades para adquirir dichos derechos de uso deberán
tomar en cuenta, entre otros, aspectos de orden social y cultural (Art. 34); disposición que
complementándose con el mandato de implementar y fomentar programas de uso y manejo
integral en favor de las comunidades campesinas y los pueblos indígenas.
La Ley de Vida Silvestre, Parques Nacionales, Caza y Pesca de 1975, aún vigente,
establece que la persona natural o jurídica que explote, procese , posea o en cualquier forma
aproveche animales silvestres o sus productos o artículos para la caza, queda obligada a su
registro, información y su control (Art. 39). La caza doméstica y de subsistencia está
permitida, si es que se trata de "la que se practica para cubrir las necesidades alimenticias,
vestido y protección del cazador y su familia. Están involucrados en este beneficio las
“tribus nativas” y los habitantes permanentes, no así los colonizadores espontáneos ni
dirigidos, ni los contratados temporalmente por empresas de cualquier índole que estarán
sujetos a reglamentación especial" (Art. 47). Sin embargo, las comunidades indígenas que
quisieran realizar aprovechamiento comercial de la fauna silvestre que se encuentre en las
áreas de las que son propietarios o poseedores, deberán sujetarse a las disposiciones
especiales sobre la materia.
La ley forestal cambia también el régimen de concesiones forestales. En la Ley anterior las
concesiones podían establecerse en cualquier área que hubiese dio declarada de
aprovechamiento forestal, sin importar los derechos de particulares sobre el suelo. La Ley
Forestal actual establece que el derecho exclusivo de aprovechamiento de recursos
forestales se hará en áreas específicamente delimitadas de tierras fiscales. Asimismo
dispone que las comunidades establecidas según los términos de la Ley de Participación
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Popular tendrán prioridad para el otorgamiento de concesiones forestales en tierras fiscales
de producción permanente. Complementariamente, las comunidades podrán, en el ámbito
de su propiedad privada y en tierras comunitarias de origen, adquirir la autorización para el
aprovechamiento forestal en las mismas.
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sus derechos sobre la tierra y el territorio (en términos de la Constitución, sobre sus tierras
comunitarias de origen) no tenían este reconocimiento, las demandas y reclamos sobre
contaminación o uso indiscriminado y arbitrario de los recursos naturales renovables no
tenían sino débiles asideros de legalidad. A esto hay que agregar que es muy reciente la
aparición de un nuevo estatuto de tenencia : el Territorio Indígena.
La Ley del Medio Ambiente constituye la base normativa de la definición y gestión de las
áreas naturales protegidas, ya que aun no ha sido promulgada la Ley de la Diversidad
Biológica, cuyo Proyecto se encuentra en el Senado. La Ley del Medio Ambiente crea el
Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) compuesto por el conjunto de áreas
categorizadas y relacionadas entre sí en su protección y manejo. Su organización está ahora
a cargo de la Dirección Nacional de Áreas Protegidas y Biodiversidad dependiente de la
Secretaría Nacional Medio Ambiente y Recursos Naturales, del Ministerio de Desarrollo
Sostenible y Medio Ambiente (antes el responsable era el Centro de Desarrollo Forestal).
La Ley del Medio ambiente señala dos aspectos importantes referidos a las poblaciones
indígenas y las áreas protegidas:
Aún no se ha promulgado la Ley de Biodiversidad, aunque un proyecto fue aprobado por las
Cámaras en 1993, pero que no fue promulgado. Actualmente este proyecto está en revisión y
adecuación a los nuevos marcos institucionales, a cargo de la respectiva Comisión del Senado
Nacional.
La relación entre los pueblos indígenas y el Estado boliviano ha estado marcada por una
constante negación del reconocimiento a la existencia de los pueblos indígenas y sus derechos. El
resultado más evidente es la ausencia de marcos normativos y políticas públicas que, partiendo de
ese reconocimiento, sean parte constitutiva de la naturaleza y funcionamiento de una sociedad
mayoritariamente indígena.
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Sin embargo en los últimos años, fruto de un largo proceso de movilización indígena, sucesivos
gobiernos inician acciones destinadas a reconocer y responder a las demandas de los pueblos
indígenas, particularmente en las Tierras Bajas (Oriente, Chaco y Amazonía) concretando
demandas que en las décadas pasadas resultaban impensables, si tenemos en cuenta las
limitaciones políticas y normativas que estaban vigentes. A ello contribuyó también el proceso de
"identificación étnica" producido en la población no indígena y los partidos y grupos de presión
social respecto a los derechos de los pueblos indígenas. Los resultados de esta identificación con
las demandas indígenas , en la mayor parte de los casos hacen causa común con la defensa del
medio ambiente. Esto no significa que no exista un movimiento indígena propio, sino que uno de
su resultado es justamente esta “identificación” .
Resultado de toda esta dinámica social, la primera disposición que abre nuevos contextos
normativos fue, la Resolución Suprema de 17 de febrero de 1989, en la que por primera vez el
gobierno nacional reconoce la necesidad de los "grupos étnicos originarios" del Oriente y
Amazonía de "espacios geográficos propios". En esta misma línea, el gobierno siguiente dictó
varios Decretos, 9 en total, de creación de territorios indígenas. Siguieron otros importantes
actos de gobierno: una política internacional inédita de defensa de los derechos indígenas su
resultado más notable es la propuesta de creación del Fondo Para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas mediante un Convenio suscrito por 22 países y ratificado por 16 de ellos. A estas
medidas se debe agregar la Reforma Constitucional, y varias leyes importantes desde la
perspectiva de los derechos indígenas. No obstante la importancia de este conjunto de actos de
gobierno, está aun en formación la estructuración de un marco legal, institucional y de políticas
que desarrollen las implicaciones de la multietnicidad y pluriculturalidad definidas por la
Constitución Política.
Antes de la Reforma del Poder Ejecutivo de 1993, la temática y relación entre gobierno y los
indígenas estaba a cargo del Instituto Indigenista Boliviano. Esta era una dependencia del
Ministerio de Asuntos Campesinos y Agropecuarios, y no contó nunca con competencias ni
recursos de importancia. Sin embargo, antes de la Reforma del Ejecutivo, se modificaron y
ampliaron sus competencias de manera importante y pasó a depender de la Presidencia de la
República, convirtiéndose en el motor de gran parte de los cambios que enumerados y propulsor
de los Decretos de Territorios indígenas, sin duda una de sus logros más importantes.
Desde 1993 (Ley de Ministerios del Poder Ejecutivo de 17/9/93) se modifica este marco
institucional con la creación del Ministerio de Desarrollo Humano y de la Secretaría Nacional de
Asuntos Étnicos, de Género y Generacionales, bajo su dependencia. En ambos casos, se definen
competencias expresas relativas a la población indígena. Entre las atribuciones del Ministerio
están:
".... formular, instrumentar y fiscalizar políticas y programas... en el desarrollo
rural y social de las comunidades y pueblos originarios, preservando su
identidad y organización..."
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- Apoyar el desarrollo integral de las aptitudes sociales, culturales y económicas, en el marco
del respeto a la identidad étnica en todas sus manifestaciones.
Promulgada en Abril de 1994, la ley No.1551, de participación popular (LPP), es una de las
disposiciones más importantes desde el punto de vista de los derechos de los pueblos y
comunidades indígenas. Aunque fue dictada antes de la Reforma Constitucional se podría decir
que desarrolla y aplica lo mandado en ella. El punto de partida es el reconocimiento, otorgación
de personería jurídica y competencias como unidades territoriales a las comunidades y pueblos
indígenas. Las convierte, como veremos, en los únicos sujetos de la participación popular,
ampliando así su peso social y político en los Municipios en los que se encuentra. Nos
detendremos en este punto porque está en la base de los roles que juegan en la marcha de obras y
proyectos que les afecten, como podría ser el caso de la problemática de la contaminación
ambiental.
A partir del reconocimiento de la diversidad socio-étnica, la LPP considera como únicos sujetos
de la participación popular "a las Organizaciones Territoriales de Base, expresadas en las
comunidades campesinas, pueblos indígenas y juntas vecinales, organizadas según sus usos,
costumbres y disposiciones estatutarias" (Art.4 LPP).
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comunidades indígenas y otras formas de organización, existentes dentro de una Sección
Municipal.
Ahora bien, "Se reconoce personalidad jurídica a las Organizaciones Territoriales de Base
que representen a toda la población urbana o rural de un determinado territorio,
correspondiente en el área urbana a los barrios determinados por los Gobiernos
Municipales y en el área rural a las comunidades existentes, con el único requisito de
registrarse de conformidad al procedimiento establecido en la presente Ley” (Art.4. LPP).
El Decreto Reglamentario de esta Ley dispone además que el ámbito territorial de las
organizaciones territoriales podrá comprender una o más comunidades; su registro se
realiza ante el Consejo Municipal de su jurisdicción.
a) A nivel del Cantón, ellas eligen a su representante Cantonal ante el Comité de Vigilancia
del Municipio Seccional, que es la instancia de planificación y fiscalización. Los
representantes de estos Comités a su vez son parte de los Consejos Provinciales de
Participación Popular, junto a otras instituciones de la sociedad civil de la Provincia.
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c) En los casos que el conjunto de comunidades indígenas llenen los requisitos de población y
otros señalados por las leyes respectivas, pueden constituirse en Municipios Seccionales
indígenas.
d) Tanto los Distritos como las Secciones Municipales pueden adoptar la figura de la
mancomunidad, en los casos en que no pudiesen cumplir con las condiciones y requisitos
exigidos para constituirse en tales (población, etc.).
Pero quizás el aspecto más importante desde la perspectiva política sea el de la autonomía de los
gobiernos municipales. En el caso de los Municipios Indígenas (formalmente aún no se ha
constituido ninguno) y de los Distritos Municipales Indígenas (ya existen varios: en los Ayllus
del Norte de Potosí; en el altiplano de La Paz y en el Departamento de Santa Cruz), gozarán de
las atribuciones de un gobierno autónomo. En esta condición ya manejan los recursos de
coparticipación tributaria, han nominado a sus autoridades tradicionales como Subalcaldes, han
aprobado planes de desarrollo para sus Distritos y realizado otras actividades en la gestión de la
salud y la educación en el marco de la autonomía de una entidad desconcentrada del Municipio.
Desde luego que esta autonomía está aún lejos de aquella que es reclamada por el movimiento y
las organizaciones indígenas, pero constituyen un importantísimo avance en esta línea.
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BIBLIOGRAFÍA
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