Ramírez, Amanda. Informe Bibliográfico
Ramírez, Amanda. Informe Bibliográfico
Ramírez, Amanda. Informe Bibliográfico
PREGUNTA
La acumulación y circulación del capital (industrial y financiero) en el espacio y a través del
espacio es un fenómeno que permite que analizar la distribución, localización y diferenciación
del sistema económico en su dimensión espacial. En este sentido, cada sistema va a reflejar
diversas formas de organización espacial: utilización de las periferias como instrumentos de
acumulación, grados de crecimiento urbano con y sin desarrollo, niveles de acumulación
financiera por desposesión (espacial y social), entre otros. Considerando esta afirmación, desde
una perspectiva teórica y empírica (estudios de caso), ¿cómo se articulan estas expresiones del
modelo económico y el espacio geográfico en la (re)producción del espacio?
Para organizar su argumento de respuesta considere los diferentes textos a partir de alguno de los
siguientes temas en los que el modelo económico se ha expresado en su dimensión espacial:
1. Las perspectivas teóricas que han analizado la esencia del capitalismo y neoliberalismo
en la configuración de los espacios geográficos
2. El rol de los recursos naturales y el modelo extractivista como base económica para
América Latina
3. Expresiones espaciales de desigualdad y precariedad laboral
4. La perspectiva de las relaciones entre los agentes económicos y desarrollo regional
1
La geografía económica es un área de especialización de la geografía, dedicada particularmente a
la comprensión sobre cómo el espacio geográfico puede ser mirado desde la economía,
influyendo en las formas de organización social y las dinámicas humanas, frente a los análisis
territoriales que se pueden desarrollar. En este escenario, se genera una relación intrínseca entre
los diversos modelos económicos y el espacio, generando una perspectiva que apunta a un
entendimiento más integral sobre cómo las sociedades se han construido a sí mismas. Sin
embargo, se vuelve interesante lograr generar un diálogo acerca de las formas en que esta
relación logra articularse frente a la producción del espacio. Por esto, en este ensayo se pretende
analizar bibliográficamente la construcción de este enlace, para lograr complejizar y reflexionar
la importancia de la geografía económica.
Para comprender esta relación, y tal como se introdujo, es esencial comprender la labor
de la Geografía económica, bajo las observaciones de Bathelt y Glückler1, quienes tensionan la
conceptualización de la disciplina de forma crítica, debido a la discusión teórica que se genera
sobre su uso, son capaces de proponer que este es un campo mutable que permanece en constante
debate, haciendo necesaria su reconceptualización. Destaca, para este trabajo, la complejidad
misma de esta geografía y su pensadores “En esencia, se concentra en las preguntas si es que la
geografía económica debiese asociarse más cercanamente a la economía o inclinarse hacia las
ciencias sociales, políticas y culturales asociado a las relaciones económicas, también así como
en los problemas económicos de los estudios culturales”.2 La profundidad que se puede lograr al
buscar relacionar espacio y modelos económicos, sentaría sus bases en la comprensión global de
la disciplina. Esto dialoga bien con lo planteado como definición de Méndez, quien precisa a la
geografía económica como aquella preocupada en la construcción de teorías y principios capaces
de explicar cómo funcionan los sistemas económicos sobre el espacio 3, y que ha sido
fundamental en los nuevos análisis e interpretaciones que se llevan a cabo en la evaluación de los
efectos que han traído diversos modelos económicos sobre los suelos, más aún frente a un
sistema globalizado cuya expansión apunta al estudio de innovaciones y aprovechamientos a
costa de impactos económicos, medioambientales, laborales o socioculturales 4, esto revaloriza el
campo de estudio geográfico.
Sin embargo, intentar generalizar un ámbito que ya establecimos como mutable, limitaría
los enfoques de análisis que pretenden realizar. Esto debido a que las condiciones tanto políticas
y económicas, como históricas y culturales de la totalidad del mundo, son heterogéneas y únicas.
Sería erróneo aplicar las mismas leyes para ciudades como Tokio y Osaka, Delhi o Shanghái,
con Maracaibo, Arequipa o Concepción. Se hace necesario entender que existen condiciones
especiales que determinan y caracterizan cada país, ciudad o pueblo. Por esto, comprender las
actividades económicas, la especialización y la circulación del capital, sería un eje central de la
geografía económica. Largamente discutido entre nuestras clases, Hayter y Patchell 5 se refieren a
la importancia de las variaciones de las actividades económicas determinadas por el espacio
geográfico, lo que distribuye en función del aprovechamiento territorial y del bienestar.
1
Harald Bathelt & Johannes Glückler, “Toward a relational economic geography”. Journal of Economic
Geography 3, n.º 2 (2003): 117-144.
2
Bathelt & Glückler, “Toward a relational economic geography)”, 118.
3
Ricardo Méndez, Geografia Económica. La lógica espacial del capitalismo global. (Barcelona: Editorial Ariel,
1997): 255)
4
Ricardo Méndez, “Innovación y desarrollo territorial: algunos debates teóricos recientes”. EURE 28, n.º84
(2002)
5
Roger Hayter y Jerry Patchell, Economic Geography: An institutional approach (Oxford: Oxford University
Press, 2011).
2
Al comprender desde estas miradas el trabajo y valor de la geografía económica, es donde
comienza a vislumbrarse cómo se desenvuelve la dinámica del espacio y los modelos
económicos. Si retomamos las ideas de Bathelt y Glückler, esta disciplina realizaría un trabajo
dialógico desde una perspectiva relacional que integra los objetivos y estrategias de los agentes
económicos con instituciones, para su análisis a partir de la organización, evolución, innovación
e interacción6. Este vuelco de los años 80’ permitiría una reorientación de cómo estudiar e
interpretar las relaciones geo-económicas7, y cobra aún más sentido pues –a pesar de que muchas
de esta teorías se idean desde el hemisferio norte—debido a las coyunturas históricas derivadas
de la Guerra Fría, los procesos decoloniales y la seguidillas de revueltas populares a escala
mundial, era necesario generar nuevas interpretaciones y cuestionamientos sobre los “cómo” y
los “porqué” de la edificación y expansión territorial.
Frente a un auge exponencial de la vida en las ciudades, es imposible no considerar las
consecuencias que trajo, en el espacio geográfico, la instalación de un violento capitalismo, “(…)
resultaría prácticamente irreconocible el paisaje de la incontenible expansión urbana y también lo
serían las formas de producción y transporte, las relaciones sociales, las tecnologías, las
peculiaridades de la vida cotidiana y las formas de consumo de sus habitantes” 8, así lo introduce
Harvey en su reflexión sobre los efectos del capital en el globo. Una dinámica que genera una
dismorfia urbana, cuyo control por parte de los Estados se ha visto desbordado. Se preocupa por
explicar el desarrollo de la acumulación del capital dentro del contexto geográfico, la relación
que ocurre con los agentes económicos y las formas capitalistas por arrasar con el suelo 9. Esto
provocaría, bajo su lectura, una relación intrínseca de los ciclos inmobiliarios que complejizan
las políticas de planificación, los aumentos significativos de la población y la ocupación del
espacio. Rehner y Rodríguez-Leiva interpretan lo planteado por Harvey, pues al estar insertos en
una estructura concentrada en el capital financiero, se comprende que el suelo es un objeto
comercial, necesario de generar rentabilidad, lo que fortalece la idea de un ciclo de altas
demandas y aumento de los valores inmobiliarios de manera repetitiva manteniendo un flujo del
capital que podría llegar a estallar 10. Esto se lograría materializar en lo que conocemos como las
ciudades en la actualidad11, haciendo del capital un fenómeno cíclico con sujetos inversores y
compradores-productores.
La inmersión es este sistema-mundo que prioriza la rentabilidad de los suelos y una
constante disputa de los modelos económicos sobre las sociedades, resulta ser una de los puntos
de discusión más interesantes al poner en la discusión al funcionamiento del mercado. Hayek
logra cuestionar desde la raíz al mercado, este “juego de catalaxia” 12 donde confluye un juego de
mercado de intercambios y de generación de ganancias, se transformaría con la conformación de
las nuevas urbes y rutas comerciales13. Mi interpretación sobre Hayek e que plantea que, gracias
6
Bathelt & Glückler, “Toward a relational economic geography”, 129-136.
7
Bathelt & Glückler, “Toward a relational economic geography”, 137.
8
David Harvey, “La evolución del capital” en El enigma del capital y las crisis del capitalismo (Madrid: Akal,
2012), 119-154.
9
David Harvey, “La geografía cambiante del capitalismo”, en El enigma del capital y las crisis del capitalismo
(Madrid: Akal, 2012), 122.
10
Johannes Rehner y Sebastián Rodríguez-Leiva, “Inversión inmobiliaria en tiempos de auge y crisis: ¿Es la
ciudad un producto minero o un derivado financiero?” Revista de Geografía Norte Grande, n.º 67 (2017): 185-
186.
11
Rehner y Rodríguez-Leiva, “Inversión inmobiliaria auge y crisis”, 185.
12
Friedrich Hayek, El atavismo de la justicia social, 185.
13
Hayek, El atavismo de la justicia social, 186.
3
a este juego, todos los participantes de la sociedad tienen la oportunidad de aumentar sus
ingresos y mejorar su posición socio-económica, el conflicto de la justicia social se volvería una
banalidad pues no existen acuerdos o pisos mínimos que determinen lo que es justo, el mercado
de la libre competencia permitiría una selección competitiva que desarrollaría de cualquier
manera.14 Sin embargo, si bien la perspectiva de Hayek apunta a una realidad teórica explicativa
del mercado, no se puede obviar la realidad práctica de este. Me hace preguntar, ¿es realmente
equitativo el libre mercado? Si bien este no debe garantizar el beneficio de todas, ¿no es
responsabilidad humana buscar el sistema que si cumpla con ello?
Las preguntas anteriores nos llevan a entender esta dinámica entre el sistema económico
con los Estados. El progreso o la modernidad en la que el mundo parece inserto, no se ve
desarrollado de la misma forma. Esto pues, reiterando ideas anteriores, las características propias
de cada localidad afectaría en la instalación de los modelos económicos. Este desafío
paradigmático y epistemológico, han generado diferente líneas de estudio. La geografía
económica relacional abarcaría el impacto de la acción humana, aquella que ha levantado las
mega-estructuras históricas que determinarían relaciones sociales a través del espacio-tiempo, en
una idea braudelina, es necesario cuestionar este límite entre lo móvil e inmóvil que trae el largo
tiempo15. Siguiendo la idea central, la propuesta desde el realismo crítico indagaría en los
métodos o mecanismos propios de las interacciones económicas específicas y localizadas en
contraposición a los universalismos de las leyes, esto le daría protagonismo a la acción de los
agentes económicos y sus impactos en el territorio.
Desde esa línea de pensamiento, podemos continuar la idea entorno el efecto de los
modelos económicos. Si nos concentramos en neoliberalismo como la corriente que ha dominado
los sistemas, observaremos cómo el desenvolvimiento de la historia en torno a los actores
sociales y su relación con el espacio geográfico, han sufrido un profundo golpe en cada uno de
los elementos de la vida humana, sin excepción. Una configuración espacial que ha significado el
aumento abismal de la brecha de desigualdad social, un entorno conflictivo y contradictorio que
insta a una regulación desigual del desarrollo de los territorios, así lo plantean Brenner, Peck y
Theodore16, haciendo hincapié en cómo la “operación del proceso neoliberalizador ha
conllevado una tendencial, discontinua, torcida, conflictuada y contradictoria reconstitución de
las relaciones Estado-económicas”17, esto deja en evidencia que la agencia real por parte de los
Estados para dar garantías de un desarrollo sostenible y beneficiario para sus ciudadanos, queda
totalmente limitado a las dinámicas propias neoliberales que obligan a reconstituir y resignificar
las relaciones mencionadas.
Sin embargo, esto no se queda únicamente en el debate teórico, en donde, por un lado, se
puede apreciar y tensionar todos los conceptos, dinámicas y debates en torno a cuestiones como
mercado, capitalismo, territorio y agentes económicos.