Territorios de La Educación Artística en Diálogo
Territorios de La Educación Artística en Diálogo
Territorios de La Educación Artística en Diálogo
DE LA EDUCACIÓN
ARTÍSTICA EN
DIÁLOGO
Territorios de la educación artística en diálogo / Gabriela Augustowsky ... [et al.] ;
compilación de Gabriela Augustowsky ; Damián Del Valle. - 1a ed. - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires : Universidad Nacional de las Artes, 2023.
Libro digital, PDF
1. Educación. 2. Arte. 3. Educación Artística. I. Augustowsky, Gabriela, comp. II. Del Valle,
Damián, comp.
CDD 700.71
COMPILADORES
Autoras y autores
Gabriela Augustowsky
Ana Mae Barbosa
Leda Maria de Barros Guimarães
Damián Del Valle
Margarida Dias
Rejane Galvão Coutinho
Lucia Gouvêa Pimentel
Julia Mañero
Afonso Medeiros
Isabel Molinas
Maria das Vitórias Negreiros do Amaral
José Carlos de Paiva
Lucas Petersen
Sidiney Peterson Ferreira de Lima
Diana Piazza
Bianca Racioppe
Laura Rovelli
Marita Soto
Sandra Torlucci
Yamila Volnovich
Pablo Vommaro
Presentación
Gabriela Augustowsky y Damián Del Valle 8
Arte/Educación. El abordaje triangular
Abordagem Triangular:
uma proposta em expansão
Rejane Galvão Coutinho 67
Asedios y resistencias:
algunas perspectivas para pensar la
cultura digital desde la educación artística
Yamila Volnovich 131
Artes/educación/tecnologías:
narrativas y materialidades
Bianca Racioppe 147
Territorios de la educación artística en diálogo • 7
PRESENTACIÓN
Gabriela Augustowsky
Damián Del Valle
El presente libro reúne una serie de trabajos que recuperan las expo-
siciones, debates e intercambios llevados a cabo en el Congreso Interna-
cional “Territorios de la educación artística en diálogo. Investigaciones,
experiencias y desafíos”, realizado entre el 5 y el 7 de diciembre de 2022
en la Ciudad de Buenos Aires. Aquel encuentro surgió de una colabora-
ción organizativa entre el Área Transdepartamental de Formación Do-
cente (Universidad Nacional de las Artes, Argentina); i2ADS – Instituto
de Investigação em Arte, Design e Sociedade (Universidade do Porto, Por-
tugal); Grupo de investigación Educación y Cultura Audiovisual – ECAV
(Universidad de Sevilla, España) y Grupo de Estudios e Pesquisas en Arte/Edu-
caçao Borrando Fronteiras – GEPABOF (Universidad Estadual Paulista, Brasil).
Durante tres días, investigadores/as, educadores/as y estudiantes de
artes de distintos países y distintas provincias argentinas hicieron reali-
dad un intercambio intercontinental e intercultural para abordar temá-
ticas emergentes y urgentes que atraviesan la actualidad de la educación
artística: el derecho a las artes en la educación en una sociedad global
injusta, convulsa y necesitada de reflexión vinculada con los contextos
educativos postpandémicos, la formación docente y las prácticas relacio-
nadas con el lugar de las artes en la construcción de nuevas ciudadanías
para una cultura de la inclusión, la solidaridad y la paz.
Territorios de la educación artística en diálogo • 9
Arte expandido,
experiencia estética, vecindades y
afectaciones sensibles
Isabel Molinas
Universidad Nacional del Litoral (Argentina)
Invitación
Si hay territorios que dependen de ser cantados, o más precisamente, que solo dependen
de ser cantados, si hay territorios que dependen de ser marcados por simulacros de presen-
cia, territorios que devienen cuerpos y cuerpos que se extienden a lugares de vida, si hay
1 “Rojo fuego”, Abel Monasterolo, 2022, Objeto de madera policromada, 17 cm x 30 cm x 8 cm. Integró la exposición Monte,
primera parte, Foro Abierto y Museo Histórico de la Universidad Nacional del Litoral, octubre de 2022.
14 • Arte expandido, experiencia estética, vecindades y afectaciones sensibles / Isabel Molinas
lugares de vida que devienen cantos o cantos que crean un sitio, si hay potencias del sonido y
potencias de los olores, hay sin ninguna duda gran cantidad de modos de ser del habitar, que
multiplican los mundos. ¿Qué verbos que evoquen esas potencias podríamos descubrir? ¿Ha-
bría territorios danzados (…)? ¿Territorios amados (…), territorios disputados (…), repartidos,
conquistados, marcados, conocidos, reconocidos, apropiados, familiares? (…) Estoy convenci-
da, junto con Haraway y muchos otros, que multiplicar los mundos puede volver más habita-
ble el nuestro. Crear mundos más habitables sería entonces buscar cómo honrar las maneras
de habitar, inventariar lo que los territorios implican y crean como maneras de ser, como mane-
ras de hacer. Esto es lo que le pido a los investigadores. (Despret, [2019] 2022, pp. 35-36)
El arte es una cualidad que impregna una experiencia; no es, salvo por una figura del
lenguaje, la experiencia misma. La experiencia estética es siempre más que estética. (…) La
experiencia estética es una manifestación, un registro y una celebración de la vida de una ci-
vilización, un medio de promover su desarrollo, y también el juicio último sobre la cualidad
de una civilización. Porque mientras los individuos la producen y la gozan, esos individuos
son lo que son en el contenido de su experiencia, a causa de las culturas en que participan.
(Dewey, [1934] 2008, p. 369)
En diálogo con el texto de Dewey, Schaeffer retoma algunos de los sentidos atribuidos
en la tradición filosófica al concepto de experiencia, insiste en el carácter no excluyente de
las diferentes perspectivas teóricas y enuncia una definición que busca integrarlas: “interac-
ción cognitiva y afectiva con el mundo, con el otro y con nosotros mismos” (p. 33), que tras-
ciende el campo artístico y que se define más por el tipo de experiencia que convoca que por
el objeto que produce (p. 35).
Sin dudar en los efectos que la imagen y el canto de los cardenales de copete rojo podían
suscitar en el auditorio del congreso, propusimos un corpus de análisis que trasciende las
duplas conocidas (arte/naturaleza; arte/ciencia y tecnología; naturaleza/cultura; arte/vida
silvestre, entre otras) para hacer lugar a una ‘marginalidad creadora’ que combina especiali-
dades contiguas e integra discursos de diferentes disciplinas en dominios híbridos (Dogan y
Pahre, [1991] 1993, p.11), posición que nos impulsa a pensar “el oficio del docente en el borde
del currículo”, en palabras de Edith Litwin (2008, p.117), y a integrar las buenas prácticas del
pasado con los descubrimientos, los desarrollos y las controversias del presente desde aná-
lisis críticos. Esta perspectiva pone en evidencia la necesaria y urgente recomposición de los
territorios académicos, sus implicancias políticas y la relevancia de expandir nuestras aulas,
talleres y laboratorios más allá de los edificios escolares.
Territorios de la educación artística en diálogo • 15
2 Nos referimos al Doctorado en Educación de la Universidad Nacional de Rosario, Programa Específico de Formación en In-
vestigación Narrativa y (Auto)biográfica en Educación, cohorte 2022. En la instancia de la evaluación, propusimos el diseño de
una cartografía que ‘hiciera mapa’ de un recorte de alguna de las problemáticas enunciadas en el seminario y guardara relación
con los temas de tesis. Nos interesaba promover relaciones imprevistas y azarosas, singulares e innovadoras, que pudiesen
contribuir a las investigaciones en curso. La presentación incluyó un registro visual y una reseña explicativa.
16 • Arte expandido, experiencia estética, vecindades y afectaciones sensibles / Isabel Molinas
(…) Una vez que hayamos conquistado nuestro tiempo y nuestro deseo, tal vez llegue el
momento de dar un paso más y poner en las estanterías de todo. No temamos a la mezcla
–que es lo que nos hace humanos–. (…) En el siglo XXI no tienen sentido las fronteras. Orde-
nemos los anaqueles temáticamente, mezclemos en ellos los libros con los cómics, los DVD
con los CD, los juegos con los mapas. Apropiémonos de la mezcla de los almacenes de Ama-
zon, pero creando sentidos. Itinerarios de lecturas y de viaje. Porque, aunque dependamos
de las pantallas, no somos robots. Y necesitamos las librerías (y las bibliotecas) de cada día
para que sigan generando las cartografías de todas esas lejanías que nos permiten ubicarnos
en el mundo. (p. 20)
Esta capacidad de ‘hacer ver’ a partir de los itinerarios descriptos alcanza a quienes ven
y a quienes pueden ser vistos y escuchados a partir de las diversas formas de expresión esté-
tica que tienen lugar en nuestras aulas. En este sentido, las artes (en plural) están al servicio
del derecho. Porque, tal como lo enunció Lapoujade ([2017] 2018) –en relación con los traba-
jos de Souriau ([1943] 2017)–, tienen la capacidad de volver más reales ciertas existencias al
legitimar una manera de ser, al reconocer el derecho de existir bajo una determinada forma.
Desde el más simple agrupamiento de objetos a la construcción más sofisticada, desde
la imagen de una flor silvestre o una intervención urbana que vemos camino a la escuela
hasta una producción colectiva impulsada por una institución o un municipio, desde el gesto
o el trazo que nos representa hasta la performance que compartimos en el espacio público, las
3 Artista egresado de la Escuela Provincial de Artes Visuales “Prof. Juan Mantovani” de Santa Fe. Modela figuras con alambre y
con arcilla. Sus trabajos dan cuenta de una profunda observación de los animales e insectos que habitan en el Litoral argentino.
Territorios de la educación artística en diálogo • 17
Tarjetas postales
4 El primero, en el marco de la propuesta “Estética, seminario en cuatro actos”, espacio curricular que formó parte de la V Clíni-
ca del Doctorado en Educación, Programa Específico de Formación en Investigación Narrativa y (Auto)biográfica en Educación
de la UNR, la cual tuvo lugar en la ciudad de Mar del Plata, en diciembre de 2021. Y el segundo, como material de un seminario
metodológico, denominado “Relatos de viajeros/conceptos viajeros/traducciones/diálogos entre saberes” del Doctorado en
Sentidos, Teorías y Prácticas de la Educación, de la UNL, ofrecido en la ciudad de Santa Fe, en marzo de 2022.
18 • Arte expandido, experiencia estética, vecindades y afectaciones sensibles / Isabel Molinas
Las artes les plantean a los estudiantes la posibilidad de expresar lo que han visto y
sentido; no solamente desde una perspectiva descriptiva perceptiva se nombra a las cosas
u objetos, sino desde el lugar donde es posible expresar la emoción o el sentimiento. (…) Se
trata de enriquecer y posibilitar nuevas miradas en torno a lo que acontece y rodea el espacio
escolar para aprender así a ver de manera más analítica, crítica y emocional cada una de las
actuaciones de la enseñanza. (p. 135)
Máquinas de imaginar
La tercera experiencia que compartimos es una propuesta de Ediciones UNL, que se pre-
sentó en el marco de la 14º Bienal de Arte Joven de la UNL, en 2022. El dispositivo está com-
puesto por una hoja A4 con el diseño y las instrucciones para el plegado de un ‘comecocos’ y
un artefacto que alberga la propuesta, propone puntos de vista (guiado por un tubo de car-
tón) y ofrece ejemplares de dos volúmenes sobre artistas y el patrimonio del Museo de Arte
Contemporáneo de la UNL (MAC-UNL), en ocasión de su 10º y 15º aniversario (Arber, 2012 y
2017). La invitación a imaginar a partir de ‘estrategias oblicuas’ o ‘binomios fantásticos’, la
dimensión lúdica de la ‘pajarita de la suerte’, el involucramiento del propio cuerpo de quien
se dispone a ver y a leer a partir de una propuesta performática y las imágenes y las voces de
quienes han formaron parte del acervo del MAC movilizan una experiencia de inmersión en
un territorio propicio para la educación artística.
Nuevamente aquí retomamos aportes de Dewey ([1916] 1998) para profundizar en los
efectos del ambiente en la enseñanza y el aprendizaje:
Y recurrimos a los textos del pedagogo español Alfonso López Quintás (2010) para des-
cribir la ‘fecundidad’ de la experiencia estética y el valor formativo de las artes:
Profundamente vivida, la experiencia artística –y, más en general, toda experiencia es-
téticamente relevante– nos orienta hacia una concepción relacional de la realidad, la verdad
y el conocer, por cuanto nos instala en una trama móvil y dinámica de realidades que son
“nudos de relaciones”. Esta instalación nos permite configurar un estilo de pensar flexible,
abierto y sólido a la par, capaz de comprender la densidad entitativa de las realidades que
no tienen la opacidad de las meras cosas, pero no se diluyen en meras relatividades. (…) El
20 • Arte expandido, experiencia estética, vecindades y afectaciones sensibles / Isabel Molinas
hombre instalado con dinamismo creador en la trama de las realidades ambientales que
integran la cultura está en situación de hacer un descubrimiento decisivo para el proceso de
formación de su personalidad: el descubrimiento de la lógica que regula internamente los
procesos creadores. (p. 80)
En resumen, alentar el deseo de crear en el marco de una Bienal de Arte Joven, y de ha-
cerlo en el hilo que conecta prácticas artísticas y editoriales que forman parte del acervo de
la UNL, da cuenta de la relevancia del ambiente y del rol estratégico de las instituciones edu-
cativas para favorecer experiencias estéticas profundas.
Figura 3. Imaginador.
6 La Prof. Marta Berra fue docente, directora del Instituto Superior del Profesorado Nº 2 de Rafaela y fundadora, junto a Orten-
cia Ibarra, de la Fundación Espacios de Aprendizaje y Capacitación. Juan Carlos Deambroggio fue un reconocido coleccionista
y marchand, contribuyó a difundir el arte argentino y se destacó por su empatía y solidaridad permanentes. Ambos fallecieron
durante la pandemia de COVID-19.
22 • Arte expandido, experiencia estética, vecindades y afectaciones sensibles / Isabel Molinas
En el primer apartado nos referimos a los verbos capaces de hacer y de expandir los te-
rritorios de la educación artística: cantar, danzar, pintar, crear, entre otros. Agregamos ahora
una serie de nombres, de sustantivos que, unidos a las acciones descriptas, posibilitaron du-
rante y después de la pandemia por COVID-19 construir territorios expandidos en múltiples
dispositivos y pantallas, pero también en los más diversos materiales recontextualizamos y
resignificamos con una intención vital:
Encuentro
Iniciamos este texto con una solicitud, un fragmento de Despret ([2019] 2022) en el cual
la autora nos invita a multiplicar mundos para volver más habitable el nuestro y a inventariar
aquello que los territorios implican y crean como maneras de ser y de hacer. Todas las expe-
riencias estéticas que compartimos responden a esta invitación y dan cuenta de la reunión
de imágenes, voces, olores, texturas y ritmos de diversa procedencia: la caja-paisaje de Abel
Monasterolo en diálogo con las aves tejidas por Roberto Acosta, junto a las ilustraciones bo-
tánicas de las maestras tucumanas que Carla Lois (2021) introduce en el Atlas de botánica ar-
gentina, junto a los textos teóricos, el manojito de flores y la convocatoria de Cristian Alarcón
(2022) a ser ‘garantes de lo vivo’. Un encuentro en el que, sin temerle a las heterotopías, va-
mos trazando mapas que nos posibilitan ver y pensar una red de afinidades (in)explicables
que ‘hacen mundo’:
(…) no hay “todo”: hay lo que hace mundo para un hombre, lo que hace mundo para unas
flores, para unas abejas, para unos pájaros. Hay lo que hace mundo para todas esas alian-
zas que tejen cada día, cada estación, pueblos de especies y de reinos diferentes, atrapa-
dos todos en lo que Darwin llamaba tan bellamente “inexplicable red de afinidades”. Y para
sostenerlos en la existencia, para sostener su llamado a ser tomados en cuenta, a esos mun-
dos-medios solo podrían responder nuevas historias. (De Kerangal y Despret, 2020, pp.18-19)
Historias que narramos a partir de partituras polifónicas, de tarjetas postales que ex-
panden los territorios conocidos recurriendo a ficciones que construyen futuro, de máquinas
de imaginar que acompañan la formación de artistas y lectores, de fanzines que guardan la
memoria y de barbijos intervenidos que desafían la tristeza y la solemnidad.
Territorios de la educación artística en diálogo • 23
Referencias bibliográficas
Se soubesse que tudo que se passa em meus pensamentos, essa procissão de lem-
branças enquanto meu cabelo vai se tornando branco, serviria de coisa valiosa a
quem quer que fosse, teria me empenhado em escrever da melhor forma que pudes-
se. Teria comprado cadernos com o dinheiro das coisas que vendia na feira, e os teria
enchido de palavras que não me saem da cabeça. Teria deixado a curiosidade que
tive ao ver a faca com cabo de marfim se transformar na curiosidade pelo que pode-
ria me tornar, porque de minha boca poderiam sair muitas histórias que serviriam de
motivação para nosso povo, para nossas crianças, para que mudassem suas vidas de
servidão aos donos da terra, aos donos das casas na cidade.
As ações as quais busco me reaproximar por meio dessa escrita ocorreram no ano de
2022, na disciplina de Artes, com a turma de terceiro ano do Ensino Médio do Instituto Ieda
Picon, escola privada localizada no município de Embu das Artes, em São Paulo, onde exerço
a função de arte/educador. Trata-se de uma proposta de elaboração de trabalho artístico ba-
seado no compartilhamento de narrativas que nomeamos de “histórias costuradas”. A pro-
posta foi mobilizada pela leitura do livro Torto Arado, de Itamar Vieira Junior, publicada em
2019 pela editora Todavia.
26 • Histórias costuradas ou ensinar e aprender em artes / Sidiney Peterson F. de Lima
A narrativa, escrita por Itamar Vieira Junior, é iniciada por uma tragédia que é comparti-
lhada por duas irmãs, Bibiana e Belonísia. Uma tragédia que deixa marcas profundas na vida
das irmãs e que possibilita criar uma cumplicidade de gestos e silêncios. Torto Arado, mais
que o título da obra, simboliza permanências das marcas indeléveis da escravidão no Brasil,
retrata o contexto de invisibilidade em que as mulheres negras, do romance, viviam, contex-
to de uma tripla discriminação: gênero, raça e classe social. Opressões que as personagens
procuraram, ao seu modo, resistir (Resende et al., 2021).
A ideia de trabalhar com o livro Torto Arado partiu da fala de uma estudante durante uma aula
de Artes. As inquietações provocadas pela narrativa escrita por Itamar Vieira Junior, levou a estu-
dante a compartilhar conosco algumas reflexões, em sala de aula, nas quais, segundo a estudan-
te, muitas vivencias no ambiente escolar se aproximavam das histórias daquelas personagens do
livro. Violência de gênero, racismo e exclusão foram alguns temas que a estudante mencionou
durante a conversa que se estabeleceu em sala sobre a obra e que despertou o desejo por realizar
um trabalho, em Artes, envolvendo a obra lida por toda a turma1.
Durante a sua fala, a estudante foi questionada por outras estudantes se ela, ao falar
suas impressões e destacar algumas problemáticas apresentadas no livro, se referia à pró-
pria escola em que estudavam. Ela respondeu que em alguns casos sim, ela própria se sen-
tia constrangida com atitudes e discursos de alguns estudantes —homens— em relação a
roupas e atitudes das meninas da escola, mas estava se referindo a escola de forma geral,
pelo que lia, escutava e assistia na televisão sobre questões de violências contra mulheres,
pessoas negras homossexuais em escolas privadas e públicas. Um estudante então destacou
que é muito triste pensar que pessoas, vítimas de atos de preconceito como racismo e/ou
homofobia, não encontram no espaço da escola um “lugar de escuta”, o que, em seu enten-
dimento, poderia explicar por que alguns casos não são relatados pelas vítimas, ocorre um
silenciamento das vítimas, pois elas não acreditam em possíveis soluções já que sequer en-
contram espaços de escuta no ambiente escolar. Diante das falas das(os) estudantes eu me
percebi, como pessoa e como profissional, desejando escutar mais das suas reflexões, suas
histórias e o que pensavam como alternativas de mudanças no espaço escolar, na sociedade
sobre as problemáticas levantadas durante a conversa.
Continuamos com a conversa/reflexão e frente ao grupo de estudantes, suas vozes e
gestos, pensava em quão potente estava se mostrando aquele momento, aquelas palavras,
protestos e ideias proferidas por estudantes em sala de aula. Ecoava em mim a fala da pes-
quisadora Eliane Cavallero que, no livro Do silêncio do lar ao silêncio escolar, defende que ape-
nas “uma discussão profunda dos problemas relacionados ao preconceito e à discriminação
pode concorrer para a transformação da sociedade” (2023, p.13), e isso pode ocorrer através
de práticas que não sejam “compensatórias” (Cavallero, 2023, p. 93), mas que criem opor-
tunidades igualitárias a todas(os) as(os) estudantes para se expressar, criar e aprender na
estrutura educacional, sendo, portanto, “indispensável um trabalho que promova o respeito
1 A obra foi selecionada pelo professor de Literatura, no início do ano letivo, como leitura obrigatória, por isso, naquele
momento, o grupo de estudantes já havia finalizado a leitura do livro mencionado.
Territorios de la educación artística en diálogo • 27
mútuo, o reconhecimento das diferenças, a possibilidade de se falar sobre elas sem receio e
sem preconceito” (Cavallero, 2023, p. 101).
Outras muitas perguntas, durante aquele encontro em sala de aula me vieram à mente
e pedi ao grupo que compartilhassem suas ideias sobre: Que imagens foram criadas a partir
e com a leitura do livro Torto Arado? Que lembranças e memórias foram acionadas? Que pa-
lavras cada pessoa pensava não para resumir, mas como força motriz para pensar a narrativa
e suas relações com a vida? Ao que fui respondido com: preconceito, racismo, invisibilidade,
violências, machismo, falta de oportunidade para falar, luta, opressão. Uma coleção de pa-
lavras que naquele espaço/tempo me levou a propor uma ação artística realizada coletiva-
mente com as/os estudantes.
Antes de falar da proposta e da instalação acredito que seja importante contextualizar
que trabalho em uma instituição de ensino que me oportuniza realizar projetos oferecendo
espaços fora da sala de aula e todo tipo de materiais que necessite para materialização das
ideias, ou seja, a instituição se compromete com os projetos apresentados em Arte/Educa-
ção, assim como ocorre com as demais disciplinas. Estou consciente de que isso não é uma
regra para todas as escolas brasileiras e, por isso, não se trata de dizer que a proposta pode
ser replicada, que é um modelo a ser seguido, ela é apresentada aqui como uma possibilida-
de de criação, como um modo de envolvimento coletivo, como uma possibilidade de criação
de uma comunidade artístico-pedagógica que pode ser muito potente no combate ao pre-
conceito e à discriminação.
De início, a proposta que nomeamos de “Histórias costuradas” já nos lançou algumas
problemáticas: O que podemos fazer, em Artes, tomando o livro e, especialmente, as his-
tórias de cada estudante em sua trajetória escolar, como ponto de partida? Que trabalhos
poderiam ser realizados e a partir de quais meios artísticos, suportes e, importante, como
compartilhar esse trabalho com outras pessoas da escola e da comunidade? Já de início con-
cordamos que precisaríamos de referências visuais, o que foram fundamentais as pesquisas
por trabalhos artísticos, em artes visuais, que foram realizadas em livros da biblioteca da
escola, em materiais educativos e catálogos de diferentes edições da Bienal de Artes de São
Paulo, em materiais educativos e catálogos de exposições de artes realizadas em território
nacional e internacional, além de pesquisas em sites, na internet.
Sobre as questões acima apresentadas, foram realizadas orientações em que os retornos
eram sempre oferecidos no sentido de questionar: qual história você tem a nos contar sobre
seu contato com artes produzidas por mulheres, especialmente mulheres negras e indíge-
nas? Qual é a sua história na escola, quais podem ser compartilhadas? Como podemos dizer
de nossas histórias, sem necessariamente nos expor em particular (um medo de muitas es-
tudantes, conforme mencionado em conversas em sala de aula)? Como criar uma produção
artística que potencialize a criação de sentidos e significados individuais e coletivos no con-
tato com o trabalho exposto?
Durante as aulas de artes criamos um espaço para a realização de leituras de imagens
que foram escolhidas como referencias visuais para a proposta. Exercícios que, de modo
28 • Histórias costuradas ou ensinar e aprender em artes / Sidiney Peterson F. de Lima
algum, interrompiam o processo ou conteúdos que vinha trabalhando; pelo contrário, am-
pliavam os modos de percepção, de leitura, de construção de saberes em artes. Pinturas,
grafites, instalações, performances e esculturas de Rosana Paulino, Barbara Chase-Riboud,
Maria Auxiliadora, Renata Felinto e Carla Santana foram algumas selecionadas pelo grupo
de estudantes. Alguns trabalhos dessas artistas foram projetados na parede da sala de aula,
passamos a ver e conhecer mais dos trabalhos de cada uma das artistas escolhidas, assim
como o contexto de criação dos trabalhos. Em outro encontro eu apresentei um material
com imagens de trabalhos de outras artistas visuais negras como a performance “Bombril”,
de Priscila Rezende, e “Mãos de ouro”, de Sônia Gomes, mas também obras produzidas por
mulheres artistas indígenas como Daiara Tukano, Arissana Pataxó e Carmézia Emiliano
como modo de ampliar os conhecimentos sobre a produção artística contemporânea, em
artes visuais, por mulheres de diversas geografias, culturas e saberes.
Durante os exercícios de leitura das imagens, que muitas vezes é também um primeiro
contato que a pessoa tem com o trabalho artístico. Nesses momentos em que estamos em
grupo conversando sobre e com a arte ocorre uma “confluência”, um “compartilhamento” de
ideias, de entendimentos que não são “trocas”. Não compartilhamos desejando algo em tro-
ca, o que poderíamos oferecer em troca de uma ideia, de um afeto, de uma leitura? Como
disse Antônio Bispo dos Santos “Cuidado, não é troca, é compartilhamento. Porque a troca
significa um relógio por um relógio, um objeto por outro objeto, enquanto no compartilha-
mento temos uma ação por outra ação, um gesto por outro gesto, um afeto por outro afeto”
(2023, p. 36). Afetos não se trocam, se compartilham, ideias não se trocam, se compartilham,
leituras não se trocam, se compartilham e desse movimento podem surgir outras e diferen-
tes leituras e compartilhamentos.
É importante destacar que durante aqueles momentos de compartilhamento de lei-
turas, muitas(os) estudantes disseram ser a primeira vez que tinham contato com aquelas
imagens e aquelas artistas o que nos levou a conversar sobre, conforme escreve Renata Fe-
linto, as políticas de invisibilização e de “apagamento dos registros históricos, como livros e,
consequentemente, do ensino de artes visuais” de artistas visuais negras e negros, além de
outras maiorias populacionais tidas como minorias por grupos sociais que se fundamentam
desde ideias, discursos e “atitudes coloniais decadentes” (Maldonado-Torres, 2019), que são
retroalimentadas pelos sistemas institucionalizados de dominação, como os “valores do pa-
triarcado supremacista branco capitalista imperialista” (Hooks, 2021, p. 31).
Nesse sentido, são urgentes e necessárias propostas em Arte/Educação e História da
Arte no Brasil que contornem seu, ainda, aspecto “pálido”, como caracteriza Renata Felinto, e
que tenha como como objetivo a ideia de incluir:
(...) artistas visuais negras e negros [mas também artistas visuais indígenas,
homossexuais, transsexuais que] tenham suas biografias e criações aproximadas
dos movimentos artísticos que já são estudados em artes visuais, quando possível,
e quando não o for, que sejam apresentadas e apresentados como produção coe-
Territorios de la educación artística en diálogo • 29
2 A Lei No 10.639, de 9 de janeiro de 2003. Altera a Lei no 9.394, de 20 de dezembro de 1996, que estabelece as diretrizes
e bases da educação nacional, para incluir no currículo oficial da Rede de Ensino a obrigatoriedade da temática “História e
Cultura Afro-Brasileira”, e dá outras providências. Em março de 2008 foi criada a Lei 11.645 que torna obrigatório o estudo da
história e cultura indígena e afro-brasileira nos estabelecimentos de ensino fundamental e médio, porém não prevê a sua
obrigatoriedade nos estabelecimentos de ensino superior para os cursos de formação de professores (licenciaturas).
30 • Histórias costuradas ou ensinar e aprender em artes / Sidiney Peterson F. de Lima
A descrição acima refere-se a obra Portrait d`une Femme noire (Retrato de uma mulher
3 Trecho da música Cabelo de chapinha, de Escandurras, Fagner e Gileno, cantada por Bell Marques.
4 Trecho da música “Fricote” de Luiz Caldas.
Territorios de la educación artística en diálogo • 31
negra), pintada em 1800 por Marie-Guillemine Laville-Lerouilx. Quantas mais dessas pin-
turas, com mulheres negras, posando com “aparência surpreendentemente doce” podemos
encontrar nos livros de história da arte? Quantas dessas imagens estão presentes nas aulas
de artes? Quantas habitam espaços educativos? Que leituras podem ser realizadas? O que
podemos aprender com essa imagem?
Sabemos, com John Berger (2022), que a “relação entre o que vemos e o que sabemos
está sempre aberta” e que “olhar é um ato de escolha” (p. 15-16), mas como aprendemos
com as imagens? Uma possível resposta para essa pergunta precisa estar fundamentada na
ideia de que o que vemos e como interpretamos o que vemos vai depender do lugar e do
momento, ou seja, do contexto em que lemos as imagens. Em sala de aula cada leitura é
importante, cada estudante realiza a sua leitura possível, contribuindo para outras formas
de olhar e interpretar as imagens, pois cada pessoa nos convoca a olhar com ela, desde sua
trajetória formativa (em artes, mas não somente), sua história de vida. Isso não quer dizer
que devamos concordar com sua leitura como única e a mais correta, mas que cada leitura
abre possibilidades para mudar nosso modo de olhar e ver as imagens, outras camadas são
abertas, outros modos de olhar e ver se abrem para nós.
Entre as tantas imagens, artistas e movimentos artísticos que conhecemos, estudamos
e refletimos através das leituras contextualizadas de imagens e diálogos realizados em sala
de aula, escolhemos estudar aprofundadamente outro trabalho artístico, o da artista brasi-
leira Sônia Gomes, pelo conjunto de memórias que se apresentam em seus trabalhos. Den-
tre o conjunto de obras que foram feitas leituras, escolhemos o trabalho Mãos de ouro (2008),
em que Sonia Gomes elabora um livro na qual alude a uma enciclopédia de trabalhos artís-
ticos dirigidos às mulheres.
Ao pesquisar sobre os sentidos e significados do título da obra encontramos que Mãos
de ouro, conforme escreve Alexandre Araújo Bispo, era uma publicação que foi vendida em
fascículos semanais entre fins dos anos de 1960 e meados de 1970, no Brasil, pela editora
Abril Cultural. Esses fascículos aprofundavam uma tendência, como analisa Bispo, iniciada
“ainda na segunda metade do século 19, de publicar manuais de orientação de técnicas arte-
sanais voltadas para a mulher”. O “consumo destes manuais implicava letramento feminino,
até mesmo para interpretar as imagens apresentadas através de desenhos esquemáticos e
fotografias, que então conviviam, como é comum aos manuais, com os textos” (Bispo, 2015).
Na versão de Sônia Gomes, um livro de papel recebe um acumulado de materiais como o gra-
fite, a caneta, a costura, amarrações, tecidos e rendas diversas. Ao mesmo tempo que ela evoca
esse manual das chamadas “artes femininas” —bordados, pinturas, caixas decoradas, macramê,
tricô e crochê, sabonetes decorativos, porta isso ou aquilo— a artista nos oferece também em
forma de arte, “sua versão do projeto civilizatório misto de capitalismo, religião, escola e ideologia
de gênero” (Bispo, 2015).
Ao iniciar a parte de produção do nosso trabalho artístico, questionei o grupo de estu-
dantes sobre que tipo de trabalho desejavam fazer. Decidiram por uma instalação artística,
um painel com frases destacadas das suas próprias histórias que já haviam escrito em folhas
de caderno. Muitas dessas histórias eram episódios de racismo, gordofobia e homofobia que
32 • Histórias costuradas ou ensinar e aprender em artes / Sidiney Peterson F. de Lima
os estudantes haviam escolhido para compartilhar com o grupo e para fazer parte do tra-
balho artístico. Essas histórias e episódios escritas eram formas de rever as narrativas de si
mesmas(os). Mas nem toda turma participou, alguns estudantes preferiram não compar-
tilhar suas histórias ou episódios vividos na escola. Entendo que ao escrever determinadas
histórias ou fragmentos de experiências vividas seja escola, no lar ou em qualquer outro es-
paço as(os) estavam expondo a si próprias(os) e a situações que lhe marcaram e eu não po-
deria impor que essas histórias fossem tornadas públicas, mesmo que fosse ao grupo e nem
mesmo sabendo que poderiam ser escritas de modo anônimo, pois ainda não se sentiam
preparadas(os) para esse movimento. Então decidimos que cada pessoa/estudante poderia
contribuir com o trabalho de outros modos, como ajudando a costurar, a ler e participando
das rodas de conversa que ocorreram enquanto cada episódio de vida era costurado ao teci-
do, desse modo fariam também parte daquele trabalho coletivo.
Já que estávamos falando de episódios que ocorreram no ambiente escolar, sugeri que
as partes escolhidas para serem compartilhadas fossem escritas não em papel —a ideia ini-
cial era colar essas partes de papel a um tecido—, mas em retalhos, assim como eram as
partes de histórias que iriam nos mostrar —retalhos de histórias, em uniformes escolares
delas(es)—. Toda turma concordou e na aula seguinte chegaram com camisetas que usa-
ram em diferentes anos na escola, algumas guardadas desde os anos iniciais na escola. Cada
camiseta em si tinha suas histórias, achei importante salientar isso ao grupo que passou a
contar histórias de quando erma crianças, episódios bem alegres que renderam muitas risa-
das, mas também episódios de racismo e de homofobia.
Após escreverem nos retalhos de camisetas, uma estudante compartilhou a ideia de os reta-
lhos serem costurados ao lado de trechos que lhes chamaram atenção do livro Torto Arado, a ideia
foi aprovada pelo grupo no mesmo instante em que foi apresentada. Questionei o grupo sobre a
ideia. Qual sentido e significado faria ter trechos do livro na instalação? Uma estudante disse que
havia semelhanças entre episódios ocorridos no romance e nas histórias de cada pessoa da sala
de aula e que juntas as histórias poderiam ser lidas por todo mundo como histórias de pesso-
as, histórias vividas. Assim, lado a lado, trechos de narrativas pessoais e trechos da narrativa
de Itamar Vieira Junior foram sendo costuradas em um grande tecido de chita, estamparia
que nos remetia ao nordeste, cenário do romance.
Durante os momentos de escrita e costura, os trechos de episódios do romance se con-
fundiam com as histórias dos estudantes. Esse trabalho era feito sobre uma colcha de reta-
lhos que carrego comigo quando realizo trabalhos em ambientes fora da sala de aula, algu-
mas vezes também utilizo dentro da escutas que nos inspiravam a falar não somente sobre
as histórias de cada um, mas sobre as histórias que estavam sendo tecidas ali, naquele mo-
mento. sala, não é uma regra, depende da atividade. Retalhos, chita, linhas, agulhas, livros,
música, mãos e gestos criavam imagens de colaboração, de compartilhamento, de vozes e
Quando começamos o processo de produção do trabalho “Histórias costuradas” ocupa-
mos diferentes espaços da escola. Utilizando a colcha de retalhos, sentávamos e ali cada es-
tudante compartilhava o que decidira escrever e partilhar no trabalho. Cada partilha amplia-
Territorios de la educación artística en diálogo • 33
va os diálogos. Esses momentos são compreendidos hoje, por mim, como momentos coleti-
vos de colaboração, essenciais para nos movermos para além dos formatos unidimensionais
de pensamentos, de estar no espaço da escola, e, como disse bell hooks “de existência e de
vida” (2020), pois ao mesmo tempo em que se escrevia, costurava, colava, ajudávamos uns
aos outros ampliando as compreensões sobre a dinâmica do trabalho coletivo.
Não há um único mapa para dizer como chegamos até a instalação artística “Histórias costu-
radas”, houve sim um esforço coletivo por desafiar e acolher um ao outro, as histórias narradas, os
dilemas e, muitas vezes, as lágrimas que caiam em meio as lembranças rememoradas. “Histórias
costuradas” é uma expressão de resistência, diz de situações de discriminação, de preconceito que
cada participante (inclusive eu mesmo) passou em sua trajetória na escola.
Com a proposta e, especialmente, com os momentos de conversas em grupo buscáva-
mos romper com a noção de que a experiência em construir saberes é individual e particular,
ao priorizar e nutrir o diálogo nos “envolvemos mutuamente em uma parceria de aprendi-
zagem” e, nesse sentido, a conversação se convertia em ferramenta de ensino “democrática”
(hooks, 2020, p. 81). A “conversa genuína””, disse bell hooks, é compartilhamento de poder
e conhecimento; é uma iniciativa de cooperação (2020, p. 83), pois, sempre nos confrontam
com diferentes formas de enxergar e de saber” (p. 85). Ao escrever este trabalho estou cons-
ciente dos diferentes atravessamentos que sofri e ainda sofro pelas tantas conversas com es-
tudantes, professoras(es), amigas(os), familiares que vão me ajudando a escrever cada pa-
lavra, cada parágrafo aqui apresentado. Nunca estamos/escrevemos/criamos sozinhas(os),
é um equívoco pensar assim.
Ao final da produção artística, a gestora da escola nos convidou a exibir o trabalho “His-
tórias costuradas” na entrada da instituição de onde mães, pais, responsáveis poderiam ver
o trabalho. Infelizmente não tenho mais as fotografias do trabalho exposto, mas guardo os
aprendizados que construí ao longo desse processo, assim como as muitas conversas im-
pulsionadas pelo trabalho com estudantes, professoras(es), familiares. Também não tenho
uma conclusão sobre a experiência, tenho algumas percepções, principalmente aquelas
que me habitam tempos depois de ter participado, e não somente orientado, da proposta.
Aprendemos que atuar como arte/educador e arte/educadora, entre tantas outras ativi-
dades, é preparar aulas, geralmente a partir de conteúdos fechados e já prescritos e suma-
rizados em livros didáticos, levamos imagens que nós escolhemos para serem lidas em sala
de aula, mas essas imagens escolhidas dizem mais de nós mesmos(as) do que de nossas(os)
estudantes, do que elas(es) desejam falar, de como percebem sua vida, o mundo em que
vivem. As imagens são utilizadas para falar de algo que nós escolhemos como importante
para a aula de artes visuais. Não estou defendendo a ideia de que não devemos trabalhar
com imagens e muito menos que elas não estejam presentes em sala de aula, muito pelo
contrário, sou totalmente a favor de aulas de artes visuais com imagens, mas que em nossas
escolhas por imagens, quando feitas por nós somente, possamos levar em consideração o
que dizem as/os estudantes e assim abrir espaços para conversas. Também defendo a ideia
de que como arte/educadoras(es) somos curadoras(es) e esse processo, complexo, de esco-
34 • Histórias costuradas ou ensinar e aprender em artes / Sidiney Peterson F. de Lima
lha de imagens que serão trabalhadas em sala de aula exige muito de nós, não é fácil, mas e
se escolhêssemos juntos, em sala de aula? E se, uma aula fosse para conhecer, escolher e es-
tudar sobre imagens que escolhemos juntos, que conversas renderiam desse exercício? Que
lugares poderíamos habitar desde esse exercício? Que fronteiras poderíamos cruzar ou mes-
mo habitar? A que outras geografias, culturas, conhecimentos e ideias seriamos levadas(os)?
São possibilidades para outros modos de ensinar e aprender artes visuais, sem excluir e/ou
invisibilizar, ainda que estas não sejam nossas intenções, mas ao escolher sempre deixamos
alguém/algo de fora.
Minha esperança emerge daqueles lugares de luta nos quais testemunho in-
divíduos transformando positivamente sua vida e o mundo ao seu redor. Educar é
sempre uma vocação arraigada na esperança. Como professoras e professores, acre-
ditamos que aprender é possível, que nada pode impedir uma mente aberta de bus-
car conhecimento e de encontrar um modo de saber. (2021, p. 26)
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36 • Histórias costuradas ou ensinar e aprender em artes / Sidiney Peterson F. de Lima
Anexo
Territorios de la educación artística en diálogo • 37
La clase imaginada.
Variaciones visuales para planificar
la enseñanza
Gabriela Augustowsky
Universidad Nacional de las Artes (Argentina)
Para armar nuestras clases, las y los docentes de este campo (seguramente muchos otros
también) miramos obras y películas; hacemos notas, guiones, videos, dibujos, croquis, hojas
de ruta, esquemas acerca de los usos del espacio del aula, álbumes con fotos o secuencias de
imágenes que se exhibirán durante la clase; a veces, también ensayamos técnicas y proba-
mos materiales. Así, esa instancia, que Edith Litwin (2008) denomina la “clase anticipada”, es
también un espacio de creación y experimentación visual. Estas producciones proyectuales
asumen el estatus de anotaciones informales, borradores o ayudas totalmente al margen de
lo que se considera “la planificación”. Pero, si las analizamos detenidamente, encontramos
que muchas de estas notas visuales y curatoriales son verdaderas usinas de pensamiento
didáctico, de reflexión sobre la enseñanza y la clase; no se trata de traducciones gráficas o
visuales de la planificación, son la planificación misma.
Entonces, vale preguntar: ¿qué significa planificar? ¿Pueden las imágenes y las prácticas
artísticas ofrecer una ocasión para el pensamiento didáctico? Y en el marco de la formación
docente, ¿cómo enseñar a planificar? ¿De qué manera convertir la planificación en un espa-
cio de creación? ¿Cómo ayudamos a imaginar una clase en la que las y los estudiantes serán
maestras y maestros? ¿Cómo los convocamos a experimentar y transitar lugares aún no ex-
plorados? ¿Es posible desmontar la repetición, la reproducción, en ese tramo liminal que es
la clase que aún no existe?
A continuación, se presentan algunas indagaciones, experiencias y exploraciones acerca
del sentido y la práctica de planificar la enseñanza de las Artes Visuales.
búsqueda de soluciones por parte del profesor. Esto se vinculó con las nuevas concepciones
del rol docente como investigador (Stenhouse, 1984) y la noción de profesional reflexivo de
Donald Schön (1992).
Esta perspectiva, desplazó el énfasis en la planeación de la clase anticipadamente por
la reflexión a posteriori de la misma y numerosos estudios centraron el debate en torno al
impacto que producía pensar la clase una vez acontecida para favorecer el mejoramiento
de las siguientes. En estos trabajos, se analizan las estrategias de pensamiento y los proce-
sos metacognitivos; se reconoce una preocupación común por el establecimiento de pautas,
componentes y secuencias para que el docente pueda emprender la tarea de planificar (Li-
twin, 2008).
En la actualidad, las indagaciones abordan la planificación en el marco de una epistemo-
logía de la práctica; contra los posicionamientos instrumentales, la planificación se asume
como orientadora de la acción didáctica. La noción de “construcción metodológica” (Edels-
tein, 2011) otorga centralidad a las y los docentes como productores de su propia práctica.
Por otra parte, el contexto de pandemia –con la masificación del uso de entornos digitales
para la enseñanza– introdujo, en los debates sobre la planificación, las lógicas tecnológicas
y sus derivas didácticas.
La planificación docente es heredera de disputas y tradiciones; sus sentidos son polisé-
micos. Es a la vez norma y posibilidad. Si le preguntamos a una maestra “¿cómo planificás?”,
frecuentemente la respuesta incluye una repregunta: “¿Te referís a lo que presento o a lo que
hago para mí?”. Así, en el día a día escolar, parecieran convivir (de modo más o menos cons-
ciente, legitimado o armónico) prácticas burocráticas y administrativas, con acciones proce-
suales, reflexivas e imaginativas, y registros personales que facilitan y nutren la enseñanza.
1 Asignatura que trata la enseñanza de las Artes Visuales en el Nivel Secundario. Profesorado de la Escuela Superior de
Educación Artística Manuel Belgrano. CABA.
2 Un extracto de este trabajo fue traducido recientemente al español en Barbosa (2022).
40 • La clase imaginada / Gabriela Augustowsky
nicas que utilizan en sus propias prácticas artísticas. Así, las/os estudiantes trajeron a clase:
planificación fanzine, planificación comic, planificación bordada, planificaciones pintadas,
dibujadas, caladas.
Figuras 1 y 2. Planificación bordada “Cuerpos que se entrelazan”. La obra de Eliza Bennet y materiales
para las actividades propuestas
Figura 3. Detalle de Planificación comic. La obra de Alex Ross y las artes secuenciales.
Según las/os estudiantes, esta tarea les posibilitó disfrutar de planificar, imaginarse mejor
cómo podrían ser las actividades, tener a mano la información sobre los artistas, elegir imáge-
nes y guardarlas, buscar insumos.
Además de lo interesantes que resultaron materialmente, estas planificaciones visuales
facilitaron la puesta en común de propuestas y dieron a conocer obras, artistas y temáticas
poco exploradas por todo el grupo. Durante el proceso de elaboración, las/os estudiantes to-
maron decisiones que podían explicitar y fundamentar; estas también propiciaron un fecun-
do debate didáctico. Así, por ejemplo, discutieron la pertinencia de mostrar a adolescentes
una artista que interviene sobre su propio cuerpo con agujas, la noción de secuencialidad en
las artes gráficas y en las clases, la validez de llevar a clase lo que al docente le interesa, las
diferencias y desigualdades de género en las prácticas artísticas, entre muchos otros.
Estas variaciones visuales habilitaron y crearon pensamiento didáctico sobre las artes y
con las artes. Planificar bordando, dibujando y/o pintando ayudó a estas/os jóvenes a imagi-
nar que habrá un aula con chicos y chicas y que ellas, ellos serán sus docentes.
Son numerosos los campos disciplinares que producen conocimiento con imágenes;
las disciplinas proyectuales cuentan con una larga trayectoria en el uso de representaciones
visuales para proyectar. Por ejemplo, en el caso de la arquitectura, el dibujo, desde sus
primeras formulaciones teóricas en el Renacimiento, además de ser un instrumento
de producción, era entendido como un auténtico medio de inducción y generación de
concepciones arquitectónicas en el sentido más amplio del término (Saiz, 2005).
Entre las exploraciones más recientes, cabe destacar la plataforma de investigación
Speculative Poetics (Avanessian y Töpfer, 2018) que indaga, desde la filosofía especulativa
contemporánea, cómo funciona y cómo ocurre el pensamiento dentro de los dibujos y las
ilustraciones.
Para la educación y la formación docente, las imágenes han sido consideradas
históricamente como ideas de segundo orden, que privilegian el mundo del habla y del
texto como la forma más alta de práctica intelectual (Prosser, 1998). La pedagogía y la
investigación pedagógica, en su versión dominante, han permanecido “encerradas en ese
momento epistemológico, que ha desmaterializado el mundo” (Bárcena, 2012). Pero, ¿qué
sucede cuando el contenido de enseñanza es el dibujo?
Martín Malharro (Buenos Aires, 1865-1911) fue un pintor, ilustrador, crítico, que se
desempeñó como profesor y estuvo al frente de la Inspección de Dibujo del CNE entre 1904
y 1909. En el marco de las disputas en torno a los métodos de enseñanza a inicios del s. XX,
Malharro emprendió una reforma que propugna la observación y copia natural que ubica
al niño en contacto con la vida y el mundo (Welti, 2019). Para difundir e instalar su método,
organizó conferencias y cursos para maestras/os normales y para profesores/as de dibujo.
Hacia 1905 comenzó a implementarse su programa de enseñanza del dibujo del natural,
Territorios de la educación artística en diálogo • 43
El texto que acompaña el gráfico explicita los objetivos y fundamentos del método; ade-
más remite a los dibujos realizados por niños (incluidos en el libro) como evidencias de sus
resultados. En un contexto pedagógico de renovación metodológica, el programa gráfico
condensa contenido y actividad, prescribe, modeliza, capacita y entusiasma.
Los programas gráficos de Martín Malharro constituyen un antecedente valioso para in-
dagar el uso del dibujo en la programación de la enseñanza y la formación docente. El desa-
fío hoy, a más de 100 años del aporte de este maestro, no es construir una relación represen-
tacional/prescriptiva de la planificación, sino asumir las producciones visuales como arena
de pensamiento y creación didáctica.
Fuente: Estudiantes: M. Florencia Caputo y Pedro Leszczynski Cátedra D.A.V. UNA 2022.
Foto G.A.
4 Marisol Misenta, conocida como Isol, (Buenos Aires, 1972) es una reconocida dibujante y autora de libros ilustrados.
Tener un patito es útil (Fondo Cultura Económica, 2007) Disponible en: https://conectate.educaciontuc.gov.ar/wp-content/
uploads/2020/03/patito.pdf
46 • La clase imaginada / Gabriela Augustowsky
Happy-Go-Lucky (en español Happy: Un cuento sobre la felicidad o La felicidad trae suerte) es
una película británica realizada en 2008, protagonizada por Sally Hawkins, adaptada y di-
rigida por Mike Leigh. El filme se centra en la historia de Poppy, una maestra de 1er grado
de educación primaria muy alegre y optimista (por momentos demasiado), y sus relaciones
personales con la gente que la rodea. La trama presenta numerosas y muy diferentes esce-
nas de enseñanza; las principales la muestran en un coche tomando clases de manejo con
un instructor misógino, racista, conspiranoico; también la vemos en clases de flamenco y el
ambiente emocional de ese ámbito. En otro hilo fundamental, a lo largo de todo el filme, la
vemos en el día a día de su trabajo con sus pequeños alumnos y alumnas.
Hay una escena en la que Poppy está en el living de su casa con Zoe (su amiga también
maestra) fabricando máscaras de pájaros con papel. Se disfrazan de aves, juegan, pian y vue-
lan de aquí para allá entre los sillones. Toda la situación irradia un disfrute absoluto. Mien-
tras van probando cómo fabricar y usar las máscaras, conversan acerca de lo que harán con
los chicos en clase e intercalan en su charla otros temas personales. Es un momento relajado
de ensayo material, despliegue físico; prueba, ajuste y anticipación. Más adelante, en una
escena realmente preciosa, vemos la actividad con todos los chicos pájaros en su aula. En
la narrativa del filme, estos dos tiempos están hilvanados: uno no es posible sin el otro. La
prueba, el ensayo en casa, brilla y cobra sentido al ver a Poppy en la escuela.
Imaginar un proyecto de enseñanza artística implica investigar, estudiar, probar ma-
teriales y técnicas, experimentar. Para crear y no reproducir fórmulas metodológicas (que
suponemos son garantía de éxito o brindan seguridad) es necesario transitar experiencias
Territorios de la educación artística en diálogo • 47
diferentes a las que yo transité como alumno, alumna en mi propia biografía escolar. Nece-
sito probar, tengo que “verme” haciendo algo que quizás nunca hice. Así, resulta imprescin-
dible: hacer preguntas, reconocer inquietudes y deseos, ir a museos, revisar catálogos, mirar
obras, ver videos, pensar el uso del espacio, decidir los usos del tiempo. Las exploraciones e
intercambios con compañeros o las consultas con colegas son siempre enriquecedores, en
muchos casos imprescindibles. Estas tareas, por lo general, no se registran y se diluyen en el
cúmulo de acciones propias del oficio; pero, todo esto también es parte de la planificación
(Augustowsky, 2022).
Desde esta premisa, en 2023, convocamos a nuestros estudiantes a exhibir todos los
procesos que llevaron a cabo para diseñar sus planificaciones destinadas al Nivel Inicial y
Primario. Las propuestas, centradas en artistas y prácticas contemporáneas vinculadas con
la crisis climática y las problemáticas ambientales en Sudamérica, involucraron un verdade-
ro laboratorio de indagación científica, artística y didáctica. Los/as estudiantes realizaron y
exhibieron pruebas con tintes y aromas: ensayos con semillas; visitas a reservas ecológicas,
jardines botánicos, museos; intercambios en las redes sociales con artistas; entre muchas
otras. La planificación mostró un trabajo grupal que se desplegó simbólica y físicamente en
la comunidad.
La comunicación en clase de estos procesos se plasmó en planificaciones instaladas y
performáticas.
Figura 9. Planificación libro desplegable y ensayos botánicas con bombas de semillas (a partir de la
obra de Romina Orazi)
Figuras 10 y 11. Exploraciones sensoriales para abordar en Primaria el universo de Delcy Morelos.
Figura 12. Planificación instalada para prever las posibilidades del espacio escolar
Fuente: Estudiantes: Francisca Cólica, Melina Herrero, Giuliana Palkovic y Abril García. Cátedra D.A.V.
UNA 2023. Foto G.A.
Territorios de la educación artística en diálogo • 49
A modo de conclusión
Frente a los enfoques tecnicistas-burocráticos, “la clase imaginada” se postula como una
instancia crucial para la reflexión, el debate, la experimentación visual, la investigación, el
ensayo material y el diseño creativo. En el marco de la formación docente en Artes Visuales, se
proponen modos, dispositivos, formatos e instrumentos alternativos que incorporan el uni-
verso de las imágenes y las prácticas artísticas para la planificación de la enseñanza.
“¿Se puede entregar en la escuela una planificación dibujada?” “¿Esto se puede presen-
tar como planificación?” Estas inquietudes de las/os futuros docentes traen la cuestión de
la circulación y recepción en contextos institucionales. Es preciso continuar investigando: la
articulación entre las variaciones visuales y la escritura de planificaciones formales estanda-
rizadas; los formatos híbridos que combinan diferentes tipos de representaciones (textua-
les, gráficas, textiles y objetuales) como rasgo singular de la anticipación en las asignaturas
de Artes Visuales.
Quizás muchos/as directivos/as y funcionarios/as estarían encantados/as de recibir una
planificación desplegable repleta de imágenes, una caja, un bordado, un tejido o un video.
Quizás se trate de comenzar a mirar e imaginar.
50 • La clase imaginada / Gabriela Augustowsky
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ARTE / EDUCACIÓN.
EL ABORDAJE TRIANGULAR
Territorios de la educación artística en diálogo • 53
Leitura da imagem
e contextualização
na arte/educação no Brasil
Ana Mae Barbosa
Universidade de São Paulo
Universidade Anhembi Morumbi
(Brasil)
1. Fazer Arte.
2. Ver e Ler a imagem, a obra ou o campo de sentido da Arte (Barbosa, 2019).
3. Contextualizar–o que é expressado e as imagens e os objetos que são
lidos em termos históricos, sociais, vivenciais, subjetivos, etc.
1 Pesquisa iniciada em 1980. Semana de Arte e Ensino USP. First publication, 1991.
54 • Leitura da imagem e contextualização na arte/educação no Brasil / Ana Mae Barbosa
Figura 1 e 2.
Guaches do artista de Pernambuco Francisco Brennand, que servia de base para a discussão do
conceito de cultura nos Círculos Culturais.
Falo de uma leitura que não é apenas formal em termos de linha, cor, espaço, etc., mas
de uma leitura interpretativa, crítica, contextualizadora do ponto de vista social. A AT não
prescreve nenhuma teoria para a empreendermos a leitura de imagem. Pessoalmente uso a
Estética Empírica, a Estética Relacional, já muito conhecidas e a Estética da Atmosfera 2 que
começa a se desenvolver. Mas, a escolha do processo de análise é do professor quase sem-
pre em conformidade com seus alunos no caso das Universidades. Grupos de estudos
em diferentes Universidades escolhem diferentes metodologias de leitura de imagem.
2 A Estética da Atmosfera vem sendo definida como intercultural. Nesse sentido, o conceito Estética da Atmosfera contribui
para a renovação dos princípios e metodologias da estética codificados. Ela tem como foco a inter-relação do objeto estético,
do comportamento estético e da percepção estética, revela as semelhanças e dessemelhanças de experiências estéticas de
diferentes tradições (compatibilidade, incompatibilidade, transição, entrelaçamento), e atribui importância de igual valor a
essas experiências sem hierarquização. Na verdade, a estética contemporânea é em grande parte intercultural.
Territorios de la educación artística en diálogo • 55
Por exemplo, na Universidade Federal do Rio Grande do Sul, o Grupo GEARTE liderado
por Analice Dutra Pillar trabalha com a Semiótica de Greimás (Greimas y Courtés, 1989;
Ramalho e Oliveira, 2005), a PUC-SP com a Semiótica Sincrética (Oliveira, 2004; Oliveira
y Teixeira, 2009), Luciana Fisher (Mato Grosso do Sul) com a Semiótica de Pierce (Oli-
veira, 2020). Temos ainda grande influência de Didi Huberman no grupo de Rita Breda-
riolli (Brendariolli, 2014), UNESP. Já o grupo de Jociele Lampert está se especializando
na Fenomenologia de John Dewey que destaca a Leitura da experiência na Universidade
do Estado de Santa Catarina (Lampert y Wosniak, 2021). No Pará se destaca a leitura his-
tórica no contexto da contemporaneidade (Medeiros, 2021, Rizzi y Silva, 2021). Em Juiz
de Fora a leitura culturalista de Paulo Freire se destaca nas pesquisas de vários grupos
(Fonseca, 2022; Urbano, 2010), assim como no Nordeste (Pernambuco, Paraíba).
A Teoria do discurso tem contribuído também para os processos de análise de imagem
e obra de Arte (Campos, 2020) como nos textos de Fernando de Azevedo (2014), mas as teo-
rias da comunicação estão interferindo positivamente na ampliação do escopo das leituras
associadas a Contextualização (Ronco, 2018).
As leituras baseadas nas teorias cognitivistas de Piaget de Arthur Efland também en-
contram eco no Brasil.
Leitura de livros e de imagens é decodificação e atribuição de significado para cuja cons-
trução participam interligadamente objeto e leitor numa ação designada por Derrida como
“subjectil”, a qual transforma o leitor em um recriador do autor.
Se a Leitura de imagem é construção de conhecimento, seja qual for o instrumento de
análise, a Contextualização ilumina a leitura levando a Arte a funcionar não apenas como
deleite, mas principalmente como base para a crítica cultural e social. O contexto é a fibra
ótica da leitura.
A contextualização como instrumento fenomenológico e epistemológico da Abordagem
Triangular foi construída em relação direta com a ideia de “conscientização” de Paulo Freire.
Só tornando-se conscientes da opressão os sujeitos podem se libertar da realidade
opressiva, da injustiça e do colonialismo sistêmico.
Fui aluna de Paulo Freire desde 18 anos de idade e nossa relação não se esgarçou ape-
sar da diáspora provocada pela Ditadura militar de 1964-1984. Ambos originários de Recife
(Nordeste do Brasil), ele se exilou no Chile e posteriormente na Suíça e minha família em
São Paulo. Visitei-o duas vezes na Suíça ficando hospedada com ele e sua mulher, que muito
contribuiu para sua obra. A minha ligação com os Freire foi tão próxima que eu fui aluna de
Paulo Freire, Madalena sua filha minha aluna, minha filha Ana Amália aluna de Madalena
e Carolina, filha de Madalena aluna de Ana Amália, minha filha. Trata-se portanto de uma
ligação educacional e inter-geracional.
A pesquisa mais extensa e aprofundada que fizemos antes de adotar a Abordagem
Triangular em nossa prática educacional foi na Secretaria Municipal de Educação de São
56 • Leitura da imagem e contextualização na arte/educação no Brasil / Ana Mae Barbosa
Paulo 3 quando Paulo Freire de volta do exilio tornou-se o diretor daquela instituição (1989 a
1991). A convite de Paulo Freire assumi a coordenação da reorganização curricular de Artes,
iniciei a pesquisa e Maria Christina Rizzi, que era minha orientanda e mediadora do Museu
de Arte Contemporânea da Universidade de São Paulo que eu dirigia (1986-1993), prosseguiu
brilhantemente.
Na Escolinha de Arte de São Paulo (Peterson Ferreira de Lima, 2014) já vinha pesqui-
sando a leitura de objetos levando os alunos a lojas de moda e de objetos de Design para
observarem e desenharam modificando a roupa ou o objeto para se adequarem aos seus
corpos ou a seus ambientes quotidianos sob a tutela de Paulo Freire, que nos enviava livros e
discutia ideias comigo e sua filha Madalena, pois trabalhávamos juntas.
Figura 3. Desenhos de observação do mesmo objeto por duas crianças de 9 e 10 anos em uma
loja de objetos de design. A proposta era adaptar o objeto observado a um ambiente
imaginado pela criança.
3 Havia em 1989 na Secretaria municipal de Educação de São Paulo 703 escolas públicas, muitas delas em condições bastante
precárias, uma educação municipal de pouca qualidade, servindo a 720.000 alunos distribuídos, por partes iguais, entre
Educação infantil (4-6 anos) e educação fundamental (7-14 anos). No total, 39.614 funcionários da educação municipal
(professores, administradores e pessoal de apoio), que representa 30% do total de servidores públicos da cidade de São Paulo,
constituem um desafio à imaginação administrativa e pedagógica (Freire, 2001, p. 14).
Territorios de la educación artística en diálogo • 57
4 Nora Merlin, intelectual argentina desde sua primeira palestra em abril de 2019 no Congresso Ensino/Aprendizagem das
Artes na América Latina: colonialismo e questões de gênero, por mim organizado com a ajuda de representantes de todo o
país, vem sendo muito lida e citada pelos arte/educadores decolonialistas no Brasil (ver Revista GEARTE).
5 Critico o DBAE por ser disciplinar no livro A imagem no ensino da Arte (San Pablo: Editora Perspectiva, 1991) no qual lanço
a Abordagem Triangular depois de quase 10 anos de pesquisas em locais diferentes. Na Universidade Federal do Rio Grande
do Sul por Analice Dutra Pillar e Denise Alcade com alunos de Escolas Públicas e Privada, no Museu de Arte Contemporânea
da Universidade de São Paulo como mediação cultural e na Secretaria de Educação do Município de São Paulo no período que
Paulo Freire foi Secretário de Educação continuando com Mario Sergio Cortella.
58 • Leitura da imagem e contextualização na arte/educação no Brasil / Ana Mae Barbosa
6 Em um Congresso em Sevilha, Juan Carlos Araño aventou a possibilidade de eu ter sido influenciada pelo Critical Studies de
David Thristlewood, com o qual concordo, pois David esteve duas vezes no Brasil a meu convite. Eu era frequente participante
de seus eventos profissionais.
Territorios de la educación artística en diálogo • 59
7 Carta de Victor Adamets, Chief. Studies Unit do BIE. Ginebra, 21 de abril de 1992.
8 No Brasil não usamos a expressão Educação Artística por ter sido a nomenclatura usada pela Ditadura Militar, mas as
designações Arte/Educação; Arte- Educação ou simplesmente Arte Educação.
60 • Leitura da imagem e contextualização na arte/educação no Brasil / Ana Mae Barbosa
A classe dominante se associa no Brasil aos museus para produzir um discurso de con-
vencimento dirigido às classes subalternas, tentando convencê-las de que aquilo de que a
burguesia gosta é o único padrão de valores válido. É assim que é mantida a colonização
europeia e norte-americana branca. Os museus querem que todos pensem que tudo que
eles guardam é valioso esteticamente. Em um país como o Brasil, que sofreu duas ditaduras
implacáveis: O Estado Novo (1937-1945) e a ditadura Civil/Militar (1964-1984), existe no acer-
vo dos museus muita obra ruim ou irrelevante, que entrou por ter sido produzida pela irmã
do general ou pela filha do deputado. Apreciação é igual a “Deleite-se mas não pense”.
Ao contrário, a Leitura Crítica e Contextualizada da imagem é aprendizagem da lingua-
gem presentacional, raciocínio através do pensamento visual, ação analítica e judicativa
sem menosprezar os processos empáticos.
Na Abordagem Triangular, é possível operar Leitura e Contextualização ao mesmo tem-
po, como processos interligados, como podemos ver no exemplo de trabalho que relatare-
mos a seguir:
Quando fui professora da The Ohio State University trabalhei com Michael Parsons, o
primeiro pesquisador a analisar o desenvolvimento da capacidade de leitura de imagens de
crianças e adultos. Ele chegou à conclusão de que uma criança até seis anos mais ou menos e
um adulto, embora com curso universitário, mas sem nenhuma experiência em ler imagens
estarão provavelmente na mesma fase de interpretação de imagens. Pude comprovar isto
numa pesquisa que fiz em 2001 com a coordenação do Dr. José Minerini Neto e as alunas na
época Raquel Palaia e Tatiana Prado com os passantes na Estação Sumaré do Metrô de São
Paulo sobre a recepção da obra pública de Alex Flemming lá instalada. A partir das etapas
do desenvolvimento para a leitura da obra de Arte detectadas por Parsons associada a de
Abigail Housen e aos estudos sobre cognição de Piaget, pudemos sistematizar a escalada das
interpretações do público (em anexo o esquema do desenvolvimento da leitura de imagens).
A pergunta deflagradora era a mais genérica possível: O que você está vendo aí?
Uma geógrafa com curso superior disse: “Pessoas né, me parece que foram funcionários
da época da obra do Metrô, pessoas que construíram o Metrô ou estavam de alguma forma
vinculadas, foi o que me disseram. Fiquei curiosa de ver, achei muito legal. Ficou legal, uma
coisa até um pouco jornalística, bem legal, acho que a arte não tem muita fronteira né, acho
que se emplacar alguma coisa é bom... Uma vez eu fiquei num hotel em Salvador que tinha
um painel mostrando quem tinha trabalhado na obra com todas as fotos durante a obra,
muito legal, então acho que de repente é uma coisa legal”. (38 anos).
Ela não leu a imagem, narrou uma história tirada de sua experiência, ela teve que in-
trojetar a imagem e submetê-la ao seu imaginário. Está na fase inicial, a fase narrativa, in-
tra-objetal da mesma maneira que uma mulher empregada doméstica, sem curso superior
que disse: “Vi os rostos, mas não identifiquei ninguém. Tem um rosto que eu imagino que
é do meu patrão, porque eu acho a fisionomia parecida. Eu gostei, não sou assim... culta né,
não tenho cultura nenhuma, mas eu gostei... mesmo se eu não identificasse ninguém eu
ia ficar olhando, tem uma ali que parece o Marcelinho [Carioca, jogador de futebol], tem
uma... vejo e fico imaginando as pessoas. Todos os dias eu olho”. (45 anos).
Sua colega quase da mesma idade, empregada doméstica também na fase narrativa,
intra-objetal na qual a percepção da imagem é álibi para imaginação ou base para a tenta-
tiva de associação com a representação realística de figuras e objetos, respondeu: “Legal, é
diferente, de todas as estações é o mais diferente. Não sei... só sei que no dia da inauguração
algumas pessoas que passaram eles pegaram para tirar foto. Eu fiquei sabendo isso. Para
quem está aqui esperando o Metrô, pensando nos problemas... distrai. Você analisa, quer
entender, ler o que está escrito ali... sei lá. Tem uma que parece comigo, aquela uma more-
ninha bem escurinha, ali no canto”. (42 anos).
Um Designer Social de 19 anos foi classificável na primeira fase não por ser contra narra-
tivo, mas porque não leu a imagem e inventou uma outra narrativa por acaso alheia à cons-
cientização social que deveria ser um foco de sua profissão: “Achei legal, uma coisa diferente
que os caras fizeram, colocar imagem de pessoas, mas acho que os caras deveriam assim...
sei lá colocar assim tipo por exemplo uma imagem de Gandhi alí tá ligado, de Bob Marley,
umas pessoas assim que signifiquem alguma coisa pra gente assim que eles colocaram pes-
soas que a gente não conhece que não têm espaço assim na mídia de alguma forma não
significam nada”. (19 anos, designer social).
Já um jovem ajudante de cozinha deu uma resposta que pode corresponder a segunda
etapa da apreensão da imagem, na qual há a percepção de estrutura, embora desconhecida
e atribuição de significação Inter-objetal, interesse na formatação do objeto, inter-relação,
enfim o objeto é visto fora da experiência do sujeito, mas ainda persiste a subordinação a ela.
Eis a resposta do jovem de 27 anos: “Uma pá de pessoas. Pessoas comuns do dia-a-dia,
uma pessoa de terno, uma pessoa com roupa comum, uma pessoa indo pro serviço, indo
pra escola... Não tenho nenhuma opinião feita sobre isso aí não, acho diferente, pelo menos
não é que nem os outros lugares que fica tudo parado, pelo menos é uma forma diferente
de mostrar nós que comandamos este país, né. Sem contar que o artista ele mostra a cara do
62 • Leitura da imagem e contextualização na arte/educação no Brasil / Ana Mae Barbosa
país; se alguém for conhecer nosso país fora do Brasil não vai um de nós lá mostrar, quem vai
é um artista, e pra ele mostrar a cara do país ele tem que mostrar o povo do país”.
Um vendedor de feira livre de frutas e verduras respondeu: “Vi a miscigenação de pesso-
as, uns brancos, japonês, negros... uma miscigenação de pessoas, é isso que eu vi. Acho uma
técnica, não conheço, uma técnica bonita não tinha visto ainda uma técnica assim mas... de
representativo seria o povo brasileiro... Miscigenação. Muito importante, é a sensibilidade
do artista com o seu povo”. (47 anos).
Esta última resposta também é classificável na segunda etapa, a intra-objetal que in-
clui respostas sobre Estrutura e Expressão, pois considera embora não conheça o proble-
ma da técnica.
Quando as pessoas se interessavam, a conversa com os pesquisadores se alongava e
estas pessoas em geral já estavam na etapa trans-objetal que é a analítica ou judicativa. A
relação sujeito-objeto é ultrapassada, vai além da experiência passada e da mera aparência
do objeto.
Enquanto em quarentena e escrevendo este texto, vi na internet a intervenção bem hu-
morada e didática que Flemming fez na instalação da estação de metrô Sumaré, a qual ga-
nhou máscaras de proteção contra o Corona Vírus. O contexto é outro e o contexto interfere
no processo de significação, da mesma maneira que uma intervenção, por menor que seja,
pode mudar a interpretação da obra e até torná-la outra obra.
Figura 5. Intervenção feita pelo artista Alex Flemming na sua instalação da Estação Sumaré de
Metrô durante a epidemia do Coronavírus, 2020. A segunda figura é a foto do próprio.
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64 • Leitura da imagem e contextualização na arte/educação no Brasil / Ana Mae Barbosa
ANEXO
1° Percepção narrativa
2° Percepção de estrutura
3° Percepção de expressão
4° Percepção analítica e/ou judicativa
1ª Fase
intra objetal - psicogenética ação
(sensório motor) do sujeito imaginário
1ª Fase
inter objetal - formatação do objeto,
(operatório-concreto) classificação, interrelação
Territorios de la educación artística en diálogo • 67
A escolha do tema para este texto leva em conta o contexto do congresso Territórios
da Educação Artística em Diálogo e o lançamento do livro Arte/Educação. Textos selecionados
(2022a) que comparte com os falantes de espanhol, sobretudo da América Latina, boa parte
da importante obra de Ana Mae Barbosa.
O livro, muito bem organizado, segue uma cronologia das pesquisas e produções teó-
ricas da autora: iniciando com a perspectiva histórica que foi e é fundante para o campo da
Arte/Educação brasileira; passando pelas concepções teóricas e metodológicas que se confi-
guram como epistemologias; ampliando no conjunto seguinte o campo da Arte/Educação ao
incorporar o conceito de mediação cultural, para finalizar pontuando a perspectiva decolo-
nial presente no pensamento da autora.
Diante deste contexto, tomo como foco a Abordagem Triangular, com a intenção de
compartilhar com as leitoras e leitores os movimentos que esse constructo teórico vem pro-
duzindo no contexto da arte/educação brasileira, para que a sua compreensão hoje possa
revelar toda a densidade que a envolve e apontar movimentos de expansão.
A escolha tem relação também com meu percurso, interesses de pesquisa e atuação do-
cente. Aprendi com Ana Mae que uma perspectiva histórica reflexiva —ou seja, uma pers-
pectiva histórica que atravessa nossa própria história de vida— é fundamental para nos situ-
ar no presente e pensar possíveis futuros; por outro lado trabalhando com formação de pro-
fessoras e professores de artes, entender os movimentos conceituais e metodológicos que se
agregam e atravessam os processos de ensino e aprendizagem das artes é fundamento para
formação docente. Portanto, o ponto de partida são as experiências imbrincada nas histórias
para encontrar sentidos para hoje.
68 • Abordagem Triangular: uma proposta em expansão / Rejane Galvão Coutinho
A Abordagem Triangular foi divulgada oficialmente com o livro A imagem no ensino da arte:
anos 1980 e novos tempos, publicado em 1991. O título já é por si uma declaração: a IMAGEM como
pressuposto do artístico, entendida em sua amplitude —como cultura visual e sobretudo como
articuladora do conhecimento no campo da arte—. No subtítulo, anos 1980 e novos tempos,
entrevemos os contextos, visto que as experimentações e pesquisas que alimentaram a
sistematização da Abordagem Triangular acontecem ao longo da década de 1980: período
de redemocratização do Brasil; quando Ana Mae inaugura a primeira linha de pesquisa em
ensino de arte no contexto acadêmico brasileiro, na pós-graduação da Escola de Comuni-
cações e Artes da Universidade de São Paulo (1983); quando organiza e realiza importantes
eventos como a Semana de Arte e Ensino (1981) e os Simpósios Internacionais de História da
Arte-Educação (1984; 1986; 1989), mobilizações que impulsionam a criação das associações
estaduais de professores de artes e a Federação de Arte Educadores do Brasil (FAEB); década
também de publicação das suas pesquisas históricas e dos primeiros livros teóricos que co-
meçam a mapear o campo de conhecimento.
Importante ainda pontuar que, nessa década, o processo de formação de Ana Mae segue
se diversificando com a realização de estágio como professora visitante na Universidade de
Birmingham (UK), entre 1982 e 1983, onde tem contato com o multiculturalismo inglês, e
também como professora visitante na Universidade do Texas (EUA), em 1986.
Foi uma década bastante movimentada e produtiva para Ana Mae e, consequentemen-
te, para o campo do ensino de artes, que finaliza com uma participação política-conceitu-
al na gestão de Paulo Freire quando ele foi Secretário de Educação na cidade de São Paulo
(1989-1991); e, finalmente, como gestora Ana Mae assume o importante cargo de diretora
do Museu de Arte Contemporânea da USP, entre 1986–1993, período em que fez sua Livre-
-docência (1990) com a tese que se transforma em livro: A Imagem no ensino da Arte: anos 80 e
novos tempos, ou seja: o título pontua todo o movimento que desagua na sistematização da
Abordagem Triangular.
Importante contextualizar que toda essa movimentação de Ana Mae Barbosa acontecia
no centro hegemônico do Sudeste brasileiro, a cidade da São Paulo. Movimentação que se
erradia através de sua atuação na Universidade de São Paulo, seja como docente pesquisa-
dora, seja como gestora e articuladora, nessa Universidade que ainda hoje responde por boa
parte do conhecimento produzido no Brasil. Ou seja, o que se anunciava como uma nova
proposição no campo da arte/educação em final da década de 1980 e início de 1990 vinha
de um centro hegemonicamente reconhecido. E esse é um tipo de movimento que sempre
estivemos acostumados a vivenciar, pois, como todos os demais países do continente ameri-
Territorios de la educación artística en diálogo • 69
cano, fomos forjados por processos coloniais, e, internamente em cada um de nossos países
e entre países, replicamos esses movimentos colonialistas, dos centros que se qualificam
como hegemônicos para os demais estados ou regiões periféricas.
No livro A imagem no ensino da arte, no capítulo 2, quando a autora analisa a Situação con-
ceitual do ensino da arte no Brasil, nos anos 1980, há um relato de uma pesquisa realizada “para
investigar a reação de professores de arte para com a introdução de imagens no ensino da
arte e para com a produção infantil sob a influência dessas imagens” (Barbosa, 1991, p. 20).
Uma pesquisa que pode ser compreendida como ensaio para a recepção da Abordagem
Triangular. A pesquisa foi realizada em cinco cidades a partir de duas palestras para audiên-
cia de professores universitários, estudantes de graduação e professores da educação básica.
Na análise da autora e pesquisadora, houve reações positivas e negativas às suas teses, que
foram justificadas, em parte, pelas formações modernistas que não concebiam a possibili-
dade de se expor crianças a influência de imagens em sala de aula. Fiz parte da audiência
das duas palestras, na cidade do Recife, e recordo que muitas das manifestações contrárias à
tese da palestrante se expressaram em forma de xenofobia. Concordo com a análise da auto-
ra de que o âmago da reação se assentava nas convicções modernistas. No entanto, a reação
ao que estava sendo formulado no centro hegemônico do conhecimento se manifestava à
flor da pele.
Apesar dos ruídos dessa movimentação que pode ser percebida na superfície como de
mão única, em suas declarações e posicionamentos Ana Mae sempre procurou refletir e
problematizar sobre a posição privilegiada que ocupava e ainda ocupa, ora reforçando sua
predisposição identitária com o Nordeste brasileiro, especialmente com muito carinho pela
cidade de Recife onde viveu seu período de formação inicial; ora revelando que essa iden-
tificação a faz também sofrer preconceitos no próprio Sudeste onde atua, dificultando sua
inserção no coração do contexto acadêmico da Universidade de São Paulo.
Importante também considerar no contexto de recepção as práticas patriarcais e hie-
rárquicas das academias. Ana Mae sempre lutou para ser ouvida e respeitada como uma
pesquisadora e professora de um campo de conhecimento que se situa na interseção de
duas grandes áreas acadêmicas com históricos distintos: a tradicional área da Educação e
a recente área de Artes. O campo epistemológico da Educação Artística, do ensino e apren-
dizagem da Arte ou da Arte/Educação, como se queira nomear, que se situa neste intervalo,
foi ativamente corresponsável pelo reconhecimento e delimitação da área de Artes no meio
acadêmico e Ana Mae a porta-voz desse segmento. A despeito dessa ativa colaboração, o
campo da Arte/Educação não tem o devido reconhecimento nem dentro da própria área de
Artes, nem na tradicional área da Educação.
O construto da Abordagem Triangular vem qualificar o campo de conhecimento das Ar-
tes e mesmo que tenha sido validada pela classe acadêmica da USP, num rito de livre-docên-
cia, tendo inclusive em sua banca o renomado educador Paulo Freire, sua recepção foi minimiza-
da no meio acadêmico. Aqui ponderamos que o caráter de democratização dos conhecimentos
artísticos e estéticos, cerne da Abordagem Triangular, talvez tenha incomodado as liturgias exclu-
sivistas dos templos acadêmicos das Artes.
70 • Abordagem Triangular: uma proposta em expansão / Rejane Galvão Coutinho
tos que vivenciamos nos processos coloniais de importação de modelos estrangeiros. E como
qualquer reprodução que não passa por processos de apropriação significativa, o resultado
foram reproduções redutoras, através de entendimentos aligeirados de leitura como breves
questionários sobre o quê se vê; de contextualização como breve biografia do artista, em
alguns casos apoiadas em narrativas estereotipadas; do fazer artístico como cópias camu-
fladas em releituras das obras em foco.
Esta redução leva o próprio contexto da arte/educação brasileira a várias reflexões crí-
ticas e a própria Ana Mae Barbosa vai responder às críticas publicando em 1998 o texto “Ar-
te-Educação pós-colonialista no Brasil: aprendizagem triangular”, que compõem também
o livro publicado pela CLACSO/UNA, onde vai reforçar o caráter abrangente da proposição
pós-colonialista, corrigindo as nomeações e explicitando as fundamentações.
No texto de 1998, a autora faz uma reflexão aberta e propõe o termo Proposta Triangular,
justificando que metodologia é domínio do professor; se demora ampliando o entendimento
de leitura como leitura de mundo, fazendo explicitamente referência ao conceito de leitura de
Paulo Freire; alarga a ideia e o movimento de contextualização para além da historiografia
das artes, reforçando que contextualizar é tecer relações com os conhecimentos que atraves-
sam as obras, imagens ou movimentos em foco, abrindo espaço para a interdisciplinaridade
dos conhecimentos artísticos; e reforça a relação do fazer artístico com o conceito de experi-
ência estética de John Dewey.
O texto finaliza com um sub-tópico dedicado a pluralidade de leituras, que entendo ser
um apontamento de Ana Mae ao perceber que a questão da leitura da imagem é uma di-
mensão epistemológica e metodológica complexa para as professoras e professores de ar-
tes. Nos cursos de formação, não se preparava as futuras professoras e professores para a
leitura e interpretação. As disciplinas de Estética e História da Arte se estruturavam em torno
de conteúdos e informações, no tempo histórico e linear. Tivemos que exercitar a leitura e
interpretação em sala de aula junto com os estudantes e, obviamente, demos muitos passos
em falso nessa caminhada.
Começamos a entender, nós do contexto de recepção, que muito mais do que uma meto-
dologia, trata-se de uma articulação conceitual e filosófica que sustenta epistemologicamente
o campo de conhecimento do ensino de artes. Como afirma a própria Ana Mae:
Do final do século XX até hoje, o campo do ensino de artes no Brasil vem se movimen-
tando, se qualificando e se apropriando da Abordagem Triangular através de “reconfigura-
ções conceituais, implicações pedagógicas, pesquisas e derivações cognitivas, e exercícios
em diferentes contextos escolares: da educação infantil às culturas visuais decoloniais” (Bar-
bosa y Cunha, 2010).
Ana Mae publicou, junto com a arte/educadora Fernanda Pereira da Cunha, uma coletâ-
nea com título A Abordagem Triangular no Ensino das Artes e Culturas Visuais, com uma organi-
zação em tópicos que tomei aqui de empréstimo para mostrar a amplitude dos movimentos
gerados pela triangulação. A publicação faz um balanço dos vinte anos da Abordagem Trian-
gular e o texto “Abordaje triangular en la enseñanza de las artes y la cultura visual” que com-
põe o livro da CLACSO/UNA (2022), é uma revisão atualizada do texto de apresentação deste
livro. E recentemente, em 2022, a Revista GEARTE, importante periódico do campo da Arte/
Educação brasileira, dedicou um dossiê3 aos trinta anos da Abordagem Triangular, dando
visibilidade e extensão aos territórios das apropriações. Neste dossiê, Ana Mae publica um
texto no qual revisita a Abordagem Triangular agora sob uma explícita perspectiva decolo-
nial, reforçando a Leitura da imagem e contextualização na arte/educação no Brasil4.
O contexto das apropriações se estendeu também ao domínio institucional através de
documentos curriculares que passaram a orientar o ensino de artes no contexto brasileiro,
ao final da década de 1990, quando tivemos no Brasil uma atualização do sistema de ensino
pós-ditadura, sob uma perspectiva neoliberal. A promulgação da Lei de Diretrizes e Bases da
Educação Nacional em 1996, se desdobrou na elaboração dos Parâmetros Curriculares Na-
cionais —PCN, em 1997 e 19985—. Foi uma resposta a um movimento globalizado proposto
pelo Banco Mundial de padronização curricular entre os países. No contexto do Mercosul
temos na mesma época os documentos curriculares de Argentina, Uruguai e Paraguai em
1995, como resultado dessa equiparação.
Em meio a esse contexto neoliberal, foi a primeira vez que o ensino de Arte conquistou
um espaço em igualdade de condições com os demais componentes curriculares passando
a Arte a ser reconhecida como área de conhecimento. Trata-se de uma importante vitória
do movimento de Arte/Educação brasileiro, da luta das professoras e professores, das asso-
ciações e da Federação de Arte Educadores do Brasil (FAEB). Luta que Ana Mae impulsionou
com suas ações e, sobretudo, com a sistematização da Abordagem Triangular que deu a área
de Arte o status de área de conhecimento.
Entretanto, todo o documento curricular incluindo a área de Arte foi elaborado a partir
de um modelo proposto pelo educador espanhol César Coll que foi consultor nessa elabora-
ção. Mais uma vez estávamos nos submetendo ao olhar europeu ao buscar como referência
El abordaje triangular se inscribe desde una pedagogía crítica y liberadora en una mo-
dalidad que se asume para todo tipo de discurso simbólico, en el más extendido registro de
lo sensible en razón de contextos propios donde confluye nuestra pluri-culturalidad y donde
el sentido del contexto es tanto territorial e histórico como epistémico. (Salort, 2017, p. 181)
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Territorios de la educación artística en diálogo • 77
El abordaje triangular de
Ana Mae Barbosa:
maneras de habitar la educación
artística y la formación docente
en artes en Brasil
Leda Guimarães
Faculdade de Artes Visuais
Universidade Federal de Goiás
(Brasil)
En ese itinerario de vida y docencia, como profesora que actúa en carreras de formación
de maestros de y para las artes visuales, siempre me ha causado asombro la fuerza que el
Abordaje Triangular ha ganado en el contexto de la enseñanza artística en Brasil, siendo re-
petida, adoptada en manuales, en planes curriculares de lo más distintos posibles, desde
la enseñanza primaria hasta la educación de jóvenes y adultos, libros didácticos, proyectos
de las ONGs, tesis de grado y posgrado etc. Aunque esa adopción sea cuestionada a veces,
aplicada de manera no crítica y hasta tergiversada, una imagen se construía en mi mente,
que me preguntaba cómo yo, que también tengo como base el Abordaje Triangular en mi
constitución de docente/investigadora, podría proponer una llave para la comprensión de
esa fuerza, para dialogar con estudiantes en las diversas asignaturas de que soy titular en
la carrera de Profesorado en Artes Visuales en la Universidad Federal de Goiás, en el centro
este de Brasil.
Revisando un texto que he escrito (Guimarães, 2018) sobre las cúpulas geodésicas, es-
tructuras creadas por el arquitecto estadounidense Richard Buckminster Fuller (1895-1983),
se me ocurrió la posibilidad de establecer un juego de analogía entre esas estructuras y el
Abordaje Triangular. Fuller tenía el objetivo de crear guaridas versátiles, livianas y flexibles
que fueran “máquinas de habitar capaces de modificarse conforme a las necesidades de
quien las habitaba”. ¿No sería ese también el propósito de Ana Mae cuándo da por cierto que
el Abordaje es muy flexible, pues puede ser aplicado de muchas maneras? Aún más, da por
cierto que los caminos metodológicos son hechos por cada persona que se utilice del Abor-
daje Triangular. De esa manera, para pensar sobre el tema “modos de habitar la educación
artística y la formación docente en artes”, traigo el Abordaje como una estructura simbionte,
que, al crear maneras de habitar la educación artística y la formación docente, también hace
guarida en nosotros.
Es importante contextualizar el surgimiento del Enfoque Triangular en medio de un es-
cenario de educación artística en Brasil muy frágil y marcado por la ausencia de profesiona-
les capacitados para la enseñanza de las artes. Según Diaz,
No fue hasta 1971, con la Ley Federal n. 5.692 de “Diretrizes e Bases da Educação”, que en
Brasil la educación artística pasó a ser obligatoria tanto en la enseñanza fundamental como
en la media. Para responder a la demanda de profesores que generó dicha Ley, se crean en el
año 1973 los cursos de licenciatura en Educación Artística. Sin embargo, aquellos cursos solo
tenían 2 años de duración y fueron pensados para formar a un profesor polivalente, capaz de
dar clases de música, teatro, artes visuales, dibujo, danza; todo al mismo tiempo. (Fernández
Díaz, 2019, p. 3)
se puede decir que el Enfoque Triangular se configuró como una respuesta a las deman-
das de los profesores de Artes Visuales, en un momento en que se observó el declive del Tecni-
cismo en la educación brasileña. Vino a renovar la entonces Educación Artística, inicialmente
en el campo de las artes plásticas y visuales y, luego, en las otras artes. La práctica docente en la
escuela enfatizó un hacer por hacer, en una mezcla de libre expresión y enseñanza de técnicas
descontextualizadas. (p. 161)
Por lo tanto, establecer una analogía entre la formulación de las geodésicas de Fuller y la
formulación del Enfoque Triangular de Ana Mae Barbosa, más que un juego de palabras, nos
permite jugar de manera poética y visual para proponer la idea de refugio, hogar, morada en
la educación artística brasileña.
Pero, ¿cuáles son las estructuras del juego de analogía que dibujo entre el abordaje
triangular y las geodésicas de Fuller? Comencemos con un ejercicio geométrico. La estructu-
ra triangular en proyección tridimensional es una pirámide, en donde la propia base de esa
pirámide es un triángulo que al abrirlo se convierte en un tetraedro.
Fuente: www.genesisgeodesica.com.br/geodesicas
Fuller empieza desde la junción de varios tetraedros para formar esferas, las cuales, par-
tidas al medio, se conviertan en un domo (geodésicas) de extraordinaria capacidad de resis-
tencia, flexibilidad, adaptación y expansión.
80 • El abordaje triangular de Ana Mae Barbosa / Leda Guimarães
Esas características de las geodésicas pueden ser también atribuidas a la naturaleza del
abordaje triangular, entendiéndola como un sistema sinérgico interactivo que impacta fuer-
temente la educación de artes en Brasil desde fines de la década de 1980 y que, en su esencia,
tiene carácter comunitario, colaborativo y ecológico.
Fuente: https://publica.ciar.ufg.br/ebooks/licenciatura-em-artes-visuais/modulo/1/cp001.html
Territorios de la educación artística en diálogo • 81
Imagen 3.
Abordaje triangular para la enseñanza de arte sistematizada por Ana Mae Barbosa Tavares. Produci-
do por Elisabeth Rosa de Grande.
Fuente: www.recife.pe.gov.br/efaerpaulofreire/sites/default/files/arquivos/noticias/17junho21_
EJA2_LINGUAGENS.pdf
Imagen 4.
Imagen 5.
Representación gráfica de las dimensiones del Abordaje Triangular de Barbosa
Imagen 6.
Un Abordaje Triangular de Ana Mae Barbosa (Vanisse Simone Alves Corrêa).
Fuente:
revistacontemporartes.com.br/2018/12/14/ensino-de-artes-a-abordagem-triagular-de-ana-mae-bar-
bosa/
En el primer esquema (Imagen 3), los vértices del triángulo huyen de un esquema rígida-
mente geométrico, y sus vértices son tirados por la palabra arte, que está en el centro. En el
segundo esquema (Imagen 4), los círculos ovales se entrecruzan, manteniendo la palabra arte
Territorios de la educación artística en diálogo • 83
Expansión
Como he dicho, la fuerza del domo geodésico viene del encuentro de tres triángulos que
forman un tetraedro que forma una curvatura de “extraordinaria resistencia y ligereza ex-
cepcional”. La geodésica no es nada más que una red en curvatura que se expande a través de
dos puntos de conexión. El Abordaje también es una red en expansión, en la concomitancia
de sus tres instancias básicas del aprendizaje del arte: hacer, contextualizar y reflexionar.
Acordémonos que la profesora Ana Mae destaca siempre que no existe un vértice que sea el
comienzo o el fin de la acción pedagógica o del proceso de aprendizaje. Así, si pensamos en
cada triángulo del Abordaje Triangular en un movimiento continuo de desdoblamientos en
tetraedros, los cuales se expanden y forman curvaturas que, cuanto más se expandan, más
seguras se convierten, tendremos metodológicamente acciones pedagógicas reforzadas por
la expansión de múltiples y diferentes posibilidades del hacer, del contextualizar y de la re-
flexión crítica, resultando en el fortalecimiento del sistema de aprendizaje de artes, y no sólo
de las visuales.
Pero, sin duda, el carácter de expansión proviene del carácter multicultural del Aborda-
je Triangular, pues viene en un momento de salida del Brasil de los penosos veinte años de
la dictadura militar. Como nos recuerda Ana Mae (2005), fue el multiculturalismo basado en
la diferencia de clases sociales lo que estalló por primera vez en Brasil, la revitalización de las
ideas de Paulo Freire, que regresó a Brasil en 1980 Para ella, este esfuerzo multicultural trajo la
necesidad de ver críticamente los “medios”, especialmente la publicidad y la programación de
la red Globo, durante la dictadura y, al menos hasta 2002, más poderosos que el Ministerio de
Educación.
Con el paso de los años y con la llegada de otras cuestiones de la posmodernidad, el tér-
Territorios de la educación artística en diálogo • 85
mino “multiculturalismo” también será revisado por Barbosa (2016): “Hoy mi ansiedad es
interculturalista. El multiculturalismo significa el reconocimiento de varios códigos cultu-
rales y la interculturalidad la posibilidad de trabajar con varios códigos culturales al mismo
tiempo” (pp. 22-23). Para Barbosa,
Ligereza
grados de complejidad que el usuario maneje. Salta que en el hacer artístico se pueden en-
contrar algunas reglas y estructuras que sirven para algunas soluciones, pero que no sirven
para otras, y son siempre temporarias. Según el autor, el arte está en constante movimiento,
siempre expandiendo significados del pasado hacia el futuro, sirviéndose de cualquier re-
curso, temporario, alusivo, metafórico u cualquier otra combinación de medios que por ahí
se encuentre.
Esa capacidad porosa y mutante confiere ligereza a los vértices del Abordaje Triangular,
permitiéndole operaciones inter y transdisciplinares y experimentales, rompiendo con la re-
lación sujeto-objeto de la enseñanza tradicional. Así, la ligereza, generalmente vista como
un aspecto negativo para nuestra área, es en realidad uno de los puntos fuertes para la cons-
trucción de nuestro campo. Para Ana Mae Barbosa, el arte no tiene “acertado” o “errado”, y
eso es demasiado importante para los niños de las escuelas que son rechazadas en razón de
que a veces presentan dificultades de comportamiento. En el arte, ellos pueden atreverse sin
miedo, explorar, experimentar y develar nuevas capacidades.
Resistencia
Como carácter de resistencia, se puede decir que el arte es hoy reivindicado justamente
por las capacidades que en el pasado lo excluyeron y lo marginalizaron en el contexto esco-
lar: por su capacidad de deconstruir, de flexibilizar, de tratar con las diferencias. Antes en una
condición accesoria y ornamental, hoy el arte se hace un nuevo eje estructurador de nuevas
formas y concepciones de enseñanza y de aprendizaje. Todas esas características se entre-
cruzan entre sí y se imponen como los triángulos que generan los tetraedros de las geodé-
sicas. Los entrecruzamientos en sí mismos propician la pérdida de los rígidos límites entre
contextos de docencias, entre manifestaciones artísticas y culturales, entre experiencia del
yo y los otros. Ana Mae llama la atención de que la “negación de la historia del otro es un
síntoma de los colonizados y esta negación empieza a afectar toda la educación, hasta la
enseñanza de arte en Brasil”.
Un aspecto fundamental en el Abordaje Triangular se afinca en el carácter de resistencia
y enfrentamiento, en las palabras de la propia Barbosa (2022), en “la sumisión a la hegemo-
nía euro/nortecéntrica de los discursos, de los currículos, de las imágenes y de los artefactos
que se presentan en las carreras de profesorado, en los libros y en las clases de artes visuales
en la educación superior y en la educación primaria”. Es la resistencia necesaria frente al con-
servadurismo, a las políticas educativas que no reconocen la importancia del arte en los con-
textos escolares y en el sistema curricular, que no consideran al arte como conocimiento, así
como frente a las interpretaciones erróneas hechas al contenido hegemónico del Enfoque.
Ana Mae reconoce que “La propuesta Triangular ha sido constantemente resistematizada
por los profesores para bien o para mal. Se ha generado y degenerado, por ser una propuesta
abierta a diferentes enfoques estéticos y metodológicos” (p. 59). En un principio, se desató la
ansiedad metodológica que se concentraba en los modos de leer.
Territorios de la educación artística en diálogo • 87
Las tres operaciones (hacer, leer y contextualizar) del Abordaje Triangular tienen poten-
cia para esa resistencia, pero es desde la contextualización que yo, como docente y formado-
ra de docentes para el campo de las artes visuales, propongo una subversión de los códigos
hegemónicos, al incorporar en mi agenda docente, investigativa, estética y poética, al mar-
gen de los currículos oficiales, la cultura visual del pueblo. Apuesto por maneras pedagógi-
cas, didácticas, metodológicas que procuran romper muros, cruzar fronteras entre modos de
vida/universidad y de vidas/comunidades, en especial, buscando conocimiento de las artes
y culturas populares, que pasan por una diversidad de manifestaciones y contextos, de las
artesanías, ferias, comercios populares, artes callejeras como los dibujos y pinturas murales,
además de las producciones que generalmente quedan afuera de los arreglos curriculares
hegemónicos, a los cuales he llamado “visualidades populares” (Guimarães, 2014). El térmi-
no también se basa en las experiencias con la Propuesta Triangular “que se dieron en expo-
siciones de código popular y de estética de lo cotidiano” (Barbosa, 2022), como, por ejemplo,
las muestras Carnavalescos, Combogós, Latas e Sucatas - Arte Periférica de 1989, A Estética
do Cadomblé (1989) y a Mata (1990). Según Adriana D’Agostinho (2022), Ana Mae consideró
la exposición como transgresora, ya que presentaba el arte de una minoría social realizada a
través de un trabajo manual preocupado por una estética, que estaba lejos de recibir espacio
en los museos y galerías de la época (p. 86).
Además, mis operaciones docentes basadas en este vértice giran en torno a la construc-
ción de narrativas visuales como un espacio de investigación en el escenario metodológico de
la orientación de los proyectos de investigación en educación y visualidades, en el Programa
de Posgrado en Arte y Cultura Visual de la Universidad Federal de Goiás. El Abordaje está pre-
sente en la orientación de disertaciones y tesis de mis estudiantes, en las cuales es posible
mapear las acciones de leer, contextualizar y hacer la propia investigación. Es decir que, en
estos procesos, se encuentra en el uso de la construcción, lectura y contextualización de imá-
genes como base de la investigación y escritura de la tesis. Con esta triple estructura, el Abor-
daje señala posibilidades metodológicas de investigación estética / educativa y cultural, así
como combate los sesgos y problemas de esta opción en el mundo académico, tan propenso
a la supremacía de la palabra/texto, especialmente en el rigor formal del texto escrito en la
elaboración del pensamiento sistemático donde los procesos artísticos se hacen presentes.
Caminos docentes e investigativos de esta naturaleza convergen en la importancia de
“leer el mundo” para la construcción de sentidos y subjetividades con las imágenes y en las
imágenes, revelando deseos, discursos y prácticas que constituyen el ver. Sumo el carácter
postcolonial apuntado por Cabrera Salort (2017) al carácter postdisciplinario del Abordaje
Triangular de Ana Mae Barbosa, pues, aunque nacido en el campo de las artes visuales, nos
desafía a involucrarnos no sólo con las imágenes producidas en este campo, sino también
con diferentes imágenes y los usos que se hacen de ellas a través de las relaciones sociales
e históricas y, al mismo tiempo, con cómo estas relaciones constituyen las maneras como
nosotros, arte educadoras culturales, hacemos frente a las imágenes y la presencia de ellas
dentro, fuera y más allá de las escuelas. Para mí, estos dos aspectos reafirman la importancia
del Abordaje Triangular como un horizonte metodológico de investigación artística.
88 • El abordaje triangular de Ana Mae Barbosa / Leda Guimarães
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GÉNEROS, DIVERSIDAD
Y EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
EN LA ENSEÑANZA
DE LAS ARTES
Territorios de la educación artística en diálogo • 93
Esta es una frase que se dice, se escucha y se escribe mucho, pero si la replanteamos en
el momento presente, estas palabras tienen mucho más sentido todavía cuando pensamos
en la formación de las mujeres brasileñas: mujeres de todos los colores, con diferentes orí-
genes. Además de las indígenas, dueñas de las tierras de Brasil, la formación de las mujeres
brasileñas se hace con otras de varias partes del mundo: África, Europa, Asia... En fin, Brasil
es un país multicultural, pero... ¿por qué hay tanto racismo?
Después de todo, somos de todos los colores: somos mujeres negras, morenas, mestizas...
¿Cómo nos convertimos en mujeres brasileñas?
Pensando en la eliminación de nuestra ascendencia femenina, ¿cómo sucedió eso?
¿Cómo se ha blanqueado la sociedad?
¿Cómo se borraron a las mujeres? ¿Cómo se borró nuestra ascendencia indígena y negra?
¿Cómo se refuerza este borrado en las clases de arte e historia del arte?
Libros escritos por hombres y clases de historia del arte impartidas también por hombres
borran las historias de la sociedad brasileña, mucho más de las mujeres en el arte, y traen al
salón de clases solo artistas masculinos, blancos, en su mayoría europeos.
Danielle P. Rocha Pitta sostuvo en una charla en 2022 que “el mito es el occidental, el de
la evolución, etnocéntrico y cristiano, como siempre, que vincula el sexo al pecado, a Eva”, por
el que la mujer carga con el pecado original. Por un lado, la mujer negra convertida en sím-
bolo de la sexualidad, a partir de la violencia sexual de los colonizadores, es simbolizada por
la mujer del pecado, y para una sociedad cristiana es necesario “borrar” este color. Por otro
lado, el sistema económico devalúa a las mujeres, especialmente a las negras, para justificar
la explotación por mano de obra barata.
94 • Blanqueamiento, arte y mujeres: una perspectiva brasileña / Maria das Vitórias Negreiros do Amaral
En cuanto a la estructura cultural, el hombre blanco debe ser superior a la mujer y a los
demás colores, lo que refuerza así la mitología de la dominación. Y el arte como imagen de
la cultura de un pueblo, en el pensamiento del colonizador blanco, debe presentarse como
modelo de una sociedad “próspera y evolucionada” y destruir la cultura del otro.
Yo, profesora universitaria de Artes Visuales de la Universidad Federal de Pernambuco,
en el nordeste de Brasil, trabajo con la formación de profesoras y profesores, desde la pers-
pectiva del abordaje triangular de Ana Mae Barbosa, y como investigadora en el campo de
los estudios del imaginario, según Gilbert Durand y Danielle P. Rocha Pitta, ambos antropó-
logos. En Brasil, soy una mujer considerada no negra; con los privilegios de tener la piel clara,
tengo el deber no solo de estar en oposición al racismo y misoginia, sino de librar una lucha
antirracista y antimisógina, presentando mujeres artistas negras, indígenas y periféricas –
en su mayoría negras–, por una sociedad más equitativa y democrática.
El sistema económico devalúa a las mujeres, especialmente a las negras, para justificar
la explotación de mano de obra barata. En todo el mundo occidental y occidentalizado hay
una cultura de la propiedad, de la superioridad, de la propiedad de la tierra y de los pueblos
que son considerados inferiores y, dentro de estos últimos, se encuentran las mujeres. Para
reforzar este pensamiento, traigo a Rosario Castellanos (2005), una investigadora mexicana
que mostró varios escritos de autores filósofos, personas que muchas veces admiramos, para
hacer una reflexión feminista sobre la escasa autoridad intelectual que le es concedida a las
mujeres, a diferencia de a otros sujetos creadores de obras culturales y artísticas. Castella-
nos, entre otros autores, cita a Arthur Schopenhauer, en su tratado Sobre las mujeres:
Solo el aspecto de la mujer revela que no está destinada ni a los grandes trabajos de la
inteligencia ni a los grandes trabajos materiales. Paga su deuda a la vida no con la acción
sino con el sufrimiento: los dolores del parto, los inquietos cuidados de la infancia: tiene que
obedecer al hombre, ser una compañera paciente que le serene [...]. La razón y la inteligen-
cia del hombre no llegan a su auge hasta la edad de veintiocho años; por el contrario, en la
mujer la madurez de espíritu llega a la de dieciocho. Por eso tiene siempre un juicio de esta
edad, medido muy estrictamente, y por eso las mujeres son toda la vida verdaderos niños.
(Castellanos, 2005, p. 43)
Pero esto no ocurre solo en relación a las mujeres, es un pensamiento que llega con fuer-
za a las personas negras, indígenas, LGBTQIA+ y también a los más “pobres”, en una visión
colonizadora y de un modelo blanco, europeo y masculino. Muchas veces, estos pueblos son
considerados pobres, porque no tienen dinero ni posesiones, pero son esas personas que
cuidan de la tierra, de los ríos y de la vida, como los pueblos originarios.
Y así, los colonizadores crean imágenes, personajes y narrativas blancas, masculinas y
relacionadas con el mercado dentro de un sistema político y económico neoliberal. Traigo
ejemplos de personajes que todos conocemos, que no son blancos, pero que fueron presen-
tados y publicitados por el mundo como tales. Papá Noel, que es un personaje ficticio, está
basado en San Nicolás, una persona “real”, representado por un hombre blanco; no lo era.
Territorios de la educación artística en diálogo • 95
Nicolau nació en Mira, región que ahora llamamos Turquía. (National Geographic, 2018).
Esta es una deformación de la identidad que transforma la imagen de las personas y las
hace cambiar de facto, dándoles la idea de que son personas malas, feas y que tienen que
cambiar su apariencia. ¡Donde la belleza es siempre la otra!
El discurso europeo siempre ha destacado el tono de la piel como la base principal para
distinguir el estatus y el valor. Las nociones de “bárbaros”, “paganos”, “salvajes” y “primitivos”
muestran la cosmología que guio la percepción eurocéntrica del otro en los grandes mo-
mentos de expansión territorial en Europa. (Bento, 2022, p. 28)
Eternizada en la imaginación popular como una mujer de piel blanca y ojos azules por
la actriz británica Elizabeth Taylor, Cleopatra ha provocado debates durante siglos en torno a
su astucia política, su belleza, su identidad y su legado para Egipto. (BBC News Mundo, 2020)
Modelos como el de Papá Noel y el de Cleopatra forman parte de una política de blan-
queamiento occidental, que muchas veces se transforma en racismo, en baja autoestima de
los pueblos no blancos, en incapacidad de creerse inteligente y capaz de crear. Seguro que
la última reina de Egipto no tenía rasgos ni origen blancos. Cleopatra, que ha sido retratada
como una mujer “hermosa” en los estándares de la belleza blancos, se convirtió en una mu-
jer con rasgos europeos reforzados por el cine y en la pintura. Pero probablemente era una
mujer con rasgos africanos.
¿De qué blanqueamiento estamos hablando? Es una relación de dominación de un grupo so-
bre otro: la supremacía blanca. Una supremacía del occidente contra los pueblos colonizados por
él. En este estatus, no hay espacio para personas que no sean blancas, en el que la superioridad, la
belleza, la inteligencia se quedan con estas personas y que, contrariamente, los vagos, perezosos,
sin inteligencia, sin alma son los pueblos originarios, los negros, los grupos LGBTQIA+, los dife-
rentes en una sociedad que solo permite una verdad: la del hombre blanco y europeo.
¡En Brasil no es diferente! Los esclavizados en el período colonial, sus descendientes y los
pueblos originarios son vistos como inferiores, vagos, feos, maleducados, entre otros adjeti-
vos. Por estos prejuicios, nadie quiere sufrir racismo, y por eso muchas personas borran sus
rasgos, en un intento de escapar de esta situación. Así ocurrió el blanqueamiento desde el
período colonial hasta el día de hoy.
La redención de Cam es una pintura al óleo sobre lienzo realizada por el artista español Modes-
to Brocos, en 1895. La obra aborda las controvertidas teorías raciales de finales del siglo XIX y el
fenómeno de la búsqueda del “blanqueamiento” paulatino de las generaciones de una misma
familia a través del mestizaje. Lo que se conoció como eugenesia, una teoría que busca la selec-
ción humana basada en la genética. Y así comienza un proceso de racismo estructural en Brasil.
96 • Blanqueamiento, arte y mujeres: una perspectiva brasileña / Maria das Vitórias Negreiros do Amaral
Modesto Brocos, en 1895, ha traído una imagen que muestra la intención del rey Don
Pedro en borrar los colores de brasileños con la inmigración de extranjeros para mezclar la
población negra. Una política de borramiento que ocurre hasta el día de hoy y así nos man-
tuvieron alejados de nuestra ascendencia. Yo, por ejemplo, no tengo las referencias de mis
antepasadas y antepasados; imagino que algunas de ellas y algunos de ellos fueron negras,
negros e indígenas, pero no lo sé.
las formas de exclusión y mantenimiento de privilegios en los más diversos tipos de ins-
tituciones son similares y sistemáticamente negadas o silenciadas. Este pacto de blanquitud
tiene un componente narcisista, de autoconservación, como si lo “diferente” amenazara a lo
Territorios de la educación artística en diálogo • 97
“normal”, lo “universal”. Este sentimiento de amenaza y miedo está en el centro del prejuicio,
la representación que se hace del otro y la forma en que reaccionamos ante él. (Bento, 2022,
p. 18)
Cuando los colonizadores portugueses invadieron las tierras que ahora son Brasil, en
nuestro territorio había cerca de 3,5 millones de indígenas. Muchos fueron esclavizados y
trabajaron duro para los colonizadores portugueses. Pero, para la producción de caña de
azúcar, los africanos, de diferentes países, traídos de su patria a la fuerza, tenían más ex-
periencia con esta plantación, y los colonizadores creían que los indígenas eran demasiado
vagos para trabajar. Como los europeos no aceptaban su cultura de cuidar de la tierra como
su hogar, porque solo querían explotarla para extraer los minerales y cultivar el palo brasil y
toda la riqueza que había allí, los indígenas tampoco lo hacían. ¿Quién quiere herencias tan
“malas”?
Es una violencia que no termina nunca contra el pueblo brasileño, en su mayoría for-
mado por gente negra (el número de quilombolas es de 1,3 millones, en el censo de 2022)1. El
racismo es fuerte por parte de la población blanca, una minoría que mantiene su poder y
1 Primer censo quilombola realizado en el Brasil, por el Ministerio da Igualdade Racial (https://www.gov.br/igualdaderacial/pt-br).
98 • Blanqueamiento, arte y mujeres: una perspectiva brasileña / Maria das Vitórias Negreiros do Amaral
dominio, contra el resto de la población. Con sus privilegios, estas personas explotan, matan,
destruyen la naturaleza porque se creen dueñas del mundo. “El heredero blanco se identifica
con otros herederos blancos y se beneficia de esta herencia, sea concreta o simbólicamente;
por otro lado, tiene que servir a su grupo, protegerlo y fortalecerlo. Este es un acuerdo tácito,
el contrato subjetivo no verbalizado”. (Bento, 2022, pp. 24-25)
En palabras de Anjos:
Brasil es un país fundado (o inventado) por la violencia colonial. Es un país que lleva,
inscrito en su origen, marcas de extrema violencia —esclavitud y exterminio— contra los
pueblos originarios de las tierras que, a principios del siglo xvi, los colonos portugueses to-
maron como propias. Es un país que, además, muestra signos de violencia igualmente extre-
ma por parte de una minoría blanca europea contra los aproximadamente cinco millones de
hombres y mujeres negros sacados a la fuerza de diferentes lugares de África y llevados para
ser esclavizados en el “Nuevo Mundo” que se estaba gestando allí. (Anjos, 2023).
¡Fuimos el último país que abolió la esclavitud de los hombres y las mujeres!
La situación de las mujeres era aún peor, porque, además del trabajo pesado, eran explo-
tadas sexualmente. Las mujeres, tanto indígenas como africanas, fueron utilizadas como ob-
jetos, violadas, humilladas y subyugadas. Se construyó una narrativa en la que las mujeres son
objetos sexuales o feas por su piel negra y cabello rizado, tan rechazadas hasta el día de hoy.
La formación de las mujeres brasileñas se ha moldeado por diferentes pueblos. Somos
de todos los colores.
“Mi voz la uso para decir lo que calla” (“Que calla”, Elza Soares, 2018). Elza Soares es el
ejemplo de resistencia, de denuncia y de lucha contra los blanqueamientos. En las canciones
que canta, su lucha es explícita. En este contexto colonizado, las mujeres artistas, hoy cons-
cientes de una violencia racista que trae en su narrativa un rechazo a sus cabellos rizados,
cuestionan, indagan, intercambian imágenes. Impactan en la sociedad con imágenes vio-
lentas de cómo son agredidas cotidianamente y sus cabellos son el símbolo de la negritud,
por eso los salones de belleza están llenos de productos para alisarlo.
Estas son algunas artistas brasileñas que luchan contra esos rechazos y el racismo:
Priscila Rezende es licenciada en Bellas Artes por la Escola Guignard-UEMG (Belo Hori-
zonte, Brasil) con especialización en Fotografía y Cerámica. En la performance Bombril, origi-
nalmente realizada en 2010, durante un tiempo aproximado de una hora, la artista frota con
su propio cabello cierta cantidad de objetos de material metálico, generalmente de origen
doméstico. Bombril, además de una conocida marca de productos de limpieza y hogar, forma
parte de una extensa lista de apelativos peyorativos utilizados en nuestra sociedad para re-
ferirse a una característica del individuo negro: el cabello. Parte de este nombre se usa para
hacer reflexionar a la sociedad sobre el racismo.
Territorios de la educación artística en diálogo • 99
Fuente: Enciclopedia Itaú Cultural de Arte y Cultura Brasileña. San Pablo, 2023. Disponible en:
http://enciclopedia.itaucultural.org.br/obra34673/bombril
Rosana Paulino es una artista visual, educadora y curadora brasileña. Es también docto-
ra en Artes Visuales por la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad de San Pablo
y especialista en grabado por el London Print Studio. Bastidores es un trabajo artístico que
trata sobre el silenciamiento, el borrado, la anulación en backstage que son piezas de borda-
do, trabajo tradicional de su familia.
Y Gê Viana, artista brasileña que a partir de un encuentro con Lívia Aquino, investiga-
dora en el campo de las artes visuales, comienza a utilizar la ‘imagen precaria’ y los medios
de apropiación de fotos históricas. Sobre su producción, ella comenta: “Hacer un camino en
el arte hoy parte de la idea de denuncia, haciendo uso de categorías estéticas. Pienso en el
legado que dejaron los fotógrafos que denunciaron en clics la cotidianidad de las grandes
ciudades, los guetos y los pueblos tradicionales. Las imágenes de archivo que traigo son imá-
genes que aún llevan un trauma histórico de nuestro pueblo, entonces pensé en una manera
de apropiarme para traer otras narrativas, que trabajen sobre posibilidades más felices, por-
que siento que nuestra felicidad está en riesgo” (Galería Superfície, s/f)
El arte hace un proceso de estos prejuicios y, al mismo tiempo, permite que las artistas y
los lectores de arte tengan concientización y reconocimiento de sus orígenes y sus colores, y
2 N. de E.: Las “escravas do eito” eran las que trabajaban en las plantaciones.
102 • Blanqueamiento, arte y mujeres: una perspectiva brasileña / Maria das Vitórias Negreiros do Amaral
los valoren a partir de su producción artística y su vida. “Las artistas feministas han trabajado
la experiencia propia del exilio entre los que llamo ‘mundos-entre’, metrópolis y (ex)colo-
nias. Territorios emblemáticos de conflictos geopolíticos que perviven y libran sus luchas en
los cuerpos, atraviesan océanos a vuelo rasante” (Bidaseca, 2018).
“Mil naciones han moldeado mi cara”. En Brasil, somos una mezcla de colores razas, et-
nias, pueblos. Con estas mezclas, las mujeres artistas y educadoras fueron mostrando nues-
tra identidad.
Para Bento “es necesario reconocer y debatir estas relaciones de dominación para crear
condiciones para el avance de otro tipo de sociedad y otros pactos civilizatorios. Las relacio-
nes de género, raza, clase, origen, entre otras, son muy similares en la forma en que se cons-
truyen y perpetúan a través de pactos, casi siempre no explícitos”. (Bento, 2022, p. 15)
Los trabajos de arte aquí presentados muestran la reverberación de caminos históricos,
artísticos, feministas y antirracistas de ser y luchar por todos, de gritar por todos. Así, se evi-
dencia la importancia de una acción pedagógica orientada a determinados fines, para que
podamos explorar no solo el potencial humano, sino ganar un público que se identifique con
la causa y reflexione sobre ella en espacios que, en un principio, no son comunes para pro-
mover tales reflexiones. La discusión aún está en pañales, a pesar de todas las luchas, y en
este momento particular es sumamente importante que no nos quedemos callados; el arte/
educación ya se está presentando de tal manera que involucra al feminismo en sus temas, y
esto se está mostrando como política de resistencia (dentro de la universidad y fuera de ella).
Así, con la realización de este trabajo para este congreso, cobra aún más fuerza, en el sentido
de reunir a más personas para discutir y reflexionar, logrando compaginarnos con trabajos
de otros ámbitos, incluidos los movimientos sociales, feministas, antirracistas. De hecho,
proyecta estas acciones transversales/horizontales en el imaginario con el empoderamien-
to identitario, pero no sólo en el ahora, sino también proyectado hacia el futuro, para las
futuras generaciones, en lo cual las personas se miren en el espejo, se vean a sí mismas y se
sientan orgullosas de quienes son, tal como son. Que la sociedad ya no se sorprenda por te-
mas como los aquí señalados, que son parte de la educación en su conjunto. (Amaral, 2019).
¡Avante!
Territorios de la educación artística en diálogo • 103
Referências bibliográficas
Proyecto [in]visible1
margarida dourado dias
Instituto de Investigação em Arte, Design e Sociedade (i2ADS)
Faculdade de Belas Artes - Universidade do Porto
Investigadora responsable del proyecto [in]visible
(Portugal)
]in[
Eduardo Galeano,
Semillas de identidad, (2014/2016)
1 Proyecto financiado por la Fundação para a Ciência e Tecnologia, con la referencia 2022.05056.PTDC. https://invisible.i2ads.
up.pt/
106 • Proyecto [in]visible / margarida dourado dias
Queremos pensar en quiénes somos y en quiénes son los demás. ¿Dónde se encuentran
las expresiones, los sentimientos, las personas, las formas de vivir y pensar el mundo si los
libros de texto se limitan a mostrar formas de ser y estar que se reducen a personas de piel
clara, sin dificultades en la vida, siempre sonrientes y felices por reproducir actividades
asociadas al género, clase social, etnia, edad o capacidad? ¿Estos libros no están enseñando
que solo hay dos formas de ser –los buenos y los malos; los alegres y los tristes; los iluminados
y los oscuros; los ricos blancos occidentales y los pobres de color del tercer mundo– y que
únicamente una de ellas se considera positiva y deseable? ¿Estos libros no están imponiendo
un punto de vista en el que hay personas y formas de ser que merecen ser representadas y
deseadas, mientras que hay otras que permanecen ocultas, fuera de la vista, porque no son
“normales”? ¿Estos libros no están contribuyendo a mantener a los blancos en el centro del
mundo y a las personas de color en los márgenes, como podría decir Grada Kilomba (2020,
p. 180), contribuyendo una vez más al racismo, a un racismo de microagresiones cotidianas,
a una constante discriminación hacia todas las personas que no representan una norma?
2 [in]visibilidad de las identidades en los libros de texto portugueses del primer año de educación primaria de “Estudo do Meio” desde 1974
(tradución libre de la autora)
3 En la siguiente imagen se utilizan detalles de imágenes de los libros de texto: (1976) Meio físico e social (Porto Editora); (1982) À
nossa volta (Porto Editora); (1985) Tico-tico descobre o meio (Editora ASA); (1991) Magia do Saber (Livraria Arnado); (1995) As minhas
descobertas (Ed. Nova Gaia); (2002) Bambi 1 (Porto Editora); (2003) Estudo do Meio do João (Ed. Gailivro); (2007) Oficina 1. Estudo
do Meio (Porto Editora); (2007) O Estudo do Meio da Carochinha (Ed. Gailivro); (2010) Os Tagarelas (Ed. Livro Directo); (2016) Todos
juntos (Santillana).
Territorios de la educación artística en diálogo • 107
Los ejemplos que figuran en las imágenes de los libros de texto ofrecen, con respecto
a las estructuras sociales, políticas y culturales, un soporte para el (re)conocimiento de uno
mismo y del otro. (Re)conocimiento de quién se ve en el espejo y de quién sirve de modelo,
pero también de quién es invisible. Un (re)conocimiento impuesto, pero no siempre sentido.4
4 En la siguiente imagen se utilizan detalles de imágenes de los libros de texto: (1976) Meio físico e social (Porto Editora); (1978)
O meu mundo (Porto Editora); (1982) À nossa volta (Porto Editora); (1985) Tico-tico descobre o meio (Editora ASA); (1991) Magia do
Saber (Livraria Arnado); (1991) Janela do Mundo (Ed. ASA); (1999) Pequenos Curiosos (Porto Editora); (2002) Bambi 1 (Porto Editora);
(2003) O Quico e o Meio (Ed. Nova Gaia); (2007) O Estudo do meio da Carochinha (Ed. Gailivro); (2010) Os Tagarelas (Ed. Livro Directo);
(2016) TOP! (Porto Editora).
108 • Proyecto [in]visible / margarida dourado dias
[pentagrama]
[cambio de tiempos]
modelo de enseñanza primaria y una nueva política del libro escolar en 1979 (Decreto-Lei n.º
191/79, del 23 de junio, y Portaria n.º 572/79, del 31 de octubre).
El segundo momento, que destaca en la presente investigación, es la aprobación de la Ley de
Bases del Sistema Educativo (n.º 46/86, del 14 de octubre), que coincide con la entrada de Portugal
en la Comunidad Económica Europea en 1986. Este será el momento en el que la asignatura de
“Meio Físico e Social”, creada para el curso escolar 1975/1976, se replanteará y transformará en la
asignatura de “Estudo do Meio” 5, lo cual ocurrirá en 1989 (Decreto-Lei n.º 286/89, del 29 de agosto).
Y, por último, el momento relacionado con las reformas curriculares de la educación
portuguesa que comenzaron en 2001. Es un tiempo en el que se diseñaron nuevos programas
para todos los niveles de enseñanza y se introdujeron nuevas metodologías con el objetivo
de crear ciudadanos activos y críticos.
Con un punto de vista decolonial y antidiscriminatorio, en este proyecto dirigimos nuestra
atención hacia los libros de texto del primer grado de la asignatura de “Estudo do Meio”.
Aunque a través de cualquier libro de texto (independientemente de la materia y del nivel) es
posible mostrar visual y textualmente las imposiciones de los estereotipos identitarios, en esta
investigación nos estamos centrando en estos libros de texto de la educación primaria porque
presentan representaciones y ausencias directas de identidades en relación con la diversidad
cultural, el estatus social, el género, la orientación sexual, las edades y las personas con
discapacidad. Estas diferentes categorías se analizan en simultáneo debido a la interseccionalidad
en la discriminación y porque sería difícil cerrar los ojos y la mente y solo privilegiar una o varias
situaciones discriminatorias.
Importa decir que, con la instauración de la democracia en Portugal, todo el país es repensado
y también hay un enfoque en renovar la educación. Se llevan a cabo varios ensayos curriculares
en diferentes años para innovar los currículos (incluso en el nivel inicial), la evaluación, los libros y
materiales escolares y la formación docente. La preocupación por la calidad didáctica y científica tanto
se registra en leyes como se divulga en los medios de comunicación como la televisión.6
Los libros de texto de “Estudo do Meio” (y “Meio Físico e Social”) que se eligieron para
ser analizados corresponden a los años de su aprobación y salida al mercado. Entendemos
que las intenciones gubernamentales con respecto a los primeros libros de texto de “Meio
Físico e Social” (1975/1976) inciden sobre una nueva forma de pensar acerca de las personas y
de sus relaciones con la sociedad y la naturaleza (individuo-familia-escuela-sociedad). Pero
también nos cuestionaremos hasta qué punto se rompió con el pasado (dictatorial), incluso
después de haberse creado una nueva asignatura.
La dificultad para encontrar y acceder a registros de libros de texto en las editoras
y en las bibliotecas portuguesas, aliada a la dificultad para obtener información sobre su
adaptación en las escuelas en Portugal, coloca al equipo del proyecto ante desafíos que
deben ser enfrentados. Sin embargo, a partir del curso lectivo 2007/2008, la información con
el calendario de adopción de los libros de texto se vuelve sistemática y de acceso inmediato
a través de la página web de la Direção-Geral da Educação.
Los años que seleccionamos para trabajar los libros de texto fueron los siguientes: 1975
(curso lectivo 1975/1976), 1979, 1989, 1991, 1995, 1999, 2003, 2007 (curso lectivo 2007/2008),
2010 (curso lectivo 2010/2011), 2016 (curso lectivo 2016/2017). Entre marzo y julio de 2023 se
hizo una recopilación en Biblioteca Nacional de Portugal, y en ella se consiguieron 45 libros
de texto (12 libros de “Meio Físico e Social” y 32 de “Estudo do Meio”) para la construcción del
archivo de imágenes de representación de identidades.
[loop]
[compases]
Quando a avó falava assim, Leonor sentia-se de facto uma princesa. Mas, depois,
olhava-se ao espelho e não achava os cabelos loiros e sedosos das princesas dos
livrinhos de histórias. O cabelo dela era crespo e escuro, rebelde, e a explicação da
avó Alzira dissolvia-se num mar de dúvidas.7
7 “Cuando su abuela hablaba así, Leonor se sentía de hecho una princesa. Pero, después, se miraba en el espejo y no encontra-
ba el cabello rubio y sedoso de las princesas de los libros de cuentos. Su pelo era crespo y oscuro, rebelde, y la explicación de la
abuela Alzira se disolvía en un mar de dudas” (traducción libre de la autora).
112 • Proyecto [in]visible / margarida dourado dias
Araújo, Marta y Rodríguez Maeso, Silvia (2012). A institucionalização do silêncio: a escravatura nos manuais de
história portugueses. Revista (In)Visível, 1, p. 7-15. http://hdl.handle.net/10316/42622
Borges Coelho, João Paulo (2021). Museu da Revolução. Alfragide: Editorial Caminho.
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lativamente à presença de imagens nos manuais escolares e à sua eficácia pedagógica. Da Investigação Às
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hme.6.2017.17128
Territorios de la educación artística en diálogo • 113
¿Cuál fue tu relación –como cantante, como artista– con el sistema educativo?
¿Cómo te formaste y cómo evaluás retrospectivamente esa experiencia?
Desde los 12 o 14 años quería ser cantante lírica, quizá por la influencia de mi padre,
Oscar de Gyldenfeldt, y de mi tía, Graciela de Gyldenfeldt, eximia cantante lírica. Desde muy
chica, con el amor por la ópera y la música “clásica”, tenía un gran sentido de pertenencia con
114 • Entrevista a Luchi de Gyldenfeldt / Lucas Petersen
la técnica lírica y del bel canto y con la cantidad de emociones y sentimientos necesarios para
que una ópera sea contada. Yo quería transmitir y hacer algo de eso, sobre todo por su gran
conexión con el teatro y con lo humano. Entonces, había un motor que era “yo quiero hacer”.
No era “yo quiero estudiar”, sino un “yo quiero ser cantante lírica”, estar en un escenario y
curtirme y sentir y crecer y hacer. Es una reflexión que estoy haciendo ahora. Eso incluía
el proceso del estudio. Y hubo un sorprendente y hermoso encuentro con la Universidad
Nacional de las Artes. Entonces, yo estudiaba Historia en la Universidad de Buenos Aires. En
algún sentido, hice el balance de que eso ya no me representaba y pasé a estudiar en la UNA,
cuando todavía era el IUNA [Instituto Universitario Nacional del Arte]. Cuando ingresé,
sentía un poco ese orgullo de estar recién llegado, sabiendo que de repente era algo muy
prestigioso, y me encontré con una experiencia gratificante. Sobre todo, porque yo tenía
ganas de hacer, y encontré en la universidad mucho espacio para hacer.
Si bien no concluí los estudios, a los 15 años ingresé a la carrera de Piano del Conservatorio
Astor Piazzolla e hice cinco años ahí. Yo entendía que no iba a hacer canto en ese momento
porque sabía que, a esa edad, por el cambio de voz, no estaba aconsejado estudiar canto
lírico para hacer una masculinidad. Así que hacía canto en el colegio, en el Liceo 9, con Rita
Hassan, y después con Alejandra Varela, una profesora de coro que empezó a llevar algunas
cositas de Verdi, de Nabucco o de Il Trovatore, o un poco de zarzuela. En ese coro, yo estaba
con Ferni, mi hermana. Después empecé a tomar alguna clase de canto en el Astor Piazzolla,
fuera del horario de cursada, en el taller que daba Oscar Gálvez. Pero mi contacto con el
estudio formal de la música es con el instrumento del piano. Ahí me pude sumergir más en
el aspecto teórico, lo cual fue muy interesante. Tuve un excelente profesor de Teoría Musical,
Marcelo Delgado, que me abrió la cabeza. Y luego empecé a estudiar canto particular con
quien fue mi profesor en la UNA, Eduardo Cogorno. Preparamos durante dos años el examen
de ingreso. Fue un gran referente en ese momento para mí. Después podemos discutir lo
compleja que es, digamos, cierta paternalización o maternalización en relación al canto, y al
maestro o la maestra de canto, pero me encontré con un profesor que le importaba que yo
cantara y que tenía ganas de que yo cantara. Yo estudiaba y era un poco la alumna preferida
porque participaba en todos los proyectos de la universidad.
mimo a la yo del pasado que no pudo ver en ese momento que era una travesti o estaba
haciendo una femineidad. Había muchas cosas encriptadas dentro de lo identitario, si
bien tuve muchísima libertad de crecer vocacional y profesionalmente en la universidad. El
Departamento de Artes Musicales es un departamento hermoso, lleno de propuestas para
quienes tienen ganas de transitarlo con esa intensidad. Yo creo que eso es lo que me definió
toda la carrera. Viví muy intensamente el compromiso por el estudio. Me sentaba al piano
y estudiaba. Podía hacerlo porque había tenido cuatro, cinco años con Marcelo Delgado y
tenía la coordinación suficiente como para poder acompañarme, además de una familia de
músiques que hacía que un domingo, de repente, terminara en una schuberteada o en una
tertulia cantando arias y demás. Entonces, no me desconectaba después de una clase de
canto. Mi vida giraba bastante en torno a eso, o en ir al Teatro Colón o al Teatro Argentino
de La Plata. Pero, así como estaba eso, también creo que no había tiempo o espacio para mí
y tampoco en la institución como para cuestionarlo. La transición es algo que me pasó por
fuera de la institución.
Eso fue en 2017. El arte no puede estar separado de lo que sucede en la sociedad. Quizás mi
hermana, la Ferni, como cantante de folklore, podría mencionar cuál es el recorrido que grandes
cantores y cantoras populares como Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Joan
Baez han hecho en relación a su pueblo y a los eventos políticos. Como soy cantante lírica, esto
quizás genera más extrañeza, porque aparentemente la ópera nunca fue un evento político... Ja
ja [refuerza irónicamente las interjecciones de risa]. Eso sí es una crítica mía: se nos enseña en
la universidad y en los conservatorios al canto lírico como un métier digno de reproducirse en
el Teatro Colón, como si éste fuese un gran museo vacío, como una gran cáscara dorada cuyo
contenido pareciera cada vez más sin sabor, más nihilista, sin sentido.
Ópera Queer nace en el macrismo. Ya veníamos jugando, la verdad, pero en 2017 es cuando
terminamos de definir la propuesta. Fue curioso y fuerte porque yo me recibo como barítono con
traje y corbata, cantando un repertorio difícilísimo de mélodies françaises (Poulain, Debussy, Ravel,
Fauré, Reynaldo Hahn), mientras se estaban sucediendo las represiones del macrismo en Plaza
Congreso por las manifestaciones en contra de la reforma jubilatoria. Yo no sabía si lo iba a hacer
porque estaba cerrada la facultad. Y a la semana hicimos un concierto de Ópera Queer en el sótano
de Mu Trinchera Boutique. En ese momento, yo sentía que eran como dos caras de una misma
moneda que era yo misma. Una era la posibilidad de cantar como barítono con esa performance
culturalmente masculina y, si se quiere, también hegemónica, y la otra era una perfo travesti y
contrahegemónica, o disidente por lo menos. Además, cantaba con otra vocalidad o con otro
aspecto de una posibilidad vocal, que en ese momento era como sopranista.
Estuve todo un año así: 2018 fue de muchas idas y vueltas acerca de cómo quería cantar
y qué me estaba pasando con el barítono, porque se había sembrado internamente un
116 • Entrevista a Luchi de Gyldenfeldt / Lucas Petersen
nuevo horizonte, una nueva posibilidad que a mí me hacía más sentido y me reflejaba más
como identidad también. En el 2018, Ópera Queer se consolidó como una trinchera propia,
una trinchera bastante amorosa y tierna, yo creo. Los eventos nos han demostrado que ha
interpelado muchísimo, que ha sido como un refugio para muchas personas que se han
acercado y se acercan a abrazarnos y a recibir este abrazo desde la música y el canto lírico.
Hay una observación que también puedo hacer en relación al deber ser y a cumplir una
currícula. Después de que me recibí, ese concierto fue una de las cosas que me demostraron
que yo no podía seguir insistiendo en ese camino que mis profesores y mis maestros, un
poco la universidad, un poco yo misma y un poco el mercado y el sistema me ofrecían, que
era el “vete a Europa a hacer tu carrera de barítono”. Hubo algo que pasó que me hizo dar
cuenta de que yo no podía seguir insistiendo: después de recibirme no pude nunca más
volver a cantar ese concierto. Yo entiendo que puedo estar oxidada porque un verano no
canté y me fui al Bolsón a ser un poco hippie, pero no me pasa ahora como contratenora.
Quizás hay un mes en que no canto, pero yo sé que entreno, sé que vuelvo y sé que estoy
ahí y cada vez que canto y hago un show mi vocalidad está presente y es la primera que me
defiende. Mi vocalidad, mi musicalidad, mi técnica, toda la cantidad de años que le dediqué
a ese estudio están ahí haciéndome sentir en casa y segura. Pero después de recibirme yo
he intentado volver a cantar esas obras sin la sensación de que me tenía que recibir y me
di cuenta de que no podía. Era como si hubiese sido un milagro, como si los planetas se
hubiesen coordinado para poder hacer ese concierto. Tuve señales en el cuerpo muy claras,
como la de sentirme estrangulada cuando intentaba cantar o la de quebrarme queriendo
pasar arias de barítono.
Y también tuve sensaciones de mucha libertad cuando me empecé a buscar con la voz
de contratenor, o “contratenora”. Yo me nombro contratenora para poder empezar a hacer un
poco de ruido en relación al conocimiento de nuestras vocalidades y para poner un poco en
jaque la reproducción sistemática de una nomenclatura que define los registros de manera
binaria, esto es, en masculinos o femeninos. Es un trabajo de hormiga que vamos haciendo,
como para empezar a problematizar y empezar a generar conciencia sobre eso.
Creo que las instituciones no son independientes de las personas que las conforman.
Entonces, si bien son pesadas, son enormes aparatos burocráticos –como las definiría
Jazmín–, es sorprendente que una institución tan importante haya estado a la altura
de las circunstancias de una sociedad. Muchas veces pasan muchos años para que den
una respuesta tan desde adentro. Por lo general, se habla de cátedras abiertas, como
pasó en la UBA en la época de la recuperación de la democracia. Que fuese presentada
y aprobada por unanimidad desde adentro de la universidad una cátedra troncal con
ese nombre habla de una cátedra hacia el futuro. La cátedra de canto disiente nos está
esperando. Por más que esté sucediendo ahora, estamos construyendo un puente
hacia esa verdadera cátedra de canto disiente, no solamente en la UNA sino en varias
universidades o conservatorios. Ya estamos terminando su tercer año, y sabemos que
sigue siendo la única de la ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires y
de la Argentina, la única de Latinoamérica y del mundo. Debe dejar de jactarse de ser
la única.
118 • Entrevista a Luchi de Gyldenfeldt / Lucas Petersen
Esta es una gran cuestión de la cátedra canto disidente. En este momento, de las cuatro
personas que cursan en la cátedra, la única identidad no binaria es Zahir, une chique trans
masculine no binarie, con quien estamos haciendo un trabajo maravilloso identitaria y
vocalmente. Me encantaría que hubiera más identidades travestis, trans, no binarias, y de
hecho creo y asumo este compromiso porque durante el transcurso de estos años pensé
que el hecho de que se corriera un poco la bola de que la cátedra existía era suficiente
para que se llenara, pensé ilusoriamente que las travestis y las personas no binarias iban
a venir corriendo. La verdad es que hay que entender mucho más el fenómeno de lo que
significa una universidad para el colectivo travesti trans no binario. Voy a tener que redoblar
personalmente la difusión, insistir en los grupos del colectivo para que sea un lugar más
cercano. Obviamente, si me preguntás quién era yo a los 22 años te hubiera dicho Lucho y
con suerte te decía que era puto. Me costaba un montón entonces. Las identidades trans no
binarias existimos y estamos empezando a ocupar los espacios. Estaría buenísimo que la
cátedra estuviese llena de personas de este colectivo.
Además del hecho de que se trate de una cátedra universitaria, ¿cuánto creés que
pesa en esto el hecho de que el canto lírico sea un espacio artístico tradicionalmente
asociado con minorías o con un lenguaje del que gran parte de la población se
siente muy ajena? En grandes períodos de la historia, la ópera fue muy popular,
pero hoy perdió ese arraigo. ¿Qué puede hacer una cátedra disidente con eso?
Yo creo que puede apostar a renovar. Cuando van a escuchar un espectáculo de Ópera
Queer, a las personas les pasa que no sabían que les podía gustar la ópera y es algo hermoso
o que les llega a un lugar distinto. Una cátedra de canto disidente es una propuesta diversa
y en muchos aspectos podría renovar un poco la manera en la cual se enseña y se aprende
ese canto. Está lejos del estereotipo de una disciplina rígida y castrante o estructurada, pero
también está en el marco de una carrera que es muy demandante. En un momento en donde
se pone en cuestión la universidad pública y gratuita, creo que es fundamental redoblar los
esfuerzos y la convocatoria a ocupar estos espacios. Aunque, más allá de los tiempos actuales
que nos corren políticamente, también es verdad que la música se diversificó un montón en
nuestro país y no es extraño que la matrícula de las universidades o de los conservatorios
haya disminuido un poco y haya, después de la pandemia, otro tipo de sensación de cómo
se puede aprender música y cómo se puede hacer para pegarla o para dedicarse a la música.
En relación a la cantidad de años que yo he estudiado –diez años, entre el conservatorio y la
universidad–, entiendo que hoy aparentemente no es compatible con ciertos tiempos de
la modernidad. Entonces, esto también es para repensarlo en los planes estudios o en las
instituciones, para no perder que esto pueda seguir siendo un derecho de formación pública
y gratuito y que a la gente le siga interesando formarse ahí. Entonces, hay que entender un
poco el contexto en general. El hecho de que Zahir esté en la cátedra como alumne, que yo
Territorios de la educación artística en diálogo • 119
esté en la cátedra como profesora, me da suficiente orgullo en este momento como para
sentir que es importantísimo seguir convocando y haciendo esa tarea.
¿Qué pasa con los registros de les estudiantes? ¿Se exploran variantes, hay
demandas en ese sentido? ¿O ya llegan con una idea consolidada de en donde
se quieren mover?
Hay variedad. La cátedra propone una exploración. Yo siento que tengo una empatía
particular para darme cuenta, por haber transicionado vocalmente, de cuando hay algo que se
está saturando desde cierto lugar intelectual, para poder cambiar a otra cosa. Se ha enseñado
canto lírico de manera bastante particular, cada maestro o maestra con su librito. A veces era
una cuestión de suerte si caías con un maestro o maestra cuyo librito te venía bien, porque
podía no ser así y la pasabas muy mal. Esa escucha y esa sensación de empatía por la vocalidad,
la corporalidad y la identidad de alguien que tenías enfrente podían no ser del todo buenas. Y
las personas sufríamos bastante porque sentíamos que no nos salía o no entendíamos.
Yo creo en una técnica vocal más comparada, si se quiere, en recopilar un poco las cosas de
las que se está hablando actualmente en la vocología, también técnicas como las de Moshé
Feldenkrais o Frederik Matthias Alexander, o por qué no Rabine, o por qué no el bel canto
italiano antiguo, para poder hacer una escucha filtrada con les estudiantes y presentarles
cantantes de ópera más antiguos. Es algo que durante mi transcurso en la universidad
sentía que era una diferencia en mi formación, un capital cultural ganado porque mi familia
escuchaba ópera y porque yo podía reconocer por lo menos a 10 sopranos cantando la misma
aria sin necesidad de leer quién era. Había algo ahí, entonces, en relación al timbre vocal, a
los filtros vocales, a los mecanismos, a la posibilidad que daba un melomanismo absoluto
que también era un capital cultural que servía a mi vocación a aprender. Yo me daba cuenta
de que quienes estudiaban canto lírico quizás no sabían que existía. A esas personas, el
hecho de conocer, de escuchar, de aprender a escuchar también, les posibilita explorar la voz
de falsete o la voz de cabeza o la voz de pecho para transitar otras identidades.
A veces observo que una alumna tiene alguna tensión en un lugar llamado el pasaje central
y le digo “bueno, relajá”, le toco “Someone Like You” de Adele y le digo “a ver, cantá, que te gusta
cantar esta”. Se pone a cantar y se empieza a reír y nos reímos todos. ¡Estás cantando Adele en la
UNA! Creo que es algo de esa descontractura que se puede dar en relación a la música para que
aparezca la musicalidad también, para que aparezca lo identitario: “A mí me gusta cantar esto
y me doy cuenta de que puedo volver a encarar lo otro desde un lugar más relajado”.
Sí, totalmente. Esto es para mí un gran hallazgo personal. Es una gran manera de poder
entender desde el canto y desde la docencia del canto que no existe una identidad rígida o
120 • Entrevista a Luchi de Gyldenfeldt / Lucas Petersen
fija: “no soy la Luchi sino que estoy siendo la Luchi”, como dice Marlene Wayar. Estar siendo es
este devenir de la identidad, separado de algo rígido. Vas siendo la identidad que vos quieras.
Existe un parangón, si se quiere, en separar voces de vocalidades: yo hablo de vocalidades
disidentes no necesariamente desde un lugar sexogenérico identitario sino desde el
hecho de que todas las personas tenemos vocalidades y las vocalidades nos posibilitan,
nos invitan a explorar un sinfín de matices y de posibilidades del propio instrumento, de la
propia musicalidad, independientemente de tener que elegir en un momento cierto tipo
de vocalidad para cantar una obra. A todes les alumnes les propongo saber que todo eso
existe, independientemente de lo identitario en términos sexogenéricos. Cuando cantamos,
estamos cantando con una porción de esa vocalidad, no estamos cantando todo el tiempo con
todas las posibilidades. Justamente, eso hace ser libres, no fijas, a la vocalidad y a las voces. Yo
me recibí con ese concepto rígido: “vos sos barítono Martin, o sea, un barítono agudo, pero no
tanto… y tu repertorio va a ser interpretar a Belcore, Malatesta… A lo sumo vas a ser un barítono
lírico. Olvidate de cantar Scarpia porque no tenés voz”. Era mucha clasificación, demasiado
extrema, demasiada estructurada en el Fach, que significa que hay voces específicas para cada
tipo de repertorio: “Bueno vos sos Luchi, te anoto en la carpeta, si un día me falta un contratenor
que cante esto te llamo a vos”. Sabías todo lo que ibas a cantar de acá a que te murieras.
El canto disidente es un poco escapar a eso. ¿Es disidente al mundo? Sí, es disidente al
mundo. ¿Es disidente al mercado? Un poco disidente al mercado es. ¿Existe otro mercado por
fuera del mercado oficial? Sí, ya lo creo: con Ópera Queer tenemos contrataciones bastante
lindas. Es cuestión de creérsela un poco y de armar ese mundo.
Yo creo que es el gran frente por el cual todo me hizo sentido. Habiendo transicionado
a una identidad no binaria, después travesti, y habiendo podido transicionar vocalmente,
pude observar, digamos, teóricamente cómo están estructurados los registros vocales
de acuerdo al sexo biológico o el género asignado al nacer las personas. A las personas
travestis trans, que nos corremos identitariamente de nuestro sexo biológico, de
nuestro género asignado al nacer, y construimos otra identidad, el cambio nos arremete
por completo en varios aspectos de la vida. Incluso nuestras vocalidades cambian y
las nombramos de maneras distintas porque son nuestras voces, son nuestras voces
travestis trans no binarias.
En la Argentina tenemos una de las mejores leyes de identidad de género y en el artículo
12 habla del derecho a la voz propia y a la salud vocal, y a que todos los espacios de formación
musical, hospitales, salitas o clínicas tienen que tener respeto al cuidado de la voz de las
personas travestis trans no binarias. Esto es justamente porque se las ha patologizado.
Hay un término académico cisexual, que no me gusta utilizar pero lo utilizo para que se
entienda, que es la disforia que las personas tenemos a veces en relación a que tenemos
una vocalidad que no nos identifica. Hay un montón de cuestiones que la fonoaudiología
Territorios de la educación artística en diálogo • 121
La enseñanza es una creación entre dos, o entre les estudiantes, Jazmín y yo. La búsqueda
de algo tan complejo como la técnica vocal, algo tan propio como la vocalidad, esto que
se nos pone un poco en el medio entre quien está cantando y quien está escuchando,
es tan rica, tan interesante. Nos obliga a estar en el presente, a cantar como un acto de
presencia relacionado a la coordinación del cuerpo y del aire y del espacio, a lo que estoy
anticipando mentalmente de este sonido ideal para después poder hacerlo. Se trata de
122 • Entrevista a Luchi de Gyldenfeldt / Lucas Petersen
ver de qué manera podemos lograr más comodidad. Yo apunto a pasarla bien, a sentir la
experiencia del aprendizaje como una experiencia valiosa per se. Veo este compromiso y esta
complicidad de quien está haciendo algo entendiendo lo que está haciendo, pensando en
lo que está haciendo, y no que está ahí reproduciendo sin entender. No hay un ir hacia algo
sino un transitar y eso es un poco la vida también. Se trata de crear juntes un código que nos
permita aprender la técnica vocal, pero sobre todo comprender que es desde lo identitario
que vamos a aprender esa técnica vocal.
EDUCACIÓN ARTÍSTICA
Y DIGITALIDAD
Territorios de la educación artística en diálogo • 125
Ecosistemas
Los ecosistemas son productos de una maduración larga, lenta, laboriosa y delicada que
nunca termina. En un ecosistema, la alteración provocada por un solo organismo obliga a
reconfiguraciones y readaptaciones de todo el sistema, con beneficios y perjuicios para
todos, independientemente de la posición que cada uno ocupe en la trama evolutiva. El
concepto de ecosistema implica el carácter de interdependencia de los organismos vivos que
forman parte de un universo dado, revisando la noción mecanicista de sujeto y objeto, en la
medida en que las relaciones son siempre entre agentes, es decir, interactuando a favor de la
(sobre) experiencia de cada uno y el equilibrio del todo, aunque sea precario y en constante
construcción.
Los ecosistemas artísticos pueden ser pensados como procesos, dinámicas, movilidades,
desafíos y reordenamientos que promueven acciones ecoartísticas. Mario Perniola,
discutiendo la expansión del arte en la época contemporánea, resume:
Un horizonte artístico sin límites se abre ante nosotros. Cualquier cosa puede calificarse
como arte, sin importar si es natural o artificial, orgánico o inorgánico, real o actual, material
o espiritual, abstracto o concreto, encontrado o construido, hecho o incluso simplemente
pensado. (Perniola, 2015, p. 33)
Así, desde los ecosistemas propios del arte, la especificidad de sus medios y las
tecnologías digitales, se lanzan nuevas provocaciones sobre los saberes que permean los
territorios del Arte/Educación. El Arte/Educación es un campo de conocimiento que se ocupa
tanto de la enseñanza/aprendizaje en el arte, como del arte como base o medio para acciones
educativas que no tienen como objetivo principal la enseñanza/aprendizaje del arte.
126 • Ecosistemas artísticos y territorios digitales en Arte/Educación / Lucia Gouvêa Pimentel
Partimos del principio de que las artes y las imágenes son organismos vivos que
interfieren en el conjunto de la esfera cultural y sufren la interferencia de los demás
organismos y sistemas que conforman este territorio. La construcción de un ecosistema
se da a través de la constante movilidad y expansión de los límites, pero no mediante
borramientos de la memoria o la imaginación. Cualquier cambio en la forma de concebir
y hacer arte, por ejemplo, puede provocar un redimensionamiento paulatino de la cadena
productiva y, en consecuencia, alterar significativamente su historia, su filosofía, su
sociología, su antropología, su psicología, su economía, su comunicación, su enseñanza
y su aprendizaje.
Corriendo el riesgo que conlleva cualquier generalización, se puede tomar como
ejemplo el sistema escolar o académico en el que estamos insertos la mayoría de nosotros,
en cuanto parece (o debería) ser un sistema ecológicamente privilegiado para el nacimiento
y el cultivo de muchos actores que trabajan en el campo del arte, desde la concepción hasta
la interpretación. Sabemos que los universos del arte son los universos de las creaciones,
aunque estas no son para su uso exclusivo.
La creación, ante todo, es una refutación o readaptación de las normas establecidas,
mientras que la escuela, en todos sus niveles, estandariza procedimientos, métodos,
prácticas, visiones, sujetos y objetos –la escuela es, por así decirlo, una especie de laboratorio
de cárcel, un experimento penitenciario–. Un ambiente inhóspito para la creatividad como
este ofrece un altísimo grado de condiciones insalubres para las prácticas y reflexiones
artístico-estéticas. En consecuencia, las artes en el ámbito escolar (desde la educación infantil
hasta el posgrado) estarían abocadas a la extinción o, al menos, al raquitismo endémico.
Formas de aprender
Las teorías del aprendizaje se han centrado hasta el siglo XX en el ser humano que
aprende, con el fortalecimiento de la investigación tanto en las tecnologías de la información
y la comunicación como en las teorías cognitivas.
Actualmente existe el deseo de combinar formas humanas y formas mecánicas de
aprender. Sin embargo, las fricciones y confrontaciones a las que están expuestas las artes
en este contexto requieren del desarrollo de extraordinarias capacidades adaptativas
para contaminar y ser contaminados, corroer y ser corroídos, para que, en el largo plazo, se
establezcan nuevas y fructíferas relaciones. De la misma manera, esto puede extenderse a
muchos otros ecosistemas: científico, social, económico, comunicativo, etc.
Arte y tecnología
formas de arte surgidas con el advenimiento de la era digital remite siempre a cuestiones
que relacionan subjetividad y tecnología, arte y automatismo, contenido y expresión.
Los estudios de subjetividad han ampliado sus límites más allá de los sujetos individuales,
sus aspiraciones, deseos, anhelos, frustraciones, etc. Con las tecnologías contemporáneas
se invierte más en la subjetividad colectiva, en la que cada sujeto se entrelaza en diversas
redes, no solo disolviéndose en ellas, sino componiéndolas aun cuando está ausente.
El avance de las tecnologías de la información y la comunicación masiva permite que
todos los seres estén al mismo tiempo en todo el planeta. Esto ofrece como resultado un
mestizaje virtual, sobre el que no existe un rígido control (internet y otras redes), y que
aumenta el potencial de agencia, el engendramiento de diferencias y la creación de mundos.
El artista multimedia Cesar Baio Santos declara que:
Fundado en la idea de que el conocimiento debe ser compartido y libre, las comunidades
que desarrollan y distribuyen tecnología ofrecen soporte técnico (en foros, redes sociales
y otros canales) y proporcionar una amplia documentación sobre software y hardware
de acceso abierto. Gracias a iniciativas como estas, ahora es posible que, con un poco de
tiempo y fuerza de voluntad, cualquier persona sin formación especializada en tecnología
puede programar aplicaciones, montar su hardware y producir sus propias herramientas y
componentes. (Santos, 2015, p. 19)
El rápido avance en la producción de equipos y dispositivos que están cada vez más al
alcance de un gran número de personas no es solo para la educación y el arte, sino que es en
estos campos en los cuales su uso está presente con gran intensidad. Es necesario señalar
que, si bien el desarrollo de estos equipos se da cada vez con mayor rapidez, la mayoría de las
escuelas no pueden acompañar esta evolución, debido a los costos que esto implica.
Santos (2015) además considera que “En el campo del arte, esta práctica expande
exponencialmente las posibilidades de inventar máquinas simbólicas experimentales, poniendo
en otro nivel la investigación especulativa de nuevas formas de imaginar (crear imágenes)”.
Lo que se ha mostrado viable hasta el momento, como medio de aprendizaje, es lo que
convencionalmente se denomina “inteligencia artificial”, sea en la facilidad de la interacción
sincrónica a distancia o en su uso en juegos educativos, o en el uso de softwares que provocan
acciones que se pueden realizar con los diversos equipos disponibles.
Atención compartida
Tecnologías digitales
El CSCL es una rama emergente de las ciencias del aprendizaje que estudia cómo las
personas pueden aprender en grupos con la ayuda de las computadoras.
En Arte/Educación, es necesario pensar en qué medida la computadora es simplemente
el vehículo auxiliar de la producción artística y su aprendizaje, y en qué medida es parte
del ecosistema artístico, es decir, es parte de la posibilidad del pensamiento artístico en la
construcción del conocimiento en el arte.
Territorios de la educación artística en diálogo • 129
TAC
Territorios de Arte/Educación
Para que sean significativas, las tecnologías deben integrarse a las acciones educativas
con un plan pedagógico que enseñe a los estudiantes a resolver problemas complejos,
involucrarse en proyectos y realizar la autogestión de su propio proceso de construcción de
conocimiento en Arte.
Es necesario pensar no solo en la presentación de contenidos que informen sobre el
arte, sino también en las propuestas de cómo esta información colabora con la formación de
pensamientos artísticos, a través de la reflexión, la percepción y la sensorialidad, así como
con la formación de pensamientos educativos, a través de la atención compartida.
En Arte/Educación, las acciones artísticas y las acciones educativas se entrelazan y el
aprendizaje sensorial es parte integral de ellas.
El arte es vida y la educación puede colaborar mucho para que el arte se viva en plenitud.
Referencias bibliográficas
Illeris, Knud (org.) (2013). Teorias contemporâneas da aprendizagem. Trad. Ronaldo Cataldo
Costa. Puerto Alegre: Penso.
Medeiros Souza, José Afonso; Pimentel, Lucia Gouvêa (2013). Ecossistemas estéticos. Anais
do 22º Encontro Nacional da ANPAP. Belém: UFPA.
Perniola, Mario (2015). L’arte espansa. Torino: Giulio Einaudi Editore.
Santos, Cesar Augusto Baios (2015). Máquinas de imagem: arte, tecnologia e pós-virtualidade. San
Pablo: Annablume.
Territorios de la educación artística en diálogo • 131
I. La Pandemia
Tuvimos que adentrarnos en un universo desconocido y difícil para una universidad que,
a excepción de tres unidades académicas, ni siquiera contaba con un campus virtual y todas
sus carreras de grado son en modalidad presencial.
No estábamos preparados, no podíamos estarlo y, de todos modos, debíamos continuar
educando. Había que resistir la discontinuidad y la interrupción de la experiencia sensible y
comunitaria, la disolución del espacio y el tiempo común; debíamos reinventarnos.1
En tiempo récord, se incorporaron dispositivos, redes y sistemas de comunicación
digital a escala institucional, se creó el Entorno Virtual de Apoyo a la Educación (EVAed), el
Sistema Institucional de Educación a Distancia de la UNA (SIED), comenzamos a participar
de la Red Universitaria de Educación a Distancia del Consejo Interuniversitario Nacional. Lxs
expertxs en tecnologías digitales y estrategias de educación a distancia pasaron a ocupar
el centro de la escena educativa, no disimulaban el entusiasmo de saber que, finalmente
luego de tanta espera silenciosa, había llegado el momento de reconocer las bondades de
la revolución digital. Se hablaba de superar, por fin, las “barreras” físicas también para las
artes y los espectáculos. Ahora, decían, se podrá ver teatro y “asistir” a conciertos de manera
remota; podremos visitar todos los museos del mundo sin movernos de nuestros asientos.
Rápidamente se extendía y naturalizaba una especie de higiene digital que preservaba a los
cuerpos del contagio y, a la vez, parecía realizar la utopía de un mundo sin fronteras.
Los gigantes de la economía digital lanzaron nuevos programas y aplicaciones de
comunicación sincrónica: paquetes de recursos didácticos, aulas virtuales, pizarrones
virtuales; aumentaron la cantidad de participantes; diversificaron las formas de visivilización,
las dinámicas de foros, los recursos sincrónicos, los fondos virtuales; aparecieron aparatos de
iluminación para Zoom, micrófonos, etc. Fuimos lanzados al ciberespacio de las plataformas
educativas, de un día para el otro, y nos encontramos anonadados ante un universo futurista
y distópico que parecía hacer estallar nuestro espacio cotidiano. La euforia de los discursos
que auguraban el fin del capitalismo y el inicio de una nueva reorganización del sistema
social mundial coexistían con las denuncias de la implementación acelerada del más brutal
sistema de control y dominación de las poblaciones. Como antaño, las tecnologías y sus
máquinas ponían en juego dispositivos y modelos de organización social que encarnaban al
mismo tiempo la promesa de emancipación y la amenaza de la sumisión absoluta.
1 Se creó la campaña #LasArtesConectan que rápidamente se convirtió en una plataforma integral de contenidos multimedia
generando vínculos con la comunidad y facilitando la integración y accesibilidad a la cultura. El Museo de la Cárcova comenzó a
utilizar las redes sociales como una sala más del museo al inaugurar su canal de IGTV. Se generaron estrategias para continuar
enseñando y, sobre todo, sostener el vínculo entre docentes y estudiantes en las aulas como un modo de resistir el aislamiento.
Territorios de la educación artística en diálogo • 133
Benjamin, “ahora emprendemos entre sus dispersos escombros viajes de aventura”2. Entre
tanto, las repercusiones de los últimos años pusieron de manifiesto que la novedad de la
Pandemia no puede circunscribirse a una emergencia sanitaria de escala global. Esta hizo
visible el impacto que la revolución digital tiene en las relaciones sociales, en la configuración
de la subjetividad, en la organización del saber y en la creación de nuevos imaginarios. En ese
sentido, nos obligó a pensar críticamente la actual tendencia hegemónica a la virtualización
de la educación y su vínculo ineludible con la economía digital, más allá de la eficacia de la
coyuntura que los recursos tecnológicos tuvieron en el contexto de la Pandemia.
Por ello, no se trata tanto de reflexionar acerca de qué hacer como educadorxs, gestorxs,
investigadorxs con los dispositivos de virtualización, sino, más bien, detenernos a pensar qué
es “eso” que llamamos cultura digital y qué hace con nosotrxs, qué modelo de conocimiento
y de saber esta implícito en este dispositivo tecnológico.
Es fácil hacer corresponder a cada sociedad distintos tipos de máquinas, no porque las
máquinas sean determinantes, sino porque expresan las formas sociales capaces de crearlas y
utilizarlas. Las viejas sociedades de soberanía manejaban máquinas simples, palancas, poleas,
relojes; pero las sociedades disciplinarias recientes se equipaban con máquinas energéticas,
con el peligro pasivo de la entropía y el peligro activo del sabotaje; las sociedades de control
operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo peligro
pasivo es el ruido y el activo, la piratería o la introducción de virus. (Deleuze, 1990)3
2 “Parecía que nuestros bares, nuestras oficinas, nuestras viviendas amuebladas, nuestras estaciones y fábricas nos aprision-
aban sin esperanza. Entonces vino el cine y con la dinamita de sus décimas de segundo hizo saltar ese mundo carcelario. Y aho-
ra emprendemos entre sus dispersos escombros viajes de aventuras” (Benjamin, 1989). Con esta frase, Benjamin se refiere al
impacto del cine, del dispositivo cinematográfico, sobre los esquemas perceptivos de la sociedad moderna entre la estetización
de la política por parte del fascismo y la politización del arte del comunismo.
3 Vaticinan una cuarta etapa en la que el silicio se reemplazará por computadoras ADN, ópticas, moleculares, cuánticas y bio-
computadoras, cuyo circuito estaría compuesto por dos genes que se activan y desactivan. (Cantoni, 2007).
134 • Asedios y resistencias: perspectivas para pensar la cultura digital desde la educación artística/ Yamila Volnovich
más grandes con mayor precisión y menor índice de mutabilidad” (Agra, 2012, p. 212). La
interfaz gráfica le da una apariencia analógica a una compleja secuencia de operaciones
matemáticas. El nuevo dispositivo se presenta como un sistema técnico transparente y
neutro, un tecno-organismo natural sin historia, omnipresente, que se alimenta de la libre
producción de información de los usuarios.
Esto nos permite imaginar una configuración espectral de la red digital. No hay diferencia
entre hardware y software; por el contrario, el software sería la cara espectral, aurática,
intuitiva y brillante detrás de la cual se oculta la materialidad “maquínica” y codificada
de los intercambios digitales, lejos de toda conciencia y de todo modelo humanista de la
comunicación y el conocimiento. La imagen del mapa de los tendidos de cables suboceánicos
es un modo de figurarnos la dimensión física de las operaciones aparentemente inmateriales
de los dispositivos4. Que sea digital, es decir que no sea perceptible por la sensibilidad
humana, no significa que sea inmaterial. Debemos poder imaginar la comunicación y la
información, como ceros y unos, “como bits de luz que corren a través de la fibra por el fondo
del océano y llegan a un puerto geográfico, a un router, a varios, a cientos, a algún proveedor
(ISP), a algún consumidor de un producto de conectividad, de hardware y de software” (Agra,
2015, p. 4) y finalmente a cada uno de nuestros dispositivos móviles. “Nos dirigimos, a una
velocidad vertiginosa, desde la tranquilizadora edad del hardware hacia la desconcertante y
espectral edad del software, en la que el mundo que nos rodea está cada vez más controlado
por circuitos demasiado pequeños para ser vistos y códigos demasiado complejos para ser
completamente entendidos” (Dery, 1998, pp. 9-10).
Para Zizek (1998), esta “ideología espontánea del ciberespacio” produce relaciones
sociales y estrategias de subjetivación desancladas de los procesos económicos y de los
antagonismos que ellas implican. La World Wide Web (WWW) parece realizar la ilusión
de un capitalismo sin fricciones, sin dominación y sin relaciones de poder; un universo
transparente y etéreo en el que cualquier deseo puede ser satisfecho de inmediato con la
velocidad de un clic. Al mismo tiempo, junto con la destrucción de las condiciones ambientales
que garantizan nuestra subsistencia, asistimos a la hibridación y el desdibujamiento de
los límites entre procesos naturales, culturales y artificiales. “Así, la Tierra (como Gaia) y
el mercado global aparecen como gigantescos sistemas vivientes autorregulados cuya
estructura básica se define en términos de procesos de codificación y decodificación, de
transmisión de la información” (Zizek, 1998, p. 155).
Entonces, cabe preguntarnos: ¿qué configuración del saber, qué modos de subjetivación
y qué forma de producción de conocimiento se propician en la educación a distancia o en
las estrategias de virtualización? Y si, como afirma Deleuze (1987), todas las tecnologías
son sociales antes de ser técnicas, no solo deberíamos preguntarnos cómo se transforma la
educación mediante las plataformas digitales, sino también qué dispositivos ya existentes
hacen visibles estas.
4 “Las decisiones sobre los cableados son geopolíticas e influyen materialmente hasta el día de hoy. Los primeros tendidos
transoceánicos se encontraban en las rutas comerciales navieras (…). Los tendidos que actualmente son utilizados (troncales
de fibra óptica) coinciden en muchos casos con esas rutas”. (Agra, 2012, p. 214).
136 • Asedios y resistencias: perspectivas para pensar la cultura digital desde la educación artística/ Yamila Volnovich
Entonces, ¿es posible pensar que la educación artística ofrece algunos ejes para explorar
estrategias de producción de saber que resistan tanto el modelo disciplinario como el
actual modelo de virtualización? Por supuesto, no se trata de rechazar el nuevo mundo
tecnocientífico (la relación entre arte, ciencia y tecnología es ya un campo consolidado y
en expansión), sino de resistir su compulsión de control. Asumir una posición alerta ante la
retórica de “lo nuevo”, cuyo gesto eufórico se propone borrar a un mismo tiempo cualquier
intento de historizar los aparatos y las técnicas, y de reconocer el vínculo insoslayable con los
procesos de dominación económica.
Territorios de la educación artística en diálogo • 137
Posdata
Referencias bibliográficas
El presente trabajo se articula como una reflexión pedagógica que pretende aproxi-
marse al interrogante sobre qué posibilidades y potencialidades hallamos desde la educa-
ción artística cuando transitamos territorios digitales. Con ese objetivo resulta significativo
revisar el concepto de postdigitalidad como punto de partida, y que nos ayudará a situarnos
en un contexto que guarda relaciones con la posmodernidad –y su currículum– así como la
cultura visual y su práctica intercreativa desarrollada a través de y para los medios tecnoló-
gicos.
alumnado. Para ello, el aula de educación artística puede y debe abrirse a la multiplicidad de
experiencias estéticas, a la no imposición de una lógica dominante y al abordaje pedagógico
desde espacios comunes y significativos para las y los estudiantes.
ra del algoritmo. Se empieza a reflexionar sobre las relaciones entre humanos y máquinas.
Los algoritmos crean mundos, generan privilegios y, al mismo tiempo, excluyen mediante
tomas de decisiones automatizadas. Cada una de estas fases, atendiendo a Knox (2017), no
son consecutivas; se alude a ellas en función del punto de vista con el que se decida analizar
la relación entre seres humanos y tecnología.
Internet, a través de la Web, y sus diferentes aplicaciones manifiestan la importancia
de los medios de comunicación en nuestra posmodernidad (Vattimo, 1990). Como afirmaba
Baudrillard (1985), en torno al discurso posmoderno, hoy en día, ya no existe una oposición
sujeto/objeto ni público/privado; hay, en cambio, una pantalla y una red. Comienza la era
de la hiperrealidad: ya no existe una proyección psicológica sobre un objeto, sino sobre un
espacio de simulación. Existe una tendencia cada vez más tangible hacia la homogeniza-
ción virtual, el desplazamiento de la corporalidad hacia la pantalla y la miniaturización de
procesos en espacio y tiempo. Esta era hiperreal deviene de la concepción de la cultura digi-
tal como una realidad que mayoritariamente sucede a través de las pantallas, y este hecho
modifica nuestro uso diario de los medios y nos sumerge en una cultura visual masiva (van
Dijk, 2006). Sin embargo, es a partir de 1985 que disponemos de la posibilidad de observar
imágenes en movimiento a través de la pantalla; la diferencia radica en que en nuestros días
la pantalla nos acompaña, generando diversas visiones del mundo. Atendiendo a la multi-
plicidad de información sobre la realidad, se hace aún más compleja la idea de una única y
verdadera realidad. Para los miembros de la sociedad contemporánea, la idea de realidad
hoy guarda más relación con el resultado de una exposición a imágenes, a construcciones
mediadas y a las diversas informaciones que transmiten los medios de comunicación que
compiten entre sí, reforzando la ruptura de los metarrelatos o puntos de vista centrales (Va-
ttimo, 1990).
Así, los distintos medios generan mundos diferentes y, en contraste, las redes digitales
ejecutan una manera particular de ver la vida, nuestra propia vida; realizando un uso de las
pantallas que suscita una gran cantidad de información más privada que pública (Mirzoeff,
2016). Este nuevo orden digital posee como rasgo fundamental el carácter social. Esta carac-
terística social no es tangible únicamente en la interactividad que proporciona la Red, sino
que se vislumbra en la automatización y la falta de privacidad que se estructura en base a
relaciones de poder y control (Peters y Jandrić, 2018). En esta hiperrealidad a la que estamos
sometidos, como señala Baudrillard (1985), lo determinante no es tanto la ausencia de lo
real, sino “la proximidad absoluta, la instantaneidad total de las cosas, la sensación de que
no hay defensa ni posible retirada” (p. 196).
visuales circunscritas a los territorios digitales. Aunque, como indica Barragán (2005), el tér-
mino educación artística a menudo resulta confuso y reduccionista porque parece rechazar
aquellas producciones culturales sin intencionalidad artística presentes en nuestra cultura.
Desde su propia epistemología, el término educación artística debe apostar por la
construcción de significados, proyectando su verdadero valor, conectando con los espacios
cotidianos de los individuos y alejándose de estereotipos varios asociados comúnmente con
esta área de conocimiento. No podemos olvidar que las artes poseen una función cognitiva y
no meramente estética que sirve para desarticular las incongruencias del sistema capitalista
y, por tanto, desarrolla una función crítica alejada de aquella utópica con la que general-
mente se alinea a las artes (Adorno, en McLaren y Jaramillo, 2010). Sin embargo, se visualiza
una incoherencia con la realidad educativa que mayoritariamente implementa la educación
artística como un desarrollo de destrezas o habilidades manuales (Arañó, 2003), o como una
evolución de la autoexpresión creativa. De manera generalizada, muchos países recrean en
sus currículums la idea de que las artes y su enseñanza es prescindible para el alumnado, y
priorizan otras materias de carácter lógico-matemático (Escaño y Marfil-Carmona, 2020).
De esta forma, un camino para transitar, desde la educación artística y su práctica, se-
ría el de apostar por una educación hacia el desarrollo del pensamiento crítico en relación
con las tecnologías y los dispositivos digitales, realizando un trabajo de educación para los
medios —lo cual no hay que confundir con una educación a través de ellos—. Trabajar los
medios y las tecnologías en la educación artística es un compromiso docente. Al fin y al cabo,
los medios de comunicación (digitales) legitiman la información y controlan los imaginarios
colectivos. Una educación mediática crítica es necesaria en la sociedad postdigital, no solo
porque los medios tecnológicos y comunicativos están muy presentes en nuestro contexto
más inmediato, sino porque en ellos estamos confiando decisiones vitales que nos clasifican
y jerarquizan.
Con el fin de continuar la reflexión expuesta a lo largo de estas líneas se propone tra-
bajar en el aula de educación artística una manera híbrida y no exclusivamente analógica,
desarrollando una práctica pedagógica donde convivan lo físico y lo virtual, y que busque
resaltar valores educativos como la colaboración, la creatividad y el pensamiento crítico. Con
este fin se propone la intercreatividad como recurso educativo debido a sus vínculos peda-
gógicos con la colectividad y la creación colectiva. Promover la acción intercreativa en el aula
es tomar conciencia de un supuesto de interdependencia, subrayando la idea freirana de
que el yo siempre está constituido por el otro (Freire, 1968). Esta asunción permite la toma
de conciencia de que en la sociedad postdigital –en territorios físicos pero también digita-
les–, el núcleo lo forman la conexión entre las personas y lo tecnológico es solo el soporte, la
estructura, donde se sucede la práctica de enseñanza y aprendizaje hacia un objetivo común
(Mañero y Escaño, 2022).
Nutriéndonos de estrategias intercreativas para trabajar en el aula, se pueden promo-
ver acciones artísticas por parte del alumnado para que, vinculadas a un fin o problemática
social, este tome conciencia de la convergencia de los entornos físicos y digitales para la con-
secución de sus objetivos educativo-artísticos. De esta forma, ejemplos de trabajos llevados
144 • Propuestas intercreativas para una educación artística (post)digital / Julia Mañero
a cabo pueden ser: la realización de un relato visual crítico en referencia a una producción
audiovisual; una práctica fotográfica para la deconstrucción de estereotipos y mitos alrede-
dor de la cultura visual que se sucede en redes sociales y que ayuda a perpetuar ideas pre-
sentes en nuestro imaginario colectivo; o realizar una acción artística urbana por espacios
educativos con el objetivo de promover la participación del público para construir una opi-
nión pública sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje durante los meses de pandemia
provocada por la Covid-19 (Mañero, 2022).
Hablamos de generar en el aula prácticas artísticas intercreativas que funcionan como
ejemplos de arte participativo, el cual, siguiendo a Tom Finkelpearl (2014 en Matarasso,
2016), es aquel que se genera mediante la interacción de personas desvinculadas de la pro-
fesión artística y el artista o el colectivo artístico. Para ello, en los ejemplos anteriormente
expuestos se sucedieron acciones en contextos físicos (en el aula o fuera de ella) y en redes
sociales digitales, para buscar la opinión, la interacción o la reacción de los espectadores. La
participación de los individuos resultaba indispensable para la creación de la acción artística
de índole participativa.
El aspecto social que emana de la acción intercreativa en el aula es ineludible de un
arte participativo del que deriva una estética relacional y que, siguiendo a Bourriaud (2006),
constituye una teoría de la forma. Según esta teoría, el arte deja de ser un objeto aislado y
abarca ahora una escena entera (postdigital); es una trayectoria que se desarrolla a través de
objetos, pero también de gestos en espacios híbridos y que se suceden simultáneamente.
Es incuestionable que una práctica educativa artística en un contexto digital carece o
prescinde de ciertos aspectos, pero, al mismo tiempo, intensifica características propias de
contextos digitales como lo son la intercreatividad o la acción participativa. En este senti-
do, una formación pedagógica óptima conlleva a que la docente o el docente sea capaz de
proponer una serie de acciones –y no adaptarlas– en función del contexto donde esté desa-
rrollando su práctica educativa. Si reconocemos el potencial del componente visual en los
espacios que habitamos, si atendemos a la necesidad de una deconstrucción de la cultura
digital y visual que nos rodea, la práctica educativo-artística generada desde medios digita-
les y con un componente crítico se presenta como vehículo idóneo. Según la tesis de Freire
(1968), se trata de una educación problematizadora, comprometida, estimulante, reflexiva y
crítica. Como indica Barragán (2005), hablar sobre una educación basada en teorías críticas,
y fundamentada en un análisis contextual contemporáneo, manifiesta la importancia de la
interrelación de los componentes de la práctica educativa; afronta los cambios en el mundo
contemporáneo; se desliza entre la teoría-práctica y viceversa y; por último, expone la nece-
sidad de acciones colaborativas en la comunidad. En otras palabras, una pedagogía crítica
contemporánea a través de las artes debe desarrollar estrategias intercreativas y afrontar los
retos sociales actuales, entre los que se encuentran los territorios postdigitales.
Territorios de la educación artística en diálogo • 145
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Territorios de la educación artística en diálogo • 147
Artes/educación/tecnologías:
narrativas y materialidades
Bianca Racioppe
Universidad Nacional de las Artes
(Argentina)
1 Richard Stallman sostiene en su libro Software libre para una sociedad libre (2004) que compartir en Internet es fácil. Esta
posibilidad se ha ido complicando en los últimos años.
148 • Artes/educación/tecnologías: narrativas y materialidades / Bianca Racioppe
La materialidad de Internet
Natalia Zuazo (2015), mientras realizaba la investigación para su libro Guerras de Internet,
proponía a sus entrevistados/as/es un ejercicio: dibujar Internet. El objetivo era indagar los
imaginarios que circulan acerca de esta tecnología. Una de las representaciones que más
apareció fue la de Internet como algo incorpóreo y desmaterializado.
En el campo del arte mucho se ha escrito acerca de la “desmaterialización”, del pasaje del
pigmento al bit (Levis, 2001). Con estas afirmaciones se pretendía describir el proceso me-
diante el cual aquello que era físico —en el sentido tradicional de poder ser tocado y olido—,
se reconfiguraba a partir de cadenas de códigos matemáticos (Kuspit, 2006). Esta “desma-
terialización” también debe ser ubicada en un proceso histórico para comprender que hay
formas de las artes —el cine, la música— que nunca fueron materiales en el mismo sentido
en que lo eran las artes plásticas. Por lo tanto, cuando se habla de “desmaterialización”, hace
referencia a una transformación en el régimen de lo plástico (del pigmento al bit, dirá Levis).
Este término, entonces, permite explicar una transformación; sin embargo, conlleva la
dificultad de perder de vista que esa desmaterialización de los pigmentos adquiere otras
materialidades: tendidos de cables subacuáticos y subterráneos, satélites, granjas de servi-
dores y todos los hardwares que usamos para conectarnos. Mariano Zukerfeld (2014) mencio-
na las diferentes capas de Internet y señala que las que más evidentes nos resultan son las de
los softwares y los contenidos, pero que eso que vemos está sostenido por una infraestructura
de backbones y servidores. En este sentido, autores como Jussi Parikka (2021) y Flavia Costa
Territorios de la educación artística en diálogo • 149
(2021) se refieren a este momento histórico como una nueva etapa geológica a la que deno-
minan “Tecnoceno” o “Antropoceno”: conceptos que remiten a cómo las acciones humanas
de los últimos siglos —desde la Revolución Industrial— han transformado el planeta.
A esta infraestructura, que requiere de diferentes energías para su funcionamiento, hay
que pensarla en relación con la arquitectura de Internet (Lessig, 1999), que no es neutra ni li-
bre, y que hace tiempo que dejó de configurarse como una red distribuida (de Ugarte, 2012).
Según el informe de We are Social, de julio de 2023, las cinco plataformas con más tráfico son
Google, YouTube, Facebook, Twitter e Instagram. Luego le siguen Baidu (un buscador en idioma
chino), Wikipedia, Yandex (un buscador ruso), Yahoo y WhatsApp (We are Social, 2023, p. 55).
Cuando se desagrega el tráfico por porcentaje de participación, Google alcanza el 18,62%;
YouTube el 7,07%; Facebook el 3,68%; Twitter el 1,39% e Instagram el 1,39%. Los siguen Baidu
con el 1,13% y Wikipedia con el 0,99% (We are social, 2023, p. 56). Estos datos muestran la
concentración tanto de los recorridos como de las propiedades: Google y YouTube pertenecen
a Google LLC, mientras que Facebook e Instagram pertenecen a Meta. Además, tenemos que
considerar que estas plataformas tienen sus prediseños, sus algoritmos y sus lógicas curato-
riales que tienden a estandarizar los usos de Internet. Configuran un modo de estar y ser en
el mundo (Sibilia, 2012) que se plantea como universal y, por lo tanto, no reconoce las dife-
rentes temporalidades y cosmogonías. En este sentido, autores como Yuk Hui (2021) señalan
la importancia de pensar y desarrollar las tecnologías desde la tecnodiversidad.
Esta estandarización, que ya criticaban los teóricos de Frankfurt en relación con la Indus-
tria Cultural, es una característica del proceso capitalista que, además, como explica Berardi
(2003), genera escasez incluso donde hay abundancia. La reproductibilidad digital fue in-
terpretada en los comienzos de Internet como una posibilidad de acceso irrestricto a mate-
riales, producciones, información y obras. Sin embargo, la concentración y los mecanismos
técnicos de protección del Copyright (el Content.id de YouTube o el Digital Rights Management
que utilizan plataformas como Netflix y HBO) han hecho que compartir en Internet ya no
sea fácil2, y que cada vez se paguen más suscripciones para acceder a contenidos y servicios
que antes estaban disponibles de manera gratuita. Es en ese escenario en el que artistas y
docentes se mueven cuando quieren producir o consumir en Internet.
2 El movimiento del software y la cultura libre postula que los productos culturales no deben estar restringidos por el Copy-
right, sino que debe ser posible copiarlos, distribuirlos, derivarlos y, en el caso de software, acceder y modificar el código.
150 • Artes/educación/tecnologías: narrativas y materialidades / Bianca Racioppe
En este apartado revisaremos tres perfiles de Instagram que producen y circulan memes
relacionados con las artes y con la docencia para analizar sus temas y estéticas. Se eligieron
cuentas de Instagram porque esta red social focaliza su arquitectura en la imagen y este pre-
diseño de la plataforma habilita principalmente la circulación de un tipo de meme: el que
se basa en imágenes macro (García Huerta, 2014). Las cuentas se seleccionaron a partir de
una búsqueda que contenía los términos “memes” y “arte”, luego se agregó la cuenta @soy.
meme.docente cuyos contenidos suelen ser compartidos por perfiles dedicados a lo educa-
tivo.
Una de las cuentas seleccionadas es @memes_dearte que pertenece a una artista plás-
tica de Colombia, quien además tiene un perfil de Instagram en el que muestra sus dibujos.
En un análisis previo de cuentas de memes en Instagram que realizamos con Julieta Párraga
(Racioppe y Párraga, 2020) habíamos notado que algunas de las personas que administran
cuentas de memes suelen pensar estos espacios como vidriera para vincularlos con sus pro-
pios perfiles profesionales. El meme atrae, convoca.
La cuenta @memes_dearte tiene cerca de 19 mil seguidores y se define como “lugar de
ocio” en contraposición a la otra cuenta que es la laboral; sin embargo, la principal temática
de los memes es sobre el trabajo de dibujante. A diferencia de otro perfil que analizaremos,
este hace humor a partir de las condiciones de trabajo de los/las/les dibujantes y, desde este
lugar, interpela a una comunidad que se siente identificada con muchas de las situaciones
que los memes describen: la dificultad de la venta de obras, el bloqueo creativo, los pedidos
de clientes, la dificultad de trabajar con ciertos materiales. Incluso, se burla de las diferen-
cias de “me gusta” que obtiene cuando sube un meme y cuando sube un dibujo.
Durante octubre esta artista participó en el challenge Inktober que consistió en hacer un
dibujo por día durante todo el mes. Los challenges son desafíos que circulan por las redes so-
ciales digitales y, también, responden a una dinámica propia de Internet. No tienen un pre-
mio en el sentido clásico del término, sino que la motivación está puesta en mostrar qué se
152 • Artes/educación/tecnologías: narrativas y materialidades / Bianca Racioppe
realizó. Este challenge permitió que se pusieran en diálogo ambas cuentas porque mientras
en la de memes se hacía referencia al desafío, en la cuenta profesional se subían diariamente
los dibujos.
Las estéticas de los memes que se comparten en @memes_dearte recuperan las formas
del pastiche, en el sentido de una mezcla, de una reapropiación que no pretende la estetiza-
ción. Las imágenes que se usan provienen de productos de la industria cultural (de dibujos
animados, series, anime o de otros memes que ya han alcanzado cierta legitimidad) y se
combinan con letras en tamaño catástrofe. Siempre muestran la hechura; no hay una preo-
cupación por editar las imágenes o los textos de modo que se integren al contexto, sino que
se recortan y se pegan de forma tal que el montaje quede en evidencia. Incluso hace convivir
el logo de su cuenta con marcas de agua de las versiones anteriores de ese meme o de las pá-
ginas de donde tomó la imagen. Esta acción de marcar los memes también fue analizada en
el artículo de Racioppe y Párraga (2020) como una de las paradojas de este tipo de narrativas
que apropian y derivan otros materiales, pero, sin embargo, tratan de señalar su autoría.
Otra de las cuentas observadas es @memesdearteclasico que tiene cerca de 50 mil se-
guidores y que es administrada por una creadora de contenidos de Chile que, además, hace
streaming en Twitch. En este caso, la operación para crear los memes es diferente: retoma re-
producciones de obras plásticas y, mediante la acción de colocarles un texto, las transforma
en memes. Ni en el meme ni en los comentarios se hace referencia al título de la obra o al/a
la/a le autor/a/e. Las obras usadas para construir los memes corresponden a distintos perío-
dos y regiones, por ejemplo, hay imágenes que forman parte de archivos de ilustraciones
medievales, pinturas de personajes de la realeza europea del siglo XVIII o fotos de escultu-
ras de artistas latinoamericanos contemporáneos (como el meme que retoma la escultura
The self Made Man del artista mexicano Víctor Hugo Yáñez Piña). Revisando la galería de este
perfil, podríamos señalar que las obras que utiliza no son fácilmente reconocibles, no son
obras que sean parte de lo que podríamos llamar el mainstream o los hits del arte. En muchos
casos, para reconocer la obra hay que hacer “ingeniería inversa” y buscarla en Google Lens,
lo que lleva al encuentro de otros memes realizados a partir de esas obras. Esas pinturas
no solo han sido descontextualizadas —una de las lógicas del meme—, sino que terminan
asociadas a memes y no a sus orígenes como arte plástico; al menos esa es la historia que se
les construye en Internet.
Como señalábamos antes, la lógica de producción de memes en esta cuenta se limita a
retomar la imagen y anclar un sentido humorístico a partir del texto. En muy pocos casos se
realizan intervenciones sobre la obra. A diferencia de la otra cuenta, en esta no hay una te-
mática única. La relación con el mundo del arte no está dada por interpelar a una comunidad
de artistas a partir de generar humor con las condiciones laborales, sino en retomar repro-
ducciones de obras de arte para reflexionar irónicamente acerca de situaciones cotidianas
como las relaciones afectivas, la vida social o laboral, el tiempo de ocio, etc.
La última cuenta que analizaremos es @soy.meme.docente en la que sus administrado-
res se definen como “militantes de la educación, de la memoria, de la igualdad y de la ESI”.
Se explica, además, que hacen memes y también hacen comunidad. Si bien no hay infor-
Territorios de la educación artística en diálogo • 153
mación sobre quiénes administran la cuenta, por la descripción y las imágenes que usan, se
encuentran en Argentina. La cuenta tiene más de 80 mil seguidores y un link a Cafecito, una
plataforma que permite transferir dinero a quienes producen contenidos en Internet.
A diferencia de las cuentas anteriores, @soy.meme.docente ha intentado construir una
marca. La mayoría de los memes se presentan en un marco con el nombre y logo de la cuen-
ta —una caja de sorpresa de la que salen cuadernos, globos terráqueos, lápices y pelotas de
fútbol— y los textos están escritos con la misma familia tipográfica. Más allá de este encua-
dre, el modo de construcción del meme asume las lógicas más extendidas: uso de imágenes
macro (García Huerta, 2014) de series, películas y dibujos animados a las que se les agrega
un texto que ancla el sentido.
En este caso, lo que da unicidad a la cuenta es la temática de la tarea docente. Los me-
mes hacen referencia a la corrección de trabajos, a las planificaciones de contenido y a los
bajos salarios. En algunos casos suben varios memes en un mismo posteo, lo que hace que
las imágenes se organicen en forma de carrusel y que quienes accedan a la página tengan
que deslizar para verlas. De esta manera, se recupera una de las lógicas de organización de
los materiales que forman parte del prediseño de Instagram.
Las tres cuentas analizadas utilizan los memes como forma de entretenimiento, de he-
cho, se definen como cuentas de ocio y de diversión, por ejemplo, @soy.meme.docente pide
a los/as/es seguidores/as que les inviten un café “Si supimos sacarte una sonrisa”. Pero, ade-
más de ser espacios de humor, también son espacios de crítica. El humor y la crítica siem-
pre han estado entrelazados, y el meme, con la “potencia comunicativa” que observa Omar
Rincón (Facultad de Periodismo y Comunicación Social, 2020), nos interpela acerca de los
modos de entender la realidad.
Breves conclusiones
En un primer momento del artículo se plantearon los modos de entender a las tecnolo-
gías y se señaló que la relación entre artes, tecnologías y educación es histórica y no se reduce
a las últimas décadas en las que las técnicas electrónicas y digitales se hicieron extensivas.
Luego, se abordó la idea de una rematerialización de las artes en Internet que discute con la
concepción de la desmaterialización de lo artístico. Para esto, se describió a Internet como un
espacio formado por cables, servidores y satélites, con una arquitectura construida desde la
concentración de propiedades y flujos.
En los siguientes apartados se propuso el ejercicio de analizar una de las narrativas con-
temporáneas, la del meme, como una manera de “refuncionalizar” las lógicas estandarizadas
de Internet. Consideramos que es importante reconocer las principales estéticas de los memes
porque forman parte de los nuevos modos de percepción y construyen miradas sobre el mundo
de una manera sintética, pero potente. Además, a través de sus modos de producción, permi-
ten combinar imágenes propias de las industrias culturales con representaciones del mundo de
las artes, mixturando ámbitos que tienden a escindirse, al menos en el canon escolar.
154 • Artes/educación/tecnologías: narrativas y materialidades / Bianca Racioppe
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INVESTIGACIÓN
EN ARTES Y EN EDUCACIÓN
ARTÍSTICA
Territorios de la educación artística en diálogo • 159
Pese a que esas academias fueron muy cuestionadas por los artistas, porque justamente
parecía que quitaban la mirada crítica y creativa para imprimir primero la virtuosidad de la
tecnología o de la técnica, esa formación muy disciplinada fue el paradigma hasta los años
90. Muy pocas personas cumplían con todos los requisitos –atributos físicos, biológicos, de
talento– para ingresar a estudiar y muy pocas eran también las que terminaban. Por otra
parte, estaban muy estereotipados los roles de género (y todavía lo están): la mayoría de las
personas que estudiaban danza o teatro eran (y son) mujeres. Esto tenía que ver con un rol
social y económico: eran profesiones que estaban desligadas de alguna manera del mundo
del trabajo que implicaba ser sostén de hogares, de familias. La vocación artística, por de-
cirlo de alguna manera, era tan vocacional que no se podía pensar como una profesión. Se
pensaba en un artista que prefería quedar al margen de lo económico, del dinero, como si el
dinero o el trabajo pudieran corromper su talento.
Es necesario hacer una lectura epistemológica y entender las transformaciones que se
produjeron en el ámbito de las academias y de las instituciones que enseñaban artes, por-
que de alguna manera pudieron mirarse y criticarse a sí mismas. En todas las academias
artísticas y en las universidades de artes hay filosofía, semiótica, sociología, cultura, todas
las historias del arte, que van formando a los artistas en el aspecto científico de las ciencias
humanas. En ese sentido, el pensamiento crítico también se vuelve autocrítico, se vuelve
capaz de analizar la propia formación, las propias metodologías. Esa es una característica
importante: hay en las artes una mirada crítica que muchas veces no existe en otras ciencias
respecto de lo epistemológico, de lo metodológico, de las propias prácticas, de las propias
disciplinas, de lo ontológico inclusive.
Justamente, es porque se produce este pensamiento y esta reflexión crítica dentro de las
academias de artes que se deja atrás ese modelo repetitivo de formación y se empieza a pro-
ducir un modelo ya de tipo universitario, en el que además es necesario investigar, producir
de manera profesional, hacer algún tipo de extensión o relación social que fuera diferente al
que tenían las artes anteriormente. Las escuelas superiores no tenían ese perfil, tenían presu-
puesto solamente para la formación, pero no para los ejes de investigación/producción y de
extensión. El ámbito donde se podía desarrollar ese triple perfil era el ámbito universitario.
Ahí empezó otra lucha: la de que el sistema universitario aceptara. Las universidades
no aceptaban la incorporación de facultades o de universidades, como en el caso de nues-
tra Universidad Nacional de las Artes, al ámbito de la educación superior universitaria. Las
artes eran la “no academia”. Decían que no sabíamos investigar, que no sabíamos producir
fuera de la metodología que ya las artes tienen, que no sabíamos hacer extensión más allá
de hacer lo mismo, que era producir artísticamente. El sistema universitario no entendía la
extensión como una forma de vinculación territorial, de trabajo en conjunto con determi-
nados sectores sociales, como en definitiva entendemos hoy, con una sensibilidad que no
tienen otras ciencias.
Las artes se manejan con un pensamiento que se transforma en una práctica. Es la cues-
tión del sentipensar, de las prácticas del saber y del saber hacer que están emparentadas
con las artes, culturas e identidades de las diferentes regiones de Latinoamérica y el Caribe,
Territorios de la educación artística en diálogo • 161
ración de determinadas disciplinas, como las artes, al sistema universitario y, sobre todo, a
través del sistema universitario, al sistema de investigación y de acreditación, produce mo-
dificaciones en el propio sistema universitario y en el propio sistema de acreditación de ca-
rreras, de saberes y de modos de producción de conocimientos.
Por ello, resulta fundamental que las ciencias humanas y de las artes retomen un rasgo
crucial de la epistemología feminista: la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad. El
plural de la Universidad Nacional de las Artes implica un trabajo que es a veces duro: que las
diferentes artes trabajen de manera interdisciplinaria. Es muy difícil porque en ellas se pro-
ducen los conocimientos de diferente manera. A la transdisciplinariedad la comprendemos
más como la relación con las ciencias y con una serie de cuestiones que tenemos como ejes
estratégicos en cada una de las formaciones, en cada una de las carreras, en cada una de los
proyectos de investigación y en la extensión. Una de ellas tiene que ver con la perspectiva de
los derechos (derechos humanos, derechos de género, medio ambiente, etcétera). Estamos
revisando nuestras estructuras académicas, nuestros programas de estudio, etcétera, en re-
lación a este punto de vista.
Otra cuestión es la relacionada con la economía. La relación entre los artistas y la econo-
mía siempre fue muy complicada, muy ambivalente, casi vergonzante. Debemos empezar a
pensar y a ver esta relación, sobre todo en Latinoamérica, donde los mercados no solo son los
mercados capitalistas contemporáneos sino que son lugares de intercambio en un sentido
más general, desde el trueque hasta la conversación. Los mercados comunitarios nos mues-
tran que la economía es un valor social, no solamente un valor económico. En ese sentido, las
artes tendríamos que volver a ayudar a pensar el mercado con valores que no son solamen-
te los valores económicos, porque las artes producen valores simbólicos al mismo tiempo
que producen valores económicos. A veces esta doble capacidad es dividida por el mercado,
porque se extraen de los artistas –así como se extraen los recursos naturales– los recursos
simbólicos utilitarios para el capitalismo, mediante el marketing, los jingles publicitarios, el
packaging, etcétera. Son artistas los que los producen, pero de alguna manera no son consi-
derados valiosos por la propia comunidad artística.
Este es un punto para trabajar desde la universidad. Tenemos que pensar en el desa-
rrollo y en qué industrias culturales y creativas queremos. No se trata de una industria ex-
tractivista, sino una industria que permita recuperar los valores simbólicos. En ese sentido,
son las artes un lugar fundamental en lo que tiene que ver con lo afectivo y lo perceptivo,
las que permiten generar una identidad propia, construir subjetividades y habilitar dife-
rencias. Hay compañeras que contaban que fue en la Universidad de Artes donde se habían
identificado como indígenas. No se habían identificado como tales porque en el resto de
la sociedad hay una demanda de blanqueamiento, de europeización de la identidad, que
básicamente les había generado una identidad falsa. Las artes son un campo que permite
esto, con un reconocimiento y una integración. Esta función integradora, que también tie-
nen las ciencias humanas, en las artes se da no solamente en el pensamiento sino también
en el abrazo, en lo afectivo. No es solamente un reconocimiento conceptual, se da también
en la práctica.
Territorios de la educación artística en diálogo • 163
También tenemos que revisar, por ejemplo, la relación con prácticas artísticas que no
están dentro de la universidad y que hasta cierto punto no fueron consideradas arte. Un
ejemplo es el de la cocina. Aunque se hable de arte culinario, no es considerada un arte. ¿Por
qué? Porque no hubo museos ni otras formas de legitimación social que la consideraran así.
Las artesanías tampoco no fueron consideradas dentro de las bellas artes. Sin embargo, esta
universidad pudo incorporar las artes del fuego a la carrera de Artes Visuales. La inclusión de
las artes de la escritura también fue muy resistida por el universo de escritores y escritoras
porque pensaban que el talento no se enseñaba. Es cierto, el talento no se enseña, es parte
de una producción subjetiva, pero sí se enseñan las cuestiones técnicas y estéticas que ha-
cen a la práctica de la escritura. Y también la relación entre la escritura y el teatro, el cine, la
danza, las artes audiovisuales, etcétera. Una de las funciones fundamentales que tiene una
universidad es la de combinar, generar vínculos, atravesar prejuicios y poder pensar prácti-
cas que no están siendo reconocidas incluso por la comunidad artística, mucho menos por la
comunidad científica. Ese es el aporte más importante que podemos hacer.
Por último, las humanidades y las artes tienen una función política que tiene que ver con
la resistencia y que se observa en la conceptualización de lo performático o del artivismo,
una praxis que tiene que ver con la defensa o con la resistencia de los valores que dan iden-
tidad cultural a los pueblos y que las sociedades no quieren que el mercado transforme. Las
artes también tienen esa función. En la UNA tenemos un eslogan, que es: “Creamos mundos,
y los defendemos”, porque un rol fundamental de las artes y las humanidades es transfor-
mar y otra es defender y resistir las transformaciones indeseadas que imponen las lógicas
del mercado.
Como señalábamos al comienzo, este es el aporte que las artes estamos haciendo y que
debemos hacer al sistema universitario y, desde él, a toda la sociedad. Un aporte que requie-
re cada vez más compromiso, más organización, más pensamiento crítico y más creatividad
para continuar haciéndolo.
Territorios de la educación artística en diálogo • 165
Introducción
Cuadros 1 y 2.
2021 2021-2022
Etapa 1: Etapa 2:
Investigación en territorio. Intervención. Las hipótesis de la Etapa 1
“Mapa de soluciones financieras” se transfieren al Plan de Capacitación
+ Fortalecimiento de las iniciativas
- 60 entrevistas: referentas y (insumos)
población objetivo
- Evaluaciones
- Relevamiento de espacios - Documentación de talleres realizados
Cuadro 3.
Proyecto “Apoyo y fortalecimiento a iniciativas de inclusión financiera
y la recuperación socioeconómica de las mujeres”
Línea 1: Línea 2:
Actualmente, se está diseñando una tercera etapa para continuar con el programa de
fortalecimiento de las iniciativas ya en marcha. Seguramente, esta nueva fase permitirá re-
visar y ajustar los instrumentos de seguimiento y evaluación.
Decíamos que los proyectos se incluyen en el campo de la educación artística en gene-
ral. Sin embargo, para estos casos en particular, se podría proponer un desplazamiento del
territorio de la educación artística a otro más amplio adoptando la denominación formación
estética: el desplazamiento nominal implica extender hacia experiencias más amplias y más
inclusivas del quehacer creativo.
Marco conceptual
Filosofía, estética, historia del arte, semiótica, antropología, sociología, todas ellas –más
cerca o más lejos– tuvieron una palabra sobre el campo del arte y la contemplación estética,
sobre su producción o el consumo, sobre sus reiteraciones e irrupciones, sobre sus distintas
narrativas más o menos dominantes.
Dado que esta serie conceptual diversa les da forma a los fenómenos observados (el de-
sarrollo de los talleres en la Experiencia 1 y las producciones de la mujeres en la Experiencia
2), traemos aquello que Glaser dice refiriéndose a la interpretación de la información cuali-
tativa: “Las dos propiedades más importantes de la conceptualización para generar Ground
Theory son las de que los conceptos son abstractos del tiempo, el lugar y las personas por
un lado y, por el otro, la de que los conceptos tienen un pertinencia duradera. El atractivo
de estas dos propiedades puede ser, literalmente, eterno, como forma aplicada de ver los
acontecimientos. En este artículo, empiezo explicando qué es un concepto para la TG, luego
explico su abstracción de tiempo, lugar y personas, seguido de discusiones detalladas sobre
la habilidad conceptual requerida, los niveles conceptuales, la fuerza conceptual, la descrip-
ción conceptual, la conjetura conceptual, la extravagancia conceptual y el poder conceptual”
(Glaser, 2002, pp. 3-4).1
Se hace necesario explicitar nuestra posición: cuando retomamos la diferencia de com-
portamiento y aplicación de los conceptos estético y artístico nos ubicamos del lado de las
definiciones elaboradas en las estéticas descriptivas o analíticas. Para sintetizarla inclui-
mos brevemente algunas de las reflexiones de Jan Mukařovský cuando afirma que la fun-
ción estética::
- no es panesteticismo,
- es posibilidad y no necesidad,
- no significa que sea la función preponderante,
- no se confunde con otras funciones,
- responde a normas de época.
Agregamos que, cuando Mukařovský utiliza el término transición para desarrollar el con-
cepto dinámico de la función y de la norma estética, nos deja en claro ese carácter no esen-
cial de las valoraciones y su sujeción a los distintos momentos y movimientos de la cultura.
La formulación se relaciona de manera directa con las postulaciones de Nelson Goodman en
“¿Cuándo hay arte?”.
En nuestras investigaciones, nos ubicamos en el campo de las prácticas estéticas y en-
tendemos el concepto “estético” como la dimensión de lo agradable, del sentimiento de
placer –o displacer– presente en cualquier relación sujeto-objeto. Se trata de un funciona-
miento de las relaciones; en este sentido, retomamos a Nelson Goodman cuando, para la
esfera de lo artístico, atenúa el valor de los rasgos esenciales de un objeto para pensar en
la activación de unas funciones u otras. Si además trazamos un eje para comparar con el
pensamiento de Gérard Genette ([1997] 2000) encontramos que la función estética indica
un tipo de relación que se sostiene en una atención singular y una intención de apreciación.
Los objetos estéticos son objetos atencionales, es decir, objetos de atención (intención de atender
en sentido amplio).
Volviendo a la idea de que aquello que está siendo observado es informado (toma forma)
por el marco conceptual, enumeramos a continuación las decisiones previas al inicio del di-
seño de instrumentos, la conformación del corpus, la recolección de los datos y su lectura e
interpretación.
Primera decisión: para emplazar el fenómeno observado, aplicamos un tipo de clasifi-
cación asumida como verdadera –o al menos consensuada– y que, como tal, se comporta
de manera axiomática, en el sentido de que se trata de una construcción de verdad que, por
el momento, no se discute. En este sentido, una cantidad importante de intertextos teóri-
cos, hechos y experiencias estéticas, así como de producciones artísticas, nos muestran y
demuestran que habitamos el planeta estéticamente. El andamiaje de esta verdad aceptada se
vertebra en estudios, trabajos y ensayos que van desde las primeras postulaciones de Baum-
garten hasta las reformulaciones más contemporáneas.
Segunda decisión: nos quedamos con el concepto “estético” y soslayamos el “artístico”, ya
que este quehacer queda incluido en el primero e indica un campo y una función más especí-
fica; toda función artística articula una relación estética entre sujeto y objeto, y no toda fun-
ción estética implica una producción o relación artística. Esta posición, descripta y defendida
en trabajos, investigaciones y ensayos que valorizan lo estético como atributo posible de ser
aplicado a un campo ampliado de prácticas, abreva en Baumgarten y Kant, se desarrolla ex-
plícitamente en Jan Mukařovský, Nelson Goodman, Gérard Genette, Jean-Marie Schaeffer y
continúa en las propuestas desde el diseño de Yuriko Saito o los ambientalistas actuales. Sin
embargo, debemos considerar que una buena parte de estas nuevas formulaciones han sido
pensadas para la referencia a comportamientos en las clases medias.
Tercera decisión: asumimos que las prácticas y degustaciones estéticas dan forma, color,
textura y sonoridad a todas las esferas de la cotidianeidad.
Junto con la matriz conceptual explicitada en los párrafos anteriores que le da forma al
acontecimiento a abordar, adoptamos la perspectiva semiótica para la lectura e interpreta-
ción de los datos relevados a través de una o varias técnicas en el trabajo de campo.
La perspectiva semiótica elegida –de raíz anglosajona–concibe la dimensión significan-
te de cualquier fenómeno social como una trama intertextual compleja que interviene en
distintos niveles de cada configuración discursiva: una acción, una promesa institucional, un
conjunto audiovisual, una performance político-estética, un corpus gráfico, una instalación
museal, un plan curatorial, entendiendo que esta enumeración exigua se selecciona entre
las múltiples y diversas posibilidades materiales. Por ejemplo, en la Experiencia 2, para aten-
der a los objetivos planteados en términos de la comprensión y sistematización del com-
portamiento estético en una serie de producciones realizadas por mujeres pertenecientes a
segmentos afectados especialmente por la crisis sanitaria, la perspectiva semiótica permite
considerar los efectos estéticos en tanto provenientes de un conjunto de rasgos discrimina-
bles en los textos –de lo dicho y de los objetos– y la conexión con las valoraciones de dichos
rasgos en los segmentos indagados. En este sentido, se considera la observación de dichos
sujetos en la doble posición que ocupan en relación con la apreciación estética, como opera-
dor y como contemplador de sus propias producciones2. En el entramado discursivo, a partir
del funcionamiento de interpretantes múltiples (ideológicos, estilísticos, educativos, mediá-
ticos, tecnológicos), se configura la apreciación estética en producción y en reconocimiento,
más allá de la voluntad o conciencia de los sujetos.
La característica no lineal del funcionamiento de los interpretantes, considerando su di-
namismo en el decurso temporal, permite separar repertorios formales y semánticos de cor-
ta y de larga duración en las producciones analizadas, así como sus cruces y transposiciones.
Para la descripción y el análisis, utilizamos una matriz3 descriptiva organizada a partir de
las propuestas teórico-metodológicas de Eliseo Verón (discursividad social), Oscar Traversa
(la “gestión de contacto” de los dispositivos) y Oscar Steimberg (funcionamiento de las clasi-
ficaciones sociales de género y estilo) que considera: en primer lugar, el emplazamiento dis-
cursivo y social (incidencias y regulaciones sociales de los dispositivos, atención a los medios
y lenguajes intervinientes en el corpus, características de la materialidad); en segundo lugar,
el sistema de clasificaciones sociales (el sistema de géneros y estilos que organiza los inter-
cambios sociales) que indica las previsibilidades y rupturas de las regularidades discursivas;
en tercer lugar, las dimensiones retóricas (configuración de los textos, sus ritmos internos, su
composición), temáticas (la construcción y la caracterización de los mundos creados en cada
texto) y enunciativas (situación y promesas de intercambio en la escena y el escenario del
texto) presentes en las producciones discursivas que conforman el material base de este pro-
yecto. En este sentido, la matriz se aplicó en dos direcciones: por un lado, como instrumento
que organiza la descripción de lo dicho o expresado por las entrevistadas para comprender
2 Tomamos estas dos posiciones enunciativas a partir del modelo de observación de la semiosis de Eliseo Verón.
3 La matriz se sustenta en trabajos clave de los autores citados: Steimberg (2013); Steimberg y Traversa (1997); Traversa (2014);
Verón ([1987] 2004 y 2013).
Territorios de la educación artística en diálogo • 171
su dimensión como operadora estética, sus preferencias y rechazos. La atención a las narra-
tivas enhebradas en sus discursos permitirá, entre otras lecturas, articular sus metas “vita-
les” y formas de “sobrevivencia” con sus gustos y disgustos en las acciones para lograrlas.
Por otro lado, la aplicación de la matriz organiza asimismo la descripción de la dimensión
estética en las producciones efectivas (una prenda de ropa, la decoración de una fiesta, el
diseño de un anuncio, la presentación de una comida), es decir, en los efectos observables
a partir de un conjunto de operaciones realizadas sobre los espacios y los objetos. Será de
importancia atender a las características discursivas del segmento socioeconómico indaga-
do, su contexto sociocultural y un conjunto de características del comportamiento territorial
para comprender la relevancia de los resultados. En este sentido, la palabra de las referen-
tas (informantes clave y guías pertenecientes a organizaciones sociales de diferente tipo:
cooperativas, agrupaciones políticas, entre otras), tanto en el diagnóstico inicial como en la
evaluación final, ocupa un espacio de control, adecuación y calibre del diseño final para su
ajuste y corrección. Del mismo modo, el análisis del corpus de control operó como contexto
discursivo particular para la lectura de los casos analizados.
Los proyectos involucrados en las Experiencias 1 y 2 son entonces el punto de partida y de
anclaje. El punto de llegada, en cambio, está determinado por la necesidad de contar con un
sistema de seguimiento y evaluación.
El siguiente esquema sintetiza los momentos bisagra dentro de la Experiencia 1:
Cuadro 4.
1 2 3 4
Lanzamiento Transformación Cambio Pandemia
del taller del espacio de modalidad y pospademia
(2012) (2013-2017) (2018-2020) (2020-2022)
Cuadro 5.
·Observación no participante
·Estudio de casos ·Observación participante
Relevamiento de pro-
·Entrevista etnográfica ·Relevamiento audiovisual
gramas de lectura
·Relevamiento audiovisual ·Intervenciones
·Entrevistas
4 Ver: Soto (2004-2006, 2006-2009, 2007-2008, 2009-2010, 2010-2011, 2010-2012, 2013-2014 y 2013-2017).
Territorios de la educación artística en diálogo • 173
Experiencia 1
Experiencia 2:
ción tanto individuales como barriales, las estrategias de obtención de recursos, el proceso
de bancarización, el uso de diferentes medios de pago, los préstamos, la precariedad de la
situación laboral. El objetivo era comprender qué habían creado/puesto en marcha desde el
territorio para la sobrevivencia/subsistencia. Queremos decir que no estaban pautadas en la
guía de trabajo, en las entrevistas y en los grupos preguntas o disparadores para una vincu-
lación con las prácticas estéticas.
Se encontraron motivos temáticos, retóricos y enunciativos relacionables entre sí (no idénticos)
y recurrentes: las mujeres indagadas se dedican a la repostería, la decoración, la regalería,
el cotillón, los productos cosméticos, la lencería, entre otras actividades y formatos, como
por ejemplo intercambios como el trueque, la feria barrial, o emprendimientos como el de
la construcción. En el material fotográfico, se observan: la decoración de los espacios, las
mesas, los diseños de los productos, la distribución del color, la composición, las texturas.
Sumamos los motivos de la afectividad, entusiasmo, gusto, alegría, cuando describen sus
producciones o las muestran.
Entonces nos podemos preguntar dónde residen los rasgos a observar y cuáles son
aquellos que develan una producción estética: cuando narran o describen sus experiencias,
cuando fotografían, cuando deciden qué tipo de emprendimientos hacer (decoración, coti-
llón, gastronomía, lencería…), cuando comunican en sus estados de WhatsApp, cuando nos
muestran sus espacios de trabajo o de encuentro y sus mesas de trabajo, en sus composicio-
nes en la producción y terminación de los productos que fabrican...
Aprendizajes
Referencias bibliográficas
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Verón, Eliseo (2013). La semiosis social, 2: ideas, momentos, interpretantes. Barcelona: Paidós.
Territorios de la educación artística en diálogo • 177
Presentación
En los últimos diez años, la evaluación académica y de la investigación es una de las te-
máticas emergentes y prioritarias en la agenda global y regional de producción y circulación
de conocimientos. Por un lado, los sistemas de educación superior y de investigación han
concentrado cada vez más expectativas en torno a la producción de conocimientos orien-
tados a enfoques e interpretaciones más holísticos de diferentes problemas sociopolíticos,
sanitarios, económicos y medioambientales críticos, al tiempo que ha crecido la necesidad
de reforzar el compromiso público con la ciencia. Por otra parte, existe un consenso creciente
sobre las distorsiones causadas por el uso de indicadores cuantitativos desreferencializados,
como por ejemplo las métricas basadas en revistas y clasificaciones de revistas, para evaluar
el desempeño en la carrera académica, el de las instituciones y la producción científica, por
lo que se estimula la búsqueda de metodologías y prácticas de evaluación complementarias.
Como parte de estas tendencias, en los debates en curso y en los ejercicios de rediseño
de las políticas evaluativas, se persiguen criterios más inclusivos, al incorporar la participa-
ción de grupos y regiones tradicionalmente excluidos y/o instituciones con capacidades de
investigación menos consolidadas, y una diversidad de conocimientos existentes, a través
del reconocimiento adecuado a las múltiples tradiciones, formatos y lenguas de circulación
de saberes, en diálogo y coproducción con la ciudadanía y las comunidades locales.
En relación con la educación artística y la investigación en artes, el contexto de la pande-
mia ha reposicionado la relevancia de estos saberes para reponer lazos sociales y comunita-
rios, reconocer y fortalecer a las nuevas ciudadanías e incentivar la participación de diversos
actores y actrices sociales en una cultura más democrática. No obstante, la educación e in-
vestigación, a pesar de distintos aportes y esfuerzos para su transformación, en artes aún no
es adecuadamente reconcomida ni evaluada en ámbitos universitarios y científicos.
178 • Aportes y desafíos para repensar la evaluación de la investigación en artes y en la educación artística / Vommaro- Rovelli
En América Latina y el Caribe, existe una larga tradición de abordaje del conocimiento
como bien público y el acceso abierto gestionado por la comunidad académica como un bien
común sin fines de lucro. La región es una de las más avanzadas en la adopción del acceso
abierto a las revistas académicas y científicas, principalmente a través de los repositorios
institucionales de las universidades y los organismos de ciencia y tecnología en tanto instru-
mento privilegiado para sostener y ampliar esa política; mientras que la ciencia abierta en
un movimiento más reciente y vinculado a la promoción del acceso abierto, las infraestruc-
turas y las normativas (Babini y Rovelli, 2020).
No obstante, muchas de las agencias de financiamiento de la investigación y de evalua-
ción de las instituciones de educación superior han asimilado a la indexación de las revistas
y el uso creciente de los indicadores cuantitativos, producidos por las empresas que concen-
tran y gestionan el circuito comercial editorial internacional como uno de los principales in-
dicadores utilizados para evaluar las trayectorias académicas, la financiación de proyectos
de investigación y la excelencia de sus resultados (Beigel, 2014; Salatino y López Ruiz, 2021).
Desde el plano de las prácticas académicas, estas tendencias han contribuido a privile-
giar el formato del artículo de difusión de resultados –propio del estilo de las ciencias experi-
mentales– en detrimento de otros tipos de producciones como los libros, más característicos
de los estilos de pensamiento y escritura de las ciencias sociales y humanas (Giménez-To-
ledo, 2015), como así también la utilización del idioma inglés, como idioma universal y ho-
mogeneizador de los intercambios académicos (CLACSO, 2021) en desmedro de las lenguas
autóctonas. Además, las métricas dominantes utilizadas para juzgar la calidad de la inves-
tigación hacen que prevalezca el criterio disciplinar (Vessuri, Guédon y Cetto, 2013) a través
de un concepto esquivo de excelencia, al tiempo que desalientan los criterios de relevancia
social y la investigación pertinente para el desarrollo (Sutz, 2014).
De allí que la noción de evaluación responsable adquiera en el escenario latinoameri-
cano nuevos significados. Ciertamente, alude a la necesidad de contar con un amplio aba-
nico de metodologías, indicadores y formas de evaluación que abarquen una diversidad
de dimensiones involucradas en las formas en las que se produce y circula el conocimiento
en la región, como el acceso abierto, el género, la producción y circulación de conocimien-
to fruto de las actividades de docencia y extensión y/o en colaboración, la participación y/o
vinculación con el entorno, la integridad de los procesos de investigación, entre otros, y de
individuos involucrados en esos procesos. A la vez, requiere de cierta reflexividad respecto
de su uso responsable, el cual se encuentra situado en una configuración y trayectoria his-
tórica particular en cada uno de los ecosistemas científicos y universitarios de los países de
la región, en los que se manifiesta la disputa por el acceso a la producción y circulación del
conocimiento (Rovelli y Vommaro, 2022).
En el plano de las artes, diversos especialistas hacen hincapié en la necesidad de
fortalecer la evaluación de trayectorias académicas desde una perspectiva que valore el
trabajo en equipo, como de hecho ocurre en la producción de conocimiento en las áreas
de la música, el teatro y la danza, entre otras, y desde un abordaje inter y transdiscipli-
nar del conocimiento (Torlucci, 2020). A su vez, señalan que los modelos de evaluación
desestiman los aprendizajes resultantes de procesos de trabajo con comunidades, como
parte de la vinculación con la sociedad, y en tanto espacio que favorece la construcción
colaborativa de conocimientos; al tiempo que desatienden las actividades fundamen-
tales como la producción y circulación de prácticas artísticas, la educación continua y la
creación de redes en artes (Noriega et al., 2020).
Recuperando muchos de los diagnósticos anteriores, en junio de 2022 la XXVII Asam-
blea General Ordinaria del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) debatió
y aprobó la Declaración de Principios: Una nueva evaluación académica y científica para una cien-
cia con relevancia social en América Latina y el Caribe (CLACSO, 2022). El documento propone,
entre otras dimensiones, reponer y jerarquizar el carácter colectivo del quehacer científico
180 • Aportes y desafíos para repensar la evaluación de la investigación en artes y en la educación artística / Vommaro- Rovelli
Una investigación sobre la evaluación de las artes en el ámbito europeo afirma que la
academización de la investigación vocacional y artística ha generado distintos tratamientos
por parte de las agencias de evaluación y financiamiento de la investigación. El estudio iden-
tifica dos clasificaciones preponderantes de los resultados artísticos, en tanto “investigación
artística” o “actividad artística” y dos modalidades de evaluación principales: por igualdad
de trato de los tipos de resultados o bien a través de un trato diferenciado de los tipos de
resultados (Lewandowska, Kulczycki y Ochsner, 2022). Además, el trabajo sostiene que los
procedimientos de evaluación no deben “solicitar a las artes que sean científicas” (Lewan-
dowska, Kulczycki y Ochsner, 2022, p. 28), sino que deben ser reconocidos sus propios modos
producción y validación de conocimientos y deben ser integrados a la cultura académica.
En relación con la evaluación de los impactos de la investigación en artes, otro estudio
internacional destaca la posibilidad de centrarse en impactos finales, por ejemplo aquellos
centrados en la salud y/o el bienestar, como así también en un amplio espectro de impactos
intermedios, como la comprensión/concienciación, el cambio de comportamiento, la toma
de decisión política, etc., que se producen en el camino hacia el impacto y que se ligan más
frecuentemente con los procesos de conocimientos y los desarrollos en los campos interdis-
ciplinares de las ciencias sociales, humanas y las artes (Reed, 2018).
En sintonía con esta perspectiva, un informe desarrollado en Chile sostiene que la eva-
luación de las obras que se desprenden de un proceso creativo y su circulación son dos mo-
mentos que es importante considerar en la evaluación, pero que no dan necesariamente
Territorios de la educación artística en diálogo • 181
cuenta de la totalidad de la actividad creativa que ha tenido lugar y su proceso, el cual es pre-
ciso ponderar adecuadamente (Fernández Darraz, 2020). Por lo tanto, la noción de creación
artística se asocia con una etapa del ciclo cultural, y “tiene un valor en sí mismo, con inde-
pendencia de las etapas que le preceden o suceden en dicho ciclo (…) y por sobre los bienes,
manifestaciones o servicios culturales que de él se deriven” (Fernández Darraz, 2020, p. 20).
En ese sentido, una investigación más reciente recomienda que las investigaciones
cuenten con un plan de impacto y tracen distintas vías a alcanzarlo, al tiempo que pueden
utilizar distintos métodos para evaluarlo (Reed, et al., 2021). En particular, para las artes, se
propone contemplar la posibilidad de incorporar métodos de evaluación textuales, orales
y artísticos, los que pueden dar cuenta de que la investigación ha sido necesaria para cau-
sar uno o varios impactos, triangulando múltiples fuentes de pruebas. Al respecto, los datos
cualitativos, por ejemplo de entrevistas/testimonios y grupos focales, pueden contribuir a
explicar y contextualizar los resultados de un proyecto en artes.
Tomando en consideración la evaluación de las instituciones de educación superior en
artes, se reconoce que existen variadas maneras y formatos en los que se expresa la creación
artística. A modo de ejemplo, en el informe de Fernández Darraz (2020) se destaca una polí-
tica institucional asociada a actividades de extensión y/o vinculación con el medio, la oferta
de carreras y programas en educación en artes o creación artística, entre otras. En síntesis,
la evaluación y la acreditación de las instituciones de educación superior en artes deberían
reconocer más ampliamente el proceso de creación artística y sus impactos, más allá de los
resultados medibles a través de fondos concursables, indicadores de productividad y así po-
der valorar en esos procesos el trabajo institucional, los incentivos para desarrollar procesos
creativos, el fomento del acceso de la comunidad a bienes, entre otras dimensiones (Fernán-
dez Darraz, 2020; Noriega et al., 2020).
A modo de cierre
Como se deprende de las secciones anteriores, la integración de las artes al mundo aca-
démico brinda la oportunidad de expandir la generación de conocimiento científico me-
diante la generación de conocimiento artístico (Lewandowska, Kulczycki y Ochsner, 2022). A
la vez, en la conversación internacional y regional sobre la reforma responsable de la evalua-
ción académica, la educación y la investigación en artes diversifican y potencian los debates
en curso al contribuir con criterios más amplios en torno a la relevancia del conocimiento;
distintos enfoques para ponderar la originalidad; contextos intermedios de producción y
creatividad, como así también la valoración de distintos tipos de resultados, junto con la
participación de pares en los procesos de evaluación.
Ciertamente, la educación artística y la investigación en artes amplían el espectro de ac-
tividades por las cuales pueden ser evaluadas las personas que son artistas-docentes en las
aulas y talleres y, de manera más extendida, nutren y robustecen las formas de evaluación
en los campos de conocimiento interdisciplinares en ciencias sociales, humanas y artes. Lo
182 • Aportes y desafíos para repensar la evaluación de la investigación en artes y en la educación artística / Vommaro- Rovelli
anterior supone reconocer e integrar las formas, los espacios y las prácticas de la educación
artística y de la creación artística, con sus propias metodologías y validaciones, a la evalua-
ción académica de las actividades de docencia, vinculación y/o investigación.
Desde el plano de la reforma de la evaluación académica, la mayor sistematización de
los dispositivos y las formas de evaluación de las trayectorias en artes y creación artística en
América Latina y el Caribe podría brindar evidencia muy útil para abrir un espacio de diá-
logo más amplio con personas e instituciones interesadas en transformar dichos procesos.
Por otra parte, permitiría converger en algunos principios comunes de reforma e incidir en
el codiseño de reformas evaluativas para la educación en artes y los procesos de creación e
investigación artística a nivel regional. En esa dirección, el Congreso Internacional “Territo-
rios de la Educación Artística en Diálogo” ha facilitado diversas instancias de intercambio de
experiencias y aprendizajes para avanzar con estos desafíos y así lograr cambios incremen-
tales en la evaluación académica que reconozcan adecuadamente y premien la diversidad
de conocimiento existente al interior de los ecosistemas de educación superior y científicos
regionales, en diálogo con sus sociedades y comunidades.
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POLÍTICA Y POLÍTICAS
DE LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA
Territorios de la educación artística en diálogo • 185
La educación artística
como derecho.
Expansión y jerarquización de la educación
superior artística en la Argentina
en el siglo XXI
Damián Del Valle
Área Transdepartamental de Formación Docente
Universidad Nacional de las Artes (Argentina)
Introducción
En las primeras dos décadas del siglo XXI, en un contexto latinoamericano caracteriza-
do por la recuperación de las funciones y responsabilidades del Estado en orden a “reparar”
postergaciones y heridas sociales producidas durante el ciclo neoliberal de fines del siglo
anterior, la educación artística encontró un contexto propicio para lograr una centralidad
antes inédita en los debates sobre la dirección y organización de las políticas educativas en
América Latina y el Caribe, lo que tuvo un correlato en la ampliación de la educación supe-
rior en artes. En el caso argentino, esta tendencia cobró impulso con la creación del Institu-
to Universitario Superior del Arte (IUNA), hoy Universidad Nacional de las Artes, la primera
institución universitaria dedicada de manera exclusiva a la formación de artistas, profesores
e investigadores de artes.
Este trabajo se propone reconstruir el contexto de expansión de la educación artística de
nivel superior en la Argentina, en el marco de un contexto internacional caracterizado por la
ampliación del derecho a la educación superior y de la revisión de la relevancia de la educa-
ción artística en todos los niveles del sistema educativo. Desde allí, se propone reflexionar
sobre la formación docente en artes en el nivel universitario, una formación que excede por
mucho la educación técnica y se proyecta hacia el área específica del nivel universitario, de la
producción de conocimiento y de la formación de una nueva ciudadanía democrática.
186 • La educación artística como derecho. / Damián Del Valle
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Este proceso no solo se produjo en la Argentina, sino que, de diferentes maneras, tuvo
un correlato en distintos países de América Latina y el Caribe, en particular con la creación de
universidades de artes en Ecuador, Venezuela y Cuba.
No podemos escindir, por lo tanto, este desarrollo de los cambios que se operaron en la
concepción de la educación superior a nivel continental en el presente siglo. En particular, al
consenso arribado en la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) auspiciada por
la UNESCO en Cartagena de Indias en 2008. Allí, la declaración final definió a la educación
superior como un “bien público social, un derecho humano y universal y un deber de los esta-
dos” (CRES, 2018). Esta definición se produjo en un período marcado por la idea de democra-
tización, entendida como un movimiento hacia la incorporación de nuevos sujetos, prácticas
y saberes sociales hasta entonces (y en menor medida pero aún ahora) subrepresentados al
interior de la universidad.
La perspectiva puesta en juego entonces –hay que decir, en pleno ciclo de gobiernos po-
pulares y/o progresistas en la región– se vio ratificada diez años después, en la CRES 2018
realizada en Córdoba, cuando, además, las artes se vieron por primera vez incluidas en un
lugar protagónico en las tareas de la educación superior. Así, en la declaración final de esta
conferencia, la concepción de la universidad como derecho
Pensar que las tecnologías y las ciencias resolverán los problemas acuciantes de la hu-
manidad es importante, pero no suficiente. El diálogo de saberes para ser universal ha de ser
plural e igualitario, para posibilitar el diálogo de las culturas (...). Las ciencias, las artes y la
tecnología deben constituirse en pilares de una cooperación para el desarrollo equitativo y
solidario de la región, basados en procesos de consolidación de un bloque económicamente
independiente y políticamente soberano (CRES, 2018).
ción de Buenos Aires (8 de noviembre de 2017), la Declaración de Quito sobre la ciencia, los
conocimientos, las tecnologías y las artes (17 de noviembre de 2017), la Declaración de Chu-
quipata (23 de mayo de 2018), el Encuentro Latinoamericano contra el Neoliberalismo por
una Universidad Democrática y Popular (10 de junio de 2018) y, en particular, el Manifiesto
de Guayaquil por el Derecho a las Artes en la Educación (mayo de 2018), impulsado por cinco
universidades de artes de la región y facultades y carreras de artes en cuyas declaraciones re-
clamaron “reconocer el rol estratégico del arte y la cultura en la producción de conocimiento
con compromiso social, en la lucha por la soberanía cultural, el desarrollo sustentable y la
integración pluricultural de las regiones” (Declaración de Buenos Aires, 2017).1
La expansión institucional y la jerarquización simbólica de la educación artística se vie-
ron complementadas, así, por una democratización social que trastocó profundamente el
antiguo carácter elitista que, al igual que lo que ocurría con las profesiones liberales, tenía la
educación superior artística en el continente. Como resultado de estos cambios, en el mismo
sentido en que la educación superior comenzó a ser concebida como un derecho individual y
social, las propias ideas del derecho a la educación superior en artes y del derecho a las artes
en la educación cobraron espesor y visibilidad.
La idea del derecho a las artes en la educación de alguna manera replantea los términos
de la cuestión de la democratización. Si durante la etapa expansionista la idea rectora era
la del derecho a la educación superior en artes –y, en este sentido, se produjo una democra-
tización del acceso a la enseñanza artística en el nivel superior, gratuito, de calidad–, en lo
sucesivo, el planteo del derecho a las artes en la educación supone que, para que las artes
sean realmente un derecho garantizado, deben ser consideradas un derecho en todos los ni-
veles educativos. A su vez, implica considerar a las artes no solo como un derecho individual
de las personas, sino como un derecho colectivo de los pueblos, por el rol que juegan en la
soberanía cultural, en la vinculación territorial y comunitaria, en los procesos de desarrollo
y en el buen vivir.
El cambio de paradigma en la concepción del valor de las artes y de la enseñanza artís-
tica en nuestras sociedades se vio fortalecido, en el caso argentino, con la transformación
del Instituto Universitario Nacional de Arte (que, como su nombre lo indica, entiende este
campo de conocimiento como un espacio monodisciplinar) en la Universidad Nacional de
las Artes, mediante una norma sancionada por el Congreso Nacional en 2014. El proyecto de
ley argumentaba la necesidad del cambio de la siguiente manera:
Enmascarar la disputa por los saberes, la disposición estratégica de los campos de co-
nocimiento y el lugar privilegiado de la universidad en la lucha contra la colonización epis-
témica, con delimitaciones académicas provenientes de un modelo epistemológico único
de organización del saber, impide reconocer a la educación artística el lugar que de hecho
hoy tiene en la producción de conocimiento (Proyecto de Ley de creación de la Universidad
Nacional de las Artes, 2013).
orquestas, centros culturales, industrias culturales, etc.), que remiten no solo a la distribu-
ción y circulación de la producción artística, sino al derecho al acceso a los bienes culturales
y simbólicos.
La transformación del Instituto Universitario Nacional del Arte en la Universidad Nacio-
nal de las Artes implicó no solo un cambio de denominación, sino también el reconocimien-
to del carácter pluridisciplinar de las artes como expresión estética, conocimiento y práctica
social y reforzó, en el mismo movimiento, su compromiso con las tres funciones básicas de
la educación superior en la Argentina: la enseñanza, la investigación y la extensión/vin-
culación cultural.
En este sentido de reconocimiento de las artes como forma de conocimiento y como de-
recho en todos los niveles educativos se torna relevante repensar la formación de docentes
de artes en el nivel universitario, una tarea que excede por mucho el “enseñar a enseñar”,
como si fuese posible aún acotarse a las funciones técnicas y procedimentales de una disci-
plina/lenguaje, que obvian el carácter epistémico específico de las artes y su incidencia en la
formación de ciudadanías democráticas y el cambio social. Las, los, les profesores de artes
son agentes estratégicos en la conformación de la soberanía cultural, la promoción del plu-
ralismo y la solidaridad social y la garantía del acceso y ejercicio de las artes en todas las eda-
des y territorios en los que la educación artística tiene lugar. En tanto tales, deben construir
su formación al interior de las casas de estudio.
Esto supone, como se dijo, ir más allá del “enseñar a enseñar”. Enseñar es una práctica
situada de un contexto que comprende responsabilidades democráticas y de garantía de
derechos y, para ello, la formación docente en artes de nivel universitario debe promover
instancias de participación de sus estudiantes en tareas de investigación que fortalezcan y
perfeccionen el conocimiento teórico-práctico sobre la enseñanza artística y prácticas de
vinculación territorial de diverso tipo con las comunidades en las que, a toda escala (desde la
escuela a la sociedad en su conjunto, pasando por todo el tejido sociocultural e institucional
donde la educación tiene lugar), se inserta e insertará el trabajo profesional del docente.
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tugal.
Territorios de la educación artística en diálogo • 193
Somos a quien le negaron la cultura/ Es por eso que yo ahora te compongo esta basura
Somos a quien nadie les hablo del arte/ Es por eso que yo ahora te compongo este desastre
Nuestra versión no está en los diarios ni en la tele/ Pero la encuentras en mil colores las paredes
Criminalizan si te pones a pensar/ Somos delincuentes para la cultura oficial
Las reformas neoliberales de las décadas de 1980 y 1990 aplicaron en América Latina una
serie de procesos de ajuste y reestructuración económica basados en la liberalización del
mercado, la privatización y la transnacionalización de su economía. La mundialización de
la economía y de la cultura imponía la modernización de las prácticas políticas y económi-
cas al mismo tiempo que la irrupción de la sociedad del conocimiento exigía otras destrezas
cognitivas propias del espíritu científico e innovador. En este contexto, las universidades se
convirtieron en objetos de evaluación con miras a renovar su pertinencia en cuanto a lo que
se esperaba de ellas, en términos de calidad de lo producido. La Organización de Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) definía pertinencia “en función
de la adecuación entre lo que la sociedad espera de las instituciones y lo que éstas hacen”
(UNESCO, 1998, art. 6 A), y para lograr alcanzarla, los países debían crear e implementar nor-
mativas, políticas e instrumentos operativos ad hoc y completar el ciclo con la consecuente
rendición de cuentas. Hay que señalar, que las sociedades de las diferentes regiones interpre-
taron los términos de pertinencia y calidad en función de sus prioridades, lo que en América
Latina y el Caribe significó vincularlos con sus necesidades de desarrollo económico y social.
A principios del siglo XXI en la región, esta necesidad se revelaba como una complejidad
a la hora de superar las asimetrías en materia de conocimientos, innovación tecnológica y
194 • Políticas para la enseñanza, la investigación y la vinculación de las artes en la UNA / Diana Piazza
avance científico, obligando a las instituciones educativas “a llevar a cabo procesos que tie-
nen que ver más con la transferencia de conocimientos o con su imitación, que con la inno-
vación y creatividad desde la perspectiva de una cultura propia” (Didriksson, 2008, p. 25).
Al mismo tiempo que los países latinoamericanos se empobrecían, crecía la importancia
del progreso en la educación y, si bien este desarrollo permitía imaginar futuros venturosos,
en nuestros países consumidores, pero no productores de este tipo de saberes, se genera-
ban futuros desesperanzadores y mayores niveles de desigualdad. Asimismo, se producían
situaciones paradojales como un gran crecimiento en la matrícula del estudiantado en el
nivel superior y, a la vez, una disminución del gasto público destinado a este; un fuerte in-
cremento del número de instituciones universitarias, públicas y privadas –la UNA, nacida
como Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA), constituye una de las Instituciones
de Educación Superior (IES) que fueron creadas durante esa década- y, al mismo tiempo, la
implementación de políticas públicas de racionalización y ajuste.
Con la creación de universidades nacionales a partir del segundo lustro del actual mi-
lenio se refuerza el proceso de democratización del país y de centralidad del Estado en la
aplicación de políticas para el sector, como una clara acción de resguardo del derecho a la
educación (Rinesi, 2013). En este estado de cosas, y como señala Rovelli (2018), uno de los
conceptos clave de la nueva orientación de las políticas fue el derecho a la educación, al re-
conocimiento de la diversidad cultural, a los diversos contextos sociales en los procesos de
enseñanza y a la demanda de matrícula para el acceso a los distintos niveles educativos. En
este mismo sentido, Del Valle (2018) reflexiona en torno a la noción de educación universita-
ria como derecho, con la voluntad de vincularla a las nociones de: universidad integral, que no
eluda ninguna de las funciones que le son propias, docencia, investigación, y extensión; uni-
versidad integrada, tanto a nivel nacional como internacional, con iguales niveles de calidad
y organizada en redes de cooperación; y universidad integradora, que obre a partir de criterios
de justicia social.
Es claro que la expansión del saber y la puesta en acto de los derechos educativos permi-
te, como afirma Pérez Lindo (2017, p. 19), “integrar a las nuevas generaciones brindándoles
oportunidades … de inclusión social (…) lo que viene a formar parte de una biopolítica, de
una política de vida mediante la cual la sociedad tiene que asegurar su supervivencia y bien-
estar”. Así, lo que está en discusión es la inclusión o exclusión y el progreso o regresión en la
realización de derechos que harían disponible el saber en una comunidad, en oposición al
modelo de sociedad excluyente.
Sin embargo, con la sola consigna de la defensa de la universidad pública, gratuita e
incluyente no alcanza, hay que defender la igualdad real en el derecho de acceso al saber,
como afirmación de la democracia. Es por eso que la definición de políticas de Estado para
la educación exige asegurar acuerdos democráticos sobre el sentido político de esas políti-
cas, precisión en la definición de los problemas que hay que resolver y congruencia entre los
problemas detectados, las estrategias con que se abordarán y los objetivos que se proponen
cumplir (Diker, 2017). Asimismo, es necesario tener en cuenta que los problemas educativos
reconocen múltiples causas y deben ser priorizados según consideraciones políticas: el abor-
Territorios de la educación artística en diálogo • 195
daje de las estrategias debe pensarse no solo desde la dimensión educativa, sino tomando
en cuenta su articulación con otros derechos humanos que garantizan condiciones para el
buen vivir. En este sentido, y reconociendo la importancia que ha cobrado la educación ar-
tística en las agendas internacionales de educación, donde se incorpora la idea de que el
ámbito educativo es uno de los principales lugares donde el arte proporciona experiencias
significativas como dinamizador de procesos simbólicos que cuentan la realidad, pueden
modificarla y entenderse en ella (UNESCO, 2006 y 2010), creemos que, desde una institución
en la que se conjugan estudios superiores y estudios en artes, cabría preguntarse: ¿cómo asu-
me la Universidad el reto de transmitir, producir y transferir operaciones simbólicas en torno
a las artes sin negar las prácticas del pasado histórico pero impulsando un sentido vigente
de la experiencia artística y estética, que eluda controles y límites excluyentes? ¿Y, además,
cómo inventar una geopolítica de las artes que las sitúen en la dimensión latinoamericana
y que permita tener los pies en el suelo? (Kusch, 1976). A modo de ejemplificación reseñare-
mos algunas innovaciones de política universitaria llevadas a cabo por la UNA, con foco en
la formación, la investigación/creación y la vinculación de conocimiento en las artes. Estas
innovaciones se enmarcan bajo el paraguas de las leyes de Educación Nacional y Educación
Superior, las iniciativas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y las convocatorias de
la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación (ME), por lo cual,
pueden considerarse como ejemplos de generación de políticas públicas.
Desde la segunda mitad del siglo XX, las artes pusieron el foco en una perspectiva re-
lacional sociopolítica propia de comunidades artísticas que trabajaban en organizaciones
sociales y políticas. Bourriaud (2006, p. 142) denomina arte relacional a: “un conjunto de
prácticas artísticas que toma como punto de partida teórico y práctico el conjunto de las re-
laciones humanas y su contexto social, más que un espacio autónomo y privado”. En la mis-
ma perspectiva, Abad (2009, p. 17) identifica una función contemporánea de las artes “inte-
gradora y relacional, (…) sustentada desde las condiciones necesarias para entender que las
producciones culturales no son privilegio de tan solo unos pocos que producen y reparten la
cultura, sino un derecho de todos y cada uno de los existentes.”
Las artes operan sobre la acción social y sobre la subjetividad como formas de acometer
el saber humano respetando las singularidades históricas, culturales y regionales. Los cono-
cimientos debidamente fundados de la escuela moderna se revisitan, considerando a la educa-
ción artística como un componente vital de la dotación de saberes necesarios para participar
de cualquier intercambio cultural. Así, el acceso al conocimiento de las formas y los sentidos
del arte y, en general, a la experiencia estética, se configura como un tema de responsabi-
lidad político-social. Entonces, la formación pedagógico-artística rebasaría las tendencias
tradicionales para desplegarse en un abanico de opciones más propias de las producciones
artísticas de hoy, que sobrepasa la formación para la escena tradicional, las galerías o los mu-
196 • Políticas para la enseñanza, la investigación y la vinculación de las artes en la UNA / Diana Piazza
seos y avanza sobre escenarios cotidianos con capacitaciones impensadas. En esta dirección,
enmarcado en la línea de planes de contingencia del Programa de Calidad Universitaria de-
pendiente de la SPU, el CINO modificó las instancias de acceso de los y las estudiantes en
favor de mayores niveles de inclusión.
Históricamente, en relación con el ingreso, en aquellos lenguajes artísticos con apego a
códigos estéticos y técnicos estrictos, los maestros y las maestras, por tradición, determina-
ban quiénes podían ser incluidos o eliminados del escenario ideal de la representación de
las artes. Las prácticas pedagógicas, en el caso de prácticas performativas, estaban ligadas
a un enfoque centrado en la dirección y ejemplificación de un maestro o maestra y en la re-
producción mimética por parte de un o una estudiante ideal, y en el caso de las prácticas
visuales, a la copia de modelos, heredada de la Antigüedad y el Renacimiento. Este par,
maestro-discípulo/a, revelaba el carácter artesanal de una formación sacralizada, iniciática
y elitista, con un maestro que funcionaba como depositario y garante del saber y un/a dis-
cípulo/a necesariamente dotado/a y virtuoso/a pero subordinado/a al criterio de autoridad
del docente (Brunstein, Pereyra y Piazza, 2001). Con la creación de la Universidad Nacional
de las Artes, en 1996, el acceso, particularmente en aquellas disciplinas que requieren for-
mación temprana para la alfabetización del lenguaje específico, se erigió como un eje de
conflicto permanente. Esta restricción en el ingreso generó efectos de expulsión y falta de
contacto de amplios sectores de la población con instancias de procesamiento y reconfigu-
ración del trabajo artístico, en sus distintos géneros y soportes. En contraste, desde la im-
plementación del CINO, en 2016, en las aulas se recrea un vínculo entre el objeto de estudio
y el cuerpo docente, que permite el ejercicio crítico de revisión de esta tradición formati-
va. Este Curso se incorpora a la estructura curricular como condición para el ingreso al ciclo
profesional de los planes de estudio de las carreras dependientes de los Departamentos
de Artes Dramáticas, Artes del Movimiento, Artes Musicales y Sonoras; la licenciatura en
Artes de la Escritura del Área Transdepartamental de Crítica de Artes y los profesorados del
Área Transdepartamental de Formación Docente que articulan con las mencionadas UUAA,
siendo un dispositivo pedagógico para el ingreso a la UNA en carreras artísticas que requie-
ren saberes previos y competencias específicas. Asimismo, se señala que se desarrolla en
dos etapas. La primera es obligatoria para los y las aspirantes a las carreras de Artes Musi-
cales y Sonoras, Artes del Movimiento, Artes Dramáticas y Artes de la Escritura, y tiene una
duración promedio de dos semanas. En esta etapa, las actividades se orientan a la defini-
ción del perfil vocacional y a la evaluación progresiva de saberes previos y competencias
específicas de la disciplina elegida. En la segunda etapa, el objetivo es nivelar y desarrollar
las competencias y saberes necesarios para el ingreso al ciclo profesional de aquellos/as as-
pirantes que no hubieran aprobado o completado las actividades de la primera etapa; tiene
una duración de dos trimestres consecutivos y cuenta con asignaturas específicas de cada
disciplina y asignaturas comunes a todas las carreras. En consecuencia, es posible afirmar,
que la reformulación del ingreso CINO concilió los principios de equidad con los de calidad
en la formación, y planteó perspectivas pedagógicas que implican un abordaje dialógico,
experiencial y procesual.
Territorios de la educación artística en diálogo • 197
Uno de los principales aportes del campo de estudios de las artes fue haber focalizado
la atención en las políticas de producción de conocimiento, resaltando aquellos modos ex-
cluidos del canon del saber occidental, que ponían el énfasis en el trabajo intelectual, de
archivo y de lenguaje articulado como garantes de la verdad. Así, Torlucci y Volnovich (2018,
p. 125) advierten cómo “crece la necesidad de investigar y profundizar la naturaleza y la es-
pecificidad de la investigación artística en el ámbito de la universidad (…) [y se preguntan] si
podemos pensar la producción artística como producción de conocimiento e investigación”.
Esta preocupación de favorecer experiencias de conocimiento y de investigación relaciona-
das con la fundamentación disciplinar de las artes es un asunto vigente en los sistemas de
educación superior en Occidente. De esta forma, se exploran alternativas a lo que se consi-
dera investigación científica, de tal manera que la rigurosidad y la exigencia no queden exclui-
das de los modos de indagación de procesos y resultados vinculados a diferentes formas de
experiencia, como es el caso de la experiencia artística.
Concretamente, el punto de partida de la relación investigación y arte se da, a nivel
global, con la inclusión de la enseñanza de las artes en el nivel universitario. Esto plantea
discusiones de diversa índole, tanto de políticas de Estado o de políticas institucionales de
educación superior a la hora de considerar la producción de las artes como tópico de la in-
vestigación. Este asunto es, también, objeto de debates en el seno de las propias prácticas
artísticas y en los ámbitos profesionales dedicados al tema, ya que, la cuestión de la re-
flexión y la investigación está instalada actualmente como parte constitutiva de los desa-
rrollos artísticos.
Siguiendo en esta dirección, es que el CIN, el 8 de septiembre de 2022, crea la Subcomi-
sión de Investigación, producción y democratización/popularización de las artes en el marco de la
Comisión de Ciencia, Técnica y Arte fundamentando que:
Por ende, se puede decir que Argentina empieza a transitar un camino para permitir reco-
nocer producciones y trayectorias de investigación artística como evaluables, y para poder in-
cluir plenamente en la enseñanza universitaria a docentes, estudiantes, y graduados y gradua-
das de disciplinas del campo de las artes, focalizando expresamente en las prácticas artísticas.
De alguna manera, esto vendría a reparar un estado de cosas injusto ya que la misma
universidad, que acoge en sus claustros a expertos/as valorados/as por la sociedad en su
conjunto y a quienes se les exigen categorías en investigación, encuentra dificultades al mo-
198 • Políticas para la enseñanza, la investigación y la vinculación de las artes en la UNA / Diana Piazza
mento de establecer parámetros para que estas personalidades y sus producciones puedan
ser valoradas como investigadores/as e investigaciones.
Como vemos, la producción de las artes en la universidad coloca el tema de los procesos
y productos de la creación artística como generadores de conocimiento pasibles de ser eva-
luados y valorados del mismo modo que los desarrollos de las ciencias, y que, cuando hay un
proceso de creación artística es posible identificar problemas, marcos teóricos, metodologías
y conclusiones que pueden difundirse en las comunidades de especialistas y en la sociedad
en su conjunto. Se podría pensar como Cukiernik (2009) en una investigación de fronteras,
considerando las fronteras como desarrollos que corren el límite del conocimiento significa-
tivamente o plantean nuevos enfoques en las disciplinas o, incluso, nuevas disciplinas.
A lo largo de la historia, la institucionalización de la formación artística muestra su depen-
dencia con diversos comitentes: el clero, la nobleza, los estados, las academias, la burguesía y
la sociedad de consumo, mientras que, en la universidad tradicional, estos procesos se regulan
según el paradigma científico como forma válida de definir qué es y cómo se evalúa el cono-
cimiento. En consecuencia: ¿cómo se encaminaría la política institucional de investigación en
la UNA encuadrada en una política estatal que englobara a todo el sistema universitario en
ciencia y técnica, sin negar la identidad ontológica, epistemológica y metodológica de las disci-
plinas artísticas? Esto es, ¿cómo desarrollar investigación autónoma que contemple la potencia
de las disciplinas artísticas y que pueda responder a las necesidades de la sociedad enmarcán-
dose en los condicionamientos del sistema, externos a la propia Universidad? Además, ¿cómo
formar una comunidad de investigadores de un campo disciplinar específico, que no quede re-
cluida dentro de la misma universidad, sino que se valide con criterios no contextuales?
Si bien los investigadores de la UNA son, en gran medida, investigadores/docentes/artis-
tas que crean, producen, interpretan, gestionan y analizan críticamente cuestiones relativas
al campo de las artes, su trabajo no siempre coincide con las reglas que legitiman la pervi-
vencia en el campo académico. Por otra parte, la carrera por conseguir incentivos pareciera
privilegiar la actividad investigativa por sobre la de docencia o la de creación artística. Por
ello, en muchos casos, estos priorizan algún espacio de conocimiento sobre otro para ajustar
sus desarrollos investigativos a las políticas estatales de asignación de recursos y categoriza-
ciones para la consagración académica. Siguiendo este requerimiento algunos investigado-
res/docentes/artistas abordan cuestiones cercanas a la educación por las artes o a la salud a
través del arte, en detrimento de la producción artística misma como forma de comunica-
ción de la realidad; mientras que otros resisten cualquier forma de academización al no estar
dispuestos a aceptar lo que suponen una burocratización institucional que desvirtuaría la
capacidad expresiva del arte en favor del trabajo intelectual académico.
Entonces, ¿cómo sería el desarrollo de la actividad investigativa de los productores y do-
centes de arte en este universo de reglas que es un espacio diferenciado de saber?
Estas cuestiones han alertado a las universidades en el sentido de reflexionar acerca de
la recuperación de su misión institucional en relación con el objeto de conocimiento concre-
to, si este puede considerarse como producto de una investigación y si se debe trabajar en
este sentido para su aceptación en el sistema de educación superior. Así, se reconoce que:
Territorios de la educación artística en diálogo • 199
Entonces, y para articular diálogos entre esta Universidad y otras del Sistema de Edu-
cación Superior de nuestro país con carreras de Artes, y habiendo relevado desarrollos in-
ternacionales sobre el tópico de la Investigación/Creación basada en la práctica artística
y mantenido reuniones remotas con Universidades de América Latina y España, se puso
a consideración del CIN un documento de trabajo con indicadores en Artes para el Pro-
grama para la Investigación Universitaria en la Argentina (PRINUAR). En el mencionado
documento se incluyen subáreas de conocimiento para las artes: visuales y audiovisuales,
performáticas, sonoras y musicales, arte-ciencia-tecnología, gestión de la cultura-indus-
tria culturales, artes de la escritura, arte-diseño, y un Banco de Evaluadores de Universi-
dades en Artes.
En cuanto a los indicadores propuestos:
Estos indicadores se intercalan, dentro de la misma planilla general de todos los campos
de conocimiento, focalizando en las cuestiones específicas del campo de estudios de las ar-
tes tales como:
- Internacional, nacional o local con referato (pares expertos/as, jurados/as, revisión anónima,
invitación especial, curaduría, concurso, adjudicación por convocatoria pública, examen,
mérito, etc., y con protocolo de evaluación); o sin referato.
- Grabaciones, ediciones, publicaciones, composiciones musicales, coreográficas y performa-
tivas, obras visuales y audiovisuales, diseño luminotécnico y escenográfico, proyectos cura-
toriales o expositivos, proyectos de restauración y conservación de bienes culturales.
- Interpretación, integrante de elenco, compañía, orquesta, coro por selección; traducciones,
versiones, adaptaciones; guión filmado; dramaturgia estrenada; composición ejecutada/
puesta en escena.
En cuanto a la Transferencia:
- Discípulos/as/es con premios nacionales y/o internacionales con subsidio o haber de pen-
sión; o con becas y/o subsidios y otros premios para la creación artística.
- Representantes nacionales en bienales de arte, festivales, conciertos, salones nacionales o
internacionales.
- Formación de investigadores/as tecnólogos/as artistas con exposiciones individuales o co-
lectivas; participación en películas estrenadas; presentaciones de conciertos, escénicas, per-
formáticas, curadurías, libros publicados, colectivas y/o individuales en espacios de relevan-
cia (internacionales, nacionales, provinciales, municipales).
Territorios de la educación artística en diálogo • 201
Y en el rubro Gestión:
establecidas, sino que cada proyecto se construye experimentalmente, a partir de las propias
condiciones de trabajo y los contextos locales, regionales y transnacionales, configurando
movilidades de hibridaciones mestizas.
La Universidad implementa distintas políticas y estrategias para llevar adelante activi-
dades de vinculación como, por ejemplo, en el marco del Programa de Regionalización de la
Educación Superior y Cooperación Internacional (PIESCI). Así, creó el Proyecto de Movilidad
de Grado en Artes (MAGA) articulando con universidades brasileñas, “teniendo en cuenta
los Objetivos de Desarrollo del Milenio acerca de la necesidad de desarrollar profesionales y
académicos en todas las áreas del quehacer artístico como fuerza laboral creativa y adapta-
ble a los desafíos que plantea la región” (SPU, 2013). Este programa fomentaba la asociación
académica institucional entre Universidades Públicas e Instituciones de Educación Superior
(IES) de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Centro América y México, para el
desarrollo de propuestas innovadoras, con miras a reforzar la formación, la terminalidad del
grado, y la producción artística y académica.
Asimismo, en cuanto a la internacionalización, el Programa INNOVART, que aún con-
tinúa vigente, desplegó medidas institucionales de acompañamiento para el desarrollo de
agendas de cooperación bilateral entre instituciones educativas de educación superior ar-
gentinas y francesas. Esta iniciativa, financiada por los Ministerios de Educación de ambos
países, posibilita incentivar la constitución de redes, facilitar el intercambio estudiantil, pro-
mover proyectos de investigación y producciones artísticas conjuntas y formar en idiomas.
La universidad, como bien público, está íntimamente ligada al proyecto de nación, y su
sentido y viabilidad dependen de la capacidad para negociar de manera calificada su inser-
ción en contextos regionales y transnacionales. En tiempos en que la educación también se
convierte en bien transable y donde la región puede devenir marginal a merced de la coloni-
zación del conocimiento y la educación, debemos preguntarnos para qué y cómo se pueden
pensar estas acciones de cooperación e intercambio.
En síntesis, la UNA está atenta a los reclamos de la contemporaneidad; sus políticas la
orientan al objetivo de conmover el ámbito social a través de su producción con la imple-
mentación de políticas educativas para la formación, la investigación/creación y la vincula-
ción. Estas políticas generan conocimiento sobre los procesos sociales e identifican intereses,
necesidades, perspectivas valorativas y aspiraciones de la comunidad para intervenir sobre
los mismos, o sea, una práctica que se corresponde con una democracia participativa, ya que
sus haceres afectan a la comunidad que los reconoce como propios. Las actividades reseña-
das producen conocimiento encarnado, trasmitido cuerpo a cuerpo, que supera la distancia
objetiva propia de la investigación convencional. Poniendo el cuerpo que piensa y actúa, y
pasando del objeto a la acción, se privilegia la experiencia como modo operativo estético-ar-
tístico, ahora que contemplar/crear/interpretar es una sola cosa. Las prácticas políticas de las
artes han ido ganando dimensiones, incorporando al trabajo de los/as creadores/as la forma-
ción profesional permanente, la investigación artística, la docencia y la gestión.
Como educadores y educadoras sentimos la interpelación de los y las que advienen en
estas épocas de configuraciones abiertas del conocimiento, en las que pivoteamos entre las
Territorios de la educación artística en diálogo • 203
seguridades heredadas con que fuimos educados y educadas, y las demandas actuales glo-
bales y locales. Así, esta Universidad intenta tramitar con algún éxito su pasado institucio-
nal, en el cual hunde sus raíces originarias, para entramarlo con la asunción responsable de
los cambios que dicta la época.
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Territorios de la educación artística en diálogo • 205
Só um grito não chega. Não chega hostilizar o silêncio. Não podemos proce-
der como meninos no escurocurando os medos com o canto, calando o medo.
Há quem espere melhor de nós. Há quem atente no que fica entre o nosso
agir e o decidido para pautar o passo e a decisão. Há quem decida a nossa
decisão por nós sem consultar-nos.
20/11/78
João Pedro Grabato Dias (1992)
Descalabro ecológico, onde os países que mais contribuem para o aquecimento global
são aqueles que usufruem, por enquanto, de maior segurança através de uma maior capa-
cidade económica, geradora dos maiores efeitos devastadores das mudanças climáticas,
sobre os seus próprios territórios. Efeitos exercidos de modo ainda mais violento sobre os
povos que pouco contribuem para o aquecimento global e onde mais se lhes faz frente, e
onde se propaga cada vez mais uma desigualdade social e o seu afastamento dos dispositi-
vos decisórios sobre a Terra.
Tendo como premissa uma postura epistemológica de globalidade, defende-se o es-
forço de entendimento de quanto é imprescindível uma teimosia e desobediência na vida
de todos, que inunde de novas práticas educativas a Escola, congelada num terreno fechado
na divisão disciplinar e na compartimentação das aprendizagens, do saber e do agir. A Escola
reprodutora, estruturada na matriz ocidental, vocacionada para promover um conformismo
generalizado, está demasiado centrada na ampliação amigável do conhecimento produzido
a partir do Norte, esquecendo que a sua responsabilidade social é saber_fazer o amanhã e
entender o mundo, como um mundo_todo, político e pensado como um comum. Esta ques-
tão simples precisaria de entender melhor como o presente está condicionado pelo passado
imperial e colonial que o determinou e que ensombra a possibilidade de um outro devir.
Ignorar e esconder o pesadelo ecológico e civilizacional que ensombra o presente é recusar
o comprometimento político que a escola deveria assumir perante o que pode ser a comu-
nidade_que_vem e o que pode colapsar essa possibilidade. Sentido dominante que esbate
e silencia as práticas educativas desobedientes e experienciais de caminhos renovadores e
radicalmente democráticos.
Conhecemos várias crises ao longo da curta história da humanidade, resultado dos
genocídios e da escravatura, da destruição colonial, do Holocausto, da sitiação da Pales-
tina e intromissão na vida de demasiados povos, de Hiroshima e da proliferação do nu-
clear e da indústria da guerra.1 Lembra-se aqui, porque a história esquece as vergonhas
dissimuladas, a discriminação social reinante, a exclusão social de parte da humanidade, a
aceleração das mudanças climáticas, a perda da biodiversidade e o desequilíbrio da distri-
buição social dos impactos planetários da chamada “civilização global”, para se entender
como o caminho do capitalismo ganancioso, baseado nas tecnologias fósseis e no domí-
nio da alta_finança, nos oferecem a ameaça da enormidade do colapso ecológico e social
como a que está em curso.
Os nossos corpos, construídos na pressa dos dias, vão acumulando experiências que
os desafiam, estimulando a presença interferente de cada um, mas também marcam o
seu cansaço perante a insuficiência e incompletude do seu desempenho face ao tempo de
aceleração descontrolada que nos cerca. Este “tempo de catástrofe” (Stengers, 2009) deter-
minado pela ganância do capitalismo_global, jamais enfrentou, como nos últimos anos, a
ameaça de um previsível colapso mundial, como a que está em curso.
1 “De guerra em guerra, foi-se cada vez mais longe em direção a uma ordem mundial única.” (Baudrillard, 2002, p. 16).
Territorios de la educación artística en diálogo • 207
2 “[…] o animal, pelo contrário, move-se no aberto, num ‘em lado nenhum sem não’” (Agamben, [2002] 2011, p. 82).
208 •Só um grito não chega. Não chega hostilizar o silêncio / José Carlos de Paiva
A arte torna-se numa arena de diálogo dialéctico, mas de interesses bem fixos, de seitas
licenciadas: em vez de cultura temos cultos. O resultado é um descentramento que conduz, em
arte e em política, a uma nova conformidade: o pluralismo como instituição. (Foster, 1999, p. 40)
3 “Temos de promover novas formas de subjectividade, rejeitando o tipo de individualidade que nos foi imposto durante
vários séculos...” (Foucault, [2015] 2017, p. 91).
4 “A cultura pós-moderna, diferentemente da moderna, não é crítica nem rigorista, é perfomativa e transgénica, híbrida
e permeável, quase que só tem corpo e sexo. […] O resultado: um enorme tédio, porque não se pode ir mais longe do que o
corpo, e porque a banalização do gesto pretensamente extremo nos deixa cada vez mais indiferentes” (Barrento, 2001, p. 42).
5 “Un artista local o provincial, por más talentoso que sea, raramente será calificado de ‘artista contemporáneo’” (Jimenez,
[2005] 2010, p. 140).
Territorios de la educación artística en diálogo • 209
No sentido do anteriormente referido, bem que a arte não pode ser entendida como
uma entidade una. Na ampla geografia ocidentalizada, em grande parte o mundo da arte
coabita com o poder hegemónico, acomodando-se aos ditames do mercado e querendo se
inscrever nos espaços legitimados, ousando a ambivalência que a cultura ocidental oferece.
Em dissonância, o que se move em terrenos de desobediência e com essa parte conflitua,
questiona e estimula novos sentidos, desmerece a atenção, e face ao domínio do poder dis-
ciplinador, isola-se na sua impotente resistência ao descalabro civilizacional que arrasta a
humanidade para a catástrofe ecológica e social.
Atente-se que a prática artística usufrui do poder de estimular os imaginários e o sen-
tir, incentivar os corpos ao exercício da sua liberdade, incitar à intervenção renovadora das
relações sociais, bem como à possibilidade democrática de promover os valores de uma
democracia anti discriminatória e de resistência à sedução neoliberal. O tempo sagrado de
aula pode ser um tempo libertador das amarras disciplinares e propiciar um relacionamento
educativo, partilhado, que estimule a inteligência crítica, promovendo argumentos e auto-
confiança para uma inscrição interventiva nos contextos sociais e na consciência do tempo
de catástrofe e de discriminação generalizada em que vivemos. Esta consciência pode não
alimentar a promoção de simulacros de interferência social, que proporcionam alegrias que
iludem a consciência da incompletude dos gritos de revolta e de intervenções isoladas. Mas
podem estimular a confiança de cada pessoa na utilização do corpo como interferente so-
cial, e consciente da pertença ao comum.
Para que o pobre saia de sua pobreza, o rico estabeleceu que, para ser como ele, o
pobre deve agora pagar para imitá-lo: comprar até seu conhecimento, marginalizando
suas próprias sabedorias e práticas ancestrais. (Acosta, 2016, p. 52)
É reconhecido o efeito educativo diferenciador das saídas da sala de aula para contactos
directos com matérias de interesse curricular e extracurricular. O encanto inebriante destas
saídas acarreta inevitavelmente riscos alíenantes, se não devidamente cuidados, obede-
cendo a um plano que não privilegia ou isola apenas o contacto com a alta cultura, e não a
confronta com possibilidades desencantadas de entendimento da complexidade deste tem-
po em que vivemos. O Museu, no que comporta de sacralização da arte, no que integra de
naturalização da cultura do shopping da vida urbana, acarreta uma ambivalência que não
abordada transporta um desmesurado papel sedutor, naturalizando modos subtis de discri-
minação. Considere-se pelo desequilíbrio, a ausência, ou a diminuta presença da valorização
do gosto e cultura que cada estudante transporta, se resultante de um contexto social desfa-
vorecido, o fraco ou nulo contacto com as comunidades e populações do entorno de cada es-
cola, para se dimensionar o quanto, nestas, a obediência ao estabelecido domina e o quanto
a atenção votada ao efeito educativo que sobre cada criança ou adolescente é exercido.
Considere-se o quanto no ensino se estimula uma competitividade que acentua nas
crianças e adolescentes o entranhar de um individualismo anti social e entenda-se como o
ensino do artístico pode ser um tempo de saudável relacionamento e de camaradagem, um
tempo de construção de intervenções participativas, um espaço para se estabelecer a valori-
zação do comum.
Sem pretender defender a ideia de que o peso de uma consciência crítica deva anular a
necessidade de vivenciar momentos de felicidade, mesmo reconhecendo que são artificiais
e apenas placebos, considera-se que a escola não deve ser um palco de ilusões, mas, por mais
duro e doentio que seja, este tempo em que vivemos, o seu dever é fomentar a construção
em cada criança e adolescente de uma consciência crítica e de uma identidade intervencio-
nista e não amorfa.
O pequeno mundo de cada pessoa, de cada local, de cada escola, de cada sala de aula,
é insuficiente frente ao peso do que constrange o devir. Nessa dimensão limitada, o esforço
de entender como o próprio mundo é um “crime perfeito” (Baudrillard, 2001), implica práti-
cas educativas que encarem a inconsistência dos programas escolares oficiais, estimulando
novos processos de promoção de aprendizagem que acentuem a urgência de se encontra-
rem modos de resistência mobilizando a implicação de todos em processos democráticos de
criação de possibilidades de um devir-outro.
Territorios de la educación artística en diálogo • 211
Este texto, difuso e desalinhado, pretende apenas levantar questões e não sublinhar as
afirmações que apresenta como autoridade. Algum pessimismo que o atravessa, resulta de
uma leitura, algo angustiante, de reconhecer na primazia do conceito de desenvolvimento
em curso, imposto pelo Norte e em defesa dos interesses do capitalismo_globalizado, e na
incapacidade de se valorizarem outras possibilidades de vida e de construção de uma terra
harmoniosa entre a natureza e os animais (em que a humanidade se insere).
A necessidade escutar o Sul político e prestar uma atenção que incorpore o exemplo das
sabedorias ancestrais e contemporâneas que por lá se promovem, só se efetiva radicalmente
com uma deslocação epistemológica e libertação de um corpo tatuado pela pressão hege-
mónica do Norte, pelas marcas do percurso histórico que gerou o neoliberalismo em curso
e pela herança da colonização. A deslocação referida não se pode permitir esquecer as mar-
cas da destruição ambiental que não atinge todo o globo da mesma maneira, nem apaga
a violência da destruição social e política gerada. A crueldade do tempo em que vivemos,
é dissimulada na capacidade de se esconderem os efeitos discriminatórios e intoleráveis
provocados pelas políticas hegemónicas, de anular a presença de uma dimensão desmesu-
rada de contingentes de pessoas, tratadas como uma espécie de não_humanos, tornados
sem_nome e sem_terra, sem-pão e sem_paz.
Considere-se a sala de aula, a escola, a universidade como agora6, assembleia de partilha
de aprendizagens sobre os dilemas do contemporâneo, sobre o aberto (Agamben, [2002]
2011). Invoquem-se as urgências de interferência. Enfrente-se a urgência ambiental de limi-
tação do aquecimento global e o fim da destruição dos ecossistemas. Enfrente-se a urgência
de se realizar uma redistribuição no Norte e pelo Sul das riquezas e de uma justiça social.
Enfrente-se a urgência de se reconhecer o direito a um lugar digno para os povos originários,
para os ex-colonizados e para os povos racializados. Enfrente-se a urgência de se praticarem
relações sadias, tendo em consideração as mulheres e todas as pessoas discriminadas.
Sejamos radicais.
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AUTORAS Y AUTORES
Territorios de la educación artística en diálogo • 215
Autoras y autores
en Brasil del Centre de Recherche d’Éducation Artistique et Société (CREAS, París). Profesor
de Artes – Educación Básica en el Instituto Ieda Picon. Profesor colaborador en el Programa
Profesional en Artes (Prof-Artes) en la IA/UNESP. Ha desarrollado investigaciones enfocadas
en las Historias de la enseñanza de Artes y la formación docente, en artes visuales, en Brasil
y América Latina a partir de temas como: la Escolinha de Arte de São Paulo (EASP); el Curso
Intensivo de arte na Educação (CIAE); la Escolinha de Arte do Brasil (EAB); el Movimento Es-
colinhas de Arte (MEA); el Arte/Educação; la formación de Profesores de Artes Visuales en
Brasil; la investigación en/con archivos, memorias e historias del Arte en la Educación y el
Arte en la Pedagogía.
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Laura Rovelli (FOLEC-CLACSO / IdIHCS-CONICET)
Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Magíster en Ciencias
Sociales, con orientación en Educación por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Socia-
les (FLACSO, Argentina) y licenciada en Ciencia Política (UBA). Es investigadora adjunta del
Territorios de la educación artística en diálogo • 221