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Alés Bialiatski

Alés Bialiatski nació en Bielorrusia en 1962. Estudió filología rusa y bielorrusa y trabajó como maestro y en un museo literario. Ayudó a fundar varias organizaciones prodemocráticas y fue elegido al consejo municipal de Minsk. En 1996 fundó Viasna para apoyar a presos políticos. Ha sido encarcelado en varias ocasiones por su activismo. En 2022 recibió el Premio Nobel de la Paz junto a Memorial y el CCL por su lucha por los derechos

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Alés Bialiatski nació en Bielorrusia en 1962. Estudió filología rusa y bielorrusa y trabajó como maestro y en un museo literario. Ayudó a fundar varias organizaciones prodemocráticas y fue elegido al consejo municipal de Minsk. En 1996 fundó Viasna para apoyar a presos políticos. Ha sido encarcelado en varias ocasiones por su activismo. En 2022 recibió el Premio Nobel de la Paz junto a Memorial y el CCL por su lucha por los derechos

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Alés Bialiatski

Familia
Hijo de los bielorrusos Nina y Viktar Bialiatski. En 1965 su familia regresó a Bielorrusia estableciéndose
en Svietlahorsk, región de Homiel.
Estudios
Graduado en 1984 con una licenciatura en filología rusa y bielorrusa en la Universidad Estatal de
Homiel.Fue maestro en el distrito de Lielccycy, en Homiel.Entre 1985 y 1986 sirvió en el ejército como
conductor de un vehículo blindado en una batería de artillería antitanque cerca de Ekaterimburgo,
Rusia. Trabajó desde 1989 como investigador junior en el Museo de Historia de la Literatura Bielorrusa
y en ese mismo año, resultó elegido director del Museo Literario Maksim Bahdanovich.
Política y activismo
En 1989, recibió un doctorado de la Academia de Ciencias de Bielorrusia. Mientras realizaba estos
estudios ayudó a fundar la Asociación Tutejshyja de Escritores Jóvenes, de la que fue presidente de
1986 a 1989. También fue cofundador del Frente Popular Bielorruso y de la Comunidad Católica
Bielorrusa. Miembro del Consejo de Diputados de la ciudad de Minsk entre 1991 y 1996. El 20 de
agosto de 1991, un día después del intento de golpe de Estado, junto con 29 miembros del consejo,
hizo un llamamiento abierto al pueblo de Minsk «para ser fiel a las autoridades legalmente electas y
buscar todos los medios constitucionales para poner fin a las actividades del Comité de Emergencia
del Estado». Secretario del Frente Popular Bielorruso entre 1996 y 1999 y vicepresidente del BPF de
1999 a 2001 (partido político que se estableció de facto tras la escisión del movimiento Frente Popular
Bielorruso. Reconocido por su liderazgo del Centro de Derechos Humanos Viasna (Primavera, en
bielorruso), organización de asistencia financiera y legal a presos políticos y sus familias que fue
fundada en 1996 por Bialatski en respuesta a la represión de las manifestaciones por el gobierno de
Alexander Lukashenko. Presidente del Grupo de Trabajo de la Asamblea de ONG Democráticas (2000-
2004). Fue vicepresidente entre 2007 y 2016, de la Federación Internacional de Derechos Humanos
(FIDH).Miembro desde 1995 de la Unión de Escritores de Bielorrusia y del Centro PEN de Bielorrusia
desde 2009. Su activismo expuso los abusos en las cárceles y las detenciones masivas del régimen a
raíz de las protestas del verano de 2020 contra el fraude en unas elecciones donde Alexander
Lukashenko se apuntó un 80% de apoyo frente al 10% de la oposición. Durante las protestas
bielorrusas de 2020, es miembro del Consejo de Coordinación para la Transferencia de Poder de
Sviatlana Tsikhanouskaya, líder del movimiento democrático bielorruso.
Encarcelamiento
El 4 de agosto de 2011 fue arrestado bajo cargos de evasión fiscal y el 24 de octubre de ese año,
condenado a 4+1/2 años de prisión y confiscación de bienes. Bialiatski se declaró inocente
sosteniendo que el dinero recibido en sus cuentas bancarias se dedicaba a cubrir las actividades de
derechos humanos de Viasna. El 15 de septiembre de 2011, una resolución especial del Parlamento
Europeo pidió la liberación inmediata de Bialiatski. Defensores de los derechos humanos consideraron
motivaciones políticas en los cargos y le reconocieron como un preso de conciencia.
Cumpliendo la condena fue castigado repetidamente por la administración penitenciaria por
«violación de las normas penitenciarias» siendo declarado «delincuente malicioso», lo que impidió
que fuera amnistiado en 2012. El 21 de junio de 2014 fue puesto en libertad. El 14 de julio de 2021,
Bialiatski y sus colegas Vladimir Stephanovich y Vladimir Labkovich fueron arrestados. El 6 de octubre
de 2021, Bialiatski fue acusado de evasión de impuestos con una pena máxima de 7 años de prisión.

Premio Nobel
Entre otros muchos premios y reconocimientos, en 2020 ganó el Right Livelihood Award, y el 7 de
octubre de 2022, se le otorgó junto con las organizaciones Memorial y Center for Civil Liberties el
Premio Nobel de la Paz. El Comité Noruego reconoció la contribución de los galardonados en la lucha
por los derechos fundamentales de la sociedad civil y la documentación de la guerra y los crímenes
contra la humanidad. Se convirtió en la cuarta persona que recibe el Nobel de la Paz estando en
prisión y estuvo nominado cinco veces a este prestigioso galardón. Durante la concesión del premio
el Comité Nobel instó a Bielorrusia a liberar a Bialiatski.
Esposa e hijo
Casado en 1987 con Natallia Pinchuk, a la que conoció en 1982, cuando eran estudiantes. Tienen un
hijo llamado Adam.
Asociación Memorial Rusa
A finales de 2021, la comunidad rusa de derechos humanos sufrió un duro golpe cuando los tribunales
ordenaron la liquidación de dos de las instituciones de la sociedad civil más renombradas del país: el
Centro de Derechos Humanos Memorial (HRC) y el Memorial Internacional. Sin embargo, estas
notables organizaciones se niegan a capitular ante esta amenaza existencial y han presentado
recursos. Nuestra Federación de 192 miembros -de la que forma parte el Memorial HRC- seguirá
movilizada para que estas emblemáticas instituciones puedan continuar su valiente e imprescindible
labor.
La comunidad de derechos humanos de Rusia se resiste a la última y más descarada amenaza del
régimen.
El 28 de diciembre, el Tribunal Supremo de Rusia dictaminó el cierre de la International Memorial
Society, una de las organizaciones no gubernamentales (ONG) más antiguas de Rusia, que
documenta y revela pruebas de violaciones a los derechos humanos de la era soviética, localiza
lugares de entierro, rinde homenaje a las víctimas y sensibiliza al público sobre los derechos
humanos.
Al día siguiente, el Tribunal de la ciudad de Moscú ordenó la disolución de su organización
hermana, el Centro de Derechos Humanos Memorial, que representa a miles de víctimas de
violaciones de derechos humanos en los tribunales nacionales e internacionales, mantiene una
lista de presos políticos y proporciona asistencia jurídica a los presos políticos, los refugiados y
los migrantes. Estos cierres no son más que un acto político de represalia contra los defensores
de derechos humanos.
Hoy, Memorial HRC recurre la decisión del Tribunal de la ciudad de Moscú que ordena su cierre,
tras el reciente recurso de International Memorial contra la orden de liquidación del Tribunal
Supremo. Si se rechazan los recursos, las decisiones de diciembre de 2021 marcarían un nuevo
capítulo oscuro en la historia moderna de Rusia.
Ambas organizaciones han sido una piedra en el zapato de las autoridades. La decisión de
desmantelarlas no fue inesperada y sirve para consolidar el poder del Kremlin sobre los actores
independientes de la sociedad civil y sobre el relato histórico.
La FIDH defiende con firmeza las dos instituciones Memorial
En noviembre de 2021, la FIDH, junto con grupos de derechos humanos rusos e internacionales,
emitió rápidamente una declaración conjunta en la que denunciaba la presentación de
demandas por parte de los fiscales del Estado para cerrarlas. La FIDH y otras 55 de sus
organizaciones miembros de todo el mundo emitieron una declaración de solidaridad con
nuestros colegas rusos.
En respuesta a la amenaza de cierre, la FIDH presentó dos amicus curiae por separado ante el
Tribunal Supremo ruso y el Tribunal de la ciudad de Moscú en apoyo de Memorial
International y Memorial HRC, respectivamente, subrayando que los cargos de la Fiscalía General
y la Fiscalía de Moscú, tienen una intención política y no deben ser considerados. Estas
acusaciones contradicen el derecho internacional de derechos humanos y la Constitución de la
Federación Rusa en lo que respecta a la libertad de asociación y expresión, y aceleran el
desmantelamiento de la sociedad civil rusa.
Un representante de la FIDH asistió a las primeras audiencias de los juicios contra las dos
instituciones conmemorativas para evaluar el cumplimiento de las normas internacionales sobre
el derecho a un juicio justo y documentar posibles violaciones de derechos de los acusados por
parte de los tribunales. Paralelamente, la FIDH publicó un hilo en Twitter en inglés sobre las
audiencias.
Cuando los tribunales se pronunciaron sobre la liquidación de los dos Memoriales, la
FIDH condenó enérgicamente estas decisiones de motivación política flagrante, que forman
parte de los esfuerzos continuos del Estado por controlar la narrativa histórica y desempoderar
a la sociedad civil. La FIDH, a través del Observatorio para la Protección de los Defensores de
Derechos Humanos, también hizo un llamado urgente (EN) a las autoridades del país para que
reviertan inmediatamente las decisiones de liquidar a las ONG y deroguen la problemática ley
sobre "agentes extranjeros" que se ha utilizado para incriminarlas falsamente.
Centro para las Libertades Civiles (CCL)
Oleksandra Matviichuk es una de las más destacadas defensoras de los derechos humanos de Ucrania,
que lucha por conseguir una transición completamente democrática y garantizar la justicia. Tanto ella
como la organización que preside, el Centro para las Libertades Civiles (CCL, por sus siglas en inglés),
han sido fundamentales en el fortalecimiento de la sociedad civil ucraniana y las instituciones
nacionales durante más de una década, así como en la promoción del estado de derecho y la
observancia del derecho internacional. Su tarea de documentación de crímenes de guerra y
violaciones de derechos humanos está allanando el camino hacia la rendición de cuentas, adquiriendo
mayor importancia desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022.

El CCL se fundó en 2007 para promover los derechos humanos, la democracia y la solidaridad en
Ucrania y Eurasia. La organización destacó en 2013 por documentar las violaciones de derechos
humanos y proporcionar apoyo legal durante la violenta represión de las protestas del Euromaidán.
La organización también ha puesto en marcha iniciativas para investigar a varias agencias
gubernamentales por violaciones de los derechos civiles, así como para proporcionar formación sobre
derechos humanos, documentar la presión sobre la sociedad civil y hacer un mapeo de las
persecuciones de personas defensoras de los derechos humanos.

En el ámbito del derecho internacional, Matviichuk y el CCL llevan mucho tiempo promoviendo la
adhesión de Ucrania a la Corte Penal Internacional. Esta tarea ha adquirido especial relevancia en el
contexto de la guerra de Rusia contra Ucrania, sirviendo de ejemplo de documentación de crímenes
de guerra y violaciones de derechos humanos. A través de su trabajo, Matviichuk y el CCL garantizan
la rendición de cuentas y construyen un futuro democrático para Ucrania.

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