Guion Teatral - Nacimiento de Jesús
Guion Teatral - Nacimiento de Jesús
Guion Teatral - Nacimiento de Jesús
Narrador: Hoy estamos recordando el hecho más grande de la Historia: “Dios nace en nuestra tierra. Se hace
Hombre.
Narrador: El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven que
estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José. Ella se llamaba María.
Narrador: Llegó el Ángel hasta ella y le dijo:
Ángel Gabriel: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Narrador: María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y preguntaba que significaría tal saludo.
Ángel Gabriel: No temas María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un
hijo al que pondrás el nombre de Jesús. El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá
con tu sombra. Tu hijo será el Hijo de Dios. Vida para todos los hombres. Ahí tienes a tu prima Isabel que no
podía tener familia se encuentra ya para su sexto mes de embarazo; porque para Dios nada es imposible.
María: Hágase en mí lo que has dicho. Acepto ser la Madre de Dios.
Narrador: María cree lo que el Ángel le ha dicho y siente en ella que Dios se está haciendo hombre. Dios quiso
nacer como nacemos todos los hombres. Cada niño que nace es vida de Dios.
Narrador: José, el prometido de María, conoce la noticia. No comprende. Se extraña. Su corazón se debate en
angustia, ama a María y piensa en dejarla en secreto. Y mientras piensa qué hacer se le aparece un Ángel del
Señor y le dice:
Ángel Gabriel: José, no temas recibir a María en tu casa. Porque el hijo que está esperando es obra del Espíritu
Santo. Tú eres el que pondrá el nombre al hijo que dará a luz y lo llamarás Jesús. Porque él salvará a su pueblo
de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor.
Narrador : Por esos días, María visita a su prima Isabel. Entró a la casa de Zacarías, esposo de Isabel, y saludó.
María: La paz sea contigo Isabel.
Narrador : Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó…
Isabel: Bendita eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre. ¿Cómo he merecido yo que
venga a mí la madre de mi Señor?
María: Celebra todo mi ser la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en el Dios que me salva porque quiso
mirar la condición humilde de su esclava, en adelante todos los hombres dirán que soy feliz.
Narrador : José busca a María y mantiene en su corazón el mensaje de Dios, ama a Jesús desde el seno de su
Madre. Dios elige la pobreza, la sencillez de una pareja, dispuesta a ser fieles, para que se cumpla el mayor
acontecimiento.
Narrador: En aquellos tiempos, César Augusto, el emperador Romano, ordenó que se debía de hacer un censo
para saber cuantas personas habían en su imperio.
Soldado romano: Todos los habitantes del imperio deben ir a la ciudad de origen de su familia para inscribirse
en el censo.
Narrador: María y José también escucharon el mandato. Sólo les preocupaba el avanzado estado de María. Pero
obedientes a la ley emprendieron un largo viaje desde Nazaret hasta Belén, de donde venía la familia de José.
José: María, ¿estás muy cansada?
María: Si, un poquito bastante. El camino a Belén es muy largo.
José: La noche se va acercando y debemos buscar un lugar donde pasar la noche
María: Mira, aquí cerquita hay una posada, preguntemos si hay lugar para nosotros.
(María espera y José llama a la puerta de la posada.)
Posadero 1: Buenas noches.
José: Buenas noches. Quisiera saber si hay lugar para que nosotros podamos pasar la noche, pues venimos de
viaje larguísimo y estamos muy, muy cansados.
Posadero 1: Lo siento, no me queda ni una cama. Por culpa del censo la ciudad está llena de viajeros que buscan
donde dormir.
José: Buenas noches, será posible una habitación mi esposa está embarazada.
Posadero 2: Lo siento estamos muy llenos, no puedo atenderlos.
José: Pero mi esposa está demasiado cansada: y está por nacer nuestro hijo.
Posadero: Lo siento, la posada está llena, pero espere, tengo un lugarcito donde reposa el ganado y los animales
de la casa, si quieren pueden dormir en el establo. Es todo lo que les puedo ofrecer...
José: ¡Gracias, buen hombre!
¡María, ya tenemos donde dormir!
(Se dirigen al establo).
Posadero: No es mucho, pero el buey les dará calor.
Narrador : Cuando entró María, todo el establo comenzó a resplandecer y a brillar como si fuera el sol. Una
nueva luz brillaba en la tierra. Dios se hizo hombre. Ya Jesús vive entre nosotros…
Narrador: Mientras estaban en el establo, le llegó a María el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito;
lo envolvió en pañales y lo acostó en el pesebre
José: ¡Qué bonito es nuestro hijo! ¿No es cierto, María?
María: Si, José. Ayúdame a taparlo, que tendrá frío.
Narrador: En los cerros alrededor de Belén habían unos pastores que cuidaban sus rebaños , cuando de pronto
se les presentó un ángel y la gracia de Dios brilló sobre ellos.
Ángel: Tranquilícense, no tengan miedo, que les traigo una buena noticia, que lo será para todo el mundo: hoy,
en Belén, ha nacido el salvador, que es el Mesías, el Señor.
Lo reconocerán envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
(De cada lateral salen dos ángeles.)
Ángeles: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra, paz a los hombres y mujeres de buena voluntad !
Pastor 1: Será verdad , lo que ha sucedido ¿
Pastor 2: Para estar seguros , nos iremos a investigar .
Pastor 3: ¡Vamos todos a Belén!, a ver esto que el Señor nos ha anunciado
Todos: Si, vamos sin tardar.
Pastor: ¡Esperen!, que yo quiero llevarle un regalo a ese niño.
Sí, llevémosle nuestros mejores regalos.
(Los pastores se acercan al portal y ponen los regalos en el suelo, debajo del pesebre.)
Narrador : Los ángeles guiaron a los pastores hasta donde estaba el niño Rey, el Salvador. Le ofrecieron con
profundo amor lo que desde su pobreza cada uno podía ofrecer… todo en rededor se llenó de paz, dulzura y
alegría.
Narrador: Unos reyes del Oriente, llegaron a Belén siguiendo una estrella que los guiaba.
(Aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar.)
Melchor: Miren, la estrella se ha parado sobre ese establo.
Gaspar: ¡Vamos a acercarnos!
Baltasar: ¡Sí, vamos!
(Al llegar al portal, se ponen de rodillas frente al niño.)
Melchor: Yo te ofrezco oro, Rey de universo.
Gaspar: Yo te traigo incienso, Dios hecho niño.
Baltasar: Y yo te traigo mirra, Dios hecho hombre.
Así nació nuestro hermano Jesús, humilde sencillo y pobre. Él ha venido a este mundo para quedarse en el
corazón de cada hombre que busca transformar el mundo, ayudar al más necesitado.
¡Feliz Navidad!