Fase 111

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Fases de la Rehabilitación

Plan de tratamiento.

1- Fase aguda (pre cicatrización)

Esta etapa comprende desde el momento que se produce la quemadura hasta el


momento que la lesión epiteliza o los injertos se han integrado. En esta fase el paciente
dependerá mucho de un tratamiento farmacológico para controlar su dolor, y así facilitar el
cumplimiento de las pautas posturales y ejercicios tanto pasivos como activos. Los
principales factores que debo considerar antes de empezar con la terapia son: la
profundidad, la extensión, los segmentos corporales comprometidos y la edad, además de
las complicaciones que pueden darse, así como su condición respiratoria. (CAJUSOL
SIESQUEN, MAGALLY MAGNA,2022)

Objetivo fisioterapéutico en la fase aguda:

Prevenir las complicaciones y minimizar las secuelas.

Terapia postural: se debe garantizar la postura correcta por segmento articular.

Manejo del edema: Durante las 72 primeras horas una terapia posicional apropiada resulta
clave para manejar y revertir las secuelas de la edematización. Es mucho más evidente en
las manos, el edema excesivo puede ocasionar un desequilibrio 35 mecánico entre la
musculatura intrínseca y extrínseca y así alterar la curvatura ósea de los arcos palmares.

Movilizaciones: Es necesario empezar desde el primer día de la quemadura con la


ejecución de una pauta de movilizaciones de acuerdo a la lesión que presenta el paciente,
sin que se deba esperar a la realización de la cirugía o que la lesión haya epitelizado.
Debido a que la rigidez articular es común en los pacientes quemados, tanto en las
articulaciones quemadas como en las que han permanecido inmovilizadas por largos
periodos de tiempo. (CAJUSOL SIESQUEN, MAGALLY MAGNA,2022)
2- Fase Subaguda (post cicatrización)

Esta fase se extiende desde la epitelización e integración de los injertos hasta el momento
del alta hospitalaria, en ocasiones se puede extender hasta dos meses después.

Objetivo principal en la fase subaguda:

 Completar o alcanzar lo máximo de rango articular de las áreas comprometidas y


potencializar las condiciones cardiopulmonares y músculo esqueléticas, para lograr
una condición física óptima
 Mantener la tonicidad y mejorar la resistencia muscular.
 Ejecución de patrón de marcha a diferentes velocidades con el fin de mejorar la
condición aeróbica y favorecer patrones funcionales de movimiento.
 Para lograrlo se debe realizar contracciones concéntricas, para no generar mucho
dolor en el paciente con tres series de 10 repeticiones.

3- Fase crónica (rehabilitación en secuelas)

Va desde el día de su alta o 30 días después de haber ocurrido el accidente, y


dependiendo de las condiciones en la que se encuentre el paciente después de los dos años.

Los ejercicios que realice van de acuerdo con las actividades y juegos adecuados a
su edad, y al entorno en el que vive. esto servirá para incentivar a desarrollar cada
actividad. (CAJUSOL SIESQUEN, MAGALLY MAGNA,2022)

Los objetivos

 Mejorar el aspecto y la flexibilidad de la piel.


 El aumento de amplitud de las articulaciones todavía deficitarias.
 Potencializar las condiciones músculo-esqueléticas y cardiopulmonares
 Manejo de las cicatrices y secuelas
 Mejorar el arco de movimiento articular
 Fortalecimiento muscular
 Reeducación de la marcha
 Reeducación en las AVD

Es importante que el paciente haga los ejercicios para que recupere una
funcionalidad articular satisfactoria y una mejor autonomía cada día. También, la
reeducación de la marcha debe continuar, y cada vez el terapeuta puede aumentar la
dificultad, proponiendo ejercicios sobre un terreno inestable por ejemplo. Las prioridades
del terapeuta son sobre todo el mantenimiento y el aumento del ROM del paciente, sin el
cual no es posible hacer ejercicios de fuerza. (Anna Escribà Salvans,2020).

Las sesiones deberían durar de una hora a una hora y media con un ritmo de tres a
cinco sesiones por semana. Cuando es necesario, se prescriben dos sesiones por día. Puesto
que el tratamiento es más corto que en un centro, la sesión es obligatoriamente selectiva.
Por lo tanto, el terapeuta debe de realizar las recomendaciones de la prescripción, de los
trastornos cutáneos y ortopédicos y de su maduración, determinar un programa de
rehabilitación con objetivos secuenciales y sucesivos a corto y mediano plazo. También
debe informar al paciente de sus proyectos y de las prioridades. (M. Rochet/.1998)

Tratamiento de las cicatrices

El manejo de la cicatriz es muy importante para el paciente quemado, porque estas


generaran secuelas físicas y/o emocionales, además de limitaciones en las articulaciones.
En primera instancia la terapia con presión o presoterapia, es el primer recurso que se debe
usar en los pacientes con quemaduras profundas. La presoterapia se hace con la ropa de
presión y con vendajes elásticos, mascarillas rígidas u ortesis. El objetivo es disminuir la
altura de la cicatriz hipertrófica, reducir el enrojecimiento de la cicatriz, reducir el edema,
mantener flexible la cicatriz, para que no nos limite movilizar el área afectada y nos permita
ganar rango articular. El paciente debe usar la ropa de presoterapia a diario, todo el día y
noche, solo serán retiradas cuando el paciente desee bañarse y/o para hacer sus necesidades
fisiológicas.

El tratamiento de los pacientes cuyas heridas ya están cicatrizadas puede desarrollarse de la


siguiente manera:
Un primer tiempo de masaje en situación de relajación, en un paciente instalado
confortablemente, controlando su respiración que debe ser lenta y profunda, pidiéndole que
se concentre en la sensibilidad de la zona cicatricial masajeada comparándola con la zona
sana.

El masaje propiamente dicho se introduce según la evolución de la maduración


cicatricial (prueba de la vitropresión). Es progresivo, al principio analítico sobre una piel en
posición de acortamiento, en periferia y luego a nivel de la cicatriz misma de acuerdo al
estado inflamatorio, utilizando el amasamiento milimétrico y el «palpar-rodar», luego,
progresivamente, se coloca el segmento de miembro en estiramiento cutáneo máximo
conforme a la cadena que determina la mejor postura con un tiempo de postura final que se
mantendrá varios minutos según la tolerancia del paciente y el aspecto de la piel.

Luego se requiere la realización de movimientos activos simples o con resistencias


en el sentido del movimiento buscado. Aquí también, el gesto es inicialmente analítico para
volverse más global y complejo a medida que avanza el ejercicio. Deben emplearse todas
las técnicas activas que favorecen los estiramientos. Para terminar, el gesto se trabaja con el
objeto de darle una finalidad funcional para que el paciente comprenda que toda sesión
tiene como objetivo la flexibilidad y la armonía para la adquisición de la autonomía. (Anna
Escribà Salvans,2020).
Bibliografía
ROCHET JM, WASSERMANN D, CARSIN H, DESMOULIÈRE A, ABOIRON H, BIRRAUX D, CHIRON C,
DELAROA C, LEGALL M, LEGALL F, SCHARINGER É et SCHMUTZ S. – Rééducation et réadaptation de
l’adulte brûlé. – Encycl. Méd. Chir. (Elsevier, Paris-France), Kinésithérapie-Médecine physique-
Réadaptation, 26-280-C-10, 1998, 28 p.

Siesquen, C., & Magna, M. (2022). Enfoque fisioterapéutico en quemaduras pediátricas.

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