Simone de Beauvoir

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ALTERIDAD: Otredad. Condición de ser otro respecto de alguna cosa.

En el segundo sexo es el
significado del término "mujer", según el análisis que realiza Beauvoir de la condición femenina.
Posee la particularidad de que no es reversible respecto a la categoría de "varón", en relación a la
cual se establece este significado. El término "hombre", en el sentido de "varón", es el término
esencial respecto al cual la mujer es la otra inesencial. Por ello, la mujer es considerada Alteridad.

LIBERTAD: Característica fundamental de los seres humanos desde el punto de vista de la filosofía
existencialista. La libertad no es algo dado, acabado, que uno posea, sino la afirmación de que cada
sujeto se va haciendo a sí mismo, a lo largo de su vida. Los fines que nos proponemos y las
acciones que llevamos a cabo, son lo que nos forman como personas.

CUERPO VIVIDO: Única noción de cuerpo humanamente relevante para Beauvoir. El cuerpo es el
instrumento que tiene el ser humano para relacionarse con el mundo y puede vivirse de múltiples
modos. No es una cosa, un objeto, es una situación: conlleva una forma singular de aprender el
mundo y de esbozar proyectos propios.

SUJETO SITUADO: El ser humano concreto que, por un lado, es "sujeto" que ha de decidir y
actuar para poder ser, que se constituye en proyectos propios, pero, por otro, lo hace en el marco
ineludible de un complejo contexto que incluye factores diversos. Todo ser humano concreto tiene
un posicionamiento singular que constituye su situación.

ETERNO FEMENINO: Esta expresión hace referencia a un conjunto de características que,


supuestamente, tendrían que compartir todas las mujeres, independientemente de su contexto
histórico, sólo por el hecho de haber sido consideradas mujeres desde el momento de su nacimiento.
Estas características constituirían su "esencia", esto es, aquello que permite reconocerlas como tales.
En la Introducción se describe a la "mujer, mujer", es decir, a la mujer que manifiesta el eterno
femenino, como frívola, pueril, irresponsable, sometida al hombre. A este eterno femenino se hace
también referencia en el texto, siempre de manera crítica, con la noción de feminidad, especie de
idea platónica de la que participarían las mujeres si son como habrían de ser desde este punto de
vista. Beauvoir utiliza también la expresión "eterno masculino"

COMPARACIÓN: Se califican como "feministas" las teorías y las prácticas que persiguen la
emancipación de las mujeres. Ahora bien, el feminismo se define como la doctrina y movimiento
político y social que pide para la mujer el reconocimiento de las mismas capacidades y derechos
que para el hombre. Es por ello por lo que a partir de los años 70 Simone de Beauvoir va a
comenzar participando activamente en el movimiento feminista, considerándose una luchadora más
por la igualdad entre ambos géneros.
Para Simone, el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente, un
proceso largo. En el volumen dos de su libro el Segundo Sexo postula que para que una mujer sea
verdaderamente libre deben ocurrir tres acontecimientos. En primer lugar, la igualdad salarial entre
hombres y mujeres ya que las mujeres todavía tienen un escalafón más bajo a la hora tanto de
cobrar por el mismo trabajo, como de acceder a cualquier puesto ( el hombre siempre presenta más
facilidades). En segundo lugar, las mujeres deben decidir sobre el matrimonio y la maternidad para
así gozar de autonomía económica y ser independientes. En tercer lugar, solo es posible esta
emancipación siempre que las mujeres posean plena libertad para así autodefinirse.

REDACCIÓN: De las diversas cuestiones que sirven a Beauvoir para desarrollar su argumentación,
tres de ellas poseen especial relevancia porque le dan cohesión a su teoría. La primera, ¿qué es un
mujer?, posibilita la reflexión filosófica. La segunda, ¿por qué la mujer es la Alteridad? se responde
en el primer volumen del estudio (fase regresiva del método). La tercera, ¿cómo viven las mujeres
su situación?, es abordada en el segundo volumen (fase progresiva de la investigación).
Ahora bien, ¿Por qué la mujer es la Alteridad? Dicho de otro modo, ¿cómo se estableció la jerarquía
de los sexos? La clave de la respuesta se encuentra en la historia. Para Beauvoir esta diferenciación
comienza en el periodo que precedió a la agricultura: grupos nómadas en duras condiciones de vida.
Aquellos que tenían la fuerza física (varones; aunque también había mujeres) asumían las tareas de
defensa. Las vidas de las mujeres, por muy robustas que fuesen, estarían lastradas por lo que
Beauvoir denomina "las servidumbres de la reproducción”. Esto estableció una diferencia
fundamental entre las posibilidades de desarrollo humano, teniendo ellas limitadas sus posibilidades
de acción. Desde este punto de vista, engendrar o amamantar, no eran actividades decididas por las
mujeres, sino tareas a las cuales se vieron obligadas. El macho humano “moldea la faz del mundo”;
La hembra humana reconoce como superiores los proyectos de los varones, que también ella valora
por encima de los trabajos que está forzada a realizar (criar a los hijos, tareas domésticas…).
Beauvoir sostiene que es más humano (menos animal) matar que engendrar, pues había pocos
fines propios en una maternidad no decidida y no compartida. En un contexto distinto, la crianza
podría verse atravesada por los valores y fines de la libertad. Los varones someten a las mujeres a
partir del reconocimiento que han obtenido por parte de ellas, porque ese reconocimiento les
permite afirmarse corno sujetos. (Relación AMO-ESCLAVO).
La formación y consolidación del patriarcado (hegemonía masculina y opresión de las mujeres ),
protagonizará más aún un distanciamiento entre ambos géneros. Son los varones los que elaborarán
los códigos en los que la posición de la mujer siempre estará subordinada de ellos, esto es la
relación de Vasallaje. Categorizada como Alteridad, acabará vinculándose así también al Mal.
La filósofa existencialista nos muestra, a lo largo de la historia, la falta de oportunidades de la
mayor parte de las mujeres para decidir sus proyectos propios y desarrollar su libertad.
El problema de la opresión de la mujer es un problema cultural. Por ello, la liberación de las
mujeres es un objetivo, un proceso y debe alcanzarse colectivamente.

Simone de Beauvoir fue una filósofa y escritora francesa, autora de novelas y ensayos sobre temas
políticos, filosóficos y sociales en torno a las mujeres. Fue una filósofa existencialista que luchó
contra las injusticias de género.
Es por ello por lo que va a enfocar su pensamiento en cuestionarse alrededor de la pregunta ¿que es
una mujer? Para la autora, la idea de mujer no está definida, ya que para ella este término adopta un
doble significado. Por un lado, biológicamente, haciendo referencia al sexo y por el simple hecho de
tener útero, una mujer es hembra. Por el otro, culturalmente género femenino, que hace referencia a
la sociedad, en relación a lo que se considera masculino y femenino (implica un sentido valorativo).
Ante este último significado, ha ido surgiendo y fortaleciéndose la idea de feminidad.
Tradicionalmente se ha asociado ser mujer a realizar funciones vinculadas al cuidado de los demás
(hijos, marido, etc) y se les han atribuido unas características generalmente inferiores a la de los
hombres. Culturalmente el hombre es el sujeto y la mujer es su objeto. La mujer se encuentra en una
relación de vasallaje con el hombre, en tanto que se encuentra subordinada de él y esta relación solo
puede ser superada cuando las mujeres consigan oportunidades. Simone de Beauvoir ofrece la
respuesta en los dos tomos de su libro "el Segundo Sexo", elaborado desde la perspectiva del
existencialismo. Esta corriente y por tanto Beauvoir, comparten que la existencia precede a la
esencia, en tanto que no hay ninguna definición para el hombre, que es un continuo cambio y
formación, fruto de su propia acción en la vida. Este existencialismo es ateo ya que niega a
cualquier tipo de Dios, en tanto que la aparición de este implica una determinación de aquellos
actos buenos o malos. El ser humano está solo: él es sus propios proyectos, por tanto es libre y
responsable de sí mismo. Al mismo tiempo, el existencialismo involucra a los demás: la acción de
un ser humano compromete a los otros, que se ven afectados por la acción pudiendo producir
angustia. Vivir es necesariamente elegir el actuar, inventar, por eso el ser humano es libertad: todo
tipo de determinismos son negados por el existencialismo.

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