Sentido de La Cuaresma
Sentido de La Cuaresma
Sentido de La Cuaresma
Se empieza hablando de lo importante que es prepararse para una fiesta, se puede usar
como ejemplo ir a un 15, ninguno de los jóvenes dirá que no se prepara para este tipo de
acontecimiento.
Así también la Iglesia tiene su tiempo de preparación para el más grande de todos sus
acontecimientos, la Pascua de Resurrección
10:05 Se lanza a los jóvenes la pregunta ¿Que es Cuaresma? ¿Cuándo inicia y cuando
termina? ¿Qué hay de raro en las celebraciones litúrgicas con relación al resto del año?
Ayuno
Abstinencia
Oración
Caridad
Silencio
10:30 Receso
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente
estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión
preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una
buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla
a cabo.
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día
y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil
cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda
de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan
debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.
3. Haciendo sacrificios
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa "hacer sagrado". Entonces, hacer
un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es
ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el
vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos
cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos
haciendo sacrificio.
4. Haciendo oración
Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres
estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la
Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma.
Informaciones
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día. La abstinencia consiste en no comer
carne. Son días de abstinencia y ayuno el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) participe en un
acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con
nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.
La relación entre el ayuno y la conversión es la transformación espiritual que acerca del hombre a
Dios.
El abstenerse de la comida y la bebida tienen como fin introducir en la existencia del hombre no
sólo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir como
"actitud consumista"
Ceniza
La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente
adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y
penitencia.
Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta
del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y
termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en
nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador.
Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión (ver el impreso Guía de la Confesión) de
todos y cada uno de nuestros pecados.
Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro
(en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.
Oración
La obra total de nuestra conversión, esto es, de nuestra maduración espiritual, la oración no está
aislada de los otros dos caminos que la Iglesia define con el termino evangélico de ayuno y
limosna. El camino de la oración quizá nos resulta más familiar. Quizá comprendemos con más
facilidad que sin ella no es posible convertirse a Dios, permanecer en unión con Él, en esa
comunión que nos hace madurar espiritualmente.
Todos nosotros, cuando oramos, somos discípulos de Cristo, no porque repitamos las palabras que
Él nos enseñó una vez –palabras sublimes, contenido completo de la oración–; somos discípulos de
Cristo incluso cuando no utilizamos esas palabras. Somos sus discípulos sólo porque oramos.
Silencio
Dios nos invita a mantener el silencio y revisarnos profundamente, atendiendo a lo que hicimos
bien y lo que debe ser ajustado.
En el silencio todos buscamos avenidas para no repetir nuestras debilidades y hacer un patrón
de esto. ¿Cómo es que comenzamos hacer silencio, a dónde, en qué lugar, en que momento y
cuándo? Tal vez encontremos ese silencio en una iglesia solitaria sin ceremonias ni oraciones, tal
vez en la Liturgia de las Horas, o en la Liturgia dominical. Tal vez en nuestro dormitorio, o en el
manejo para nuestros trabajos. Nosotros podemos encontrar ese silencio, sin prisas y con
honestidad, para recomponer nuestra verdad ante nosotros mismos.
Cualquier lugar que podamos entrar en profunda comunicación con Dios y dejar que su voz
suspire sobre nosotros es un espacio para crear ese momento de silencio. Cuando encontramos
ese silencio estamos permitiéndole a Dios que se comunique con nosotros. Lo estamos dejando
entrar en nuestras vidas. El silencio es buena medicina para los nervios, para las angustias, para
tomar la medida a nuestros problemas y para brindarle paz a los demás que están
experimentando la misma angustia.