INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación es sobre el tema de licitación de obras
públicas en dependencias, en el cual se plateó sobre las ventajas de las
licitaciones de obra pública para la obtención de trabajo en las distintas áreas de
la construcción, tanto en dependencias públicas y empresas privadas que se
dedican a ello, de esta manera el objetivo general fue de conocer la forma de
integrar una propuesta técnico-económica de una obra pública para la
dependencia de secretaría de comunicaciones y transportes, además, surgió con
el objetivo de dar a conocer las actualizaciones en la dependencia antes
mencionada en el estado de Guerrero.
La complejidad de este tipo de contratos aconseja una capacidad institucional
muy alta para poder hacer frente a contratos de una cuantía muy alta. La
licitación de los contratos de suministros es la referida a la compra de bienes
requeridos por el Estado. En general se trata de compraventas que tienen
normas especiales de derecho público por ser un ente público el que está
adquiriendo dichos bienes. Por último, los contratos de consultoría y de
asistencia de servicios son de naturaleza muy variada; normalmente se trata de
contratos de corta duración en los que el contratista está obligado a entregar un
trabajo o un determinado servicio con una calidad predeterminada en la licitación
a cambio de un precio pagado por la administración.
Al analizar otros procedimientos de selección en el primer anexo que se incluye
se analiza fundamentalmente la licitación privada y la contratación directa
concebidas como mecanismos excepcionales y se explican cuáles son las
condiciones que pueden fundamentar dichas excepciones. No se desaconseja
su uso pero, por ser excepcionales, es preciso que se identifiquen claramente
cuando y en que situaciones procede su aplicación y cuáles son las causales
que explican el trato diferenciado entre los oferentes.
LICITACIÓN PUBLICA. NOCIÓN Y DENOMINACIONES.
La oferencia publica abierta es uno de los procedimientos observados para las
contrataciones del Estado y otros entes públicos. Es
un procedimiento de selección del co-contratante, que sobre la base de una
previa justificación de la idoneidad ética, técnica y financiera de los
intervinientes, tiende a establecer la mejor oferta, el precio más conveniente,
para la adquisición o enajenación de bienes, prestación de servicios o
ejecución de obras.
Variadas son las denominaciones que la doctrina y la legislación le han
conferido a esta forma procesal de contratación. En Italia, se llama pubblico
incato o asta publica, en España "subasta publica", "subasta" y "concurso
subasta", en Portugal concurso publico; en Francia, adjudication ouverte o
adjudication publique.
Licitación pública es un procedimiento administrativo por el cual la
Administración invita a los interesados a que, sujetándose a las bases fijadas
en el pliego de condiciones, formulen propuestas de las cuales se seleccionará
y aceptará (adjudicación) la más ventajosa, o conveniente.
Las fuentes del procedimiento de la licitación pública en el orden nacional, se
hallan en la Ley de Obras Públicas (LOP) 13.064, en el Capítulo VI (De las
contrataciones) del decr. ley 23.354/56 y en el RCE (decr. 5720/72).
La licitación es un procedimiento legal y técnico de invitación a los interesados,
para que, conforme a las bases preparadas al efecto, llamadas `pliego de
condiciones', formulen propuestas de entre las cuales se elige y acepta la más
ventajosa mediante la adjudicación, que perfecciona el contrato. En otros
términos, es un procedimiento de selección del contratista de
la Administración Pública que, sobre la base de una previa justificación de
idoneidad moral, técnica y financiera, tiende a establecer qué persona es la que
ofrece el precio más conveniente o la mejor oferta.
RESEÑA HISTÓRICA
La puja u oposición competitiva de ofertas, como técnica publico-contractual, es
conocida y usada desde antiguo. Ya en el derecho romano se utilizaba, por
regla general, el procedimiento de la licitación publica en las contrataciones del
Estado. Desde las primeras épocas el botín obtenido en la guerra era vendido
públicamente a los mejores oferentes, y en el lugar donde iba a verificarse
la venta se plantaba en "asta", arma de guerrera y a la vez la insignia real. De
ahí deriva el termino subasta con que muchos países se designa el
procedimiento de la licitación; en otros, como el nuestro, tiene uso solamente
en el derecho privado.
Posteriormente, con el código de Justiniano, se generalizo la venta en "asta
publica", debiendo efectuarse así todas las ventas de bienes fiscales. Después
el procedimiento se hizo también aplicable a los contratos de obras publicas; el
censor, que era el encargado de dirigir la contratación de las obras publicas,
era quien preparaba la "formula del contrato" (lex censoria), o sea el
equivalente a nuestros pliegos de condiciones, a tenor de la cual se verificaba
la subasta publica (licitatio), la cual se adjudicaba a quien pedía la suma menor.
El censor realizaba discrecionalmente la adjudicación, pudiendo excluir a as
personas que no juzgase idóneas, que hubieran dejado incumplidos contratos
anteriores. En cuanto a la garantía que debían constituir los oferentes, podía
consistir en fianzas personales o hipotecas sobre los propios fundos (praedes,
praedia)
En la edad media se empleo el sistema de subasta "a mata candela", el que
consistía en recibir ofertas para alguna construcción de importancia durante
el tiempo que ardía una vela, para después adjudicar la obra a quien había
ofrecido ejecutarla por el menor precio.
ANTECEDENTES LEGISLATIVOS NACIONALES.
El 13 de Octubre de 1870 se sanciono la ley 428, la primera Ley
de Contabilidad Nacional. Ella marco un significativo aporte en materia de
contrataciones estatales y fue en gran medida antecedente directo de la ley
775 de Obras Publicas.
La ley 428, en sus artículos 32 a 36 inclusive, establece el remate publico como
regla general para los contratos del estado.
Por otra parte, la ley 775, sancionada el 17 de julio de 1876, es nuestra primera
Ley Nacional de Obras Publicas, que rigió hasta el 13 de octubre de 1947,
fecha en que entro en vigencia la ley 13.064.
La citada ley 775 disponía sobre el procedimiento de la licitación publica, en el
art.3: "De acuerdo con lo previsto por la Ley de Contabilidad del 26 de
septiembre de 1870. las obras que se ejecuten por cuenta de la Nación,
deberán contratarse previa licitación publica, salvo en los siguientes casos:
1. Cuando el costo de las obras no excedan de 1.000 pesos fuertes
2. Cuando las circunstancias exijan reserva
3. En los casos de urgencia, en que por circunstancias imprevistas no puede
esperarse el remate.
4. Cuando sacadas dos veces a licitación, no hubiese habido postor, o no se
hubiesen hecho ofertas admisibles.
5. Cuando tratándose de obras u objetos de arte, su ejecución no pudiese
confiarse sino a artistas u operarios especiales."
ANÁLISIS DEL CONCEPTO JURÍDICO DE LA LICITACIÓN PUBLICA
Técnicamente, la licitación publica es "un procedimiento administrativo de
preparación de la voluntad contractual, por el que un ente publico en ejercicio
de la función administrativa invita a los interesados para que, sujetándose a las
bases fijadas en el pliego de condiciones, formulen propuestas de entre las
cuales seleccionara la mas conveniente.
* Es un procedimiento administrativo:
La licitación publica como ya dijimos es uno de los procedimientos de
formación del contrato, una de las formas de contratación o procedimientos de
selección de contratistas. Juntamente con la licitación privada, el concurso, la
contratación directa y el remate publico, integra los "procedimiento
administrativo general. La licitación publica no es un acto, como erróneamente
lo entiende parte de la doctrina, sino un conjunto de actos; un procedimiento,
integrado, en suma, por actos y hechos de la Administración y actos y hechos
del oferente, todos concurrentes a formar la voluntad contractual.
La licitación se relaciona con la formación de los contratos. Al igual que las
tratativas privadas, no es sino un preliminar del contrato, destinado a fijar quien
es el contratante. Es un periodo que precede procesalmente al contrato.
La licitación publica es un procedimiento administrativo preparatorio de la
voluntad contractual. Esa es su naturaleza jurídica.
El objeto de la licitación publica es la selección del co-contratante. Se trata, por
lo tanto, de algo que precede al contrato, una fase preliminar de la
manifestación de la voluntad del licitante para seleccionar, por vía de este
medio técnico idóneo, la mejor oferta. Por ello es un procedimiento
administrativo especial, regido de suyo por el Derecho Administrativo.
* Preparatorio de la voluntad contractual:
Es nota jurídica común a todos los procedimientos de contratación, es la que
da especificidad respecto del procedimiento administrativo que versa sobre las
reglas y principios jurídicos que rigen la preparación y ejecución de la voluntad
contractual.
* Por el que un ente publico en ejercicio de la función administrativa
El licitante o ente que utiliza el procedimiento de la licitación publica, puede ser
un ente publico o privado. Pero debemos excluir a los entes o sujetos del
Derecho Privado, dado que estos no ejercen función administrativa, y, además,
en caso de utilizar el procedimiento licitatorio, este se haya regido
predominantemente por el Derecho Privado.
Por ello el licitante es siempre ente publico. Ese ente publico puede ser estatal
o no estatal; lo que interesa es que en el caso ejerza función administrativa.
Por lo tanto, como entes públicos estatales, pueden utilizar el procedimiento
licitatorio para contratar, el Estado Nacional, las Provincias, los Municipios,
Comunidades y entes intermunicipales, Consorcios públicos estatales, entes
autárquicos, Empresas del estado, Sociedades del Estado, Corporaciones de
Empresas nacionales, entes interprovinciales, etc.
Si el licitante es un ente publico estatal de la Administración centralizada, como
la Nación y las provincias, el procedimiento puede ser utilizado por cualquiera
de sus órganos (ejecutivo, legislativo y judicial), en tanto ejerzan función
administrativa.
También pueden utilizar el procedimiento licitatorio publico los entes públicos
no estatales o corporaciones publicas no estatales, que ejercen potestad
publica o prerrogativas de poder publico.
* Invita a los interesados
La invitación a los interesados, oferentes, eventuales adjudicatarios o co-
contratantes se traduce en un acto administrativo concreto de llamado a
licitación, emitido por el órgano competente del ente publico estatal o no estatal
de que se trate.
La invitación es un pedido de ofertas, una invitación ad offerendum, que debe
ser enunciado en la forma que el derecho positivo lo determina, por vía de la
publicación como instrumento técnico para promover la concurrencia.
Este recaudo o etapa procesal de la licitación publica, le da especialidad
respecto de los otros procedimientos de contratación en particular respecto de
la contratación directa y la licitación privada. En cuanto al concurso, la
invitación ofrece características analógicas a las de la licitación publica.
* Para que sujetándose a las bases fijadas en el pliego de condiciones
El pliego, como conjunto de disposiciones redactadas unilateralmente por el
licitante, es el que regula el tramite, mecanismo y formalidades del
procedimiento de preparación y ejecución ulterior del contrato. En sus cláusulas
generales y especiales se particulariza sobre el objeto, obra o servicio que se
licita, las condiciones de la contratación, su preparación y la ulterior ejecución.
El pliego de condiciones llamado también cahier des charges capitolati d
´oneri, programa del concurso, integra, juntamente con el Reglamento de
Contrataciones del Estado, la Ley de Obras Publicas y la Ley de Contabilidad,
el cuerpo jurídico normativo regulador del procedimiento de licitación publica.
Los oferentes deben ajustar sus propuestas al pliego, bajo sanción de ser estas
declaradas "inadmisibles".
* Formulen propuestas
Como consecuencia del llamado a licitación, los interesados, "proponentes,
ofertantes, licitadores", presentaran sus ofertas o propuestas. Para ser licitador
es necesario cumplimentar condiciones subjetivas, como la inscripción en
los registros especiales, salvo los casos de excepción autorizados por el
ordenamiento jurídico, a efecto de acredita así la idoneidad jurídica, financiera y
técnica para contratar.
Por ello a esta fase procesal también se la llama "habilitación de los
licitadores", "calificación de los oferentes" o "condiciones subjetivas de los
proponentes".
También deben constituir una garantía de oferta o "garantía precontractual"
de mantenimiento de propuesta.
La presentación de la propuesta o precio ofrecido puede hacerse en forma
escrita o verbal, si bien nuestro derecho positivo solo recepta la forma escrita,
con las formalidades externas e internas requeridas por
las normas reglamentarias y el pliego de condiciones aplicables al caso.
* De entre las cuales el licitante seleccionara y aceptara la mas conveniente
El licitante elige o selecciona, entre las propuestas formuladas, la mas
conveniente. Ello se traduce por una actividad de contenido jurídico
administrativo, que reviste forma de simple acto de la Administrativo
(adjudicación).
La preadjudicación importa un dictamen anticipado acerca de cual es el orden
de meritos, en razón de la conveniencia de las ofertas, emitido por un cuerpo u
órgano consultivo. La adjudicación supone ya el acto decisional de seleccionar
la mejor oferta, a los efectos de perfeccionar después el contrato con su
proponente, por alguno de los procedimientos que prevé el ordenamiento
jurídico, y de acuerdo con la clase de contrato de que se trate: notificación de la
adjudicación, aprobación por órgano superior, formalización escrita, etc.
La adjudicación es un acto administrativo que reúne sus caracteres y
elementos, y se rige por el régimen jurídico que tipifica a este. La decisión en el
contenido es de tipo discrecional, aunque con limites jurídicos elásticos:
racionabilidad, buena fe, desviación de poder, etc.
LOS ACTOS SEPARABLES EN LA LICITACIÓN PUBLICA
Como consecuencia de la expuesto, podemos afirmar que la licitación no es un
contrato o el contrato, ni tampoco un acto, sino "un conjunto de actos"; en
suma, "un procedimiento administrativo" relacionado con la formación del
vínculo jurídico, con la forma de celebrar los contratos.
Como todo procedimiento administrativo, lo integran una serie de actos
interrogados, conexos y destinados a producir un único resultado, la elección
del co-contratante; pero sus sucesivas fases son autónomas, anteceden al acto
jurídico final, conducen a él, pero no son ese acto.
La impugnación de los actos separables del procedimiento y la protección de
los oferentes.
Si se afirma que los actos integrativos del procedimientos licitatorio no son
separables (tout indivisible), no son autónomos ni independientes entre sí y que
se encuentran incorporados al contrato de manera unitaria, se restringe en
grado sumo la protección jurídica de los oferentes, pues solo será impugnable
el contrato y no sus actos preparatorios, preliminares, componentes e
integrativos; por tanto, solo las partes contratantes, o sea el ente público
licitante y el adjudicatario (no los demás oferentes) estarán legitimados
sustancial y procesalmente para impugnarlo. Los oferentes no adjudicatarios no
pueden impugnarlo por cuento no son partes en el contrato, no intervienen en
el vínculo jurídico bilateral, son ajenos a la negociación administrativa.
Por el contrario, si se separa el contrato de los actos administrativos previos
que constituyen a su constitución (actes destacables), y se les confiere
individualidad y autonomía jurídica a esos actos integrativos del procedimiento
licitatorio preparatorio de la voluntad contractual, será más amplia la protección
jurídica de los oferentes. Aun antes del contrato y de modo independiente de la
impugnación contractual, cualquier oferente puede impugnar el acto de
admisión, inadmisión, rechazo de ofertas, adjudicación, etc.
ÁMBITO DE APLICACIÓN. CONTRATOS SUSCEPTIBLES DE
FORMARSE POR LICITACIÓN.
No se exige la licitación pública para una clase determinada de contratos, ni la
licitación pública para una clase determinada de contratos, ni la licitación
privada o la contratación directa, etc, para tal otro grupo o tipo de contrato, sino
que en principio todos los contratos de la administración pueden perfeccionarse
por cualquiera de los procedimientos. Solo en principio, puesto que el
ordenamiento jurídico exige determinados procedimientos para ciertos
contratos; y si, por ejemplo, en la obra pública se utiliza el procedimiento
licitatorio, en el empleo público, el concurso y en la venta de bienes, el remate
público.
El procedimiento de la licitación pública se utiliza perfectamente en los
contratos de obra pública, concesión de obra pública y suministro y con menor
frecuencia o más excepcionalmente, en la concesión de servicios públicos,
pues en este contrato no siempre resulta adecuado el procedimiento dado el
papel fundamental que desempeña la persona del concesionario.
Los demás contratos de la Administración o en la función administrativa, son
ajenos al procedimiento licitatorio público, aunque nada impide que se lo
aplique a las locaciones, compraventa de inmuebles por el Estado, etc.
Contratos en que se omite el procedimiento de la licitación pública.
Consecuencias jurídicas.
Un contrato de la Administración llevado a cabo sin licitación, cuando esta es
requerida de modo obligatorio o imperativo, es un contrato nulo por vicio de
forma.
Las formalidades o requisitos que se han de observarse para dictar cualquier
acto de la Administración, puede ser anteriores, concomitantes o posteriores al
mismo. La licitación es precisamente una formalidad anterior o previa a los
contratos del estado.
Ahora bien las formalidades con que se revista a cada una de las etapas del
contrato o a realizarse constituye la única garantía para todos los intereses
en juego, sea de Administración, de los proponentes, de los empresarios o de
los futuros usuarios del servicio público.
En ese sentido, las formas, en cuanto importan requisitos necesarios para la
existencia y eficacia del acto, constituyen una cualidad del mismo y también
una garantía automática para asegurar el buen funcionamiento de los servicios
públicos. Las trasgresión u omisión completa o parcial de una de esas
formalidades, a las que el contrato este sujeto por la ley o los reglamentos,
origina un vicio de nulidad que hiere su validez.
El incumplimiento u omisión del procedimiento de la licitación pública, cuando
ella es requerida por mandato legal, o, lo que es lo mismo, la indebida
contratación directa o licitación privada, fuera de los supuestos en que el
derecho habilita dichos procedimientos, provoca la invalidación del contrato, su
nulidad por defecto formales esenciales.
En caso de incumplimiento de requisito de la licitación pública, las
consecuencias jurídicas del vicio son las propias de la nulidad administrativa,
por ello:
a. El contrato es absolutamente nulo. El vicio no es subsanable, enmendable,
confirmable ni susceptible de ratificación.
b. La autoridad administrativa, puede así declararlo y dejar sin valor alguno el
vinculo jurídico formado irregularmente.
c. El co-contratante afectado nada puede alegar contra la decisión
administrativa que lo declara nulo o que se limita a reconocer la existencia
de una nulidad cierta e insubsanable. No puede por tanto
promover acción judicial alguna derivada del incumplimiento del contrato,
aunque es obvio reconocerle el derecho a reclamar el precio o el valor de lo
ejecutado, prestado o entregado en beneficio del Estado o ente publico
licitante, por vía del enriquecimiento sin causa.
d. Los particulares que , de haberse hecho la licitación, hubieran podido
presentar y ganar el derecho de efectuar la obra o el suministro, carece de
acción para impugnar la decisión administrativa porque no son titulares
de derechos subjetivos. Tampoco pueden reclamar daños y perjuicios, pues
solo han sufrido lesión a sus intereses simples.
e. Los funcionarios actuales que prescindan de la licitación publica, cuando es
obligatorio recurrir a ella, incurre en responsabilidad civil, administrativa
y política.
PRINCIPIOS JURÍDICOS
La finalidad del procedimiento licitatorio es la determinación del proponente que
formula la oferta mas ventajosa para el Estado. De ahí que la doctrina, la
legislación y la jurisprudencia, hayan establecido algunos "requisitos",
"principios" o "propios" que hacen a la esencia y la existencia de la licitación y a
los cuales deben recurrirse para resolver los problemas concretos
de interpretación que la practica administrativa promueve.
Los principios jurídicos esenciales, que hacen a la ratio iuris de la licitación y de
los demás procedimientos de selección del co-contratante, son:
a. la libre concurrencia
b. la igualdad entre los ofertantes.
Libre concurrencia
El principio jurídico de la libre concurrencia tiende a afianzar la posibilidad de
oposición entre todos los ofertantes, como contrapartida de la prohibición para
el Estado de imponer condiciones restrictivas para el acceso al concurso.
Como afirmaciones complementarias del principio, la legislación impone a la
Administración el deber de adjudicar imparcialmente la mejor oferta, sobre la
base de una decisión discrecional.
Además, en función de esa concurrencia o posibilidad de oposición, la
Administración no puede elegir individualmente a sus ofertantes.
Por ultimo, como contrapartida de esa libre concurrencia, se faculta a la
Administración para exigir ciertas garantías a los licitadores.
El principio no es absoluto, pues la normativa jurídica le impone ciertas
limitaciones, dado que el interés publico exige un control de la capacidad del
concurrente. Por tanto se imponen ciertas restricciones a la concurrencia, como
ser:
La exclusión de ofertantes jurídicamente incapaces; es el caso de sociedades o
personas jurídicas no constituidas regularmente, o de los concurrentes
incapaces, menores, interdictos, etc.;
La exigencia de honorabilidad profesional y comercial del proponente, por ello
se excluyen los fallidos no rehabilitados, los anteriores, adjudicatarios que no
ejecutaron correctamente el contrato o si este se rescindió por su culpa;
Exigencia de honorabilidad civil, al preverse en los pliegos de condiciones o
reglamentos de contratación la exclusión de ofertantes condenados
penalmente o de funcionarios públicos incompatibles por su empleo para
intervenir como proponentes.
Según antes dijimos como contrapartida del principio de la libre concurrencia,
se exige a los oferentes garantías de capacidad y solvencia. La primera se
instrumenta por medio de la inscripción en los registros especiales de
proponentes (en nuestro derecho, los Registros de Constructores de obra
Publica y de Proveedores del Estado, respectivamente), lo que se acredita con
un "certificado" de inscripción demostrativo de la capacidad técnica, económica
y financiera del proponente.
Las garantías de solvencia se instrumentan en las cauciones de "oferta" (de
mantenimiento de oferta o pre-contractual) y de "contrato de adjudicación" ( de
ejecución de contrato o garantía contractual).
En este sentido, el ordenamiento positivo prevé también la dispensa legal, para
ciertas categorías de concurrentes, de la obligación de acreditar su solvencia.
La administración no puede elegir individualmente a sus proponentes; si así
fuere, la concurrencia no seria libre. Por tanto, la publicidad del llamado a
licitación es una consecuencia obligada del principio jurídico de la libre
concurrencia. La norma positiva exige siempre que los anuncios de licitación se
publiquen en boletines oficiales y en otros periódicos de mayor circulación, pero
cumplimentado esto la Administración puede elegir discrecionalmente cualquier
otro modo técnico de publicación que asegure la mayor difusión entre los
eventuales interesados y el respecto al principio de igualdad entre ellos,
anuncios por radiotelefonía, televisión, afiches, carteles, volantes, invitaciones
personales o comunicaciones directas, etc.
IGUALDAD ENTRE LOS OFERENTES
Otros de los presupuestos fundamentales del procedimientos de contratación
de contratación, es que los sujetos concurrentes a una licitación tengan
igualdad de posibilidades en la adjudicación de la obra, suministro u objeto del
contrato de que se trate.
Como ha dicho Jeze: "debe ponerse a todos los proponentes en pie de
igualdad. Es la consecuencia de la competencia. No debe existir ningún motivo
de preferencia, fuera de las ventajas que se dan a la Administración. Debe
elegirse a quien le hace las mejores ofertas. La igualdad entre los competidores
comprende, pues, dos aspectos:
Las condiciones deben ser las mismas para todos los competidores.
Debe darse preferencia a quien hace las ofertas mas ventajosas para la
Administración.
Así en primer lugar, el trato igualitario se traduce en una serie de derechos a
favor de los oferentes:
1. Consideración de su oferta en competencia con la de los demás
concurrentes
2. Respecto de los plazos establecidos para el desarrollo del procedimiento
3. Cumplimiento por parte del estado de las normas positivas que rigen el
procedimiento de elección del co-contratante
4. Inalterabilidad de los pliegos de condiciones
5. Respeto de los secretos de su oferta hasta el acto de apertura de los sobres
6. Acceso a las actuaciones administrativas en las que se tramita la licitación
7. Tomar conocimiento de las demás ofertas luego del acto de apertura
8. Que se le indiquen las deficiencias formales subsanables que pueda
contener su oferta
9. Que se lo invite a participar en la licitación que se promueve ante el fracaso
de otra anterior.
Como vemos, la referida igualdad exige que, desde el principio del
procedimiento de la licitación hasta la adjudicación del contrato, o hasta la
formalización de este, todos los licitadores u oferentes se encuentren en la
misma situación, contando con las mismas facilidades y haciendo sus ofertas
sobre bases idénticas.
Por razones expuestas y en tutela del principio de igualdad, son nulas las
cláusulas que impliquen monopolio, salvo excepciones previstas por a ley.
Tampoco pueden fijarse cláusulas determinantes de circunstancias subjetivas
ni señalar marcas de fabricación o rótulos comerciales preferenciales. Es
asimos nula toda formula de tanteo, retracto o mejora de proposición una vez
conocidas las demás concurrentes, salvo excepción normativa expresa, como
en el caso de "empate de ofertas".
Los pliegos de condiciones, en suma, deben establecer reglas generales e
impersonales que mantengan fielmente el principio de igualdad, lo que excluye
que se establezcan ciertas preferencias a favor de determinadas categorías de
oferentes, por ejemplo preferencias por las firmas nacionales, o
por productos nacionales, o por empresas radicadas en el país, etc.
Consecuentemente, la adjudicación o la formalización del contrato respectivo
debe hacerse exacta y precisamente sobre las bases que determinaron la
adjudicación, no pudendo después de esta, modificar condiciones sobre el que
se efectúo la licitación, en oportunidad de formalizarse el contrato. Si ello se
hiciere es ilegal y quiebra el principio de igualdad, haciendo ilusoria la garantía
de la licitación.
Además, toda ventaja concedida por el licitante a favor de un licitador, que
simultáneamente no haya sido efectuada en beneficio de los demás oferentes,
también lesiona e infringe el principio de igualdad, viciando de nulidad los actos
del procedimiento y el contrato mismo que ulteriormente pueda formalizarse;
así por ejemplo, seria discriminatorio dispensar a un concurrente del depósito
de garantía exigido a los otros, fuera de los casos exceptuados por la ley.
En cambio, no resultaría afectada en modo alguno la igualdad, si después de
concluido el contrato se elevan los precios a favor del adjudicatario por razón
de ulteriores mayores costos. Con ello en nada se perjudican los otros
proponentes, pues si alguno de ellos hubiere ganado la citación también
habrían tenido que recurrir a la teoría de la imprevisión. Se entiende, por
supuesto, que la variante es solo de un mayor precio, y de ningún modo
respecto de las demás condiciones del contrato.
Nulidad del contrato por violación de los principios jurídicos. Jurídicos de la
licitación pública.
La significación jurídica de los principios rectores del procedimiento de
contratación administrativa es obvia. Su incumplimiento, quebrantamiento,
violación o no aplicación, vicia de nulidad el contrato que en su consecuencia
fuere celebrado. Así lo entiende, con criterio unánime, la doctrina y la
jurisprudencia.
VENTAJAS
El procedimiento de la licitación pública ofrece una serie de ventajas de orden
técnico, económico, ético y político, en un todo de acuerdo con el principio
de legalidad que debe imperar en el obrar estatal.
Así, con relación al Estado, el procedimiento materializa una acción
moralizadora en lo que a contrataciones estatales se refiere, por cuanto en
principio evita connivencias dolosas y promueve la acción de control y la
fiscalización que sobre la actividad administrativa ejercen los mismos
particulares, licitadores en el caso, quienes cuentan con los remedios
procesales idóneos para impugnar el ilegitimo proceder estatal.
Además, por este procedimiento, la Administración tiene mayor posibilidades
de acierto en cuanto al cumplimiento y ejecución del contrato, calidad de la
prestación, mayor capacidad técnica y financiera de los co-contratantes, etc.
Por otro lado, ofrece conveniencias económicas, dad la concurrencia y
oposición entre los oferentes, que fijan por obtener la adjudicación y en ofrecer
el precio más ventajoso para el licitante.
En este sentido, Mó ha señalado las finalidades de la licitación desde un
enfoque sistemático, comprendiendo tres aspectos: de orden moral, económico
y selectivo, tal como lo referimos precedentemente.
Con relación a los administrados, el procedimiento constituye una garantía para
los interesados en contratar con el estado y otros entes públicos, que, sobre la
base del principio de concurrencia e igualdad, y evitando tratos preferenciales,
puede hacer real y efectiva la colaboración de los particulares.
INCONVENIENTES
Por lo que se refiere a las dificultades del procedimiento licitatorio pueden
señalarse las siguientes:
No siempre se consigue el precio más bajo, sino que puede producirse un alza
de las cotizaciones al conocerse las urgencias necesidades de la
administración
La eventual lentitud en los tramites resulta perjudicial para el interés público,
toda vez que la administración se pierde "ofertas de ocasiones" sumamente
ventajosas, que no se pueden aceptar en razón de que no es posible satisfacer
la prontitud que el proponente suele requerir, debido a la burocrática ejecución
del procedimiento.
Como señala Sayagues Laso, aun cuando el procedimiento de las licitaciones
este bien reglamentado pueden efectuarse adjudicaciones indebidas pues la
inmoralidad puede doblegar las formulas técnicas de rectitud impuestas por el
ordenamiento jurídico al proceder administrativo; así por ejemplo, una licitación
aparentemente correcta puede encubrir y simular una flagrante desviación de
poder, pues los pliegos de condiciones pueden haber sido redactados de
manera tal que solo la persona a quien se quiere favorecer quede en
condiciones de prestar ofertas admisibles.
De cualquier manera, el saldo favorable del instituto lo prueba la circunstancia
de su aceptación en todas las legislaciones y en todos los tiempos, si bien se
requiere una formación flexible, adaptable a las distintas actividades del estado
y que disminuya en lo posible los inconvenientes
EL PROCESO DE LICITACIÓN
Dependiendo de si el proyecto es una tarea pública o privada, la licitación o el
proceso de propuestas calificadas puede ser simple o complejo.
Los documentos de licitación pueden incluir típicamente una identificación del
proyecto y una descripción del trabajo, la hora y el lugar de la apertura de la
licitación, el lugar para examinar o comprar documentos de
licitación, seguridad de la licitación, referencias (si son requeridas), cualquier
requerimiento de precalificación, el derecho del dueño de rechazar las ofertas y
la identificación de cualquier ley o regulación que gobierne las licitaciones. Los
documentos de licitación contendrán contratos propuestos, formas de bonos,
condiciones del contrato y las especificaciones detalladas para el proyecto. Las
especificaciones, de manera escrita y en forma gráfica, contienen los
requerimientos para los productos, materiales incluyendo dibujos de
laconstrucción. Un anuncio en un periódico de la localidad de los documentos
en licitación incluyendo la hora y el lugar de la apertura de la licitación es con
frecuencia un requisito para proyectos públicos.
ETAPAS DE UN PROCESO DE LICITACIÓN GENERAL
ETAPA DE DIVULGACIÓN
Durante este lapso se ejecutan las siguientes acciones:
Publicación en prensa del aviso de convocatoria a la licitación.
Suministro del pliego de licitación a las empresas interesadas en
participar en el proceso.
ETAPA DE ACLARATORIAS
Durante este lapso se aclaran las dudas que puedan existir sobre las
especificaciones técnicas, condiciones generales y sobre cualquier información
relativa al proceso de licitación.
En esta etapa se ejecutan las siguientes acciones:
Reunión aclaratoria (puede incluir visitas guiadas).
Respuestas por escrito a las aclaratorias solicitadas
ETAPA DE PRECALIFICACIÓN
Durante esta etapa se ejecutan las siguientes acciones:
Recepción de Manifestaciones de Voluntad de participar en el proceso por
parte de las empresas interesadas en participar en el proceso, junto con
la documentación solicitada en el pliego, para el análisis de precalificación
(información de índole básicamente legal, financiera y de experiencia).
Análisis de la información recibida.
Emisión de informe de Precalificación en el cual entre otras cosas se listan las
empresas que quedan calificadas para presentar ofertas en el proceso.
Notificación a las empresas participantes.
ETAPA DE PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE OFERTAS
Durante esta etapa se ejecutan las siguientes acciones:
Recepción de las ofertas de aquellas empresas que resultaron precalificadas.
Comparación de ofertas de acuerdo a la metodología de evaluación estipulada
en el pliego.
Redacción y emisión de informe de Recomendación de Buena Pro
ETAPA DE OTORGAMIENTO DE BUENA PRO O DE DECLARACIÓN DE
LICITACIÓN DESIERTA.
Durante esta etapa se ejecutan las siguientes acciones:
Otorgamiento de la Buena Pro por parte de la Máxima Autoridad de la
Institución o decisión de declarar desierto un proceso.
Notificación a las empresas ofertantes sobre los resultados.
Firma del o los contratos correspondientes
Adquisición de bien y/o servicio objeto del proceso.
ETAPA DE UN PROCESO DE LICITACIÓN SELECTIVA
En este tipo de proceso la Institución selecciona, como su nombre lo indica, las
empresas que podrán participar, esto ocurre de acuerdo a ciertas
características del mercado de proveedores específicos del área de dicho
proceso, del monto estimado de la adquisición o bien, debido a que ya una
licitación general ha resultado infructuosa y se decida continuar por esta vía.
ANEXOS