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ABSTRACTO
Las tasas promedio a largo plazo de erosión de canales y transporte de sedimentos dependen de las características de frecuencia y magnitud de los flujos de
inundación que exceden un umbral de erosión. Utilizando un modelo de Poisson para lluvia y escorrentía, se desarrollan soluciones analíticas para tasas
promedio de incisión de corrientes y transporte de sedimentos en presencia de dicho umbral. Se derivan soluciones y se prueban numéricamente para tres
fórmulas de erosión/transporte: el modelo de incisión de esfuerzo cortante de Howard-Kerby, el modelo de transporte de sedimentos de Bridge-Dominic y un
modelo genérico de transporte de sedimentos de esfuerzo cortante. Los resultados implican que la no linealidad resultante de los efectos de umbral puede tener
un impacto de primer orden en la topografía y los patrones de respuesta dinámica al forzamiento tectónico y climático. Esta no linealidad se vuelve significativa
cuando menos de la mitad de las inundaciones son capaces de desprender rocas o sedimentos. La morfología prevista y la escala del gradiente de elevación son
más consistentes con las observaciones y experimentos de laboratorio que las leyes convencionales de erosión lineal de pendiente o de corte lineal. Estos
resultados implican que los umbrales de desprendimiento de partículas no son detalles que puedan ignorarse convenientemente en los modelos de evolución
del paisaje a largo plazo. Copyright © 2004 John Wiley & Sons, Ltd.
INTRODUCCIÓN
Uno de los desafíos al modelar la evolución del paisaje a largo plazo radica en capturar correctamente la naturaleza estocástica
de los procesos geomórficos (por ejemplo, Willgooseet al., 1991; Kirkby, 1994; densmoreet al., 1998; Benda y Dunne, 1997a,b;
Tucker y Bras, 2000; Mölnar, 2001). La variabilidad natural en la ocurrencia de inundaciones, deslizamientos de tierra y otras
formas de transporte de sedimentos debe considerarse como una parte integral de la física detrás de cualquier ley de transporte
del 'tiempo geomórfico', y de la misma manera debe considerarse al evaluar los sistemas geomórficos actuales, como la grava.
-cauce de ríos (por ejemplo, Benda y Dunne, 1997b), y en hacer predicciones sobre impactos futuros. De hecho, sólo
cuantificando la naturaleza estocástica del transporte de sedimentos podemos esperar extrapolar la física de procesos
individuales a escalas de tiempo relevantes para la mayoría de los sistemas geomórficos.
Se han realizado algunos esfuerzos para incorporar la variabilidad del flujo estocástico en modelos de erosión del flujo
terrestre (por ejemplo, Kirkby, 1994), transporte de carga de lecho (por ejemplo, Benda y Dunne, 1997b; Molnar, 2001; Fulleret al.
, 2003), y la evolución de la cuenca de drenaje a largo plazo (Willgooseet al., 1991; Tucker y Bras, 2000). En el último caso, las
soluciones analíticas para el transporte fluvial y/o la tasa de incisión a largo plazo se obtuvieron integrando una ley de transporte
instantáneo (incisión) sobre un espectro de inundaciones (Willgooseet al., 1991) o tormentas (Tucker y Bras, 2000). Sin embargo,
una limitación importante de ambos modelos fue el descuido de los umbrales de desprendimiento de suelo o roca y arrastre de
sedimentos.
Los umbrales de erosión a menudo se pasan por alto en los estudios de tasas de erosión a largo plazo. Sin embargo, esos
umbrales introducen una fuente de no linealidad que puede tener una tremenda influencia en la sensibilidad de las tasas de
erosión a las variaciones del clima (por ejemplo, Tucker y Slingerland, 1997). dietricoet al.(1993) mostraron, por ejemplo, que el
alcance previsto de la posible erosión por flujo superficial en una pequeña cuenca dependía críticamente de la magnitud del
umbral para la penetración de la erosión en una capa de pasto resistente. Experimentos de campo (Abrahamset al., 1994;
* Correspondencia a: GE Tucker, Escuela de Geografía y Medio Ambiente, Universidad de Oxford, Mansfield Road, Oxford, OX1 3TB Reino Unido. Correo
electrónico: [email protected]
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Prosser y Slade, 1994; Prosser y Dietrich, 1995) han demostrado que umbrales de erosión-vegetación similares
desempeñan un papel importante en los ambientes de pastizales y matorrales de todo el mundo.
Por supuesto, los umbrales de erosión no se limitan a laderas con vegetación y valles sin canales, sino que son un componente
potencialmente crítico en la mecánica de la erosión de los ríos con lechos de grava y roca. En el caso de los ríos de lecho rocoso, es
razonable suponer que sólo pueden ocurrir tasas de incisión significativas durante inundaciones que sean lo suficientemente grandes
como para movilizar una capa de sedimento grueso. Por lo tanto, se puede esperar que cualquier cambio en la frecuencia de las
inundaciones capaz de exceder este umbral produzca un cambio correspondiente en las tasas de incisión promedio, aunque el flujo
medio pueda mostrar muy poca variación (por ejemplo, Knox, 1983). De manera similar, los cambios impulsados tectónicamente en el
gradiente del canal pueden alterar potencialmente la proporción de inundaciones capaces de generar un trabajo significativo. Es
fundamental comprender este comportamiento no lineal a nivel cuantitativo si queremos evaluar adecuadamente la influencia del
forzamiento tectónico y los cambios climáticos en las tasas de erosión a gran escala (por ejemplo, Molnar y England, 1990; Tucker y
Slingerland, 1997; Tucker y Bras, 2000; Molnar, 2001).
Incluso a las escalas más grandes, trabajos recientes sugieren que los umbrales de erosión fluvial pueden ejercer una influencia
sorprendente tanto en la altura como en la longevidad de las cadenas montañosas. Snyderet al.(2000) encontró que la teoría convencional
de la erosión del canal de 'poder de corriente' (que carece de un umbral) no podía explicar el contraste de relieve sorprendentemente bajo
entre dos regiones de litología y clima similares pero con tasas de elevación variables. Sin embargo, el mismo modelo puede explicar
fácilmente el contraste de relieve observado cuando se tiene en cuenta el forzamiento estocástico y se retiene el término umbral (Snyder
et al., 2003). Este resultado, aunque no necesariamente es una validación única de la teoría subyacente, implica que la no linealidad
impartida por los umbrales de erosión fluvial puede impactar significativamente el escalamiento del relieve con aportes tectónicos
(Whipple y Tucker, 1999; Tucker y Whipple, 2002). De manera similar, Baldwinet al.(2003) demostraron recientemente que un umbral de
erosión finito puede prolongar significativamente la vida útil de un orógeno en descomposición, proporcionando así una posible
respuesta al enigma de por qué aún sobreviven antiguas cadenas montañosas como las de los Apalaches y los Urales.
En este artículo, describo un método estocástico para modelar el transporte de sedimentos y las tasas de erosión a largo plazo que
(a) incorpora un umbral de erosión, y (b) captura los efectos integrados de un espectro de eventos de escorrentía. El modelo es
una extensión del de Tucker y Bras (2000) y proporciona soluciones analíticas para tasas de transporte y erosión a largo plazo sin
la necesidad de ignorar los umbrales de arrastre, que se ha demostrado que introducen un efecto no lineal que tiene
implicaciones significativas para grandes empresas. -escala de relieve y morfología. En particular, el modelo modificado implica
que la existencia de un umbral en un sistema erosivo puede tener un impacto de primer orden en la relación de escala entre la
tasa de levantamiento tectónico y el relieve de la red de drenaje, en la sensibilidad de las tasas de erosión a la variabilidad
climática y, en muchos casos, casos en la forma del terreno mismo. La teoría del umbral estocástico se puede utilizar para
investigar una variedad de diferentes tipos de problemas geomórficos, incluida la expresión topográfica de cinturones
montañosos activos (por ejemplo, Whipple y Tucker, 1999, 2002; Snyderet al., 2000; Tucker y Whipple, 2002), la persistencia a
largo plazo de la topografía en orógenos antiguos (Baldwinet al., 2003), y tasas de pérdida de suelo a largo plazo en función de
las características de frecuencia y magnitud de las precipitaciones (Boardman y Favis-Mortlock, 1999).
El modelo de lluvia por pulsos rectangulares de Poisson de Eagleson (1978) representa las tormentas como pulsos aleatorios con
intensidad, duración y espaciamiento independientes y distribuidos exponencialmente (Figura 1). Las funciones de densidad de
probabilidad para la intensidad,pag(L/ T), duración,tr(T), y el intervalo entre tormentas,tb(T), son
1 - pag-
Intensidad de lluvia F(pag) = exp-- (1)
PAG - PAG
- -
1 -
Duración de la tormenta F(tr)= exp-- tr- (2)
tr - t-r-
1 -
Período entre tormentas F(tb=) exp-- tb- (3)
tb - t-b-
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Figura 1. Ilustración esquemática del modelo de lluvia de Poisson (de Tucker y Bras (2000), según Eagleson (1978)). Derechos de autor 2000
Unión Geofísica Estadounidense, reproducido con autorización de la Unión Geofísica Estadounidense
donde los tres parámetros,PAG,tr, ytb, son la intensidad media, la duración y el período entre tormentas, respectivamente (obsérvese la
diferencia en notación con respecto a Tucker y Bras, 2000). Las pérdidas por infiltración e interceptación se parametrizan aquí en términos
de capacidad de infiltración,I(L/ T), por lo que la tasa de escorrentía de tormenta se define como
y la función de densidad de probabilidad para las tasas de escorrentía está dada por
1 - (R+I)-
F(R) = Exp- − (5)
PAG - PAG--
Al asumir una capacidad de infiltración espacialmente uniforme, el modelo obviamente deja de lado parte de la riqueza de la hidrología de
cuenca real. En efecto,Ies un parámetro concentrado dependiente de la escala que es independiente dePAG,tr, ytb. Tratar la infiltración de
esta manera puede justificarse por dos motivos: primero, que la variabilidad del suelo a escala de ladera (es decir, de corto alcance)
tenderá a promediarse dentro de una red de canales, y segundo, que incluir la variabilidad en las propiedades del suelo simplemente
tendería a suavizar la situación. la transición que de otro modo sería abrupta implicada en la Ecuación 4. La independencia implícita entreI
y las otras variables serían más aplicables a un paisaje árido o semiárido con baja humedad del suelo. En ambientes más húmedos, se
podría esperar que la secuencia de tormentas desempeñe un papel más importante en el control de las tasas de escorrentía. Es de
suponer que esto conduciría a una mayor variabilidad y posiblemente también a un aumento en la escala temporal de la variabilidad.
Una de las fórmulas más comunes para el desprendimiento de lechos rocosos resistentes o suelos cohesivos es
mi=kmi(τ−τC)a (6)
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dóndemies la tasa de desprendimiento (dimensiones de L/ T),τes el esfuerzo cortante del lecho,τCes el esfuerzo cortante umbral
por debajo del cual la tasa de desprendimiento es insignificante, ykmiyason parámetros (por ejemplo, Foster y Meyer, 1972;
Howard y Kerby, 1983; Howard, 1994). el exponenteano es arbitrario, sino que refleja la física del desprendimiento de partículas
(Whipple y Tucker, 1999; Whippleet al., 2000). Dada la gran incertidumbre con respecto a la mecánica de la incisión del canal de
lecho de roca, no hay ninguna razón convincente para favorecer la Ecuación 6 sobre la siguiente forma alternativa, que es
dimensionalmente consistente y más fácil de resolver:
mi=kmi(τa−τa C) (7)
De esta forma, elτaEl término puede interpretarse en términos de esfuerzo cortante (en cuyo casoa=1) o en términos de
potencia de flujo unitario (en cuyo casoa=3/2,τa Ces proporcional a la potencia de flujo unitario crítico requerida para el arrastre.
ment, y los términos del coeficiente que relacionan la velocidad y el esfuerzo cortante se subsumen enkmi).
Al aplicar un equilibrio de fuerzas para un flujo constante y uniforme en un canal ancho y utilizar la ecuación de resistencia al
flujo de Manning o Darcy-Weisbach para describir la fricción, el esfuerzo cortante del lecho se puede escribir en términos de
gradiente del canal, S, y descarga de agua específica,q(l2/T):
τ=ktqα(pecadoθ)b≈ktqαSb (8)
dóndeθes el gradiente del lecho del canal expresado como un ángulo (por ejemplo, Howard, 1994; Tucker y Slingerland,
1997). Si se utiliza la ecuación de Manning,α= 3/5,b= 7/10, ykt=ρgn3/5, dóndeρes la densidad del fluido,gramoes la
aceleración gravitacional, ynortees rugosidad. Si se utiliza la ecuación de Darcy-Weisbach,α= 2/3,b= 2/3, ykt= (ρg2/3F1/3)/
2, conFsiendo un parámetro de rugosidad adimensional.
Para representar el ancho del canal, el enfoque habitual es sustituir las siguientes relaciones empíricas de geometría
hidráulica:
W.b=kwqωb b (9a)
W. -q-ω s
= (9b)
W.b -bq--
dóndeqes la descarga total (=qw),W.bes un ancho de canal característico (como el ancho de banco lleno, de ahí la 'b') y qbEs una
descarga característica (normalmente por completo o media anual). Exponentesωbyωsse refieren a variaciones aguas abajo y en
una estación, respectivamente (Leopold y Maddock, 1953). Para el flujo laminar, el ancho del canal es irrelevante. Para la erosión
de surcos, se podría adoptar un enfoque alternativo basado en la geometría de los surcos, mientras que para canales aluviales
autoformados el enfoque de relación de esfuerzo cortante de Parker (1978) podría sustituirse por la Ecuación 9.
Combinando las ecuaciones 7 a 9, la tasa instantánea de desprendimiento en términos de pendiente del canal y descarga total
es
La conexión con las precipitaciones se produce a través de los dos factores de caudal. Para expresar la descarga en función de la
intensidad de la lluvia, Tucker y Bras (2000) utilizaron el enfoque simple de suponer una escorrentía estable y espacialmente
uniforme, de modo que la descarga total en un canal es igual a la entrada de lluvia sin atenuación.
Para mantener la coherencia con este enfoque, la descarga totalqbse define como una función de una tasa de escorrentía
equivalente al total del banco,Rb, tal que
qb=RbA (12)
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Las ecuaciones 11 y 12 representan la función de respuesta de cuenca más simple que uno podría usar razonablemente. Es apropiado
para cuencas relativamente pequeñas (en las que la duración de la tormenta suele ser mayor que el tiempo de concentración de la
cuenca) dominadas por escorrentía excesiva de infiltración. De hecho, se podría sustituir por una función de respuesta más realista,
aunque esto también requeriría incluir la duración del evento como una variable aleatoria adicional en la Ecuación 11.
La combinación de las ecuaciones 10 a 12 da una expresión para la tasa de socavación instantánea del lecho en función de las
variables topográficas.AyS
-
∞
mi = F(R)mi(R)dr (14)
RC
Tenga en cuenta el límite inferior de la integración.RCes una 'intensidad crítica de escorrentía' en la cual, para una pendiente, área y otros
parámetros determinados,τ=τC. Podemos encontrarRCde la Ecuación 13 estableciendomi=0 (correspondiente aτ=τC) y resolviendoR:
- 1 -
Tenga en cuenta queRCDepende del área y la pendiente: cuanto mayores son, menor debe ser un evento de escorrentía determinado para
exceder el umbral. Sustituyendo la ecuación 15 en 14:
- I-∞ - R-
mi =kk
y ak−αa
wPAG−1
R−εb A Sexp--
b
metrob norteb
- exp--
- PAGR- --PAG- (Rγ −Rγ C)dr
- C
b b (dieciséis)
dóndeεb=aα(ωb−ωs),γb=aα(1 -ωs),metrob=aα(1 -ωb), ynorteb=aβ. Por conveniencia de notación, las variables a la izquierda de la
integral se llamanC, y los dos términos dentro de la integral están etiquetadosXyY, respectivamente, de modo que la Ecuación 16
se convierte en:
mi =C(X−Y) (17)
Resolviendo paraX:
- - R-
∞
X= exp-- PAG-Rγ dr (18)
- -
b
RC
X=PAG(γ +1)Γ(γb+1,RC/PAG)
b (19)
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Resolviendo paraY:
-RC-
Y=RγbPAG
C X
episodio-- (20)
-PAG--
- (21)
Γ(γb+1)
b b
-- - - -- - -
- -
- -
=kiAmetrobSnortebΦ (22)
La tasa promedio de desprendimiento puede verse como el producto de tres factores: (i) un coeficiente de erosión que depende
de las propiedades del suelo/roca, la frecuencia y magnitud de las precipitaciones, la geometría y rugosidad del canal y la
permeabilidad del suelo; (ii) topografía (área de drenaje y pendiente); y (iii) un factor umbral Φ que varía de 0 a 1. El factor umbral
disminuye monótonamente a medida queRC/PAGcrece (Figura 2). Para valores deγben el rango 0,5–2, se reduce a cero cuando la
tasa de escorrentía crítica es varias veces mayor que la intensidad media de la lluvia. Tenga en cuenta que cuando RC=0, la
ecuación se reduce al caso de umbral cero en Tucker y Bras (2000, Ecuación 26).
Finalmente, para escribir la Ecuación 21 en términos de una tasa de erosión promedio a largo plazo, multiplicamos por la fracción de tiempo que
ocurren las tormentas.
- tr -
〈mi〉 =
- tr + t- mi =KA metrobSnortebΦ (23)
- b-
Figura 2. Factor umbral Φ en la Ecuación 22 representado como una función de la tasa de escorrentía crítica adimensionalR*C=RC/PAG,para γb=0·5, 0·75 y 1
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-t r -
dóndek=k i- - (24)
-t+rt b-
Por lo tanto, la tasa de erosión promedio a largo plazo todavía se puede expresar como una función del área y la pendiente, pero
con partes modificadoras que describen el papel de la variabilidad del flujo y un umbral de erosión (que a su vez depende deA yS,
introduciendo así un componente no lineal).
No dimensionalización
Para simplificar el análisis, las cantidades adimensionales se definen de la siguiente manera. La escorrentía, el umbral de escorrentía y la
capacidad de infiltración se normalizan mediante la intensidad media de la tormenta, mientras que el área de drenaje se normaliza mediante una
escala de longitud característica.l2(La longitud principal es una elección natural paral; Whipple y Tucker, 1999), y la duración media de la tormenta se
normaliza mediante el intervalo de recurrencia medio:
R*=R/PAG (25)
R*C=RC/PAG (26)
A*=A/l2 (27)
-t r -
t=*r --tr+t - (28)
b-
I
I*= (29)
PAG
Usando estas cantidades adimensionales, es posible expresar la tensión cortante como el producto de las tres variables
adimensionales.R*,A*ySmultiplicado por un parámetro agrupado que incluye todos los parámetros restantes. Sustituyendo las
ecuaciones 25 a 27, 9, 11 y 12 en la ecuación 8, el esfuerzo cortante se puede escribir
τr≡ktkw−αPAGδbsRlδ−ε2b (31)
tiene dimensiones de fuerza por unidad de área y se utiliza como esfuerzo cortante de referencia. Es igual al esfuerzo cortante
producido cuandoR=PAG,A=l2, yS=1. UsandoτrComo factor de escala, el esfuerzo cortante adimensional y el esfuerzo cortante
crítico se definen como
τ*≡τ/τr,τ*C≡τC/τr (32)
Al sustituir estas variables adimensionales (Ecuaciones 25 a 32) en la Ecuación 23 se obtiene una forma adimensional de la ecuación de
capacidad de desprendimiento:
La forma adimensional resalta las relaciones entre parámetros y las sensibilidades relativas entre ellos. Se utiliza a continuación
para analizar las implicaciones de un umbral de erosión para la dinámica de la cuenca de drenaje.
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Se han desarrollado numerosas fórmulas para modelar la carga en el fondo, la carga suspendida y el transporte de carga total (por
ejemplo, Yang, 1996; Prosser y Rustomji, 2000). Estas fórmulas suelen diferir en su aplicabilidad en términos de rangos de tamaño de
grano y etapas de transporte. En lugar de intentar un tratamiento integral de todos ellos, me centraré en dos ejemplos. La primera es una
forma modificada de la ecuación de carga de fondo de Bagnold (Bridge y Dominic, 1984; Slingerland et al., 1994), y su uso aquí está
motivado por tres consideraciones. En primer lugar, el uso de una fórmula de carga de fondo en lugar de carga total está motivado por la
expectativa de que la fracción gruesa de carga de fondo, aunque típicamente sólo una pequeña proporción volumétrica de la carga total,
tenderá a controlar el gradiente de la corriente debido a su mayor umbral de arrastre (por ejemplo, Howard , 1980). En segundo lugar, la
forma Bridge-Dominic de la fórmula de Bagnold utiliza una forma polinómica simple a partir de la cual se puede obtener directamente
una solución analítica. En tercer lugar, en un estudio comparativo realizado por Gómez y Church (1989), el enfoque relacionado (original)
de potencia de corriente de Bagnold funcionó mejor que otros enfoques como predictor de las tasas de transporte de carga de fondo
dada la información hidráulica limitada.
La segunda fórmula de transporte considerada aquí es una fórmula genérica basada en el exceso de esfuerzo
cortante. Se elige por su generalidad. Al examinar ambos tipos de fórmulas, resulta más fácil juzgar qué aspectos del
análisis son específicos de fórmulas individuales y cuáles son resultados generales y sólidos.
Para sedimentos de un tamaño y densidad determinados (uniformes), la tasa de transporte de carga de fondo volumétrica específica [L2t−1] es
dóndeUd.*es la velocidad de corte (=τ/ρ)ykbdes un coeficiente de transporte con un valor determinado experimentalmente dekbd
≈10/[(σ−ρ)gρ1/2], dóndeσes la densidad de partículas de sedimento (Slingerlandet al., 1994). Tenga en cuenta que la Ecuación 34
predice el mismo escalamiento con esfuerzo cortante (qs~τ15) como en la conocida fórmula de Meyer-Peter y Müller (1948).
Escribiendo el esfuerzo cortante en términos de pendiente, descarga y ancho (es decir, combinando las Ecuaciones 8, 9, 11 y 12 y
sustituyéndolas en la Ecuación 34), aplicando la no dimensionalización discutida anteriormente e integrando todo el espectro de eventos
de tormenta, Podemos escribir la capacidad de transporte promedio a largo plazo en forma adimensional como
-3 - -3 -
- γb+ω - - b-
〈q*s〉 =A*
-2 b-
S-2 -[Γ(γ1+ 1,R*C) (35)
〈q
s 〉
〈q*s〉 ≡
ρ−1/2k τ3/rexp(- (36)
bdW.r
2
I*)t*r
-3 1 -
γi≡ - α(1 -ωs) +ωs,α(1 -ωs) +ωs, α(1 -ωs) +ωs,ωs-, parai=1, 2, 3, 4 (38)
-2 2 -
Tenga en cuenta las variables de área y pendiente en la Ecuación 35; estos también aparecen dentroR*C. Los cuatro términos entre
corchetes en la Ecuación 35 reflejan la forma polinómica de la fórmula de transporte Bridge-Dominic. Como ocurre con el promedio
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expresión de la tasa de desprendimiento, la ecuación de la tasa de transporte promedio predice una rápida disminución en la tasa de
transporte media como umbral (representado aquí porR*C) crece en un sentido relativo.
La fórmula de transporte Bridge-Dominic es sólo una de las muchas que se han utilizado en estudios de evolución de cuencas de
drenaje a largo plazo. En muchos casos, la fórmula más simple del esfuerzo cortante
qs=semanaF(τ−τC)pag (39)
se ha utilizado (por ejemplo, Densmoreet al., 1998; Tucker y Bras, 1998). Para la fórmula de Meyer-Peter y Müller (1948),pag=3/2;
Para corrientes de lecho de arena de alta descarga, Howard (1994) señala que muchas fórmulas de carga total dan pagdel orden
de 3. La forma de la Ecuación 39 hace que las soluciones analíticas estocásticas sean intratables parapag≠1. Sin embargo, se
puede obtener una solución analítica cuando se aproxima la Ecuación 39 usando la forma alternativa
qs=semanaF(τpag−τpag C) (40)
Claramente, existen diferencias entre las ecuaciones 39 y 40, particularmente cuandoτestá cercaτC.Sin embargo, se puede decir que estas
diferencias son mucho menos significativas que las diferencias entre fórmulas alternativas de transporte de sedimentos para las cuales
existe un grado similar de apoyo empírico. En otras palabras, la incertidumbre con respecto a las relaciones de transporte de sedimentos
es mayor que la posible inexactitud introducida al usar la Ecuación 40 en lugar de la 39. Además, como se muestra a continuación, las
conclusiones extraídas en este estudio son bastante sólidas con respecto a la forma de fórmula de transporte empleada.
Utilizando el mismo enfoque que se aplicó a la ley de separación y a la ley de transporte Bridge-Dominic, la ecuación
40 tiene la siguiente solución para la tarifa de transporte promedio a largo plazo:
〈q
* s〉 =A*pδsSpβ[Γ(pδ+
s ω+1,
s R*C) − Rpδ
*CΓ(ωs+1,R*C)]
s
(41)
dónde
〈qs〉
〈q*s〉 ≡ (42)
kFWτRR exp(-I*)t*r
pag
La similitud con la fórmula de Bridge-Dominic se puede apreciar comparando las ecuaciones 41 y 35. Al igual que con la expresión de la tasa de
desprendimiento, las ecuaciones de transporte promedio a largo plazo proporcionan un medio para modelar las tasas promedio de transporte de
sedimentos durante largos períodos de tiempo manteniendo al mismo tiempo tanto la umbral y factores que describen la variabilidad inherente de
las precipitaciones y las inundaciones.
SOLUCIONES NUMÉRICAS
Para explorar las implicaciones para la forma topográfica, las tres leyes de erosión/transporte se resuelven numéricamente
utilizando el modelo de evolución del paisaje CHILD. Tucker analiza en detalle el modelo numérico.et al. (2001a,b) y aquí se
revisarán sólo brevemente. El dominio del modelo consta de una matriz triangulada de nodos que representan una superficie
topográfica. El área de superficie asociada a cada nodo.i¿Es la región que se encuentra más cerca de ese nodo que de cualquier
otro? esta es la celda de Voronoi sobre el nodoi(Figura 3). El desprendimiento y el transporte de sedimentos son impulsados por
una serie de tormentas generadas al azar a partir de las distribuciones de probabilidad (1–3) (Figura 1).
Las ejecuciones del modelo se resumen en la Tabla I, y los valores de los parámetros predeterminados se enumeran en la Tabla II. El
dominio de cada simulación consiste en una malla cuadrada que contiene 2601 nodos, con un límite abierto de elevación fija a lo largo del
borde inferior (ver Figura 8). Se realizaron doce cálculos del modelo con elevación constante y espacialmente uniforme (en relación con el
límite inferior fijo) hasta que la elevación media alcanzó un estado casi estable. En cada una de estas carreras, alrededor de 3×105Se
tomaron muestras de tormentas aleatorias durante la duración del experimento. Se calcularon cuatro corridas adicionales utilizando una
meseta delimitada por escarpes como condición inicial y sin elevación.
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Figura 3. Ilustración de solución numérica a las ecuaciones de erosión y transporte en CHILD. (Izquierda) Relación entre nodos, triángulos y celdas de Voronoi, que muestra el
método de enrutamiento de flujo de mayor descenso. (Derecha) Ilustración esquemática del esquema de solución basado en la continuidad de la masa.
dentro de una celda Voronoi.qk PecadoSe refiere al flujo instantáneo de sedimentos desde elkº vecino aguas arriba, ynortees el número total de aguas arriba
vecinos. En cada simulación numérica, una de las dos ecuaciones se resuelve mediante un método de Monte Carlo en el que se genera una secuencia de tormentas aleatorias a
partir de distribuciones de probabilidad exponenciales. Durante cada evento, una de las dos ecuaciones de continuidad que se muestran en la figura
se resuelve para cada nodo utilizando un método explícito de diferencia directa con pasos de tiempo variables
Parámetro Valor
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SENSIBILIDAD DE LA CUENCA DE DRENAJE 195
IMPLICACIONES PARA LA TOPOGRAFÍA DEL EQUILIBRIO
La topografía de equilibrio se define como una topografía en la que la tasa de denudación es igual a la tasa de descenso del nivel
de base en una ubicación límite determinada (por ejemplo, una costa fija o una falla activa), de modo que la altura en cualquier
punto es constante en el tiempo. El grado en que existe una topografía de equilibrio en la naturaleza es incierto (por ejemplo,
Whipple, 2001; Hasbargen y Paola, 2002; Willett y Brandon, 2002). No obstante, el estado de equilibrio constituye un punto de
partida conveniente para el análisis comparativo, y es un caso especial del caso más general (y probablemente más común) de
tasas de erosión y producción de sedimentos aproximadamente espacialmente uniformes en una cuenca.
El gradiente de equilibrio de un arroyo de montaña puede controlarse mediante (a) su capacidad para desprender el lecho de roca (por
ejemplo, Howard, 1994), (b) su capacidad para transportar sedimentos (por ejemplo, Howard, 1980; Molnar, 2001), o (c) una combinación
de ambos, en el sentido de que la abrasión de las rocas requiere una cierta capacidad de transporte de sedimentos para proporcionar
herramientas abrasivas (Sklar y Dietrich, 2001; Whipple y Tucker, 2002). En la actualidad, carecemos de evidencia convincente para
distinguir entre estas posibilidades en la mayoría de los ríos de montaña, por lo que es prudente considerar las tres como hipótesis de
trabajo y explorar si existen diferencias de diagnóstico entre estos diferentes modelos.
Una medida sensible de la topografía de la cuenca de drenaje es la relación pendiente-área (Willgooseet al., 1991; Howard,
1994; Tucker y Bras, 1998; Tucker y Whipple, 2002), que describe la concavidad de los perfiles longitudinales de las corrientes y
está estrechamente vinculado a la morfología tridimensional. Modelos como la Ecuación 6, en ausencia de efectos de umbral,
predicen una relación pendiente-área de ley potencial en condiciones de clima, litología y tasa de erosión uniformes. El hecho de
que los datos de pendiente-área a menudo muestren una tendencia razonablemente lineal en el espacio log-log se suele tomar
como evidencia que respalda tales modelos. La relación pendiente-área prevista permanece inalterada por los efectos de umbral
para la forma estocástica del modelo de desapego simple (Ecuación 23). En general, Φ (Ecuación 23) es una función de la
pendiente y el área de drenaje, lo que implica que la tasa de desprendimiento no puede modelarse como una simple función de
potencia de estas dos variables. Sin embargo, en el caso especial de una tasa de erosión espacialmente uniforme,RC
se vuelve independiente deSyA. Para probar esto, se puede postular la existencia de una relación de equilibrio de la formaS=
California−metro /norte , dóndeCes independiente del área y la pendiente. Cuando esto se sustituye enRC(Ecuación 15), las variables
b b
pendiente y área se cancelan, demostrando así la existencia de una solución para la cual lo anterior es cierto. Esto significa que la
existencia de un umbral de erosión no altera la relación pendiente-área prevista en condiciones uniformes.ky tasa de erosión.
Este resultado se confirma mediante soluciones numéricas (Figura 4). Sin embargo, tenga en cuenta que la escala pendiente-área
se desviará del caso de umbral cero cuando la tasa de erosión (o tasa de levantamiento) varía sistemáticamente en el espacio.
Figura 4. Pendiente versus área de drenaje para tres tramos usando la fórmula de desprendimiento de tensión cortante, conτ*C=0, 0·1 y 0·2. Cada punto
representa un nodo (la regresión de mínimos cuadrados produce una pendiente de −0,50 para cada ejecución)
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Figura 5. Pendiente versus área de drenaje para tres tramos de transporte limitado utilizando la fórmula genérica de capacidad de transporte de esfuerzo
cortante, conpag=3/ 2 yτ*C=0, 0·001, 0·01 y 0·1. (Las pendientes de tendencia obtenidas a partir de la regresión de mínimos cuadrados son, en orden crecienteτ*C,
0·00, −0·10, −0·36 y −0·45, respectivamente). Valores denorteCALLEcerca de la salida (área de drenaje 3×107metro2) son, en orden crecienteτ*C,0, 0·028, 0·88 y 28,
respectivamente
Para los modelos de transporte limitado, los efectos de umbral aumentan sustancialmente la concavidad predicha, acercándola mucho
más a los valores generalmente observados. Considere el caso de una cuenca de drenaje en equilibrio en la que la capacidad de
transporte (Ecuación 35 o 41) es exactamente igual al suministro de sedimentos en cada punto de una red de drenaje. Cuando los
umbrales de arrastre son insignificantes, Howard (1994) demostró que los perfiles de corriente resultantes tienden a tener concavidades
relativamente bajas y por lo tanto tienden a producir un terreno bastante suave (Tucker y Whipple, 2002). Sin embargo, para los ríos con
lecho de grava que son típicos de las regiones montañosas, sabemos que los umbrales de arrastre no son pequeños. Por ejemplo, en
arroyos con lecho de grava con lechos y bancos móviles, la teoría y las observaciones indican que el esfuerzo cortante promedio de la
sección transversal en banco lleno es a menudo una fracción relativamente constante (1,2–1,4) del esfuerzo cortante umbral para la
sección- tamaño de grano medio promedio (Parker, 1978; Paola y Seal, 1995; Talling, 2000).
Las ecuaciones 35 y 41 no arrojan soluciones analíticas obvias para el gradiente de equilibrio cuandoτ*C>0. Sin embargo, las
simulaciones numéricas (Figuras 5 y 6) muestran que la escala pendiente-área se ve significativamente alterada por un umbral finito. En
ambos ejemplos, la capacidad de transporte aumenta como la potencia 3/2 del esfuerzo cortante del lecho (de manera equivalente,
aumenta linealmente con la potencia unitaria de la corriente), en cuyo caso la solución de equilibrio de umbral cero proporciona
gradientes de corriente espacialmente uniformes. Sin embargo, si hay un umbral de arrastre apreciable, los canales se vuelven cóncavos
(acercándoseS~A−0·5). Esto se debe a que el gradiente mínimo requerido para exceder el esfuerzo cortante para el arrastre se vuelve
menor al aumentar la descarga (y por lo tanto con el área de drenaje).
Se puede obtener más información sobre el escalamiento pendiente-área a partir de una solución analítica a la forma de
descarga constante (es decir, no estocástica) de la Ecuación 40 (la fórmula genérica de exceso de corte; Tucker y Bras, 1998,
Ecuación 24). El equilibrio ocurre cuando la afluencia de sedimentos del lecho debido al descenso del nivel base (aquí se supone
uniforme en el espacio) es igual a la tasa de transporte en cualquier punto dado de la red de drenaje, es decir,qs=φAU, dóndeφ
representa la fracción de material erosionado que se incorpora a la carga de sedimentos del lecho en lugar de la carga de lavado
o disuelta. Reescrito para incluir la variación del ancho de canal en una estación (Ecuación 9b), resulta que contiene dos términos
adimensionales (corchetes) que describen, respectivamente, capacidad y competencia:
Capacidad Competencia
(transporte limitado) (suministro limitado)
1
1 - φl2Ud. -
S=
norte
--kFW.τRRpag
R* ζ
ωs
--
b s
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Figura 6. Pendiente versus área de drenaje para tres tramos de transporte limitado utilizando la fórmula de transporte de carga de lecho modificada de Bagnold, conτ*C=0,
0·001, 0·01 y 0·1. (Las pendientes de tendencia obtenidas a partir de la regresión de mínimos cuadrados son, en orden crecienteτ*C, 0·00, −0·16, −0·33 y −0·43,
respectivamente). Valores denorteCALLEcerca de la salida (área de drenaje 3×107metro2) son, en orden crecienteτ*C, 0, 0·035, 1·1 y 35, respectivamente
(calculo denorteCALLEde la Ecuación 44 usandokbden lugar dekF)
dóndeζrepresentat*rexp(-I*). En este caso,R*debe interpretarse como una tasa de escorrentía característica que se aproxima al
espectro completo de eventos. El segundo término adimensional del lado derecho representa la contribución umbral. Cuando es
grande, la velocidad de transporte está limitada por la competencia y la concavidad tiende a ser grande (para casos típicos).α,b, y
pag), y por el contrario. Una forma útil de representar el grado relativo de oferta (competencia) versus limitación de capacidad es
tomando la relación entre el segundo término y el primero para formar un número adimensional de "oferta-transporte":
kFWτpagCζ
norte= (44)
φAU
CALLE
Tenga en cuenta que tanto el numerador como el denominador tienen dimensiones de flujo volumétrico. En las Figuras 5 y 6, la transición
de concavidad baja a alta ocurre cuandonorteCALLEestá cerca de la unidad. El número de suministro-transporte puede, en principio,
aplicarse de forma sencilla a los datos fluviales. Una de las variables más difíciles de estimar esφ. Esta variable depende en parte de la
composición del tamaño de grano del flujo de sedimentos desde las laderas, y presumiblemente sería mayor donde los deslizamientos de
tierra son un mecanismo de transporte dominante y donde el lecho de roca está sólo débilmente fracturado. Se podría estimarφutilizando
una distribución de frecuencia típica para tamaños de partículas resultantes de fenómenos de fragmentación (por ejemplo, una
distribución de Rosin) con un límite superior basado en un criterio hidráulico para la suspensión de partículas. Predecir los parámetros de
dicha distribución sobre la base de la mecánica del proceso y la roca madre es un tema importante para futuras investigaciones.
El análisis anterior de pendiente-área implica una relación fuertemente no lineal entre la tasa de elevación y el gradiente
de equilibrio de la corriente paraτ*C. Esto es bastante importante porque tiene implicaciones claras para la cuestión de
qué tan empinada debe crecer una cadena montañosa para alcanzar el equilibrio erosivo (Whipple y Tucker, 1999; Tucker
y Whipple, 2002; Willettet al., 2002). La Figura 7 ilustra la relación entre el gradiente requerido (de equilibrio) y la tasa de
incisión (Ecuación 33) o la tasa de transporte (Ecuaciones 35 y 41). Las curvas muestran el impacto de umbrales cada vez
más grandes. Cada curva consta de dos partes: una parte no lineal muy curvada en la que el esfuerzo cortante
adimensional medio está relativamente cerca del valor umbral y, en gradientes más altos, una tendencia lineal.
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en el cualτ*/τ*C>>1 (la tendencia lineal para las leyes de desapego y transporte genérico refleja la elección de parámetros;
consulte el título de la Figura 7). Las relaciones en la Figura 7 representan una desviación significativa de la escala (lineal, en
estos ejemplos) que existiría bajoτ*C=0. Son consistentes con experimentos tanto de laboratorio como de campo, como se analiza
a continuación.
Los patrones del perfil del río y la relajación de la cuenca de drenaje después de un episodio de rápido descenso del nivel de base
pueden proporcionar información sobre la dinámica involucrada (Rosenbloom y Anderson, 1994; Weissel y Seidl, 1998; Whipple y
Tucker, 1999; Tucker y Whipple, 2002). Para explorar las implicaciones de la teoría anterior para la relajación del paisaje, se
realizaron una serie de simulaciones en las que la condición inicial consistía en unaC. Meseta de 1.000 m de altura con una
pendiente de 0,001 hacia el borde del escarpe, limitada en un extremo por un escarpe (un desnivel de 1.000 m en una distancia
de unos 200 m a lo largo de un límite). Se realizaron experimentos para cada uno de los tres modelos discutidos anteriormente, y
para valores deτ*Cde 0 y 0·1. La Figura 8 compara la topografía resultante para dos de estos modelos y paraτ*C=0 y 0·1 (los
resultados para el modelo genérico de transporte de carga de fondo son similares a los del modelo Bagnold modificado y no se
muestran). La figura muestra la topografía en el punto en el que se ha eliminado el 40 por ciento de la masa inicial.
Sin un umbral, el modelo limitado por desprendimiento predice una recesión ondulatoria de una serie de valles (Figura 8A). La tasa de
retroceso de cada cabecera de valle depende del área de drenaje en la cabecera de valle. Los perfiles longitudinales tienen una forma
sigmoidea, con una transición abrupta aguas abajo desde un tramo empinado que retrocede activamente hasta un perfil esencialmente
plano (Figuras 8A y 9A). (Nótese que la porción plana es simplemente un artefacto de la suposición de que el sedimento es esencialmente
infinitamente transportable; en realidad uno esperaría que se mantuviera un gradiente mínimo para transportar el sedimento entrante;
cf. Howard, 1994; Tucker y Slingerland, 1994. ) Esta morfología refleja el hecho de que la ley de erosión utilizada es una ecuación de onda
cinemática lineal (tenga en cuenta quenorteb=1 aquí), de modo que las pendientes pronunciadas del arroyo en la cara del escarpe inicial
se conserven a medida que las cabeceras del desfiladero retroceden. Sin embargo, cuando existe un umbral finito, los perfiles de los
arroyos debajo de las cabeceras del desfiladero se vuelven suaves y cóncavos hacia arriba (Figuras 8B y 9B). Esta forma refleja la rápida
disminución de la capacidad de erosión al disminuir el gradiente.
Las Figuras 8C y 9C muestran la topografía predicha por un modelo de transporte limitado paraτ*C=0. El terreno es muy liso y los
perfiles son convexos hacia arriba. Esto refleja tanto la condición inicial (también cóncava hacia arriba) como el fuerte componente
difusivo en la Ecuación 41, que es particularmente significativo cuandoR*Ces pequeño. Sin embargo, cuando se requiere un umbral para
movilizar los sedimentos del lecho, el terreno del modelo se vuelve mucho más accidentado (Figura 8D). Los perfiles de las corrientes son
nuevamente cóncavos hacia arriba (Figura 9). La explicación física es que la capacidad de transporte crece rápidamente (es decir, más que
linealmente) con el área de captación cuando está presente un umbral. En igualdad de condiciones, cuanto mayor sea la cuenca, mayor
será la fracción de escorrentías que pueden movilizar sedimentos. Una cuenca más grande proporciona más sedimento que debe ser
transportado, pero esto se compensa con creces por la mayor frecuencia y magnitud de las descargas que exceden el umbral que una
cuenca más grande puede producir.
DISCUSIÓN
La teoría desarrollada en este artículo predice que los efectos duales de competencia y capacidad introducen una forma de no
linealidad que influye en el comportamiento morfológico a gran escala. Estos efectos no lineales son más pronunciados cuando
menos de la mitad de todos los eventos son capaces de arrastrar material del lecho. Esto se ilustra con el ejemplo de la Figura 10,
que muestra las curvas de gradiente-erosión (sólidas) predichas por el modelo de desprendimiento (bajonorteb=1). Las curvas
discontinuas son contornos que muestran la proporción de inundaciones que son efectivas (es decir, cruce de umbral). La
intersección de las curvas continuas con las curvas discontinuas representa el punto en el que, para una pendiente determinada
yτ*C, una cierta proporción de eventos excedeτ*C. Por ejemplo, la intersección de la curva de gradiente-erosión inferior (que
representaτ*C=0·1) con la línea discontinua marcada 50 por ciento indica que en esta combinación de pendiente yτ*C, sólo la
mitad de todos los eventos superan el umbral de erosión. El área debajo de esta línea discontinua representa la región en la que
menos de la mitad de todas las inundaciones son capaces de causar erosión. Esta región coincide con la porción más curvada de
la relación gradiente-erosión: en otras palabras, cuanto menor es la proporción de eventos efectivos, más no lineal es la relación
entre gradiente y erosión.
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Figura 7. Gradiente del canal de equilibrio en función de la tasa de incisión o la tasa de transporte, para el área de drenaje unitaria. (a) Modelo de desprendimiento de exceso de corte cona=3/2. (b) Transporte Bagnold modificado
modelo. (c) Modelo genérico de transporte por exceso de cizalla conpag=3/2
Figura 9. Perfiles de corriente longitudinales representativos de las cuatro simulaciones que se muestran en la Figura 8. El eje X es la distancia a lo largo del canal.
Figura 10. Tasas de incisión adimensionales previstas (curvas sólidas) y fracción de eventos efectivos (R*>R*C; curvas discontinuas) paraτ*C=0, 0·025, 0·05, 0·075 y
0·1. La región del gráfico debajo de la curva del 50 por ciento representa el régimen en el que menos del 50 por ciento de los eventos contribuyen
a la erosión, y de manera similar para las curvas del 70 por ciento y del 90 por ciento
La Figura 10 ilustra que cuando la fracción de eventos efectivos es pequeña, un cambio relativo dado en el gradiente tendrá
un impacto proporcionalmente mayor en las tasas promedio de transporte y/o erosión a largo plazo porque tanto la
competencia como la capacidad se verán afectadas. Por ejemplo, si la inclinación tectónica duplicara el gradiente de dos
corrientes de grava con diferentes tamaños medios de material de lecho, se esperaría que la corriente con el lecho más grueso
mostrara un cambio relativo mayor en la tasa promedio de transporte de carga de fondo. Debería existir una diferencia similar
en sensibilidad con respecto a los cambios en la frecuencia y magnitud de la descarga (Tucker y Bras, 2000). Esta visión simple,
por supuesto, ignora cualquier ajuste potencial en la geometría hidráulica o la textura del lecho de sedimentos; Se podría
esperar que tales ajustes desempeñen un papel adicional, y ese papel aún está por dilucidar. No obstante, se puede esperar que
el contraste previsto en la sensibilidad entre los sistemas de umbral alto y de umbral bajo tenga un impacto importante en las
respuestas de los sistemas fluviales al forzamiento tanto tectónico como climático.
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Hay varias líneas de evidencia indirectas que sugieren que estos efectos de umbral previstos son un aspecto importante de muchos sistemas
fluviales naturales. Primero, en arroyos dominados por la carga del lecho, el esfuerzo cortante de banco lleno típicamente está cerca del umbral de
arrastre para el sedimento del lecho (Parker, 1978; Dade y Friend, 1998). En el caso de tales corrientes, el transporte significativo se producirá quizás
en una sola inundación por año en promedio. Según los datos de Hawk (1992) para los Estados Unidos continentales, las frecuencias típicas de las
tormentas (y, por lo tanto, presumiblemente, las descargas máximas) varían desde unas pocas decenas de eventos por año en regiones áridas hasta
unos pocos cientos en ambientes húmedos. Por lo tanto, las inundaciones cercanas o superiores al nivel del río representan sólo una pequeña
fracción (ciertamente muy por debajo del 50 por ciento) de todas las tormentas y, presumiblemente, de los picos del hidrograma. Por lo tanto, las
corrientes dominadas por la carga de fondo normalmente deberían estar dentro del rango no lineal de la Figura 10, en igualdad de condiciones. Sin
embargo, esta conclusión puede no aplicarse a canales ilimitados con bancos móviles y flexibles. En tales sistemas, los ajustes en la geometría del
canal pueden potencialmente compensar los efectos no lineales de los cambios en el gradiente o la frecuencia de las inundaciones (Parker, 1978).
Este caso puede ser atípico en canales de montaña empinados.
Una segunda línea de argumento sobre la importancia de los umbrales de erosión proviene de evidencia experimental y empírica.
Lagueet al.(2003) desarrollaron una simulación de laboratorio de la formación de una cuenca de drenaje en un bloque de sedimento
cohesivo que se eleva activamente. Sus resultados mostraron una relación umbral-lineal entre el gradiente y la tasa de elevación (es decir,
una relación lineal con una intersección positiva). Esto es consistente con una ley de erosión que tiene un gradiente lineal por encima de
un cierto umbral para el desprendimiento de partículas.
Los datos topográficos de dos regiones de elevación conocida, el área de triple unión de Mendocino (Snyderet al., 2000, 2003)
y las colinas de Siwalik (Lague y Davy, 2003), aportan más pruebas. Ambos conjuntos de datos son consistentes con una ley de
erosión lineal umbral en el sentido de que la regresión lineal del gradiente del valle contra la tasa de elevación es
estadísticamente significativa y produce una intersección positiva grande (Lague y Davy, 2003). Otra línea de evidencia proviene
de un análisis de los perfiles de los arroyos a lo largo de la escarpa del este de Australia realizado por Weissel y Seidl (1998), que
mostró formas de perfil cóncavo hacia arriba con una clara ruptura de pendiente en la meseta. Estas formas son consistentes
con cualquiera de los modelos de umbral (y también con una ley de potencia de corriente no lineal; Weissel y Seidl, 1998; Tucker
y Whipple, 2002), pero inconsistentes con sus equivalentes (lineales) sin umbral (Figura 9). ). En cada uno de estos casos de
campo, la no linealidad inducida por el umbral no es la única explicación que podría explicar los datos. Sin embargo, el hecho de
que se pueda esperar tal no linealidad simplemente a partir de consideraciones de la mecánica básica del transporte de
sedimentos sugiere que es al menos un probable culpable.
Las diferencias entre la teoría de erosión-transporte puramente lineal (es decir, lineal en gradiente; Figuras 8A,C y 9A,C) y la teoría de
umbral lineal (Figuras 8B,D y 9B,D) son bastante sorprendentes. El comportamiento no lineal que surge de un umbral de desprendimiento
también afecta la escala de tiempo de la respuesta del paisaje a las perturbaciones. Por ejemplo, Baldwin et al.(2003) demostró que una
rápida disminución de la tasa de erosión con un gradiente decreciente implica que la topografía puede sobrevivir mucho más tiempo de lo
que implica la teoría de la erosión convencional (como la famosa ley de la "potencia de la corriente"). En otras palabras, una ley de erosión
lineal de umbral proporciona una explicación plausible para la topografía de larga duración en orógenos antiguos como los Urales y los
Apalaches.
La fuerte no linealidad introducida por los umbrales de separación tiene implicaciones importantes para las respuestas de las
cuencas de drenaje al cambio climático. Se ha planteado la hipótesis de que la aceleración mundial de las tasas de erosión
durante los últimos 2 a 4 millones de años es un resultado directo del deterioro del clima del Cenozoico tardío (Molnar y England,
1990; Zhang et al., 2001). A primera vista, esto parece paradójico porque el enfriamiento global presumiblemente habría estado
acompañado de una reducción en la intensidad del ciclo hidrológico. Incluso si este no fuera el caso, hay claramente algunas
regiones del mundo, como África oriental, que (por diversas razones) han sufrido una aridificación regional a finales del
Cenozoico. Se han sugerido dos soluciones relacionadas a la paradoja. La primera es que el aumento de la variabilidad climática
a largo plazo (por ejemplo, a escala glacial-interglacial) durante el Cenozoico tardío condujo a una denudación acelerada debido
a las no linealidades en la respuesta geomórfica (Zhanget al., 2001). Esta hipótesis está respaldada por modelos numéricos de
evolución del paisaje (Tucker y Slingerland, 1997). La segunda explicación, relacionada, se basa en la hipótesis de que, debido a
efectos no lineales, un régimen de precipitaciones a corto plazo más variable puede generar mayores tasas de transporte fluvial
y erosión, en igualdad de condiciones (Leopold, 1951; Tucker y Bras, 2000; Mölnar, 2001). Debido a que los climas más áridos
suelen estar asociados con una mayor variabilidad de las descargas a corto plazo, la sequía climática podría, paradójicamente,
conducir a mayores tasas de transporte fluvial (Molnar, 2001). Las estadísticas de precipitaciones basadas en el modelo de
Poisson, al igual que las estadísticas de descarga de corrientes basadas en la ley potencial citadas por Molnar (2001), muestran
una mayor variabilidad en climas más áridos. Por ejemplo, los datos compilados por Hawk (1992) sobre precipitaciones
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SENSIBILIDAD DE LA CUENCA DE DRENAJE 203
Figura 11. Relación entre la variabilidad de la precipitación y la precipitación media anual, derivada de datos de precipitación por hora para 75 estaciones en los
Estados Unidos. El factor de variabilidad se define como la intensidad media mensual máxima de las tormentas (es decir, la intensidad media de las tormentas
para el mes con mayor intensidad media) dividida por la precipitación media anual. Hawk (1992) obtuvo las intensidades de lluvia medias mensuales a partir de
datos de precipitación por hora. La mayor intensidad mensual es de Phoenix, Arizona; la mayor precipitación media anual
es de Astoria, Oregón
estaciones en los Estados Unidos muestran que la mayor variabilidad de las precipitaciones, definida como la relación entre la intensidad
media mensual máxima de las precipitaciones y la precipitación media anual (una medida de variabilidad similar a la utilizada por Tucker y
Bras (2000)), se produce en zonas áridas y semi-áridas. climas áridos (Figura 11). Por lo tanto, aunque el enfoque utilizado en el presente
estudio difiere del de Molnar (2001) en el uso de un modelo de lluvia de Poisson en lugar de una distribución de ley potencial de las
descargas de los arroyos, las implicaciones son las mismas.
Aunque existe cierta evidencia que respalda la teoría del umbral estocástico desarrollada en este artículo, sigue siendo necesario
realizar pruebas más directas y ampliar el modelo para incorporar factores como tamaños de grano variables, efectos del suministro de
sedimentos y ajustes dinámicos en geometría del canal. Las pruebas directas son difíciles porque no podemos llevar a cabo experimentos
a gran escala. Sin embargo, las diferencias morfológicas predichas entre los diferentes modelos considerados aquí (Figuras 8, 9) son lo
suficientemente distintivas como para que, en principio, sea posible discriminar entre ellos dados los "experimentos naturales" correctos.
El caso ideal sería el de una red de canales que corta una superficie de bajo relieve en respuesta a un episodio rápido pero de corta
duración de descenso del nivel de base. Los ejemplos podrían incluir terrazas marinas elevadas o incisiones rápidas de arroyos en
terrenos de bajo relieve durante el último máximo glacial. Si la teoría del umbral lineal es aplicable, entonces las redes de canales en
material resistente al desprendimiento y/o redes dominadas por cargas de fondo deberían mostrar perfiles cóncavos hacia arriba con una
ruptura pronunciada en la meseta. Las redes de canales dominados por cargas suspendidas desarrolladas sobre sedimentos que se
desprenden fácilmente podrían mostrar perfiles longitudinales más parecidos a los de la Figura 9C.
CONCLUSIONES
Los modelos de denudación del paisaje a largo plazo deben resumir los efectos promedio de un espectro de fuerzas impulsoras
esencialmente aleatorias. Esto es cierto ya sea que el problema objetivo sean las tasas de pérdida de suelo promedio por década en
tierras agrícolas o las tasas de incisión promedio en un sistema fluvial de montaña durante millones de años. La modelación probabilística
de la ocurrencia de tormentas e inundaciones proporciona una forma natural de incorporar dicha variabilidad. La teoría ampliada descrita
en este artículo permite calcular el efecto integrado de un espectro de tormentas en presencia de un umbral de erosión.
La aplicación de la teoría del umbral estocástico a dos modelos de transporte de carga de fondo (Bagnold modificado y un modelo genérico de
exceso de corte) y un modelo de desprendimiento (exceso de esfuerzo cortante) implica que los efectos del umbral pueden inducir un
comportamiento fuertemente no lineal cuando el umbral es lo suficientemente grande como para que menos Más de la mitad de las inundaciones
son capaces de arrastrar o desprender sedimentos. Estos efectos no lineales pueden tener un impacto significativo en
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morfología y sobre la sensibilidad del paisaje al forzamiento tectónico y climático. La teoría del transporte de carga de fondo predice que
los perfiles de las corrientes de equilibrio serán rectos o tendrán una concavidad baja cuando un número adimensional de oferta-
transporte esté por debajo de la unidad (lo que representa un comportamiento de capacidad limitada), y serán más fuertemente cóncavos
hacia arriba cuando este número esté por encima de la unidad (lo que representa una capacidad limitada). -comportamiento limitado).
Esta diferencia de concavidad se refleja en una fuerte diferencia en la textura del paisaje. La teoría del desapego predice que la
concavidad de equilibrio no se verá alterada por los efectos de umbral. En los tres casos, la teoría del umbral estocástico implica una
relación no lineal entre la tasa media de erosión y el gradiente (o relieve) promedio del valle. La relación erosión-gradiente prevista es
consistente con datos del trabajo experimental (Lagueet al., 2003) y análisis DEM en dos entornos de campo (Snyderet al., 2000, 2003;
Lague y Davy, 2003). Finalmente, se ha demostrado que la no linealidad inducida por el umbral tiene un fuerte impacto en la dinámica y la
morfología de una meseta en erosión. En particular, aunque los detalles varían, cada uno de los tres modelos de umbral de erosión-
transporte predice perfiles cóncavos hacia arriba que terminan en una fuerte ruptura de pendiente en la superficie de la meseta.
Debido a que la morfología predicha es distintiva al menos en ciertos aspectos, la teoría puede en principio ser probada mediante
análisis de estudios de casos de campo en los que las condiciones iniciales y de contorno sean razonablemente bien conocidas.
Independientemente de si la teoría del umbral estocástico proporciona un modelo más correcto de la dinámica real de las cuencas
fluviales, el hecho de que los resultados morfológicos sean tan claramente diferentes de las leyes de erosión convencionales significa que
es necesario tener precaución al aplicar estas leyes de erosión más simples.
AGRADECIMIENTOS
Este artículo se inspiró en conversaciones con Peter Molnar sobre la erosión y la frecuencia de las inundaciones; fue él
quien sugirió la forma alternativa de las leyes de erosión y transporte. Estoy en deuda con Rafael Bras, Daniel Collins,
Nicole Gasparini, Peter Solyom, Noah Snyder y Kelin Whipple por sus valiosos comentarios y numerosas discusiones
sobre estos temas. El modelo CHILD fue desarrollado originalmente en el MIT por S. Lancaster, N. Gasparini, R. Bras y G.
Tucker. Agradezco a Chris Paola y a un revisor anónimo por sus críticas muy útiles. El apoyo financiero para esta
investigación fue proporcionado por la Oficina de Investigación del Ejército de EE. UU. (DAAD19-01-1-0615).
REFERENCIAS
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sur de Arizona.Revista de hidrología156: 431–446.
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