El Autismo
El Autismo
El Autismo
Investigación: el autismo
Trabajo parcial
Semestre: II Grupo: 2
Aprendizaje
Asignatura
Titular de la asignatura
El Trastorno del Espectro Autista es una condición del neurodesarrollo que se caracteriza por la
presencia de deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social. Además, las
personas con este trastorno, pueden presentar patrones de comportamiento, de intereses o de
actividades repetitivos con dificultades para hacer frente a cambios inesperados.
El trastorno del espectro autista comienza en los primeros años de la infancia y, a la larga, provoca
problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en situaciones sociales, en la escuela y
el trabajo. Los niños suelen presentar síntomas de autismo en el primer año. Un número reducido
de niños parecen desarrollarse de forma normal en el primer año y luego pasan por un período de
regresión entre los 18 y los 24 meses de edad, cuando aparecen los síntomas de autismo.
Clasificación
Síndrome de Rett
Síndrome de Asperger
Suele aparecer sobre los 2 años, aunque en ocasiones no se hace evidente hasta pasados los
10. Coincide con los otros tipos de autismo en afectar a las mismas áreas (lenguaje, función
social y motricidad), pero se diferencia en su carácter regresivo y repentino, hasta el
punto de que en ocasiones el mismo niño se da cuenta del problema, mostrando su
preocupación a los padres.
Es una etiqueta diagnóstica que se utiliza en aquellos casos en que los síntomas clínicos
son demasiado heterogéneos como para ser incluidos en alguno de los otros tipos.
También se presentan trastornos de reciprocidad social, problemas severos de
comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares, restringidas y
estereotipadas.
La intervención en el aula
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el autismo no tiene cura, por lo tanto,
acompañará al niño durante todo su periplo vital. Lo que sí tiene es tratamiento, que de
realizarse adecuadamente pueden contribuir eficazmente a su desarrollo y bienestar. El
grado de mejoría e integración social de un alumno con autismo no depende
exclusivamente de la educación que reciba, puesto que influyen otros muchos factores
como: tipo de autismo, grado de afectación y entorno familiar y social. Sin embargo, está
demostrado que una educación de calidad, donde se utilicen métodos y terapias adecuadas
y estimulantes, y siempre que sea posible en el aula ordinaria, es fundamental en el
desarrollo de estos niños. La intervención educativa de un niño autista debe realizarse
siempre bajo la supervisión y apoyo de personal especializado o con formación específica.
Es muy importante que tenga un enfoque que abarque las siguientes dimensiones básicas:
● Identidad y auto reconocimiento.
● Autocontrol.
● Competencias de anticipación.
Para lograr estos procesos y competencias, el maestro y los especialistas deben utilizar
principalmente: terapias psicomotoras, aprendizaje por imitación y topo tipo de juegos
donde prime la experimentación y la implicación de todos los sentidos.
Causas
No se conoce la causa del autismo, aunque se sabe que es un trastorno genético, ya que es
más frecuente en hermanos de niños con autismo (frecuencia del 4,5% en hermanos de
pacientes). El autismo podría ser consecuencia de la interrupción del desarrollo normal del
cerebro en una etapa temprana del desarrollo fetal, causado por defectos en los genes que
controlan el crecimiento del cerebro y que regulan el modo en que las neuronas se
comunican entre ellas. Hasta el 80% de los niños con autismo tienen retraso mental, y hasta
el 35-40% sufren de epilepsia en los primeros 20 años de su vida. Un 5% tienen el
síndrome del cromosoma X frágil y otros han sufrido infecciones, como meningitis, o han
sido afectados por rubeola congénita, fenilcetonuria o esclerosis tuberosa. Mediante
estudios de imagen cerebral, como la resonancia magnética y la tomografía axial (escáner
TAC), se encuentran alteraciones en la morfología cerebral, agrandamiento de las zonas del
cerebro que contiene el líquido cefalorraquídeo (los ventrículos cerebrales) y alteraciones
en el cerebelo y la parte frontal del cerebro.
Síntomas
Los déficits en la interacción social son probablemente los más característicos y específicos
de los niños con autismo. Desde pequeños los niños no responden a los gestos y miradas de
la gente a su alrededor, no buscan el contacto con otras personas, prefieren jugar en
solitario.
Los comportamientos repetitivos o estereotipados: sólo les interesa una cosa de manera
excesiva e inflexible (las ruedas de los coches, los libros de color rojo...), que realizan
rituales o rutinas repetidos sin función alguna o movimientos estereotipados (como aleteo
de las manos).
Los niños con autismo suelen empeorar cuando tienen enfermedades médicas o hay un
stress ambiental. La posibilidad de acceder a servicios educativos, pedagógicos y de apoyo
tienen un efecto beneficioso, ya que hasta los niños con autismo más severo tienen
capacidad de aprender algunas habilidades adaptativas. Algunos predictores de buena
respuesta incluyen cociente intelectual cercano a lo normal, buenas habilidades del lenguaje
(especialmente si el niño se puede comunicar verbalmente antes de los 5 años), mayores
habilidades sociales y aparición más tardía de los síntomas. Según la gravedad del
trastorno, entre el 2-15% de los niños con autismo llegan a un nivel intelectual y el 33%
pueden funcionar independientemente cuando llegan a la edad adulta.
Diagnostico
La observación conductual de un niño con autismo con fines diagnósticos es una tarea
compleja que debe ser realizada, por lo tanto, por profesionales expertos (neuropediatras,
psiquiatras o psicólogos).
Se debe realizar una exploración física y neurológica completas, con pruebas de visión y
audición.
Durante esta fase, es aconsejable poder observar la relación con la madre (o persona que
atienda preferentemente al niño), puesto que habitualmente aporta datos muy significativos
para el diagnóstico diferencial.
Para realizar el diagnóstico del autismo se deben detectar déficits severos en tres áreas
principales:
Tratamiento
A veces, es necesario el uso de medicación para tratar síntomas psiquiátricos que pueden
aparecer, como antidepresivos para reducir los comportamientos repetitivos; y
antipsicóticos para mejorar la interacción social.