La Lampara Maravillosa de Valle Inclan P
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mántica es una poética del yo, y más que una respuesta al papel del arte o
su resultado, un cuestionamiento del proceso psíquico (desde Shaftesbury
la teoría literaria se había centrado en aquellos mecanismos de la creación) ^,
es lógico que la vía más conveniente para su exposición sea la misma que
los tratados esotéricos y místicos emplearon para bucear en el mismo ámbito
oscuro. Las poéticas místicas representan una nueva forma de presentación
de los contenidos estéticos que se añade a otras fórmulas sancionadas por
la tradición (epistolares, satíricas, didácticas, expositivas). La tradición del
nuevo género tiene en Sv^edenborg y en el fragmentarismo de la Esthética
in nuce de Hamann^ sus modelos originales de referencia, y en el primer
romanticismo alemán encuentra forma lírico-narrativa con el Heinrich von
Ofterdingen de Novalis.
En esta tipología de exposición poética se reúnen: el nuevo imperativo
de Schiller («compórtate estéticamente»^), «la teología desplazada que se-
ría el Arte Puro o la religión de la Belleza combinado con la investigación
del Misterio» de la que hablaba Cardwell, la poesía como «instrumento
irregular de conocimiento metafísico» que pretende «cambiar la vida del
hombre» a la que se refería Raymond, el proyecto romántico de salvación
según lo reconoce Abrams y el género de la Bildungsroman reinterpretado
como camino de perfección.
te; en F. SCHLEGEL, Werke, Berlin und Weimar, Aufbau Verlag, 1988, vol. I, p. 214).
Para Szondi {Poética y filosofía de la historia, pp. 74-5)el Über das Studium der
Griechischen Poésie de Schlegel se destina sobre todo a la propagación de las obras del
Goethe de Weimar. Y Gerhart HOFFMEISTER («Der romantische Roman», en Helmut
SCHANZE (éd.): Romantik- Handbuch, Stuttgart, Kroner, 1994, p. 207) afirma: «Die
Lehrjahre waren zur Bibel der Romantik geworden. Ohne sie hâtte weder F. Schlegel
sein epochales Programm der progressiven Universalpoesie entwerfen konnen, noch ware
der Roman in Théorie und Praxis zum Paradigma der romantischen Kunst aufgestiegen».
Su importancia es fundamental en la concepción romántica de la novela: [Die Lehrjahre]
«konnten das Hauptbuch der Romantik werden, weil sie eine freie Aussicht auf den
romantischen Roman eroffneten» (p. 235).
•' La máxima n.° 510 de Goethe «Aus Wilhelm Meisters Wanderjahren» señala que
la presentación poética es más perfecta cuanto más compita con la realidad («wenn sie
mit der Wirklichkeit wetteifert»). Traducción en GOETHE, Máximas y reflexiones, ed. de
Juan del Solar, Barcelona, Edhasa, 1996, p. 131: «El poeta está supeditado a la repre-
sentación. Llega ésta a su apogeo cuando rivaliza con la realidad».
'^ Sin embargo, Novalis había aprendido ya para entonces valores muy importantes
de los Lehrjahre que no querrá admitir, pero que preparan el camino a su modelo: «das
transzendentale Zugleich von Introspektion und Beobachtung der AuBenwelt». Gerhart
HOFFMEISTER, «Der romantische Roman», p. 207.
'^ «einen neuen und áuBerst kühnen Versuch, die Poésie durch das Leben darzustellen,
die Idee einer mystischen Geschichte, einer ZerreiBung des Schleiers, welchen das
Endliche auf dieser Erde um das Unendliche halt, einer Erscheinung der Gottheit auf
Erden, eines wahren Mythos, der sich aber hier in dem Geiste eines einzelnen Mannes
bilde», según explica el propio SOLGER {Nachgelassene Schriften und Briefwechsel, ed.
Más tardía es la titulada Journal intime suivi des Hymnes a la nuit et de Fragments
inédits, traduit de Vallemand par G. Claretie et S. Joachim-Chaigneau, Introduction de
Germane Claretie. Paris, Librairie Stock L. Lagny, 1927.
^' ^ Les disciples a Sais et les Fragments de Novalis, traduits de l'allemand et précédés
d'une introduction par Maurice Maeterlinck, Bruxelles, Paul Lacomblez, conoció mu-
chas ediciones entre 1890 a 1915; la 3^, de 1895, es la que se conserva en la BNM.
Que seguía siendo un texto bien conocido en España lo demuestra la reseña de Hoyos y
Vinent en El Día, n° 13.184, 9 de diciembre de 1916, p. 6: «Mauricio Maeterlinck. El
filósofo y el poeta», muy elogiosa tanto para con el alemán como para el estudio-prólo-
go del poeta belga.
^"^ La referencia la tomo de Luis FERNÁNDEZ ClFUENTES, Teoría y mercado de la
novela en España, del 98 a la República, Madrid, Gredos, 1982, p. 97.
^^ Enric d'Ofterdingen. Tradúcelo de Joan Maragall, Barcelona, Tipografía L'Avenç,
Biblioteca Popular de L'Avenç, 1907, 2 vols.; signaturas 1/331073 y 7/110291.
^^ Se quejaba Allegra de que para el hispanismo nacional «sigue tácitamente en pie
la tendencia a considerar separados, casi impermeables entre sí, dos focos literarios y
culturales que se dieron en el mismo Estado, prosperaron en los mismos años, bebieron
en las mismas fuentes y a menudo se expresaron en la misma lengua: el Modernismo
español y el Modernisme catalán». ALLEGRA, «Cataluña como vía de penetración del
modernismo», op. cit., p. 21.
" Véase el interesante trabajo de M. Teresa Jou, quien trata también de las traduc-
ciones de Maragall: «Romanticismo y mito del progreso. Consideraciones desde la pers-
pectiva actual», en Gabriel OLIVER, Helena PUIGDOMÈNECH, Marisa SIGUAN (coords.),
Romanticismo y fin de siglo, Barcelona, PPU, 1992, pp. 203-212.
POÉTICA Y FILOSOFÍA
RELIGIÓN
ser en absoluto ajena a nuestro autor. Sobre la Naturphilosophie en Bécquer, véase nuestro
trabajo en colaboración con Helmut FRICKE, «El poeta, la naturaleza y el panteísmo.
Ecos de Schelling y la Naturphilosophie en las Leyendas de G. A. Bécquer», La memo-
ria romántica, coord, por Diego Romero de Solís y Juan Bosco Díaz-Urmeneta, Sevilla,
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1997, 25-53.
^^ Véase Manuel ASENSI, La teoría fragmentaria del Círculo de lena. Valencia, Amos
Belinchón, 1991, p. 68-9.
^^ Ibidem.
^"^ Como ya explicó F. Schlegel en la revista Europa y después Dilthey en su difun-
dido trabajo sobre Novalis {Das Erlebnis und die Dichtung), los ingredientes más signi-
ficativos para la interpretación de la obra son la mitología y el símbolo. Ernst BEHLER,
«Frühromantische Dichtung in der erzahlenden Gattung. Der Heinrich von Ofterdingen
des Novalis», Frühromantik, Berlin-New York, De Gruyter, 1992, 214-238; p. 232. So-
bre la poética simbolista de Valle véase especialmente Carol S. MAIER, «Symbolist
Aesthetics in Spanish: The Concept of Language in Valle Inclan's La lámpara mara-
villosa», en Waiting for Pegasus, op.cit., 77-87.
AMOR
«El gran secreto de la moral es el amor: o sea una expansión de nuestra na-
turaleza, y una identificación de nosotros mismo con lo bello [...] El gran
instrumento de la buena moral es la imaginación: y la Poesía contribuye a este
efecto, obrando sobre la causa. [...] La Poesía fortalece la facultad que es
órgano de la naturaleza moral del hombre, de la misma manera que el ejerci-
cio fortalece un miembro» ^^.
Y para Novalis, la flor azul con la que sueña Heinrich von Ofterdingen
simboliza la unidad del Amor como eslabón definitivo de unión, como
fuerza mágica erótica y poética que transfigura lo real y nos devuelve al
seno —«himen», decía Valle-Inclán— de Dios ^^. El núcleo fundamental de
la obra alemana es el cuento narrado por el poeta Klingsohr (en el último
capítulo de la primera parte) y que acaba cuando Arctur y Sofía entregan
el reino universal a Eros y Freya, diosa germánica del amor, cuyo trono
será eterno lecho nupcial y con cuyo imperio comenzará la definitiva Edad
de Oro. La Redención se muestra en el Heinrich von Ofterdingen —igual
que en los Himnos a la Noche—, una obra esencialmente poética y amo-
rosa, pues sólo la Poesía conduce a la reconciliación del mundo de la
materia con su seno divino. Por eso el Poeta, ser semidivino y semihumano,
tiene por modelo a Cristo, el hijo de la Noche en los Himnos ^^.
En la «Exegesis trina» de La lámpara se presenta precisamente la fi-
gura de Cristo como enlace de contrarios, figura puente, dual, andrógina,
superadora de contradicciones, goce de la unidad. A su semejanza el poeta
supera todas las oposiciones, y logra la visión armónica del Todo, del
mundo como unidad que es la meta de esta estética del Amor, o mística
de la Belleza.
Poesía y amor quedan así también unidos en Valle-Inclán: el camino
hacia la poesía es el mismo que conduce al amor universal que todo lo
explica y todo lo reúne y que es la fuerza genital de la Gnosis («al amor
de todas las cosas es la cifra de la suma belleza», G, 66)^'. Como resul-
tado, en su Lámpara, como en el Heinrich von Ofterdingen, las connota-
ciones eróticas cobran una fuerza extraordinaria en el plano trascendente.
Si para Valle-Inclán «en todas las cosas duerme un poder de evocaciones
eróticas» (AG, VI, p. 82) o «el erotismo anima como un numen las nor-
mas de aquel momento estético donde la voz del sexo es la voz del futu-
ro» (ET, VI, p. 123), Novalis, muy cercano en esto al Friedrich Schlegel
de Lucinde, entiende el erotismo como fuerza superior que conduce a la
Unidad Total. El grado supremo de unión de la realidad con su trascen-
dencia significativa se logrará en las bodas celestes, tópico de Swedenborg
aplicado a lo literario por Novalis, con el que se inicia una tradición que
CONCLUSIONES
^^ Estas palabras de Eugenio Trías {El pensamiento cívico de Joan Maragall, p. 95)
referidas a Novalis y Maragall, pueden aplicarse íntegramente a La lámpara maravillosa.
^° GULLÓN, La novela moderna en España, p. 24.
^' Carol S. MAIER estudia los usos de la ironía en La lámpara maravillosa: «Literary
Re Creation, the Creation of Readership, and Valle Inclan's La lampara maravillosa»,
Hispania, Greeley, CO, 1988 May, 71:2, 217-227.
^^ Tampoco pretende restar importancia a la principal fuente declarada por VALLE,
la Guía Espiritual de Miguel de Molinos, reeditada por Rafael Urbano y de la que La
lámpara maravillosa es evidente deudora. Valga sin embargo recordar la intención dife-
rente que tienen ambas obras: la verdad de los tratados de mística se identifica con Dios
y el «conocer» en Valle-Inclán se refiere al yo\ ésta es precisamente la diferencia entre
la gnosis ortodoxa, que persigue conocer a Dios por las vías aceptadas, y el gnosticismo
heterodoxo, que intenta el auto-descubrimiento, la revelación del propio yo para así co-
nocer la verdad del mundo.
^^ Jorge CHEN SHAM, «Autobiografía y relato de formación en La lámpara maravi-
llosa». Revista de Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica, (1995) 21:1,
pp. 7-15; pp. 8-9: defiende que estamos ante una autobiografía, «un relato de formación
de personaje, en el cual la pregunta de los orígenes se integra a esa necesidad de per-
fección del sujeto», pero no llega a conectar el título de Valle con el género de la
Bildungsroman.
^^ GÓMEZ MONTERO («La lírica de R.M. del Valle-Inclán ante el discurso poético de la
modernidad». Anales de Literatura Española Contemporánea 25 (2000), 99-145; 102) en-
cuentra «tres núcleos fundamentales de reflexión en La Lámpara Maravillosa que se remon-
tan a la poetología protorromántica: el valor de la contemplación como forma suprema de
conocimiento estético, la excelencia del lenguaje poético para captar el ritmo del universo y
la concepción de la imagen poética como recurso para expresar la inefable autoexperiencia
estética del sujeto transcendental y lo irrepresentable»; indica además cómo el símbolo de la
lámpara fue ya «emblema protorromántico del conocimiento, pues ilumina el mundo exterior
y proyecta sobre él, subjetivamente, su propia forma».
^^ Margarita SANTOS ZAS, «Estéticas de Valle-Inclán: balance crítico», ínsula 531,
marzo 1991, 10.
^^ GARLITZ, «El concepto de karma en dos magos españoles: don Ramón del Valle-
Inclán y don Mario Roso de Luna», 137-149 y «El ocultismo en La Lámpara Maravillo-
sa», p. 118.
^^ La Lámpara Maravillosa «significa exactamente la recapitulación teórica de toda
la etapa inicial de su obra, justo cuando va a iniciarse un fundamental cambio de rum-
bo, el que abre el camino de su visión irónica». DÍAZ-PLAJA, Las estéticas de Valle-
Inclán, p. 98.
^^ Margarita SANTOS ZAS, «Estéticas de Valle-Inclán: balance crítico», 9-10.
^^ Así creo que Francisco Ayala se equivoca al recriminar a Valle-Inclán por some-
ter todos sus valores a los valores estéticos: «Valle-Inclán saw the world through aesthetic
values; all other values were to him less compelling and therefore subject to artistic
intervention [...] his political opinions and actions were arbitrary or whimsical, but because
his reactions to national affairs were conditioned wholly by his particular aesthetic values»
(F. AYALA, «Man and mask», en Zahareas, ANTHONY N . (éd.): Ramón del Valle-Inclán.
An appraisal of his life and works. New York, Las Americas, 1968, 40-2; p. 40).
•°° Manuel AZNAR, «El modernismo de Valle-Inclán joven». En el 98 (Los nuevos
escritores), op. cit., p. 68.
'°' Ver las páginas que dedica a su pensamiento político Richard BRINKMANN,
«Deutsche Friihromantik und franzôsische Revolution», en Deutsche Literatur und franzô-
sische Revolution. Sieben Studien, Gôttingen, Vandenhoeck, 1974, 172-191.
'°^ MANASSE, Ernst Mortiz, «Goethe und die griechische Philosophie», en Goethe und
die Tradition, hrsg. von Hans Reiss, Frankfurt/Main, Athenâum-Verl.,1972, 26-57, 26:
«die armseligen Beweise der Philosophie, die weder wie die Poésie den Glauben an das
Unmogliche noch wie die Religion den an das Unergriindliche voraussetzt, befriedigten
ihn [Goethe] nicht».
'^^ GARLITZ, «La Lámpara Maravillosa: humo y luz», ínsula 531, marzo 1991, p. 11.
^' "^ HEGEL, Solger-Rezension, ed. de Walter Jaeschke, Der Streit um die Grundlagen
der Ásthetik, op. cit., p. 409.
'°^ UNAMUNO, Obras Completas, ed. de Manuel García Blanco, Madrid, Escelicer,
1966-1971, 9 vols., vol. I, p. 1143.
RESUMEN
SUMMARY