Inmunidad Innata
Inmunidad Innata
Inmunidad Innata
Inmunidad Innata
Inmunidad Innata
La inmunidad innata comprende en primer lugar, las barreras físicas y anatómicas, cuya integridad
impone un formidable impedimento al ingreso de patógenos. Es importante destacar que la acción protectora
de los epitelios no se limita a una acción pasiva. Por el contrario, las células epiteliales son capaces de
reconocer la presencia de microorganismos y reaccionar, generando sustancias microbicidas y/o alertando al
sistema inmune innato.
Aún no se conoce con exactitud cómo se integran las acciones de los diferentes tipos celulares y
mediadores humorales de la inmunidad innata. Sin embargo, se conoce con bastante detalle cómo reconoce
la presencia de un foco infeccioso y más aún, cuáles son los mecanismos involucrados en la defensa frente a
los diferentes tipos de patógenos.
Algunos PRRs son capaces también de reconocer señales indicativas de daño o estrés celular de las
propias células del huésped. Estas señales se denominan en su conjunto Patrones Moleculares Asociados a
Daño o DAMPs.
Es importante destacar que la expresión de PRRs no se encuentra restringida a los leucocitos. Las
células epiteliales, por ejemplo, expresan gran cantidad de PRRs permitiendo la detección de
microorganismos en los focos infecciosos. Por otro lado, los PRRs también se encuentran presentes en
algunas células de la inmunidad adaptativa como los linfocitos (veremos su función particular en estas
células cuando estudiemos la respuesta adaptativa).
Veamos los diferentes receptores de reconocimiento de patrones con un poco más de detalle
Inmunidad Innata
Los TLR siempre se encuentran ubicados en las superficies celulares, ya sea en la membrana
plasmática o en la membrana de los endosomas (Tabla 1).
Inmunidad Innata
Inmunidad Innata
Están involucrados en el
reconocimiento de diversos ligandos
asociados tanto a microorganismos
como a células apoptóticas y su
activación puede mediar la
internalización de los ligandos
reconocidos
El RFc puede reconocer las Fc de los anticuerpos IgG, IgE o IgA. Existen 6 tipos diferentes de
receptores para la Fc de la IgG (RFcγ). La estimulación de algunos de estos receptores conduce a la
activación celular mientras que otros median un efecto inhibitorio. Los RFcγ estimuladores o activadores se
caracterizan por la presencia de motivos ITAM (immunoreceptor tyrosine-base activation motif)
intracitoplasmáticos que reclutan quinasas. Por el contrario, los RFcγ inhibitorios están caracterizados por la
presencia de motivos ITIM (immunoreceptor tyrosine-base inhibitory motif) que reclutan fosfatasas.
Inmunidad Innata
Sistema Complemento
El sistema complemento es uno de los componentes humorales que mayor impacta en la defensa
contra las infecciones bacterianas. Este sistema está compuesto por más de 30 proteínas plasmáticas de
origen hepático que se encuentran en su forma inactiva.
Como podemos ver en la Figura 1, el sistema complemento puede activarse mediante tres vías
diferentes:
● La vía clásica involucra el reconocimiento de complejos inmunes formados por anticuerpos IgG e
IgM asociados a su antígeno.
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
● La vía de las lectinas es activada fundamentalmente por los receptores de reconocimiento solubles
MBL. Estos receptores adquieren la capacidad de activar el sistema luego de reconocer hidratos de
carbono.
● La vía alterna es activada en forma directa por algunos tipos de microorganismos por clivaje
espontáneo de algunos factores.
La activación del complemento por cualquiera de sus vías conduce a la generación de C3a y C5a,
factores que median una notable actividad quimiotáctica y anafiláctica. Además, conduce a la generación
de C3b que funciona como opsonina.
Citoquinas proinflamatorias
Como vimos anteriormente, las citoquinas son un conjunto de proteínas encargados de transmitir
información importante para el sistema inmune. Gran parte de esta familia de proteínas actúan como
mediadores solubles que favorecen la inflamación y reclutan nuevos leucocitos al sitio de inflamación.
Dentro de las citoquinas que estudiaremos, los Interferones (IFN) de Tipo I son particularmente
importantes durante la respuesta inmune antiviral.
Interferones de tipo I (α y β)
Esta familia de citoquinas comprende 16 moléculas diferentes que se caracterizan por estimular la
transcripción de genes que promueven el estado antiviral. Prácticamente todos los tipos celulares poseen
algún receptor capaz de detectar la presencia de una infección viral y desencadenar la producción de IFNs
tipo I. Sin embargo, las principales células productoras de estos IFN son las células dendríticas
plasmocitoides (las veremos más adelante en la sección de mecanismos efectores celulares).
Los IFN de tipo I secretados actúan de manera autocrina o paracrina estimulando la síntesis de
proteínas antivirales (Figura 2). De esta manera, la activación de los receptores de IFN de tipo I
desencadena un estado antiviral tanto en las células infectadas como en las células vecinas, tornándolas
refractarias a la infección viral. Por otro lado, estos IFN activan las células NK e incrementan la expresión
de MHC I, por lo que aumentan la presentación antigénica favoreciendo el desarrollo de la memoria T.
Inmunidad Innata
Para poder ejercer sus funciones efectoras, los leucocitos como neutrófilos, monocitos y células
natural Killer (NK) atraviesan el endotelio plano que recubre los vasos para ubicarse en el tejido inflamado
y/o foco infeccioso. De esta manera, se denomina extravasación leucocitaria al proceso por el cual los
leucocitos que se encuentran en circulación dentro de los vasos sanguíneos, salen de los mismos y se
depositan en el interior de los tejidos.
Extravasación Leucocitaria
Los cambios que subyacen a la respuesta inflamatoria permiten que las proteínas presentes en la
sangre y los leucocitos circulantes se extravasen al sitio de infección. El incremento de la permeabilidad
vascular produce un escape de plasma hacia el tejido subyacente y la hemoconcentración. Asociado a este
proceso ocurre el consecuente enlentecimiento del flujo sanguíneo local, necesario para permitir la adhesión
de los leucocitos al endotelio activado.
1. Selectinas.
Reconocen hidratos de carbono sobre glucoproteínas de la superficie celular. Las selectinas contienen
un dominio extracelular Lectina tipo C que reconoce un motivo presente en las sialomucinas. Esta familia
está constituida por tres proteínas:
2. Sialomucinas.
Esta familia está compuesta por glucoproteínas que presentan motivos reconocidos por las selectinas.
La sialomucina más relevante en la unión es PSGL-1, pero también están CD34, CD44, GlyCAM-1 y
MadCAM-1. Es importante tener en cuenta que no todas las Sialomucinas son reconocidas por todas las
selectinas. Por ejemplo, CD34 se expresa en todos los vasos sanguíneos, pero solamente es reconocida por la
L-selectina en los tipos celulares que presentan los patrones de glicosilación adecuados. Esta diferencia en la
expresión y/o reconocimiento entre endotelio y leucocitos permite controlar la especificidad en la migración
3. Integrinas.
Interactúan mayoritariamente con adhesinas de la familia de las inmunoglobulinas. Son proteínas
heterodiméricas constituidas por una cadena α y una cadena β unidas de forma no covalente. Este grupo
puede dividirse en subfamilias dependiendo del tipo de cadena β que presentan.
Las integrinas β2 constituyen una subfamilia formada por la cadena β2 (también conocida como
CD18) y distintas cadenas α. Las más importantes son LFA-1 (CD11a/CD18) y Mac-1 (CD11b/CD18 o
CR3). Una característica fundamental de estas células es que presentan estados de alta y baja afinidad. En
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
los leucocitos en reposo, estas integrinas se encuentran en su isoforma de baja afinidad, pero diferentes
estímulos pueden inducir su cambio de isoforma, aumentando su afinidad por el ligando.
5. Cadherinas.
Estas moléculas median interacciones estables y son las encargadas de mantener la integridad
estructural de los tejidos. Se expresan como dímeros que establecen conexiones homofílicas. En el contexto
de la extravasación, el grupo de cadherinas de interés esta representado por las cadherinas expresadas por las
células endoteliales (VE-Cadherina), las cuales permiten el mantenimiento de la integridad vascular. Los
leucocitos, dada su naturaleza móvil, suelen carecer de ellas.
Las quimiocinas constituyen una superfamilia de citoquinas pequeñas que dirigen la migración de
los diferentes leucocitos hacia el sitio anatómico donde desempeñan su función. Las quimiocinas no
solamente dirigen la migración, sino que median el incremento de la afinidad de las integrinas por sus
ligandos. Mientras que algunas quimiocinas son sintetizadas en condiciones inflamatorias, otras se producen
de forma constitutiva y controlan el transito linfocitario a los distintos órganos del sistema inmune y
linfático.
Dependiendo del tipo de respuesta que generen, y si se encuentra guiado por quimioquinas libres o
adheridas a la matriz extracelular, los movimientos se pueden clasificar de la siguiente manera:
● Quimiotaxis. Aumento de la movilidad de manera dirigida por un gradiente de quemoquinas
solubles
● Haptotaxis. Aumento de la movilidad de manera dirigida por un gradiente de quemoquinas
inmovilizadas
● Quimioquinesis. Incremento de la motilidad de manera aleatoria, sin dirección definida por parte
de quemoquinas solubles
● Haptoquinesis. Incremento de la motilidad de manera aleatoria por quimioquinas inmovilizadas.
El proceso de extravasación puede diferir levemente dependiendo del leucocito estudiado, pero para
simplificar el estudio nos centraremos en la extravasación de neutrófilos.
La integridad de la barrera endotelial está garantizada por la continuidad de sus células, dada por
uniones adherentes y uniones estrechas. La acción de mediadores inflamatorios conduce al debilitamiento de
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
las uniones adherentes por a) fosforilación de los componentes y la consecuente internalización de las
cadherinas vasculares y por b) el incremento de la contractibilidad de los filamentos de actomiosina. Estos
cambios llevan al aumento en la permeabilidad vascular y un aumento en la expresión de las moléculas de
adhesión necesarias.
Inmunidad Innata
Neutrófilos
El ciclo de vida de los leucocitos polimorfonucleares o neutrófilos transcurre en tres compartimentos:
la médula ósea, la sangre y el tejido infectado. En condiciones normales, se requieren entre 5 a 7 días para
que el mielocito se transforme en neutrófilo maduro circulante. Sin embargo, ese tiempo puede ser reducido
a 48 durante los procesos infecciosos.
Los PMN son células fagocíticas profesionales. Una vez reconocido el patógeno, ocurre la
invaginación de la membrana celular dando lugar a la formación de un fagosoma que contiene el
microorganismo y la activación de los diferentes mecanismos microbicidas.
Inmunidad Innata
Monocitos – Macrófagos
Al igual que los neutrófilos, los macrófagos son células dotadas de una alta capacidad fagocítica y
microbicida. Además de presentar un amplio espectro de PRRs y receptores de opsoninas, presentan gran
cantidad de receptores de quimioquinas y citoquinas.
Los monocitos circulantes extravasan a los diferentes tejidos donde se diferencian a macrófagos y
adquieren fenotipos especializados, constituyendo poblaciones estables. Además de sus funciones
microbicidas clásicas, los macrófagos pueden funcionar como células presentadoras de antígeno
profesionales. Es decir, que pueden presentar péptidos antigénicos a los linfocitos T efectores a través de
moléculas del MHC-I y II. (Veremos a qué nos referimos con “presentación antigénica” en el siguiente
apunte).
La visión tradicional sobre la funcionalidad del macrófago suponía que su activación llevaba de
manera inexorable a la promoción de la reacción inflamatoria. Sin embargo, en los últimos años esta visión
ha cambiado radicalmente ya que sabemos que los macrófagos pueden activarse en un perfil
proinflamatorio, pero también en perfiles antiinflamatorios.
De esta manera, los comúnmente llamados “macrófagos clásicos” o M1 muestran una mayor
capacidad fagocítica y microbicida, así como su capacidad para la presentación antigénica. Por otro lado, los
macrófagos activados en un perfil antiinflamatorio son normalmente conocidos como “macrófagos
alternativos” o M2. Estos producen altos niveles de IL-10 y TGF-β y de componentes propios de la matriz
extracelular.
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
Por lo general, estas células no reconocen a los patógenos de forma directa, sino que responden a los
cambios de los patrones de citoquinas producidos en respuesta a una infección. El prototipo de población
linfoide innata son las células citotoxinas naturales o NK que veremos a continuación.
Las poblaciones de ILCs tendrían diferentes funciones efectoras en la respuesta inmune temprana
contra agentes patógenos, además de contribuir a la reparación de los tejidos mucosos, la contención
anatómica de la flora comensal y al mantenimiento de la integridad epitelial.
La clasificación mas actual de estas células esta basada en el fenotipo celular y en sus características
funcionales, permitiendo establecer tres grupos:
● ILC de tipo 1. Incluye a las células NK clásicas. Estas células pueden ser activadas por IL-12 e IL-18
así como por el reconocimiento mediante receptores de citotoxicidad natural (NCRs). La activación
de esta subpoblación lleva a la secreción de IFN-γ y de TNF-α o a la liberación de granzimas y
perforinas.
● ILC de tipo 2. Estas células pueden ser activadas por IL-25, IL-23 y TSLP. En respuesta a la
activación producen citoquinas similares al perfil Th2.
● ILC de tipo 3. Esta subpoblación esta caracterizada por su capacidad de producir IL-17A y/o IL-22.
Esta subpoblación es heterogénea en cuanto a la expresión de marcadores.
Las ILC median sus funciones principalmente mediante la secreción de citoquinas, aunque también
pueden modular la respuesta adaptativa mediada por linfocitos T y B mediante la interacción directa
célula-célula.
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
Las células NK median poderosos mecanismos microbicidas durante las primeras etapas de los
procesos inflamatorios y cumplen un papel destacado en la inmunidad antiviral, contra bacterias y parásitos
intracelulares, eliminación de células tumorales y la determinación del perfil de la respuesta inmune
adaptativa que se articula contra un patógeno o células tumorales.
Teniendo en cuenta la densidad de CD56 presente en la superficie celular, las células NK pueden ser
divididas en dos subpoblaciones fenotípica y funcionalmente diferentes:
El segundo mecanismo que permite la activación de las células NK involucra el contacto con células
infectadas o neoplásicas, a través de un complejo juego de señales activadoras e inhibitorias. Las células NK
expresan un amplio repertorio de receptores activadores e inhibitorios. El delicado equilibrio obtenido a
partir de la activación de receptores estimuladores e inhibitorios determinará en ultima instancia si la célula
NK será activada y responderá a la célula diana o target (Figura 6).
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
A pesar de la complejidad de cada una de las familias de receptores, los mecanismos involucrados en
la señalización intracelular son similares. Todos los receptores inhibitorios poseen dominios ITIM
(immunereceptor tyrosine-based inhibitory motif) que una vez fosforilado recluta fosfatasas de la familia
SHP bloqueando la progresión de la activación de NK. Por el contrario, los activadores poseen motivos
ITAM (immunereceptor tyrosine-based activation motif) que una vez fosforilado recluta kinasas (en especial
ZAP70 y Syk) que desencadena las cascadas de activación de las NK.
Es importante destacar que cada célula NK expresa un pequeño repertorio de receptores inhibidores y
activadores, por lo que en cada individuo existen diferentes poblaciones de NK caracterizadas por la
expresión de una combinación de diferentes receptores. La selección del repertorio expresado es un
fenómeno estocástico que ocurre durante la ontogenia en medula ósea.
Mecanismo secretorio.
En este caso, el reconocimiento de la célula target induce la movilización de gránulos o lisosomas
hacia el punto de contacto. Los gránulos contienen diferentes componentes que participan en la acción
citotóxica, entre las que se destacan la Granzima B y Perforinas.
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
Mecanismo no secretorio.
En este mecanismo participan receptores de la familia del TNF, como la molécula Fas Ligando
(FasL) y, de manera secundaria, TRAIL.
La producción de IFN-γ por parte de las células NK es particularmente relevante ya que suele
representar la principal fuente de esta molécula durante los procesos infecciosos. Este IFN media dos
funciones importantes: la activación de los macrófagos y la promoción la maduración de las células
dendríticas. Al activarse y madurar, las células dendríticas producen la IL-12, IL-15, IL-18 e IL-21 que
estimulan la activación de las NK generando un feedback positivo bidireccional e inflamatorio.
Las células NK no solo actúan con las células dendríticas a fin de promover su activación. Además,
ejercen un “control de calidad” sobre ellas. Aquellas DC que no logran madurar adecuadamente son
destruidas por las NK a través de un proceso que involucra el reconocimiento por parte de NKp30. Las
células dendríticas maduras son resistentes al ataque de las células NK ya que expresan HLA-E, la cual
desencadena señales inhibitorias en las NK por a través de CD94/NKG2A.
Biotecnología Médica e Inmunología
Inmunidad Innata
Las células dendríticas no constituyen una población homogénea, en principio podemos describir dos
poblaciones de células dendríticas principales: las mieloides o convencionales y las plasmocitoides. Ambas
poblaciones se diferencian en su fenotipo y, especialmente, en su funcionalidad.
Además de su capacidad de migrar a tejidos a través de vénulas de endotelio plano, estas células
presentan CCR7 y L-selectina lo cual les permite atravesar las vénulas de endotelio alto hacia los ganglios
linfáticos, al tejido asociado a mucosas y a la zona marginal del bazo.
En los tejidos inflamados, estas células pueden activarse mediante el reconocimiento de ácidos
nucleicos virales, fundamentalmente a través de los receptores TLR7 y TLR9. Una vez activadas, estas
células se caracterizan por su extraordinaria capacidad para producir IFN de tipo I gracias a que expresan
de forma constitutiva IRF7. Además, al activarse producen TNF-α, IL-6 e IL-12. Es importante destacar que
estas células expresan los sensores citosólicos RIG-1 y MDA-5, pero que llamativamente parecen no
desempeñar un papel fundamental en su activación.
De esta manera, las células dendríticas plasmocitoides median una potente actividad antiviral que
involucra la acción directa ejercida por los IFN de tipo I y la acción inmunomoduladora mediada por los IFN
de tipo I, IL-6 e IL-12 que opera sobre los elementos celulares de la inmunidad innata. La activación de las
DC plasmocitoides no solo conduce a la liberación de citoquinas sino también un incremento en la expresión
de las moléculas que participan en la presentación antigénica a linfocitos T. Si bien se ha demostrado que
estas células son capaces de activar a linfocitos T in vitro, no hay evidencias que sugieran que ocurre in vivo.
Inmunidad Innata
En otras palabras, las células inmaduras captan antígenos en el foco infeccioso y decodifican su
naturaleza mediante un complejo repertorio de receptores. Asimismo, el reconocimiento de estos patógenos
desencadena el proceso de maduración de las células dendríticas y su posterior funcionalidad.
La funcionalidad de ambas poblaciones celulares será vista con más detalle en el apunte de
“procesamiento y presentación antigénica”.