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Quijote Paola

El documento presenta un análisis de la obra "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" de Miguel de Cervantes. Explica que la obra satirizó las novelas de caballería populares en ese momento y se convirtió en la primera novela moderna, influyendo en la narrativa europea posterior. También analiza el contexto histórico, social y cultural de la obra, así como su argumento y personajes. Finalmente, discute cómo la obra criticó de forma burlesca la sociedad española de la época y tuvo un gran poder e influ

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El documento presenta un análisis de la obra "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" de Miguel de Cervantes. Explica que la obra satirizó las novelas de caballería populares en ese momento y se convirtió en la primera novela moderna, influyendo en la narrativa europea posterior. También analiza el contexto histórico, social y cultural de la obra, así como su argumento y personajes. Finalmente, discute cómo la obra criticó de forma burlesca la sociedad española de la época y tuvo un gran poder e influ

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ANALISIS DE: “EL

INGENIOSO HIDALGO
DON QUIJOTE DE LA
MANCHA”

LITERATURA ESPAÑOLA Y SU ENSEÑANZA

DOCENTE A CARGO: HOYOLA, JULIO.

ALUMNA: CIANETTI, NIEVES ESTHER.


Presentación.

Don Quijote de la Mancha es una novela escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra,
publicada su primera parte con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha a
comienzos de 1605, siendo la obra más destacada de la literatura española y una de las principales
de la literatura universal, además de ser la más leída después de la Biblia. En 1615 apareció su
continuación con el título de Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.

Se hace presente diferencias de la primera y de la segunda parte, en cuanto al contenido global de


la narrativa. En la primera parte podemos percibir a un Quijote que aún no se perfila como caballero,
por eso mismo tiene como título "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la mancha"

En la segunda, ya se ve una personalidad formada del protagonista, pues el lector puede tener una
visión más completa de este. Se denomina "El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha", pues
ya posee más experiencias para formarse como caballero.

El siguiente análisis se desarrollará de una manera reflexiva, critica y personal, teniendo en cuenta no
solo la novela como narración extensa que cuenta una historia, sino más bien a la obra como fuente
de deliberación, de formas de expresión. Se trata de entender que la literatura es sinónimo de
dinamismo y de libertad, y nada más bueno que comprenderla con El Quijote, obra libre de
naturaleza, donde sus personales nos sorprenden con su singularidad en cada capítulo.

Para esto, haremos uso de autores como Michael Foucault con su libro “Poder y Resistencia”, quien
nos regala este articulo para entender en cómo funciona el poder dentro del Quijote, que sin duda
alguna se da desde comienzo hasta el final, sumado a su aporte sobre “La verdad del poder y el
poder de la verdad”, que nos llevará a estudiar en la forma en como ese poder produce una verdad
que se encauza en las sociedades, y se ve refractado en este de manera profunda en este, dando a
entender que la verdad es propio de cada individuo que decide en qué creer.

El protagonista El ingeniosos hidalgo Don Quijote de la Mancha, nos muestra su verdad que es
producida libremente, sin embargo, los otros personajes poseen otras verdades en las cuales tiran más
hacia los discursos de las instituciones disciplinarias. Por esto y más, es que será más que importante
tomar a este filosofo contemporáneo.

Este trabajo sigue esta linealidad por el hecho de que es sumamente necesario dar a conocer esa
lectura reflexiva, comprendiendo que la literatura española, y más aún El Quijote es valiosa en todos
sus sentidos, y que sin ella muchas otras no pudieran haber seguido el camino de lo heterogéneo.
Gracias Cervantes, por regalarnos esta para mostrar la libertad de la literatura, pues es libre y también
lo seré yo a la hora de analizar.

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 1


Desarrollo

Argumento de la obra

Obra escrita por Miguel de Cervantes en la última parte de su vida cuándo después de muchísima
mala suerte se instala en Valladolid donde pública esta obra. La historia principal consiste en la
narrativa de viajes y aventuras del protagonista que por tres veces deja su pueblo y luego regresa.
Los dos primeros viajes se narran en la primera parte y el último, en la segunda. Alonso Quijano es un
Hidalgo pobre de la mancha qué de tanto leer novelas de caballería termina enloqueciendo y
creyendo que es un caballero andante llevándolo a nombrarse a sí mismo cómo Don Quijote de la
Mancha, pues sus intenciones son ayudar a los pobres y desfavorecidos, y lograr el amor de su
Dulcinea del Toboso, que en realidad es una campesina que se llama Aldonza Lorenzo.

Don quijote a lo largo de las historias dentro de su historia, intenta realizar muchas y diversas hazañas
que no culminan en éxitos positivos, así mismo al final de la obra éste muere ya que sus amigos
/conocidos terminan por quemar sus libros de caballería dejando sin sentido a su vida, sin que pudiera
seguir creando su universo alterno.

Contextualización

Antes de continuar con lo que nos pertenece, debemos contextualizarnos en la obra, ya que nos
permitirá poder mirarla desde diferentes perspectivas, tanto socioculturales, como literarias, políticas,
etc.

❖ Contexto histórico y social

Don Quijote de la Mancha es una novela perteneciente al Siglo de Oro. El Siglo de Oro lo forma el
Renacimiento en el siglo XVI y el Barroco en el XVII. Este nombre alude al gran desarrollo cultural que
se produjo en esa época.

Dentro del siglo XVI se distinguen dos etapas. La primera corresponde al reinado de Carlos I, y supone
la aceptación del Renacimiento europeo y la asimilación del Humanismo. La segunda es la época
de Felipe II, en la cual se inician la Contrarreforma y un período de fervor religioso que dará lugar a la
aparición de una literatura religiosa.

La asimilación del Humanismo supone la concepción del hombre como eje del universo. Los
humanistas admiran la cultura clásica y toman como modelo el intelectual, que se rige por la razón.

La lengua renacentista persigue la elegancia y la naturalidad y toma como modelo de estilo los
escritores clásicos, la frase amplia y equilibrada, el uso del epíteto y el léxico culto.

❖ Contexto cultural

Culturalmente se enmarca en el Renacimiento, amplio movimiento artístico y cultural que, en términos


generales, puede definirse como un acercamiento a los clásicos greco-latinos y que en España
comenzó a desarrollarse a partir del reinado de los Reyes Católicos alcanzando su máximo apogeo
en la segunda mitad del siglo XVI.

El concepto de renacimiento está unido al de humanismo, corriente cultural e ideológica que


considera al hombre como centro del universo, exaltando sus cualidades y valores.

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 2


A pesar de su admiración por la cultura clásica pagana, los humanistas no renunciaron a los aspectos
religiosos del hombre. El holandés Erasmo de Rotterdam fue el máximo exponente de esa nueva
actitud espiritual. Sus obras se difundieron ampliamente en España donde su pensamiento tuvo una
cogida favorable.

❖ Contexto literario

La difusión de la cultura experimentó un auge durante la época del renacimiento, debido a la


generalización del uso de la imprenta, que llegó a España a finales del siglo anterior. En el terreno
literario, este propicio un clima cultural favorable en la segunda mitad del siglo XVI.

En la narrativa de este período pueden distinguirse dos corrientes fundamentales:

• Una narrativa de tendencia idealista, caracterizada por la idealización del sentimiento


amoroso y estilizar ambientes y personajes. Entre este tipo de narraciones destacan las novelas
de caballería y las novelas pastoriles.

• Una narrativa de tendencia realista con propósito de verosimilitud y afán de crítica social. Este
tipo de narraciones tienen su manifestación más importante en los relatos dialogados, género
muy cultivado por humanistas y erasmistas a imitación de los clásicos griegos y latinos.

Además del género narrativo, el lírico alcanzó también un gran desarrollo en la época. Persisten las
formas poéticas tradicionales heredadas del siglo anterior.

La novela está protagonizada por una persona que es un antihéroe, y el autor presenta su proceso
educativo, aunque lo hace en un sentido irónico. Se encuentra burla y humorismo, pero también
crítica social y religiosa.

El Quijote de la Mancha: potencia en todos sus sentidos

La importancia de Don Quijote de la Mancha en la literatura radica, entre otras cosas, en que satirizó
un modelo de literatura que se empleaba desde hacía muchísimos años, las novelas de caballería,
convirtiéndose además en la primera novela moderna y ejerciendo una influencia realmente
importante en la narrativa europea posterior.

El propósito de Cervantes era claro: ridiculizar las novelas de caballería. Para ello, creó la figura de
un hidalgo que había enloquecido completamente tras leer miles de libros de caballería. Así, el
aventurero y loco hidalgo se lanzó a la aventura basándose en los ideales caballerescos, satirizando
todo lo que envolvía a este tipo de literatura tan arraigada y apreciada dentro de la sociedad de la
Edad Media.

Para empezar, lo normal en las novelas de caballería es que la acción importara mucho más que
los personajes. Sin embargo, el autor acaba con eso, pues consigue que el personaje sea el
importante y que los hechos o la ficción pasen completamente a un segundo plano. Es decir, que
produjo un cambio no solo en la temática literaria española, sino también en la misma estructura del
relato, siguiendo todo lo contrario a la linealidad, llevándonos a una “montaña rusa” de historias.

Por esto y más podemos decir que es poderosa, que al contener diversificación la hace más fuerte
que otras, ya que les permitió a miles de autores literarios y no literarios estudiarla de muchas maneras.
Foucault es claro al decirnos que “El poder no se posee, funciona; no es una propiedad, ni una cosa,
por lo cual no se puede aprehender ni conquistar; no se conquista, sino que es una estrategia…”, es

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 3


decir que Cervantes supo hacer uso de la literatura, vista de este modo como una estrategia que
buscaba generar cambio y abrir los ojos de la sociedad. Él no solo escribe con la intención de hacer
algo diferente, sino también con el objetivo de criticar, refractar, de forma burlesca lo que sucedía
en la sociedad española. Este ni siquiera sabía o podía llegar a pensar que podía tener un poder con
su literatura, pero lo logró porque era algo distinto y porque lo heterogéneo, lo diferente, lo
desnaturalizado impacta volviéndose algo poderoso, y sin duda alguna que esta obra lo fue porque
hasta hoy en día podemos seguir poniendo los ojos en ella.

Poder entre la relación de los personajes y la verdad en ellos.

Dentro del Quijote de la Mancha se hace presente distintas relaciones de poder, por eso es
necesario comenzar a conceptualizar en primer lugar lo que nos propone Foucault sobre esto. Según
este autor "existe un poder disciplinario, el cual fabrica individuos, encauza sus conductas, los guía en
la multitud multiplicando sus fuerzas. Se trata de un poder modesto, meticuloso, simple, triunfante,
discreto e intenso, cuyo éxito se debe al uso de instrumentos simples”.

En primer lugar, vemos como este poder es ejercido por el protagonista, el cual necesitaba satisfacer
distintas necesidades, siendo la primera de ellas un escudero quién sea capaz de acompañarlo en
sus aventuras, y es así que lo consigue por medio de la palabra, es decir hace uso de ella de forma
meticulosa y simple, convirtiendo a un labrador en su fiel compañero. "En ese tiempo, solicitó Don
Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien…En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y
prometió, que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero. Deciale, entre
otras cosas, Don Quijote que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder
aventura, que ganase alguna ínsula, y le dejase a él por gobernador della" (l, Vll,41)

El discurso es la fuente de poder del protagonista, el pertenecer a la sociedad culta lo convierte en


alguien que, si bien es burlado en más de una ocasión, también es respetado, convirtiéndolo en un
ser que sale victorioso al comienzo de la obra porque a partir de una simple promesa que se hace a
él mismo logra salir de su zona de confort para cumplir con sus anhelos que para el resto era locura,
pero para él era cumplir con lo que sentía su corazón. Por eso es que se habla de un poder en primera
instancia sobre él mismo. Diríamos que es algo nuevo y renovado porque recordemos que esta
sociedad estaba siendo constantemente disciplinada por los de afuera (iglesia, monarquía) quienes
imponían lo correcto y lo incorrecto, pero aquí el caballero pone en primer lugar sus deseos, es decir
tiene un poder que es distinto y que nadie de afuera puede derribar.

“Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos,
prodigar el bien y evitar el mal. Huyó de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para
mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿En eso, de tonto y mentecato?”

Ese poder propio lo lleva a que lo consideren loco, ya que nadie era capaz de poner por obra ese
poder, solo él. La locura como nos dice Foucault es una representación que se va forjando de
acuerdo a cada momento histórico de la sociedad en la que nos encontremos. En la época del
quijote podemos decir que se trataba de personas que no respondían a los estatutos y mandatos
sociales, aquel que no podía cumplir con el deber de ciudadano, era loco y debía ser recompuesto.

Entonces, si hablamos de este hombre no podemos negar su lucidez, no sólo representada en su


lenguaje, sino también en cómo, durante todas sus aventuras y relación con otros personajes tiene
una forma de comunicación clara, firme en tiempo y espacio, algo que un loco (hablando de una
definición clínica) no lo tendría. Por ende, sus pasiones, intenciones, inteligencia y buen razonamiento,
están disfrazadas de locura para el resto. La pregunta es ¿por qué lo consideraban de esta manera?
Precisamente porque era visto como una amenaza para otro poder superior, que pretendía llevarlo

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 4


hacia “el lugar correcto”, ya que más bien él fue una amenaza al sistema u orden social del cual era
parte por vivir en ese lugar, pero al mismo tiempo no lo era por no cumplir con lo establecido.

Uno de los sistemas más poderosos dentro del Quijote es la iglesia: institución que estaba vinculada
casi de forma igualitaria con la monarquía, ambos decidían y manejaban a su antojo a la antigua
España. Esto significaba no solo cumplir con normas o reglas estatales, sino también morales y éticas,
por lo que sin duda era un aparato que deseaba producir sujetos disciplinados, que intentaba
imponerse a partir de una única “verdad”.

“Tome vuestra merced, señor licenciado: rocíe este aposento, no éste aquí algún encantador de
los muchos que tienen este libro, y nos encanten…no hay para qué perdonar a ninguno, porque todos
han sido los dañadores: mejor será arrojarlos por las ventanas al patio, y hacer un rimero dellos y
pegarles fuego; y si no, llevarlos al corral, y allí se hará la hoguera , y no ofenderá el humo… y todos
los demás han tomado principio y origen déste; y así me parece que como a dogmatizado de una
secta tan mala, le debemos, sin excusa alguna, condenar a fuego”. (Primera parte, capítulo Vl,
pag.37).

Foucault dice sobre la verdad “Vemos, en consecuencia, dos series en la historia occidental de la
verdad. La serie de la verdad descubierta, constante, constituida, demostrada y la serie de la verdad
que no es del orden de lo que es sino de lo que sucede”. Más que claro está que la verdad de la
iglesia era aquella que se presenta de forma constante, y que se fue constituyendo desde hace
mucho tiempo atrás. Aquí no hay verdad de acuerdo a la acción, sino de acuerdo a lo dicho. La fe,
el pecado, el amor de Dios que es dado a aquel que cumple con sus mandamientos son verdades
que se encauzan solo a través de discursos propios, que simplemente se van reproduciendo e
instalando en la sociedad.

Los personajes son sumamente importantes en este camino de la verdad y el poder: el cura representa
al poder eclesiástico del momento. A este no le importa lo que tenga que hacer para imponer los
ideales religiosos, y esta escena lo presenta muy bien. Todo lo que proviene fuera de lo que la iglesia
te dice, es malicioso, aquí la libertad es ofensa y el cura trata de remediarlo constantemente, aunque
ponga en juego su moral (y de hecho llega a lo más bajo) y su seriedad. Aquí la hipocresía llega a lo
más alto, no solo en la quema de libros sino posteriormente cuando se miente, oculta y disfraza. Todo
es un juego que tiene un único fin: volver a homogeneizar al Quijote en todos los sentidos, de hecho,
lo extremadamente molesto para este poder es la libertad que tiene el protagonista y cómo ve la
vida, de una manera diferente, porque en sí para él lo único importante en esta vida son los valores y
la libertad. La iglesia esclavizaba en aquel momento a todo aquel que no siguiera su doctrina, y eso
para él era una práctica injusta, por eso mismo decide liberar a los galeotes diciendo:

“Me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres” (I, XXII, 207).

Pero entendamos, que era una verdad que tenía aprobación y que era elegida por la mayoría de
las personas, era lo “correcto”. Entonces aquí lo que debemos comprender es que no se juzga esa
verdad, sino que se la pone sobre la mesa para entender en como nosotros como sujetos cambiantes,
tendemos a modificar constantemente la verdad, de acuerdo al presente en el que nos encontremos.

Ese encarcelamiento es constante. Otro ejemplo es cuando deciden introducirlo al Quijote a una
especie de jaula, con el fin de “desencantarlo” de esa locura.

"—Digo que yo estoy seguro de la bondad y verdad de mi amo, y, así, porque hace al caso a nuestro
cuento, pregunto, hablando con acatamiento48, si acaso después que vuestra merced va enjaulado
y a su parecer encantado en esta jaula le ha venido gana y voluntad de hacer aguas mayores o

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menores49, como suele decirse.—Digo que yo estoy seguro de la bondad y verdad de mi amo, y, así,
porque hace al caso a nuestro cuento, pregunto, hablando con acatamiento48, si acaso después
que vuestra merced va enjaulado y a su parecer encantado en esta jaula le ha venido gana y
voluntad de hacer aguas mayores o menores, como suele decirse."

Y si realizamos una comparación con la actualidad podemos entender que seguimos poniendo de
manifiesto esa verdad, que cualquier persona que incumple las normas y reglas debe ser
encarcelado y disciplinado.

Con estos dos episodios podemos comprender cómo en algunas ocasiones el poder es ejercido por
el protagonista y como luego lo ejercen sobre él, pero lo ejercen porque tienen un apoyo mayor, ya
que si él hubiera tenido fuerza con otras personas de su lado todo hubiese sido diferente. Por eso hay
que tener en claro lo que nos menciona Foucault sobre que el poder va rotando, va “pasando de
mano en mano”, no siempre pudo el caballero tener el poder que quiso por el simple hecho de que
chocó con otro poder, así es como se maneja el mundo nos lo trata de decir Cervantes.

Esa circularidad del poder se puede ver también, en las diversas clases sociales que se ponen de
manifiesto a lo largo de la obra. La misma estaba conformada por el rey quien tenía poder absoluto
sobre toda la sociedad española y los bienes materiales de estos, y estaba acompañado por los
grandes de España (duques, y familias de alta alcurnia), los nobles con títulos, los clérigos, frailes, los
caballeros ricos e hidalgos. Luego el polo opuesto, campesinos, jornaleros, trabajadores urbanos, etc.
quienes eran explotados o sometidos por los de la clase alta. Por ende, es necesario entender que
Cervantes a partir de sus personajes y de ciertos episodios intenta mostrar el poder ejercido de forma
hipócrita, de hecho, él denuncia a estos politicastros de una manera metafórica, como en el capítulo
de los molinos de viento, donde el caballero Don Quijote, intenta con todas sus fuerzas derribar a los
molinos que, según él eran gigantes. Esto representa, sin duda alguna, esa lucha entre el pobre y el
rico, entre el beneficiado y el explotado, es una “guerra” casi absurda e injusta, porque sabemos que
el que sale perjudicado es el empobrecido, el que no posee ningún tipo de fuerza, es tirado, lanzado
porque solo se le saca lo poco que tenía y luego ya no sirve, es desechado. Así se fusiona este poder,
obviamente siempre disfrazado de ideas de “progreso y gloria”.

Podemos sumar otro punto que nos regala el filósofo, él nos dice que “El poder no está, pues,
localizado, es un efecto de conjunto que invade todas las relaciones sociales. El poder no se subordina
a las estructuras económicas. No actúa por represión sino por normalización, por lo cual no se limita
a la exclusión ni a la prohibición, ni se expresa ni está prioritariamente en la ley”. Si bien hablamos en
el poder económico hay que aclarar que Cervantes era capaz de ver plasmar lo que el resto no
podía, el uso de la ironía lo llevó a que no tuviera conflicto alguno para contar las problemáticas
sociales. De hecho, imaginamos que en ese momento ni siquiera los poderosos sabían todo lo que
había presentado en su obra este importante autor. A él no lo excluyen ni lo prohíben porque hace
uso minucioso de ese escondite literario que fue todo el tiempo la ironía, la parodia y la sátira.

La verdad según el loco Quijote

Este punto requiere especial atención porque el concepto idealista de la verdad refuerza la
interpretación romántica del Quijote que viene aceptándose desde hace un siglo: Don Quijote es un
loco sublime, con pleno derecho de serlo, y más cuerdo en su locura que los hombres aferrados a la
prosaica y mezquina realidad. Vale la pena, para empezar, citar en su contexto el pasaje para
demostrar que la verdad para Cervantes es relativa a la mente que la forja:

Mira, Sancho, por el mismo que denantes juraste te juro, dijo don Quijote, que tienes el más corto
entendimiento que tiene ni tuvo escudero en el mundo: ¡qué!, ¿es posible que en cuanto ha que

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andas conmigo, no has echado de ver que todas las cosas de los caballeros andantes parecen
quimeras, necedades y desatinos, y que son todas hechas al revés? Y no porque sea ello así, sino
porque andan entre nosotros siempre una caterva de encantadores, que todas nuestras cosas
mudan y truecan, y las vuelven según su gusto y según tienen la gana de favorecernos o destruirnos;
y así eso que a ti te parece bacía de barbero, me parece a mí el yelmo de Mambrino, y a otro le
parecerá otra cosa […]

Las cosas, pues, parecen hechas al revés, no porque lo sean en realidad, sino por obra de
encantadores. Y si hay algo claro y patente en el Quijote es que los encantadores que imagina don
Quijote son los hombres mismos, y en primer lugar él mismo. La bacía de barbero es bacía de barbero;
el encantador que la transforma en yelmo de Mambrino es el propio don Quijote. Siendo esto así, lo
importante es averiguar por qué la transforma de esta manera. Claro es que está “loco”, pues foucolt
nos dice: “…la constitución de un discurso de verdad en el campo de la psiquiatría es un efecto de
la disposición espacial de la institución asilar”. Es decir, el campo que estudia la mente y la
superficialidad, lo que nos rodea nos dice qué es la verdad, aquí hasta podríamos decir que el hombre
estaba loco porque sufría esquizofrenia, porque imaginaba cosas y personas que no estaban.

Pero esta explicación no basta: la cuestión es más complicada, puesto que no sólo don Quijote, sino
también el barbero, el cura, don Fernando y Cardenio y sus compañeros juran que la bacía es yelmo,
hasta que llega un momento en que el dueño que la reclamaba no sabe a qué atenerse, duda de
la verdad que él creía que lo era. Es decir, aunque es don Quijote quien primero introduce la confusión
en la vida, son los demás hombres los que la aumentan. No sólo él, sino casi todo el mundo se burla
de la verdad.

Toda la novela se construye sobre la base de la acción recíproca de la locura de don Quijote, por la
cual se engaña a sí mismo, y de las burlas mediante las cuales los demás le engañan. Y en medio está
Sancho, ora engañando, ora engañado. Dorotea se transforma en la princesa Micomicona; Sansón
Carrasco, en el Caballero de los Espejos; el duque transforma a su mayordomo en la condesa Trifaldi
y a su lacayo en Tosilos. Don Quijote transforma a una labradora en Dulcinea. Sancho invierte esta
transformación, cambiando a Dulcinea en una labradora; pero pronto se encuentra confuso y
perplejo, puesto que la duquesa le asegura que esta labradora era, en efecto, Dulcinea, y que él,
pensando engañar, era el engañado.

De todo esto se deduce claramente el concepto de la verdad en el Quijote. Cada cosa y cada
persona tienen su identidad inalterable, pero la mente humana tiene que interpretarla. Los sentidos
no engañan, pero los hombres sí. Y puesto que el hombre es un ser social, el conocimiento de la
verdad no sólo depende de cómo interprete él la realidad, sino que depende también del testimonio
de los demás hombres. Claramente afirma Foucault “la confesión es un acto verbal por el cual el
sujeto hace una afirmación acerca de lo que él es, se liga a esta verdad, se sitúa en una relación de
dependencia respecto de otros y, al mismo tiempo, modifica la relación que tiene consigo mismo”.
Esto es, precisamente lo que le sucede a Sancho, se quijotiza por esa relación con su amo, que lo
hace ver otros tipos de verdades y no solo la que él creía que eran las únicas.

Foucault dice: “la manifestación de la verdad acerca de sí mismo no funciona en términos


performativos, sino, retomando su vocabulario, dramáticos: no se inscribe ni se articula con formas
institucionales, se define más bien por su carácter irruptivo respecto de ellas y el sujeto se implica
efectivamente en que lo que está diciendo es verdadero, en una especie de pacto consigo mismo,
no con otros, e independientemente de su estatus o función social. Se trata de esa forma del decir
verdadero que los antiguos denominaron la parresia, el hablar libre y franco”. Claro es que verdad,
se unifica con la libertad, aquí el caballero de la Triste Figura no se avergüenza de ser cómo es, de

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 7


hecho, él mismo admite que es “loco”, su verdad por eso prevalece y cobra fuerza más que las del
resto.

“Loco soy, loco de he ser hasta tanto que tú vuelvas con la respuesta de una carta que contigo pienso
enviar a mi señora Dulcinea, y si fuere tal cual a mí se le debe, acabarse ha mi sandez y mi penitencia;
y si fuere contrario, seré loco de verás…” primera parte, cap. XXV, pag.135

En juego de verdad, gana Don Quijote, por más que haya sido burlado en más de una ocasión, él
logra mover al resto de los personajes, ni siquiera vemos que los demás tienen algo que los hace
propios, sino que están alrededor de él ya sea para burlarse, hacerlo volver al raciocinio, etc., nadie
se da cuenta que el “loco” los maneja con su verdad.

Cabe destacar que, Don Quijote se pasea por un mundo de mentiras, nacidas algunas de la malicia,
la bellaquería o el egoísmo de los hombres, y otras de las buenas intenciones de sus amigos, pero
mentiras todas. Es verdad que él tiene un ideal genuino y noble. Y es verdad también que es
admirable la tenacidad con que se aferra a todo trance a la que cree ser su vocación. Pero lo
esencial es que su vanagloria corrompe su ideal y lo debilita y destruye en la práctica. A través de
toda la primera parte, don Quijote, a pesar de su nobleza y elevadas miras, es un peligro para la
sociedad: acomete y hace daño a viajeros inofensivos, llegando a veces casi a matarles, y pone a
los criminales en libertad, pues menciona sus propias virtudes caballerescas para justificar su modo de
vivir, rebaja la altura de su ideal al añadir que todo ello va encaminado a la gloria. Y en seguida echa
a perder toda su defensa y envilece su ideal atacando violentamente a un cabrero y a unos hombres
que llevan una imagen de la Virgen en procesión.

De aquí la disconformidad que hay entre sus palabras y sus acciones. De esta disconformidad él
mismo se da cuenta en la segunda parte en más de una ocasión; primer paso en el retorno hacia la
cordura.

¿Quién duda, señor don Diego de Miranda, que vuestra merced no me tenga en su opinión por un
hombre disparatado y loco? Y no sería mucho que así fuese, porque mis obras no pueden dar
testimonio de otra cosa. Pues, con todo esto, quiero que vuestra merced advierta que no soy tan loco
ni tan menguado, como debo de haberle parecido.

El quijotismo estriba en abandonar el justo medio (que para los españoles del siglo xvii era la virtud
natural de la discreción) para lanzarse al extremo de lo «exorbitante». El que prefiera don Quijote la
temeridad a la cobardía es bastante razonable, según su propia explicación. Pero en realidad no se
trata de eso; se trata de preferir la temeridad a la verdadera y «discreta» valentía.

Su verdad comienza a tambalear al final de la obra, pero aquí no podemos mencionar que él es que
pierde porque en ese caso creo que el Quijote sería una obra sin consuelo. Aquí la única una realidad,
la última de todas, que no se puede falsear es burlarnos de la muerte. Todo fue una burla y un conjunto
de verdades “falsas”, lo único que fue una verdad real es la muerte del hidalgo.

EL PODER FEMENINO EN EL QUIJOTE

En la sociedad en la que Don Quijote acomete sus múltiples aventuras y desventuras, allá por el siglo
XVI, el papel de la mujer no era otro que el estar sometida a los dictámenes del varón, su ámbito de
autonomía femenino nunca excedía el del hogar y, si no sentía en su vida la vocación de hacerse
monja, se convertía en esposa y protegida de su marido. A esta mujer no se le podía presuponer
tacha o falta alguna, había de estar adornada de virtudes tales como la de ser parca en el hablar,
discreta en el mirar, digna en el proceder, diligente en el actuar y, ante todo y sobre todo, sumisa y
obediente. El poder de las instituciones convertía una sociedad disciplinaria machista y misógina,
EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 8
donde la mujer tenía un rol único y homogéneo. Sin embargo, Cervantes no tenía intención alguna
de mostrar ese tipo de poder, sino más bien mostrar un poder femenino a través de personajes libres
y autónomos. Ejemplo de ese poder individual en los que es necesario focalizar es en Dulcinea,
Dorotea y Marcela.

De las muchas mujeres que se cruzan en la vida de Don Quijote, pues lo primero que salta a la vista
cuando seguimos a nuestro Hidalgo en sus aventuras, son los numerosos personajes femeninos con los
que se topa, tenemos que empezar haciendo referencia, en primer lugar, a su amada Dulcinea,
dama imprescindible para cualquier caballero andante. Con este propósito Don Quijote se inventó a
Dulcinea del Toboso, una mujer ideal, aunque irónicamente basada en la labradora Aldonza Lorenzo,
poco agraciada físicamente. Esta función instrumental de Dulcinea, la pone de manifiesto Don
Quijote en esta frase "…… porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y
cuerpo sin alma" (Capítulo I de la primera 1ª parte). Don Quijote necesita tener una dama a quien
encomendarse y convertirla en el motor impulsor de todas sus venturas y esa es Dulcinea del Toboso.
Hasta tal punto que cuando la existencia de Dulcinea se cuestiona, don Quijote admite que no es
importante averiguar si existe o no, lo cual delata que sólo le importa tenerla como imagen: "Dios
sabe si hay Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica, o no es fantástica; y éstas no son de las
cosas cuya averiguación se ha de llevar hasta el cabo. Ni yo engendré ni parí a mi señora, puesto
que la contemplo como conviene que sea una dama que contenga en sí las partes que puedan
hacerla famosa en todas las del mundo” (Capítulo XXXII de la 2ª parte). Esta idealización es parte de
un poder femenino, ya que se ve en cómo la figura de la femineidad puede persuadir y manejar al
hombre en más de una ocasión, aun en ficción. Aquí el caballero andante realiza sus aventuras
enalteciéndola en todo momento, buscando la espiritualidad en ella. Entonces, podemos decir que
Dulcinea representa la mujer de este nuevo siglo, más aún representada en Aldonza porque esta da
a comprender que la figura femenina no está regida bajo idealización sino realidad, ella sin duda
alguna representa la mujer de la modernidad.

Los otros personajes femeninos como el de Dorotea y Marcela, son dos claros ejemplos de los valores
que identifican la condición femenina: la libertad, la independencia y la dignidad. Como lectores, el
anhelo de libertad fue el acicate de las más arriesgadas empresas en las que se embarcó Don Quijote
en sus muchas aventuras, la mayoría de las cuales no terminaron bien para su integridad física y la de
su fiel escudero. Este ansia de libertad, le lleva a Don Quijote a pronunciar estas certeras palabras en
una de las conversaciones que mantiene con su escudero “La libertad, Sancho, es uno de los más
preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que
encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar
la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres” (Capítulo LVIII
de la 2ª parte).

Dorotea, el mejor ejemplo de mujer valiente. Ella es una mujer que accede a los deseos libidinosos
de don Fernando convencida de los nobles propósitos que él le hace ver, pero luego descubrirá que
todo es mentira y acongojada por su deshonra, saldrá dispuesta a buscar a su burlador para que
repare lo que ha hecho cumpliendo su promesa de matrimonio. Sale de su casa y, en un símbolo de
la perdición total, se enfrenta a un mundo en el que está totalmente desprotegida, hasta el punto de
necesitar disfrazarse de hombre para poder evitar los peligros que acechan a una mujer sola en un
mundo dominado por los hombres. Dorotea es una mujer valiente, que deja su familia, sus bienes y sus
comodidades para vivir sola en el bosque y evitar así la pena de sus padres. Aquí se percibe un poder
individual y de decisión en esta mujer, no sigue la sociedad disciplinaria, sino que se maneja por otro
poder que es el propio, esto ya de por sí la hace diferente.

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 9


Esta mujer lucha por recuperar el respeto de la sociedad, el respeto de sus padres y su honor
personal. Ella quiere que la persona que le quitó su honra, sea quien se la devuelva y, con este
objetivo, Dorotea haciendo gala de valentía y dignidad, a pesar de su condición de labradora, hará
frente a todo un caballero poderoso como es don Fernando, su burlador, con estas palabras: “Yo soy
aquella labradora humilde a quien tú, por tu bondad o por tu gusto, quisiste levantar a la alteza de
poder llamarse tuya; soy la que, encerrada en los límites de la honestidad, vivió vida contenta hasta
que a las voces de tus importunidades y, al parecer, justos y amorosos sentimientos abrió las puertas
de su recato y te entregó las llaves de su libertad, dádiva de ti tan mal agradecida cual lo muestra
bien claro haber sido forzoso hallarme en el lugar donde me hallas y verte yo a ti de la manera que
te veo. Pero, con todo esto, no querría que cayese en tu imaginación pensar que he venido aquí con
pasos de mi deshonra, habiéndome traído solo los del dolor y sentimiento de verme de ti olvidada. Tú
quisiste que yo fuese tuya, y quisístelo de manera que, aunque ahora quieras que no lo sea no será
posible que tú dejes de ser mío. […] Tú no puedes ser de la hermosa Luscinda, porque eres mío, ni ella
puede ser tuya, porque es de Cardenio; y más fácil te será, si en ello miras, reducir tu voluntad a querer
a quien te adora, que no encaminar la que te aborrece a que bien te quiera. Tú solicitaste mi
descuido, tú rogaste a mi entereza, tú no ignoraste mi calidad, tú sabes bien de la manera que me
entregué a toda tu voluntad: no te queda lugar ni acogida de llamarte a engaño; y si esto es así,
como lo es, y tú eres tan cristiano como caballero, ¿por qué por tantos rodeos dilatas de hacerme
venturosa en los fines, como me hiciste en los principios?” (Capítulo XXXVI de la 1ª parte). Después de
este discurso, el abrumado caballero, sólo podrá declarar: “Venciste, hermosa Dorotea, venciste;
porque no es posible tener ánimo para negar tantas verdades juntas”. Dorotea consigue así que don
Fernando repare su deshora haciéndola su esposa. Ese poder de convencimiento se da de una
manera muy fuerte en esta escena, pues el poder del discurso está en Dorotea, y lo maneja
excelentemente bien

Marcela, un buen ejemplo de mujer libre e independiente. El pastor Grisóstomo se suicida porque
Marcela no atiende a sus razones amorosas. Ella es acusada y despreciada por ser la causante de
esta muerte. En el entierro del pastor, Marcela se muestra a todos los presentes y Ambrosio, un amigo
del difunto, se dirige a ella en estos términos tan duros: “¿Vienes a ver, por ventura, ¡oh fiero basilisco
destas montañas!, si con tu presencia vierten sangre las heridas deste miserable a quien tu crueldad
quitó la vida? ¿O vienes a ufanarte en las crueles hazañas de tu condición, o a ver desde esa altura,
como otro despiadado Nero, el incendio de su abrasada Roma, o a pisar, arrogante, este desdichado
cadáver, como la ingrata hija al de su padre Tarquino? Dinos presto a lo que vienes, o qué es aquello
de que más gustas; que, por saber yo que los pensamientos de Grisóstomo jamás dejaron de
obedecerte en vida, haré que, aun él muerto, te obedezcan los de todos aquellos que se llamaron
sus amigos”.

La respuesta de la pastora Marcela es un verdadero canto revolucionario a la libertad de la mujer,


su derecho a elegir y de su derecho a que las dejen en paz, pero además es bien razonable pues
utiliza argumentos inapelables cuando se expresa de la siguiente mantera: “Yo conozco –dice- que
todo lo hermoso es amable; mas no alcanzo que, por razón de ser amado, esté obligado lo que es
amado por hermoso a amar a quien le ama.” Se permite ridiculizar razonamientos masculinos que se
presentan como naturales: ¿y si quien ama lo hermoso es feo, será entonces esta desigual lógica la
suya: “quiérote por hermosa: hasme de amar aunque sea feo”? Se permite incluso imaginar lo que
ocurriría si los seres hermosos, con ser muchos, hubieran de corresponder a la muchedumbre de
deseos que suscitan. Su lógica es implacable y poderosa.
Además, Marcela exhibe el poder de la libertad individual, cuando dice “Yo nací libre, y para poder
vivir libre escogí la libertad de los campos”. Que nadie se queje del daño causado por una hermosura

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 10


que ella no eligió y que, en uso de su libertad, ha puesto lejos de quienes la desean: “Fuego soy
apartado y espada puesta lejos”. Que nadie se queje si no se siente obligada a amar por voluntad
propia: “El pensar que tengo de amar por elección es escusado”. Por último, Marcela se manifiesta
totalmente independiente cuando se expresa en estos términos “el que me llama fiera basilisco
déjeme como cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata no me sirva; el que desconocida, no
me conozca; quien cruel no me siga; que esta fiera, este basilisco, esta ingrata, esta cruel y esta
desconocida ni los buscará, servirá, conocerá ni seguirá en ninguna manera […] Yo, como sabéis,
tengo riquezas propias, y no codicio las ajenas; tengo libre condición, y no gusto de sujetarme […]
Tienen mis deseos por término estas montañas”. La conclusión de este discurso cae por su propio peso,
cual es que a Grisóstomo “antes lo mató su porfía que mi crueldad”. Marcela prefiere estar sola, sin
hombres, para poder vivir libre en las montañas en vez de jugar el papel tradicional de la mujer que
tiene que casarse cuando un hombre la desea. Ella no quiere ser la mujer que tiene que seguir las
exigencias de un hombre, quiere vivir su propia vida y no ser controlada por otra persona. Con sus
propias palabras Marcela lo dice expresamente: “Yo nací libre, y para vivir libre escogí la soledad de
los campos" (Capítulo XIV de la 1ª Parte). Aquí nadie logra ejercer poder sobre ella, la moral y el qué
dirán no es aplicable para esta mujer, por eso logra vivir su vida sin trabas. Es realmente una mujer
poderosa en sí misma.

El plantel de las mujeres en el Quijote es tan amplio como variado, las hay que son reinas, princesas y
duquesas, otras sin embargo simples pastoras y/o labradoras, las hay que son ricas y otras que son
pobres, unas que son cultas y otras analfabetas, unas que son doncellas y otras prostitutas, unas son
hoscas y otras compasivas, las hay que son serias y otras divertidas, graciosas, socarronas y hasta
irónicas, las hay que son dóciles y apasionadas y otras inquietas y temperamentales, las hay fuertes y
otras que son vulnerables etc., pero todas ellas están dotadas, en su condición femenina, del brillo y
el esplendor que se merecen en igualdad con los hombres, tienen personalidad, son libres e
independientes, valores que la sociedad de aquellos tiempos -siglo XVI- les negaba y que Don Quijote
les reconoce, como si fueran mujeres del siglo XXI, por lo que podemos afirmar que las mujeres de Don
Quijote vivieron en el siglo XVI, como si lo hubieran hecho en el siglo actual. Desgraciadamente, hoy
día, en muchos países, las mujeres que son de este siglo XXI, viven conforme lo hacían en el siglo XVI,
echando de menos que un caballero andante como Don Quijote luche por la dignificación de su
condición femenina y pelee por sus derechos, desafiando las limitaciones que estas mujeres
encuentran en su sociedad. Sus formas de desplazamiento de estas damas, no solo las posiciona en
un lugar digno para analizarlas, sino también para comprender que ya había un poder sobre ellas
aunque sea inicial pero ya había una contrahegemonía que se iba afirmando, un nuevo poder que
debilitaba a la falocracia machista.

Conclusión

Esta obra literaria no solo fue importante porque parodió las obras caballerescas, sino además porque
introdujo una forma diferente de hacer literatura, la diversidad y la heterogeneidad la convirtió en
una novela que no tiene precedentes. Cervantes fue único al regalarnos algo tan bien elaborado.

Unas de las preguntas personajes que realicé luego de leer esta historia es ¿cómo que personaje
somos hoy en día? ¿Seremos materialistas como Sancho? ¿tendremos buenos valores como el
Quijote? ¿queremos persuadir con nuestras ideas como el cura? ¿somos libres como Marcela y firmes
en nuestras decisiones como Dorotea? ¿somos reales como Aldonza o vivimos en idealizaciones como
Dulcinea? Lo único que puedo afirmar es que somos todos estos, y eso fue el propósito de Cervantes,
llevarnos a comprender y reflexionar que estamos hechos de virtudes, pero también de miserias, que
ejercen poderes sobre nosotros, pero nosotros también podemos ser poderosos.

EL QUIJOTE, EL PODER Y LA LIBERTAD 11


Al final vemos que Don Quijote muere, esto no significó derrota para él sino tranquilidad y paz, ya
había cumplido con los anhelos de su corazón sin importar lo que hayan pensado o dicho los demás.
Dejemos nosotros también que nos llamen locos o locas, pero cumplamos lo que queremos, porque
al fin y al cabo la vida es una sola, tengamos poder sobre nosotros mismos, manejemos nuestra propia
vida.

Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?-Arturo Graf.

Bibliografía:

Michael Foucault “Poder y Resistencia”


Michael Foucault “La verdad del poder y el poder de la verdad”
Miguel de Cervantes “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”

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