Tribus Allegada Español-Pg 507-539

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5o6 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO

��-~���~-~�� TRJBU::, INDJGhNAS 5°7


t�jas que se han puesto de manifiesto respe
to del primero;
sm embargo, también se le señalan sus
inconvenientes
de los cual es no es el menor la extr
ema facilidad par�
,el fraude. Según el testimonio de Coll
n & Capltan (Droit
,,. Civil, T. I. pág. 976 de la 5.ª edición),
de implantar el de Torreas en Irlanda,
cuando se trató que habitaban el territorio colombiano a la
fraca só. Con todo,

ello no' implica que, una vez corregid llegada de los españoles ( 1)
as las deficiencias
que se l e han anotado, llegue a conv
ertirse en el «de­
slderatum» en materia de posesión insc
rita de inmuebles.

El presente estudio fue publicado por prime­


LUIS ENRIQUE CUERVO
ra vez en los Anales de Instruccz'ón Pública de
agosto de 1891. La REVISTA DEL COLEGIO MAYOR
lo reproduce hoy por tratarse de un interesantí­
simo trabajo de Historia Patria que por su gran
rareza, es muy poco conocido.

Siempre que s_e ha intentado escribir sobre asuntos


rel ativos a la historia antigua de América, se ha tropezado
con las grandes dificultades que opone la falta de do­
cumentos. Si esta queja ha sido general y se ha perdonado
a historiadores que han tratado de los pobladores de Mé­
xico y el Perú, con mayor razón se nos excusará a noso­
tros, que tratamos de las tribus aborígenes del territorio

(1) Con suma atención hemos estudiado el ATLAS GEOGRÁ•


FICO E HISTÓRICO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA por el señor
Manuel M. Paz, trabajo digno de todo elogio, especialmente en
cuanto se refiere a la parte geográfica. A la carta 1, que «repre­
senta la ruta de los conquistadores, etc., la posición de las tribus,
etc.», le haremos tres observaciones: 1.ª No es bastante completa,
como se verá poniéndola en paralelo con este nuestro estudio;
2.ª Tiene algunos aunque muy pocos errores; y 3.ª El autor con­
funde frecuentemente las tribus que existieron con las que hay en
la· actualidad, dando preferentemente cabida a estas últimas.
ERN.ESTO RESTREPO
508 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO
�- � s de Fernando e
nes. Si mucho demolieron los soldado
sado las legiones
colombiano. Estas en realidad bien pocos rec uerdos han Isabel . cuánto más no hubieran arra
apellida el Codicioso,
1

� dejado de s u· existencia. De sus ciudades y de sus palacios de Enri� ue vn, a q ui en la hi storia


no quedan ni las-ruinas. Religión, tradiciones, leyes, todo 0 los soldados de Carlos VII,
o los italianos de la segunda
os el puñal Y el ve­
fue sepultado con los mismos hombres que las practicaban. mitad del siglo xv, en cu yas man
aba con la espada? ( I)
Pueblos enteros, numerosas nacionalidades desaparecie­ neno desataba lo q ue antes se trans
religioso de los con­
ron sin que quedasen h uellas de su existencia. Parece No c ulparemos tampoco el e spíritu
autores, los llevaba a
que la vara poderosa de Bochl ca h ubi ese abierto un abis­ quistadores, que, según algunos
raban a su pas o. En
mo más profundo que aquel que rompió para desag uar destruir ct egaJDente cuanto encont
inspiró la idea de hacer
el inmenso lago Andino, y que allí hubiera precipitado contadas ocasi ones el fanatismo
los bárbaros. A los
las tribus colombianas, haciendo corre� sobre ellas el to­ hecatombes o e ídolos u objetos de
escritos que nos han
r rente del olvido más poderoso.q ue el mismo Tequendama. religlosos debemos los documentos
datos que poseemos
Una que o tra columna derruida, pocos jero glíficos, transmitido la casi totalidad de los
enas de nuestro país.
Los piado­
si tál podemos llamar a las inscripciones en las rocas, sobre las tribu& indíg
ansable celo seguían a
y los monolitos labrados que yacen olvidados en la m e­ sos misioneros, que con su inc
únicos que se preocu­
seta de San Ag ustín, son los únicos documentos que las tropas españolas, fueron los
nociones, �u�que esca­
pu diéramos cons ultar en la s uperficie del suelo. ¡ Qué paron en legar a los posteridad
modo de v1v1r Y a sus
testigos tan mudos de las antiguas civilizaciones I ¡ Q ué sas, relativas a los indios, a su
poco nos dicen. de los hombres y los hechos q ue ante ideas y creencias.
cronistas, y los da-
ellos pasaron y de las generaciones que en su presencia Consultaremos a estos pacientes
emos de completarlos con
se desarrollaron y suc umbieron 1 tos por elÍos transmitidos trat;r
es , y ensayaremos trazar
¡ Quién crey era que l os sep ulcros, albergues de la otros de escritores más recient
ible. de las tribus q ue, a
muerte, fueran la única fuente de donde pudiéramos to·­ un ma pa lo más completo pos · ori o
ocupaban el ternt
mar docu men_tos relativos a la existencia y vida de aque­ la lleg ada de los conquistadores,
Colombia.
llos pueblos I Allí hemos e ncontrado objetos de oro, de ba­ que forma la actual república de
a un crecido nu-
Tan ba.sta superficie (2) daba abrigo
rro o de piedra que nos dan alguna l uz sobre la induatria
y costumbres de los indiós. Triste es confesarlo, pero mero de parcialidades, muchas d
e las cu ales apenas ª!"
upos de cuatro o �as
a falta de mayores docume ntos, yá que no existen ar­ canzaban a ser formadas por gr
chivos que consultar, ni manuscritos que descifrar, ex­ familias.
viajes de conquista
cavaremos la tierra y estudiaremos con avidez e l con­ Los españoles en sus diversos
lación el nombre de tribu
tenido de las tumbas. dab an muchas veces a una pob

--
zas físicas o l¡¡i identl-
No culparemos a- los españoles por haber descuidado sin pre ocuparse con las semejan
el estudio de las c ivilizaciones indíge nas y haber des­
o I, _p ág ina . 597• .
truido los obje tos que hoy pudieran guiarnos en nues­ (1) Histoin de France, por V. DuRUY, tom
Ge�grafta Ge�eral
tros e studios de arqueología. Esta ciencia estaba muy (2) 13,3 10 -25 miriámetros cuadrados.
os de Colombia. FELIPE PEREZ,
atrasada en el siglo XVI. Nadie s e oc upaba e ntonces en Política y Civil de tos Estados Unid
acumular obj e tos vie j os o estudiar vetustas cfvilizacio- t omo 1-134.
TRIBUS IND IGEN AS J' lI
•••••••••••••"
5 IO REVISTA. DEL COLEGIO DEL ROSARIO A,■•••v•••••••••••••••••••,...'•-""•••'"•••�"••••
...............,, ••..,.,.........._,_...,._,
•l""v'"""••'""•••,.••••• .............,., ........................
. Plaza calcula en
••••'""'""'"""u1•,••v•-••\•'._.��v-v�w•,.,,i•v"IQui•V•v•\�W->d-'l'ul10rl'IVWlo .. .,.,,.,..""'"""'""""""•f'"•;,-

y perspicaces G-oajiros y Cozinas


dad de costumbres y de idlotl\a, A éstas las designa­ s. De sus pueblos y jefes casi
70.000 el número de ello
ban ya con el nombre de su cacique principal, ya le do tan temidos,
no conservan memoria las. crónicas, sien
conservaban su nombre primitivo, ya le daban un nombre sus dominios. Ape­
que siempre los españoles respetaron
arbitrario Y caprichoso. De aquí resulta que multitud de bres de las ciudades
nas si la historia recuerda los nom
agrupaciones o sociedades que en realidad pertenecían nekucane.
a una misma raza, llevaban nombre distinto; de aquí que de Tucutaca, Canceq_uinque y Cua
ta estaban las tdbus
.
al recorrer las crónicas quede el lector admirado del sin­ Ent re la Ramada y Santa Mar
es y la de los Guácharas
número de tribus que encontrá.ron en este suelo. Invo­ de los hospitalarios Guanehucan
y Caraibes ( 1 ).
camos estas mismas razones para mostrar que no es po­ de. Bttritaca, habitaba la
Al O. de éstos, en el valle
sible presentar una clasificación científica. Tendremos principales poblaciones eran
que contentarnos con � na enumeración geográfica que tribu del mismo nombre. Sus
las más pequeñas de Ma­
_ Bo_singua y Alkasingua (2), y
haremos por Departamentos. en la misma dirección tro­
rubare y Arubare. Siguiendo
avecinan a Santa Marta, a
I pezamos con las tierras que
el cácerío de Ayaro, y no
ocho leguas de 1'a cual estaba
Los 7 3 miriámetros de. costa comprendidos entre la Coronados.
muy distante la tribu de los
Punta Paljana Y las Bocas de Ceniza estaban pobladas la ciudad de Santa Marta
Cuando Bastidas escogi6 ­
por lo general de indios flecheros Caribes, «de la más to de partida para sus con
_ como pla za de armas y pun y Ta­
recta gente que hay en la tierra firme; (1), Muchos pue- los caciques de Gaira
quistas, asentó las paces con
bias con distintos jefes vivían allí, ya sea defendidos ediatos vecinos a Sotavento
, ganga, «que eran los más Inm
por los r�cios arrecifes, ya :,lslados de las orillas del mar los Dorcinos (más al S.). A
y a Bariovento» (3), y con
por espesos bancos de arena. Aquí se levantaban sus Bandas. Eran tan numerosas
cuatro leguas estaban los
bohíos en medio de terrenos anegados y cenagosos. Más los valles estrechos de Cueto
sus pob laciones, que s6lo en Al
a�elante sus caseríos se extendían al pie de las serra­ nger más de siete de ellas.
y Valhermoso _quem6 Alfi No
mas dominadas por las alturas cubiertas de nieves eter­ los Masi!lgas y Jeribocas.
S. estaban las tierras de los goll as,
nas del Picacho y de la Horqueta. Las playas y ense­ daban igualmente Ar
lejos__de Santa Marta que as,
nadas de la provincia de Citarma (2), las orillas de los poco más distante los Zac
Ckenguas y Conckas, y un
canales y de la Ciénaga, las tierras anegadas por el río iguas y Quiñones (4).
Ckairamas, Guackacas, Or la
Grande, estaban en poder de señores más o �enos po­ erife, en los terrenos de
En tre Santa Marta y Ten s y-
es, Agrias y Mastas. Lo
Ta

--
derosos.
laguna, habitaban los Pep
Al N.E. del departamento del Magdalena, desde los
, _ de
hm1tes con la república de Venezuela hasta las márgenes conquistas del Nuevo Reino
( 1) Historia general de las DR AH ITA , pá-
del Río de la Hacha, habitaban los valientes, arrojados LucAS FERNANDEZ PIE
Granada, por el doctor D.
---- gina 49·
Conquista de las Indias. ÜVIEDO, folio XXVIII, , F. PEDRO SIMÓN, tomo II.
(1)
(2) Noticias Historiales, etc.
(3) PIEDRAHITA, página
45•
(2) Así llamaban las tierras comprendidas entre Riohach
Santa Marta, FELIPE PÉREZ , tomo 11 , pa, gm
ª y
página 87,
. a 571. (4) AcosTA,
TRIBUS INDIGl!:NAS
512 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO

y las ciénagas y caños formados por el río Zezari ( 1 ),


ranas ocupaban los terrenos ,situados al Sur de la Cié­
Mencionaremos como principales poblaciones Ckiriguaná,
naga, el valle y las cordilleras que forman semicírculo
en una península de la laguna, Tamalaz'zaque y Zzpnaza,
a Santa Marta. Esos hermosos sitios que hoy llevan el
A orillas del río Magdalena estaban situados los Ma­
nombre de la tribu que los habitaba, están formados de
lebuyes, cuya capJtal era Barbudo. Abajo de éste estaban
valles pintorescos, de profundos abismos y de abruptas
Ckingalé y Sompallón.
rocas. Los ríos que lo surcan son peligrosos torrentes
que, desprendiéndose de altos peñascos, ruedan por II
profundas grietas formando cascadas caprichosas. Sólo
las fieras recorren hoy estos fértiles terrenos que habitó Lo mismo que las costas del Magdalena, las no me­
la valiente raza de los Tayronas (1). Estos eran de esta­ nos pintorescas del departamento de Bolívar estaban po­
tura gigantesca y tenían como súbditos o bajo su pro­ bladas por indios Caribes. Las llanuras eran del domi­
tección a todos los indios de la provincia de Calamar, nio de los Tayronas.
hasta Urabá (2). Entre sus numerosas y grandes pobla­ Entre los límites de estos departamentos y la Punta
ciones, era la más importante Pocigueyca, corte de su prin­ Canoas en las hermosas ensenadas defendidas por peli­
c¡fpal cacique; seguíanle Mongay, Sznanguey y On'gudca. grosas rocas y dominadas por pintorescas islas y escar­
Al Sur de los Tayronas moraban los Chymilás. pados barrancos, había multitud de fracciones. e Insig­
En la Sierra Nevada los Aruacos (3), y entre éstos nificantes caseríos cuyos habitantes se reunían en Tuba1á
Y los Taa:ialameques estaban los /tatos, Guanaos, Babu­ a discutir sus intereses comunes. De allí su nombre, que
res, Topes y multitud de otros pueblos. significa rezmz'ón ( 2 ). Al Oriente de éstos quedaban los
Domo y Bohoso quedaban cerca del río San Diego. Malambos. De éste último punto a la barranca de Mateo
El Valle de Upar, fértil y rico, era muy poblado de se extendía el país densamente poblado de los Tablados,
gente dócil, pacífica y sufrida. A orillas del río Guata­ y al N. el pueblo de Zamba (3).
porl (río frío), y a una legua del río Cesar o Pompa­ La babia de Cartagena y costas adyacentes, si. ex­
tao (señor de' los ríos), fue fundada la Ciudad de los Re­ ceptuamos las playas cubiertas de manglares y los llanos .
yes, sobre los escombros de una de tantas poblaciones bajos Inundados, estaban poblados por súbditos del ca­
Incendiadas allí por Alfinger. cique de Yurbaco (Turbaco).
De las montañas de Garupar a la ciénaga de Zapa­ Las islas también tenían sus moradores. Carex se lla­
toca se extendían las provincias de los Pocabuzes y Al­ maba el caciqµe de Codego y sus dos principales pobla­
cokolados (4). ciones, una en Bocachica y otra hacia el interior de la
Los Tamalameques habitaban el pueblo del mismo isla. Al lado opuesto de ésta habitaban Cospique, Cocón,
nombre, los terrenos bañados por la laguna de Zapatosa Matarrapa, Timz'riguaco y Caricocox. En, la isla de Barú,
\

(l) De chetzar (agua calma). Lurs STRIFFLER.


(1) La palabra Tayrona, según Herrera, significa fragua.
(2) FELIPE PÉREZ, tomo II, página 649.
(2) La Perla de Amtrz'ca, por D. ANTONIO JULIAN.
(3) PIEDRAHITA, página 47. (3) PIED RAHITA, página 58.
(4) Así llamados porque se teñían con tinta negra el remate 5
de los párpados. PJEDRAHITA, página 5 1.
514 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO TRIBUS INDIGENAS

a inmediaciones del caii.o de Pasacaballos, estaba situada En la vasta llanura que se extiende sobre la margen
Bahaire (1). derecha del Slnú, y que a primera vista pareció a los
A barlovento quedaban los pueblos de Mazaguaf,>o, españoles tan poco poblada, estaba el pueblo de Finzenú,
Guapates, Turipana, Mahates y la «gran población de que otros llamaron Zenú, de más de veinte casas. El
Cipagua», cuyos caciques estaban en guerra abierta. Al resto del valle había contenido una densa población que
primero de estos señores pertenecían Igualmente Oca, y la peste había diezmado.
Cornapauca. Llamábasé Finzenú lo que hoy ocupan la villa de San
A orillas de la laguna de Tesca se. hallaba el pue­ Benito Abad, Tolú, Ayapel y sus alrededores. Era su
blo de Canopo/es, y a la izquierda de la bahía de Car­ capital Tacasuán (1) y sus principales poblados Clit'nú,
tagena, a corta distancia de la costa, Gu,atena. Junto a -residencia de la cacica Tota, y Farqtdel, en la cual había
éste en una barranca, había otro caserío (2) cuyo nom­ un adoratorio.
bre no registra la historia. Las serranías que se extienden al S. O. del Depar-
Yurbaco y Calamar o Calamary (que quiere decir can­ tamento estaban pobladas, y en ellaJI había muchos case­
grejo) eran los dos pueblos principales entre los muchos ríos y rancherías. Estas y las tierras comprendidas entre
que en estas reglones existían. A poco que salló del San Jorge y el río Cauca eran dominio del cacique de
.último de los mencionados, Heredia encontró otro situa­ Yapel o Ayapel, a cuyas órdenes estaban multitud de
do a corta distancia de una lagl.ma, y siguió por espacio -señoríos de gallardos, dispuestos y arrogantes indios (2).
de tres leguas viendo por todas partes grandes pobla­ En su primer combate con los españoles cerca de Yapel,
ciones hasta la entrada de un caserío tán extenso «que la capital, 2,000 de estos indios fueron desbaratados.
hacía dos horas- que andábamos peleando y no habíamos Más adelante, a orillas del río Cauca, encontraron los
llegado a la mitad del pueblo (3)». que fue incendiado castellano; una población que sus habitantes destruye­
por sus moradores. A poca distancia halló otro más gran­ ron antes de dejar profanar su suelo por el extranjero.
de aún. De ahí para arriba las poblaciones se extendían a pér­
El cacique de Tolú tenía cinco o más caseríos a su dida de vista en los dominios del cacique de Nutibara,
mando, y era dueño de las hermosas costas._que forman del cual eran tributarlos todos los labradores del valle
el golfo de Morrosquillo. La capital de sus dominios basta la sierrra de Abibe.
quedaba a seis leguas al S.O. de Cartagena. Del Tlrození, siguiendo la tierra adentro- hacia la cor­
Sobre la costa, antes de llegar al Sinú, Ojeda encon­ dillera de montaii.as que tiene sú origen en la de María
tró una Importante población, mas calla su nombre. y que se desarrolla entre el río San Jorge y la .marge�
( 1) En su Compendio histó,,.ico del descubrinit'ento y coloniza­ -occidental del Cauca, quedaba la provincia de Pancenu.
dón de la Nueva granada, el Coronel D. Joaquín Acosta [pági­ La de Zenu(ana se extendía del otro lado del Cauca, en
na II4] da a este cacique el nombre de Dulio o Duhoa. J. J;
Nieto llama Bahaire al pueblo y Dahoa a su cacique. ( 1) Tacasuán se hallaba situada donde hoy se levanta San
'Benito Abad. Geografia, etc., de la provincia de Cartagena, p or
(2) ACOSTA, 122,
(3) HEREDIA..!. Documento manuscrito citado por Acosta, pá­ ]. J. NIETO. �
gina II2. (2) AcosTA, · página 130.
REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO

TRIBUS INDIGENAS
la parte del departamento de Antioquia, que después
tomó el nombre de Zaragoza ( 1 ). En esta región que­ Pacra o Poncra ( 1 ), y en los puntos más elevados Cato­
daba Si"mití. cke, Zuirisa, y Buquebuque, en tres miserables poblaciones.
Uno de los centros principales de los llanos de Co­ Bonomiama, Pacorá, Pocorosa, Secativa, Tumanamá o
roza! era sz·ncelejo.
Tubanamá (este último, en las alturas que dominan a los
Las tribus del Sinú a la punta de los Arboletes e ran Comagres, 9.e extendían sus tierras hasta Panamá), Ckepo,
tributarlas de los Urabáes. Ckaquiná, Ckacucá, y Tamaclzé, lo mismo que los Chiapes,
A orillas del río Magdalena se encontraban multitud -eran dueños, en el orden indicado, de los terrenos com­
de tribus y de poblaciones: Yaguará y Zipauna, no lejos prendidos entre la cima de la cordillera y la costa del
de Barranquilla; jllompox, el más poderoso y que con­ Pacífico . En la parte Sur del golfo de San Miguel Y en
taba el mayor número de súbditos; Tamalagitataca, Cht"­ las islas habitaban las parcialidades de Cocure o Cuquero,
'1 qtdtoque, Talaigua, Tacalazahuma, Tacaloa, Menchiquefe,
Tumaco y Terarequi, dueño de la isla de San Miguel.
· y varios caseríos de los Guamaives, Malibúes y Aburraes. En los valles que parten del golfo hacia el Sur, angos­
El cacique de Ablbe era Independiente y tenía su tándose hasta llegar. a la Punta de Piñas, vivían 101
capital en la falda de la montaña del mismo nombre (2). Chockamas o Chicamas, y al Sur de éstos, los súbditos
III del cacique Bz"rú (2).
Vo lvamos al Norte. En las Islas de _San Bias habían
Trastornando el orden geográfico seguido hasta aquí.
muy pocos Indios.
dejaremos para más adelante las tribus del golfo de Urabá,
Al Occidente de Nombre de Dios vivía el cacique ·
y pasaremos a las que habitaban el departamento de
Carete en. guerra abierta con su vecino de Ponca o Pon­
Panamá.
cha. Co n éstos colindaban los U,-irás.
La primera trfbu con que tropezamos al Oriente del
A poca distancia de la boca del río Kiebra (hoy Belén)
Istmo era la del ca�ique Cemaco, a pocas leguas de la
halló Colón un pueblo numeroso (3); . en el puerto de
margen izquierda del Atrato.
Retrete encontró otra población de indios bien formados
Al N. de la costa, en un valle ameno, y cultivado,
y de alta estatura, y no contrahechos y de vientre pro­
surcado por aguas corrientes y cristalinas, en medio de
minente, como los vistos hasta entonces por el Almi­
árboles frutales, se levantaba el cercado del cacique Co­
rante. A un caserío dio el nombre de Bastimentos por
magre. De aquí, siguiendo al anterior, al llegar a las se­
las sementeras de maíz que habían en él y en las ve­
rranías que dominan el golfo de Urabá, quedaba el ca­
cinas islas. La hermosa bahía de Portobelo estaba ro •
serío de (}uareca o Escaregua, quien con más de mil hom­
tleada de casas en forma de anfiteatro, y sus numerosos,
bres presentó combate a B;llboa. En los llanos cercano s
pobladores era� aquellos valientes que poco antes habían
moraba Teoca o Teoachán,- en la falda de -la cordillera
-rechazado a Nicuesa.
(1) La guerra de Quito, por Del cabo Gracias a Dios a la provincia de V eraguas,
CIEZA DE LEÓN, Prólogo de
Marco Jiménez de la Espada, página Badajós, atravesó por pobladíslmas tierras pertenecientes
XLVIII.
(2) ]. J. NIETO,
(1) ACOSTA, página 52.
(2) AcosTA, página 80.
(3) AcosTA, página II.
TRIBUS ÍNDIGENAS
518 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO
tañas y valles del Istmo y sus inmensas selvas. Muy
a distintos caciques (1); Totomagua, Tatackent6f, Ckame,.
lejos de ,,.parecernos exagerado el cálculo de Acosta, lo
el poderoso Natá,.Escotia, 7aracurt, Penonomé Tabor. Ckerú,
juzgamos Inferior a la realidad.
Pari6a o Pariza, a quien a causa de sus grandes rique­
zas llamaron los españoles París, Ckicacotia, Guanaga, y IV
los valientes e infatigables Urracá, Musá y Bula6á.
Centro del de­
Entre los· ríos Cateba y Cublga, Colón reconoció cinco Las tribus que habitaban en Norte y
la nación Ckocó.
grandes caseríos. Los bosques y playas qu_e regaba el part amento del C:auca pertenecían a
s arenosas del
primero de éstos estaban, lo mismo _que las márgenes Los Urabaes eran dueños de las costa
adizas y cubiertas
del Gualga, densamente hab!tados (2). Atlá ntic o y de las orillas bajas, aneg
princip.ales caci­
En su cuarto viaje, saliendo de la costa Mosquitos, de manglares del Atrato inferior. Sus-
as del río Bacubá,
el Almirante arribó a las Bocas del Toro. En medio de­ cazgos y caseríos eran : Turztí, a orill
o Le6n, Abena­
los manglares cuyos tallos sostenidos por nervudas y Tiruft, o Tiripí, Abibeiba, AP3trimiandó,
río Sucio, Gua­
poderosas raíces parecían surgir del fondo del Océano, meck ey y Abraiba en las márgenes del
clnco mil guerreros
y a la sombra de los coposos hobos de dorados frutos naca y Tickirí, donde se. reunieron
as del Atrato Balboa
que adornan y embell�cen los canales de Cerabora y en más de mil canoas. En las orill
s estaban construi­
Apurema, en una de las Islas encontró un pueblo y sur­ enco ntró dos poblaciones cuyas casa
s de las inundaciones.
tas en él veinte canoas (3). das sobre árboles para defenderla
nombre de éstas, aunque
Los caseríos más occidentales del Istmo eran los per­ Ningún cronista nos transmite el _
do en una de ellas saheron
tenecientes a los señores T1tti6a1, o Tuti6rá, Tunaca, Cki­ n o serí an tan pequeñas cuan
te
a defender su �ntrada. Otra de semejan
riqut, Vareda y Burica. 4,000 hombres
nández, a donde no pudo
Casi todas las tribus del Istmo pertenecían a la na­ construcción halló Gómez Her
s. · A orillas ele este
ción Cuna y hablaban el mismo Idioma, el Cueb�, con penetrar por la fuerza de las arma
s. Las tierras del poderoso
pequeñas diferencias (4). río vivían también los G11,gure
as de las bocas del Atr�to.
Acosta calcula en 300,000 el número de habitantes Dabeiba principiaban a diez legu
numerosas y vahen­
que vivían en el hoy departamento de Panamá. Si ho­ En la.s costas del Pacífico había
probaron en las resistencia que
jeamos la historia de la conquista veremos a cada paso tes tribu s (1), como lo
en Puertoquemádo, Cupique,
a aquellos atrevidos e Infatigables Indios oponer mura­ opusieron a los españoles
(hoy Baudó) y Fortalezas, en
llas de miles de °desnudos cuerpos a _los destructores en los valles de Baeza
os de casi toda la costa los
efectos de los arcabuces españoles. Incalculable es el San Mateo, etc. Eran dueñ
número de víctimas inmoladas por la cobarde codicia de Noanamas y los Citaraes.
los pantanos que en
Pedrarias Dávila y el de aquellos defensores de la li­ ImpractJcable en Invierno por
hados tor_rentes y ríos que la
bertad de su suelo, que con su sangre regaron las moa- ella se forman y los hinc
es, poco habitable a causa de
surca n en todas direccion
( 1) ACOSTA, página 68. nentes, la serranía de Ablbe no
( 2) AcosTA, página u. los aguaceros casi ·perma
(3) ACOSTA, página 5.
(4) AcosTA, página 78. (.i) AcosTA, pág. 82.
520 REVISTA DEL COLEGIO DEL t<.OSARIO
�'-""�~�""""-"'""'"""'~""'�~""'~-------~�"""""' TRIBUS INDIGENAS
contaba con más moradores que los
sujetos dispersos de surcados por numerosas aguas y cubiertos de vegetación.
Qzeinunclzú, tan feroces como los
tigres y leones, con
quienes compartían sus guaridas. En s u límite superior existe un volcán que en las ma­
No así las faldas de
la cordfllera y los llanos que ñanas claras se cubre de un picacho de niebla. La capital
se extienden a sus pie s,
llenos de poblaciones tributarlas quedaba a siete leguas de la cordillera.
del cacique Nutióara,
quien con 2 0 , 000 indios recibió Dominaba en el valle de Lili (Cal!) el cacique Pete­
a Francisco Cesar cuando
por primera vez vino a importu cui, · de la tribu de los Gorrones (del nombre de un pes­
narle (1), Era vecina de
éste la .población guerrera de cado). Eran vecinos suyos losfamzmdis. En las pobladaiai
T�taóe (2).
Guacuná o Quz'nclzuá estaba situ orillas del Cauca, frente a éstos, vivía Calambas.
ado donde está An­ .
sermavlejo (de anser-sal). Allí Al Norte de Cali moraban los '.Bttgas y al Sur los
vivían los Tupuyas y Earóacoas. Entre CJ!li y el Pacífico estaban los Timbes y
Guaticas fa) en la provincia de
Urabá. A pocas leguas Coinaas. Entre Cal! y Buenaventura, a orillas del San
al Occlde1;1te se hallaban las
tierras de Cz'richá, ene ­ Juan y en las márgenes del Jamundi, se encontraban
migas Y no muy· distantes
de los Capermantas. Más al __,, multitud de indios, entre ellos la tribu de los Agteales.
S. estaba la provincia de Nac
or en un valle cubierto Al S. de éstos quedaban los indios de Piendamó, Plaza,
de grandes poblaciones. En
la provincia de los Pastos Guambías, Cocomecos y Cotares, y los pueblos de Gttamza,
vivían los Quz"llancingas (4), y
al N. los indios de /roca, Malvasá, Polindara, Palacé, Tembío y Colaza. Cerca de
Naratzepe, Cori, Cartamo, Pirz
a y Soptn"a en las cabe­ éstos, Solara, Gzeanaca al S., Gztac/zz'cone al Oriente. Más
ceras del Atrato; Ocuzco, Gua
rina y Cuczti del cacique al S . se veían Íos de Coclzesqttío, Lagunilla, Barrancas, Y
Curaca, Todos hacia la margen
izquierda del río Cauca. la gran tribu de los Masteles.
Muchos pueblecillos había en
esta provincia ha�ta el Las frescas y amenas tierras del cacique Popayán
río Chinchlná (5).
tenían «crecida población en parte llana» (1). De sólo
La provincia de los Qui'móayas,
situada hacia el N. la fortaleza salieron 3,000 guerreros a atacar a Ampudia.
de Cartago la Vieja, estaba
regada por los ríos Tacu­ Eran súbditos suyos, además de los anteriormente citados,
rum6i Y Zegues y cubierta
de Inmensos bosques de gua­ los Yacuanqueres, Palos, Solimanes y Bolos (2).
duas, matizados por hermo
sas pal meras de pijivaes, tan En el valle de Patía eran tan numerosos los Indígenas,
impenetrabl s, que «casi no
� se puede andar por ellos» (6).
Su extenslon era de 1 5 que en su primer encuentro con los españoles les pre­
_ leguas de longitud y 10 de
latitud, Y corría desde el río sentaron de tres a .cuatro mil guerreros.
Grande hasta las nevadas

--
cimas del Ruiz y de Santa Entre Patía y Pasto también tropezaron los conquis­
Isabel, por terrenos fragoso
s tadores con muchas poblaciones, peleando diariamente
con ejércitos que demoraban su marcha (3). Las princi­
( I) La Crónica del Perú, por PEDRO CrnzA DE LEÓN, T. 1
(2) CrnZA DE LEó 7. pales . de éstas eran: Turca, /sancal, Cumbá, lpiales, Gual•
N.
(3) ACOSTA, pág. matá, Panyan, Tunes al centro, Sa/neyes, Túquerres o Tu­
164.
(4) VELAsco, 172. Histori curres, Mal/ama, Yasenal al Poniente, Imazocamate, Be-
a del Reino de Quito.
(5) ACOSTA, pág
. 262.
(6) Décadas de (1) CASTELLANOS, parte 3.ª
He1'rera. D. 6. L. VIII, <;:a 4.
p. (2) PIEDRAHITA, pág. 77.
{3) PIEDRAHITA, pág. 79.
TRIBUS INDIGENAS
• 522 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO

riormente hemos
iondino Y Meondino al E., Sebondoy al S. Todos pertene­ Por alguna de las cifras que ante
número de indios que
cían a la nación Quillancinga, la cual contaba con más presentado podrá calcularse el sin
artamento del Cauca.
de 3 0 parcialidades lndependtentes ( 1) . Eran de este nú­ poseían Jo que hoy constituye el dep
ía más de un mlllón
mero igualmente los Cacampues, Chorros, Ruz'les, Arga­ Según cálculos de Acosta, hab
Ansermavlejo (1). Era
yanes y f!aguales. de hab itantes desde Caloto hasta
tes que a cada paso,
Al Sur de éstos quedaban los Chapanckicar, Masteles, tal el número de tribus independien
edir la marcha triun­
Abades, Ckancos y Bojoleos (2), y los Pichilimbíes y Cuitas como brotando del suelo, salía a imp
yá los jefes las más
entre los ríos Telembí y Patía. fal del estandarte de ·Castilla, que
por darles nombre, y
En el Caquetá, entre !multitud de pequeñas tribus, de las veces ni se preocupaban
mayor desprecio, conser­
.
citaremos a los Yacuanqueres, Ckapia!es y Papiales al N.O.; pasaban de una a otra con el
aquellas que les pro­
los Mocoas, Patocos y Sucumbios, a orillas del Caquetá; vando únicamente el recuerdo de
los Macos, en las márgenes del-Papamene; los Pitfumayos, curaban oro o gloria.
en. las.márgenes del río del mismo nombre, y los Coja­ V
nes, hombres feroces que dominaban a las demás tribus (3). las distintas tribus
Los Palenques y los Omaguas que contaban muchas par­ Hemos visto yá, a vuelo de pájaro,
tos bañados por los dos
cialidades. que habitaban los departamen
del interior, principiando
A tres nacionalidades principales podemos reducir Océanos. Visitemos ahora los
los distintos habitantes del Cauca. en el momento de la por el departamento de Antloqula.
só a los españoles la
Asombro y grata sorpresa cau
�onqulsta: los Chocoes al N. y los Omaguas y Pijaos,- esta bán la serranía de Ayapel.
ultima reconocida como protectora de la anterior. Los vista del río Cauca cuando baja
o y limpio llano semejante
Omaguas Y Pzj'aos contaban con un total de 600,000 al­ Dominaban de allí'un extens
os cuadros los formaban In­
mas, de las cuales 120,000 pertenecían a los Pij'aos. Estos a un tablero de ajedrez, cuy
aciosas casas, sementeras
se extendían desde las montañas de Ibagué, por lla- n umerables poblaciones y esp
ales. A este valle dieron el
nos y serramas, en un terreno de más de 100 leguas de y hue rto s de árboles frut
ca, que significa ídolo,
largo, donde están hoy Buga, Toro, Call, la frontera de nom bre de Huaca, Guaca o Cau
a señalada por la natu­
Popayán hasta Caloto y Salamanca, y parte de los de­ adoratorio «o cualquier·otra cos
e que allí encontraron fue
raleza» (2). El primer caciqu

-
partamentos del Tolima y Cundinamarca.
del de Utibará. Vecino de éste
el de Tuatoque, tributarlo
( 1) PIEDRAH!TA. pág. 84. Podemos agregar a éstos los pue­
blos de Chucha/do, Ascua/, Mal/ama, Jucierres, Capuis, Yles, do aún los in_dios an-
( 1) Poco después de la conquista, cuan
Gúalmatal, Chapoa, Nales y Piafes. o del yug o español, se c ontaban
daban por los m ontes huyend en Arma,
(2) Historia del Reino de Quito, por el Presbítero Juan de , 2 , 0 en Timaná, más de 8 ,
20,000 en Past o
0 000
0 00

- Velasco, t. u, pág. 142• en Cali, 40, en Anser­


25, 000 en Caramanta, más de 3
000
0,000

fa) Entre las obras consultadas para establecer el sitio que­ o Chapanchica e Izcance,
maviejo. Poblacio nes pequeñas com
ocupaban las tribus del Caquetá, hemos encontrado tal difusión indios. Relación de Popayán, por
contaban cada una hasta 2 ,0 0
0 0

que n os es del to do imposible fijar este punto de nuestra antigu�


geografia.
, FRAY JERÓNIMO DE ESCOBAR.
(2) AcoSTA, pág. 253.
TRIBUS INDIGENAS
5 24 REVISTA bEL COLEGIO DEL ROSARIO
��~�-~-~�� La parte de Zenifaná, perteneciente a este Departa­
quedaba el valle de Nore o Norí, cuyos hermosos, es­ mento, la c�nstltuían las tierras árldas, pero ricas en oro,
forzados Y . valientes habitantes obedecían a Naóuco 0 bañadas por el N:echí y sus afluentes en las regiones
Naóonuco, Al occidente había un pueblo grande, fundado cuyo centro queda en Zaragoza y Remedios ( 1 ).
sobre gruesos árboles. Al S., y no muy distante, estaba Muchos indios habitaban las llanuras de Cancán, a
el valle de Burz'ticá, con su inaccesible capital encajonada orillas del Parce. Al Sur, trasmontando las colinas, es­
en rudos peñascos como nido de águila. Junto a ésta taban los dominios de Zurume, y al Sur de éstos, los
quedaba Xundaóe, y más al Occidente Cauroma, y hacia de Heóégico.
el Oriente Carlama. Cerca de la sierra de Urrao habitaba Toné, cacique
Las poblaciones que los españoles encontraron más de los Catíos.
al N. fueron: Tmngo, Guaence, Catibu rú, Cuz"zco, Araque Las orlllas del Porce, llamado por los indios Aóurrá,
Y Carauta, cerca de loo límites con Bolívar; Bajaqui·ma estaban muy pobladas por la tribu del mismo nombre,
Y Tacujurango (1), en el valle de Norisco; Bredumo, Bre­ la cual se extendía hasta las bocas del Tacaloa. En el
nuco O Neguerí, en el valle de Tenca e Ituango. Las tierras bajo Porce habitaban los Yamesz'és de Ja misma tribu,
de Tociná quedaba cerca de Burift"cá; Guazuseco, Pueótico, cuyo más poderoso cacique era el de Cttcuóá (2), donde
Peque Y Curumé (2), en las pendientes de la serranía que fue fundada la primitiva villa de Zaragoza, en el valle
baña el Cauca. de Vitué, tenía más de 2,000 habitantes.
De Norte a Sur en las 1"iberas del Cauca, a la de­ Era muy poblado el valle de Iraca.
echa, quedaban Blanco de Sal, Zenifaná y Mungía Entre los puntos ocupados por Bolívar y Andes se
� , esta
ultima dominada por el páramo de Arbl. levantaba la rica y floreciente ciudad de Corí
(3).
Entre el Cauca y el Nechí citaremos' como digno En el valle del alto Aburrá estaban, entre otros
s
de atenclo, n: el pueblo de la Pascua, Poólanco, Las Peras, muchos, los pueblos de Bitagüi o ltagüz , Aná y Niqu
• · iá (4) .
Los Pobres, La Sal, Tz'ti'rzoí, Anorí, Caruquza, San Andrés La provincia de Antfoquia, propiamente dicha, con­
taba con numerosas trlbus. Las principales eran: Pequi,
,
Tiqu irf, Uóeda, Cáceres y Pesquería.
En solo el válle de San '}ndrés quedaban los case­ Guama, Penco (5). Norisco, Tuango, Puóio, Zeracuna, .Pe­
,
nos de: Gu arcama, Cuerqu za, Pipiman, Ozeta, Maq t"rá bere, Nitana, Tuines, Cuizco, Araque, Gu acuseco, Teco,
u ,
A�uas ·sí, Omogá, Neguerf, Yusca, Aguataóa, Alanz"quí, Catfo.
Recordaremos de paso el nombre de algunas pobla­
� Ta­
'
quzburi, Mosteco, Moscatero, Cuerquisá, Carimé, Ochalf
Ubaná y Quimé (3). ciones tabamíes: Yolombó, San Antonio, Peñol, Co_corn
--
á,
Maitamac, Apurimac,· estas tres últimas pertenecían a la

de
( I) Geogra/ia General y compendio histórico del estado
Antioquia, por MANUEL URIBE ANGEL, pág. 705. (1) AcosTA, pág. 124.
(2) M. U. ANGEL, 506. Curumé quedaba dond (2) AcoSTA, pág. 362.
e está ahora
Anzá. Poblanco, donde queda Amagá,
pág. 738. (3) MANUEL U. ANGEL, pág. 6u.
(3) Estos últimos, citados por el doctor Uribe (4) MANUEL u. ANGEL.
Angel ; .
738, quedaban en las serranías que (5) AcosTA, pág. 360. En el valle de Penco dominaban los
separan a Antioquia de; va
Pªf1e
de San Andrés. caciques de PU1 rute y Guaramt.
.TRlBUS INDIGENAS
REVISTA DEL COLEGIO DEL, ROSARIO

tri bu de los Armas (1), los Pafl,curas o Pácoras, con más mapaz y San Vicente de Páez (su centro más poblado),
de 6, 000 indios, siervos del cacique Pz"maná,· Puchina, y Mu­ hasta confinar con C undlnamarca (1); por el S. llegaban
tiambe, en la� montañas que quedan al Oriente de Sansón· basta las tierras de los Timanaes, encerrando en s u seno
la poderosa-provincia de los Pozos, cuyo caciq ue Pz"ma: Infinidad de parcialidades.
A la orilla izquierda del Fusagasugá, en su confluen­
naque opuso en su primer encuentro 6,000 guerreros al
invasor ; Pécora, a dos leguas al Oriente, y en fin, la cia con el Magdalena, vivían los lqueimas.
En las Diont�ñas que dominan al valle de Neiva mo­
_ .tribu de los Carrapas, en los puntos ocupados hoy p or ra b an los Coyaimas, enemigos permanentes de los Indios
Tapias, N eira, Aranzanzu , y Filadelfia, Las principales
del valle. En propiedades de los unos y dé los otros
poblaciones de los Pécoras fueron : Clmscurucua, Sagui­
había g randes p -o blaciones y caseríos arruinados por las
tama, Chambzricua, Ancora, y Aupirimi,· y de Carrapa
sangrientas guerras civiles. No menos belicosos q ue los
Irrúa.
Coyaz"mas eran los Natagaimas (2).
Las tri bus de este.Departamento pueden reunirse en
tres grupos bien distintos (2). Las orillas del río Saldaña estaban ha bitadas por los
Los Catíos, situados en los terrenos comprendidos Teporoges, cuyas principales po blaciones llevaban los nom­
entre, la margen occidental del Cauca y la serranía de bres de_ Acuritlo y Apaglo (3).
Abibe; los Nutabes, entre el Cauca y el Porce, y los Taha­ Las tierras del Timaná estaban densamente po bladas.
míes, en los puntos medianeros del Porce y del Mag­ En solo el valle se encontraban 20, 000 Indios. La cacica
dalena. de Gaz"tana, vecina de Timaná, hizo frente a los espa­
ñoles con 6, 000 guerreros en un primer encuentro; des- .
VI pués de haber sido desba ratado este ejército, reunió
1 0, 000 Indios para un segundo combate (4).
Pasemos al departamento del Tolfma.
A pocas leguas de Timaná, atravesando la cordillera,
Los Pantágoras habita ban en la margen izquierda del
se tropezaba con los Yalcones o Canebís, a la altura de
río Magdalena, y domina ban a los Tamanaes, Guarz·noes,
San Sebastlán de la Plata. Separábanlos de los Tz"ma­
Marquetones, Guasecujas, Gug,líes, Guaguas, Doimas, Guas­
naes los Ynandos. Eran también vecinos los Apz"ramas,
quias, y eran el terror de los mismos Pijaos, a quienes
Pz"naos y Guanacas (5).
varias veces sometieron.
Los Andaqtdes habitaban las orillas del río Madalena.
Los terrenos donde está actualmente !bagué y el llano
de las Lanzas pertenecían a la tribu de los Palenques (3).
L�s Pijaos se extendían desde los límites con el Cauca ( 1) PIEDRAHITA, 76. Los Gualíes poblaban los llanos de :1'1a-
por los valles de Neiva, Almague r, Alta Gracia de Su- riquita.
( 2) P!EDRAHITA.
(1) En el asiento del cacique Mai"tanzac se fundó la población (3) FRAY PEDRO SIMÓN, tomo IIi pág. 345.
de Sonsón. MANUEL U. ANGEL, pág. 625. La provincia de Arma (4) AcosTA, pág. 273.
tenía 6 leguas de latitud y 10 de longitud, y más de 20,000 ha­ (5) AcosTA, pág. 271.
bitantes.
(2) MANUEL U. ANGEL, pág. 506.
(3) ACOSTA, 296.
REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO
/
TRIBUS JNDIGENAS 5 29

/ald, cuyos habitantes eran los más blancos que h� s�a


VII entonces hubieran encontrado los españ�les. Estos, un1-
camente en el ámbito de lo que llamaban Guane, con-
La primera población que tocara en Santander la .
taban más de 30,000 casas habitadas.
planta de Quesada fue Tora, situada donde actualmente
Los lugares pedregosos, altos y peñas'.'.osos que se ex­
se halla Barrancabermeja. No lejos de allí, a orillas de
tienden al Oriente eran dominio del rico y poderoso
la ciénaga de San Silvestre, levantábanse multitud de Macaregua.
caseríos.
Citaremos como puntos principales en esta parte del
En las bocas del Opón quedaba situado el pueblo d e
Departamento: Barickara, y la ¡my poblada Chianckón (1),
.Barbacoas. Tres pueblos cuyos nombres no nos transmi­
al N.O. y S.E., ,respectivamente, de San Gil Tequia,
ten los historiadores, encontraron los conquistadores en ;
Jerird, (pueblo del cacique Guanentd, donde fundo Aguayo
la cordillera que de allí se desprende hacia el interior, ,
el pueblo de Málaga); Ckipatd, asiento mas tarde de la
y otros cuantos más a orillas del Carare. El cacique de
poblacló·n que es hoy Vélez, y otros varios caseríos del
· Opón fue aprehendido en su cercado, celebrando una bo­ cacique Sacreque/ Burtaregua, contra la parte alta de la
rrachera. Entre los ríos Horta y Carare encontró Galiano
cordillera, en tierras regadas y cubier�s de sementeras;
pequeños y numerosos caseríos, y entre este último y
Bocaré, al Oriente de este último; Ckoaquete, Siscota, Co­
el Magdalena, la tribu de los Nauras. liseo Curahete, Sancoteo, Cupaz·neta, Sispaüt,ata, Singla, Bo­
Pasando las márgenes del Magdalena al interior del
car,e: Guajite, Coliseo, Caraota, Usamaca, Tiquz"toque, Capa
Departamento, los castellanos siguieron sin rumbo, su­
y Ckeóere.
biendo a ásperas serranía�.y atravesando poblados valles.
En Pamplona y valles circunvecinos, entre otras gran­
pasando hambres y peleando aquí, encontrando alJí des­
des po"Jlaclones, existían Condermenda, Mis�r ,:4mbrosi�,
canso y víveres. Así pudieron pasearse en los valles del
CMtagá, Los Locos, Balegra y Cácota. Esta ultima a ori­
Alférez, y de las Tztrmas o de la Grita (1).
llas del río del mismo nombre.
Alfinger penetró por el valle de Girón después de
Al N. de Vélez, en la banda opuesta del río Sumapaz,
haber tenido muchos encuentros con los Citareros. De
se extendían las provincias de los Lackes y Ckisas, quienes
allí pasó a la provincia de Guane, rica,· fértil, industriosa
confinaban con los Tammes o Tumbes (habitantes de la
y densamente poblada hasta su extr�mo límite formado _
por las bocas del Suárez y Sogamoso, descansó en el cordillera que los separaba de Casanare), desde Ckzcamo-
cka hasta Pamplona.
pueblo de Silos y siguió camino, combatiendo siempre,
por los llanos de Ravitha, Chindcota y el menos poblado Las regiones frías estaban habitadas por los Citare­
ros (2), provincia que contaba con más de 50,ooó •�d�os
de Cúcuta.
Las principales poblaciones de los Guanes eran: Poasaque de macana y por lo menos 200,000 habitante�. V1v1an
capital, residencia del cacique Coróaraqzte,- Poima (hoy mezclados con los Lackes,· sus principales ramificaciones

--
Oiba) (2), al N. de la anterior; la populosa y lucida
Cha-
0) ANCÍZAR, Peregrz"naciones de Alfa.
(1) FRAY PEDRO SIMÓN, t. II,
" (2) AcoSTA, pág. 183.
pág. 162. 6
(2) ACOSTA, pág. 278.
530 REVISTA DEL COLEGIO' DEL ROSARIO
TRIBUS INDIGENAS 53 1
�'fV"-\ul'V"-..,.iAV•u.•\pl'-Jl._.,.,�V'loi./�Jl.�\J\---W'-.-"-V<V•v•v•u•,
..
.1w'lJ'lli.AV\VIQo ....,..,., ••,.,.,.,.,.\.,..,....
..,,,ac.,,o\\•�••••,.,••'"V,...\1t•••••••••o•••u,...,.,.,.,., ...........,..,,.,-, .,.,,,••,.,••,,,,,..............,•••••""••• .... ••........,.. ._,,,,.,,••••'••••�'U,•••••••�

eran: los Timotos, los Barlmres, los Cayos, los Ckinatos, Los caciques de Duitama, Gámeza y Sogamoso eran
los Surataes, los Motilones, los Capachos, etc.
tributarios del Zaque ( 1 ).
En las serranías, al Poniente de Vélez, vivían los
Numerosos debieron de ser los Súbditos de Tunja cuan­
súbditos de los caciques Agatá y Cocomé, a derecha e
do pudieron oponer a los españoles 50 , 000 ·guerreros el día
izquierda, respectivamente; entre estos quedaban las tie­ que éstos penetraron hasta el cercado de su Rey, Y
rras de Mis!'que.
50,000, nos dice· la historia, sacó éste de la capital en
VIII su guerra con e1 Zipa.
A ocho leguas al N. quedaba Paipa, y a poca dis­
Los Laches llegaban hasta Boyacá, donde tenían sus
tancia Duitama. Nemequene, el pó<leroso señor de Titn_­
principales ciudades: Furatena, Chita y Ckocué.
dama o Duitama, tenía por tributarios a los caciques de
En la margen derecha del río Suárez había también -
Onzaga, Iza, Cerinza, Ocavita, Sátiva, S1tsa, Soatá Y Cki­
tres grandes centros: Ubagá, a orillas de la quebrada
tagoto (2), Doce mil ·hombres atacaron a los españoles
del mismo nombre, Sorocotá y Turca.
cuando bajaban a estas tierras.
El Occidente del Departamento estaba habitado por
Eran vecinos de Tundama: al S., los Tutas, Sotaz­
los Moscas, cuya principal ramificación era la de los M1t­
raes y Motavitas,' y más adelante los Tenzas, Ti!Janaes,
zos, al oriente de los cuales se extendían la provincia Yca!Jucos, Somondocos y Boyacaes (3); al Occidente, Tora
de Saboyá y su vecina de los Cheberes. Al N. de esta
e Iza.
última quedaban las grandes pob1aciones de los Tunungas.
De Tunja a Chicamocha (Sogamoso, el nombre de su
El más poderoso y rico de los caciques que habita­
cacique Suamux) se hallaban los pueblos de Tutaja Y
ban el Departamento era el Zaque de Hunsakua (Tunja).
Tupacho (4).
Este tenía frecuentes guerras con el Zlpa de Bogotá,
A ocho leguas al Oriente de Tunja, separada por el
independiente una veces, otras tributarlo. Sus dominios
río Sogamoso, se extendía la provincia sagrada de Yra­
estaban limitados: al Oriente, por las colinas que habi­
ca (S), a cuyo cacique rendían homenaje grandes Y pode­
taban los Chivataes, Soracaes y otras naciones que se si­
rosos -señores: los de Gámeza, Busóanzá, Pesca Y Toca,
guen hasta los llanos de San Juan; al Occidente, por
grandes electores del Sumo Sacerdote; To!Jazá ! Fz'ravi­
otras series de colinas, mansión de los Tibaquiraos, St1-
toba, poblaciones priv.ilegiadas de cuyo seno saha el Jefe
ras, Cucaitas, Sag;s, Turáquiras y muchas más que por
Supremo. Socha, Tasco, Tópaga, Monguí, Tutazá, Yacón,
este mismo rumbo confinaban con los señoríos libres de
etc. Nompanin, en la última guerra del Zaque con el
Sackicá y Tinjacá (donde está la villa de Leiva) (1); al N.
Zipa, dio al primero un contingente de 12, 000 hombres.
hasta Saquenaipá; al S. hasta Turmequé, a cinco leguas
El ameno y delicioso valle de Teni"sttca (Tenza) con­
de las dos colonias. Era esta tributarla de Zaque y una
taba con numerosos vecinos. Lo mismo diremos de las
de sus plazas fuertes. No lejos de Tunja quedaban Sa,­
óoyá, Toaca y Nemsa, y Baganiqtte, donde tenía el Zaque
(1) PumRAHITA, pág. 36.
- baño y adoratorio, según Oviedo.
(2) PIEDRAHITA, pág. 117,
(3) PIEDRAHITA, pá�. 33•
(1) PIEDRAHITA 1 pág. 35.
(4) FRAY PEDRO SIMÓN, t. II, pág. 275.
{5) PIEDRAHITA, pag. 37•
/
REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO TRIBUS INDIGENAS 533

colonias que le encierran al Oriente, donde se levanta­ <}Ue la de los Cupones, de la cual penetraron a los lla­
ban los pueblos de Gara goa, Ubeita o Ubeytá, Lengupá­ nos de San Martín algunas parcialidades, que fundaron
o Nenguapas, en los primeros estribos de la cordlllera. allí los caseríos de Tokibara, Cttraky, Cazaradadi y Tu­
En las inaccesibles asperezas de la cima moraban los -raka mara.
7egua s (1). IX
Al S.E. de Tunja estaba situada la provincia de Ba ­
ga nique (donde está hoy Ramiriquí) y la de Sz"ackoque o Los Pijaos dominaban a todas las tribus que vivían
Ciénega, separadas una de otra por una loma. Cerca de -en la parte occidental del departamento de Cundinamarca
ellas quedaban Bombazá, Gackoqtte y Tocavita. _ Al S.O. basta San Juan de los Llanos ( 1 ). Sólo la nación Chibcha
quedaba Tinjacá (pueblo de los olleros). no estaba bajo su yugo.
Las parcialidades que habitaban este Departamento Al N.O. del Departamento se extendía la belicosa
desde las provincias de los Moscas hasta la parte occi­ tribu de los Colimas, nombre que les daban los Ckióckas
dental de la cordillera limitrofe con los llanos de San y qu� significa cruel o sangitinario. Ellos mismos se daban
Juan, pertenecían a la nación Ckibcka. Las tribus de los el nombre de topaces, esto es, piedra ardiente. Se divi­
llanos, la mayor parte nómades, salían de la nación Caribe. dían en dos fracciones principales: los Curipíes, habitan-
Habitaban los llanos: los Ckiricoas, Cuí/otos, Choques, tes de Curí o Guamo {del nombre de este árbol), y los
entre los que encontró Espira dos grandes poblaciones: Ca pa rra-píes, moradores entre barrancos. La Palma era
los Xuguas (2), no mencionados ni por Oviedo, ni por su centro principal. Más de 30,000 almas contaba esta
Fray Pedro Simón, y que Castellanos coloca a orillas tribu en su seno (2),
del Meta. �ran sus colindantes los .Muzos, que ' tánto dieron
Buscaron los peones el entrada que hacer a los españoles; ocupaban todá la falda de la
Que con raro valor fue defendida cordillera, formando como un anillo de hierro a los Ckib­
De gente Xagua y de Caquetía clzas que habitaban la altiplanicie llana y cultivada (3).
Hasta que feneció la luz del día.
Sus dominios llegaban a veinticuatro leguas al N.O. de
Las principales poblaciones_ visitadas _por Federmán Bogotá.
fueron:. Coary y Cacaridi (3). En las márgenes del Apure Los Panckes, enemigos permanentes de los Fusaga-
se veían los caseríos de los Tororos y Auyam as. sztgaes y Moscas, quedaban a nueve leguas de Santafé,
La nación Caquetía contaba veintitrés poblaciones y en la cordillera que Je hace frente al Occidente, Y se
más de 40,000 habitantes. Las dos últimas tribus citadas extendía ·e n algunos puntos hasta las márgehes del Mag­
tení¡m su principal residencia en Venezuela, lo mismo dalena por la banda derecha del río Fusagasugá. Eran
dueños de los valles y quiebras de la falda occidental
(1) AcosTA, pág.-107. tle la cordillera, desde lo que es hoy Vllleta (frontera de
(2) Narra/ion áu prender voyage de NICOLÁS FEDERMAN, le Colima s). hasta las montañas de Tt'bacuy (frontera de los
feune, publiée enfranfais,, par HENRI TERNAUX.
(3) Narration dtt premier voyage de NrcoLAS FEDERMAN, le ( I) fIEDRAHITA, pág. 76.
Jeune, publi'ée en franfai's, par HENRI T.e:RNAUX, pág. 92. (2) AcoSTA, pág. 342.
(3) AcosTA, pág. 298.
534 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO - TRIBUS INDIGENAS 535
�,..,..__,� ~...,..,.-----~...,..,.-~___...,..,..�-���
S.utagaos). En un esp a cio d e más de trelntél legu as de ente,
gen de recha del Fusagasugá, pasa por Pasea; al Occi�
l argo y die z de ancho s e agitaba una pobl ación de más olimas Y
las co rdiller as qu e los separab an d e 1011 PanclieS, C
de 50,000 indios, sem ej antes en su bravura a la s aspe­
Muzos.
rezas del terreno que habitaban. Vivían en terre nos o d er osos,
ex­ Los señores de l as fronter as eran los más p
cesiv ament e quebrados, divididos en much as fra ccione guarni­
s. h abitab an ciudad es fortifi�a d as y mand ab an l as
La más septentrional er a l a d e l ca ciqu e Sasaima, no muy r petic ion es sólo
cione s que l as d efendían. Par a e vitar e
distante de Zipacón, y su vecino Anolaima. Los Stquimas, latura;,
cons e r v ar e mos -a éstos, en e l curso de esta n omenc
qui enes en las juntas de los ríos Vituimfta y qu ebr ada
el título d e Uzaqi,es.
de Síqulm a ,:presentaron co mba te a�lo1 españoles con c zb-
a l­ SI principiamos p or el N., el primer pueblo d e lo� _�
gunos mill ar es de gue rreros ( 1 ). Estos últimos y Szmi¡aca
los ckas (en Cundlo am arca), e ra e l del Uzaqu e d e
Tocaremas, Mati"mas y Bolandaimas, Suitamas y pod erosos. e legu as d e
(Slmte-j a ca, pluma de lechuza), a unas veint
Guacanas eran los má s c ercanos a la nación Chibcha ti erras el ca­
. Bog otá. � poca dist ancia al S.E. tení a sus
Al Sur de Síqulma h abitab a n en muchos pueblos los itud de súb­
cique de Susa (Shu-sha, p aj a blanca). Mult _
súbditos del caciqu e Lackimí (2). ncid os por los
ditos obed ecían a a mbos j efes, los que, v
e
Los Conckimas eran du eños de los valles qú e rod ean
Mulscas, hicieron p arte d e l imp erio del Zipa.
La Mes a. rramada),
Fúquene y Ebaté'(Ub até d e Eba-t�, sangre d e
El río Funza dividía los terr enos de los Anapoimtt$ rados d e los M�zo!
y Calanáaimas, ambos enemigos de los Tocaz'm lo mismo que S imljaca, estaban sepa
as, h abi­ y del TinJ aca
tantes de l as tierr as casi llanas del Patí y Ma or los pár amos d e Mat a rre donda , etc.,
gdalena.
:or la l aguna de Fúquene, Song a o
Sigu Er an vecinos
a.
Los Guataquies estaban estable cidos en las márg
ene s.
d e la. p arte baj a de l río del mismo nombre suy os los Nemzas.
a l pie del
. Taiesa queda colocada como v anguardia
A doce. l eguas al m ediodí a d e Bogotá principi tribut a rlo d el Ebaté,
provinci a d e los Sutagaos, qui en es s e ext
aba la
boq uerón d el mism o nombr e. Er a
una de l as guerr as
o rill as del río Sum ap az. Pasando los páram
endí an h asta
co n tra qui en s e unió a Zipaqitirá en
os d e Fu­ ante r i ores a l a conquista. Al N. que da
Suta (hoy Suta­
sungá se llegaba a tierras d e -los Paseas
y Ckiaysaques. · t auza), d e sano y d elicioso clim a.
Al otro lado qu edab an los Fusagasugaes
(del· nombre de Al Oriente de Ubaté s e levantaban l as p oblacio�
es
su princip al población). Uno de los ca cique tud de cas r1os
s más pode­
de Ga{ketá, Lenguazaque, Ciuunubá y multi
e
rosos de aque lla tribu er a Uzatama, y un �
o de los cas e­ er n t ibut arios del Gua-
circunvecinos ( I ). Los Gaek etaes a r
río s más pintorescos Iconozco.
La nación Chibcha s e ext endí a del d ep -�.
art am ento de
Ckocontá (Chocon-tá, labr anz a de páramo), Y
&squzy'
Boy acá al de Cundinamarca . En este últim
o tení a n por eblos b�en fort�fica ­
límites: al Ori ente, la cordiller a qu e lo de gr an numero de vecinos, er an pu
s separa de los de TunJ a , lo m1smo
llanos; a l S., la lín ea qu e, p arti endo do�. D ep endi entes antes d el cacique _
----·- d e Fosca, a la m ar- yo), empano de

--
que Suesca (Sue-suc a, cola de guacam a
en el mom ento de
su rique z a (2), lo eran del Guat avita
(1) ACOSTA, pág. 295.
(2) PIEDRAHITA, pág. 297,
(1) PIEDRAliITA, pág. 92,
(2) PIEDRAHITA, pág. 9 2.
536 REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO TRIBUS INDIGENAS 537
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la conquista. Pasando las colinas al Oriente de éstos, coodiendo más allá sus picachos entre la niebla, Y en
tropezamos con las bien pobladas tierras de Macka taes, todas direcciones, al pie de las lagunas, a orilla de
fi,mbas y Tibiritas, de los domimios del Tunja. lo s ríos, en las faldas de los cerros, entre los bosques
Continuando al S. encontramos al Uzaque de Pacho, que e n partes cubrían la Sabana, se levantaban tántat
entre éste y Suesca, al cacique Nemocón (Nemo-cón, la­ y tan elegantes poblaciones, cercados majestuosos, quin­
men to de león). tas de recreo, miles de mástiles pintados de bija: con­
Al S.O., S. y S.E. de Nemocón, respectivamente, junto que formaba un contraste de formas y colores que
estaban colocados los dominios del Zipaquz'rá, poderoso recordó 'a los conquistadores los dominios árabes de Es­
enemigo del E/Jalé, el Gackancipá (G,chan-Zlpa, gozo del paña y le valió el nombr� de Valle de los Alcázares.
Zipa) y el Tocancipá (Tocan-Zlpa, llanto del Zlpa). Cuando Nemequene (hueso de león) subió al trono, sus
El Guata vita (Guata-vita, remate de sierra)lhabltaba una dominios se extendían desde Cajicá y Chinga hasta Usme,
ciudad populosa y bien, guarnecida, situada en los altos Ciba té y la cordillera ,habitada por los Panc!zes. Podrá
que ahora quedan a sus espaldas, en las tierras más juzgarse del crecido número de habi�antes del Reino muis­
fértiles del Reino. Era uno de los tres grandes duques ( 1) _
ca por las siguientes cifras: en 147 0 Saguanmach1ca puso
y aquel que contaba con mayor: número de súbditos. bajo las armas,, para defenderse del Guatavita, 6 0,000
Sus límites se extendían hasta Turmequé y sefíoreaba a hombres (1}; en la guerra que después tuvieron con el
los Guecas, Gac!zetaes y Tocancipaes, siendo respetado y Zaque, se alistaron 7 0,000 soldados (2); 40,000 guerreros,
obedecido por todas las tribus :que se extendían hasta a órdenes de Saquesazipa, salieron a embestir la reta­
los Llanos. Fue, sin embargo, el vasallo del Zipa. El guardia española a la entrada de Quesada (3), Y en Bo­
Uzaque de Guasucá o Guas�a (Guas-shuca, falta de cor­ gotá le molestaban ·más de 1 00,000 guerreros; en la g�e­
dillera), situado a una legua al S. era tributario suyo. rra contra los Panckes dieron al mismo Quesada un auxilio
El Uzaque de Sopó tenia su señorío (2). de 20,0 00 veteranos.
Admirados quedaron los conquistadores cuando, des­ Sus principalas centros de N. a S. eran: Subac!zoq1te,
pués de escalar la áspera y ruda cordillera, pudieron do­ gobernado por un Uzaque, y fronteriza al N.; Cajz'cá, plaza
mf nar la vasta sabana de Bogotá. No se saciaban sus de armas, su fortaleza tenía el nombre Busongote (4);
ojos de contemplar este hermoso paoorama. Campos bien T a bio, ciudad de recreo, con baños termales, allí tenía
cultivados que se extendían a pérdida de vista, a cuya el Zipa un cercado; Chía, cacicazgo del heredero al trono; 1
monótona uniformidad daban variedad y poesía. las aguas Tenfo, Suba, otro de los grandee¡ duques a quien Piedra­
que en forma de tranquilos ríos y lagunas cubrían parte hita da el nombre de Virrey, era quien dictaba las sen­
del suelo, semejantes a espejos chinescos que custodia­
tencias inapelables; Tuna, Turca o Tusca, En¡rativá, Faca­
ban bandadas de blancas garzas; las colinas de variadas
ta tivá, cerca de la cual murió T!zisquesuza; Zipacón, (lamento

--
formas destacándose aquí so�re el firmamento azul, es-
del Zipa), adonde el Zlpa se retiraba a llorar sus lutos;

(1) Nombre que les da Fray Pedro Simón (pág. 233 del to­ (1) PIEDRAHITA, pág. 23.
mo 12), a causa de su poderío.
( 2) PIEDRAHITA, pág. 34•
(2) PIEDRAHITA, pág. 32.
(3) PIEDRAHITA 1 pág. 95•
(4) PIEDRAHITA, pág. 95•
REVISTA DEL COLEGIO DEL ROSARIO TRIBUS INDIGENAS 539
_.,.,,..,__~....,.._,w"'-"""'-"""��,_,...,.��~�~��~�
/

.Bojacá, Tena, Bosa, Thybsaqui"llo, al ple del monte que dueños de -los terrenos comprendidos entre el Meta y el
hace frente a Techo; los Uzaques de las plazas fuertes Orlnoco. Estos últimos estaban muy ramificados y con­
de Pasea, Cáqueza, Tensaco y Tosca,· Usaquén (una legua taban má■ de veinte naciones o provincias, aisladas unas
más hacia la Sabana de lo que está hoy), Usme, Chipa­ de otras desde cerca de Barinas hasta San Juan, y de
que Y Une, invadidas por el Ubaque en su última guerra allí hasta no lejo8 de Popayán. Los Quenabanis eran una
con el Zipa ; Tibacuy, fortaleza avanzada en tierra de los de sus principales fracciones. En la banda opuesta del
Guechas,· Subía y Ching;, plazas fuertes. Había multitud Meta habitaban los Chiripas y al otro lado del Apure
de otros caseríos menos importantes, cuya enumeración los Situjas.
sería fastidiosa. Casi todas las márgenes de los ríos eran bien pobladas,
Otro de los grand.es duques era el Ubaque (Eba-que, especialmente las del Meta, el Ariari y el Camlcamaré .
sangre de madero), al S.E. de Bogotá. Fue mucho tiem­ (Guaviare). Cerca de este último moraban los Guayupes.
po independiente, 'pero recibió el yugo del Zipa poco Las orillas del río Eles estaban pobladas por los At'­
antes de· 1a entrada de los españoles. E cacique de Chi­ ri'cos. Los Caquetíos y Guai'coríes penetraban hasta muy
guacht era tributario suyo (1). Habitaban ambos tierras adelante, y tenían un número considerable de grandes
pequeñ�s pero llenas de grandes poblaciones. El número centros bien poblados ( 1 ).
de sus súbditos ascendía a 40,000. Los Omagúas poseían provincias bien arregladas y
Terminada la nomenclatura chibcha, 'pas'emos a las gobernadas (2).
tribus que dominaban en los Llanos. Danño principio a Los Abanes y los Amarz"sanes estaban establecidos a
la serranía de Morcote, en sólo tres pueblos se contaban orillas del Guavlare (3).
1
más de 6,000 almas ·(2). Los Guaneros y sus parcialidades de Agualos, Betoyes,
Al Sur de Bogotá la provincia de Maróarachará, de Guaracoponos, Caóres, Chucuiras, Enaguas, Amoriras, Mi­
los indios Openiguas. túas, Guai'punaót"s, Maquiritares, Clturoyes, Guaycuas, Cu/lo­
Las márgenes del Meta y su parte alta estaban muy tes, Urúas, y Guamos (4), en los afluentes del Meta y del
pobladas. Guavfare.
Los Gnayvas y Chiricoas, nómades y enemigos perma­ Cerca del Orinoco dominaban los corpulentos Otoma­
nentes, vivían entre el Meta y el Arlar! (3). cos, «la quinta esencia de los bárbaros, barbarísimos entre
Los Sarures, entre los ríos Sinaruco y Meta. A ori­ todos los bárbaros» (5). Eran éstos. el terror de sus ve­
llas del primero de éstos quedaba la fracción principal cinos los Giraras, Ca�ióes, Muypures y Maypoyas.
de los· Salibas. Muchas tribus actuales llevan algunos de los nombres
Los Yaruras (nómades y pescadores) y los Maióas en Indicados y habitan hoy localidades muy distintas.
las riberas del Cañapurro (nómades). Los Araparabas, los
ERNESTO RESTREPO
Goarinaos, los numerosos Totuniacos y los Achaguas era n
( 1) Relation de Federman.
(1) PIEDRAHITA, pág. 30. (t) Acos±A, pág. 164.
�2) Historia de las mi"siones de los llanos de Casanare y ríos (3) CASSANI.
Onnoco y Meta, por el Padre JUAN RIVERO. (4) GUMILLA,
(3) Et Orinoco ilustradoy defendido, por Fray (S) Gm.IILltA,
JOSEPH GUMILLA

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