Unidad #II El Sujeto. La Relación Jurídica y Sus Elementos
Unidad #II El Sujeto. La Relación Jurídica y Sus Elementos
Unidad #II El Sujeto. La Relación Jurídica y Sus Elementos
A) La Relación jurídica.
La esfera subjetiva del Derecho.
Hemos empleado la palabra Derecho, en el sentido de lo que se ha dado en llamar
derecho objetivo, esto es, el conjunto de normas jurídicas sancionadas por el Estado,
vigentes en él en un momento determinado.
Pero la palabra derecho también puede ser utilizada en otro sentido; así, se alude al
derecho de propiedad sobre una cosa, el derecho del acreedor de reclamar el pago a su
deudor; en fin, al derecho a la vida, al honor o a la imagen.
El fenómeno jurídico no se reduce a lo puramente objetivo.
Esa esfera subjetiva del Derecho ha sido muchas veces reducida al estudio de la noción
de los derechos subjetivos, esto es las facultades que tiene el individuo. Pero frente al
derecho subjetivo aparece, el deber jurídico, que a primera vista surge como
contrapartida de ese derecho subjetivo.
El iusnaturalismo.
La Escuela del Derecho Natural fue la que revitalizó la noción de persona,
identificándola con el hombre.
Desde esta visión, persona y hombre son categorías asimilables y naturalmente
anteriores al ordenamiento jurídico. El derecho positivo no puede negar esa realidad.
Capacidad y personalidad.
Se debe distinguirse ambos conceptos, para evitar la confusión en que cayeron los
códigos del siglo XIX.
La distinción está implícitamente reconocida en el CCyC, a diferencia del código
derogado, la persona no esta definida por su capacidad. El CCyC considera innecesaria
una definición, se refiere directamente a la “persona humana”
C) La Personas Humana.
Concepto de persona.
La noción de persona es un criterio del ordenamiento, el que está al servicio del hombre.
Entendemos que nuestro Derecho en definitiva también acepta la idea de que todo
hombre (genero humano) es persona.
El Pacto de San José de Costa Rica dispone expresamente que, toda persona tiene
derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica (art.3), y cabe recordar que es
documento internacional tiene jerarquía constitucional conforme al art.75, inc 22 de la
Constitución Nacional.
De allí que el resto del ordenamiento no podría, en ningún caso, desconocer la
personalidad de algún ser humano; una solución de esa laya atentaría contra la dignidad
individual y por ello sería manifiestamente inconstitucional.
La Cuestión:
Resulta evidente que el ser concebido pero no nacido reclama protección, la cuestión es
determinar si el embrión puede ser considerado una persona, si lo es aun cuando la
concepción se realice fuera del seno materno y si se requiere un desarrollo determinado
de las cédulas embrionarias para que estas puedan ser consideradas un ser humano en
formación, digno protección como “persona por nacer”.
Estas discusiones, en general, emanan de quienes abordan las cuestiones desde un punto
de vista metafísico (Principios)- teológico (Dios)
En esta visión, se busca brindar un fundamento basado en argumentos jurídicos y bioéticos,
acordes y propios de una sociedad plural, democrática y liberal.
La naturaleza o status que se le otorga al embrión in vitro tiene consecuencias
inmediatas en lo que respecta a las técnicas de reproducción humana asistida que ofrece
o puede ofrecer cada sociedad y el alcance de la investigación. Ante la falta de acuerdo
científico y ontológico, el análisis debe centrarse en el derecho positivo.
Criterios al respecto:
El Derecho Romano. Se consideraba que la existencia de las personas comenzaba desde el
momento del nacimiento. Sin embargo se protegía la vida concebida, si nacía con vida se
computaba, en cuanto a sus derechos, desde el momento de la concepción.
El texto vigente en su Art.19 dice: “La existencia de la persona humana comienza con la
concepción”.
Y en la disposición transitoria segunda se establece que “La protección del embrión no
implantado será objeto de una ley especial”.
El CCyC define el momento desde el cual se considera que se es persona humana como
centro de imputación de efectos —derechos y deberes— jurídicos en el ámbito civil.
La disposición actual no soluciona la cuestión relativa a la naturaleza jurídica del
embrión no implantado producto de las técnicas de reproducción humana asistida ni
protege su destino.
La Concepción.
Las cualidades o propiedades que definen a una persona o a un ser humano no son
inherentes o absolutas, sino que son un producto de la motivación humana y se relacionan
con el logro de propósitos humanos o sociales.
La Iglesia Católica considera que la vida de una persona comienza con la concepción.
Concepción fue una analogía del embarazo, que se entiende médicamente como la
implantación embrionaria en la pared uterina.
Desde el punto de vista cotidiano o del sentido común, la frase “concebir un niño” es de uso
corriente. Se la utiliza y entiende comúnmente para referirse a un embarazo actual.
Desde el punto de vista médico, hay que distinguir entre fertilización y concepción. La
fertilización es un paso en el camino de la concepción. Muchos óvulos se fertilizan pero
pocos embarazos son concebidos. El acto de la concepción o el acto de concebir el
embarazo se presenta con la transferencia del embrión y la posterior implantación de ese
embrión en el útero de la persona dentro del par de días siguientes y con la prueba de
embarazo positiva aproximadamente dos semanas después. El acto de concebir, en este
caso, se considera como el acto de lograr un embarazo. En sentido coincidente, en los casos
de reproducción natural, el embarazo comienza cuando la prueba de embarazo es positiva,
unos diez a catorce días después de la concepción.
De lo dicho, se desprende que en ambos supuestos, por naturaleza y por TRA, la persona
comienza en un mismo momento: cuando comienza el embarazo; y esto se produce en el
momento de la concepción, cuando el óvulo fecundado se adhiere a las paredes del útero.
El significado jurídico de la palabra concepción fue establecido y especificado por la Corte
Internacional de Derechos humanos en el caso Artavia Murillo y otros contra Costa Rica
resuelto el 28 de noviembre de 2012.
El término “concepción” no puede ser comprendido como un momento o proceso
excluyente del cuerpo de la mujer, dado que un embrión no tiene ninguna posibilidad de
supervivencia si la implantación no sucede.
La Corte IDH concluye que por concepción debe entenderse implantación y
consecuentemente el embrión no implantado no cuenta con la protección del carácter de
“persona” al que alude el art. 4.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Con este punto de partida, afirma que las técnicas de fertilización in vitro son válidas y
deben permitirse y regularse atento a que permiten el cumplimiento o protección de varios
derechos: la vida íntima y familiar; el derecho a la integridad personal en relación con la
autonomía personal y la salud sexual y reproductiva; el derecho a gozar de los beneficios
del progreso científico y tecnológico y el principio de no discriminación.
lo dicho, y lo que es más elocuente aún, es que la disposición transitoria segunda dice que la
protección del embrión no implantado se reserva para una ley especial, por lo tanto, se
deriva que el embrión no implantado no es persona, de lo contrario, estaría regulado en el
propio texto del Código Civil y no en una ley distinta y separada de éste. Por ultimo, el
nuevo Código regula la filiación derivada de las TRA, con lo que difícilmente para el Ccyc
el embrión puede considerarse persona.
Esto condice con lo dispuesto por la ley 26862, vigente en nuestro país, que permite la
crioconservación de embriones, la donación de embriones y la revocación del
consentimiento hasta el momento del implante. Precisamente, si esta ley considera persona
al embrión no permitiría ninguno de estos supuestos.
Todo esto genera un sistema cuya conclusión no puede ser otra que la no personalidad del
embrión in Vitro. Y este arco interpretativo lógico, coherente y sistémico se cierra con el
resonado fallo “Artavia Murillo y otros contra Costa Rica”.
Importancia de su determinación
La determinación del momento de la concepción resulta de suma importancia ya que de él
depende no sólo la tutela de la persona, sino también el estado de familia del nacido, la
determinación de la paternidad, su vocación hereditaria, la suerte de las donaciones que
pueden haberse hecho a su nombre antes del nacimiento, etc.
1.2.2: El Nacimiento.
Artículo 21: “Los derechos y obligaciones del concebido o implantado en la mujer que
dan irrevocablemente adquiridos si nace con vida. Si no nace con vida, se considera que
la persona nunca existió. El nacimiento con vida se presume”.
El sujeto concebido es una persona y goza por ello de capacidad de derecho, la que no
reconoce otros límites que los ordinarios que correspondan a cualquier persona.
Tanto esa personalidad, como los derechos de que es titular el nasciturus no son
perfectos sino que se encuentran sometidos a la condición resolutoria de su nacimiento
con vida.
Si el feto se expulsa sin vida o muriese durante el parto, se reputara que la persona
nunca ha existido.
Si la persona nunca ha existido, no puede operarse por su intermedio ninguna
transmisión de derechos, ni se producirían los efectos relativos a la filiación, al estado
civil, a la herencia, etc.
EL artículo establece la presunción de la existencia de vida. Tal presunción pone a
cargo de quien pretenda lo contrario, la prueba en tal sentido.
d- Genética humana:
Noción y problemática.
Las técnicas de reproducción humana asistida.
TRHA: Las técnicas de reproducción humana asistida que son todos aquellos medios
por los cuales el hombre interviene artificialmente en el acto de la procreación.
Entre ellas, encontramos dos grupos: aquellas que se basan en la inseminación artificial
y las que se realizan a partir de la fecundación extracorpórea o in Vitro.
Problemática:
Estas técnicas están cada día más desarrolladas, y en particular la fecundación
extracorpórea ha logrado notable avances por haber podido congelar los embriones
obtenidos.
Cuestiones: Naturaleza de los óvulos y espermatozoides (gametos humanos); dación de
los gametos, donde se debate la necesidad o no de preservar el anonimato del dador en
la fecundación heteróloga; naturaleza jurídica del embrión, congelación, manipulación y
destrucción de los embrión supernumerarios; la legitimidad o no de la denominada
maternidad por sustitución.
Los Gametos.
Una problemática a dilucidar es la naturaleza de los óvulos y el esperma humano
(gametos). Es importante poder conceptualizarlos para poder determinar si es lícita su
venta o comercialización.
Los espermatozoides contenidos en el líquido espermático y los óvulos son, en su
materialidad, elementos regenerables, que tienen la característica absolutamente propia
de llevar inscripto el código genético de un individuo determinado.
Naturaleza Jurídica.
Un sector de la doctrina considera que se trata de cosas, otro sostiene que las células
germinales son elementos regenerables que, como cualquiera de los componentes del
cuerpo humano, aún separados del mismo son en principio cosas fuera del comercio.
Aunque cabría admitir que para fines tales como la investigación o la docencia fueran
objeto de tráfico, pudiéndoseles aplicar por analogía las normas referidas a la dación de
sangre.
En cuanto los gametos humanos sean considerados en su funcionalidad, ya no es posible
la analogía con la sangre. En ese supuesto la analogía ha de buscarse en el ámbito de los
derechos de la personalidad, pues de alguna manera rasgos físicos y psíquicos se
transmiten, mediante los genes, de padres a hijos.
Por ello lo clasificamos como bienes de la personalidad, que están por regla general
fuera del comercio, y cuya utilización sólo podrá hacerse dentro de los límites que
impone la disponibilidad sobre los derechos de la personalidad, el orden público, la
moral y las buenas costumbres.
El Embrión:
- Noción: el embrión es el ser vivo en las primeras etapas de su desarrollo, desde la
fecundación hasta que el organismo adquiere las características morfológicas de la
especie.