Tema 6
Tema 6
Tema 6
Pavimentos de tierra
Éstas son las actividades deportivas en las que más se utiliza este tipo de pavimento. En todos los de-
portes del listado anterior, además de ser frecuente, es recomendado y en algunos casos obligatorio.
Sin embargo, en la práctica del Fútbol cada vez más se está dejando de utilizar y se tiende a utilizar el
césped natural o artificial, debido a que sus cualidades son mejores y la reglamentación de las ligas
de categorías superiores no permiten esta superficie. A pesar de ello, todavía existen campos de
tierra para la práctica del Fútbol, ya sea de competiciones de rango inferior o de campos de entrena-
miento y por eso se ha tenido en cuenta en esta sección este aspecto.
Líneas de Tenis de perfiles prefabricados plásticos. Limpieza de líneas con cepillo rotativo.
Las pistas de Tenis de tierra batida se caracterizan por ser una superficie de juego lento y en las que
las articulaciones no sufren en demasía por un alto deslizamiento. Están realizadas en tres capas: dre-
najes, subbase de zahorra y la última capa es una mezcla de polvo de ladrillo triturado de granulome-
tría entre 1 y 2 milímetros y tierra de cantera natural o arcilla. Además, el pavimento de estas pistas
convive con las líneas de marcación del terreno de juego, que se realiza con piezas prismáticas prefa-
bricadas o realizadas in situ de yeso o escayola, o bien perfiles prefabricados de material plástico.
A modo de recomendación, la arena de un foso debe cumplir dos funciones principales: una es la de
absorción de impactos, para que el atleta no sufra daños al caer, y la segunda sería la de la estabilidad.
Esta última característica se refiere a que la arena deber tener una cierta cohesión para que cuando
el atleta haya realizado el salto y dejado una huella en la arena, ésta no se desmorone y se mantenga
estable para poder realizar exactamente la medición del salto. Como norma general se suele utilizar
una mezcla de arena y serrín.
Petancas
La Federación Española de Petanca permite la práctica del juego sobre cualquier tipo de superficie
sin especificar característica alguna, aunque cabe matizar que en la mayoría de instalaciones se jue-
ga sobre tierra. Al pavimento en este deporte no se le exige ninguna característica especial, pero la
experiencia aconseja que tenga la suficiente consistencia como para permitir que las bolas rueden
sobre ella sin frenarse o hundirse.
Además, es aconsejable igualmente que tenga una cierta regularidad y sea sensiblemente horizontal.
El material que mejor cumple los requisitos para este tipo de terreno es la tierra morterenca compac-
tada. Esta tierra tiende a ganar una consistencia natural con el paso del tiempo, ya que se apelmaza y
cohesiona con el fraguado de sus aglomerantes debido a la humedad, pero hay que tener la precau-
ción de compactarla mecánicamente si se coloca por primera vez, para poder jugar en condiciones sin
esperar a la compactación natural.
Pero por norma general estos pavimentos absorben más energía que otros pavimentos denominados
«duros» como son el hormigón, el asfalto y los pavimentados con piezas cerámicas, piedras naturales
o artificiales, circunstancia que mejora el confort del corredor deportista, ya que no se resiente de las
articulaciones de tobillo, rodilla y cadera.
El material más utilizado es la tierra morterenca o tierra batida mezclada con arena.
Fútbol y Fútbol 7
En contraposición con las praderas deportivas de
hierba natural, los campos de Fútbol de tierra se
comportan de diferente manera. La experiencia
nos ha indicado que los campos de tierra que
mejor funcionan son los que tienen una subbase
que drena moderadamente, sin pecar de drenar
en exceso, tener unas pendientes adecuadas a
las bandas laterales (aconsejado 0,5 %–0,8 %)
donde sí que debe existir un buen drenaje, y una
última capa de unos 6 a 10 cms de espesor de
una mezcla de arena silícea y tierra, controlan-
do el exceso de árido fino (<0,1 mm) y de árido
grueso (>2–3mm). El pavimento de tierra en un
campo de Fútbol necesita mantener un grado de
humedad para contribuir a la plasticidad de su Campo de Fútbol de Tierra.
superficie y para retener los áridos finos con el
fin de que no sean arrastrados por el viento. Un
exceso de drenaje en la subbase o en la última capa contribuirá a la pérdida rápida de la humedad su-
perficial, por lo que se aconseja que la subbase sea de zahorra natural o artificial, pero con un abanico
granulométrico amplio.
Así pues, las características principales de un campo de Fútbol de tierra son las de tener una nivela-
ción a dos aguas que evite la formación de charcos y conduzca las aguas de lluvia o las excedentes de
riego fuera del campo, a las bandas, donde existirá un buen drenaje mediante colectores drenantes
enterrados en zanjas con árido grueso monogranulométrico. Que tenga a su vez una combinación
de subbase que drene moderadamente y de una última capa de mezcla de árido silíceo y tierra que
retenga la humedad, pero que no tenga una excesiva cantidad de finos para que no la retenga en ex-
ceso y ocasione la permanencia de barro durante un largo periodo, ni que tenga árido grueso para no
producir lesiones en la piel de los deportistas. Para esta última parte, cabe añadir que es conveniente
que el árido de la capa que está en contacto con el deportista sea árido de superficie redondeada.
Pasar una esterilla o cepillo: Esta operación se realiza con el fin de nivelar y regularizar la superficie
de juego, evitando de este modo la formación de montículos y zonas donde se acumule la tierra dis-
gregada o la formación también de zonas deprimidas.
Riego: El riego de la superficie contribuye a la plasticidad de la capa superficial, lo que genera una
mejora de la absorción de impactos, un aumento del deslizamiento y evita que el aire se lleve los finos
del pavimento. Esta operación debe desempeñarse con moderación ya que sólo se trata de humede-
cer la tierra, no de encharcarla.
Descompactación de la superficie: Con el paso del tiempo, la superficie puede sufrir un proce-
so de compactación y perder sus propiedades deportivas produciendo además inconvenientes,
como la falta de homogeneidad en la superficie por los distintos grados de compactación, las
propias incomodidades en los deportistas por la excesiva dureza del terreno y problemas de for-
mación de charcos y falta de drenaje. Para ello, se debe realizar una descompactación de la capa
superficial del terreno, bien sea por medios mecánicos mediante rastrillos lastrados, bien median-
te medios mecánicos como fresadoras especiales de rodillos motorizados con puntas cónicas, re-
gulables en altura de actuación. Esta operación de descompactado genera que exista demasiada
tierra suelta y que la pelota no bote en condiciones, por lo que una vez finalizada se procederá a
pasar una esterilla o cepillo que nivele la superficie y posteriormente un rulo ligero para aplanar y
compactar un poco el exceso de descompactado. Hay que tener cuidado con el proceso de des-
compactado, ya que una profundidad excesiva podría arañar la subbase granular y contaminar la
superficie.
Descompactado de superficie.
Aporte de tierra batida: A pesar de que en el campo se nivele y se iguale la superficie habitual-
mente, a veces será necesario aportar una cierta cantidad de tierra batida. En especial en las zonas
más castigadas como el fondo de la pista. Posteriormente a esta operación se realizarán, al igual que
en el descompactado, las operaciones de nivelación y compactación con rulo descritas en el punto
anterior.
Comprobación de líneas: En el Tenis sobre tierra batida las líneas de marcación no están pintadas,
sino que son elementos prismáticos de yeso o escayola semienterrados en el pavimento o perfiles
prefabricados de PVC. Al ser elementos de distinto material que el pavimento, pueden sufrir interac-
ciones inadecuadas entre ambos, como falta de nivelación o escalonamiento en las líneas o entre
ambas superficies, rotura o desgaste de estas piezas. Para evitarlo cabe realizar una comprobación
de estas líneas y sustituirlas o repararlas lo antes posible para que no se produzcan daños mayores.
Riego: Esta operación se realiza para obtener una mayor plasticidad de la arena, factor importante a la
hora de la seguridad del deportista, y a su vez garantiza que el aumento de la cohesión entre granos
que se produce por la tensión superficial del agua presente en la arena haga que la huella de la caída
no se desmorone tan fácilmente como si estuviera seca, permitiendo al juez o al propio deportista ver
con mayor facilidad cuál ha sido el punto exacto de caída.
Descompactación: Al igual que en la tierra morterenca, las arenas de los fosos tienden a compactar-
se con el uso perdiendo sus propiedades de absorción de impactos, así que para evitarlo se deberá
realizar una descompactación. Esta operación en este tipo de instalación debe practicarse en profun-
didad, ya que un descompactado superficial no ayudaría a mantener las propiedades que se le deman-
dan a este pavimento. La descompactación se puede realizar mediante medios manuales, con azada
(aunque requiere mucho esfuerzo si se quiere hacer bien y llegar a una profundidad aconsejada de
30-40 cms) o bien mediante medios mecánicos, con un rotovator profundizando lo máximo posible.
Petancas
Estas instalaciones no requieren de un complejo mantenimiento, y éste se reduce a estas operaciones:
Riego: Esta operación es de suma importancia para mantener en la superficie un cierto grado de
humedad que permita que la arena suelta superior tenga plasticidad y no sea tan abrasiva al contacto
con el deportista.
Aporte de arena a la capa superficial: Con el paso del tiempo, parte de la arena y de la tierra de
la capa superficial se puede ir perdiendo por el transporte del viento. Esta pérdida depende de las
condiciones de entorno locales de la instalación (situación, frecuencia y velocidad de los vientos, apan-
tallamientos o barreras naturales al viento cerca del campo, etc.). Para evitar que se vaya perdiendo
espesor en la capa superficial, se deberán reponer las cantidades perdidas de arena y tierra. Esta ope-
ración se puede realizar conjunta con la de descompactado y nivelación o solamente realizar el aporte
y nivelar, teniendo la precaución, al igual que en la operación precedente, de regar abundantemente y
dejar sin utilizar durante 2 o 3 semanas, en las que se producirá una cohesión y compactación natural.
Nivelación láser. Aporte de arena.
Tierra batida
Planificación de operaciones de mantenimiento preventivo
Operaciones Frecuencia
Tierra batida
– Pasar esterilla o cepillo Diaria
– Riego De una a tres veces diarias dependiendo de la temperatura,
humedad ambiental y soleamiento
– Descompactación de la superficie Anual
– Aporte de tierra batida Bianual
– Comprobación de líneas Semestral
Fosos de salto de longitud
– Riego Previo a cada tanda de saltos
– Descompactación Trimestralmente y en función del uso
Petancas
Semestralmente
– Rastrillado y compactación
Circuitos de Gimnasia de Mantenimiento (Footing)
– Rastrillado y compactación Semestralmente
Campos de Fútbol 11 y Fútbol 7
– Rastrillado Semanalmente
– Riego Diario y dependiendo de las condiciones de humedad
– Descompactado y nivelación Anual
– Aporte de arena a la capa superficial Bianual o dependiendo del espesor de la capa superficial
Sustrato: Esta capa es la zona de enraizamiento y la que sirve de base para el crecimiento de la plan-
ta. Normalmente se coloca un geotextil entre la capa drenante y el sustrato. El sustrato debe cumplir
las propiedades de servir de soporte físico del sistema radicular, de permitir el intercambio de gases
necesario y la aireación de las raíces y evitar el encharcamiento. Para ello su composición ideal para
un terreno deportivo sería un sustrato de arena de pura de calidad (preferentemente de sílice y lavada
de río) de granulometría comprendida entre 0,125 mm-1 mm. y de unos 10 cms de espesor. Este tipo
de sustrato tiene como ventajas la aireación permanente de las raíces, que el campo no se compac-
ta, que se evita el proceso de mezcla de suelo con arena y que el drenaje es perfecto. En cambio la
desventaja es el coste elevado y la inestabilidad que puede generarse cuando el sistema radicular no
es compacto, como por ejemplo, en presencia de hongos, recién sembrado, etc. Por ello, la arena se
suele mezclar con una baja proporción de finos que le aporten cohesión. También se suelen realizar
mejoras físicas de terrenos preexistentes mediante el aporte de arena y su mezcla con el terreno.
Estas actuaciones aunque de peor calidad son más económicas y más estables en caso de pérdida
de cobertura vegetal (Campos de entrenamiento o de bajo mantenimiento).
Capa vegetal: Como último componente del pavimento se encuentra la capa vegetal donde se en-
cuentran los tallos, brotes y hojas de la planta. El césped se puede componer de varias especies o de
una mezcla de ellas. Cada especie o variedad tiene una serie de características.
A continuación describimos algunas que se pueden ajustar a las necesidades de una pradera de-
portiva:
Poa Pratense
–– Color verde azulado
–– Resiste mucho el pisoteo
–– Crecimiento lento, se debe combinar con Ray-grass o fetusca
Las características que se le requieren a esta última capa viva dependen del tipo de deporte que se
practique sobre él, y que repasamos a continuación:
Rugby
Es el deporte que más propiedades demanda al césped. Éste deberá tener un sistema radicular pro-
fundo que le confiera resistencia para las tracciones que se producen en las melés y otros lances del
juego. Además, este deporte necesita que el soporte tenga una alta absorción de impactos, que sea
bastante elástico. Para ello se utilizará un corte alto de siega y se intentará que la densidad del césped
sea alta y la del terreno baja. Debido a las altas solicitaciones mecánicas a las que se ve sometido es
necesario que el césped tenga también un alto grado de regeneración.
Fútbol y Fútbol 7
Estos deportes solicitan al césped menos resistencias mecánicas que el Rugby, aunque también son
elevadas. Así pues el césped no tiene por qué tener un sistema radicular muy profundo. En cuanto a la
absorción de impactos, requieren también que el campo sea elástico. Esto se conseguirá con la ayuda
de una porosidad elevada del terreno (alto grado de arena que evita la compactación) y de una altura
de siega no muy baja, aunque este aspecto incide en otra característica que se le demanda al terreno
de juego en estas superficies: la rodadura del balón. Ésta, en la mayoría de los casos, necesita que
el rozamiento sea bajo (campo rápido) y para ello requerirá una altura de siega baja, aunque también
podemos tener en cuenta que el rozamiento se puede disminuir con un riego previo a la disputa del
partido.
2.2.3. Operaciones de mantenimiento preventivo
El mantenimiento del césped natural es el cuidado de un ser vivo con toda la complejidad que ello
conlleva, no sólo por mantenerlo con vida, sino con las propiedades que se le demandan (resistencia,
altura máxima, densidad, uniformidad, etc.). Para ello, a continuación describiremos las principales
operaciones de mantenimiento y recomendaremos una programación.
Con este tipo de ensayos se pueden planificar las principales operaciones de mantenimiento, aportan-
do a la planta todo lo que necesita y sólo lo que necesita, con lo que se amortiza el ensayo en el ahorro
sustancial en gasto de enmiendas de fertilizante, arena, resiembras, etc. Por todo ello esta operación
es muy importante, y no debe ser entendida como un gasto superfluo sino como una inversión.
Es adecuado realizar la fertilización lo más homogénea posible, ya sea a mano o mediante unos carri-
tos especiales que esparcen las bolas de fertilizante. Esto evitará quemaduras o crecimientos incon-
trolados. El abonado es recomendable usarlo tras la siega, ya que con esta operación la planta pierde
parte de los minerales absorbidos.
Riego
La cantidad de agua de riego que necesita la planta está en
función de muchos factores: de la cantidad de evaporación
de humedad del suelo y la transpiración de las hojas, de la
reserva de humedad que es capaz de sostener el terreno
y de las precipitaciones. Todos estos factores están dentro
de un ciclo que debe estar en equilibrio para que la entrada
de agua (precipitaciones, riego) y la salida de agua (eva-
poración, transpiración, escorrentía, lavado) sean iguales,
y en caso de distanciarse en el tiempo que la reserva de
agua (condiciones del terreno y del drenaje) sea suficiente
hasta el próximo aporte.
Es necesario un riego abundante tras la fertilización para disolver en parte los gránulos y facilitar la
absorción.
Siega
La siega es una operación de corte de las ho-
jas del césped que evita la tendencia a enca-
mar y espigar y permite mantener las hojas y
tallos a una altura compatible con las necesi-
dades de juego. Una siega más frecuente au-
menta la densidad de la pradera deportiva.
La altura de corte depende del tipo de deporte, y a continuación describimos los más recomendados:
De todas maneras, la altura de corte de la planta debe ser como máximo de 1/3 de la altura total. Te-
niendo esto en cuenta se programarán las siegas para no cortar demasiado la planta.
Es igualmente recomendable realizar la siega cuando la planta está seca (evitar segar después de una
lluvia o de un riego) y alternar la dirección de la siega para evitar deformaciones y encamados.
Por último, cabe destacar una de las tendencias actuales de no recoger los restos de siega, con la
finalidad de que se descompongan y de devolver los minerales eliminados con la siega a la planta.
Esta circunstancia puede ser ventajosa sólo en algunos casos, ya que puede contribuir a la forma-
ción de fieltro (capa impermeable entre el suelo y las hojas) y puede ser un nido de creación de
enfermedades.
Sin embargo, en la actualidad existen máquinas segadoras-recicladoras que trituran los restos de
siega en pequeñas partículas fáciles de descomponer, que dependiendo de las especies plantadas,
si son ricas en celulosa (Lolium Perenne, Poa Pratensis), se descomponen fácilmente y se incorporan
al terreno sin crear fieltro.
Aireado
El aireado es una operación dirigida a evitar la compactación y oxigenar en profundidad el terreno,
para que el sistema radicular pueda realizar el intercambio de gases con normalidad y para aumentar
el drenaje.
Esta operación se realiza mediante la inclusión de pinchos, ya sea manualmente, mediante horcas, o
mecánicamente mediante rulos con púas. La profundidad de aireado óptima se encuentra en unos 10
cms. Existe maquinaria especializada (sacabocados) que no sólo realizan el agujero sino que sacan la
tierra sin compactarla. Se recomienda realizar un aireado en primavera y otro en otoño, aunque este
último no es tan necesario. En terrenos muy arenosos no es imprescindible debido a la porosidad ele-
vada de este tipo de suelos. En estos casos se puede espaciar el tratamiento a uno cada dos años.
Escarificado
Esta operación está enfocada a eliminar el fieltro. El fieltro es una capa superficial de 1 o 2 cms de es-
pesor que se forma con restos de hojas, raíces y tierra suelta. Esta capa es impermeable y no permite
el paso de agua y nutrientes al terreno, además de ser un foco de creación de hongos.
Cilindros de tierra extraídos en el proceso de aireado.
Con el escarificado se rompe y elimina parte del fieltro mediante el arañado superficial del terreno
con máquinas especializadas o manualmente mediante rastrillos. Con el aireado también se rompe
fieltro, pero menos. Es aconsejable realizar uno en primavera y otro en otoño si hay acumulación de
fieltro.
Después de realizar el escarificado se debe pasar un rastrillo con púas flexibles para recoger el forraje
que ha dejado la máquina en superficie. El césped también agradecerá una pequeña resiembra (8 g/m2
de Poa Pratensis, 10-15 g/m2 de Ray-Grass o 3 /m2 de Agrostis según las especies que tengamos).
Recebo
El recebo es un aporte de arena o de una mezcla de arena y turba que el terreno agradece, sobre
todo, después de un aireado o escarificado. Después de estos dos últimos tratamientos y conjunta-
mente con la fertilización se puede realizar un recebo. En los campos de arena pura es conveniente
elaborar un recebo con el mismo tipo de arena.
De todas formas, en este manual existen capítulos específicos que hacen referencia tanto a las opera-
ciones de control y prevención de la legionelosis, como a la propia instalación específica de riego. En
ellos se podrá encontrar información adicional que ayude al lector a formarse una idea más global.
Operaciones Frecuencia
- 1 en primavera
Escarificado
- 1 en otoño si se forma mucho fieltro
que ha evolucionado mucho en los últimos tiempos debido a la investigación que se ha realizado,
no deja de tener que necesitar unas mínimas operaciones de mantenimiento que alargarán la vida y
asegurará que sus propiedades perduren dando respuesta por muchos años a las demandas de los
deportistas.
Existen tres principales tipologías de césped artificial adaptadas a cada tipo de necesidad y aunque el
mantenimiento a realizar a cada uno de ellos es similar existen algunas particularidades que desarro-
llaremos a continuación. Las tipologías son:
–– C
ésped con agua. Se utiliza para Hockey hierba. No tiene ningún tipo de relleno, el pelo es
de nylon y tiene una altura bastante baja, de unos 12 mm. Debe ser regado con asiduidad
y abundancia.
–– C
ésped con arena (2ª generación). Se utiliza principalmente para Tenis y Pádel, aunque an-
tiguamente se usaban también en algunos campos de Fútbol y Hockey hierba. La altura de
pelo está entre 12 y 30 mm y tiene un relleno de arena de sílice de canto redondeado para
evitar la abrasión de las fibras. Su composición varía en el nylon y el polipropileno. El riego
se utiliza de forma esporádica.
–– C
ésped con arena y caucho (3ª generación). Es el tipo de césped más actualizado para la
práctica de Fútbol y Rugby. Las fibras suelen ser de polietileno, y se clasifican en fibrilados
o monofilamentosos. Su altura suele estar entre 55-60 mm para Fútbol y entre 65-75 mm
para Rugby. Tiene un relleno de arena de sílice de canto redondeado que sirve de lastre y
otra capa de virutas de caucho cuya función es la amortiguación y absorción de impactos.
En ocasiones se suele completar el sistema con una subbase de caucho con la misma fun-
ción, pero con la ventaja de tener fijadas las virutas evitando su movimiento descontrolado.
El riego en estos campos es también muy ligero.
Aspiración y limpieza
Esta operación se realiza para aspirar el polvo y pequeños objetos que se acumulan en el césped y
no pueden ser recogidos manualmente. En los céspedes con agua sólo con un aspirador industrial es
suficiente, pero en el resto de céspedes la maquinaria tiene que cumplir el objetivo de aspirar toda la
carga (arena y/o caucho), separarla de la suciedad y devolverla limpia al campo.
Utensilio para la descompactación del caucho. Recebo de caucho con máquina dosificadora.
del agua. Así pues, los canales de desagüe o los areneros se suelen ir colmatando poco a poco redu-
ciendo la capacidad de evacuación del sistema. Por ello se hace necesaria una limpieza periódica en
función de las condiciones del sistema de evacuación y de la climatología.
Cepillado
Al igual que sucede con la carga, las fibras del césped artificial debido al uso se van agachando y
apelmazando. Esto genera una pérdida de elasticidad, una disminución del rozamiento superficial que
hace que el balón o la pelota ruede o bote más rápido y un envejecimiento prematuro de la propia fi-
bra que al estar más en contacto con la arena se desfibrila con más rapidez. Para evitar esta situación
perjudicial es recomendable cepillar las fibras para mantenerlas verticales. Esta operación, además
está dedicada a redistribuir la carga que con el uso se va acumulando en unas zonas más que en
otras. El cepillado se suele realizar con un cepillo especial para campos de Fútbol de césped artificial,
que contiene unas cerdas que no dañan la fibra y que redistribuyen bien la carga.
También existe maquinaria específica de cepillado, que cuenta con cepillos rotativos. La precaución
que se debe tener en esta operación es la de realizar el cepillado en los dos sentidos, longitudinal y
transversal, y la de que las ruedas del vehículo tractor tenga la anchura y presión adecuadas para no
dañar el campo y que no se realicen maniobras bruscas como giros y frenazos rápidos.
Recebo
Con el uso el campo va perdiendo carga y hay que reponerla para que siga manteniendo sus característi-
cas mecánicas. Esta operación dependerá del nivel de carga que se pueda ir perdiendo, aunque indepen-
dientemente de la cantidad es recomendable realizarla anualmente. Una orientación para ver el nivel de
carga que puede faltar es comprobar la cantidad de fibra que sobresale por encima de la carga. En un es-
tado óptimo, ésta deberá sobresalir unos 15 mm para Fútbol y Rugby y unos 10 mm para Tenis y Pádel.
Riego
El riego de los campos de césped artificial es una operación enfocada primero a mejorar la interacción
fibra-jugador disminuyendo el rozamiento con la humedad superficial, pero también es una operación
que aumenta la vida útil del campo ya que esta disminución del rozamiento entre fibras también dismi-
nuye el desgaste de las mismas. Otra ventaja que tiene el riego es disminuir la temperatura del pavi-
mento, que en épocas de mucha radiación solar se puede elevar bastante debido a la gran absorción
energética del caucho y puede llegar a provocar en los jugadores problemas en la planta del pie.
Revisión de juntas
El césped artificial se compone de rollos de entre 4 y 5 metros de anchura que se unen mediante
cosido o encolado. Estas juntas son la parte más débil del sistema y sobre todo en deportes como el
Rugby o el Fútbol en los que se ven sometidas a importantes esfuerzos horizontales, pueden sufrir
pequeños desgarros o roturas. En principio su reparación no suele ser muy dificultosa si se detectan
a tiempo, pero si no es así, pueden ocasionar importantes desperfectos e incluso pueden llegar a
producir lesiones por tropezones o enganchones inoportunos. Para evitar esto, deberemos realizar
una inspección periódica de estas juntas.
Frecuencia
Operación
Fútbol Hockey Tenis y Pádel
Como caso excepcional se encuentran los deportes de patinaje como el Hockey sobre patines o el
Patinaje artístico. Estos deportes necesitan una superficie muy pulida en la que se pueden admitir pa-
vimentos de hormigón sin tratar, teniendo en cuenta que con el tiempo se deberán pulir para mante-
ner sus propiedades iniciales, aunque también en este caso se recomienda algún tipo de tratamiento
superficial que mejore las propiedades de resistencia al desgaste por rozamiento y estabilidad a los
ácidos y productos químicos agresivos (agresión medioambiental como la carbonatación, agresión
por ácidos y productos químicos que se utilizan para la limpieza, etc.).
Hormigón poroso
El hormigón poroso se utiliza fundamentalmente para pistas polideportivas de exterior para deportes
como el Fútbol Sala, Baloncesto, Balonmano, Tenis, Pádel, etc. Este tipo de pistas se suele utilizar
para la práctica del deporte lúdico o de competiciones inferiores, donde las exigencias de elasticidad
o amortiguación del pavimento no son muy altas y sí que lo son las exigencias económicas. El mate-
rial en sí está compuesto por hormigón, pero con la característica especial de utilizar un árido de una
granulometría acotada entre los diámetros 5 mm y 15 mm, eliminando el árido fino. Esta característica
le concede la propiedad drenante debido a que al ser un hormigón monogranulométrico su compa-
cidad disminuye por la porosidad que se crea entre los intersticios del árido y permite que el agua
pueda fluir entre ellos.
Tiene pues la ventaja de no necesitar realizar pendientes en el exterior, ni sistema de drenaje (siem-
pre y cuando el terreno sobre el que esté ubicado no sea arcilloso), con el consiguiente ahorro
presupuestario.
Pese a ello también tiene algo en su contra que es su fragilidad por la falta de cohesión del árido.
Si se tiene en cuenta este aspecto, se realizará siempre sobre una superficie bien compactada que
asegure la inexistencia de asientos en el terreno y se cuidará bien de no colocar cerca de estos pavi-
mentos árboles que puedan enraizar bajo del mismo, causando daños graves. Esto ayudará a reducir
los costes de mantenimiento futuro.
Así pues, como ventajas principales tiene la propiedad drenante, el reducido coste económico y su
fácil mantenimiento y como inconvenientes su fragilidad y su mínima amortiguación.
Existen varios tipos de tratamientos endurecedores superficiales del hormigón. Desde tratamientos
que se realizan mientras se ejecuta la propia solera, como son los tratamientos de cuarzo o corindón,
hasta tratamientos a posteriori con imprimaciones de resinas epoxídicas. Se utilizan con asiduidad
para pistas de patinaje.
Pulido de la superficie
Sólo en el caso de deportes como el Patinaje o Hockey patines, debido al desgaste que se produce
en las soleras de hormigón sin tratamiento superficial o en los pavimentos de terrazo, junto con los
propios ataques químicos de los productos de limpieza y la polución ambiental (carbonatación debida
al CO2 ). La superficie de estos materiales se puede volver demasiado porosa o irregular. Además,
puede que al cabo del tiempo se hayan formado ligeras cejas entre zonas separadas de una junta de
dilatación de la solera o en las baldosas de terrazo debido a asientos diferenciales. En cualquiera de
estos casos se hace necesario un pulido de la superficie para igualar pequeñas diferencias y reducir
una excesiva porosidad. Aunque, ahora bien, los deportes de Patinaje necesitan una superficie muy
lisa, pero no en exceso porque puede llegar a producir deslizamientos no deseados, por ello el pulido
se realizará con los grosores más elevados de que disponga la maquinaria a utilizar.
Limpieza de la superficie
En este tipo de superficies que se encuentran en su inmensa mayoría en el exterior, se produce
un acúmulo de polvo y suciedad que hay que ir eliminando periódicamente. Esta operación se
puede realizar manualmente mediante cepillos anchos de púas (aconsejable en presencia de agua)
o bien mecánicamente con compresores manuales de agua a presión. La utilización de agua lleva
aparejado no poder usar la pista mientras ésta esté húmeda en el caso de soleras con tratamiento
endurecedor tipo corindón o cuarzo. En los pavimentos de hormigón poroso esta operación se debe
realizar cada cierto tiempo debido a que al no tener pendientes, no existe escorrentía y la lluvia no
llega a eliminar la suciedad. Ésta se va acumulando en las oquedades de la pista colmatando sus
poros y limitando su capacidad drenante. Por ello se hace necesaria la limpieza para mantener sus
propiedades.
Esto es debido a que un pequeño agujero puntual degrada en poco tiempo una gran zona, ya
que la excesiva fragilidad del hormigón poroso, por un lado, y el mínimo espesor de las resinas
por otro, hace que se extienda el deterioro en un corto periodo de tiempo, aumentando el riesgo
desde una ligera irregularidad a una zona que puede provocar accidentes graves. Por todo ello
esta operación también es de mantenimiento preventivo, ya que si se ataja previene un deterioro
mucho mayor.
Operaciones Frecuencia
Desperfectos superficiales en un pavimento de hormigón poroso. Desperfectos superficiales en un pavimento de resinas sintéticas
sobre asfalto.
2.5. PAVIMENTOS DE MATERIALES PLÁSTICOS y linóleos
Los pavimentos plásticos y los linóleos se utilizan para una amplia gama de deportes, principalmente
deportes de sala (indoor) y Atletismo en todas sus variantes (interior y exterior). Tienen un alto grado
de aceptación y de especialización, respondiendo a las necesidades que cada deporte precisa, con-
trolando principalmente el deslizamiento y la absorción de impactos.
Por lo general, los pavimentos de PVC se utilizan para deportes indoor, salas polivalentes y gimnasios,
y los pavimentos de caucho para Atletismo y para los deportes con mayores exigencias de amorti-
guación outdoor.
Linóleo
Es, junto con la madera, el único pavimento de origen natural deportivo comúnmente extendido. Se
compone de aceite de lino solidificado mezclado con polvo de madera o corcho sobre un geotextil.
Su espesor varía entre pocos milímetros y un centímetro. Tiene una alta resistencia al desgaste, un
buen comportamiento antideslizante y a diferencia de los materiales plásticos o de caucho, no genera
cargas eléctricas estáticas. Se comercializa en una amplia gama de colores y tiene una sensible capa-
cidad de absorción de impactos. Todo ello, junto con su bajo coste relativo, lo hace un material idóneo
para casi todos los deportes de sala de un nivel deportivo medio-bajo.
PVC
Los pavimentos de PVC (Policloruro de vinilo) tienen una capacidad de absorción de impactos y de
velocidad de restitución de energía adecuada a la mayoría de los deportes de sala, aunque menor que
Pavimento de PVC. Detalle de junta termosellada en pavimento de PVC.
los pavimentos de caucho. Por sí solos no tienen una buena resistencia al desgaste por rozamiento
por lo que se suelen recubrir por una última capa de poliuretano, más resistente, y se texturizan para
obtener una adecuada adherencia y coeficiente de deslizamiento. Se colocan en rollos y se termose-
llan unos a otros para conseguir un pavimento continuo. Su espesor varía entre 3 y 12 mm ya que a
veces se combinan con subbases elásticas de caucho o subbases de ventilación.
Sus características negativas son su bajo poder de conducción eléctrica que proporciona la desagra-
dable creación de electricidad estática en los usuarios, su comportamiento ante el fuego que habrá
que comprobar que cumple con la reglamentación vigente y su difícil gestión medioambiental.
Caucho
Los pavimentos de caucho suelen ser aglomerados de virutas de caucho reciclado, con un recu-
brimiento superficial de resinas de poliuretano que le confieren mayor resistencia al desgaste por
rozamiento. Se suelen usar tanto en interior como en exterior y en los deportes de nivel deportivo
medio-alto. Tienen espesores que oscilan entre los 3 y los 14 mm de espesor dependiendo del uso
y pueden ser colocados en rollos prefabricados o bien realizados in situ. Pueden ejecutarse sistemas
que combinan capas con grados de compactación diferentes o subestructuras de celdas inclinadas
para restituir energía diferenciada entre la marcha o trote y la carrera. Por todo ello, son los pavimen-
tos que mejor gestionan la absorción y el retorno de la energía.
Sus características negativas son muy parecidas a las del PVC, en cuanto a conductividad eléctrica
y comportamiento al fuego, aunque tiene una mejor gestión medioambiental, ya que se recicla con
mayor facilidad.
Una vez comentados estos pequeños aspectos describiremos las operaciones de mantenimiento pre-
ventivo más frecuentes, subdividiéndolas en los pavimentos de sala y los específicos de Atletismo debi-
do a que tienen características diferentes.
Pavimentos de sala
Limpieza de la suciedad superficial: Esta operación se realizará con una mopa ligeramente hume-
decida, pasándola por toda la superficie para que recoja el polvo, pelos y las pequeñas partículas de
suciedad que se acumulan diariamente.
Canal de evacuación de
aguas en pista de Atletismo.
Se deben limpiar estas
canales semiocultas para
evitar que se colmaten o
Atleta aplicándose magnesia. Máquina fregadora rotativa con aspiración de agua. crezcan plantas.
Limpieza de resina o magnesia: Los deportes de Gimnasia o Balonmano utilizan este producto
para aumentar la adherencia a los aparatos de Gimnasia o a la pelota de Balonmano, por lo que se
impregnan las palmas de las manos, pero parte de este producto espolvoreado cae a la superficie del
pavimento. Es necesario que se elimine lo antes posible, ya que de lo contrario se compacta y queda
incrustado sobre el pavimento a modo de una mancha negruzca antiestética y con un coeficiente de
deslizamiento diferencial del resto.
Fregado del pavimento: El fregado se debe realizar con agua y un jabón de pH neutro. Es aconse-
jable además utilizar algún elemento mecánico que friccione el pavimento y el agua jabonosa para
eliminar mayor suciedad adherida como fregadoras automáticas con rodillo. Estas máquinas además
succionan el agua una vez realizada la operación de fregado.
Decapado: Se utilizará una máquina rotativa monodisco con disco no abrasivo y un decapante espe-
cífico para cada tipo de pavimento. Posteriormente se aspirará la suciedad resultante con un aspirador
de líquidos previo a que se seque para que no se vuelvan a producir suciedades. Por último se realiza-
rá una última limpieza con agua limpia para aclarar los posibles restos de decapante o suciedad.
Aplicación de capa protectora: Los materiales plásticos tienen en su mayoría una capa protec-
tora de milímetros de espesor que se va deteriorando con el tiempo, por eso se deberá reponer
mediante la aplicación de un polímero adecuado a cada tipo de pavimento que lo proteja y alargue
su vida útil.
Inspección del pavimento: Se deberá efectuar una inspección minuciosa de toda la superficie del
pavimento para detectar cualquier zona deteriorada, sobre todo en las juntas termosoldadas porque
una fisura en estas juntas, si no se repara con prontitud, llevará aparejado un deterioro de la junta exce-
sivo, al irse abriendo con facilidad debido a las tensiones a las que ésta se ve sometida. Así mismo se
detectará cualquier deformación no convencional que pueda indicar un problema en el pavimento.
Pavimentos de Atletismo
Limpieza de la superficie: La limpieza de este tipo de pavimentos no se puede realizar con mopa
debido a la textura rugosa que tienen, por lo que se realizará una limpieza con agua a presión y un
jabón neutro, mediante una máquina compresora y un difusor. Se deberá tener en cuenta que existen
máquinas que pueden llegar a producir presiones muy elevadas, que en el caso en que se actúe cerca
de la pintura de marcaje pueden llegar a desprenderla. Debido a esto es recomendable no acercar en
exceso la boquilla al pavimento.
Operaciones Frecuencia
Pavimentos de Atletismo
Planificación de operaciones de mantenimiento preventivo
Operaciones Frecuencia
Los pavimentos de madera se utilizan mayormente para deportes de sala que necesitan una respues-
ta de absorción de impactos y restitución de energía exigente y se pueden utilizar para casi todos los
deportes en los que se usan pavimentos plásticos.
Además cabe tener en cuenta que la madera es un material que no tiene estabilidad ante las dife-
rencias de humedad y temperatura y habrá que dejar que pueda moverse libremente, para lo que se
dejarán juntas perimetrales de dilatación.
Por último, la mejor de las maderas no tiene una buena resistencia a la abrasión y el desgaste por
rozamiento, por ello y por su capacidad higroscópica (absorción de agua) se realizará un revestimiento
superficial para protegerla de la humedad y del desgaste por rozamiento con un barniz resistente.
Una vez comentados estos pequeños aspectos describiremos las operaciones de mantenimiento
preventivo más frecuentes:
Decapado
Se utilizará una máquina rotativa monodisco con disco no abrasivo y un decapante específico para
cada tipo de pavimento. Posteriormente se aspirará la suciedad resultante con un aspirador de líqui-
dos previo a que se seque para que no se vuelvan a producir suciedades. Por último se realizará una
última limpieza con agua limpia para aclarar los posibles restos de decapante o suciedad.
Acuchillado
Con el paso del tiempo y el uso intensivo, la capa de barniz va disminuyendo su espesor e incluso se
puede llegar a perder en su totalidad en algunas zonas características de la pista. El acuchillado tiene la
Fregado del pavimento de madera con máquina rotativa y aspiración Pista polideportiva con tarima de madera.
de agua sobrante incluida.
función de desbastar el barniz y regularizar la superficie para abrir el poro y aplicar posteriormente una
nueva capa de barniz. Se realizará con una acuchilladora mecánica industrial que elimine el producto
en mal estado y/o regularice la superficie. Estas máquinas, por lo general, suelen tener aspiradores
incluidos que absorben el serrín sin contaminar las vías respiratorias ni provocar excesiva suciedad.
Barnizado
Esta operación se realizará una vez realizado el acuchillado y habiendo comprobado que no existen
juntas abiertas o zonas astilladas. En caso contrario se deberá proceder a masillarlas o repararlas,
tras lo cual se podrá aplicar el barniz, que se recomienda sea de poliuretano de dos componentes, sin
disolventes y que cumpla las propiedades deportivas de la norma DIN 18302 sobre deslizamiento.
Operaciones Frecuencia
Decapado Bianual
Acuchillado Cada cinco años o cuando la capa de barniz sea inexistente o irregular
Los materiales pétreos se dividen por su origen en pétreos naturales y artificiales. En los materiales
naturales existe un amplio abanico de tipologías, estructuras y características, lo que hace imposible
hacer un estudio pormenorizado en esta guía y nos obliga a limitarnos a destacar los más utilizados,
mientras que los artificiales se pueden resumir en dos grupos de similares características.
Rocas ígneas: Las rocas ígneas se forman por el enfriamiento del magma que se encuentra en
estado líquido. Según su velocidad de enfriamiento dará lugar a diferentes tipos de roca. Si el enfria-
miento es brusco, como el que se produce en explosiones de volcanes, el magma entra en contacto
con el aire, con el que se mezcla dando lugar a materiales muy porosos como la piedra pómez. Sin
embargo, si se enfría en los túneles de lava o en el mar da lugar al basalto, de mayor compacidad y
resistencia. Pero en esta familia de rocas, las más utilizadas en las construcciones deportivas son las
que se producen por un enfriamiento lento en el interior de la tierra que da tiempo a la ordenación de
sus minerales en cristales. El mejor ejemplo de este tipo de rocas es el granito, de altas prestaciones
como una elevada resistencia química y mecánica, alta compacidad y dureza.
Rocas metamórficas: Las rocas metamórficas se forman a muy elevada presión y temperatura,
pero sin llegar a fundirse. Suelen ser rocas sedimentarias que se van compactando por la presión
debida a los sedimentos que se acumulan sobre ellas o a presiones orogénicas que se producen en
las proximidades de las zonas de interacción de placas tectónicas, donde además existe una alta
temperatura que permite la metamorfosis de las rocas. Este tipo de rocas suelen estar formadas
por láminas. Su resistencia tanto química como mecánica está en función de la presión y la tempe-
ratura a la que se hayan formado, siendo la cuarcita y la pizarra las rocas más resistentes, aunque
tienden a exfoliar sus láminas, y el mármol una de las rocas más débiles dentro de esta familia. La
cuarcita viene de la metamorfosis de las rocas sedimentarias silíceas y el mármol de las calizas.
Rocas sedimentarias: Las rocas sedimentarias tienen un origen más superficial que los otros tipos
de rocas, su formación es más temprana y son la base desde las que se originan el resto de rocas.
Las rocas sedimentarias, como su propio nombre indica se forman por un proceso de sedimentación,
mediante el cual diferentes minerales y fósiles orgánicos se compactan y cohesionan mediante reac-
ciones químicas o procesos aglomerantes. Este tipo de rocas por lo general se componen de estra-
tos o capas de sedimentación en los cuales unos gránulos de diferente composición se cohesionan
por un material intergranular que los cementa. Tienen una resistencia tanto mecánica como química
inferior a las rocas metamórficas e ígneas, así como una mayor porosidad. La presencia de fósiles
orgánicos es una seña de identidad (aunque a veces este tipo de fósiles es de tamaño microscópico
y no se aprecian). Las más conocidas son las rocas sedimentarias calizas (travertino, dolomita) y
areniscas. Estas rocas son susceptibles de ser atacadas por agentes externos, no sólo por productos
de limpieza sino por la simple contaminación atmosférica (CO2 ) que reacciona con la piedra y la hace
soluble en agua. Esto se suele denominar carbonatación o más comúnmente conocido como «mal
de la piedra».
Pétreos artificiales
Los pétreos artificiales tienden a reproducir el proceso de creación de las rocas sedimentarias con-
glomerando áridos con una matriz cementante. Los más característicos son el terrazo, en el cual
se conglomeran áridos de tipo marmóreos con una matriz de mortero de cemento, y el tipo Siles-
tone que aglutina áridos de tipo silíceo con una matriz de resinas de poliuretano. El terrazo tiene
propiedades parecidas a las rocas sedimentarias, y el Silestone tiene alguna ventaja en resistencia
a ácidos, aunque sin embargo su utilización en exteriores y en presencia de alta temperatura es
desaconsejada.
Los principales deterioros de estos pavimentos vienen por el ataque químico a través de los produc-
tos de limpieza o los agentes atmosféricos en el exterior y por el desgaste por rozamiento. Así pues,
y para atajar estos deterioros, se enumeran las siguientes recomendaciones y operaciones de man-
tenimiento preventivo:
Pulido de la superficie
Los efectos negativos provocados tanto por el desgaste por rozamiento como por el ataque químico
se pueden atenuar disminuyendo la superficie de contacto y cerrando la porosidad superficial, esto
se realiza con la operación de pulido. En los deportes de Patinaje, deberemos tener especial cuidado
con el grado final de deslizamiento, que no debe ser excesivo para asegurar la seguridad y la tracción
del deportista.
La operación de pulido se realiza mecánicamente con una herramienta que desbasta y abrasiona la
superficie en una primera fase, con una lija rotativa, igualando las irregularidades superficiales como
las cejas. Una vez realizada esta operación, se van aplicando lijas cada vez más finas combinándolas
con productos líquidos que sellan los poros hasta quedar una superficie totalmente lisa y pulida, eli-
minando las irregularidades y tapando las asperezas y poros internos, así como las juntas abiertas.
La última fase de abrillantado no se deberá realizar en los pavimentos destinados a Patinaje, ya que
resultaría una superficie muy deslizante e insegura.
Limpieza
Cada material puede ser susceptible de ser atacado por diferentes productos que lo deterioren de
algún modo. Para la limpieza de cada uno de ellos se deberá recabar información del suministrador o
fabricante del producto, que tendrá que haberse facilitado a la propiedad en el libro del edificio, don-
de se especificará su mantenimiento idóneo. Desgraciadamente, no en todos los edificios actuales
existe información suficiente sobre este aspecto, por lo que deberemos abordar el mantenimiento
por nuestra cuenta.
Lo primero es identificar el material, ya que de esto dependerán sus características de resistencia a
diversos tipos de productos de limpieza. Una vez realizado esto, cabe decir que cada material espe-
cífico se comporta diferente y existe una muy amplia gama de materiales pétreos que no podemos
recoger en su totalidad en esta guía. Correremos, sin embargo, el riesgo de equivocarnos y daremos
unas leves pinceladas generalistas que podrán ayudar a orientar al gestor deportivo en este aspecto
crucial.
La resistencia a los ataques químicos y mecánicos que produce la limpieza está directamente ligada
a dos aspectos de los materiales, que son su composición y su densidad o porosidad. Los materiales
más resistentes son aquellos cuya composición química presenta minerales como el Silicio, el Níquel
o los Feldespatos. Estos minerales se encuentran sobre todo en las rocas ígneas y metamórficas y en
algunas areniscas silíceas. Por otro lado, la densidad como norma general va decreciendo desde las
rocas ígneas (más compactas) a las sedimentarias (menos compactas). Así pues, podremos estable-
cer un rango de resistencia química y mecánica aproximado.
Origen Resistencia
Media-alta
- Se aplicarán para su limpieza detergentes neutros, a ser posible
Metamórficas silíceas (pizarras,
de secado rápido
cuarcitas) y tipo Silestone
- Por norma general se aconseja no utilizar ácidos, aunque en
casos excepcionales se podrán aplicar en baja concentración
Media-baja
- Metamórficas cálcicas (mármoles) - Se aplicarán para su limpieza detergentes neutros, a ser posible
- Sedimentarias silíceas (arenisca) de secado rápido
- No se podrá utilizar ningún tipo de ácido, ni siquiera diluido.
Baja
- Se aplicarán para su limpieza detergentes neutros, a ser posible
Sedimentarias cálcicas y terrazos
de secado rápido
- No se podrá utilizar ningún tipo de ácido, ni siquiera diluido
Revisión de juntas
La mayoría de los pavimentos de pétreos artificiales
y la totalidad de los naturales se producen en piezas
rígidas que tienen juntas entre ellas. Estas juntas sue-
len estar compuestas por materiales menos rígidos y
resistentes que las propias piezas, además de tener
dimensiones reducidas, por lo que son susceptibles
de deteriorarse con mayor facilidad. Por ello será ne-
cesario realizar una inspección de estas juntas que
Desperfecto en junta. nos informe del estado de deterioro de las mismas.
Azulejos 20 × 20 en vestuario. Pavimento de gres.
Rejuntado
Una vez detectado un deterioro generalizado en las juntas de un pavimento pétreo se deberá pro-
ceder a rejuntar. El rejuntado se realizará para evitar las oquedades en juntas abiertas, que son un
sitio ideal para la proliferación de bacterias y para el acúmulo de suciedad. Además es un sitio donde
puede dormir el agua y los productos agresivos que verán aumentada su superficie de ataque. El re-
juntado se suele realizar con morteros coloreados y en ocasiones utilizando también árido pulvurento
del propio material que se rejunta. Posterior a cualquier rejuntado es conveniente realizar la operación
de pulido.
Dentro de este apartado hemos querido recoger una amplia tipología de materiales cuyo denomina-
dor común es la cerámica en todas sus vertientes. Desde los azulejos, hasta el gres. No se han reco-
gido otros materiales como los ladrillos por no tener un uso claramente deportivo.
Azulejos
Los azulejos son piezas rígidas de dimensiones desde 10 × 5 cm hasta 30 × 30 cm en general, y se
componen de dos partes bien diferenciadas. Una primera parte interior de material cerámico proce-
dente de la cocción de arcillas de entre 8 y 15 mm de espesor y un revestimiento exterior vidriado de
entre 1 a 5 mm de espesor.
Los azulejos se colocan en pavimentos y revestimientos de pared, sobre todo en zonas húmedas de
interior, ya que su superficie vidriada exterior los hace impermeables y su interior poroso permite su
fácil adherencia con morteros al soporte.
La superficie vidriada, además de ser impermeable tiene cierta resistencia mecánica y al ataque químico,
y al carecer de porosidad es un material muy higiénico, ya que se puede lavar con facilidad y no permite
las incrustaciones de bacterias u hongos. Sin embargo, las superficies de azulejos se componen de las
piezas rígidas y de las juntas, las cuales sí que suelen ser porosas y permeables al paso del agua.
Gres
El gres se fabrica también en baldosas, pero sin embargo su tamaño varía desde piezas muy peque-
ñas de 3 × 3 cms hasta piezas de gran formato de más de 1 metro de dimensión. Su colocación tam-
bién es más versátil, pudiéndose colocar como pavimentos y revestimientos exteriores e interiores,
incluso como parte integrante de fachadas ventiladas.
Son mucho más resistentes que los azulejos tanto en su comportamiento mecánico como frente al ata-
que químico, aunque hay que discernir entre las dos tipologías según su fabricación: el monococción (o
compacto) y el bicocción (clásico). El gres bicocción tiene unas buenas cualidades y está constituido por
dos estratos como el azulejo, una pasta arcillosa cocida de soporte y un recubrimiento vítreo, si bien han
sido superadas mediante la tecnología por el proceso de gres monococción, haciendo un material mu-
cho más resistente, estable químicamente y homogéneo. Ahora bien, este material, al ser tan compacto,
su porosidad es muy baja, no pudiéndose colocar con los sistemas tradicionales de agarre con pasta de
mortero, sino que se tienen que utilizar pastas de morteros especiales con resinas o colas.
El gres puede alcanzar espesores mucho mayores que los azulejos, pudiendo llegar a varios centí-
metros. Al igual que los azulejos, las juntas son muy importantes en la colocación y en el posterior
mantenimiento de los pavimentos de gres. En este tipo de pavimentos las juntas se pueden colocar
desde 1-2 mm hasta 15-20 mm. Hay que tener en cuenta, sobre todo en el gres compacto, su ele-
vada dilatación térmica, que debe ser compensada con morteros de junta elásticos o con juntas de
dilatación cada ciertos metros.
Los principales deterioros vienen por el desgaste de las juntas, y en algunos casos incluso del vi-
trificado de los azulejos, por los fallos de adherencia con el soporte, y por roturas o levantamientos
debidos a problemas con las dilataciones.
Habrá que tener especial cuidado con los deslizamientos accidentales que se pueden producir en
este tipo de pavimentos, debido a que su superficie es muy pulida y en presencia de humedad y lige-
ra pendiente puede ser muy resbaladiza. Aunque en el mercado existan soluciones antideslizantes,
habrá que vigilar que realmente se cumpla esta característica.
Así pues, y para atajar estos deterioros, se enumeran las siguientes recomendaciones y operaciones
de mantenimiento preventivo:
Limpieza
Por norma general, los pavimentos de azulejo y gres son bastante resistentes a los ataques quí-
micos, con la salvedad de que la resistencia del vitrificado de los azulejos es algo inferior al del
gres. Por ello se deberá tener la precaución de no eliminar el vitrificado, lo que dejaría expuesta la
parte cerámica porosa. Sin embargo, y aunque su resistencia sea elevada, algunas de las juntas
suelen estar formadas por morteros de cemento que son muy susceptibles al ataque de ácidos.
Otra circunstancia a tener en cuenta es que al utilizarse estos pavimentos en zonas húmedas y con
ligeras pendientes, suelen estar tratados superficialmente con protuberancias para evitar el des-
lizamiento. Esto hace que a mayor rugosidad, mayor es la superficie donde se puede acumular la
suciedad y mayor la dificultad para eliminarla, y además, en espacios deportivos suelen ser super-
ficies susceptibles de mantener contacto con el pie desnudo, por lo que la limpieza y desinfección
deben ser perfectas.
La limpieza diaria se realizará con detergentes de secado rápido. Cuando sea necesario desincrustar,
se utilizarán productos ácidos diluidos, teniendo en cuenta que es preferible realizar dos tratamientos
a baja concentración que uno con concentración elevada, no sólo por el ataque que puede producir al
vitrificado, sino también porque una alta concentración de ácido hará desaparecer la junta, con lo que
implicará un posterior rejuntado.
Gres y junta de mortero Se limpiarán con detergente neutro de secado rápido. Se podrá
resistente desincrustar con ácidos diluidos en agua
Rejuntado
Una vez detectado un deterioro generalizado en las juntas de un pavimento cerámico se deberá pro-
ceder a rejuntar. El rejuntado se realizará para evitar las oquedades en juntas abiertas, que son un
sitio ideal para la proliferación de bacterias y para el acúmulo de suciedad. Además es un sitio donde
puede dormir el agua y los productos agresivos que verán aumentada su superficie de ataque. Otra
circunstancia que se puede producir, si la junta es ancha, es provocar un traspiés o tropezón.
El rejuntado se suele realizar con morteros coloreados, aunque se recomienda que se realice con
morteros de alta resistencia que existen en el mercado para aumentar su durabilidad, teniendo la pre-
caución de que estos morteros sean lo suficientemente elásticos como para permitir la dilatación de
las baldosas o, en caso contrario, realizar juntas de dilatación cada cinco metros.
Frecuencia
Operaciones
Zonas comunes o de paso Vestuarios o playa de piscina