Como Ser Un Terapeuta Caps. 4 y 5 - Reflexión Personal

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Como ser un Terapeuta

Guía práctica para el viaje interior


Reflexión Personal

la sugerencia que Cozolino hace en parte de las primeras páginas es:

• Pase lo que pase, no te dejes llevar por el pánico

• El paciente está más nervioso que tú

• Si no sabes que está sucediendo, guarda silencio hasta que lo entiendas

• El paciente supondrá que sabes lo que estás haciendo, y lo más importante,

• ¡Resiste y llega al final de la hora!

Entonces esto lo relaciono bastante con el capitulo 4, donde me parece es mas


especifico respecto a los puntos anteriores. Me parece que aquí aborda importantes
sugerencias para los terapeutas en formación de su práctica clínica, pues considero que
apuntan al desarrollo de diversas habilidades y actitudes fundamentales necesarias para
manejar las diversas situaciones desafiantes que se pueden presentar en el contexto
terapéutico de las sesiones.

La primera sugerencia, "no se deje llevar por el pánico ante la patología (aunque
no sepa lo que está sucediendo con el paciente o la dinámica)", destaca la importancia de
mantener la compostura y la claridad de pensamiento, incluso en situaciones clínicas
complejas y desafiantes. Resalta la necesidad de comprender que la presentación de un
paciente en la terapia es un producto de numerosos factores contextuales, incluidos los
sistemas familiares, sociales y culturales en los que está inmerso.

La idea de "esperar lo inesperado" enfatiza la importancia de mantenerse flexible y


adaptable en el proceso terapéutico, reconociendo que los clientes pueden presentar
problemas y preocupaciones que van más allá de las expectativas convencionales. Desde
una perspectiva sistémica, subrayando la necesidad de considerar la interconexión entre
diferentes aspectos de la vida del individuo y cómo estos pueden afectar su salud mental y
emocional.

La noción de que "las crisis suelen ser formas de comunicación" subraya la


importancia de comprender el comportamiento problemático o perturbador de la, o las
personas, como un intento de expresar dificultades subyacentes y necesidades
insatisfechas. Desde un enfoque sistémico, me paree que esto sugiere considerar la
relevancia de considerar el contexto relacional y social del individuo y cómo este puede
influir en su forma de comunicarse y lidiar con el estrés y los desafíos, y como desde ahí,
estás crisis nos están comunicando algo que no es expresado de otra forma, si no por este
medio que parece caótico, y que, de tomarnos mal parados, podrá ser una buena razón
para entrar en pánico desde la inexperiencia.

El "no tratar de razonar con una persona irracional" subraya la importancia de


adaptar las estrategias de comunicación y terapéuticas a las necesidades emocionales del
paciente, reconociendo la importancia de la empatía y la conexión emocional en el
proceso terapéutico. Esto resalta la relevancia de considerar las dinámicas interpersonales
y los patrones de comunicación dentro del sistema social en el que opera el paciente.

Finalmente, la sugerencia de "no olvidar las cualidades del paciente" enfatiza la


importancia de reconocer y fomentar las fortalezas y los recursos internos del individuo.
Este enfoque me refuerza la idea de que el proceso terapéutico debe centrarse en el
consultante como un ser humano completo y complejo, no solo en su patología y como
esto puede apoyar y fortalecer la resiliencia y el bienestar del individuo.

En cuanto al capítulo 5, me dio a entender que plantea la importancia de reconocer


mi propia ignorancia y practicar la humildad en el proceso terapéutico. Cozolino destaca
estar al tanto de la singularidad de cada paciente, con su propia historia y forma de
expresarse, lo que requiere que como terapeuta desarrolle una comprensión profunda y
gradual a medida que avanza la relación terapéutica. El capítulo me advierte sobre los
peligros de hacer supuestos, y dar por sentado desde mi propia realidad, y sin el
fundamento de la experiencia y significados propios del consultante, especialmente en
relación con los aspectos culturales, religiosos y sociales de la vida de un individuo. Poder
practicar el “no saber”, en tanto que el consultante es el experto en su propia historia, y no
yo.

El primer subtítulo, "Supuestos culturales y religiosos", resalta la importancia de


ser consciente de los supuestos que podrían surgir en relación con la cultura y la religión
del paciente. Destaca la necesidad de considerar cómo las creencias culturales y religiosas,
tanto del mismo, como las propias, pueden influir en la perspectiva del paciente y cómo
esto puede impactar en su bienestar mental y emocional. Reconocer y cuestionar los
supuestos culturales y religiosos me ayudará a evitar malentendidos y fomentar una
comprensión más profunda de las experiencias del paciente, en tanto que estos dos
elementos, generalmente, son pilares de la ideología y filosofía de las personas.

En el apartado, "Nadie es experto en cultura" enfatiza la importancia de reconocer


la diversidad cultural y la imposibilidad de ser completamente experto en todas las
culturas. Desde una perspectiva sistémica, esto implica adoptar una actitud de humildad y
disposición para aprender de la riqueza de la diversidad cultural que encuentran en la
práctica terapéutica. Esto puede fomentar una mayor sensibilidad cultural y mejorar la
capacidad del terapeuta para comprender las experiencias y perspectivas únicas de cada
individuo.

El reconocimiento de que "Los prejuicios están en todas partes" subraya la


necesidad de ser consciente de los prejuicios personales y sociales tanto míos como
persona/terapeuta, como los del paciente. Destaca la importancia de abordarlos y
cuestionarlos, en ambos sentidos, ya que pueden influir en la percepción y relación con el
paciente, así como afectar la calidad mi comprensión como terapeuta sobre la experiencia
del paciente.

En cuanto a la "La vergüenza del acusado" sugiere la importancia de evitar el juicio


y la vergüenza hacia el paciente, enfatizando la necesidad de crear un entorno terapéutico
seguro y libre de críticas. Esto implica reconocer la complejidad de las experiencias del
paciente y la importancia de proporcionar un espacio libre de prejuicios y vergüenza para
fomentar la apertura y la honestidad en la terapia y no preocuparse por parecer tonto si le
pide a mi paciente que me instruya en lo que no se.

En general considero que es una excelente lectura que me da bases muy


importantes para mi hacer profesional como psicólogo y terapeuta humanizado.

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