INTRODUCCION

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Introducción

Por el Ing. Roberto Avelar López

Prácticamente, desde los inicios de la civilización, los puentes solucionaron los


problemas de la comunicación terrestre, convirtiéndose en estructuras esenciales
en aquellos países cuya orografía es muy accidentada, como sucede en gran
parte de nuestro territorio nacional.

Sabemos que a partir de 1946, nuestro país tuvo una gran transformación debido
al inicio de magnos proyectos de infraestructura, en los que las distancias para la
comunicación terrestre, entre el Distrito Federal y algunos centros vacacionales y
de abasto, se acortaron considerablemente gracias al avance de la ingeniería
mexicana al dedicarse a mejorar, entre otros, el diseño y la construcción de los
puentes.

Sin tratar de hacer una puntual definición de lo que es un puente vehicular o


ferroviario, se puede decir que son estructuras que permiten la continuidad de un
camino truncado por depresiones, ubicadas sensiblemente a una cota inferior a la
de su rodamiento. Los puentes son estructuras que producen grandes
concentraciones de carga en sus apoyos y por su funcionamiento, éstas se
incrementan por el paso de los transportes cuyo efecto dinámico se suma a su
carga estática.

La ingeniería mexicana se ha dedicado a mejorar la construcción de los puentes


en general, entre otras estructuras, buscando que éstos resulten útiles,
económicos y estéticos para lo cual se han sumado las experiencias de las
siguientes especialidades:

• Ingeniería Geotécnica. Es la responsable del estudio del subsuelo para definir


el diseño geotécnico de la cimentación.

• Ingeniería Estructural. Es la responsable del diseño del puente, basado en el


estudio del subsuelo en función de las cargas y de los claros por salvar,
tomando en consideración si es vehicular o ferroviario.

• Ingeniería de Ejecución. Es la responsable de la construcción del puente,


tomando en consideración las características del subsuelo, las
especificaciones y la ubicación con el propósito de seleccionar el
procedimiento constructivo, el personal y el equipo adecuados.

Cuando el estudio del subsuelo no se hace en forma exhaustiva, se corre el riesgo


de originar equivocaciones, con resultados en donde la economía y los programas
de obra rebasan considerablemente los planeados. Se han reportado casos reales
en nuestro país en los que se efectuaron exploraciones geotécnicas deficientes, y
además, alejadas del eje del puente por construir, dando como resultado que se
especificaran cimentaciones que no se pudieron realizar según lo proyectado, y
que motivó en ocasiones a cambiar su localización y diseño.

La utilización de pilotes para resolver la cimentación de los puentes es muy


limitada cuando se trata de salvar el cauce de un río, cuyo subsuelo generalmente
contiene boleos, gravas y arenas, por lo que el hincado de los pilotes requiere de
una perforación previa; esta perforación se complica al hacerla en diámetros
pequeños, por la dificultad que representa la ruptura y extracción del boleo, así
como la estabilización del subsuelo, con lo que el aspecto económico se
incrementa innecesariamente, ya que un pilote difícilmente podrá ser hincado en
estas condiciones, resultando oneroso el hecho de haber instalado en la obra
adicionalmente al equipo de hincado, un equipo de perforación, un equipo de
manejo de lodos, así como la disposición de herramientas especiales y costosas.

Seguramente circunstancias similares a las descritas anteriormente, condujeron a


los técnicos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a cimentar los
puentes sobre cilindros, cuyo procedimiento se ha utilizado en un gran número de
puentes con resultados muy satisfactorios, sin embargo, se ha dejado de usar por
la incertidumbre que representa su construcción debido a que no siempre fue
factible alcanzar las cotas de desplante por el desplome de los cilindros, o bien a
la presencia de rocas de gran tamaño cuyo peso, al apoyarse en el cuerpo del
cilindro, impedía su desplazamiento vertical; en otras ocasiones, en algunos
puentes la roca se ubicó en la parte inferior del cilindro, en donde ni con dinamita
se pudieron bajar los cilindros hasta su desplante, entonces se optó por colar un
tapón en la parte inferior del cilindro hasta la profundidad que alcanzó, situación
que se ha repetido en diversos proyectos lo que no permitió cumplir con el
programa de construcción, incrementándose los costos, con cargo principalmente
para el constructor
En este tipo de suelos es factible incrementar su resistencia inyectando una
lechada de agua-cemento (procedimiento utilizado comúnmente en los países
europeos y conocido como jet grouting). En suelos que contienen boleos exentos
de una matriz de finos, sin importar su tamaño, quizá pudiera mejorarse su
resistencia mediante la formación de pilas de cimentación, cuyo material es el
mismo subsuelo, en las cuales, éste se estabiliza mediante perforaciones con
diámetros de 15 cm, con separación de 45 cm de centro a centro, localizadas en el
perímetro de una circunferencia de 2 m de diámetro, introduciendo en cada
barreno, varillas de acero de refuerzo de 1½” de diámetro, e inyectando una
lechada de agua-cemento y antes del fraguado, continuar inyectando un mortero
de agua-cemento-arena, a fin de sellar las perforaciones (Foto i.2).

Foto i.2. Columnas formadas por jet grouting


A partir de la década de 1980 en que se iniciaron los simposios entre
constructores y consultores en nuestro país, fue tomado en consideración el punto
de vista del constructor, y es así como los cilindros de cimentación se permutaron
por pilotes de 1.20 m y 1.50 m de diámetro, para los que existen, en nuestro medio
constructivo, equipos y herramientas que permiten ademar las perforaciones
construyendo elementos de cimentación profunda altamente confiables.

Esta apertura, dada por las autoridades técnicas de nuestro país, ha permitido que
en la actualidad se apliquen novedosos procedimientos constructivos, sin embargo
aún no se han podido conformar presupuestos y programas de construcción
apegados a la realidad, pues la heterogeneidad del subsuelo donde se construyen
los puentes, sigue siendo un reto para la Ingeniería Mexicana, ya que habrá
infinidad de casos donde los equipos existentes en México actualmente, para
hacer las cimentaciones profundas, quedarán limitados, por lo que se hace
indispensable que se sigan analizando soluciones que resuelvan las necesidades
de la cimentación de los puentes (Foto i.3).

Foto i.3. Perforación para construir pilas de cimentación


A fin de lograr que estas obras se desarrollen dentro de programas y presupuestos
previstos, se hace necesario considerar que la supervisión es una responsabilidad
importante que debe sumarse para alcanzar este objetivo, con lo cual deberá ser
receptiva al propósito de realizar oportunamente las modificaciones que se
requieran, principalmente durante el proceso de la construcción de las
cimentaciones profundas, cuidando que éstas queden acotadas bajo un
procedimiento que no deteriore la calidad, evitándose así las improvisaciones.

Continuar con las reuniones técnicas con la participación de las diferentes


disciplinas de la Ingeniería Civil, permitirá la factibilidad de construir mejores
obras, acercándonos cada vez más a la excelencia.

Con base en estos antecedentes podemos decir que los ingenieros tenemos la
obligación de seguir comunicando nuestras experiencias, pugnando para que no
se escatimen gastos ni esfuerzos en los estudios de mecánica de suelos,
considerando que los subsuelos donde se construyen los puentes, obligan a llevar
a cabo un estudio exhaustivo, preferentemente por cada apoyo, evitando la
generalización.

El presente libro inicia con una Reseña Histórica de las cimentaciones de puentes,
en la que se señalan brevemente los esfuerzos realizados por nuestros
antepasados para crear estas importantes obras. En el Capítulo 2, se describen,
en forma general, los principales tipos de cimentación y sus procedimientos
constructivos utilizados para los puentes, información que aunque no está
pensada con fines de diseño, presenta algunos datos de interés que pueden ser
útiles para los profesionales que diseñan o construyen este tipo de obras. En el
Capítulo 3, se describen 12 de los puentes representativos de los tipos de
cimentación que se han empleado comúnmente en México. En el Capítulo 4, se
describen brevemente algunos conceptos de instrumentación aplicados a las
cimentaciones de puentes, resaltando la importancia que tiene una adecuada
instrumentación, ya que proporciona los medios necesarios para poder mejorar o
adecuar las diversas etapas de la construcción civil; en este capítulo se incluye un
caso de aplicación. Finalmente, en el Capítulo 5, Conclusiones y Perspectivas, se
indican los aspectos que se consideran relevantes para el mejoramiento de la
ingeniería geotécnica aplicada a puentes; y se comenta desde el punto de vista de
los autores y colaboradores, cuáles son las perspectivas para las cimentaciones
de puentes en nuestro país.

En este libro se ha recopilado sólo una pequeña parte de la basta experiencia


mexicana en la construcción de la cimentación de puentes, por lo que esperamos
que esta publicación sea el inicio de otras similares y que motive el incremento en
la participación de los profesionales de la geotecnia, para que escriban sus
propias experiencias como un legado para las futuras generaciones que nuestro
país requiere cada vez con mayor urgencia, y a la vez, elaborar compendios que
constituyan tradiciones para favorecer la trascendencia de nuestra ingeniería.

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