El documento describe dos lados de la salvación: el lado de Dios y el nuestro. Dios nos convence del pecado y nos revela a Jesús como Salvador. Nuestra parte es confesar, arrepentirnos y recibir a Cristo. El documento también habla sobre los resultados de la conversión y restauración, y explica el significado del protoevangelio en Génesis como la primera promesa de salvación a través de la simiente de la mujer.
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El documento describe dos lados de la salvación: el lado de Dios y el nuestro. Dios nos convence del pecado y nos revela a Jesús como Salvador. Nuestra parte es confesar, arrepentirnos y recibir a Cristo. El documento también habla sobre los resultados de la conversión y restauración, y explica el significado del protoevangelio en Génesis como la primera promesa de salvación a través de la simiente de la mujer.
Título original
Dos lados de nuestra salvación trabajo de mla pástora Rosa
El documento describe dos lados de la salvación: el lado de Dios y el nuestro. Dios nos convence del pecado y nos revela a Jesús como Salvador. Nuestra parte es confesar, arrepentirnos y recibir a Cristo. El documento también habla sobre los resultados de la conversión y restauración, y explica el significado del protoevangelio en Génesis como la primera promesa de salvación a través de la simiente de la mujer.
El documento describe dos lados de la salvación: el lado de Dios y el nuestro. Dios nos convence del pecado y nos revela a Jesús como Salvador. Nuestra parte es confesar, arrepentirnos y recibir a Cristo. El documento también habla sobre los resultados de la conversión y restauración, y explica el significado del protoevangelio en Génesis como la primera promesa de salvación a través de la simiente de la mujer.
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Dos lados de nuestra salvación
Vemos que hay dos lados en nuestra salvación:
El lado de Dios. El lado nuestro. Él tiene una parte qué desempeñar que nosotros no podemos hacer, pero nosotros tenemos una parte qué desempeñar que El no hará. Podemos ver estos pensamientos de la manera siguiente: 1.-La parte de Dios es nuestra Salvación. Se enfrentará con nosotros y nos convencerá de nuestro pecado, en otras palabras, Dios se enfrentará con nuestras faltas; probará que somos culpables y nos mostrará la pena que tenemos que pagar por nuestro pecado: la muerte lo hará mediante su Palabra y su Espíritu, en Romanos 6:23 nos dice Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. Después nos revelará cómo podemos ser salvos de la pena por nuestros pecados y encontrar nuestro lugar en su familia lo hará por medio de Jesús, su Hijo y nuestro Salvador; su muerte en la cruz prueba que Dios no sólo es santo y justo, sino también es amoroso y misericordioso, la biblia nos dice en 1corintios 15:10 Pero por la agracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes bien, he trabajado más que todos ellos; aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. En la parte de Dios es nuestra Salvación las palabras claves son Confesar, Arrepentirse y Recibir 2.- Nuestra Parte en Nuestra Salvación. Tenemos que responder a nuestra culpa y la gracia de Dios, confesando nuestro pecado ante su Hijo. “Confesar” significa concordar, decir la misma cosa. Tenemos que concordar con Dios en que somos pecadores y necesitamos un Salvador. La palabra clave en nuestra Salvación es Confesar, después tenemos que arrepentirnos y recibir a Cristo como nuestro Salvador:” Arrepentirse” significa cambiar de parecer. Por lo tanto, escogemos ahora la voluntad y el camino de Dios para nuestras vidas en lugar de los nuestros propios, pidiendo a Jesús que venga a nuestro corazón como Señor y Salvador, respondiendo al amor de Dios mediante la fe en su Hijo y la obediencia a su palabra; en nuestra parte en nuestra Salvación las palabras clave es Arrepentirse y Recibir. C.Los resultados de la salvación Los resultados de la salvación son: conversión y restauración. Convertirse: significa apartarse de un camino e ir por otro. Por la gracia de Dios nos hemos apartado de nuestro camino de muerte y tomamos otro en dirección a su camino de vida que es la conversión. Una vez fuimos desviados o separados de Él por nuestro pecado y desobediencia, en Cristo hemos sido restaurados o devuelto a la comunión con la amada familia de Dios, si tenemos que recibir a Cristo en nuestros corazones como nuestro Salvador para ser perdonados de nuestro pecado y recibir la vida eterna; pero todavía hay más en relación con nuestra gran salvación no sólo son perdonados nuestros pecados en Cristo, sino que también recibimos muchos otros beneficios y bendiciones que se nos da. 1.- Un Espíritu Nuevo Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. (Ezequiel 36:27) 2.- Una vida nueva Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo (1Juan 5:11) Protoevangelio Protoevangelio se refiere a la primera promesa de salvación mesiánica hecha por Dios a Adán y Eva en el Génesis de la Biblia. Es el término para la primera declaración del Evangelio la cual ocurre en Génesis 3:15 se trata de la profecía de que Cristo derrotará al diablo y redirá la humanidad. La primera proclamación del Evangelio sucede inmediatamente después de la Caída de Adán y Eva y muestra la intención de Redención. 1.- ¿Qué es y porqué es importante el Protoevangelio? En la Epístola a los hebreos encontramos una importante y contundente afirmación acerca de nuestro Dios:” Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Ap.14:6) desde el principio de las Escrituras, aun desde el libro de la Creación. Cuando leemos Génesis 3:8; 4:25 nos damos cuenta que Dios por medio de aquella palabra que creó todas las cosas, ahora viene por la misma Palabra a dar el primer mensaje de la redención a la humanidad, este mensaje es conocido como el protoevangelio que significa” el primer evangelio” Dios ante el pecado Lo primero que tenemos que resaltar de este suceso es la actitud de Dios ante la caída de Adán y Eva: Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor entre los árboles del huerto. Y el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? Génesis 3:8-9. Sorprendentemente la primera acción de Dios en esta narrativa fue hacerles sentir su presencia, tal y como lo hacía a menudo con ellos. No llegó regañando, vociferando, asustando, sino que llegó de manera apacible (1 Reyes 19:11-12) Llegó a platicar con ellos. Dios se les acercó en amor. Ahora bien, la actitud de amor de Dios no pasa por alto su Santidad ni elimina las consecuencias del pecado. Dios maldice al hombre y en él, la tierra (Gén. 3:17-19) Diciéndole que con sudor comería todos los días y que espinas y abrojos produciría la tierra, es decir que la tierra ya no sería un lugar de descanso y de reposo para la humanidad caída. También maldice a la mujer (Gén: 3:16) multiplicando el dolor de parto y con un deseo de controlar o dominar al marido, terminando ella siendo dominada. Él también maldice a la serpiente de una manera importante, al animal le dijo reptaría y comería polvo toda su vida, pero luego profetizó el fin y la derrota eterna de Satanás diciendo: “Y pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza y tú lo herirás en el calcañar. Claramente Dios está anunciando a Cristo aquel “nacido de mujer” (Gá. 4: 4) llamando la simiente de ella. Él profetizó su sufrimiento y aun su muerte en la cruz, pero eso implicaría a su vez la derrota de Satanás en la consumación de los tiempos por medio de Cristo resucitado. Aquí vemos claramente anunciado ese protoevangelio. En este pasaje podemos notar que Dios no solo mostró su justicia al maldecir, sino que mostró su gracia al ofrecer redención. Al maldecir a Satanás y anunciarle su derrota y el fin de su reino parásito en este mundo, Dios estaba anunciando la liberación y redención de la humanidad, así como la restauración de todas las cosas lo que para Satanás fue el anuncio de su derrota, para los escogidos fue de su redención; la simiente de la mujer, Cristo Jesús sería el vencedor sobre Satanás y a la vez nuestro Salvador y Redentor. Esta promesa nadie la merecía, pero Dios libremente la prometió por la gracia soberana. En las mismas maldiciones sobre Adán y Eva vemos implícita su gracia común, pues, aunque la mujer no merecía ya tener hijos, Dios le permitió tenerlo con dolor. Es por esto que ahora la humanidad caída puede experimentar la gracia de ser padres, aunque realmente no lo merezcamos, de igual manera con Adán que, aunque sea con sudor y trabajo podía seguir comiendo. Hasta el día de hoy sigue saliendo el sol sobre justos e injustos; Tampoco podemos pasar por alto que Dios no dejó al hombre en su desnudez o su intento de vestiduras de hoja: Él les hizo vestiduras de pieles y los vistió (Gén. 3:21) 1.- ¿Fueron salvos Adán y Eva? La justificación es por medio de la fe en Jesús. Aun en el Antiguo Pacto, la salvación era por creer en el Mesías prometido y no por cumplir la ley de Moisés. De igual forma es en Génesis la salvación vendría por creer por fe en esa” simiente de mujer”. Entonces ¿ creyeron ellos este mensaje? La respuesta podemos encontrarla en las acciones después de la caída. 2.- ¿Qué hizo Adán inmediatamente después de escuchar el protoevangelio? Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes (Gén.3:20) en lugar de volverla a acusar, Adán le cambió el nombre a su esposa a uno que significa” vida”. Lo hizo porque él comprendió por medio de ese protoevangelio que por la “simiente de su mujer” es que la muerte eterna sería removida y el pecado perdonado. Por tanto, le nombró Eva pues estaba convencido ahora que ella era madre no de muertos sino de vivos. Eva igualmente creyó al primer evangelio, vemos que no solo siguió y se sometió a su esposo por mandato de Dios, sino que cuando nació su primer hijo, ella exclamó en Génesis 4:1 “He adquirido varón con la ayuda del Señor. Eva bendijo al Dios Creador ya que, al creer en la simiente victoriosa prometida, ella esperaba con ansías tenerlo algún día con ayuda del Señor. 3.- ¿Qué enseñanza nos da el protoevangelio al evangelio de la gracia? Sobre la naturaleza del mensaje, vemos que el evangelio trata acerca de Jesucristo (Rom.1:1-2). Toda la Biblia habla acerca de Él (Lc.24:26-27;44-49). Jesús no solo es el Salvador, no solo el mediador del pacto (Heb. 8:6;9:15;12:24) sino que Él mismo es el Pacto de Dios, Él mismo es el evangelio (Isa. 42:6-7). Así que predicar el evangelio es predicar las Sagradas Escrituras, exponiéndolas de manera que todos comprendan la naturaleza, la obra, las enseñanzas y mandamientos de Cristo Jesús para salvación. También podemos ver que el evangelio no es “justicia” sola, ni tampoco “gracia” sola, sino ambas. Nosotros predicamos tanto el pecado y sus consecuencias como la gracia del perdón ofrecida al pecador por medio de Jesús. Ley y gracia; justicia y misericordia, ambas verdades componen el mensaje del evangelio. Porque todas las cosas fueron creadas por la Palabra de Dios, solo por la misma Palabra pueden ser restauradas y redimidas. Por eso dice 1 Corintios 1:21: “Y ya que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por medio de la sabiduría; agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. Solo por medio de la locura de la predicación acerca del Señorío y preeminencia de Cristo es que hay salvación. Esta es la razón por la que nos congregarnos y discipulados, porque desde Génesis Dios determinó el evangelio para nuestra salvación y santificación (Jn.17:17), para Su gloria y nuestro bien eterno.