Boe A 2016 7817
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MINISTERIO DE JUSTICIA
7817 Resolución de 4 de julio de 2016, de la Dirección General de los Registros y
del Notariado, en el recurso interpuesto contra la nota de calificación extendida
por la registradora de la propiedad de Totana, por la que acuerda suspender
la inscripción de una escritura de manifestación y adjudicación de herencia de
un ciudadano británico.
En el recurso interpuesto por don Patricio Chamorro Gómez, Notario de Totana, contra
la nota de calificación extendida por la registradora de la Propiedad de Totana, doña Silvia
Dévora Gutiérrez, por la que acuerda suspender la inscripción de una escritura de
manifestación y adjudicación de herencia de un ciudadano británico.
Hechos
Mediante escritura autorizada por el Notario de Totana, don Patricio Chamorro Gómez,
el día 29 de enero de 2016, número 133 de protocolo, doña J. D. C. formalizó la
adjudicación de la herencia causada por fallecimiento de su esposo, don M. D. C., fallecido
el día 1 de octubre de 2015, dejando dos hijos de su matrimonio y habiendo otorgado
testamento en Mazarrón el día 14 de enero de 2005, en el que instituyó heredera de todos
sus bienes presente y futuros, derechos y acciones, radicantes en España a su esposa.
II
disposiciones transitorias, se establece que se aplicará a las personas que fallezcan con
posterioridad a 17-08-2015 en cuyo caso regirá la ley de la residencia habitual del causante
en el momento del fallecimiento, según se establece en su artículo 21, salvo que hubiera
optado en su testamento por la elección de la ley aplicable a su sucesión, cosa que en este
caso no sucede. Reglamento que vincula a España como país firmante del mismo y donde
se encuentran radicados los bienes. Por lo que, en este caso, aplicándose la ley española
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a su sucesión y manifestando tener dos hijos, deberán comparecer los citados legitimarios
para, por lo menos, prestar consentimiento a la partición efectuada. La misma solución
habría que aplicarse al caso de que el causante hubiera fallecido con anterioridad al
Reglamento puesto que teniendo su herencia únicamente bienes en España y siendo
vecino de Aledo, con ultima residencia en España, se produciría un reenvío a la ley
española conforme al artículo 9.8 y 12 del Código civil no produciéndose un fraccionamiento
de la sucesión que es lo que se trata de evitar cuando la herencia la integran bienes
radicantes en varios sitios, puesto que la misma está integrada por bienes únicamente
sitos en territorio español, como ya señalo la sentencia del Tribunal Supremo de 23 de
septiembre de 2.002 en donde se aceptó la reclamación legitimaria de la hija del causante
admitiendo el reenvío a la ley española. Fundamentos de Derecho. Arts 18 de la LH; 9.8 y
12 del Código civil; el art 21, 83 y 84 del Reglamento Europeo 650/2012 de 4 de julio de
2.012. A la vista de lo anteriormente señalado se suspende la práctica de los asientos
registrales solicitados en el precedente documento. La referida calificación negativa lleva
consigo la prórroga automática del asiento de presentación por un plazo de sesenta días
de conformidad con lo establecido en el artículo 323,1 de la Ley Hipotecaria. No se ha
tomado anotación preventiva de suspensión por no haber sido solicitada (artículo 65 y
siguientes de la Ley Hipotecaria) Contra la presente calificación (…) Totana, catorce de
marzo de dos mil dieciséis La registradora (firma ilegible), Fdo.: Silvia Dévora Gutiérrez».
III
IV
La nota de calificación sustituida fue recurrida por el Notario autorizante, don Patricio
Chamorro Gómez, alegando: «(…) 1.º El testador dispone de sus bienes con toda la
libertad que le permite su Ley personal y si bien es cierto que no designa de forma expresa
a su Ley personal como Ley reguladora de su sucesión, no es menos cierto que en el
momento de otorgar testamento no era necesaria esa expresa elección por virtud de lo
dispuesto en el art. 9.8 del código civil, plenamente aplicable en aquel momento, que
remitía su sucesión automáticamente a su ley personal. Por otra parte, el contenido del
testamento deja muy clara su voluntad expresada en términos acordes con su legislación
personal y absolutamente incompatible con lo establecido en la Ley española y su sistema
de legítimas. Así mismo, en cuanto a la forma de elección de la ley aplicable debe tenerse
en cuenta que el artículo 22.2 del RES establece que «la elección deberá hacerse
expresamente en forma de disposición mortis causa, o habrá de resultar de los términos
de una disposición de este tipo». No cabe duda por tanto de su voluntad en cuanto a la
ordenación de su sucesión y de que, en términos actuales, bien cabe calificarla como una
elección tácita. 2.º Que a elección realizada cumple con lo dispuesto en el capítulo III del
RSE en cuanto que dicha elección se ha realizado en una disposición mortis causa y se
refiere a la Ley personal del causante en el momento de su otorgamiento. Queda
acreditado por tanto el cumplimiento de las condiciones fijadas en los apartados 1, 2 y 3
del artículo 83. Por tanto, nos encontramos con una disposición testamentaria válida y
susceptible de producir sus efectos en el momento de su otorgamiento; y esa misma
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sentido tiene negarle su eficacia por el hecho de la entrada en vigor del RES? Precisamente
a este supuesto se refiere el apartado 4 del artículo 83 del RES: Si una disposición mortis
causa se realizara antes del 17 de agosto de 2015 con arreglo a la ley que el causante
podría haber elegido de conformidad con el presente Reglamento, se considerará que
dicha ley ha sido elegida como ley aplicable a la sucesión. Por otra parte, en cuanto al
hipotético reenvío al que hace mención la nota de calificación en base al artículo 9.8 y 12
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del Código civil, entiende el recurrente que no es aplicable ese argumento una vez que
está en vigor el RSE ya que el artículo 34 regula el reenvío admitiéndolo solamente cuando
se remita a la regulación sucesoria de un Estado miembro o de un tercer Estado, pero no
lo acepta en el caso en que la Ley reguladora de la sucesión fuese elegida por el causante,
lo cual tiene su lógica porque de admitirlo podría privar de efectos a la válida elección
realizada por el causante».
Fundamentos de Derecho
Vistos los artículos 81 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea; 20, 21,
22.2, 23, 24, 26, 27, 34.2 y 83, y los considerandos 1, 7, 39, 40, 77, 80, 81 y 82 del
Reglamento (UE) nº 650/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 de julio de
2012, relativo a la competencia, la ley aplicable, el reconocimiento y la ejecución de las
resoluciones, a la aceptación y la ejecución de los documentos públicos en materia de
sucesiones mortis causa y a la creación de un certificado sucesorio europeo; los artículos
9.8 y 12.2 del Código Civil; la Sentencia del Tribunal Supremo de 12 de enero de 2015, y
la Resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 15 de junio
de 2016.
La razón es que Reino Unido al igual que Irlanda, dada su especial posición en los
Tratados (vid. artículos 1 y 2 de los Protocolos 21 y 22 anejos al Tratado de Funcionamiento
de la Unión Europea), presentan una calificación técnica de Estados miembros en situación
de op out provisional, con la consecuencia de ser considerados -en general- terceros
países en cuanto Estados miembros no participantes.
3. Respecto de la primera cuestión, este Centro Directivo ya ha tenido ocasión de
pronunciarse en la Resolución de 15 de junio de 2016 que estableció: «5. Ciertamente el
artículo 21.1 del Reglamento 650/2012 dispone una norma de conflicto principal que
determina que será ley aplicable la norma del Estado en el que el causante tuviera su
residencia habitual en el momento del fallecimiento, ley que será aplicable a la
universalidad de la herencia, bienes muebles e inmuebles, incluso cuando no resulte ser
aplicable la ley de un Estado miembro, dada la aplicación universal del Reglamento
(artículos 20 y 23.1, ex 34). La consideración de que debe entenderse residencia habitual
en el contexto de esta norma, exige una evaluación general de las circunstancias de la
vida del causante durante los años precedentes a su fallecimiento, en los términos de los
considerandos 23 y 24. No obstante, la regla de la residencia no es absoluta por cuanto,
además de otros supuestos tales como: la aplicación de la ley de los vínculos más
estrechos, artículo 21.2; la norma especial en caso de conmoriencia, artículo 32, o
sucesión vacante, artículo 33; la aplicación obligatoria del artículo 30; o las normas del
artículo 29 para determinados supuestos de administración locus sitae, el artículo 22.1
permite que el causante pueda elegir, en disposición mortis causa, como ley aplicable a su
sucesión la de la nacionalidad, o alguna de las nacionalidades que ostente al tiempo de la
elección o de su fallecimiento. 6. La professio iuris, como se ha indicado, era desconocida
en España antes de la entrada en vigor del Reglamento al igual que se desconoce hoy en
día en la legislación británica, pero este hecho que pudiera ser relevante para su ejecución
según la ley local en Reino Unido, no afecta la aplicación de la norma europea en España,
en cuanto Estado miembro participante en el mismo. Conforme al artículo 22 del
Reglamento, la elección de la ley de una de las nacionalidades que posea el disponente al
tiempo de la realización de la disposición de última voluntad o del fallecimiento del
causante, ha de reunir ciertos requisitos formales: debe hacerse expresamente y en forma
de disposición mortis causa o habrá de resultar de los términos de una disposición de ese
tipo. Los considerandos 39 y 40 inciden esta cuestión: el considerando 39 del Reglamento
(UE) nº 650/2012, señala que la elección de la ley sucesora debe realizarse explícitamente
en una declaración de forma de disposición testamentaria o resultar de los términos de una
disposición mortis causa en caso de que, por ejemplo, el causante haya hecho referencia
en ella a determinadas disposiciones específicas de la ley del Estado de su nacionalidad
o haya mencionado explícitamente de otro modo esa ley. Abunda en ello, el considerando
siguiente -40- al precisar que cabe la elección de una ley aun cuando la ley elegida no
prevea la elección de ley en materia sucesoria, como sucede en el Derecho británico, y
sucedía en el momento del otorgamiento de la disposición mortis causa en el Derecho
español, siempre que pueda inferirse del acto que la persona comprendió lo que está
haciendo y consistió en ello. Y si es así constante la aplicación del Reglamento con más
razón debe predicarse una interpretación flexible de su disposición transitoria -artículo 83-
redactada con la finalidad de que los ciudadanos europeos, pese a los tres años dados
para la aplicación de la norma, no se sorprendan con las modificaciones que la misma
introduce en sus tradiciones jurídicas cuando hubieran dispuesto con anterioridad a su
aplicación, la forma en que debía llevarse a cabo su sucesión (vid. considerando 80). Por
ello, si una disposición «mortis causa» se realizara antes del 17 de agosto de 2015 con
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arreglo a la ley que el causante podría haber elegido de conformidad con el presente
Reglamento, se considerará que dicha ley ha sido elegida como ley aplicable a la sucesión
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alcance autónomo que allí se establece, la putative law –ley presuntiva– que produce una
retroacción positiva para los efectos singulares regulados en los artículos 26 y 27 a la ley
que de haber fallecido el testador en la fecha en que realizó la disposición mortis causa le
sería de aplicación -incluido el supuesto del artículo 22, professio iuris-, y sin perjuicio de
lo establecido en el artículo 75.1 en relación al Convenio de La haya de 5 de octubre de
1961 del que España, como la mayor parte de los Estados miembros, es parte y que
queda supeditado en el futuro, entre los participantes –y muy probablemente, por lealtad
institucional, entre los Estados miembros– a lo previsto en el Reglamento. 8. Por las
razones apuntadas, en base a las circunstancias transitorias concurrentes y a la necesaria
seguridad jurídica que está en la lógica de la norma, junto a la eliminación de trabas
jurídicas (considerandos 1, 7 y 80) ha de entenderse que el título testamentario del
causante británico antes de la aplicación del reglamento, en este caso concreto, fue
vehículo para el establecimiento de la professio iuris y que por lo tanto el testador eligió su
ley nacional, por lo que la sucesión se ha de regir por la ley británica, y dado su domicilio
determinado en este caso por su lugar de nacimiento, a las leyes de Reino Unido. Esta
solución está reforzada además por el hecho de que en el momento en que se realizó el
testamento era aplicable a la sucesión la ley nacional del causante, que conduce al mismo
resultado».
4. Como elemento nuevo ha de analizarse en el presente recurso si es aplicable el
reenvío desde la ley británica, dada la tradicional escisión de esa legislación entre bienes
muebles, a la que se aplica la ley del domicilio, e inmuebles a la que se aplica la ley de
situación de los mismos, lo que conduciría en ambos casos a la ley española. Este tema
conduce al relativo a si es relevante, a efectos materiales, el hecho de que todo el
patrimonio del causante se encuentre en España.
La introducción en el Reglamento (UE) nº 650/2012, de un artículo, el 34 sobre reenvío,
obliga a relegar el artículo 12.2 del Código Civil a ámbitos distintos del sucesorio
internacional.
En España hasta la aplicación de la norma europea era admitido el reenvío con la
limitación de que sólo cabía de primer grado, es decir, el reenvío a la ley española derivado
directamente de la ley de la sucesión, sin que se tenga en cuenta el reenvío de segundo
grado por aplicación de sus normas de Derecho internacional privado.
Las Sentencias de la Sala Primera del Tribunal Supremo de 15 de noviembre de 1996
y 21 de mayo de 1999 establecieron la improcedencia del reenvío, incluso cuando es a
favor de la legislación española, si con ello se pone en peligro los principios de unidad y
universalidad de la sucesión.
La de 23 de septiembre de 2002, en relación a la sucesión de un británico -inglés-
puntualiza que si el reenvío implica la aplicación de la ley española en la totalidad de la
sucesión (sólo existe en la sucesión patrimonio en España y todo es de carácter
inmobiliario) sería admisible el reenvío.
La Resolución de 13 de agosto de 2014, aunque realizando ya algunas apreciaciones
importantes sobre la futura aplicación del Reglamento, sigue la doctrina tradicional en sede
de reenvío a la ley española desde la ley nacional británica del causante -fallecido por
tanto antes de la aplicación del Reglamento, en la línea de la Resolución de 24 de octubre
de 2007-.
5. Para una mejor comprensión del problema planteado debe analizarse la
delimitación positiva y negativa del reenvío que en su redacción final, y tras varias
vicisitudes, presenta el artículo 34 del Reglamento.
La delimitación positiva la establece el artículo 34 del Reglamento en su párrafo
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primero del que resulta que se exige para la aceptación del reenvío, que éste se produzca
para un tercer Estado y no otro Estado miembro: «1. La aplicación de la ley de un tercer
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Contra esta resolución los legalmente legitimados pueden recurrir mediante demanda
ante el Juzgado de lo Civil de la capital de la Provincia del lugar donde radica el inmueble
en el plazo de dos meses desde su notificación, siendo de aplicación las normas del juicio
verbal, todo ello conforme a lo establecido en los artículos 325 y 328 de la Ley Hipotecaria.
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