Maldiciones Heredadas

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Maldiciones Heredadas

La Biblia menciona las “maldiciones generacionales” en varios lugares


(Éxodo 20:5; 34:7; Números 14:18; Deuteronomio 5:9). Parece injusto que
Dios castigue a los hijos por los pecados de sus padres. En realidad, no es que
Dios castigue sino más bien que Dios sabe que los efectos del pecado se
transmiten de una generación a la siguiente.
Cuando un padre tiene un estilo de vida pecaminoso, sus hijos también son
propensos a tener el mismo estilo de vida pecaminoso.
Dios quería bendecir a Abraham, pero para ello era necesario quebrar con la
maldición de las tradiciones e idolatría que albergaba su tierra natal.
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de
la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.” Genesis 12.1
5
No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el SEÑOR tu
Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a
otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda
la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la
tercera y la cuarta generación. Éxodo 20:5

Yo derramo amor inagotable a mil generaciones, y perdono la


iniquidad, la rebelión y el pecado.
Pero no absuelvo al culpable, sino que extiendo los pecados de los
padres sobre sus hijos y sus nietos; toda la familia se ve
afectada, hasta los hijos de la tercera y cuarta generación».

Éxodo 34:7

No estoy diciendo que todo lo que recibimos de nuestros padres es


malo. Lo malo es que muchas cosas que hemos recibido de nuestros
padres no fueron correctas y las hemos incorporado a nuestras vidas
sin objeción o evaluación a la luz de la Palabra de Dios.
La mente piensa de acuerdo a los valores que acumula, un valor es
algo que tiene mérito o significado para nosotros y que nos lleva a
reaccionar o comportarnos de forma determinada.
Mis valores dan origen a mis emociones, sentimientos, deseos,
hábitos y finalmente se convierten en patrones de comportamiento.
Se dice que los valores se adquieren de la misma manera que
obtenemos los gérmenes, no nos damos cuenta. En gran medida
somos resultado de lo que nuestros padres conscientemente o no, han
colocado en nuestro corazón por medio de palabras, el ejemplo y
valores transmitidos.
Costumbres, tradiciones, religiones, ritos, valores, paradigmas de
pensamiento que heredamos deben ser cuidadosamente observadas
bajo la lupa de la palabra de Dios para ver su origen pues por la línea
genealógica podemos heredar bendición o maldición aun sin
percatarnos de ello.
Al recibir a Cristo como nuestro Señor debemos eliminar toda
costumbre o tradición que ofenda la santidad de Dios pues ahora
adquirimos una nueva ciudadanía con un nuevo código moral y civil.
Muchas de las costumbres de nuestras naciones son contrarias a la
palabra de Dios, pero por haber estado allí por generaciones las
vemos como normales, pues son parte de la cultura y casi sagradas.
Estas maldiciones pueden causar enfermedades, miseria económica,
muertes prematuras, desgracias familiares, destrucción de la familia,
vicios, etc.
Además, al haber pecado contra Dios nuestros antepasados han
abierto puertas a los demonios que operan bajo esa legalidad
otorgada pasando de generación en generación. No heredamos la
culpabilidad, pero si en muchos casos esos mismos hábitos
pecaminosos se repetirán en las generaciones venideras si no son
cortadas en el Nombre de Jesús.

Le sugiero mirar para atrás en su línea genealógica e identificar


situaciones repetitivas que se manifestaron en cada generación
causando algunas de las maldiciones arriba mencionadas. Ahora
mismo tome un lapiz y papel y escriba las características indeseables
que resaltan en su línea genealógica para luego renunciar a ellas una
por una por medio de la oración sugerida a continuación.

ORACIÓN DE RENUNCIA
Padre Celestial:
Vengo delante de Ti para pedirte perdón porque yo y mis padres
hemos hecho lo malo delante de Ti. Mi familia y yo hemos pecado y te
hemos ofendido con prácticas contrarias a tu palabra. Soy consciente
que al hacerlo le hemos dado lugar al enemigo, pero hoy tomo mi
autoridad en Cristo para romper toda maldición heredada de mis
ancestros, toda practica anti-bíblica, invocación de demonios, idolatría,
práctica de religiones falsas que mi familia haya practicado en el
pasado es rota por el poder de la sangre de Cristo.
Declaro que yo y mis generaciones, de hoy en más somos libres de
toda maldición provocada por los pecados cometidos a sabiendas o
por ignorancia de parte mía o de mis antepasados.
Hoy rompo toda maldición de pobreza, miseria, enfermedades
hereditarias, apatía espiritual, rebeldía y promiscuidad en el Nombre
de Jesucristo y declaro que de ahora en más yo y mi casa te
serviremos.
Ordeno a todos los espíritus generacionales que entraron a mi vida
durante mi concepción, en el vientre, en el canal del parto y a través
del cordón umbilical a que salgan, en el nombre de Jesús.
Rompo toda maldición y palabra negativa que yo haya hablado sobre
mi vida, en el nombre de Jesús. Ordeno a todos los espíritus
ancestrales de la masonería, la religión falsa, la poligamia, que salgan
de mi vida, en el nombre de Jesús.
Ordeno a todos los espíritus hereditarios de, rechazo, miedo, malestar,
debilidad, ira, odio, confusión y fracaso que salgan de mi vida, en el
nombre de Jesús. Rompo los derechos legales de todos los espíritus
generacionales que obran detrás de una maldición, en el nombre de
Jesús, ustedes no tienen derecho legal para obrar sobre mi vida.
Rompo toda maldición sobre mi economía que provenga de mis
ancestros que hayan engañado o hecho malos manejos de dinero, en
el nombre de Jesús. Rompo y me libero de toda maldición de pobreza,
carencia y deuda, en el nombre de Jesús. Rompo toda maldición de
malestar y enfermedad y ordeno a todas las enfermedades heredadas
que salgan de mi cuerpo, en el nombre de Jesús. Rompo y me libero
de toda maldición de mente dividida y esquizofrenia y de doble ánimo
en mi familia, en el nombre de Jesús. Rompo y me libero de toda
enfermedad que pueda causar accidentes o una muerte prematura, en
el nombre de Jesús. Rompo todo juramento, voto y pacto que mis
ancestros hayan hecho con el diablo, en el nombre de Jesús. Rompo
toda maldición designada para tener efecto en mi vida cuando
adquiera cierta edad, en el nombre de Jesús. Rompo y me libero de
toda maldición e iniquidad generacional como resultado de los
pecados de mis antepasados, en el nombre de Jesús. Rompo y me
libero de toda maldición de divorcio y separación, en el nombre de
Je{sús. Que toda raíz generacional impía sea cortada y sacada de raíz
de mi linaje, en el nombre de Jesús. Por medio de Jesús, mi familia es
bendita (Génesis 12)
En el Poderoso Nombre de Jesús. Amén

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