U3.2. Interpretación de Los Sueños. La Inyección de Irma
U3.2. Interpretación de Los Sueños. La Inyección de Irma
U3.2. Interpretación de Los Sueños. La Inyección de Irma
Ejemplo de un
análisis de un sueño.
Introducción: Freud se ha propuesto demostrar que los sueños son susceptibles de interpretación, es
decir, capaces de sustituir su sentido por algo que pueda incluirse en la concatenación de los actos
psíquicos, como un factor de importancia y de valor equivalentes a los demás que la integran. Las
teorías científicas no dejan lugar a dicha interpretación, ya que no consideran al sueño como un acto
anímico, sino como un proceso puramente somático. La opinión profana reconoce que los sueños son
incomprensibles y absurdos, pero guiada por oscuros presentimientos, se inclina a aceptar que sí tienen
un sentido. Siempre ha interpretado los sueños por dos procedimientos distintos:
Método simbólico: Toma el sueño en su totalidad y procura sustituirlo por otro contenido también
total, comprensible y análogo en ciertos aspectos. Es un resto de la creencia profética que se basa
en que los sueños refieren al porvenir. La interpretación simbólica vendría a anticipar el contenido
de un futuro. De dicho método no es posible indicar norma alguna para llevar a cabo tal
interpretación, ella depende del ingenio y la inmediata intuición del interpretador. Es de aplicación
limitada y nada susceptible de una explicación general.
Método descifrador: Considera al sueño como una escritura secreta, en la que cada signo puede
ser sustituido, mediante una clave prefijada por otro de significación conocida. Tiene una curiosa
variante que le interesa a Freud: consiste en atender no sólo el contenido del sueño, sinó la
personalidad y circunstancias del sujeto. Otra cuestión que destaca es que la labor no recae sobre
la totalidad del sueño, sinó separadamente sobre cada uno de los componentes de su contenido,
como si el sueño fuese un conglomerado, en el que cada fragmento exigiera una especial
determinación. Dependerá del crédito que se atribuye a las “claves” o al “libro de los sueños”
La interpretación de los sueños en Freud: Surge en el curso de sus trabajos psicoanalíticos, cuando
sus pacientes, además de las ocurrencias, relatos y síntomas somáticos, ideas obsesivas, etc.; también
relataban sus sueños. Es así que Freud considera que efectivamente los sueños poseen un significado,
y que puede hallarse una concatenación psíquica retrocediendo en la memoria del sujeto a partir de la
idea patológica. Freud considera a los sueños como síntomas patológicos y son ellos aplicables al
método de interpretación con un solo paso más: Cierta preparación psíquica del enfermo:
Intensificación de su atención: Freud consideró conveniente hacer cerrar los ojos y adoptar una
postura descansada, con el fin de destinar toda la atención a las ocurrencias que surgían; rechazando
las críticas y la razón.
Exclusión de la crítica: Era necesario que el paciente respete y comunique todo lo que atraviesa
su pensamiento y no retenga unas ocurrencias por creerlas insignificantes, penosas o faltas de
conexión con el tema dado, u otras, por parecerles absurdas o desatinadas
Disposición libremente emergente: Provocar un estado similar al adormecimiento anterior al
reposo (y a la hipnosis) ya que en dicho estado, surgen representaciones involuntarias por el
relajamiento de una cierta acción voluntaria y crítica. En dicho estado el sujeto renuncia,
intencionada y voluntariamente, a aquella actividad crítica y emplea la energía psíquica ahorrada
en la prosecución de elementos emergentes, que conservan su carácter de representaciones.
Interpretación en detail no en masse: Los sueños son un conglomerado de productos psíquicos. Freud
ha de centrar la atención, separadamente, en cada uno de los elementos de su contenido. Presentar al
sueño fragmentariamente. El tema recae sobre la enfermedad del sujeto, la cual habría que anteponer
al análisis. Un mismo sueño puede presentar múltiples sentidos, según quién los sueñe.
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Los propios sueños de Freud: Freud toma uno de sus propios sueños para ya que considera que reúne
las condiciones de ser: suficientemente amplio, referirse a circunstancias de la vida diurna y proceder
de una persona aproximadamente normal. Reconoce que se le objetará que tal “autoanálisis” carece
de firme garantía y que sería lícito dudar hasta qué punto se puede avanzar en la interpretación de los
sueños por el propio análisis. Sin embargo considera que dominando las resistencias interiores,
comunicando intimidades de su vida anímica y evitando el temor a que otros interpreten se puede hacer
una justa apreciación del método.
“Habré de rogar al lector haga suyos…mis intereses y penetre atentamente conmigo en los más
pequeños detalles de mi vida, pues el descubrimiento del oculto sentido de los sueños exige
imperiosamente una tal transferencia.” (Freud, 1900)
Información preliminar al sueño de la Inyección de Irma:
Verano 1985: Tratamiento psicoanalítico a una señora joven (Irma), tenían cariñosa amistad. Terminó
la cura con un éxito parcial: quedó libre de su angustia histérica pero no de todos sus síntomas
somáticos. Freud propone una “solución” que a la paciente le resultó inaceptable. Interrumpieron el
tratamiento en tal desacuerdo.
Encuentro con Otto: Freud pregunta sobre Irma y él responde: “Está mejor, pero no del todo” Esas
palabras (el tono) irritaron a Freud, creyó ver en ellas el reproche por haber prometido demasiado a la
paciente, y atribuyó la actitud de Otto contra suya por influencia de los familiares de Irma. En ese
momento, la penosa sensación no se le hizo muy clara ni precisa, y Freud se abstuvo de exteriorizarla.
Esa tarde, Freud redacta por escrito el historial de Irma con el propósito de enviarlo al Doctor M, quién
solía trabajar con el círculo de Freud
Esa noche Freud tuvo el sueño que escribió al momento de despertar.
Análisis:
Un amplio hall, muchos invitados a los que recibimos: Dicho verano Freud y su familia residían en
una villa donde las habitaciones eran de amplitud superior a la corriente. Su sueño se desarrolló en el
mismo lugar y días antes del cumpleaños de su mujer, quién le había dicho que esperaba que para su
cumpleaños vinieran a comer algunos amigos (Irma entre ellos). El sueño anticipa la situación: Era el
cumpleaños de su mujer, con amigos e Irma.
Reproche a Irma por no aceptar la solución: “Si todavía tienes dolores, es exclusivamente por tu
culpa”: Durante el tratamiento de Irma Freud consideraba que el fin de análisis quedaba terminado
con la revelación del oculto sentido de los síntomas y que dependía de que el enfermo aceptara o no
esa solución. Un error rectificado después. En la frase Freud advierte que no quiere ser responsable
de los dolores que aún la aquejan. Freud se pregunta si en los términos de culpa y responsabilidad
habría que buscar el propósito del sueño.
Irma se queja de dolores en la garganta, el vientre y el estómago y de una gran opresión. Dichos
dolores nunca fueron intensos durante el tratamiento. Freud se asombra de la elección de los síntomas
del sueño y no puede hallar razón a dichas manifestaciones.
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Está pálida y abotagada. Freud expone que en realidad Irma siempre presenta una rosada coloración.
Y supone que se ha superpuesto una tercera persona, pero no indaga quién. Freud piensa que quizás se
haya pasado inadvertida una enfermedad orgánica. Freud atribuye esto al temor constante del
especialista de los enfermos neuróticos por un lado. Pero por el otro, como si desease que hubiera sido
un error de diagnóstico, y allí no se podría haber considerado fracaso alguno de su parte.
Reconocimiento de la garganta junto a la ventana. Al principio Irma se resiste, como suelen hacerlo
las mujeres con dentadura postiza. Freud piensa que no la necesita. Nunca Freud ha reconocido la
cavidad bucal de Irma. Surge el recuerdo de una institutriz de juvenil belleza que al abrir la boca intentó
ocultar la dentadura postiza. Surgen otros recuerdos y secretos profesionales: El pensamiento que Irma
no necesita dentadura postiza encierra una galantería para con ella pero Freud destaca además que
tendrá aún otro significado oculto.
Actitud de Irma junto a la ventana. Recuerdo de una amiga íntima de Irma (a la que Freud aprecia),
que una tarde fue a visitar y la encontró frente a una ventana. El Doctor M. había reconocido la garganta
de esa amiga y había descubierto una placa de carácter diftérico. Freud sospecha que dicha mujer
padece de histeria y sufre de opresión histérica de la garganta como Irma en el sueño. Freud esperaba
que dicha amiga se confiase a sus cuidados profesionales, pero se resiste a la intervención médica,
como Irma en el sueño. También podría ser que en realidad dicha mujer no lo necesita ya que se ha
mostrado lo suficientemente enérgica para dominar sus trastornos. La palidez, el abotagamiento y la
dentadura postiza, Freud no la puede adjudicar ni a Irma ni a su amiga, sinó a la institutriz antes citada
y además se suma otra persona: que no es paciente y Freud tampoco desea que jamás lo sea porque se
avergüenza de él y no cree que sea una enferma dócil. Siempre se halla pálida, abotagada (hinchada,
había engordado): su mujer, que también sufría de dolores de vientre y se negaba a seguir las
indicaciones médicas de Freud. Irma le parece ininteligente por resistirse y no aceptar la solución, la
amiga sin embargo, más lista, por fin abre la boca: relataría sus pensamientos con más sinceridad y
menor resistencia. Freud se disculpa por no tratar amablemente ni a Irma ni a su mujer y por
compararlas con su ideal de paciente dócil y manejable. También aclara que dicha parte del sueño no
fue continuada lo suficiente para discutir el sentido oculto de éstas tres mujeres. Y aclara un punto
importante en la teoría de los sueños: Todo sueño presenta por lo menos un fragmento inescrutable,
como un cordón umbilical por el que se hallase unido a lo incognoscible. (Freud, 1900)
Mancha blanca y escaras en la garganta, semejantes a los cornetes de la nariz. La difteria le recuerda
la amiga de Irma que había visto el Doctor M y la grave enfermedad de su hija mayor. Las escaras
aluden a la preocupación de Freud por su propia salud; y lo vincula con la utilización de la cocaína
para tratar una rinitis crónica; Freud había oído que otro paciente utilizó éste método causándose una
necrosis de la mucosa nasal. Para Freud la prescripción de cocaína le ha atraído diversos reproches.
Un amigo suyo muere por abuso de dicha sustancia.
Apresuradamente Freud llama al Doctor M. que repite el reconocimiento. El apresuramiento evoca
en Freud un triste suceso profesional: por la continuada prescripción de una sustancia que en dicho
momento se consideraba innocua (sufonal) que provocó a una paciente una grave intoxicación
teniendo que acudir al Doctor M. más antiguo en el ejercicio profesional. Dicha paciente llevaba el
mismo nombre que la hija mayor de Freud: Matilde por Matilde, ojo por ojo, diente por diente. Freud
dice que pareciera que en el sueño ha buscado todas aquellas ocasiones en las que se puede reprochar
una insuficiente conciencia profesional.
El Doctor M. está pálido, se ha quitado la barba y cojea. Por un lado, Freud relaciona la palidez del
Doctor M. con que siempre mal aspecto y llega a incomodar a los amigos, pero que se ha quitado la
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barba y que cojea lo atribuye a otra persona: su hermano mayor afeitado, quién tenía un parecido al
Doctor M y solía cojear un poco. Freud expone que se halla irritado con ambos por haber rechazado
una proposición que recientemente les había hecho.
Otto se halla al lado de la enferma y Leopoldo la percute y descubre una zona de macicez abajo, a
la izquierda. Leopoldo también es médico y pariente de Otto, ejercen igual especialidad y se los
compara constantemente entre sí. Freud trabajaba con ellos en un consultorio público de niños
neuróticos y siempre que discutía con Otto sobre un caso, Leopoldo solía aportar un inesperado dato
decisivo del niño. Leopoldo y Otto tenían una diferencia de carácter: Otto sobresalía por su rapidez
de concepción, mientras que Leopoldo era más lento pero también más prudente y cuidadoso. Freud
los contrapone en su sueño para hacer resaltar a Leopoldo por sobre Otto, de igual manera que
contrapone a la amiga dócil e inteligente en contracara con Irma. Advierte también un desplazamiento
del pensamiento que va desde la niña enferma hasta el consultorio para niños enfermos. La zona de
macicez, abajo, a la izquierda le recuerda un caso de Leopoldo que admiró a Freud. También a la amiga
de Irma quién simulaba en su histeria a una tuberculosis.
Una parte de la piel infiltrada en el hombro izquierdo. Freud asocia sus propios dolores reumáticos
del hombro, dolores que siente cuando permanece en vela. Freud se extraña por los términos una parte
de la piel infiltrada y le recuerda a la infiltración del pulmón, y nuevamente a la tuberculosis.
A pesar del vestido. Freud asocia que en la profesión estaban acostumbrados a desnudar a los niños
para reconocerlos (con Otto y Leopoldo) pero era diferente cuando se trataba de pacientes adultas. Se
solía decir que un excelente clínico nunca reconocía a sus enfermas sinó por encima de los vestidos.
Freud dice que a partir de allí se oscurecen sus ideas y que no se siente inclinado a profundizar más en
dicha cuestión.
El Doctor M. dice: “No cabe duda; es una infección. Por no hay cuidado; sobrevendrá una
disentería y se eliminará el veneno”. A Freud le parece todo el fragmento un ridículo pero sin embargo
se exime de la crítica e intenta buscar una explicación: recuerda una discusión entre difteritis y difteria
en relación a una enfermedad de su hija
No hay cuidado: La toma como una frase de aliento y consuelo; ya que los dolores en el sueño
provendrían de una grave afección orgánica y eso alejaría a Freud de toda culpa, el tratamiento
psíquico no podría curar una difteritis. Sin embargo Freud se avergüenza de echar el peso sobre
Irma de tal grave enfermedad para librarse él de todo reproche. Freud se pregunta sobre ese
consuelo tan desatinado.
Disentería: Recuerda otro caso de un joven que padecía trastornos intestinales, se trataba de un
histérico, pero Freud no quiso ensayar con él su psicoterapia y le recomendó que hiciera un viaje
por mar. El enfermo le envía una carta a Freud comunicándole que había padecido un nuevo ataque
y que el médico de allí le diagnosticó disentería. Freud considera esto un error del médico por
dejarse engañar por las simulaciones de la histeria; pero de todos modos Freud se reprocha haber
expuesto al paciente a contraer sobre su base histérica, una afección orgánica.
Recuerda que el Doctor M. le había relatado un caso análogo y que entre risas le había dicho a otro
médico No hay cuidado…se eliminará por sí sola. Freud reconoce que su sueño entraña también una
burla hacia aquellos colegas ignorantes de la histeria. El Doctor M asiste a la amiga de Irma y teme
por una tuberculosis. Freud se pregunta si él sabe que en realidad se trata de una tuberculosis, también
se pregunta por qué tratar tan mal a un amigo, y se responde que el Doctor M. está poco conforme con
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la propuesta de Freud, como Irma con su solución. Freud se ha vengado de Irma, diciéndole que si
aún tenía dolores era por su culpa, y del Doctor M con el desatinado pronóstico que pone en sus manos.
Otto ha puesto una inyección a Irma, una vez que se sintió mal. Freud recuerda cuando Otto tuvo
que poner una inyección a un enfermo de manera repentina cuando se encontraba en la casa de la
familia de Irma. Las inyecciones también le recuerdan a su amigo que se envenenó con cocaína. Freud
le había aconsejado el uso de la sustancia únicamente para la cura de la desmorfinización, pero su
amigo comenzó a inyectarse cocaína.
Con un preparado a base de propil…propilena…ácido propiónico. La misma tarde anterior al sueño,
su mujer abrió una botella de licor donde se leía la palabra ananás (piña) palabra que se asemeja al
apellido de Irma; botella que les había regalado Otto. Destapada la botella emanaba un olor amílico
que le recuerdan la serie química: amil, propil, metil, etc. Freud reconoce que la sustitución se da de
haber olido el amil y después haber soñado con su serie química propil.
Trimetilamina. Freud ve la fórmula química de la Trimetilamina C3H9N en gruesos caracteres, como
si quisiera hacer resaltar su especial importancia dentro del contexto en el que se halla incluida. La
fórmula lo lleva a una conversación con otro amigo (Fliess) quién sabe sus trabajos de investigación y
él los suyos; dicho amigo le había comentado sobre una formulas químicas y que la Trimetilamina le
parecía constituir uno de éstos productos del metabolismo sexual. Eso conduce a Freud a la sexualidad
factor al que adscribe la máxima importancia en la génesis de las afecciones nerviosas. Asocia que
Irma, es una paciente joven y viuda, y culpa al mal éxito del tratamiento a éste hecho (no-sexualidad)
y la otra paciente a la que quisiera Freud de paciente también es una joven viuda. Freud le atribuye
alta importancia a la fórmula, es una alusión al poderoso factor sexualidad y también trae a una
persona que apoya con agrado a Freud siempre que se siente aislado o con opiniones hostiles e
indiferentes a su teoría. Ese amigo además se especializa en afecciones nasales y cavidades vecinas y
ha aportado singulares relaciones entre lo nasal y los órganos sexuales femeninos
No se ponen inyecciones de éste género tan ligeramente. Acusa Freud aquí la ligereza de su amigo
Otto. Considera haber pensado algo análogo cuando Otto le dirige la frase a Freud: qué fácilmente se
deja influir por otras personas, y cuál ligero es en sus juicios. También alude ésta parte del sueño a su
difunto amigo, que tan ligeramente decidió inyectarse cocaína. Freud al prescribirle el uso de dicha
sustancia no pensó jamás que pudiera administrársela en inyecciones. También recuerda la pérdida de
su hija Matilde y Freud se alude un reproche para sí.
Probablemente estaría sucia la jeringuilla. Freud lo asocia como otro reproche a Otto, pero de
diferente procedencia. El día anterior al sueño Freud encontró casualmente a un paciente al que le
aplica diariamente dos inyecciones de morfina. En la actualidad el joven está veraneando y tiene una
inyección por falta de limpieza de la jeringuilla y Freud dice que toda la asepsia de la jeringuilla es
una constante preocupación. La flebitis de una anciana paciente (inflamación de las venas) le recuerda
a su mujer quién padeció de esa enfermedad durante un embarazo. Surge el recuerdo de tres
situaciones análogas y estaba como protagonista su mujer, Irma y la difunta Matilde
Conclusiones:
Freud (1909) aclara que no ha consignado todas las ocurrencias durante el proceso de interpretación.
Advierte que su sueño ha cumplido algunos deseos que los sucesos del día inmediatamente anterior
hubieron de despertar en el él. El sueño absuelve a Freud de toda responsabilidad sobre el estado de
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Irma, atribuyéndolo a otros factores que presentan las cosas tal y como él desearían que fueran en la
realidad. El contenido del sueño es por tanto la realización de deseos y su motivo un deseo.
En el sueño se le atribuye a Otto una ligereza en la profesión (inyección); la mala calidad del licor, que
apestaba a amílico. Ambos reproches, venganza; que continúa situándolo a Otto frente a su
competidor: Leopoldo. Freud se venga también de su indócil paciente, sustituyéndola por otra más
manejable e inteligente. En el sueño también trata al Doctor M. como ignorante y apela contra él
oponiendo a su amigo en cuya ciencia más confía.
Otto en contracara con Leopoldo, Irma contra su amiga y el Doctor M. contra Fliess. Anula a sus
contrarios y ubica a otras personas que van a estar a su favor para librarse de los reproches que no
quiere merecer. No le cabe responsabilidad de los dolores de Irma, porque son su culpa por no aceptar
su solución.
Freud explica que todos estos elementos de su sueño constituyen toda su defensa.
Y por otra parte, destaca un círculo de ideas que rotula como preocupación por la salud tanto ajena
como propia y conciencia profesional: la enfermedad de su hija y la de una paciente de igual nombre,
la toxicidad de la cocaína, la afección del paciente histérico que viaja por mar, la preocupaciones de la
salud de su mujer, de su hermano, del Doctor M. y las propias de Freud; y el cuidado por la afección
nasal que recuerda a su amigo ausente.
Freud recuerda haber sentido una vaga sensación penosa ante la interpelación de Otto y traduce esa
figurativa sensación a posteriori de la siguiente manera: No tomas suficientemente en serio tus deberes
profesionales; no eres lo bastante concienzudo, y no cumples lo que prometes.
Podría destacarse un tercer conjunto de elementos que giran en torno de la fórmula Trimetilamina
relacionado con la sexualidad¸ las pacientes jóvenes viudas, la docilidad o resistencia de ciertas
mujeres, la propia mujer de Freud, etc.
Freud no afirma haber descubierto ni develado por completo el sentido de dicho sueño, y mantiene en
reserva varias ocurrencias y develaciones de dicho sueño; son las consideraciones personales lo que lo
llevan a limitar la labor de interpretación para destacar aquello relevante del sueño: que tiene realmente
un sentido. Una vez llevada a cabo la interpretación completa de un sueño, se nos revela éste como
una realización de deseos.