Tema 1 Ocio y Tiempo Libre

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 24

Ocio y tiempo

libre
Tema 1
Contextualización del ocio y
01 tiempo libre

2
Índice:

1. Contextualización del ocio y tiempo libre:

1.1. El tiempo libre y el ocio.


1.1.1. Concepto de tiempo libre.
1.1.2. Concepto de ocio.
1.1.3. Evolución histórica del tiempo libre.
1.2. La Sociología del ocio.
1.2.1. El ocio después de la Segunda Guerra Mundial.
1.2.2. El ocio en la sociedad del conocimiento
1.2.3. El tiempo libre y el ocio como derecho humano
1.1. El tiempo libre y el ocio
El tiempo libre es un momento idóneo para que las personas nos desarrollemos. Podemos
utilizarlo de forma positiva, sana y creativa participando en actividades divertidas y libres,
compartiendo con los demás y adquiriendo valores positivos que contribuya tanto al bienestar
personal como al colectivo.

A menudo existe el riesgo de que el tiempo libre se malgaste, se consuma inútilmente o se


afronte con actitudes pasivas, irresponsables o conformistas. Por ello es muy importante
tener conciencia de las posibilidades que ofrece y orientar las actuaciones a su
aprovechamiento.

Para apoyar, potenciar, incitar y accionar los beneficios que se pueden obtener haciendo un
buen uso del tiempo libre es esencial la intervención del animador o animadora
sociocultural.
1.1.1. Concepto de tiempo libre
● El tiempo libre es el tiempo que queda después de haber satisfecho las
necesidades vitales y sociales, es decir, las obligaciones que se tienen como
ser humano que vive en una estructura social.

Cuando se ha invertido el tiempo necesario para cumplir con estas obligaciones, se


encuentra un tiempo liberado o disponible que se puede dedicar al
esparcimiento, al descanso, a la formación o al ocio. En este sentido, el ocio es
posible siempre y cuando haya disponibilidad personal de tiempo libre.
El autor Jaume Trilla propone una clasificación en función del tiempo y las
actividades: tiempo no disponible y tiempo disponible.
1.1.1. Concepto de tiempo libre
● Tiempo no disponible
El tiempo no disponible es el que el individuo tiene comprometido y, por lo tanto, en el que le
resulta difícil sustraerse de sus ocupaciones. Incluye:
▪ El tiempo de trabajo, que comprende:
1. La jornada laboral (remunerada en el caso de los trabajadores o el centro escolar en
el caso de los estudiantes).
2. Las labores domésticas, como por ejemplo limpiar la casa.
3. Las ocupaciones paralaborales. Son todas aquellas actividades relacionadas con el
trabajo pero llevadas a cabo fuera del horario laboral. En el caso de los estudiantes, es
el tiempo destinado a realizar las tareas en casa o a estudiar. Incluye también el tiempo
de desplazamiento entre el hogar y el lugar de trabajo o de estudio.
▪ El tiempo de obligaciones no laborales, que se dedica a:
1. Las necesidades biológicas básicas, como la alimentación, la higiene o el descanso.
2. Las obligaciones familiares, como las atenciones de cuidado a familiares enfermos o
dependientes, educación de los hijos, visitas a familiares, etc.
3. Las obligaciones sociales, como la asistencia a actos sociales, la atención a las
redes sociales y la comunicación y los encuentros con las amistades.
1.1.1. Concepto de tiempo libre
Tiempo disponible
No depende de obligaciones exteriores, por lo que puede
utilizarse con mayor autonomía. Incluye:
● El tiempo dedicado a las obligaciones autoimpuestas,
que se caracterizan por un alto grado de compromiso con
alguna institución u organización (vida asociativa,
militancia política y culto religioso) o que se dedican a
actividades de formación institucionalizada (idiomas,
informática, música, etc.).
● El tiempo libre. Es todo el tiempo restante. En él se
llevan a cabo tres tipos de actividades:
1. Las actividades no autotélicas (que la persona elige
autónomamente pero que no tienen una finalidad en sí
mismas ni su realización es especialmente placentera,
como por ejemplo ir al gimnasio a broncearse).
2. El tiempo estéril. Son actividades que se realizan para
«matar el tiempo», por lo que se trata de un tiempo libre
mal vivido, pasivo, tedioso y frustrante.
3. Las actividades de ocio. Encierran valor en si mismas,
resultan interesantes y sugestivas para el individuo y
suelen implicar una cierta motivación para la acción.
1.1.1. Concepto de tiempo libre
● Distribución del tiempo.
1.1.2. Concepto de ocio
El ocio es una manera positiva de emplear el tiempo libre, que la persona elige de forma autónoma y
que después lleva efectivamente a la practica.

Algunos autores como Jaume Trilla y J.M. Puig afirman que “ se crea una situación de ocio cuando
durante el tiempo libre el individuo decide y gestiona libremente sus actividades, se proporciona deleite y
satisface necesidades personales tales como descansar, divertirse y desarrollarse”.
Existen tres dimensiones fundamentales que determinan la existencia del ocio: descanso, diversión y
desarrollo de la personalidad. Es decir, no todas las actividades realizadas en el tiempo libre son
actividades de ocio, ya que esto dependerá del tiempo social en el que se da y de la actitud personal
con la que se realiza.
1.1.2. Concepto de ocio
●Para que una actividad sea definida como de ocio es necesario que
se den estas características:
● Que suceda en un momento determinado: es necesario disponer
de un tiempo libre de obligaciones.
● Que se afronte con una determinada actitud: de manera voluntaria,
con decisión autónoma, escogida libremente y deseada.
● Que se proporcione placer a la persona. Además de placentera,
debe ser gratificante y satisfactoria (autotélica).
1.1.3. Evolución histórica del tiempo libre y el
ocio
La percepción de la relación entre ocio, tiempo libre y trabajo ha ido cambiando al largo de la
historia, influida por las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de cada
momento:

Cultura helénica. Se puede considerar la cuna del ocio, del que podían disfrutar las clases
privilegiadas. El ocio se contrapone al trabajo y se centra en la formación personal y humana
mediante la contemplación y el desarrollo de actividades como la música, el teatro, el canto,
la recitación y las artes en general.
1.1.3. Evolución histórica del tiempo libre y el
ocio
Cultura romana. El ocio es entendido como el tiempo necesario para
descansar del trabajo y prepararse para una nueva jornada. A esa finalidad
funcional se le suma el uso que las clases dominantes hacen del ocio como
elemento de control político y social de las clases populares.

En esta época, se instauran numerosos días festivos de culto a las deidades


y se impulsa el ocio popular, masivo y anónimo para mantener entretenido y
controlado al pueblo (panem et circenses). Sus actividades básicas son
manifestaciones populares y masivas como los espectáculos públicos
(carreras de cuadrigas, lucha de gladiadores, deportes, conciertos, etc.).
1.1.3. Evolución histórica del tiempo libre
y el ocio
El primer cristianismo recupera el ideal griego de contemplación, pero centrada en
Dios, ya que propugna que solo así se consigue la salvación. Los valores
dogmáticos cristianos priorizan la preocupación por la vida futura, por lo que las
actividades del tiempo libre giran alrededor de la oración y las manifestaciones
religiosas.
Edad Media. En una sociedad fuertemente estratificada, cada una de las clases
vive y concibe el ocio de manera diferente.
En la clase nobiliaria prima la vida ociosa, considerada un indicador de alta posición
social. El ocio es una diversión con formas de exhibición social ostentosa (fiestas,
torneos y justas).
La pujante burguesía dedica su vida al trabajo y al ocio instructivo. Sus actividades
básicas de ocio son muy semejantes a las que de las clases populares: paseos,
fiestas y espectáculos en la calle (juglares, acróbatas y malabaristas, entre otros) y
vida social en las tabernas.
Para las clases populares, trabajo y ocio dependen de las horas de sol y también de
las directrices de la Iglesia. Surgen fiestas que unen religión y trabajo, como las
fiestas patronales, pero, en general, las actividades de ocio se viven como una
prolongación del trabajo.
1.1.3. Evolución histórica del tiempo libre y el ocio
Renacimiento. A finales del siglo XIV, el tiempo dedicado al ocio se
democratiza y alcanza a todas las clases sociales. Se revaloriza el
tiempo libre como espacio privilegiado del humanismo, que
redescubre el mundo clásico y valora las artes, la literatura y la
contemplación de la naturaleza.
El siglo de las revoluciones. El auge de la burguesía acrecienta
(aumenta) las virtudes del trabajo productivo ya apuntadas y el ocio,
el placer y la diversión se conciben como fuentes de corrupción y una
pérdida de tiempo. Por ello, se justifica éticamente el aumento de las
horas laborales, llegando a jornadas de 12 y hasta de 16 horas,
mientras que las horas de no trabajo se reducen al descanso
imprescindible para reponer fuerzas.
A partir de la Revolución francesa, la Iglesia pierde el control
exclusivo de los mecanismos del ocio, que pasan a tener un
componente liberal y capitalista: cada persona puede gestionar su
tiempo de manera libre, es decir como quiera o como pueda.
1.2. La sociología del ocio
● La sociología es la ciencia que se ocupa de estudiar la sociedad y los
cambios que en ella se producen.

Cuando el ocio adquiere importancia por sí mismo, desvinculada de los procesos de


trabajo, se hace necesaria una disciplina dedicada al estudio de ese tiempo de
consumo personal y de las modalidades para ocuparlo positivamente. La sociología
del ocio se encargará de este cometido.
Durante la segunda década del siglo XX (1920), en los Estados Unidos de América
se empieza a hablar de la sociología del ocio después de la Segunda Guerra
Mundial y esta nueva disciplina se extiende a Europa y la Unión Soviética.
1.2.1.El ocio después de la Segunda Guerra
Mundial
Después de la destrucción causada por la contienda mundial europea se impone
una moral más vitalista y con la satisfacción como fin superior que sustituye a
la que daba prioridad al sacrificio y el esfuerzo. Además, a partir de los años
cincuenta se produce un aumento del nivel de vida, lo que comporta mas tiempo
para disfrutar y más recursos para destinar a esta finalidad. De esta manera el
tiempo libre empieza a perder el carácter exclusivo de tiempo liberado de la
producción y se convierte en tiempo de consumo personal.

El tiempo libre empieza a estar bien visto por los economistas, que se dan cuenta
de que contribuye a mejorar las condiciones de la fuerza de trabajo: a más tiempo
libre más descanso y por ende más bienestar. Además, este tiempo puede servir
para mejorar la capacitación profesional de los trabajadores y trabajadoras.
Con la llegada de la sociedad de consumo, el tiempo libre y especialmente el ocio
adquieren un nuevo sentido. El ocio se convierte en un producto que se puede
consumir y, por lo tanto, genera un mercado que inversión, en capital y en trabajo,
para ser atendido.
1.2.2. El ocio en la sociedad del conocimiento
Actualmente, el ocio está tomando un carácter más activo, convirtiéndose más en una necesidad
que en una posibilidad. En este contexto, el ocio aparece desvinculado del trabajo y se potencia su
disfrute como un elemento esencial que contribuye a una mejora de la calidad de vida y a la
satisfacción personal.

En la nueva concepción del ocio confluyen tanto factores propiciadores como la cultura del
consumo, que a menudo comporta la estandarización del ocio, la popularización del turismo y la
aparición y el auge de los medios de comunicación de masas.
1.2.2. El ocio en la sociedad del conocimiento
Factores propiciadores
Es evidente que el paso de una sociedad industrial a una postindustrial propicia unas nuevas
condiciones para vivir el ocio. Algunos de los cambios que las favorecen son:

▪ Reducción progresiva del horario de trabajo semanal, actualmente de 40 horas, pero


con nuevas propuestas de pasar a 35 horas.
▪ Prolongación de los fines de semana. Cada vez es mas frecuente la búsqueda de
fórmulas para ampliar los fines de semana, por ejemplo, finalizando la jornada semanal
los viernes al mediodía. El debate actual de trasladar algunas festividades al principio
(lunes) o al final de la semana (viernes) va en esta dirección.
▪ Ampliación de los días de vacaciones anuales, actualmente de cuatro semanas.
▪ Incentivación de las prejubilaciones en grandes empresas que reestructuran las
plantillas. Con ello, un número elevado de personas que se han acogido a dichas
prejubilaciones disponen de tiempo libro del que antes carecían.

Sin embargo, las diferentes crisis económicas aparecidas a partir del año 2008 y que se han
prolongado a lo largo de toda la segunda década del siglo XXI han provocado que las
condiciones enumeradas no sean aplicables a toda la población. Existe una población
creciente que trabaja en condiciones laborales precarias y que no disfruta ya de muchas de
dichas condiciones y de quienes las siguen disfrutando, un número amplio lo hace con riesgo
de precarización.
1.2.2. El ocio en la sociedad del conocimiento
La adquisición de bienes y servicios es indiscriminada y por encima de las propias
necesidades básicas.

Esto genera nuevos estilos de vida y hábitos de compra y consumo y, en definitiva,


provoca un cambio en los valores tradicionales del consumidor, especialmente entre
los más jóvenes.

En los últimos años, el fenómeno de la economía colaborativa ha significado un


nuevo cambio en la forma de consumir. La aparición de plataformas digitales de
intercambio de productos y servicios facilita el contacto entre quienes ofrecen un
servicio y quienes lo consumen. Los servicios son muy variados: compraventa de
productos de segunda mano, alojamiento entre particulares, transporte
compartiendo vehículo o microfinanciación de proyectos de todo tipo (crowfunding),
entre otros.
1.2.2. El ocio en la sociedad del conocimiento
La planificación empresarial va monopolizando las disponibilidades de tiempo de la
ciudadanía, intentando ocuparlas totalmente por el consumo dirigido, con la
consiguiente pérdida notable de libertad, espontaneidad y creatividad de las
personas. La difusión de subproductos culturales y el consumo masivo generan
pasividad y conformismo.

Además, la oferta de ocio progresivamente se globaliza: el mismo producto es


ofrecido y consumido en distintos lugares del planeta. Ello pone en peligro las
actividades más genuinas de cada territorio y población, sobre todo en algunos
sectores.

Una muestra es el cine y sobre todo los videojuegos implícitos, en los que el
bombardeo publicitario delas grandes multinacionales dirigido a la población infantil
y juvenil difícilmente da alternativa a otros productos. Otros ejemplos claros serían:
Los grandes parques temáticos y las fiestas y celebraciones como por
Halloween.
1.2.2. El ocio en la sociedad del conocimiento
EI turismo
Hasta mediados del siglo xx, viajar era un privilegio al que solo tenía acceso una
parte dela población, las clases alta y media. La popularización del automóvil en
nuestra sociedad propició que, a partir de los años sesenta, los ciudadanos
empezaran a viajar los fines de semana, primero, y en los periodos vacacionales,
más tarde. Esto propició el turismo interior con familias enteras recorriendo las
carreteras con sus vehículos particulares para visitar otras poblaciones o regiones y
conocer sus costumbres, su cultura, su gastronomía, etc.

La aparición en los últimos años de viajes de coste bajo (low cost) esta permitiendo
que miles de personas de todas las edades y condiciones utilicen su tiempo libre
para viajar, de manera muy económica, a países que hasta ahora les eran
inaccesibles.

Así, se ha popularizado la asistencia a espectáculos como conciertos y musicales,


visita a museos, etc., en ciudades en el extranjero (Londres, Berlín y Roma, entre
otras).
1.2.2. El ocio en la sociedad del conocimiento
Los medios de comunicación social
La aparición de la televisión en los años sesenta fue, junto a la proliferación de los coches, un
factor determinante y de cambio en la manera de ocupar el tiempo libre. La ciudadanía
descubrió que podía pasar una parte de tiempo libre en casa viendo programas de televisión.
En los primeros años, la oferta se limitaba a dos canales en blanco y negro, pero, a mediados
de los setenta, la irrupción de la televisión en color hizo aumentar el número de personas
dispuestas a pasar tardes y noches viendo películas, partidos de fútbol o programas de
entretenimiento. La llegada de las cadenas privadas en los años noventa y la posterior
implantación de la televisión digital terrestre (TDT) ampliaron enormemente la oferta
televisiva de canales temáticos, a la que el público empezó a dedicar una mayor parte de su
tiempo libre.

Ya en pleno siglo XXI, las plataformas de televisión a la carta y el uso de la red como
medio para consumir productos multimedia han significado un verdadero cambio de
paradigma que esta condicionando las relaciones sociales, el acceso a la información y al
conocimiento, las comunicaciones interpersonales y el empleo del tiempo libre. Así, el
consumo de contenidos audiovisuales ha pasado de ser una actividad compartida, a menudo
en familia, a ser una actividad individual y adaptada a los intereses de cada persona.
1.2.3. El tiempo libre y el ocio como derecho
humano
El tiempo libre y el ocio son conquistas sociales de las reivindicaciones obreras y de los
progresivos avances políticos y legislativos. Hasta tal punto que la condición de ciudadano o
ciudadana difícilmente puede entenderse al margen del derecho al tiempo libre y al ocio: son
bienes que hay que proteger y mantener mediante experiencias significativas para cada
persona, desde la infancia hasta la vejez.
Actualmente, el tiempo libre y el ocio se han convertido en necesidades que solo pueden ser
satisfechas mediante su reconocimiento como un derecho social básico e irrenunciable para
la dignificación de las personas y una mejora cuantitativa y cualitativa en su calidad de vida.

● Artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos(1948). Toda


persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

● Carta internacional para la educación del ocio 1993. El ocio es un derecho


humano básico, como la educación, el trabajo y la salud, y nadie debería ser privado
de este derecho por razones de género, orientación sexual, edad, raza, religión,
creencia, nivel de salud, discapacidad o condición económica.
“Nunca digas nunca,
porque a menudo los
límites, como los
miedos, son solo
ilusiones”
Michael Jordan

También podría gustarte