Ficha 5to Embarazo Adolescente

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Por: Katherine Morales

Publicado el 2 de junio de 2023

En Puno, una adolescente de 12 años fue obligada a llevar un embarazo producto de la violación sexual de
su primo. Durante el parto, su cuerpo fue sometido a una cesárea. El bebé, que nació con problemas en los
pulmones, no pudo resistir y falleció. En Lima, mientras una mujer vestía a su hija, se dio cuenta de que
tenía un bulto en el vientre. La adolescente de 12 años, quien denunció que su padrastro abusaba de ella,
tuvo que ser sometida a una riesgosa cesárea.

Casos similares se repiten en todas las partes del país. Durante el 2022, se contabilizaron 1.623 nacimientos
cuyas madres tenían entre 11 y 14 años. Para este 2023, el panorama se torna similar, pues hasta el 1 de
junio del 2023, hubo 364 nacimientos cuyas madres tenían entre 11 y 14 años, según el Sistema de Registro
del Certificado de Nacido Vivo (CNV).

Un mayor porcentaje de embarazo adolescente no deseado

Los datos del Registro del Certificado de Nacido Vivo se reflejan en la Encuesta Demográfica y de Salud
Familiar (Endes) que señala en su último informe del 2022, publicado a mediados de mayo de este año, que
el 2,7% de menores de 12 a 17 años estuvo alguna vez embarazada.

En detalle, esta cifra se eleva en la selva, donde el 4,9% de adolescentes del mismo rango de edad estuvo
embarazada alguna vez. Sin embargo, los lugares con altos porcentajes de gestación adolescente son
Amazonas (6,7%) y Huánuco (6,0%), a pesar de ser departamentos con menor población en el Perú.

“En estas provincias hay presencia de actividades productivas ligadas a lo ilícito, como la trata de persona
y la esclavitud sexual. Además, la COVID-19 ha repercutido en que aumenten los casos de embarazo
adolescente y no ha habido una atención desde los establecimientos de salud”, señala Brenda Araujo Salas,
responsable del Programa Mujeres Indígenas de Chirapaq.

El embarazo adolescente en Amazonas ha ido creciendo en los últimos tres años. En el 2020, el 2,0% de
adolescentes entre 12 y 17 años estuvo alguna vez embarazada. Este porcentaje se incrementó a 5,1% en
el 2021.

Araujo señala que uno de los problemas es que los servicios de salud no cuentan con un enfoque
intercultural. Justamente con ese objetivo se aprobó la Directiva Administrativa para la adecuación de los
servicios de salud con pertinencia cultural en el primer nivel de atención, pero desde la organización señalan
que no hay ante la falta de voluntad política en el direccionamiento de los presupuestos.

En tanto, Stephany, serumista en Palpa, una ciudad de Ica, pudo conocer varios casos de adolescentes
gestantes en su trabajo dentro de un pequeño centro de salud de la zona. Las razones detrás eran diversas.
Ella vio a niñas embarazadas a causa de una violación sexual, pero también a quienes no tuvieron acceso
a una educación sexual y con perspectiva de género. “Algunos chicos no quieren usar métodos de barrera
y piensan que si las chicas usan anticonceptivos es porque los quieren engañar con otras personas”, cuenta.

Sin educación sexual Pilar Arce, coordinadora del área de fortalecimiento de capacidades de
Promsex, explica que muchos centros de salud no tienen un adecuado manejo sobre los temas de
sexualidad.

“No necesariamente son servicios que dan información completa sobre salud sexual y salud reproductiva y
tampoco brindan insumos de planificación familiar. Además, el profesional de salud no tiene todas las
herramientas para brindar una orientación al adolescente respecto a la salud sexual y reproductiva”, señala.

Prueba de ello es que, en 2017, la Defensoría del Pueblo, con apoyo de la UNFPA, realizó una supervisión
de 91 establecimientos de salud diferenciados de atención integral a adolescentes y encontró que en 23 no
se les entregaba información sobre salud sexual y reproductiva si no iban acompañados por sus padres.
Esto ocurre a pesar de que la Norma Técnica de Salud para la Atención Integral de la Salud del Adolescente
señala que, desde los 14 años, pueden recibir información sobre métodos anticonceptivos sin la necesidad
de que estén acompañados de un adulto.

Violencia sexual

De acuerdo con la legislación vigente del país, toda menor de 14 años embarazada ha sido víctima de
violencia sexual, pues no pueden consentir. En los últimos tres años, hubo más de 4.000 nacimientos cuyas
madres tenían entre 11 a 14 años, según el Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo (CNV).

La indiferencia del Estado y el estigma de la sociedad provoca que muchas de ellas llevan embarazos
forzados, lo que ha sido calificado como crimen de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional.

En el Perú existe el derecho al aborto terapéutico, la única opción que tienen, en teoría, las niñas,
adolescentes y mujeres para interrumpir un embarazo si es que pone en peligro o daña permanentemente
su vida. La guía para la atención de este procedimiento señala que el personal médico a cargo debe
informar sobre este derecho si el embarazo pone en riesgo a la menor. Hasta abril de 2023, los Centros de
Emergencia Mujer a nivel nacional recibieron 8.874 denuncias por violencia sexual de adolescentes entre
12 y 17 años.

Sin embargo, Pilar Arce, de Promsex, explica que “hay centros de salud donde no necesariamente se hace.
Todavía se piensa que como el aborto terapéutico no se realiza en primer nivel de atención, entonces no se
habla de este. El profesional de la salud de primer nivel de atención debe poder brindar una orientación
cuando la mujer lo requiere antes de ser derivada al hospital”.

Consecuencias del embarazo adolescente: educación escolar


interrumpida

Otra cifra que llama la atención es el nivel de escolaridad que tienen las menores forzadas a ser madres
adolescentes. Según la encuesta de la Endes, el 32,8% de las adolescentes, alguna vez embarazadas entre
15 y 19 años, solo tiene primaria, cuando lo ideal sería que estén cursando la secundaria.

“En nuestro país tenemos una ley de reinserción escolar por embarazo, pero en la práctica muchos docentes
persuaden a las niñas, porque ‘la manzana podrida contagia al resto’ o les dicen que las van a discriminar,
entonces mejor que no vayan a la escuela. Lejos de promover que esta niña siga yendo al colegio e inculcar
a través de la educación sexual”, explica Pilar Arce.

Esta situación se visibiliza, además, en la misma encuesta que señala que el 13,8% de adolescentes entre
15 y 19 años dejó sus estudios por embarazo o matrimonio. Por ello, el Plan Multisectorial para la Prevención
del Embarazo en Adolescentes 2013-2021 planteaba reducir el embarazo adolescente en un 20%. Sin
embargo, hasta el momento no se conocen sus resultados. “Nosotros pedimos información sobre este plan,
nos comentaron que estaban en un proceso de actualización, pero no tenemos noticia alguna al respecto”,
indicó Arce de Promsex.

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