Adultos Mayores
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Adultos Mayores
Nuestra realidad demográfica nos demuestra que gracias al mejoramiento de las condiciones
sociales y del progreso de la Medicina, la expectativa de vida promedio se ha duplicado en los
últimos 100 años. Teniendo en cuenta que el envejecimiento poblacional es un fenómeno que está
aconteciendo en gran parte del mundo, la sociedad internacional se ha dado un espacio de debate
para establecer marcos conceptuales y regulatorios para abordar dicha problemática.
Una política pública responsable debe estar basada en la defensa de los Derechos Humanos y exige
prestar especial atención a este sector de la población. Ignorar las demandas y necesidades de los
Mayores cercena las posibilidades de las generaciones futuras.
El derecho a ser incluido, a participar y a contribuir, debe estar garantizado por la sociedad a todos
sus miembros por igual, sin tener en cuenta la edad. La edad no puede ni debe ser una barrera para
participar, enseñar, aprender, comunicarse, enamorarse, trabajar, elegir, ser independiente, elegir el
domicilio, desarrollar su vocación, o defender su Dignidad.
Los Estados deben responsablemente promover una imagen positiva de la vejez: ello significa
reconocer que esta edad es una etapa normal del desarrollo de la vida, en la que la mujer y el
hombre se adaptan mediante acciones que previenen, corrigen o atenúan los cambios producidos
por la declinación de sus potencialidades, y se integra con los otros grupos de la población evitando
las segregaciones y discriminaciones que lo marginan y destruyen.
Evacua consultas de las personas adultas mayores o de sus familiares para restablecer los
derechos y permitir una mejor calidad de vida de las Personas Adultas Mayores, frente a
violaciones, desconocimientos, restricciones o menoscabo de los mismos.
El convenio está abierto a la firma de los 34 Estados miembros de la OEA y de esta manera, la
flamante Convención exigirá que los estados que forman parte dispongan los recursos para
garantizar el reconocimiento, el pleno goce y ejercicio de los Derechos Humanos de las personas
mayores del continente. Asimismo, plantea definiciones para establecer políticas públicas
destinadas a las personas mayores, es decir, aquellas de 60 años o más. En este sentido, la
Convención entiende la vejez "como construcción social de la última etapa del curso de vida" y al
envejecimiento "como proceso gradual, que se desarrolla durante el curso de vida y que conlleva
cambios biológicos, fisiológicos, psico-sociales y funcionales". Esta Convención fue aprobada por
la Asamblea General con la firma de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay,
convirtiéndose así en un nuevo estándar americano y un precedente a nivel mundial tras un tiempo
récord de trabajo de tres años.
Los derechos protegidos por esta convención son la igualdad y la no discriminación por razones de
edad, el derecho a la vida y la dignidad en la vejez, el derecho a la independencia y la autonomía, el
derecho a la participación y la integración comunitaria y el derecho a la seguridad y a una vida sin
violencia.
También están contemplados el derecho a no ser sometido a tortura ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes; el derecho a brindar consentimiento libre e informado en el ámbito de la
salud, a la libertad personal y a la libertad de expresión, entre otros.
El texto también establece el igual reconocimiento ante la ley de las personas mayores, su derecho
al acceso a la justicia, los derechos políticos y el derecho de reunión y asociación.
La aprobación de esta Convención significa un paso más para seguir construyendo una Argentina
para todas las edades con políticas públicas de garantía y ampliación de derechos como las que se
vienen desarrollando en todo el país desde el 25 de mayo de 2003.
NO SER DISCRIMINADOS
Tienen derecho a residir en su propio domicilio todo el tiempo que sea posible, elegir su
residencia y decidir cómo y con quiénes vivir. El domicilio es uno de los atributos de una
persona física o jurídica; por lo cual toda variación del mismo debe ser en principio
voluntaria.
Ello implica que tienen derecho a la libertad de opinión y expresión, a investigar y a recibir
informaciones, acceder a las nuevas tecnologías y difundirlas sin limitación de fronteras por
todos los medios.
Ello quiere decir que puedan disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental a
partir de la aplicación de políticas que aseguren una prevención, promoción, educación y
tratamiento; para lo cual es imprescindible la formación y capacitación de los recursos
humanos.
Cuando una Sociedad valora una etapa de la Vida -la vejez- está valorizando a
todas. Es el camino más eficiente para la construcción de una "sociedad para
todas las edades", incluyente e integradora.
Varios son los derechos humanos de las personas mayores que no se respetan en distintos
ámbitos. El derecho al domicilio, a la salud de una medicina prepaga, a seguir trabajando
mientras uno lo desee, son algunos de ellos, y conocerlos es importante para exigir su
cumplimiento.
Natalia Muñiz
29 de marzo
Tercera Edad
Diario Popular.
Las personas mayores dicen `se ha perdido el respeto`, cuando en realidad se ha violado
alguno de sus derechos", manifestó la psicogerontóloga Nora Pochtar, coordinadora de la
comisión Adultos Mayores y sus Derechos de la Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos (APDH).
Este año ya se realizó un encuentro en el partido de Lanús y se tiene previsto continuar por
Lomas de Zamora, La Matanza y Tigre.
La discriminación
"Los derechos de las personas mayores no tendrían que ser otros que los derechos humanos,
pero ocurre que al llegar a la vejez hay una discriminación por edad", a lo que se denomina
"edaísmo", explicó la profesional.
Asimismo remarcó que las mujeres mayores sufren "una triple discriminación: la de género,
que arrastran desde chicas; de edad; y de posición económica".
En este marco, sostuvo que "si bien es cierto que no debería haber derechos humanos para
niños o para adultos mayores, sino derechos humanos para todos, cuando uno va
envejeciendo hay derechos que no se respetan".
Derecho a domicilio
A pesar de que los adultos mayores es el sector de la población que más crece en el mundo,
dado el aumento de la expectativa de vida, este logro de la humanidad no es acompañado
por un justo reconocimiento y todavía hay muchos prejuicios que atentan contra este grupo.
"El que menos se respeta es el derecho a domicilio -explicó Pochtar-. Ser mayor no implica
no tener capacidad para elegir donde vivir. Muchas veces la familia, creyendo que le hace
un bien a la persona mayor, lo quieren mudar porque `esa casa es muy grande`, o le quieren
cambiar los muebles, cuando en ese lugar y en esos objetos está la vida de esa persona".
Inclusive, frente a un caso de institucionalización -cabe aclarar que solo el 2 ó 3 por ciento
de los adultos mayores viven en residencias geriátricas-, es la persona mayor quién debe
elegir el establecimiento y el tiempo de su estadía, evaluar los servicios, y realizar el
contrato directamente con el prestador.
Otros puntos
Otro de los derechos que no se respetan "es a la salud en la medicina prepaga, dado que las
personas mayores tienen dificultades para adherirse a una prepaga o a medida que avanza la
edad le aumentan las cuotas", señaló Pochtar.
También agregó que "el derecho a una sexualidad plena" es otro de los "derechos perdidos"
durante el proceso del envejecimiento, que se debe recuperar y respetar. Así como el
derecho al trabajo "mientras la persona lo desee y pueda hacerlo", aclaró, y agregó: "En las
empresas familiares, a las nuevas generaciones es como que el adulto mayor le molesta, lo
quieren jubilar, pero no tienen en cuenta que esa empresa existe porque esa persona trabajó
toda su vida y su experiencia es muy importante".
No obstante, Pochtar señaló que el derecho a la educación es uno de los que más se
respetan en nuestro país y se verifica en la cantidad de cursos y talleres que se dictan en los
centros de jubilados, instituciones barriales y universidades de la tercera edad.
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó los siguientes Principios en Favor de
las Personas de Edad:
6. Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.
Participacion:
Cuidados:
11. Tener acceso a servicios de atención de salud que les ayuden a mantener o recuperar un
nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional, así como a prevenir o retrasar la
aparición de enfermedades.
12. Tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de
autonomía, protección y cuidado.
13. Tener acceso a medios apropiados de atención institucional que les proporcionen
protección, rehabilitación y estímulo social y mental en un entorno humanitario y seguro.
14. Poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en
hogares o instituciones donde se les brinden cuidados o tratamiento, con pleno respeto de
su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar
decisiones sobre su cuidado y sobre la calidad de su vida.
Autorrealización:
Dignidad:
17. Poder vivir con dignidad y seguridad y verse libres de explotaciones y de maltrato físico
o mental.
18. Recibir un trato digno, independientemente de su edad, sexo, etnia, discapacidad u otras
condiciones, y han de ser valoradas independientemente de su contribución económica.