Capítulo 4. El Renacimiento
Capítulo 4. El Renacimiento
Capítulo 4. El Renacimiento
CAPÍTULO 4. EL RENACIMIENTO
Se llama Renacimiento a un período de la historia de la humanidad que se extiende en
Europa durante los siglos XV y XVI. Italia, cuna del arte renacentista, ve los inicios de
esta nueva era un siglo antes: en el siglo XIV, mientras otros países aún estaban
despertando a un cambio de mentalidad, en el período conocido como Ars Nova.
El término “Re-nacimiento” hace referencia al verbo “re-nacer”. ¿Qué es lo que renace?
Después de casi diez siglos de mentalidad cerrada, centrada en refugiarse en Dios
como “remedio” para los males de la época (enfermedades, hambre, muertes), la
humanidad, cansada de vivir de esa manera, vuelve su mirada hacia los ideales de la
cultura clásica (Grecia y Roma) como modelos de perfección.
Grecia, cuna de la democracia y de la filosofía, era el mejor maestro. La visión
teocéntrica del mundo, característica de la Edad Media, se transformará en una visión
antropocéntrica (el hombre - la persona - como medida de todas las cosas).
De manera paralela al Renacimiento, se desarrolló en Europa un movimiento cultural
llamado Humanismo, en el que se buscaba formar a la persona en el estudio de las
letras, las ciencias y las artes.
En este sentido, saber música era considerado un signo de buena educación (no
olvidemos que en Grecia, la música y la educación física eran las materias más
importantes en la educación de los jóvenes).
Tres hechos marcaron profundamente esta época:
1. Los viajes. La idea de viajar supone un encuentro con el conocimiento, con saberes
nuevos.
Históricamente, el Renacimiento fue contemporáneo de la era de los descubrimientos y
las conquistas ultramarinas. Esta “era” marcó el comienzo de la expansión mundial de
la cultura europea, con los viajes portugueses y el descubrimiento de América por parte
de los españoles.
Muchos compositores de la época viajaban a otros países, por lo que estaban en
contacto con Europa.
2. La invención de la imprenta por Johannes Gutenberg (1440). Gracias a la imprenta,
la difusión de la cultura a través de los libros permitió que aquélla llegase a un mayor
número de personas.
La introducción de la imprenta entre 1460 y 1480 y la consiguiente difusión de la cultura
fue uno de los motores del cambio.
3. El desmembramiento de la cristiandad con el surgimiento de la Reforma protestante
supuso una crisis que dejó honda huella en el arte.
El Renacimiento fue el fruto de la difusión de las ideas del Humanismo, que
determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
Quattrocento es una palabra Italiana, pues es ahí donde se inició todo. La Edad Media
terminó y se empezó a valorar la Antigüedad Clásica, el arte clásico griego y romano.
Pero todos esos nuevos artistas e intelectuales no querían sólo imitar esa época mítica:
la querían superar.
También se empezó a valorar al ser humano (Humanismo). Eso dio como resultado la
representación de la figura humana como tema, se buscaba imitar las cosas tal como
eran realmente.
Los frescos que aquí contemplamos nos introducen en el mundo de los contenidos
de la Revelación. Las verdades de nuestra fe nos hablan desde cada lugar. De
ellas, el genio humano ha sacado la inspiración empeñándose en revestirlas de
formas de una belleza inigualable.
Juan Pablo II (8 de abril de 1994).