Fragmentacion Espacial M Svampa
Fragmentacion Espacial M Svampa
Fragmentacion Espacial M Svampa
Las nuevas urbanizaciones privadas intentan recrear ciertos aspectos ligados a una sociabilidad
barrial, rescatando las relaciones de vecindad y la confianza. Sin embargo, se realiza un rescate
selectivo de valores como la confianza y la seguridad, y se descartan otros que están más ligados a
una cultura democrática como la heterogeneidad social.
En estos enclaves, la seguridad emerge como un valor en sí mismo, desde el cual se puede
reconstruir la confianza. Esto garantiza la libertad “puertas adentro”, a esto se lo denomina
“autonomía protegida”.
El estilo de vida de las urbanizaciones privadas coloca en el centro la imagen de la familia nuclear.
Y a su vez, la socialización de los hijos es una preocupación principal. Las ventajas de la “libertad
puertas adentro” son inmediatas, los niños gozan de más márgenes de libertad y expansión lúdica en
un contexto de confianza. Este estilo de vida trae aparejados ciertos efectos colaterales a corto y a
mediano plazo, como por ejemplo trastornos de la conducta desde ataques de pánico,
hipersensibilidad y agorafobia (las llamadas enfermedades de clase) hasta conductas adictivas y
actos vandálicos (inclusive vandalismo infantil).
En cuanto a la distancia social, la relación que tanto niños como adultos mantienen con los espacios
abiertos y las ciudades plantean de manera ejemplar esta cuestión. Este fenómeno va de la cercanía
absoluta a la distancia excesiva, lo que genera cierto temor al espacio público al ser un lugar “no
protegido”. A demás, el modelo de autonomía protegida no genera en los niños ningún tipo de
defensas que los ayuden a desenvolverse en espacios heterogéneos, confusos y ruidosos, como lo es
hoy en día cualquier gran ciudad. El vandalismo infantil es preocupante. Para ello los padres acuden
a controles sociales y familiares, así como también apoyo psico pedagógico. Se exige que el country
asuma el rol propio de un agente socializador. En verdad, las causas del comportamiento de los
pequeños el modelo de socialización se encuentra en desequilibrio: instalándose entre el exceso y el
déficit. Exceso porque el modelo alimenta una explosión de libertad en un entorno hiper protegido y
hace que se adelanten con ello las etapas. Déficit que se apoya en un modelo que favorece el
debilitamiento del control familiar, problematizando mas la difícil tarea de conciliar la autoridad de
los padres con un modelo más democrático de familia.
Se genera un “Modelo burbuja” de irrealidad y artificialidad. Consecuencias: dificultad en el
desenvolvimiento autónomo, una vez que se sale del country, excesiva confianza e ingenuidad,
rechazo al contacto con el mundo exterior, los chicos ven al mundo como agresivo y buscan pasar la
mayor parte del tiempo en espacios protegidos. Buscan estar “entre nos” y evitar al diferente.
los contactos son entre semejantes, aunque no iguales, que por esa razón son
confiables.
La élite ya acostumbrada a vivir en los barrios privados está acostumbrada a los
mecanismos de control de la socialización de lugares de encierro, como las
urbanizaciones privadas, escuelas de elite, o la gestión del mercado matrimonial a
través del encuentro concertado de los hijos desde una edad temprano en fiestas y
recepciones.
Para la gente que tuvo un asenso de clase, le es difícil vivir en un country porque
recuerdan su pasado. Buscan el balance entre la nueva vida homogenizada y sus
vínculos con amigos o familiares que no son parte del barrio privado. Los hijos de
ellos no suelen tener este problema, ya que solo conocen eso y hay una rápida
naturalización de su parte.