El Derecho de Retención, Tarea 5.2. Derecho de Las Garantias

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO

CURO UASD

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS


POLITICAS

ESTUDIANTE

Esteban Billini Valenzuela 100516114

PROFESOR

Eduardo Valdez Piña

ASIGNATURA

Derecho de las Garantias


Tarea 5.2

El derecho de retención. Concepto. Condiciones del derecho de retención y


efectos del derecho de retención.
El Derecho de Retención es el que tiene el acreedor de negarse a entregar la cosa perteneciente
a su deudor hasta que pague, aunque no haya recibido esta cosa por un contrato de pignoración,
basta una relación jurídica.
REQUISITOS QUE DEBE TENER EL DERECHO DE RETENCIÓN.

1. El crédito debe ser cierto, líquido y exigible.
2. La cosa deber ser corporal y enajenable.
3. Para el acreedor retener la cosa, debe tener la misma.
El acreedor debe rendir cuenta de la cosa retenida, no debe usarla, ni percibir su fruto, pro puede
venderla en pública subasta a falta de pago, según las formalidades de la Ley.
El derecho de retención es «erga omnes» (frente a todos), es oponible a todos los terceros.
Cuando el acreedor ha perdido la cosa o le ha sido robada, puede perseguirla en cualquier mano
que se encuentra.
Pueden ser objeto de retención tanto los muebles como los inmuebles.
Algunos acreedores tienen derechos especiales para el cobro de deudas en la forma de derechos
de retención. Estos derechos pueden ser de varias maneras incluyendo los derechos de retención
que otorgan las sentencias como un resultado de los procedimientos del tribunal. Comúnmente
los acreedores buscan la creación de un derecho de retención sobre la propiedad del deudor a
través de un procedimiento judicial para dicha creación, la cual está regulada por la ley estatal.
Una vez que el derecho de retención ha sido creado, las leyes estatales regulan cómo debe ser
ejecutado ese derecho contra la propiedad del deudor. Un deudor puede proporcionar a un
acreedor ese derecho a fin de obtener un préstamo del acreedor, tal como un préstamo sobre un
automóvil. Cuando los impuestos no se pagan, el gobierno tiene ese derecho de retención. Un
mecánico que trabaja sobre una propiedad real tendrá ese derecho de retención mediante la
retención de la propiedad hasta el momento en que se haga el pago por el trabajo efectuado. El
derecho de retención puede darle al acreedor prioridad sobre cualesquiera otros acreedores que
intenten cobrarle al mismo deudor.
Un derecho de retención sobre una propiedad puede dar al acreedor la oportunidad de que el
deudor pierda el derecho a redimir una hipoteca, mediante la venta de la propiedad del deudor
para cubrir la deuda. El derecho de retención, por su parte también, es la facultad concedida por
la ley al acreedor de conservar un bien del deudor, hasta el cumplimiento de la prestación
pactada. Por tanto, constituye una medida de defensa del acreedor. Si bien esta es la definición
aportada por la mayoría de los autores, parte de la doctrina afirma que no es suficiente para
describir el supuesto legal del derecho de retención, el cual se refiere al crédito por los gastos
hechos en o por la cosa retenida, o bien la indemnización de perjuicios por la mantención de la
cosa retenida.
Configuración del derecho de retención
El derecho de retención es una medida de defensa que detenta el acreedor contra el deudor
incumplidor, por la cual el acreedor se rehúsa a la entrega de un bien del deudor o al que se le
debe su entrega, hasta tanto aquel no cumpla con la prestación a la que se obligó. Es un derecho,
por cuanto el legislador le otorga esta prerrogativa al acreedor, que debiendo entregar la cosa la
retiene como "garantía" de un futuro cumplimiento del deudor. Para su configuración es
necesaria la existencia de ciertos requisitos que ha configurado la doctrina. El derecho de
retención se genera por la existencia de un crédito impago por parte del deudor y la tenencia
lícita de una cosa por parte del acreedor. Requiere, entonces, que previamente exista un crédito,
por lo que no puede considerarse una institución autónoma. El derecho de retención es, por tanto,
accesorio, hace falta la existencia de un incumplimiento para que el acreedor tenga derecho a
retener un bien del deudor. La configuración del derecho de retención tal y como la vemos ahora
con sus requisitos y supuestos básicos nos viene del Code francés. Desde entonces ha tenido un
tímido avance dentro de la doctrina. Hasta hoy se debate sobre su naturaleza jurídica -personal o
real- o su carácter de principio general o de excepción.
Requisitos muy importantes del derecho de retención
La doctrina ha ido configurando una serie de requisitos para la aplicación del derecho de
retención. Nos centraremos en los que consideramos más importantes.
1. De carácter legal
Es un derecho establecido por ley. Existen en doctrina dos posiciones contrapuestas sobre este
aspecto: por un lado, están los que afirman que la legalidad es una característica medular del
derecho de retención, porque la legislación establece de forma precisa los casos en que se puede
activar esta facultad. Y por el otro lado están los que defienden la idea de que la ley establece un
principio general que permite aplicar el derecho de retención en cualquier caso en que se
presenten los requisitos. Nos decantamos por la primera de las posturas, porque se trata de un
medio de autotutela consagrado por el legislador y como tal solamente se puede ejercer en los
supuestos debidamente indicados por la norma. Por tanto, el incumplimiento que es necesario
para aplicar el derecho de retención no sería cualquier incumplimiento, sino aquellos prefijados
por la norma como supuestos de hecho.
2. Tenencia legítima de una cosa
Por regla general, la cosa debe estar en manos de quien pretende invocar el derecho. La doctrina
ha discutido sin acordar si se trata de posesión natural del bien o simple detención de este. Lo
cierto es que quien quiera hacer valer el derecho de retención debe tener la cosa bajo su control.
Si pierde la tenencia de la cosa, ya no podrá hacer valer el derecho. La tenencia del bien también
debe estar libre de vicios, debe ser legítima. El acreedor no puede haber obtenido el bien
valiéndose de la violencia o la clandestinidad. La cosa retenida debe ser ajena, mueble o
inmueble, comercializable e infungible. Aunque tradicionalmente se ha dicho que debe tratarse
de cosas corporales, algunas legislaciones permiten la retención de valores de crédito, incluso se
ha hablado de retener datos informáticos. La tenencia también puede ser ejercida por un tercero a
nombre del retenedor.
3. Crédito cierto, líquido y exigible
Para ejercer el derecho de retención debe existir un crédito cierto. En este sentido, no puede
considerarse una institución autónoma, sino accesoria o subordinada a la existencia de un
crédito. La doctrina discute si el crédito debe o no ser líquido y exigible, es decir, vencido. Nos
plegamos a lo establecido por la doctrina clásica que considera como un requisito del derecho de
retención que el crédito de que se trate sea líquido y exigible.
Conexión entre el crédito y la cosa, o bien su tenencia
Para que proceda el derecho de retención, debe existir alguna conexión entre la cosa retenida y el
crédito. Existen en doctrina dos posiciones sobre la conexión: por un lado, la posición amplia
admite cualquier conexión entre la cosa retenida y el crédito, o bien su tenencia, y por el otro
lado la posición estricta establece que la conexión debe generarse a partir del crédito por los
gastos incurridos en favor de la cosa o a razón de esta durante la retención, o bien la
indemnización de perjuicios por la mantención de la cosa retenida.
El derecho de retención como "remedio contractual"
El derecho de retención surge por el incumplimiento de una obligación. Entendido desde la
mirada del nuevo Derecho de contratos, en donde el incumplimiento se caracteriza por su
amplitud y por su naturaleza neutra desde el punto de vista de la imputación subjetiva al deudor.
Este concepto de incumplimiento se construye tomando en cuenta la insatisfacción del interés del
acreedor, configurado y garantizado por el contrato. El incumplimiento se refiere no solo a
deberes de conducta del deudor, también puede tener como contenido determinados estados o
situaciones de la realidad presupuestos en el contrato.
Las partes se obligan a cumplir un todo; en otras palabras, no se obligan a cumplir una
enumeración de obligaciones aisladas o fraccionadas, sino toda actividad que razonablemente se
pueda esperar de ellas en el marco de un contrato voluntariamente aceptado, todo atendiendo a
un fin: la conservación del contrato En caso de incumplimiento se trata, pues, de un
incumplimiento del contrato, no de la obligación. La responsabilidad por incumplimiento se
presenta entonces como un reparto de riesgos, donde tanto acreedor como deudor deben asumir
una parte de estos riesgos. A diferencia del derecho continental, toda la responsabilidad no recae
en la parte que ha incumplido, sino también en la parte que pese a que ha cumplido con todas sus
obligaciones debe mantener una conducta que aminore el riesgo y los gastos por el
incumplimiento del otro.
Supuestos de retención en la Convención de Viena
La aplicación de la Convención de Viena se acota a un solo contrato: el de compraventa
internacional de mercancías. Por tanto, los supuestos de derecho de retención, de existir en la
Convención, se aplicarán solo en este ámbito. Al examinar la Convención se revelan a primera
vista tres artículos (71.2, 85 y 86) que se aproximan al remedio del derecho de retención. En los
puntos que siguen los analizaremos para determinar si se trata realmente de supuestos de derecho
de retención dentro de la Convención de Viena, tal y como lo hemos configurado en las páginas
anteriores.
Detención de las mercancías por incumplimiento previsible del comprador (artículo 71.2)
El artículo 71 de la convención de Viena, trata sobre el incumplimiento previsible. En este caso
nos interesa analizar el numeral 2 que establece el derecho del vendedor a impedir la entrega de
las mercancías al comprador, aunque estas se encuentren en tránsito. Se trata de un derecho que
puede ejercer solamente el vendedor, aplicable cuando las obligaciones son recíprocas. En otras
palabras, el requisito del sinalagma debe cumplirse. No es lícito que el vendedor quiera
suspender sus obligaciones para instar al comprador a cumplir con una obligación menor.
Además, este supuesto es aplicable cuando las condiciones estén dadas para pensar que habrá un
incumplimiento previsible del contrato. La idea general de este "derecho a diferir" es evitar que
el vendedor cumpla su obligación con el riesgo serio de no recibir la prestación convenida.
1. Requisitos
Para que haya lugar a la aplicación de este artículo es necesario que la obligación del comprador
aún no sea exigible, que el vendedor haya enviado las mercancías y que los motivos de que habrá
un incumplimiento previsible se hayan evidenciado luego del contrato. Analicemos cada uno de
estos requisitos.
En primer lugar, la obligación aún no debe ser exigible, de modo que este artículo puede
aplicarse solamente antes de que se cumpla el plazo. En consecuencia, no da derecho a suspender
las obligaciones cuando la obligación ya es exigible. Para estos casos la Convención prevé otros
remedios. Al no ser exigible la obligación, el comprador no está obligado a cumplir, sino a dar
una garantía de futuro cumplimiento. Es un self help remedy del que puede hacer uso el vendedor
cuando exista un riesgo de cumplir con su obligación y no recibir nada a cambio. El segundo
requisito es que el vendedor ya haya enviado las mercaderías, es decir, que estas hayan salido de
sus bodegas hacia las manos del comprador y se encuentren en tránsito o en camino de ser
entregadas. Por eso se ha dicho que es un "derecho a detener in transitu!.
Relatividad del derecho
La última frase del artículo 71.2 establece: "Este párrafo concierne sólo a los derechos
respectivos del comprador y del vendedor sobre las mercaderías. En otras palabras, los efectos de
este supuesto se producen solo entre el vendedor y el comprador, no afectando la relación entre
el comprador y sus clientes, terceros de buena fe que han comprado las mercancías o a los cuales
se les ha cedido la carta de porte de ellas. Por tanto, esta frase viene a reafirmar lo establecido en
el artículo 4b de la Convención, donde se señala que "los efectos que el contrato pueda producir
sobre la propiedad de las mercancías vendidas" escapa del ámbito de aplicación de la
Convención.
Efectos de la detención
Los efectos de la aplicación de este supuesto se concatenan. En primer lugar, el vendedor debe
informar inmediatamente al comprador sobre la detención del envío de las mercaderías, luego de
esto el comprador puede dar caución que garantice el futuro cumplimiento y como consecuencia
habrá una extensión del tiempo o reajustes de los plazos de cumplimiento. Pasemos a analizar
estos efectos.
El primer efecto se encuentra en el numeral tercero del artículo 71 cuando la Convención insta al
vendedor a informar "inmediatamente" al comprador antes o después de la detención de las
mercaderías. A pesar de lo enfática que es la Convención en este punto, parte de la doctrina
establece que la falta de comunicación no impide que el vendedor ordene la detención de las
mercancías en tránsito y con esto se arriesga solamente a una posible demanda de
indemnización. Opinamos que la convención en este punto es clara, otorgando una carga de
comunicación al vendedor para el ejercicio de este derecho -práctica usual dentro de la tradición
de Viena-, por lo que no es posible obviarlo. El segundo efecto es una suerte de paliativo para el
comprador, dado que, una vez informado de la suspensión del vendedor, puede otorgar
"seguridades suficientes" que garanticen su futuro cumplimiento. Pero esta garantía debe ser
efectivamente otorgada, no basta el simple anuncio o la promesa de darla.
¿Es el derecho del vendedor a detener la mercancía un derecho de retención?
En el segundo numeral del artículo 71 de la convención se lee que el vendedor que ya hubiere
enviado las mercaderías, antes de que resulten evidentes los motivos de un incumplimiento
previsible, "podrá oponerse.a que estas sean entregadas al comprador. calvo caravaca sostiene
que este numeral contempla un derecho de retención stricto sensu, mientras que otra parte de la
doctrina afirma que se trata de un derecho a suspender las obligaciones en la modalidad de
detener in transitu (right of stoppage). En las siguientes líneas trataremos de dilucidar esto. En
primer lugar, en el derecho de retención se detenta una cosa del deudor. En el supuesto del
artículo 71 las mercaderías pueden no ser aún del deudor. Recordemos que la deuda no es
exigible y el deudor no ha pagado las mercaderías. Este artículo no se refiere a retener una cosa
del comprador, sino a detener las mercancías mientras se encuentren en camino de ser
entregadas. Es un derecho de suspensión en una faceta más acotada, la de detener el envío de la
cosa mientras se encuentre en camino al destino. En segundo lugar, en el derecho de retención
no se le exige al deudor que dé "seguridades suficientes" para garantizar el cumplimiento como
lo hace el numeral 2 del artículo 71. La cosa retenida es en sí la garantía, la seguridad del
cumplimiento de la otra parte. En el derecho de retención, solamente el pago de la obligación
produce la extinción del derecho y el deber de restitución de la cosa.

Bendiciones.

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