Caso Clínico Dengue
Caso Clínico Dengue
Caso Clínico Dengue
Contacto:
Juan Ramón Chaparro Gasca
Correo: [email protected]
CASO CLÍNICO: DENGUE
EXAMEN FÍSICO
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
Huésped:
Factores de riesgo
• Sexo masculino
• 19 años
Factores protectores
• Peso adecuado para la edad (p50)
Medio Ambiente
Factores de riesgo
• Núcleo familiar potencialmente susceptible a infecciones transmitidas por
vector
• Estancia hospitalaria
Factores protectores
• Ambiente familiar que permite a la paciente recibir atención médica
especializada
PERIODO PATOGÉNICO
Etapa subclínica
Etapa clínica
Complicaciones
Desenlace
Dx: presuncional
• Dengue hemorrágico
PREVENCIÓN PRIMARIA
Promoción de la salud
PREVENCIÓN SECUNDARIA
DIAGNÓSTICO PRECOZ
• Dengue hemorrágico
Historia clínica
Huésped:
Factores de riesgo
• Mujeres embarazadas
• Lactancia
• Edad menor a 5 años o mayor a 65 años
• Comorbilidades
Factores protectores
• Esquema de vacunación completo
• Buena alimentación
• Protección adicional en zonas endémicas
Medio Ambiente
Factores de riesgo
• Habitar o visitar una región geográfica con presencia del vector.
• Presencia de problemas de suministro de agua potable.
• Vivir en regiones tropicales.
• Vivir cerca de lagunas, ríos, etc
Factores protectores
• Eliminación de criaderos del vector en la comunidad
• Buenos servicios de recolección de basura
Agente: Transmitida por mosquitos hembra del género Aedes sp. Virus de la
fiebre dengue (VDEN) 4 serotipos (virus Denv-1, Denv-2, Denv-3 y Denv-4)
Cuadro clínico
El cuadro clínico dependerá del tiempo de evolución de la infección y la severidad
de ataque a la homeostasis general del paciente, en tales casos debemos
investigar otros signos y síntomas asociados a la enfermedad que nos puedan
orientar a un diagnostico definitivo.
Exploración física En los pacientes con fiebre en los que se considere la posibilidad de
dengue como diagnóstico, la exploración física debe incluir:
• Estado mental.
• Estado de hidratación.
• Aparato circulatorio: estado hemodinámico.
• Aparato respiratorio: taquipnea, respiración acidótica, derrame
pleural.
• Abdomen: dolor abdominal, hepatomegalia, ascitis.
• Piel, coagulación: exantema, manifestaciones de hemorragia.
• Prueba del torniquete, que debe repetirse al menos cada 24 horas,
a partir del tercer día de inicio de la fiebre, si en las ocasiones
previas ha resultado negativa y mientras no existan manifestaciones
de hemorragia.
La exploración física, en niños y adultos, está encaminada a la búsqueda
de las manifestaciones clínicas que caracterizan a la enfermedad de fiebre
por dengue y dentro de estas figuran:
• Fiebre elevada de inicio agudo, continua durante tres días o más.
• Cefalea (con dolor de espalda y dolor retro-orbital).
• Dolor abdominal, vómito.
• Exantema petequial, epistaxis, gingivorragias o prueba de torniquete
positiva.
• Exantema generalizado.
• Hepatomegalia.
• Alerta alterado.
• Manifestaciones de choque en un paciente afebril que tuvo fiebre en
los tres a cinco días previos.
• Crisis convulsivas.
Diagnóstico PRESUNCIONAL:
• Dengue
Diagnóstico DIFERENCIAL
• Dengue grave
• Zika
• Chikunguña
TRATAMIENTO PRECOZ.
• Medidas generales
o Educar al paciente para que no se automedique.
o Iniciar la hidratación oral con vida suero oral.
o Iniciar el control térmico con medios físicos.
o Evitar la administración intramuscular de medicamentos.
• Tratamiento farmacológico Sintomático:
o Reposición de líquidos y electrolitos por vía endovenosa con solución
salina fisiológica a 0, 9% o Ringer lactato
Antagonista
Hipersensibilidad
Paracetamol 500-1000 gr competitivo reversible Necrosis hepática
Insuficiencia hepática
COX 1 y 2
Ataques cardíacos y
accidente
cerebrovascular, HTA
SNC: somnolencia,
cefalea, mareo y
Antagonista:
diaforesis hasta fatiga,
500 mg / 12 h VO competitivo reversible
Naproxeno depresión y Hipersensibilidad
250 mg / 6 h VO de COX-1 y COX-2
ototoxicidad
Inhibición leucocitaria
GI: úlceras pépticas,
perforación o
hemorragia
gastrointestinal, dolor
epigástrico, melena
• Síndrome de choque
El síndrome de choque es una condición médica grave que se caracteriza
por una disminución crítica de la presión arterial y la perfusión de órganos,
lo que lleva a un fallo orgánico potencialmente mortal. El tratamiento del
síndrome de choque es una emergencia médica y debe realizarse en un
entorno hospitalario, a menudo en una unidad de cuidados intensivos (UCI).
o Reanimación con líquidos: en muchos casos de síndrome de
choque, se inicia una reanimación con líquidos intravenosos
inmediatamente. Esto se hace para restaurar la presión arterial y
mejorar la perfusión de los órganos. Los tipos de líquidos y la
cantidad a administrar pueden variar según la causa subyacente del
choque. Los cristaloides (como la solución salina) y los coloides
(como la albúmina) se utilizan comúnmente.
o Monitoreo hemodinámico: se realiza un seguimiento continuo de la
presión arterial, la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno y
otros parámetros hemodinámicos para guiar el tratamiento y evaluar
la respuesta a la reanimación.
o Soporte respiratorio: si el paciente presenta dificultad respiratoria o
insuficiencia respiratoria, puede ser necesario proporcionar oxígeno
suplementario o incluso ventilación mecánica.
o Control de la causa subyacente: es fundamental identificar y tratar la
causa subyacente del síndrome de choque. Puede deberse a
diversas condiciones, como sepsis, hemorragia, insuficiencia
cardíaca, embolia pulmonar, entre otras. El tratamiento específico
varía según la causa.
o Medicamentos vasoactivos: en algunos casos, se pueden administrar
medicamentos vasoactivos, como la noradrenalina o la dopamina,
para aumentar la presión arterial y mejorar la perfusión de órganos.
• Insuficiencia hepática
El tratamiento de la insuficiencia hepática depende de la causa subyacente
de la enfermedad y de la gravedad de la afección. La insuficiencia hepática
puede ser aguda o crónica, y las causas pueden variar desde infecciones
virales hasta enfermedades hepáticas crónicas, intoxicación por
medicamentos, cirrosis, entre otras.
o Medicamentos: se pueden usar medicamentos para tratar los
síntomas y mejorar la función hepática en algunos casos. Por
ejemplo, se pueden administrar lactulosa o antibióticos para controlar
la encefalopatía hepática (un trastorno neurológico asociado con la
insuficiencia hepática).
o Tratamiento de complicaciones: la insuficiencia hepática puede
causar complicaciones como ascitis (acumulación de líquido en el
abdomen), coagulopatía (trastornos de la coagulación), hipertensión
portal (aumento de la presión en las venas del hígado), entre otras.
Estas complicaciones se deben tratar de manera específica.
o Evaluación de la necesidad de trasplante hepático: en casos graves
de insuficiencia hepática aguda o crónica, cuando la función hepática
no mejora con otros tratamientos o está en riesgo la vida del
paciente, se puede considerar un trasplante de hígado. El trasplante
hepático es una opción curativa para muchas personas con
insuficiencia hepática terminal.
• Coagulación vascular diseminada
La coagulación intravascular diseminada (CID) es una condición médica
grave en la cual se produce una activación incontrolada del sistema de
coagulación, lo que resulta en la formación de coágulos en pequeños vasos
sanguíneos en todo el cuerpo. Al mismo tiempo, esta activación puede
agotar las reservas de plaquetas y factores de coagulación, lo que puede
llevar a un aumento del riesgo de sangrado. El tratamiento de la CID se
centra en abordar la causa subyacente, controlar el sangrado y, en algunos
casos, restablecer el equilibrio de la coagulación.
o Soporte hemodinámico: se pueden administrar líquidos intravenosos
y medicamentos para mantener la presión arterial y la perfusión de
órganos. Esto puede ayudar a reducir la formación de coágulos.
o Transfusión de sangre y productos sanguíneos: se pueden
administrar transfusiones de plaquetas y factores de coagulación,
como el concentrado de fibrinógeno o el concentrado de complejo de
protrombina (PCC), para corregir la tendencia al sangrado. Sin
embargo, estas transfusiones deben manejarse con precaución, ya
que pueden aumentar el riesgo de coagulación en exceso.
o Medicamentos anticoagulantes: en algunos casos seleccionados de
CID, se pueden utilizar anticoagulantes para prevenir la formación
adicional de coágulos. Sin embargo, esta estrategia es controvertida
y solo se debe realizar bajo la supervisión de un especialista.
PREVENCIÓN TERCIARIA
REHABILITACIÓN
Bibliografías: