Celular de Pablo Albarellos

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CELULAR

Pablo Albarello
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CELULAR

(Reg. Prop. Intelectual Expte. 659505)

Bandi despierta en un sitio extraño, se descubre desnudo, no sabe qué le ha pasado, el único

lazo que lo ata a la cordura es un celular casi sin crédito con el que buscará comprender… Un

espectáculo de humor negro que permite reflexionar sobre la vida y la muerte.

Celular fue estrenada en Montevideo, Uruguay, por la Compañía Teatro Sobre Ruedas, el

05/08/2010, con la actuación de Mario Erramuspe y la Dirección General de Marcelino Duffau.

Forma parte del libro “Zona de obras, teatro argentino”, junto a “Lucha libre” de Daniel

Dalmaroni y “Con la mano de Dios”, de Luis Saez, con prólogo de Roberto Tito Cossa (Buenos

Aires, Corregidor, 2009)

PERSONAJES:

Bandi (30 a 40 años)

Entra a escena Bandi, lleva un slip como única vestimenta y un celular en una

mano. El lugar es absolutamente extraño, inhóspito, Bandi siente frío, se

muestra consternado, dominado por la angustia.

Bandi: ¡Esteee! ¡La puta, qué garrón! (mirando el entorno lloriquea, se

calma) ¡Me chorearon! ¡Sí, me chorearon! (vuelve a mirar el entorno,

lloriquea, se calma) ¡No tienen paz, eh! ¿Dónde está la seguridad, me querés

decir? ¡Ya no se puede salir a la calle! (lloriquea, se calma) ¡Hay que hacer

algo urgente! Digo, ¿no? Qué sé yo, más patrulleros, endurecer las penas. Los

chorros entran por una puerta y salen por la otra (se toma el pulso en la

muñeca y en la carótida, lloriquea) ¡No puede ser! (se calma) Más policías en
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las calles, controlar los puentes, las rutas de acceso. La única forma de que el

chabón decente pueda laburar (lloriquea) Aparte ahora te salen drogados, por

un par de zapatillas capaz que te parten la cabeza. ¡Se han roto los códigos,

eso es lo que pasa! (lloriquea, se calma) Salgo del negocio, me subo al auto,

voy por la Juan B. Justo, llego al club. No, del club no me acuerdo… ¡No

puede ser! (lloriquea, se calma) Salgo del negocio, me subo al auto, voy por

Fonseca, agarro la Juan B. Justo…. No, me tienen que haber golpeado, me

tengo que haber desmayado o algo así…

Suena el celular que tiene en la mano, repara por primera vez en el aparato,

se asusta, lo suelta, el celular cae al piso.

APAGÓN

II

Cuando vuelve la luz el celular sigue sonando, no se atreve a levantarlo,

junta coraje, lo alza, atiende.

Bandi: ¡Hola, Cachi! ¡Qué hacés, titán!… Y yo acá (lloriquea, se calma)

Decime, Cachi vos por casualidad no te enteraste de nada raro, ¿no?… No, por

nada. Es que pasó algo… Quiero decir: a mí, me pasó algo... Salí de la

concesionaria, viste, agarré la Juan B. Justo para irme hasta el club que

teníamos la final del reducido de Papy y… (lloriquea) La cuestión es que

estoy… ¡No sé dónde estoy, Cachi, y me dejaron en bolas!… ¡Sí, en bolas y con

el celular en la mano! No sé si me chorearon, si choqué, si me chorearon y

choqué… (se calma) No, por la Juan B. Justo. Lo único que recuerdo… Si me
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chorearon me tendrían que haber tirado del otro lado de la General Paz, o en

una villa, ¿no? (mira el entorno, se desespera) ¡NO SÉ DÓNDE ESTOY, CACHI!…

(cambiando) ¡Está, está! ¡Estoy tranquilo, estoy tranquilo! Me debo haber

golpeado en la cabeza, nada más… ¡Averiguame qué pasó, papá, haceme esa

gauchada!…. La Juan B. Justo, saliendo de la estación Liniers, ahí nomás en la

subida ¿te ubicás?…. ¡Estoy, estoy, super tranquilo!... Dale, averiguá y te

llamo. No, mejor llamame vos. ¡Chau, Cachi, chau, chau! (corta, lloriquea, se

calma) Necesito un pucho. Debo haber sufrido, cómo se llama esto:

conmoción cerebral. ¡De cajón, es conmoción cerebral! (estudia el entorno,

por unos segundos se mantiene alerta ante cualquier sonido o movimiento,

vuelve a lo suyo) La concesionaria, la Juan B. Justo, el camión del boliviano

de la maderera, hasta ahí va bien. Subo por Fonseca, salgo a la Juan B. Justo,

veo al camión del boliviano… ¿Entonces si no me chorearon choqué y me hice

mierda? (vuelve a tomarse el pulso de una muñeca, luego de la carótida,

lloriquea, se calma) ¡No, no puede ser! Tengo que llamar al negocio (marca el

número) ¡Necesito fumar, la puta madre, me muero por un pucho!... Hola

Marquitos. ¿Marquitos?… ¿Qué? ¡Pará, no grités!… ¿Algo terrible? ¡Me imagino!

(lloriquea, se calma) ¡Digo que me imagino!... ¿Cómo que quién habla? ¡Yo,

boludo, no me conocés la voz! ¡HOLA, HOLA! (Marquitos corta) ¡Pero, será

posible! ¡Qué pelotudo es este pibe! (le tiemblan las manos, respira con

fuerza como si no le llegara el aire a los pulmones, marca el número) ¡No lo

puedo creer! ¡Un tipo lleno de vida, el futuro por delante!… Hola, Marquitos,

pará, tranquilizate y respirá hondo, ahí está: aspirá, espirá, aspirá, espirá!

¿Te vas sintiendo mejor?... ¡Soy yo, boludo!... ¡Te digo que soy yo!...

(perdiendo la paciencia) ¡TE DIGO QUE SOY YO Y PUNTO, MARQUITOS!


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(lloriquea) ¡Y qué sé yo! Escuchame: calmate y decime lo que sabés… En la

Juan B Justo, sí… Juan B. Justo y Cortina, sí… ¿El boliviano? (lloriquea) ¡Ahora

recuerdo, sí, el hijo de mil putas se mandó sin mirar, no pude hacer nada!

¡Entonces me cagué muriendo! ¡Me cagué muriendo Marquitos! ¿No es

increíble?... (shockeado, para sí) ¡Me ca-gué mu-rien-do! (al celular,

cambiando) ¿Qué?... ¡Y qué sé yo! Se ve que tenía el celular en la mano en el

momento del…. (irritado) ¡NO ME LA COMPLIQUES, NO SÉ COMO TE LLAMÉ, NI

CÓMO ESTAMOS HABLANDO, DEBE HABER ALGUNA FALLA, UN ERROR, VOS

MEJOR NO PENSÉS! ¿OKEY? (lloriquea) ¡Pará que estoy teniendo una crisis de

nervios! (aleja el celular del oído, tiembla espasmódicamente, lloriquea, se

muerde un dedo, respira hondo para calmarse, camina un par de pasos,

vuelve a levantarlo) ¿Estás ahí?... Bueno, escuchame, concentrate en lo que

te voy a decir: dentro de un rato vas a tener que cerrar vos. No te pongas

nervioso: vas a cerrar y a llevarte la llave y después se la das a mi hermana,

haceme esa gauchada… ¡Y qué sé yo: un cartelito!… ¡No sé: ‘por duelo’! (para

sí) ¡Qué pelotudo es este pibe, mi Dios! (al otro) Por ahora eso, Marquitos,

estás a cargo, ¿okey?. Yo tengo que hacer un par de llamados, después

hablamos. Te corto, chau, querido, chau, chau… (corta, murmura aturdido)

¡No lo puedo creer! ¡Es una pesadilla! ¡Necesito un cigarrillo! Me voy calmar,

¿okey? Voy a manejar la situación. A ver, cuánto crédito tengo (mira en el

display del celular) ¿Diez pesos? ¡Yo estoy meado por los dinosaurios: no me

alcanza ni para seis llamados! (lloriquea) Me cagué muriendo. Acá estoy:

muerto, finiquitado y con diez pesos de crédito. Tengo que llamar a Vicky, sí,

tengo que avisarle (llama, espera) No tiene el celular encima, clavado (habla

al contestador) Hola amor, soy yo, Bandi, ni bien escuches el mensaje


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llamame. Un besito. (corta, lloriquea) Tengo que ubicarla. ¿Y si llamo a la

casa? (respira profundo para calmarse, vuelve a marcar) Hola, Virginia, ¿qué

dice? Bandi, Virginia. ¿Está Vicky?... Ah, ¿y adónde? ¿No sabe?... ¡Qué

problema!... No, por nada. En realidad sí, cómo le explico… Mire tengo que

decirle algo bastante delicado, Virginia, quiero que no se asuste: ocurre que

hace un rato tuve… Una cosa desafortunada, vio, la calle está terrible y la

verdad que yo no tuve la culpa, pero hace un rato tuve… tuve un accidente

con el auto y… y digamos que fallecí… (pausita) ¡Que fallecí, Virginia, que

tuve un accidente con el auto y que fallecí, que me morí! (aparta el celular

porque la mujer pega un alarido) ¡No, escuche, cómo voy a bromear con algo

así, a usted le parece que!... ¡Me, me está ofendiendo, Virginia!... Yo le estoy

diciendo que… (la mujer grita, se niega a escucharlo) ¡S-se, se está

entrecortando, por favor, le, le hablo de larga distancia, Virginia! ¡Hola, hola!

(la mujer le corta, se descontrola) ¡VIEJA DE MIERDA, VIEJA CHOTA, TENGO

QUE HABLAR CON VICKY, NECESITO HABLAR CON VICKY! (se desespera, camina

en círculos, se calma, mira el entorno. Pausa. Vuelve a sonar el celular)

¡Hola, Ana! (lloriquea) ¡Sí, viste!… No llorés que me hacés llorar a mí… Si no

llorás vos, yo no lloro, Ana … Es que si llorás vos, lloro yo también…. No llorés

vos y no lloro yo, así no lloramos ninguno de los dos ¿dale?… (cambiando)

¿Marquitos?… Ajá, te puso al tanto de todo, me imagino. ¿Y no te da

impresión?... ¡No es un chiste, tarada, si yo estuviera hablando con alguien

que la acaba de palmar algo me daría! Escuchame, ¿mamá no sabe nada de

nada, ¿no? (se irrita) ¡NO, ANA, SOS LA REINA DE LAS MOGÓLICAS, NO VES QUE

AHORA SE VA A PONER INSOPORTABLE!… ¿Está ahí?... ¡Ah! ¿No alcanzó a

caerse, no?... ¿Dónde la acostaste?... ¡Pará, aguantame un segundo! (cree


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escuchar algo, husmea el entorno, se mantiene a la caza de algún

movimiento, de algún sonido) ¿Hola?... ¿Hola?... (vuelve a alzar el celular)

No, nada, me pareció escuchar algo… ¡Y qué se yo, estoy esperando, en algún

momento tiene que aparecer alguien! ¿No? (mira el entorno) Ni lindo ni feo.

Vacío, más bien… ¡COMO EL CULO, CÓMO ME VOY A SENTIR! ¡En slip,

cagándome de frío, no hay ni un banquito para sentarse y encima necesito un

pucho!… ¿Se está encargando? (lloriquea) ¡Qué grande Cachi, que buen amigo!

¡Es el hermano que nunca tuve! A ver si lo podés comparar con las taraditas

esas con las que salís a bailar… ¡No, no quiero pelear! Cuando corte con vos lo

llamo. Ana, en otro orden, me tenés que hacer un favor. Viste que yo soy

medio cuadrado, vos que estudiás en la facultad por ahí te las rebuscás

mejor: necesito saber qué carajo viene a ser esto… Este lugar… Y no me salgas

con todos esos cuentos de los curas y de la religión, yo te estoy hablando de

otra cosa, ¿vos me entendés, no? (lloriquea) Necesito saber dónde estoy, por

qué carajo estamos hablando vos y yo, ese tipo de cosas (se calma) ¡Y yo qué

sé! Agarrá algún libro, buscá en Internet. ¿Me vas a averiguar? ¿Sí? (cambia

abruptamente) ¡NO, NO ME PASES! ¡ESCUCHAME, NO ME PASES PORQUE NO LE

VOY A HABLAR, ANA, NO LE VOY A HABLAR, ME ESCUCHAS!… ¡Hola, mamá!

(lloriquea) Sí, yo tampoco. ¿Cómo te sentís?... ¡Bueno, calmate!… Y sí, son

esas cosas. Siempre manejé rápido, lo sabés (va cambiando paulatinamente)

No tiene nada que ver... No, me atrasé por el inútil de Marquitos, era la final

del campeonato de Papy, estaba llegando tarde y... ¡Para nada! Yo no tuve la

culpa… Manejo rápido, ya lo sé, pero no tuve la culpa. No… Y, me imagino que

debe haber habido una pila de testigos. El estúpido ese de la maderera que se

mandó a la Juan B. Justo y… ¡El estúpido, sí!… ¿Qué ese estúpido como yo digo
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está muy grave? ¿Vos me estás hablando en serio? ¡Y YO ESTOY MUERTO,

MAMÁ, QUÉ TE PARECE! ¡QUÉ ESE BOLIVIANO INDOCUMENTADO DE MIERDA SE

CAGUE MURIENDO, MAMÁ, PERO ANTES QUE SE LE ENGANGRENEN LAS DOS

PIERNAS Y LOS DOS BRAZOS, QUE NO LE HAGAN EFECTOS LOS CALMANTES Y

QUE SE LOS TENGAN QUE AMPUTAR DE A CACHITOS! ¡ASI QUE YO ME TENGO

QUE COMPADECER DE ESA BESTIA CON PATAS! ¿TE DAS CUENTA CÓMO

RAZONÁS? ¡VOS ESTÁS DESQUICIADA, ESTÁS RELOCA, MAMA! ¡RE-LO-CA!

¡HOLA, HOLA!… ¿Qué pasó? ¿Volvió a desmayarse? ¡Atendela, andá! Yo ahora

te llamo, trato de ubicar a Cachi y te llamo. O no, mejor llamame vos, así no

gasto crédito, dale. ¡Chau, Ana, chau, chau! (corta, explora el lugar, husmea,

al acecho) ¡Hola!... ¡Hooooola!...

APAGÓN

III

Cuando vuelve la luz Bandi está en dónde quedó.

Bandi: ¡Y bué, qué se le va a hacer! (se estira, mueve los brazos como si

hiciera gimnasia) ¡Se apagó la luz! ¡Se bajó la barrera! ¡Sefiní!… ¡Necesito un

pucho! (vuelve a tomarse el pulso de la muñeca y de la carótida, lloriquea)

¡No lo puedo creer! (suena el celular, se sobresalta, mira en la pantalla) ¿Y

éste, quién carajo? ¿Hola?... Sí, él habla… ¿Carpanetto? ¡Qué dice Carpanetto!

Sí, cómo no: el Dodge 1500 cremita. Buena memoria y atención personalizada,

los secretos de Mariotti Hermanos. ¿Y, cómo anduvo la máquina?... Motor cero

ka eme, se lo anticipé… Y sí, un auto fiel, excelente mecánica (comienza a


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impacientarse) Escuche, Carpanetto, discúlpeme pero yo en este momento no

estoy en la agencia, vio, estoy con otro asuntito y… (hinchado) A ver,

cuénteme… ¡Sí!... Sí, sí, el estéreo, el aparato ese en el que uno pone un

casette y escucha música. ¿Qué tiene?... ¿Le rompe o le traga la cinta?… Qué

yo sepa cuando le hicimos entrega de la unidad estaba en perfecto… ¡No,

faltaba más, no dudo de su palabra, Carpanetto, lo que pasa que en este

momento estoy con otro tema bastante urgente... Hagamos algo: yo me

comunico con Marquitos, él ve qué puede hacer y lo llama. ¿Le parece bien?...

Okey, hasta luego, Carpanetto, hasta luego, no, no es molestia, por favor, a

sus órdenes, hasta luego (corta) ¡Fijate vos que venirme ahora a mí! ¡Viejos

de mierda! ¡Al pedo en la vida, eso es lo que pasa! (busca en el celular un

número, lo marca) ¿Marquitos? Atendeme, ¿lo ubicás a Carpanetto? El viejo

rompepelotas que compró el Dodge. El pasacasete no le anda… ¡No le anda,

no sé, dice que le traga la cinta! Escuchame, no te pongas nervioso y

escuchame: ponele otro, haceme esa gauchada… Cualquiera, decidí vos…

(hinchado) Está bien: el del 128 rojo, Marquitos, el del viajante de Olavarría,

¿okey? Cuando lo tengas llamalo, que lleve el auto e instaláselo… No, sin

novedad: sigo muerto… ¿Y MIRÁ LA PREGUNTA PELOTUDA QUE HACÉS?

Escuchame, cuando te vayas pasá por casa y dejale la llave a mi hermana,

¿okey? ¡Chau, Marquitos, después hablamos, chau, querido, chau! (corta,

furioso) ¡PERO QUÉ CARAJO ESTOY HACIENDO! ¡NO ESTAS PENSANDO, BANDI!

¡QUÉ TE IMPORTA UN PASACASETE DE MIERDA! ¡QUÉ TE IMPORTA SI LA

AGENCIA SE INCENDIA Y EXPLOTA POR EL AIRE! (mira en el display del celular)

¡MÁS BIEN TENÉS QUE PENSAR A QUIÉN VAS A LLAMAR CON SEIS PESOS DE

MIERDA! (respira profundo, se aprieta las órbitas de los ojos con dos dedos) A
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Cachi y a Vicky, a Cachi y a Vicky, a Cachi y a Vicky… (marca un nuevo

llamado) … Hola Cachi, ¿dónde?... ¡QUÉ DECÍS, ANIMAL! (lloriquea, para sí)

¡Está en la morgue, podés creer! (a Cachi) Y decime ¿cómo estoy?... ¿Digo que

cómo?... Hecho mierda, ¿no? ¡No, no, dejá, no me contés!… ¿La cara, cómo

tengo la cara? ¡No, dejá, no me contés!... ¿Todo el costado izquierdo? Claro,

el del lugar del impacto…. ¿DESPRENDIDO DEL CUERPO? ¡No, no, dejá, no me

contés! (lloriquea) ¡Me cagué muriendo! ¿Lo podes creer? ¡35 años, una vida

por delante! ¡Stop! ¡Sefini! ¡Se bajó la persiana! ¿Puede ser así, tan fácil? (se

tranquiliza, cambiando) ¿Te dijeron cómo es el trámite?... ¡Ah! ¿Qué Juez

interviene?... ¿Y de ahí adónde tenés que ir?... ¡No, no, atendé, que debe ser

un papelerío bárbaro y te estoy distrayendo! (pausita, estático, mirando al

frente con el celular en el oído) Fuimos al Comercial juntos, Cachi. ¿No es

loco? ¿Te acordás la vez que te emborrachaste en el cumpleaños de la de

Acervo y tuve que ir a sacarte de la Comisaría? ¿Qué teníamos 12, 13 años?

¿Me escuchás?... ¡No, perdoname, atendé, atendé! (ídem) Y cuando íbamos a

bailar a Ramos Mejía con el auto de Saúl. ¡El verso que le metíamos a mi

vieja! Era otra época. Yo creo que había menos locura que ahora, Cachi,

menos maldad. ¿Me escuchás? … ¡Está, está, atendé, debe ser un trámite

largo!… (ídem) Vivimos lo que teníamos que vivir, más no se podía. Además,

¿te diste cuenta de algo?: éramos felices con nada, Cachi, no estaba toda esta

locura: hacer guita, comprarte un BM, conquistarte a la mejor mina, hacer

más guita. Hoy ya no sabés qué es lo importante y qué no, no hay tiempo para

pensar. ¿Me estás escuchando?... ¿La última parte? No importa, dejá,

boludeces. ¡Mirá en el baile que te metí! ¡Sos el hermano que nunca tuve,

Cachi! Sabés, tenía que preguntarte algo y no me acuerdo… Ah, sí, estoy
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tratando de ubicar a Vicky y no tiene el celular, ¿la viste?... ¿Quién se lo dijo?

(lloriquea, se calma) ¡Me imagino!... Le dejé, le dejé, también llamé a la

casa, me atendió la vieja de mierda, le conté y se puso a hacer un escándalo,

no sé, como si le hablara Freddy Kruger. Ni bien la veas, decile que me llame.

¡La puta madre, casi no tengo crédito! ¡No sé qué voy a hacer, te corto, seguí

con eso y después hablamos, chau, Cachi, chau! (corta, pausa, explora el

lugar, husmea, al acecho) ¡Hola!... ¡Hooooola! ¿Hay alguien?... (desde el

techo caen unos volantes, recoge uno, comienza a leerlo, suena el celular,

atiende) ¡Ana, qué decís hermanita! ¿Novedades? No sé, algo raro: acaban de

tirar unos volantes (lee) ¡ESTO ES JODA! Escuchá: parece que marcando

asterisco 444 y el número de cualquier tarjeta de crédito, te ofrecen una

recarga de 10 minutos con un 40% de descuento el minuto… ¡En serio, boluda,

tengo uno en la mano, te lo estoy leyendo!... ¡Y qué sé yo, Ana, tendrán un

convenio con Telefónica! Pasame los números de tu tarjeta… ¡PORQUE LA MÍA

NO CORRE MÁS, GENIA!… ¿Cómo que no acostumbrás dar el número de tu

tarjeta a cualquiera? ¿A vos te parece cualquiera?... No sé, yo no me

arriesgaría… ¡Yo no le voy a preguntar un carajo a nadie, olvidalo! ¿Si me

contestan qué digo?... ¡Ah, sí!, ¿y si el quía existe, de qué se habla con un

chabón así? Pero me estás cambiando de tema: ¿me vas a dar o no me vas a

dar el número de tu tarjeta?... ¡Okey, volvé a llamar porque casi no tengo!

(corta, sigue leyendo lo que dice el volante) ¡Hablar con Dios, justo! El año

pasado me crucé con el Diego en la calle y se me cerró la garganta... (suena

el celular, mira en el display) ¡HOLA, HOLA VICKY, POR FIN! ¿Vos me

escuchás?... Hola, hola amor, no te escucho casi nada. ¿Dónde estás? ¡Hola!

¿Hablás de la calle?… Hola, se pierde, no te escuchoooo. ¡HOLA, HOLA! (se


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corta) ¡POR QUÉ! ¡POR QUÉ! (marca el número) “No se puede realizar esta

llamada” ¡LA RECONTRAPUTISIMA MADRE A LA ANTENA, A TELEFÓNICA Y AL

SISTEMA NACIONAL DE TELECOMUNICACIONES! ¡NECESITO HABLAR CON MI

NOVIAAAA!

Enfurecido, tira trompadas al aire. Lentamente se tranquiliza. Observa el

entorno, cree percibir algo, de golpe un efecto de luces evidencia la

presencia de alguien.

Bandi (asustado): ¡H-hola!... ¡Hooola! ¿Hay alguien?... ¡S-sí, sí, pero no se

escucha bien! (la presencia, que a cada intervención titilará o variará la

intensidad del haz de luz, le pide que cierre los ojos, Bandi obedece) ¡Ah,

ahora sí! ¡Sí, perfectamente, fuerte y alto! ¿Qué dice? ¿Cómo anda? (pausita)

Hola, ¿sigue ahí?... ¡Ah, perfecto! Disculpe lo de recién, lo que pasa que estos

celulares. Debe ser que desde el más allá un poco la señal se debilita, ¿no?

Qué suerte que apareció alguien. La verdad que estaba preocupado. ¿Usted

que viene a ser? ¿Quiero decir cuál es su función? ¿Es una especie de personal

contratado, o qué?... ¡Ah disculpe! (ahora, mientras hable va a girar, va a

flexionar las rodillas una por vez, va a mostrar las plantas de los pies) Un

lugar bastante fulero este, ¿no? Cómo se dice. “inhóspito”… (vuelve a ponerse

de frente, extiende los brazos y muestra las palmas de las manos, los

antebrazos) Je, me está haciendo acordar a la “colimba”. ¿Qué hacen, una

especie de ficha médica? (muestra la dentadura, abre la boca saca la lengua,

dice aaaaaaa) No sé si sabe a lo que me refería cuando dije “colimba”: es el

servicio militar, cuando a mí me tocó era obligatorio. Sabe, yo tuve una mala

suerte tremenda, me tocó Marina, que eran dos años (flexiona las piernas, se

mantiene en cuclillas manteniendo el equilibrio, al tiempo que extiende los


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brazos)… Ejército y Aeronáutica eran otra cosa, menos rigor. Igual uno

siempre aprendía cosas: manejar los tanques, tirar con fusil. ¿En qué

momento de su vida, después, uno vuelve a tirar con fusil? Pero empezó la

crisis, no había presupuesto para darle de comer a la tropa y te mandaban a

tu casa. Una pérdida de tiempo. Y una vuelta, en una fajina se pasaron de

rosca con un soldadito, el pibe murió y a partir de ahí lo levantaron, no se

hizo más. Perdone si le cuento esto, pero estoy algo ansioso y cuando estoy

ansioso hablo. ¿Usted no es de hablar mucho, no?... ¿Qué cosa?... (incómodo)

¿Y eso no se podríaaaaa?… ¡Okey, okey, donde manda capitán! (se baja el slip,

se inclina, muestra el traste) ¡Cero ka eme, en 35 años ahí nunca estacionó

nadie! ¡Je! ¡Un chiste, disculpe!... Es verdad, si para algo no estamos es para

chistes. Pero si no me tomo la cosa así qué me queda, ¿no? (lloriquea, se

calma) Ya que estamos en confianza, necesitaría preguntarle algo... ¡Hola!...

¡Hola!... ¡Hoooola! ¿Sigue ahí?.... ¡Hola, cambio! (vuelve a abrir los ojos,

busca en el entorno)

APAGÓN

IV

Cuando vuelve la luz Bandi está sentado en el piso en posición relajada, habla

por el celular.

Bandi: Como si te hablaran directamente al cerebro. No sé, no me preguntes

porque no entiendo nada… Tenía que cerrar los ojos porque sino no se

escuchaba un soto. Una cosa rara, te lo cuento y me da como un cosquilleo en

el estómago… ¡Le pregunté, le pregunté, Ana, no soy tarado! Pero era un


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chabón bastante cortante… Una revisación, un apto físico como el de la

colimba. Y al rato se las tomó… Entendí que se había ido, porque dejé de

escucharlo. ¡Te juro que lo pienso y no lo puedo creer! (lloriquea) ¡Estoy,

estoy tranquilo! ¿Decime, me averiguaste?... ¡Ya sé, ya sé, pero qué querés,

yo no sé por cuánto tiempo más vamos a poder hablar… ¡Ajá!… ¿Y de donde lo

sacaste?... ¡A ver, dale, leé!… “En el Universo… varios niveles de

organización, ajá”… “Materia viva… y materia no viva asociada a ¿nodos de

energía?” ¿Y eso qué viene a ser?... “Energía psíquica que emprende un viaje”

¿un viaje qué?... ¿“Astral”? (desesperándose) ¡No, pará, pará! ¡Es como si me

hablaras en alemán, Anita! (lloriquea, se calma) A ver, dale…

“Electromagnética, okey”... Sí, ya sé, la de los imanes querés decir...

“Materia en tránsito, ajá… asociada a nodos de energía espiritual

electromagnética” (vuelve a desesperarse) ¡No, pará, pará! ¡No, Ana,

perdoname pero no! ¡Eso es para científicos, decime algo para mí, con

palabras más simples, tirame una soga, Ana! (lloriquea, se calma) Dale… Dale

y me llamás. ¿Mamá ya está en la casa velatoria?... Apurate, no la dejes sola,

es capaz de hacer cualquier cosa. No te olvides de darle las pastillas para la

presión. ¡Ah, y gracias por lo de la tarjeta!... Sí, ya me los acreditó. Cualquier

cosa te digo, sí. ¡Chau, Anita, chau, chau! (corta, pausita, se queda

pensativo) ¿Por qué complicarla tanto? Tiene que ser algo más sencillo. Sí me

morí, me morí, dejé de existir, no estoy más, y entonces lo de afuera

tampoco está más. Por lo tanto este lugar no existe. Por eso el chabón ese te

hace hablar con los ojos cerrados, no hay ni un banquito para sentarse, es

como una ilusión óptica, un espejismo, no existe… Es más: por ahí está todo

en mi cabeza, lo estoy imaginando, suponete, en los tres segundos posteriores


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a estamparme contra el camión del boliviano indocumentado de mierda.

Como una especie de sueño veloz antes de palmarla por las lesiones internas,

las fracturas, el estallido del cráneo, el desprendimiento de la masa

encefálica (lloriquea) ¡Mierda! (se calma, suena el celular, como atontado,

atiende) ¡Hola, qué tal Carpanetto!... ¿Yo bien y usted? ¿Solucionó?... Sí, vio,

es un buen chico. ¿Qué notó?... (cambiando) ¡Pero cómo va a ser tapizado

original, es un Dodge modelo 75, Carpanetto! ¿Sabe cuántas veces le

cambiaron el tapizado en treinta y cinco años?… Mire, acabemos con esto, lo

del pasacasette digamos que es una atención de la casa, pero cuando usted

compro la unidad tuvo tiempo de sobra para revisarla… ¡No, qué descuento,

Carpanetto!… ¡Ningún descuento, Carpanetto! ¿Qué hablo en chino? Mire,

tengo la cabeza en otro tema, no puedo seguir. Además le estoy hablando de

larga distancia, la comunicación se dificulta. ¡Hola, hola! (aleja el celular,

simula que la comunicación se pierde) ¡No lo escucho, Carpanetto, hola!

(corta) ¡PERO QUÉ VIEJO ROMPEPELOTAS! ¡POR QUÉ ME TOCAN TODOS A MÍ,

QUE CASTIGO, CHE! (se aprieta las órbitas de los ojos con los dedos de una

mano) Son muchas cosas, tengo que pensar, estoy sobrepasado, tengo que

pensar. Yo tenía que hablar con alguien. ¿Con quién tenía que hablar? ¿Con

quién?... ¡LA FINAL! ¡LA PUTA MADRE, LA FINAL! ¡QUÉ BOLUDO, CÓMO NO ME

ACORDÉ DEL PARTIDO! (marca) ¡Hola, Negro!... ¡Negrito, qué hacés!...

(impaciente) ¡Sí, sí, una verdadera tragedia! ¡Sí, la verdad, terrible! ¿Decime,

jugaron? (el otro no para de hablar) Sí, como raro es raro, Negro... Te

permiten, te permiten, incluso si te quedás sin crédito podés recargar... No sé

cómo hacen, deben tener un convenio. PERO ESCUCHAME, ¿JUGARON O NO

JUGARON?... ¿Se retrasó una hora y están jugando? ¿Y cómo van?... ¿Seis a
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seis? ¿El Panda se comió seis? ¿Pero qué le pasa, se olvidó de llevar las

manos?... ¡No, está, está, era lo que esperábamos: partido complicado! ¿Ya

están en el alargue?... ¿Y a quién pusiste en mi lugar?… No, está bien… ¿Tres?

Buenísimo, entonces está encendido ¿Cómo está de la rodilla?... ¡Perdoname,

dale, atendé! (comienza a palpitar el partido) ¿Qué pasó? ¿Negro, qué pasó?

¿Qué cobró?... Te dije que nos iba a bombear, ese Aparicio es de terror,

seguro que lo arreglaron… ¿ROJA? ¿LO ECHÓ? HIJO DE PUTA, ¿LO ECHÓ POR

ESA BOLUDEZ? ¡HACELE QUILOMBO, NEGRO, ANDÁ, PREPOTEALO QUE

APARICIO ES CAGÓN!... ¡Está, te dejo, te dejo! (no puede contenerse)

¡Acercale el celular, haceme esa gauchada! (grita al auricular) ¡APARICIO, LA

CONCHA DE TU MADRE, QUÉ COBRASTE! ¡TE VOY A MATAR! ¿ME ESCUCHASTE?

¡SÉ DONDE VIVÍS, TE ESPERO EN LA PUERTA DE TU CASA Y TE PISO CON EL

AUTO!... (al Negro) Estoy, estoy tranquilo, Negro (vuelve a palpitar el

partido, se come las uñas, para sí) Que se dé, que se dé. Tres años seguidos a

la final, no podemos tener tanta mala leche. Que se dé (se sobresalta) ¿Qué

fue eso? ¡Hola! ¿Negro? ¡NEGRO!... ¿Gol? ¿Gol de quién? ¿Nuestro? ¡GOOOOOL!

¡GOOOOOOOOOL! ¡GOOOOOOOOOL! ¡LA PUTA QUE LOS PARIÓ, VAAAAMOS!

¡GOOOOL! ¡Qué alegría, Negro! ¿Cuánto falta?... ¡Escuchame, escuchame

atentamente: mandalos a todos atrás, que se metan adentro del arco, andá

vos también… (amaina) ¡Está, está, disculpame! El director técnico sos vos,

vos dirigís, Negrito. Atendé, atendé… (para sí) ¡Se tiene que hacer, que

termine, que termine! Si ganamos me hago monaguillo, me voy caminando

con los cachetes del culo hasta Luján... ¿Hola, Negro? ¡Hola! ¿Terminó?

¡CAMPEONES! ¡QUÉ GRANDE, NEGRO! ¡CAMPEONES! “DALE CAMPEÓN / DALE

CAMPEÓN”… ¡SÍ, ESCUCHO, ESCUCHO! (salta, canta) “DALE CAMPEÓN / DALE


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CAMPEÓN / DALE CAMPEÓN / DALE CAMPEÓN”… ¡SI YO TAMBIÉN, YO TAMBIÉN!

(lloriquea) Decile que estoy con ellos. Negro, Negro, pasame al Panda…

¡Panda, somos campeones, Pandita! Viste que la tercera es la vencida. ¡Yo

también te quiero! Dale, dale… ¡Hola, Juancho, grande, goleador! ¿Qué te

pasó, te viste los videos del pibe Messi?… ¡No boludo, dejate de joder!…

¡Dejate de joder, hicieron bien, está perfecto, hermano: yo también lo

hubiera jugado!... ¡Es un homenaje, claro que es un homenaje! Abrazalos a

todos. Nos vemos en el velorio, chau, Juancho, chau titán, te quiero mucho,

chau (lloriquea, se repone. Pausita, empieza muy bajo para terminar en un

canto desaforado) “Olé, olé, olé / “Olé, olé, olé, olá / sooooy “Cascarudos”/

es un sentimiento / no puedo paraaar”…

APAGÓN

Cuando vuelve la luz, Bandi hablando por celular, camina nervioso. Esta

última parte debe desarrollarse a un ritmo cada vez más apremiante.

Bandi: ¿‘PURGAR’? ¡MAMÁ, NO! ¡CORTALA! ¡Ni sé ni de qué me estás hablando!

¿Qué tengo que purgar yo?... Sí que lo conozco, pero no voy a hablar con

ningún cura. ¿Por qué no te serenás y pensás? Vos ahora me tenés que hablar

de otra cosa, sos mi mamá, ¿es tan difícil?... (se interrumpe, lloriquea,

cambiando) ¿Quién te hace quedar mal?... ¿Yo? ¿A ver y por qué te hago

quedar mal?... ¡NO ES UNA GRASADA, LO DE LA CAMISETA ES UN HOMENAJE!…

¡Sí señor, un homenaje de los muchachos! Con esa camiseta, para que sepas,

fui titular cinco años seguidos, dos temporadas goleador... (sacado) ¡NI SE TE
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OCURRA! ¡ME LA VAS A DEJAR PUESTA! ¡OIME! ¡ME LA VAS A DEJAR Y PUNTO!

¡QUE TRAJE AZUL NI TRAJE AZUL, QUIERO QUE ME DEJES ESA CAMISETA! ¡ES MI

MUERTE, MAMÁ, MI VELORIO! ¡SABÉS QUÉ, HACÉ UNA COSA, ESCUCHAME

ATENTAMENTE: DESMAYATE, MAMÁ, DESMAYATE! ¿ESCUCHASTE? ¡HOLA,

HOLA!… ¿Se golpeó?... Bueno, recostala en un sillón y que alguien la vigile…

No la trato mal, Ana, es la historia de siempre: me tiene podrido... (ansioso)

¿Ahora tiene que ser? Bueno, a ver, dale, leé… “El caudal informativo

almacenado en los genes”, ajá… “Se trasvasa a ¿entidades espirituales

energéticas?”¡Pará, pará! ¿Y eso cómo se come?.... “Espiritual”, okey. ¿Y una

vez que esta “entidad” está ahí yo adónde corno voy?... “La energía colectiva

va recogiendo información biológica, conformando una ¿voluntad supra-QUÉ?”

No, no, sabés qué: dejá, Anita, te agradezco en el alma pero no me puedo

concentrar y para serte sincero no te entiendo un carajo. Decime: ¿hay mucha

gente?... ¿Los de Córdoba también fueron? (lloriquea) ¡Qué increíble, decime

vos, tenía tantos planes, Anita, tantas cosas por hacer! (alguien le habla a

Ana del otro lado de la línea. Cambiando) ¿Y ese?... ¡Claro que le conozco la

voz: el tío Mario! ¿Tuvo la cara de aparecerse el tío Mario?... ¡No, no quiero

hablar! ¡Rajale, Ana, no le des pelota! (se aprieta las órbitas de los ojos con

los dedos de una mano, cada vez más ansioso) Pará, pará y escuchame esto

que es importante: ¿viste en el doble fondo del aparador, donde guardaba las

cosas el viejo? Ahí está la llave de la caja de seguridad y los papeles del

negocio. Escuchame: ni el tío Mario, ni la tía pueden salirte con un martes

trece. El viejo ya les compró su parte como tres veces y yo no los dejaba pisar

la agencia. Que no te envuelvan, el buitre ese siempre se está haciendo la

víctima, que no te envuelvan, ¿okey? ¿Me lo prometés, Anita?... ¡Hola, hola!


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¡La puta madre! (se le liga la comunicación) ¿Quién?... ¿Carpanetto? Dígame,

¿usted no descansa, Carpanetto?... Acabemos con esto: cuando usted compró

la unidad, tuvo tiempo de revisarla y no dijo esta boca es mía. No hay

descuento… Le repito por si le anda mal el audífono: no-hay-des-cuen-to...

(hinchado) Haga una cosa: se cancela la operación, Carpanetto, me pudrió,

lleve el auto, le devolvemos el adelanto. ¡Usted es capaz de inflarle las

pelotas al hijo de Tusám, final, se acabó! (corta, vuelve a marcar, para sí)

Tengo que pensar, estoy perdiendo el tiempo, estoy perdiendo el tiempo...

¡HOLA VICKY! ¡HOLA AMOR, POR FIN!… (lloriquea) Ya sé, ya sé, pero

entendeme vos a mí, yo igual necesito decirte… (busca las palabras) Yo… yo

fui un tipo de mierda con vos… ¡NO, PARÁ, PARÁ, HOLA, VICKY! (Vicky le deja

el celular a Cachi y escapa) ¿Cachi? ¿Adónde se fue?... Ya sé, ya sé, pero qué

puedo hacer, hermano. Es todo tan raro: es como que cada cosa sigue su

camino lo más campante y yo estoy acá pintado. Me quedé afuera, se acabó,

ya no hay vuelta atrás, ¿entendés? ¡No sé qué hacer, Cachi! Andá a buscarla,

haceme el favor (efecto de luces anuncian la presencia) ¡La puta, justo ahora!

¡Aguantame un cachito, no cortés! (Bandi baja el celular de su oído, cierra los

ojos, con apremio se dirige a la presencia) Escúcheme, usted no me esperaría

que estoy en medio de un temita… No, claro. Pero es que justamente hay un

par de cosas personales que estaba tratando de… Se atrasa, ya veo.

(cambiando) ¡Lo que también veo es que a usted no le importa un carajo de

nadie! ¡Hay que ser un poco más comprensivo, viejo, uno no viene acá de

paseo, está cagado en las patas, necesita una palabra de afecto y usted tiene

menos sensibilidad que un pedazo de telgopor!… (la presencia se retira)

¡Hola, hoooola! ¡MA SÍ, TOMATELÁS!... (alza de nuevo el celular) ¡Hola


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Cachi!… ¿Quién habla?... ¡Ah, cómo le va Padre!… (impaciente) Sí, sí, ya se,

mamá normalmente es de angustiarse... Me lo dijo, me lo dijo, pero para

serle sincero, la verdad no creo que sirva de mucho. Padre, discúlpeme, pero

yo ahora necesitaría hablar con…. (para sacárselo de encima) ¡Me arrepiento,

qué le parece, claro que me arrepiento!… Póngale que me arrepiento ‘de

todo’… No sé, qué le puedo decir: soy puteador, ahí está… Que puteo mucho…

Eso, que insulto, que blasfemo. Escúcheme, no se ofenda pero me queda poco

crédito, cerremos con un arrepentimiento general, ¿qué le parece? (hace la

señal de la cruz) ¿Ahora me puede pasar con Cachi? ¡Gracias, nos vemos

pronto, Padre, o no tan pronto si usted quiere, adiós! ¿Cachi, la ubicaste?...

¿A la casa?... Ya sé, ya sé, cuando puedas andá, qué sé yo, acompañala

(lloriquea) No sé, algo lindo, decile que íbamos a casarnos, que íbamos a

tener hijos. Fui una bestia con ella, Cachi, nunca le dije nada (pausita,

cambiando) Cachi, ¿vos lo tenés a Walter?... ¿El flaco ese, medio rubión, que

estuvo un par de meses trabajando en la agencia? Vas a decir que estoy loco,

pero tengo la intuición de que se quiere coger a Vicky… ¡No, Cachi, no son

fantasías, te aseguro! ¡Desde que la vio se le cae la baba, se la quiere

coger!... Ya sé que ella tiene que continuar con su vida pero ese chabón es

mala gente, Cachi... (cambiando) ¿Está ahí? ¡Me lo hubieras dicho antes,

boludo! Pasame… ¡ES EL ÚLTIMO FAVOR DE AMIGO QUE TE PIDO, CACHI! ¡YA SÉ

QUE ES UN VELORIO, NO VOY A HACER QUILOMBO, PASAME TE DIGO! (Cachi le

pasa con Walter. Cambiando, con frialdad) Hola, qué decís... Una tragedia,

sí. Mirá, tengo poco tiempo así que voy a ser concreto: alejate de Vicky… Lo

que escuchaste. Vos estás ahí porque te querés voltear a mi novia y yo no voy

a permitir que en el futuro ella esté con alguien como vos… ¡No, te equivocás:
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vos no sos mi amigo! Vos nunca fuiste mi amigo, trabajamos juntos que es

distinto... ¡No señor, digo lo que es!... ¡No señor, y bajá el tonito que yo te

estoy hablando bien!…. (sacado) ¡ESTARÉ MUERTO, PERO ACÁ HICIERON UN

CONVENIO CON TELEFÓNICA, LES DIGO QUE HAGAN OTRO CON UNA EMPRESA

DE ASCENSORES, BAJO Y TE RECONTRACAGO A TROMPADAS, ¿ME ESCUCHASTE?

¡TE ALEJÁS DE VICKY O TE ROMPO TODOS LOS DIENTES! ¡HOLA, HOLA,

CORTÁS, NO TE LA BANCÁS, GALLINA, CAGÓN! (pausa, desesperándose) ¿Pero

qué estoy haciendo? ¿A quién amenazo? ¿Me volví pelotudo de golpe? Tengo

que respirar profundo, serenarme. ¡La puta, cómo necesito un pucho!...

Observa el entorno, de golpe vuelve el efecto de luces, reconoce la

presencia, cierra los ojos.

Bandi: Disculpe lo de recién… ¡No, usted qué tiene que ver, soy yo, pido

disculpas! (con ansiedad) Cada vida es un mundo, ¿no? No sé en la suya, pero

fíjese que en mi familia nunca fuimos de hablar las cosas. Mi viejo era un tipo

callado, creo que por timidez, mi vieja en cambio nació hablando: nada

sensato, todas boludeces. Y así las cosas realmente importantes… Por ahí es

como dice mi hermana Ana y es una ‘cuestión generacional’ porque…. (la

presencia lo interrumpe) ¡Ah, sí, okey! (más ansioso, insiste) ¿Y el apto físico

cómo dio? No creo que haya aparecido nada raro, yo siempre fui más sano que

el Nesquick. Creo que sólo tuve sarampión, a los seis años me operaron las

amígdalas y… (la presencia vuelve a cortarlo) ¡Sí, claro, claro, se atrasa,

perdón! (lloriquea, se calma, comienza a salir) Qué increíble, ¿no? En la flor

de la edad, alguien tan lleno de vida (la presencia lo amonesta porque lleva

el celular. Vuelve) ¡Está! ¡Ya lo dejo! ¿Una última llamadita, imposible, no?

Mire que yo recargué con ustedes... ¡Está, está, no se enoje! (deja el celular
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en el piso, vuelve a salir lentamente) Alguien con tanto por hacer, alguien tan

joven. Qué picardía, ¿no? (señala el celular) Igual no se preocupe: ya no tenía

batería.

APAGÓN

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