Código Consumo Cataluña
Código Consumo Cataluña
Código Consumo Cataluña
I. DISPOSICIONES GENERALES
Sea notorio a todos los ciudadanos que el Parlamento de Cataluña ha aprobado y yo,
en nombre del Rey y de acuerdo con lo que establece el artículo 65 del Estatuto de
autonomía de Cataluña, promulgo la siguiente Ley 22/2010, de 20 de julio, del Código de
Consumo de Cataluña.
Preámbulo
principio de igualdad, la realidad demuestra que no es así. De hecho, se observa que las
nuevas necesidades y los contratos de adhesión en masa casi la han erradicado.
De esta forma, se confirma que este presunto equilibrio entre las partes contratantes
ha desaparecido, puesto que a una solo le queda la facultad de decidir, pero no las
condiciones de la decisión, que son establecidas y fijadas por la otra. Con todo eso, se
destaca con fuerza que la igualdad se ha convertido en desequilibrio. Por este motivo, las
personas consumidoras necesitan, especialmente en los casos o situaciones de
desigualdad efectiva, que se establezcan mecanismos de ayuda y protección a fin de
proporcionarles una información y una formación claras para tomar decisiones.
La Generalidad siempre se ha manifestado partidaria de disponer de una normativa
propia en materia de defensa de los consumidores y usuarios. Esta voluntad la encontramos
reflejada en la Ley 1/1990, de 8 de enero, sobre la disciplina del mercado y de defensa de
los consumidores y de los usuarios; en la Ley 3/1993, de 5 de marzo, del Estatuto del
consumidor, y en el texto refundido sobre el comercio interior, aprobado por el Decreto
legislativo 1/1993, de 9 de marzo.
Ahora bien, aparte de la normativa interna, el derecho del consumo no puede entenderse
sin la tarea que han llevado a cabo las instituciones comunitarias, que han ido convirtiendo
el derecho del consumo en uno de los ejes básicos a cuyo alrededor giran las diversas
políticas comunitarias. De hecho, la integración del derecho del consumo en el ordenamiento
jurídico de la Unión Europea y su reconocimiento expreso como política comunitaria
diferenciada en los tratados deben considerarse hitos de una relevancia y una trascendencia
especiales para la formación y el desarrollo del derecho del consumo.
La Unión Europea, de una forma firme y decidida, ha ido promoviendo, poniendo en
marcha e impulsando actuaciones de protección de las personas consumidoras y, de
hecho, las ha convertido en uno de sus objetivos estratégicos con el fin de mejorar la
calidad de vida de la ciudadanía europea. A pesar de que los Tratados constitutivos de las
Comunidades Europeas, firmados en Roma, el 25 de marzo de 1957, no previeron
expresamente esta política, en la Cumbre de París de 1972 aparece, por primera vez, una
voluntad conjunta de que las acciones de protección de las personas consumidoras sean
uno de los ejes de la actuación comunitaria. Unos años más tarde, en abril de 1975, la
Comisión Europea presentó el primer programa de acción relativo a la protección de los
consumidores, que recogía cinco categorías de derechos fundamentales que devendrían
el fundamento de la normativa comunitaria en esta materia: el derecho a la protección de
la salud y la seguridad, el derecho a la protección de los intereses económicos, el derecho
a la indemnización de los daños, el derecho a la información y educación, y el derecho a
la representación.
Fue en este programa donde se recogió y se hizo constar el aspecto transversal de la
política de protección de las personas consumidoras y se señaló que los objetivos
mencionados debían integrarse en las diversas acciones específicas de la Comunidad,
como la política económica, la política agrícola común y las políticas de medio ambiente,
transportes y energía, que afectan a las personas consumidoras.
No obstante, no fue hasta el Acta única europea, de 1986, cuando se incorporó el
concepto de consumidor y se pusieron los fundamentos de un reconocimiento jurídico de
la política de protección de las personas consumidoras.
Posteriormente, mediante el Tratado de la Unión Europea o Tratado de Maastricht, de
1992, se eleva la protección de los consumidores al rango de auténtica política
comunitaria.
El Tratado de Amsterdam es el heredero de toda la política comunitaria llevada a cabo
desde 1972 y recoge que, para garantizar los intereses de los consumidores y asegurarles
un alto nivel de protección, la Comunidad debe promover la protección de su salud,
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de 2007, establece expresamente que las políticas de la Unión deben garantizar un alto
nivel de protección de los consumidores.
Así pues, el proceso de integración europea ha dado al derecho del consumo una
nueva dimensión, le ha convertido en una parte importante y destacada de las políticas
comunitarias y le ha dado un impulso que trasciende a todas las relaciones económicas.
En definitiva, la normativa comunitaria ha supuesto un giro copernicano en este ámbito, lo
que ha incidido, incide e incidirá en aspectos y materias de especial relevancia para la
colectividad.
II
legislación fuese presidida por una garantía de actualidad, perdurabilidad y seguridad que
contribuyese a proteger a la ciudadanía de una forma eficaz. Por ello, los objetivos
esenciales de la presente ley son: adecuar la normativa básica y general en materia de
defensa de las personas consumidoras a la actividad del mercado, mejorar técnicamente
las deficiencias observadas en la normativa anterior, unificar en un solo texto legal las
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III
El Código de consumo es un texto innovador, tanto bajo el punto de vista formal como
bajo el punto de vista material. Bajo el punto de vista formal, es preciso justificar, en primer
lugar, su numeración. Se ha optado por seguir el sistema de numeración importado en
Cataluña por el Código civil, adoptado del legislador del Código civil neerlandés y
posteriormente incorporado por la normativa de otros estados, como en el caso del Code
de la Consommation francés. Este sistema facilita la inclusión de nuevas regulaciones o
de modificaciones, aspecto especialmente importante en un sector tan dinámico bajo el
punto de vista jurídico como es la protección de las personas consumidoras.
En cuanto a la estructura, el Código de consumo se divide en tres libros: el libro primero
contiene las disposiciones generales, el libro segundo regula los aspectos relativos a las
relaciones de consumo y el libro tercero se dedica a la disciplina del mercado y los derechos
de las personas consumidoras. En conjunto, el Código está integrado por doscientos
cuatro artículos, dos disposiciones adicionales, cinco disposiciones transitorias, tres
disposiciones finales y una disposición derogatoria.
Bajo el punto de vista material, el Código de consumo incorpora numerosas novedades,
fruto de la experiencia obtenida de la actividad de la propia Administración. Esta experiencia
ha permitido incorporar soluciones ya adoptadas por las legislaciones más modernas y
avanzadas y corregir situaciones que no estaban bien resueltas por la normativa anterior
o que sencillamente no se preveían.
El libro primero se organiza en tres títulos. El título I, bajo la rúbrica «Disposiciones
preliminares», se subdivide en dos capítulos. El primero delimita el objeto y el ámbito de
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aplicación y define los conceptos a los que se refieren las disposiciones del Código. Estas
definiciones siguen el modelo establecido por la normativa comunitaria; ayudan, sin duda,
a los operadores jurídicos y a la colectividad en general a comprender el contenido de la
norma, y devienen normas interpretativas de la legislación a la que se incorporan. La lista
de definiciones presenta, además, importantes novedades que permiten precisar el alcance
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garantizado por la acción del Gobierno. En este sentido, la educación de las personas
consumidoras se considera parte de la formación integral de la ciudadanía, con la pretensión
de formar personas críticas, activas y responsables en el ámbito de las relaciones de
consumo. A tal fin, cabe destacar, entre las novedades del presente código, que se
consolida la existencia de un centro permanente de educación en consumo que cubre todo
el ámbito territorial de Cataluña. El capítulo VII da contenido al derecho a la representación,
consulta y participación, a la vez que contiene una regulación cuidadosa e innovadora de
las organizaciones de personas consumidoras, para las cuales establece los derechos y
deberes a que están sujetas, y actualiza los criterios que es preciso tener en cuenta para
considerarlas organizaciones más representativas. Como garantía del nuevo sistema, se
crea el Registro de organizaciones y se establecen los requisitos mínimos de inscripción.
El capítulo VIII se refiere al derecho a recibir información y a la utilización de las lenguas
oficiales, incorpora este derecho a los derechos básicos de las personas consumidoras y
desarrolla así el artículo 34 del Estatuto.
El título III presenta importantes novedades en lo que concierne a los sistemas de
resolución extrajudicial de conflictos. El capítulo I contiene las disposiciones generales
aplicables a cualquier mecanismo de resolución extrajudicial de los conflictos en materia
de consumo y parte de la canalización de los conflictos mediante la mediación y el arbitraje
de consumo, respetando su carácter voluntario y la vinculación de los acuerdos. El capítulo
II regula la mediación tomando en consideración los principios que la fundamentan:
voluntariedad, imparcialidad y confidencialidad por parte de la persona mediadora, y
universalidad relativa a cualquier tema en cualquier asunto que afecte a los consumidores
catalanes. Asimismo, en las disposiciones finales se hace una reserva reglamentaria para
dotar de regulación el procedimiento de mediación. El capítulo III regula los aspectos
organizativos del arbitraje de consumo que pertenecen al ámbito competencial de la
Generalidad. En este sentido, destaca como novedad la incorporación de la adhesión al
arbitraje de consumo como condición de ejecución de los contratos para la Generalidad y
para los organismos públicos y las empresas que dependen de esta. Finalmente, se
impulsa la consideración social de las empresas adheridas al arbitraje de consumo puesto
que se atribuye a su distintivo la condición de distintivo de calidad.
IV
El libro segundo regula los requisitos de las relaciones de consumo. El título I, que se
subdivide en dos capítulos, contiene las disposiciones generales aplicables a cualquier
actividad económica que se concrete en una relación de consumo. El capítulo I establece
los requisitos relativos a la información de carácter sustancial que todos los empresarios
están obligados a suministrar a las personas consumidoras. Esta información, decisiva
para el comportamiento económico de las personas consumidoras, se refiere a los precios
y a sus eventuales reducciones, a las características de los bienes y servicios, a las
condiciones de las promociones y ofertas, a los obsequios, a los concursos y sorteos, y a
la posibilidad de gozar del derecho de desistimiento. Además, se establece la obligación
de los empresarios de atender a las personas consumidoras ante cualquier circunstancia
o incidencia que afecte al funcionamiento normal de las relaciones de consumo, así como
el carácter gratuito de la atención telefónica que el empresario o empresaria debe poner a
disposición de las personas consumidoras. El capítulo II se refiere a los requisitos que con
carácter general deben cumplir los establecimientos permanentes en materia de información
sobre precios, condiciones de venta, presupuestos y documentación que debe entregarse
a las personas consumidoras.
El título II regula las modalidades especiales de las relaciones de consumo. El texto
refundido sobre el comercio interior, en que convergían la regulación administrativa de la
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El libro tercero regula la disciplina del mercado y los derechos de las personas
consumidoras. El título I contiene las disposiciones generales organizadas en dos capítulos.
El capítulo I impone a los poderes públicos de Cataluña, especialmente a los que tienen
encomendada la tutela y defensa de los derechos de las personas consumidoras, la
obligación de velar por el cumplimiento de los derechos reconocidos por el presente código.
En este sentido, puede impulsarse la adopción de códigos de conducta como instrumento
de autorregulación y corregulación de las empresas y la colaboración de las diferentes
instancias administrativas, con la finalidad de obtener un grado más elevado de protección
de los intereses de las personas consumidoras. Se regula también la cooperación de las
personas consumidoras en esta tarea de protección. Las personas consumidoras tienen el
derecho y el deber de hacerlo, principalmente por medio de la denuncia, de la cual se regula
detalladamente el procedimiento de tramitación. El capítulo II recoge los principios de la
disciplina de mercado: legalidad, irretroactividad, tipicidad, responsabilidad, proporcionalidad,
precaución, prescripción, concurrencia de sanciones, competencia territorial y competencia
material, a los que se añade el principio pro persona consumidora, en virtud del cual se
establecen criterios interpretativos de normas y para la solución del conflicto surgido de una
eventual concurrencia de normas tipificadoras de una conducta infractora.
El título II regula la inspección y el control de mercado. Las disposiciones generales,
establecidas por el capítulo I, introducen como principal novedad el estatuto personal de los
inspectores de consumo. Las actividades de inspección son reguladas por el capítulo II, el
cual establece primero las funciones de la inspección de consumo y después, las facultades
de la inspección de consumo. Concretamente, destaca la obligación de los inspeccionados
de comparecer ante la inspección cuando hayan sido citados por el personal inspector en
el ejercicio de sus funciones. Se declara el valor probatorio de los informes de la inspección,
que se equiparan así a los actos de inspección. En lo que concierne a la adopción de las
medidas cautelares reguladas por el capítulo III se flexibiliza la normativa para ganar en
eficacia, sobre todo en situaciones de urgencia, siempre y cuando se motive la adopción
de estas medidas en un acta de inspección. Entre las medidas a adoptar conviene destacar
la posibilidad de dar publicidad a la medida cautelar para informar a los afectados que se
hayan podido exponer al riesgo derivado del uso de un bien o de la prestación de un
servicio. Este capítulo se cierra con la referencia a las competencias municipales en
materia de adopción de dicho tipo de medidas, siempre con la obligación de comunicarlo
a la Agencia Catalana del Consumo. El capítulo IV regula las actividades de control, entre
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LIBRO PRIMERO
Disposiciones generales
TÍTULO I
Disposiciones preliminares
CAPÍTULO I
La presente ley tiene por objeto garantizar la defensa y la protección de los derechos
de las personas consumidoras y establecer, en el ámbito territorial de Cataluña, los
principios y normas que deben regirlas para mejorar la calidad de vida de las personas
consumidoras.
consumidoras.
f) Entidad colaboradora: órgano o entidad de carácter público o privado habilitado por
las administraciones de consumo, de forma general o específica, para ejercer algunas de
las actividades que son competencia de la Administración o para apoyarla.
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CAPÍTULO II
Los derechos que la presente ley otorga a las personas consumidoras son irrenunciables
y es nulo cualquier pacto que los excluya.
TÍTULO II
CAPÍTULO I
Los derechos e intereses de las personas consumidoras protegidos por la presente ley
son los siguientes:
CAPÍTULO II
puesta en el mercado de bienes y servicios inseguros. Se presume que son seguros los
bienes que llevan, si es preceptivo, el marcado CE o bien que disponen de un certificado
de conformidad emitido por un organismo acreditado en la Unión Europea.
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Los bienes y servicios relacionados con la alimentación deben cumplir los requisitos
exigibles en materia de producción, elaboración, manipulación, conservación, comercialización,
transporte e información a la persona consumidora.
1. Los bienes y servicios destinados a la salud y el cuidado higiénico deben cumplir las
condiciones exigibles y especificar las medidas necesarias para que las personas
consumidoras sean informadas sobre la composición, propiedades, condiciones,
precauciones de uso y caducidad, si procede.
2. Las disposiciones de la presente ley solo se aplican a los servicios sanitarios
públicos en la medida en que sean compatibles con sus características específicas.
Los transportes colectivos, las instalaciones, los locales y los espacios de uso público
deben cumplir las condiciones exigibles que garanticen su seguridad, salubridad y
accesibilidad.
CAPÍTULO III
que la desarrollen.
Las personas consumidoras tienen derecho a que se les entregue, con un tiempo
suficiente y razonable, un modelo de contrato con las condiciones generales previstas.
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
La información que figura en los envases, embalajes y etiquetas de los productos debe
incluir los siguientes aspectos:
a) La naturaleza y composición.
b) La cantidad.
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c) La calidad.
d) La medida y el peso.
e) El riesgo que entraña su uso, si procede.
f) La forma de prever, contrarrestar y reducir los efectos no deseables de los incidentes
que, pese a las instrucciones, puedan producirse.
g) El origen.
h) La información obligatoria de los distintivos de calidad.
i) Las demás características relevantes de la oferta.
2. Los servicios públicos de consumo deben recibir, gestionar y resolver las quejas y
reclamaciones, como mínimo, de las personas consumidoras domiciliadas en su
demarcación territorial, llevar a cabo la mediación y, si procede, dirigirlas al sistema arbitral
de consumo. También pueden hacerlo respecto a las quejas y reclamaciones referentes a
establecimientos radicados en su ámbito territorial. De acuerdo con el principio de
proximidad, es competente, en primer lugar, el servicio público de consumo del municipio
donde esté domiciliada la persona consumidora. Si en el municipio no existe ninguna
oficina, es competente la oficina supramunicipal que corresponda y, en su defecto, la de
ámbito de Cataluña.
3. Las personas consumidoras deben gozar, como mínimo, de acceso a un servicio
público de consumo en su comarca.
4. La Generalidad debe potenciar el desarrollo de los servicios públicos de consumo
de ámbito local siguiendo criterios de eficacia, eficiencia y mayor proximidad de las
personas consumidoras y debe asesorarlos en lo que sea necesario para la mejora del
ejercicio de sus funciones.
5. La Generalidad debe cooperar con las administraciones locales que ejercen
competencias en materia de consumo y suscribir con ellas convenios de colaboración para
compartir la dotación de los medios técnicos y materiales adecuados para el cumplimiento
de sus finalidades y, especialmente, para garantizar el cumplimiento de lo establecido por
el apartado 3.
1. Los poderes públicos deben velar por que los medios de comunicación social de
Cataluña se ocupen de la información y educación de las personas consumidoras, así
como de la creación y el desarrollo de programas y espacios dedicados al consumo y a la
difusión de las actividades de las organizaciones de personas consumidoras.
2. Los medios de titularidad pública deben facilitar el acceso de las organizaciones
de personas consumidoras a los espacios que programen y su participación en estos
espacios.
desagregados por sexos y deben incorporar el estudio sobre el impacto por razón de
género.
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d) La formación de las personas que actúen como árbitros de los colegios arbitrales
de consumo que se constituyan en Cataluña.
e) La formación en el cooperativismo de consumo.
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CAPÍTULO VII
a) Las entidades sin finalidad de lucro constituidas legalmente que, de acuerdo con
sus estatutos, tengan por objeto social la defensa, información, educación, formación,
asistencia y representación de los intereses colectivos de los ciudadanos en sus relaciones
de consumo, así como de los de sus miembros.
b) Las entidades constituidas de acuerdo con la normativa aplicable en materia de
cooperativas que incluyan en sus estatutos, como objeto social, la defensa, información,
educación, formación, asistencia y representación de las personas consumidoras, y que
hayan constituido un fondo con este objeto, de acuerdo con su legislación específica.
reparación e indemnización por los daños y perjuicios que sufran como consecuencia de
la adquisición, el uso o el goce de bienes y servicios.
CAPÍTULO VIII
Derechos lingüísticos
c) Los contratos de adhesión, los contratos con cláusulas tipo, los contratos normados,
las condiciones generales y la documentación que se refiera a ellos o que se derive de la
realización de alguno de estos contratos.
3. La Generalidad debe velar por el fomento en las relaciones de consumo del uso
de la lengua occitana, denominada aranés en Arán, dentro del ámbito territorial de Arán,
donde es lengua propia.
TÍTULO III
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
CAPÍTULO II
Mediación
determinado existe un conflicto de intereses entre las partes y la persona mediadora, esta
debe declinar la intervención.
4. De acuerdo con el principio de confidencialidad, la persona mediadora y las partes
deben mantener el deber de confidencialidad sobre la información de que se trate. En
cumplimiento de este deber, las partes se comprometen a mantener el secreto y, por lo
tanto, renuncian a proponer a la persona mediadora como testigo en algún procedimiento
que afecte al objeto de la mediación. Por otra parte, la persona mediadora también debe
renunciar a actuar como perita en los mismos casos.
5. De acuerdo con el principio de confidencialidad, los documentos y las actas que se
elaboren a lo largo del proceso de mediación tienen carácter reservado. Sin embargo, la
persona mediadora no está sujeta al deber de confidencialidad y está obligada a informar
a las autoridades competentes de los datos que puedan revelar la existencia de hechos
delictivos perseguibles de oficio.
6. De acuerdo con el principio de universalidad, la competencia de las administraciones
públicas catalanas para llevar a cabo la mediación se extiende a cualquier asunto que
afecte a las personas consumidoras, con las excepciones establecidas por las leyes.
Los acuerdos a que lleguen las partes después del proceso de mediación son
vinculantes para ellas y pueden formalizarse en un documento escrito firmado por ellas y
la persona mediadora. La firma de la persona mediadora deja constancia del compromiso
a que se ha llegado. Los acuerdos son ejecutivos de acuerdo con la normativa sobre
mediación.
CAPÍTULO III
Arbitraje
El arbitraje es procedente si existe un convenio arbitral previo entre las partes. En caso
contrario, la Administración debe promover la formalización del convenio arbitral para
resolver el conflicto por medio del arbitraje de consumo.
Los colegios arbitrales deben incluir representantes de los sectores afectados por la
reclamación, de las personas consumidoras y de las administraciones públicas, de la
forma establecida por las leyes.
LIBRO SEGUNDO
TÍTULO I
Disposiciones generales
CAPÍTULO I
Requisitos comunes
a) Atender, facilitar y suministrar la información que les sea solicitada por las personas
consumidoras de forma personal y, si procede, presencial, por los medios adecuados.
b) Atender e informar, en cualquier caso, a las personas consumidoras, de forma
inmediata y adecuada y, si procede, presencialmente, de cualquier incidencia,
acontecimiento o circunstancia que afecte al funcionamiento normal de las relaciones de
consumo y, por otra parte, minimizar y paliar los posibles daños y perjuicios que se deriven,
y evitar las esperas excesivas e injustificadas. A tales efectos, si el empresario o empresaria
dispone de un teléfono o teléfonos de atención a la clientela, estos en ningún caso pueden
ser de tarifación adicional, y debe informar y facilitar el número o números a las personas
consumidoras.
c) Garantizar de forma fehaciente que la persona consumidora, para hacer valer el
eventual ejercicio de sus derechos, tenga constancia, por escrito o en cualquier soporte
duradero, de la presentación de cualquier tipo de queja o reclamación relativa a incidencias,
acontecimientos o circunstancias que afecten al funcionamiento normal de las relaciones
de consumo; y dar respuesta a las quejas y reclamaciones recibidas lo antes posible, en
cualquier caso en el plazo de un mes desde que son presentadas. En el supuesto de que
durante este plazo no se hubiese resuelto de forma satisfactoria la queja o la reclamación
formuladas, el empresario o empresaria que esté adherido a un sistema extrajudicial de
resolución de conflictos debe proporcionar los medios adecuados para garantizar el acceso
de la persona consumidora al correspondiente sistema extrajudicial de resolución o, si
procede, dirigirla a los servicios públicos de consumo.
cve: BOE-A-2010-13115
formular las quejas o reclamaciones sobre cualquier asunto que afecte al funcionamiento
normal de las relaciones de consumo.
El cobro por avanzado total o parcial de los bienes y servicios está permitido si se
cumplen los siguientes requisitos:
1. Las personas consumidoras tienen derecho a escoger libremente entre las diversas
invitaciones a comprar.
2. Las invitaciones a comprar dirigidas a las personas consumidoras que incorporen
un bien o servicio complementario de modo habitual también deben incorporarlo en el
supuesto de que ofrezcan condiciones más ventajosas y, por lo tanto, el empresario o
empresaria no puede exigir remuneraciones complementarias salvo que de su propia
naturaleza se deduzca que no son compatibles.
CAPÍTULO II
1. En los establecimientos debe informarse del precio completo, con tributos incluidos,
de los bienes o servicios ofrecidos a las personas consumidoras. Esta información debe
ser visible para la persona consumidora, de modo que no induzca a error o engaño.
2. En las invitaciones a comprar, el precio debe ser completo y debe incluir los gastos
y tributos.
3. Si se aceptan tarjetas u otros medios de pago de modo habitual, no puede limitarse
cve: BOE-A-2010-13115
TÍTULO II
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
CAPÍTULO II
de este precepto.
3. Si la propuesta de contratación se hace por vía telefónica o por medios audiovisuales,
debe enviarse la información a la persona consumidora en soporte duradero.
4. En caso de contratación por medios telemáticos, debe identificarse el acceso a la
información de modo que no ofrezca dudas a la persona consumidora.
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 71984
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
ningún cargo para la persona consumidora antes de la obtención del bien o servicio.
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CAPÍTULO V
Se entiende por relaciones de consumo ambulantes o itinerantes las que los empresarios
llevan a cabo, de forma habitual, ocasional, periódica o continuada, en lugares o perímetros
no determinados previamente.
TÍTULO III
CAPÍTULO I
Requisitos y obligaciones
a) Su identidad y dirección.
b) Los datos de la inscripción en el registro correspondiente donde, si procede, esté
inscrito.
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1. Los intermediarios deben llevar a cabo las transacciones comerciales con diligencia
profesional y responsabilidad y sujetándose a la legalidad y a los códigos éticos del sector
en que llevan a cabo su actividad profesional. En ningún caso pueden hacer referencias o
utilizar nombres que induzcan o puedan inducir a las personas consumidoras a errores
sobre la verdadera naturaleza de la empresa, el establecimiento o el servicio que se
presta.
2. Si la persona consumidora entrega alguna cantidad a cuenta del importe del bien
o servicio antes de formalizar el contrato, el intermediario o intermediaria tiene la
consideración de depositario hasta la perfección del contrato y no la puede aplicar a cuenta
de su remuneración profesional.
TÍTULO IV
CAPÍTULO I
Bienes inmuebles
CAPÍTULO II
Bienes muebles
a) Se ajuste a la descripción realizada y tenga las cualidades del bien que el vendedor
o vendedora, si procede, haya presentado a la persona consumidora en forma de muestra
cve: BOE-A-2010-13115
o modelo.
b) Presente las cualidades y prestaciones habituales de un bien de las mismas
características que la persona consumidora pueda esperar fundamentadamente de
acuerdo con la naturaleza del bien y las características de las que ha informado el vendedor
o vendedora.
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c) Sea idóneo para los usos a que ordinariamente se destinan los bienes del mismo
tipo.
d) Sea apto para cualquier uso requerido por la persona consumidora y admitido por
el vendedor o vendedora.
TÍTULO V
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
A los efectos de la presente ley, los servicios se clasifican en los siguientes tipos:
1. Los empresarios que ofrezcan o presten cualquier tipo de servicio o que hagan
publicidad de este deben informar a las personas consumidoras del precio completo del
servicio por medio de un letrero visible en el establecimiento o de una tarifa o un folleto de
precios. Debe informarse del precio total, que debe comprender todo tipo de tributos,
cargas y gravámenes, así como los demás conceptos accesorios al servicio.
2. Los empresarios que ofrezcan o presten cualquier tipo de servicio o que hagan
publicidad de este deben hacer y entregar a las personas consumidoras un presupuesto
previo del servicio si la persona consumidora no puede calcular directamente el precio,
salvo que esta renuncie a la elaboración del presupuesto expresamente, de forma
manuscrita y con su firma.
3. En el presupuesto a que se refiere el apartado 2 deben constar como mínimo los
siguientes datos:
a) La identidad del prestador o prestadora del servicio, con la indicación del nombre
o la razón social, el número de identificación fiscal y la dirección completa de un
establecimiento físico del prestador o prestadora.
b) El motivo o el objeto del servicio, con la indicación de las actividades u operaciones
que deben realizarse.
c) Los gastos que debe satisfacer el usuario o usuaria, de forma desglosada, y el
importe de las piezas, los recambios, los accesorios y los bienes que se incorporan al
servicio.
d) El plazo de validez del presupuesto.
e) La fecha prevista para el inicio de la prestación y la duración del servicio.
f) La fecha del presupuesto y la firma de una persona responsable de la empresa
prestadora.
g) La fecha de la aceptación o del rechazo del presupuesto por parte del usuario o
usuaria, con espacios reservados para firmar cada una de las dos opciones, del mismo
tamaño.
7. Los empresarios que ofrezcan o presten cualquier tipo de servicio o que hagan
publicidad de este deben extender y entregar, una vez finalizado y pagado el servicio, una
factura, un tique o un justificante de pago, con los siguientes conceptos, sin perjuicio de lo
establecido por la normativa en materia fiscal:
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9. Aparte de los pagos parciales, una vez finalizado el servicio, debe cumplirse la
obligación de extender una factura, un tique o un justificante de pago, de acuerdo con lo
establecido por el apartado 7.
10. El empresario o empresaria, si por cualquier circunstancia no puede cumplir las
obligaciones derivadas de las relaciones de consumo acordadas con la persona
consumidora, debe garantizar que se cumplan por medio de su propia infraestructura o de
una infraestructura ajena.
1. Los precios, recargos y suplementos de los servicios son libres, excepto en los
sometidos a regímenes de aprobación o autorización previa, si bien deben respetarse las
obligaciones de información previa establecidas por la presente ley y las demás
disposiciones aplicables.
2. Si para prestar correctamente el servicio tienen que incorporarse piezas, recambios,
accesorios o bienes, debe disponerse de una lista con los precios e informar de la existencia
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CAPÍTULO II
Si un mismo servicio tiene características de más de uno de los tipos establecidos por
la presente ley, deben aplicarse las obligaciones y los requisitos determinados para cada
uno de los servicios que forman parte de él, siempre y cuando sean compatibles entre
ellos.
LIBRO TERCERO
TÍTULO I
Disposiciones generales
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
CAPÍTULO II
y de defensa de las personas consumidoras debe estar regulado por una norma con rango
de ley.
2. Las medidas cautelares que afecten a los derechos e intereses legítimos de los
administrados deben estar reguladas por una ley.
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1. Sólo pueden ser sancionadas las personas físicas o jurídicas que cometan
infracciones, aunque sea por inobservancia.
2. Si en la comisión de las infracciones o de los hechos peligrosos para la salud y la
seguridad han participado varias personas físicas o jurídicas, estas deben responder
solidariamente de las infracciones, medidas y sanciones que puedan aplicarse.
3. Si un empresario o empresaria tiene el deber legal o reglamentario de colaborar
en la detección o persecución de una infracción y deliberadamente no lo hace, puede ser
considerado responsable de ella.
4. Si la infracción es imputada a una persona jurídica, pueden ser consideradas
responsables las personas que integran sus órganos rectores o de dirección en el momento
en que se comete la infracción. Se entiende que integran los órganos rectores o de
dirección las personas que consten en los registros públicos, o bien las personas que
hayan mostrado públicamente esta representación o hayan actuado como tales.
1. En función del riesgo aceptable para la salud, la seguridad o los intereses de las
personas consumidoras, las administraciones públicas pueden adoptar medidas
proporcionales y coherentes con el riesgo para minorarlo, aunque afecten a los derechos
de los administrados. Las medidas cautelares deben mantenerse durante el tiempo mínimo
indispensable para garantizar la finalidad para la que se han adoptado.
2. Las medidas cautelares o precautorias únicamente pueden adoptarse si existen
indicios racionales de infracción administrativa o de peligro para la salud o seguridad de
cve: BOE-A-2010-13115
las personas consumidoras, y deben adoptarse con las garantías establecidas a tal fin. En
estos supuestos, la carga de la prueba recae sobre quien produce, fabrica, importa o
comercializa el bien o servicio.
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 71998
TÍTULO II
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
solicitada para el ejercicio de sus funciones, incluidos los datos de carácter personal sin
consentimiento de terceros, de acuerdo con lo establecido por la normativa de protección
de datos de carácter personal.
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 72000
CAPÍTULO II
Actividades de inspección
a) Acceder sin previo aviso a los locales e instalaciones de las personas inspeccionadas
y hacer visitas de inspección y control, con independencia de que a dichos locales e
instalaciones pueda tener acceso el público en general.
b) Exigir a la persona inspeccionada la exhibición de la documentación que debe
tener obligatoriamente por razón de la actividad que realiza, así como la documentación
mercantil, industrial y contable y cualquier otra que sea relevante a los efectos de la
investigación de los hechos.
c) Requerir el envío a las dependencias administrativas de la documentación a que
se refiere la letra b o de los datos que sean necesarios si no se han podido facilitar en el
cve: BOE-A-2010-13115
El personal inspector puede hacer una toma de muestras reglamentaria para comprobar
la adecuación a la normativa aplicable de la composición, el etiquetado, la presentación, la
publicidad y los niveles de seguridad de los bienes puestos a disposición de las personas
consumidoras.
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 72003
CAPÍTULO III
necesario para hacer las comprobaciones y eliminar los riesgos o, si las irregularidades
son enmendables, el tiempo necesario para eliminar el hecho que motivó la medida
cautelar, lo que puede ser comprobado por el personal inspector.
7. El personal inspector, por razones de urgencia, puede adoptar las medidas
cautelares establecidas por la presente ley extendiendo un acta de inspección motivada.
Estas medidas deben ser confirmadas, modificadas o levantadas por medio de un acuerdo
del órgano competente en el plazo más breve posible y, en ningún caso, en un plazo
superior a quince días a partir del día siguiente al día en que se hayan adoptado. Este
acuerdo debe notificarse a la persona inspeccionada. Si no se cumplen estos preceptos,
las medidas cautelares quedan sin efecto.
Los órganos competentes deben comunicar a las personas consumidoras los riesgos
y las irregularidades graves objeto de medidas cautelares e informarlas de las precauciones
necesarias para evitar lesiones graves de sus derechos, especialmente de la salud y la
seguridad. También deben comunicar estas irregularidades a las demás administraciones
potencialmente afectadas siguiendo los procedimientos establecidos.
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 72005
CAPÍTULO IV
TÍTULO III
CAPÍTULO I
Además de las infracciones tipificadas por los artículos 331-1 a 331-5, son también
infracciones:
inmovilizada.
e) Coaccionar o amenazar al personal funcionario encargado de las funciones
establecidas por la presente ley, a las empresas, los particulares o las entidades
representativas de personas consumidoras y comerciantes que hayan iniciado o pretendan
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 72009
iniciar una acción legal, que hayan presentado una denuncia o que participen en
procedimientos ya incoados, o bien ejercer represalias o cualquier otra forma de presión.
f) No tener la documentación reglamentaria exigida o llevarla defectuosamente, si
afecta a la determinación o calificación de los hechos imputados.
g) Negarse o resistirse a suministrar hojas oficiales de reclamación o denuncia a las
personas consumidoras que lo soliciten o suministrar hojas que no sean oficiales.
h) Incumplir las obligaciones de atención a las personas consumidoras de acuerdo
con lo establecido por la normativa.
i) Imponer a las personas consumidoras el deber de comparecer personalmente para
ejercer sus derechos o para hacer cobros, pagos o trámites similares; exigir la formalización
de impresos y la aportación de datos innecesarios, y obstaculizar, impedir o dificultar que
las personas consumidoras puedan ejercer sus derechos.
j) Incumplir el acuerdo a que se haya llegado con la persona consumidora en el
proceso de mediación o incumplir el laudo arbitral en el plazo fijado, salvo acuerdo de las
partes.
k) Vulnerar los derechos lingüísticos de las personas consumidoras o incumplir las
obligaciones en materia lingüística establecidas por la normativa.
l) Incumplir los requisitos, obligaciones o prohibiciones establecidas por la presente
ley y las demás disposiciones en materia de defensa de las personas consumidoras.
CAPÍTULO II
Las infracciones tipificadas por la presente ley se clasifican en leves, graves y muy
graves.
2. Las infracciones calificadas como leves deben calificarse como graves si concurre
alguna de las siguientes circunstancias:
cve: BOE-A-2010-13115
c) Que tengan una alta repercusión en el mercado, de modo que afecten a un número
elevado de personas consumidoras.
d) Que la cuantía del perjuicio producido como consecuencia directa o indirecta de la
infracción supere el importe máximo establecido para las sanciones aplicables a las
infracciones calificadas como leves.
e) Que se reincida en la comisión de una infracción leve.
f) Que vulneren los principios del consumo responsable.
g) Que se trate de prácticas ilícitas del mismo tipo generalizadas en un sector
determinado.
h) Que entrañen riesgo para la salud o seguridad de las personas consumidoras,
salvo que el riesgo forme parte del tipo infractor.
i) Que se utilicen fraudulentamente marcas o distintivos oficiales.
Las infracciones que hayan sido calificadas como graves de acuerdo con el artículo
332-3 deben calificarse como muy graves si concurre alguna de las siguientes
circunstancias:
a) Que produzcan una alteración social grave, que origine alarma o desconfianza
hacia las personas consumidoras o que las perjudique con carácter general con relación a
un sector económico.
b) Que se hayan cometido aprovechando la situación especial de desequilibrio o
indefensión de determinadas personas consumidoras o de colectivos especialmente
protegidos.
c) Que se hayan cometido valiéndose de situaciones de necesidad de determinadas
personas o de bienes o servicios de uso o consumo ordinario y generalizado.
d) Que hayan creado u originado situaciones de necesidad a las personas
consumidoras.
e) Que los infractores las hayan cometidas valiéndose de su situación de predominio
en un sector del mercado.
f) Que exista reincidencia en infracciones graves, siempre y cuando no sean a la vez
consecuencia de la reincidencia en infracciones leves.
g) Que se haya creado una situación de desabastecimiento de un sector o una zona
de mercado.
h) Que la cuantía del beneficio obtenido como consecuencia directa o indirecta de la
infracción supere el importe máximo establecido para las sanciones aplicables a las
infracciones calificadas como graves.
CAPÍTULO III
Sanciones
1. Las sanciones aplicables a las infracciones tipificadas por la presente ley son las
siguientes:
c) Para las infracciones muy graves, una multa comprendida entre 100.001 y
1.000.000 de euros, cantidad que puede ultrapasarse hasta alcanzar el décuplo del valor
de los bienes o servicios objeto de la infracción.
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 72011
2. En los casos establecidos por la presente ley y como complemento de las sanciones
principales fijadas por el apartado 1, puede acordarse la imposición de las siguientes
sanciones accesorias:
1. Se entiende que existe reincidencia si el sujeto que comete una infracción tipificada
por la presente ley ya ha sido sancionado por una infracción de la misma naturaleza por
medio de una resolución firme recaída dentro del año anterior a la comisión de la nueva
infracción. Tienen la misma naturaleza las infracciones que están tipificadas por un mismo
artículo del capítulo I.
2. Se entiende que existe reiteración si, dentro del año anterior a la comisión de la
cve: BOE-A-2010-13115
nueva infracción, el infractor o infractora ha sido sancionado por medio de una resolución
firme por la comisión de otra infracción tipificada por la presente ley o por otras normas en
que el bien jurídico protegido sean los intereses de las personas consumidoras, o ha sido
condenado ejecutoriamente por un delito en que hayan resultado perjudicados sujetos en
su condición de personas consumidoras.
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Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 72012
CAPÍTULO IV
1. Son responsables de las infracciones tipificadas por la presente ley las personas
físicas o jurídicas que por acción u omisión hayan participado en ellas, con las particularidades
establecidas por el presente capítulo.
2. Son responsables de las infracciones tipificadas por la presente ley, como autores,
las personas físicas o jurídicas que las cometan.
3. Si en la cadena de producción, elaboración o comercialización de los bienes o
servicios intervienen diferentes sujetos, cada uno de ellos es responsable de las infracciones
que haya cometido.
4. Son responsables solidarios de las infracciones las personas que cooperen en la
comisión de una conducta infractora o que la encubran.
5. Si una infracción es imputada a una persona jurídica, pueden ser consideradas
también como responsables las personas que integran sus organismos rectores o de
dirección. A efectos de la presente ley, integran los órganos rectores o de dirección las
personas que consten en los registros públicos como tales, las que hayan hecho ostentación
pública de esta condición o las que hayan actuado como si la tuviesen.
6. En caso de infracciones cometidas por personas jurídicas que se extingan antes
de ser sancionadas, la responsabilidad administrativa debe exigirse a las personas físicas
que desde los órganos de dirección determinaron, con una conducta dolosa o negligente,
la comisión de la infracción.
7. Las sanciones impuestas antes de la extinción de la personalidad jurídica, si no
son satisfechas en la liquidación, se transmiten a los socios o partícipes en el capital, los
cuales deben responder mancomunadamente y hasta el límite del valor de la cuota de
liquidación que se les haya adjudicado.
CAPÍTULO V
Las sanciones prescriben en el plazo de cuatro años a partir del día siguiente al día en
que la resolución sancionadora deviene firme.
1. La acción para exigir el pago de las multas prescribe en el plazo de cuatro años a
partir del día siguiente al día en que la resolución sancionadora deviene firme.
2. La acción de cierre de los establecimientos comerciales prescribe a los seis meses
de la fecha en que la autoridad competente recibe la comunicación para la ejecución del
acuerdo, de conformidad con lo establecido por el artículo 333-5.3.
3. La publicación de los datos a que se refiere el artículo 333-9 prescribe en el plazo
de seis meses a partir del momento en que la resolución sancionadora que la haya
acordado devenga firme en vía administrativa.
TÍTULO IV
CAPÍTULO I
Procedimiento sancionador
Los órganos competentes para imponer las sanciones establecidas por la presente ley
son los siguientes:
CAPÍTULO II
Multas coercitivas
coercitivas una vez hecho el requerimiento de ejecución de los actos y de las resoluciones
administrativas destinadas al cumplimiento de lo establecido por la presente ley y las
demás disposiciones relativas a la disciplina del mercado y a la defensa de los intereses
de las personas consumidoras.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 196 Viernes 13 de agosto de 2010 Sec. I. Pág. 72017
2. La presente ley, en cuanto a las infracciones, se aplica solo a las cometidas a partir
de su entrada en vigor.
Las obligaciones establecidas por el libro segundo y que no recogía la normativa anterior
son exigibles a las empresas y entidades afectadas una vez transcurridos seis meses desde
la publicación de la presente ley. A tales efectos, para los empresarios que tienen la
consideración de microempresa o de pequeña o mediana empresa, de acuerdo con la
Recomendación CE/2003/361, de 6 de mayo, el plazo de adaptación es de un año.
«Artículo 1.
Artículo 2.
de la obligación.
Artículo 3.
Artículo 4.
Artículo 5.
Disposición derogatoria.
La presente ley entra en vigor al cabo de un mes de haber sido publicada en el Diari
Oficial de la Generalitat de Catalunya.
Por tanto, ordeno que todos los ciudadanos a los que sea de aplicación esta Ley
cooperen en su cumplimiento y que los tribunales y autoridades a los que corresponda la
hagan cumplir.
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