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De qué se trata

Los amoríos peligrosos de madame Bovary

En el año de 1856, una historia escandalosa excitó los ánimos en Francia: en ella,
un escritor bastante desconocido describe cómo, en un pueblo provinciano de
Normandía, una esposa aburrida busca un amante tras otro, comete adulterio y
toda su vida –y la de su esposo– se trastorna. Lo malo, a ojos del público, es que el
autor en ningún momento toma partido o condena los acontecimientos. Ese autor
era Gustave Flaubert y su Madame Bovary se inscribió en la historia de la literatura
como la primera obra del realismo francés y como una de las novelas más
importantes de la literatura francesa. En esta novela, Flaubert cultivó un estilo
impersonal con el que contrapuso el mundo interior de su heroína con su
miserable realidad, fría y sin esperanza. Madame Bovary fracasó a causa de sus
pasiones, acumuló deudas, incurrió en mentiras y puso fin a su vida. Flaubert creó
una de las primeras novelas modernas y anticipó algunas de las técnicas narrativas
innovadoras del siglo XX. La modernidad se muestra principalmente en que
Flaubert reproduce la realidad con los ojos fríos del observador, deja de lado la
inspiración ingenua de autores anteriores y hace de la novela un verdadero estudio
social, con lo que funda una nueva época: el realismo en la literatura.

Ideas fundamentales
 Madame Bovary (publicada en 1856), de Gustave Flaubert, es la historia
trágica de una adúltera y una de las principales novelas del realismo.
 La joven Emma descubre su afición por la literatura romántica.
 Su sueño del gran amor parece cumplirse cuando se casa con Charles
Bovary, un médico rural.
 Sin embargo, la vida en un pueblo de provincia al lado de un hombre
burgués y carente de sentimientos se convierte en un infierno para Emma.
Sufre por la mediocridad de su vida marital.
 Se convierte en víctima de su entusiasmo y cae en las artes de seducción del
aristócrata terrateniente Rodolphe Boulanger.
 Cuando ella quiere fugarse con él, Rodolphe la abandona; él solo quería una
aventura, no una romántica historia de amor.
 Emma comienza una apasionada relación con Leon Dupuis, su alma gemela.
 Frente a su marido, Emma incurre en mentiras y acumula deudas para
financiar su lujoso modo de vida.
 Cuando llega el embargo, ella se envenena con arsénico.
 La novela provoca un escándalo y Flaubert es llevado a juicio por faltas
contra la moral pública, las buenas costumbres y la religión, pero
finalmente es declarado inocente.
 Mediante la presentación de una historia banal y su innovadora técnica
narrativa, Flaubert alcanza con Madame Bovary un momento crucial en la
historia del género de la novela.
 La enfermedad que afecta a madame Bovary –la confusión de la realidad
con la ficción de las novelas– recibió más adelante el nombre de
“bovarismo”.
Resumen
Charles y Emma

A los 15 años de edad, Charles Bovary se va a vivir con sus padres a Ruan, en
Normandía. Como consecuencia de haber sido un estudiante por debajo del
promedio, solo consigue aprobar el examen de medicina en el segundo intento.
Después de la conclusión del examen, su madre le instala un consultorio en el
pueblo provinciano de Tostes y lo casa con Héloïse Dubuc, que es fea pero
adinerada. Esta mujer convierte la vida de Charles en un infierno: lo cela y, con
frecuencia, abre sus cartas.

“Emma intentaba saber lo que realmente significaban en la vida las palabras


felicidad, pasión, arrebato, que tan maravillosas le habían parecido en los libros””.
Una noche, un mensajero lleva a Charles con el señor Rouault, que se había roto
una pierna. Emma Rouault, la joven y hermosa hija del accidentado, fascina a
Charles con su elegancia y su ingenuidad. Así que él sigue visitando a la familia
Rouault, aunque su paciente ya está bien. La desconfiada Héloïse le hace una
escena a Charles, que él soporta con estoicismo. Pero cuando los padres de Charles
se enteran de que la fortuna de Héloïse no está en buen estado, se arma un
escándalo. Héloïse muere algunos días después en un vómito de sangre y Charles
está otra vez libre.

La boda

Charles pide la mano de Emma. El anciano Rouault no tiene nada en contra. Emma
también está de acuerdo. La boda dura tres días. Hermosas damas engalanadas de
la ciudad y hombres de frac con cuello alzado, pero también gente sencilla, se
divierten en la boda. Solo la madre de Charles está enojada. No la incluyeron en los
preparativos de la boda. Después de la noche de bodas, Charles se siente como
recién nacido. Está seguro de que ha empezado para él una nueva vida mejor y más
bella.

Pasión y desencanto

Por desgracia, no es lo mismo para Emma: después de su entrada en la casa de


Charles en Tostes, no se siente a gusto. Creyó que amaba a Charles y que después
de la boda sentiría dicha y pasión. Ha anhelado estos sentimientos desde que
estaba en el convento. Su padre la había enviado ahí para su educación y ella
estaba fascinada con los símbolos míticos, los vapores del incienso y las velas
encendidas en las habitaciones del convento. Cuando una lavandera ambulante le
traía a escondidas libros románticos, Emma soñaba con el mundo de la Edad
Media; deseaba ser una doncella, imaginaba contemplar el crepúsculo y esperar
por su príncipe. Después de la muerte de su madre, su padre trajo a Emma de
vuelta a casa. Aquí siguió soñando con grandes amores apasionados que había
esperado tener después de su boda con Charles. Pero ese sueño se pierde en el aire
cada día que pasa bajo su techo.
El baile en La Vaubyessard

El matrimonio de Emma transcurre para ella monótono y aburrido. Anhela hallarse


con Charles en un lugar lejano, donde se tomen de las manos bajo un cielo
estrellado. Sin embargo, cada intento de llevar a su vida matrimonial un toque de
poesía o romanticismo fracasa, debido al carácter arraigado y tosco de Charles. De
repente, ese aburrimiento mortal se interrumpe: la pareja recibe una invitación al
castillo de La Vaubyessard, que le pertenece al marqués de Andervilliers.

“Pero la ansiedad a la que la había llevado su nuevo estado y quizá también la


excitación que sintió en presencia de este hombre la habían hecho creer que por fin
poseía la maravillosa pasión que hasta ahora se había mantenido suspendida como
un gran pájaro de plumaje rosa en el esplendor de los cielos poéticos””.
Emma se entusiasma con la suntuosidad y los exóticos platillos del castillo. ¡Este es
su mundo! ¡Un castillo con hombres aristocráticos como en sus novelas! En el
lujoso salón de baile, danza con distintas parejas y se olvida por completo de que,
en realidad, ha venido con Charles. Cuando están de regreso en casa, Emma está
visiblemente feliz y, por mucho tiempo, recuerda esta noche emocionante.

Mediocridad burguesa

Emma se siente como si estuviera en un calabozo: el ambiente pequeñoburgués en


el que vive la aburre profundamente. Se imagina estar de nuevo en el salón de
baile, sueña con París y consumir revistas femeninas, leer novelas de Balzac y
George Sand. Su esposo, que después del trabajo realizado se arrellana en su sillón
y se queda dormido roncando, hace mucho que ya no la toma en serio.

“Todo lo que decía Charles era tan plano como una acera de calle””.
Emma encuentra lamentable el carácter modesto, profundamente mediocre y sin
ninguna ambición de su marido. Un año llega y se va. Emma se enferma y se
encierra en la melancolía y la tristeza. Charles sospecha un padecimiento corporal.
Un cambio de aires quizá podría ayudar, y así organiza una mudanza al pueblecito
de Yonville-l’Abbaye, donde precisamente necesitan un médico.

Un alma gemela

Sin embargo, Yonville-l’Abbaye resulta igual de burgués y aburrido que Tostes.


Poco después de su llegada, la pareja Bovary va a la posada El león de oro. Aquí
Charles se involucra en una conversación con el farmacéutico Homais. Emma
conversa con el joven Léon Dupuis, pasante de una notaría. Ambos hablan sobre el
mar, las montañas, viajes y música. En su entusiasmo y curiosidad, todo recién
llegado le parece casi como su alma gemela. A Charles no le gusta especialmente
su nuevo domicilio; la modesta cantidad de pacientes y los problemas financieros
lo afligen. Solo lo distrae la perspectiva de ser padre. También Emma se alegra por
estar embarazada. Llama Berthe a su pequeña hija y se la da a una nodriza del
pueblo, para que se encargue de darle cuidados.
“Sus demostraciones de amor [de Charles] se habían vuelto reguladas; la abrazaba a
ciertas horas””.
Una tarde en que va a visitar a su hijita, se encuentra a Léon. Recorren juntos una
parte del camino, lo cual posteriormente daría mucho de que hablar a medio
pueblo. Léon se siente cada vez más atraído por Emma, que es muy diferente de
toda la gente “ordinaria” de la aldea. Sin embargo, no se atreve a acercársele.

El dolor de la despedida

Emma procura pasar mucho tiempo con Léon: en las reuniones dominicales en
casa del farmacéutico, en paseos del grupo, pero nunca los dos solos. No se atreve a
mostrarle abiertamente a Léon que suspira por él, pero sí ha descubierto que él
también se ha enamorado de ella.

“La música del baile resonaba aún en su oído y se obligaba a permanecer despierta
para seguir disfrutando del hermoso sueño de esa vida espléndida a la que tan pronto
tendría que renunciar””.
Por su parte, Léon no puede imaginarse que Emma corresponda a sus
sentimientos, porque ella siempre se presenta como esposa y madre cariñosa. Y así
viven ambos, atormentados por el afecto del uno por el otro. Emma recibe la visita
del astuto tendero Lheureux, que le ofrece proporcionarle todos los bienes
lujosos del mundo, incluso a crédito en caso necesario. Esta oferta aún no parece
ser fatal. Léon deja la ciudad para ir a París a terminar sus estudios. Después de su
partida, a Emma su existencia le parece aún más triste. Le queda claro que Léon
era el único rayo de esperanza en su vida. Vuelve a caer en la letargia, de la que
solo se puede consolar con vestidos nuevos y chucherías de todo tipo.

El seductor

Monsieur Rodolphe Boulanger von La Huchette va a ver a Charles y le pide que le


practique una sangría a uno de sus peones. La belleza de Emma hace que a
Rodolphe le hierva la sangre; como mujeriego de primera clase, se da cuenta de
inmediato que probablemente ella no pueda hacer mucho con su aburrido marido.
Quiere seducir a Emma. Durante una feria agrícola, la lleva del brazo al primer piso
del ayuntamiento para ver desde ahí la ceremonia. Comprende perfectamente qué
temas abordar que le gusten a Emma. Después, no se deja ver durante varias
semanas para incitar la pasión de ella. Cuando la visita, se presenta como un
enamorado desdichado. Emma muerde el anzuelo. Ambos convencen al
desprevenido Charles de que los paseos a caballo son el remedio para el humor
depresivo de Emma. Un brumoso día de octubre en que ambos salen a cabalgar,
Emma se entrega a las artes seductoras de Rodolphe. Los ojos de Emma
resplandecen: ¡tiene un amante como las heroínas de sus novelas! En los días y
meses siguientes, se reencuentran una y otra vez… para cabalgar y para amarse.

El final del affaire

Como presiente que Rodolphe podría estar harto de ella, Emma encarga con el
tendero Lheureux cada vez más joyas y la moda más reciente de París. Sus temores
son fundados. Mientras tanto, Rodolphe la considera como una concubina más y, al
mismo tiempo, le divierte enormemente humillarla. Emma quiere que él se fugue
con ella. Si bien al principio Rodolphe aparenta estar de acuerdo, en realidad el
plan le parece totalmente absurdo. Le escribe una carta de despedida, como ya
había hecho antes con otras amantes, y deja caer unas gotas de agua sobre el papel
para dar la impresión de que había derramado algunas lágrimas. Emma lee la carta
y se desvanece brevemente a causa de ella. Por primera vez en su vida, piensa en el
suicidio. Sigue una larga enfermedad. Para colmo de males, se acumulan las
cuentas con monsieur Lheureux. En un acto de desesperación, el propio Charles le
pide dinero prestado al tendero, con terribles condiciones de intereses. Lenta, muy
lentamente, Emma se repone. Para distraerla un poco, Charles decide ir con ella a
la pequeña ciudad de Ruan, para asistir a la ópera.

Reencuentro con Léon

Emma se deja llevar por la música y la acción de la ópera. Otra vez desea
entregarse toda al héroe de la obra y escapar con él. En el intermedio, el
matrimonio Bovary se encuentra con Léon, que ha terminado sus estudios en París
y trabaja ahora en Ruan en un bufete de abogados. Como Charles tiene que
regresar rápidamente, al día siguiente Léon y Emma se encuentran en una posada.
Léon convence a Emma de ir en un carruaje por la ciudad. A los paseantes les
sorprende ver este extraño vehículo con cristales oscurecidos y movimientos
sospechosamente vacilantes que va ora aquí, ora allá.

Luna de miel

De regreso en Yonville, Emma se entera de que el padre de Charles murió. El


tendero Lheureux la felicita hipócritamente por la próxima herencia y le aconseja a
Emma que consiga que Charles le dé un poder, para que pueda regularizar sus
deudas directamente con él. Emma se las arregla para que Léon hable con Charles
para la tramitación de la herencia. Viaja de inmediato a ver a Léon y pasa a su lado
tres días que ambos disfrutan al máximo.

“¡Qué pobre hombre! ¡Qué calamidad!’, se decía a sí misma en voz baja y se mordía los
labios””.
Frente a Charles, finge tomar clases de piano en Ruan, para poder reunirse
frecuentemente con su amante. Por supuesto, los viajes y los nuevos vestidos
cuestan mucho dinero. Y así crece la montaña de deudas que Emma acumula con
Lheureux. Como Charles ya no puede entender los altos gastos, Emma incurre en
mentiras y excusas. Naturalmente, Charles le cree todo y cada día, ella se vuelve
más descarada: se muestra abiertamente con su amante en Ruan y lo visita no solo
los jueves (para la “clase de piano”), sino cada vez que quiere. Sus noches de amor
con Léon son cada vez más extáticas. Emma está ahora totalmente controlada por
sus pasiones e instintos.

Bancarrota y muerte
Emma pierde la perspectiva de sus compras con Lheureux, las cuentas y las letras
de cambio firmadas. De repente, el tendero quiere que le pague todas las cuentas
de golpe, amenaza incluso con el embargo. Nadie le presta dinero a Emma y, al día
siguiente, se anuncia que la casa de los Bovary está en remate. En su apuro, acude
con el notario, pero cuando este se dirige terminantemente a ella, Emma sale de su
despacho furiosa y muy deprimida. Incluso hace el esfuerzo de rogarle a Rodolphe.
Este la rechaza fríamente. Tampoco Léon puede ayudarla. En su desesperación, le
pide ayuda al farmacéutico para que la deje buscar un raticida, según dice, en el
armario de los venenos de la farmacia. El joven, que está enamorado en secreto de
ella, no le puede negar su deseo, pero para su horror, debe ver cómo Emma ingiere
vorazmente de golpe el frasquito con arsénico. De regreso en su casa, le escribe
una carta de despedida a Charles, quien, mientras tanto, se entera de que su casa
será subastada. Los intentos de salvar a su esposa fracasan. En presencia de
Charles, Emma escupe sangre y, después de una violenta lucha con la muerte,
muere.

“El amor, creía ella, debía llegar de pronto, con estallidos y rayos trepidantes, como
un huracán””.
Solo unos días después de la muerte de Emma, Charles encuentra la carta que le
aclara los affaires con Rodolphe y Léon. Su hijita lo encuentra ese mismo día en una
banca del jardín ¡muerto!

Acerca del texto


Estructura y estilo

Flaubert dividió el libro en tres grandes partes. Estas partes ocurren en pueblos
diferentes y se vinculan con tres periodos de la vida de Emma: al principio, su boda
y la vida aburrida al lado de Charles; después, el affaire con Rodolphe y, finalmente,
la aventura amorosa con Léon. Estos elementos están enmarcados por la vida de
Charles, desde la boda con Emma hasta su muerte. El estilo de Flaubert se
caracteriza por muchos paratextos (oraciones principales ensartadas), que a
menudo introduce con interjecciones vehementes (llamadas) y repetición de
palabras. Esto se destaca muy evidentemente con la técnica narrativa del estilo
indirecto libre, que el autor entiende magistralmente: en una forma mixta de
discurso directo e indirecto, el autor le permite al lector lanzar una mirada al
mundo interior de sus personajes y, al mismo tiempo, establece una distancia.

El narrador pasa por completo a segundo plano, de modo que la descripción


realista de la realidad externa, así como los sueños y anhelos de madame Bovary,
aparece completamente sin maquillar. Flaubert, que pasó su infancia en un
hospital, donde su padre era director, muestra, sobre todo en las descripciones de
operaciones o en las escenas en el lecho de muerte, su extensa preparación
documental y su destreza en la descripción minuciosamente realista de los detalles
médicos.

Planteamiento de interpretación
 Madame Bovary es una de las primeras novelas sobre el matrimonio
burgués; no es una historia de amor, sino una historia sobre la
mediocridad, el aburrimiento y la desilusión. Las banalidades de la vida
cotidiana matrimonial real contrastan agudamente con las ideas románticas
de Emma.
 Flaubert, cuya obra temprana era también romántica, con su personaje de
Emma Bovary, se lanza contra la “cursilería romántica”, degenerada y de
mal gusto, que, en su opinión, había sido producida por la literatura
romántica tardía: su heroína sufre de “enfermedad romántica”. Emma
imagina que incluso la propia muerte es romántica, pero es alcanzada por la
cruda realidad.
 Emma Bovary es un espectro literario de Don Quijote, el personaje de
novela de Miguel de Cervantes (1547-1616), que también confunde la
realidad con el contenido de novelas.
 Flaubert hace que, en la novela, la protagonista lea novelas que el lector
culto de mediados del siglo XIX también debe haber conocido. Asimismo,
lleva a cabo en su libro una discusión sobre libros. Esta técnica literaria
determina el concepto de “metaficción”.
 El simbolismo de los objetos revela mucho sobre la condición moral de los
protagonistas. Así, una ventana abierta o cerrada refleja el sentimiento de
estrechez o libertad, o un ramo de novia marca simbólicamente el amor
marchito de Emma y Charles.
 Uno de los temas principales de la novela es la ceguera, que se personifica
incluso textualmente mediante un mendigo ciego con el que Emma se
identifica al final de la novela. Emma está ciega a la realidad, al igual que
Charles está completamente ciego respecto a las necesidades de su esposa y
sus aventuras.

Antecedentes históricos
Flaubert y el realismo francés

La novela de Flaubert Madame Bovary se enmarca en el realismo francés. Esta obra


es representativa de una época literaria en la que se pretendía reproducir
verazmente la realidad; sin realces ni estilizaciones. En esta época en Francia, se
encuentran, junto a Flaubert, los nombres de Stendahl (por ejemplo, Rojo y
negro), Guy de Maupassant y Honoré de Balzac (por ejemplo, La comedia
humana). Al contrario del realismo alemán (por ejemplo, Theodor Fontane,
Gottfried Keller, Theodor Storm, entre otros), el realismo francés es notablemente
más duro, más agudo y más desilusionador. Esto se muestra especialmente bien
en Madame Bovary. Aquí Flaubert presenta en primer plano una existencia
realmente aburrida y banal que, sin embargo, sueña tanto con los castillos en el
aire de su fantasía que, finalmente, se va a pique. Sin nada que disimular, Flaubert
disecciona estos sueños y los presenta en agudo contraste con la desolada realidad.

Las pautas de Flaubert en la redacción de la novela fueron impasibilidad


(desapasionamiento) e imparcialidad (neutralidad). Con una fría objetividad casi
impávida, expone los acontecimientos mientras que, con la técnica narrativa del
estilo indirecto libre, se introduce en la mente de sus protagonistas y, con ello,
genera un contraste entre el mundo interno y el externo. Al mismo tiempo, sus
descripciones de las relaciones pequeñoburguesas son la más pura sátira: Flaubert
documenta la hipocresía de la sociedad burguesa y convierte la novela en un
estudio social.

Origen

El origen de Madame Bovary se puede establecer hoy día con exactitud: el


fundamento para esta novela es una intensa correspondencia que Flaubert sostuvo
con Louise Colet durante la fase de creación. Sin embargo, la idea para la novela se
la debe a dos amigos que, en 1849, después de una clase extraordinariamente
cansada sobre su obra La tentación de san Antonio, lo animaron a elegir un tema
cotidiano y banal. Un artículo periodístico le dio el impulso: un año antes, el
periódico informó el suicidio de Delphine Delamare que, no lejos de Ruan, se
había casado con un médico rural, había buscado un amante por aburrimiento,
había contraído deudas y finalmente se había envenenado.

El argumento también era evidente para Flaubert, pero el cambio de sitio en la


novela se vinculó con un tormentoso trabajo de cinco años. Flaubert luchó contra
sus propias inclinaciones románticas y se obligó al realismo crudo que haría
famosa la novela. Desde 1851 hasta 1856 pulió el texto; a menudo escribía una sola
hoja en todo el día, borraba, cambiaba, hasta que finalmente trabajó más de
4.300 hojas manuscritas para terminar la novela. Flaubert se sumergió de tal modo
en su personaje principal que escribió en una carta: “Cuando describí el
envenenamiento de Emma Bovary, sentí el sabor del arsénico en mi lengua”.

Historia de la influencia de la obra

La novela se imprimió por primera vez en la Revue de Paris, en 1856. El libro se


publicó un año después. La neutralidad e imperturbable objetividad de Flaubert en
la descripción de las aventuras amorosas de Emma provocaron un escándalo. La
primera publicación fue censurada en muchos lugares. Pero esto no es todo:
sobrevino un juicio en el que Flaubert fue acusado de faltas contra la moral
pública, las buenas costumbres y la religión, a causa de la vívida narración del
adulterio. En particular, como base para la acusación, se adujo la falta de interés
narrativo, pues no se menciona ni una sola palabra condenatoria sobre el adulterio
de madame Bovary. Sin embargo, gracias a su brillante abogado, Flaubert fue
declarado inocente. En una reseña del libro frecuentemente citada, el famoso
crítico Sainte-Beuve compara la técnica de escritura de Flaubert con la disección
de un cadáver: “Gustave Flaubert, hijo y hermano de médicos excelentes, maneja la
pluma como otros el escalpelo”.

Madame Bovary fue un estímulo importante para la obra de autores como Guy de
Maupassant (1850-1893), Émile Zola (1840-1902) y Marcel Proust (1871-
1922). Sobre Madame Bovary, Zola escribió: “Los relatos nos llegan al corazón con
una fuerza invencible, como una obra de teatro, un argumento, que se lleva a cabo
inmediatamente ante nuestros ojos”. Para Heinrich Mann (1871-1950), Flaubert
pertenecía a los “santos de la novela”. El tema del adulterio también inspiró dos
novelas posteriores importantes del siglo XIX: Anna Karenina de León
Tolstoi y Effi Briest, de Theodor Fontane.

Madame Bovary ha sido filmada muchas veces, entre otros, por Claude Chabrol, con
Isabelle Huppert en el papel principal (1990). Con base en la obra de Flaubert, la
enfermedad en la que cae madame Bovary –es decir, considerar las aventuras en
las novelas como si fueran la vida auténtica– recibió posteriormente el nombre de
“bovarismo”.

Sobre el autor
Gustave Flaubert nació el 12 de diciembre de 1821, como segundo hijo de un
cirujano en Ruan, en Normandía. Compartió la suerte de muchos hijos no queridos
porque no fueron deseados; su infancia transcurrió monótonamente y se
caracterizó por recibir poco afecto. La residencia de la familia, un ala lateral del
hospital, hizo lo que faltaba para ensombrecer la sombría infancia de Flaubert.
Después de la escuela y de estudios de derecho realizados sin ganas en París,
Flaubert se retiró cada vez más de la vida pública. La razón para su aislamiento fue
una enigmática afección nerviosa que lo obligó también a suspender los estudios.
En su finca en Ruan, se dedicó a la creación literaria, que realizó casi
ascéticamente. En 1846 conoció a Louise Colet, que fue su amante por mucho
tiempo y que, por la época de su encuentro, ya era una escritora conocida. Entre
1849 y 1851, emprendió un viaje de varios meses a Grecia, Egipto y el Oriente
Próximo con su amigo Maxime Du Camp. En 1857, con Madame Bovary, Flaubert
consiguió un gran éxito literario. A finales de los años 1850, fue a Túnez, donde se
inspiró para su novela Salambó (1863). Las novelas La educación
sentimental (1870) y La tentación de san Antonio (1874) fracasaron con el público.
Solo las narraciones maestras de Tres cuentos, publicadas en 1877, recibieron una
gran atención. La correspondencia con la escritora francesa George Sand, el
escritor ruso Iván Turguénev, el novelista Théofile Gautier y su pupilo literario Guy
de Maupassant, se publicó póstumamente con el título Correspondance. La última
novela de Flaubert, Bouvard y Pécuchet quedó inconclusa y se publicó por primera
vez en 1881. Gustave Flaubert murió el 8 de mayo de 1880, en Croisset.

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