El Proceso

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Bolivariana de Venezuela
Punto Fijo, Estado Falcón

EL PROCESO

AUTOR:
Abg. SARALEE GOMEZ

Punto Fijo, Mayo de 2023


PROCESO DISPOSITIVO.
Este consiste en dotar a los litigantes de los mismos mecanismos para
defenderse, resaltando que no se trata de exigir un derecho a ser igual que los
demás, sino a ser tratado igual entre quienes se encuentran en idéntica situación.
El principio dispositivo también llamado de controversia, es aquél en virtud del
cual, corresponde a las partes no solo iniciar el proceso sino impulsarlo hasta su
conclusión, constituyendo una carga para las partes y no para el Juez. En este
sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece,
básicamente, tres principios procesales de capital importancia: el principio del libre
acceso a la jurisdicción, el principio de igualdad ante la ley y el principio del debido
proceso.
Algunos principios procesales son rectores (principio de imparcialidad judicial,
principio de igualdad procesal, principio de defensa o contradictorio, principio de
moralidad o buena fe procesal) sin los cuales no puede existir un debido proceso.
PROCESO INQUISITIVO.
El principio inquisitivo, sistema inquisitorio, es un principio jurídico propio del
Derecho procesal de ordenamientos jurídicos históricos, en el que el juez o
tribunal que instruía y juzgaba el proceso era parte activa en este, sumando sus
propias alegaciones y pretensiones a la causa en litigio.
El Sistema Penal Inquisitivo obtiene su nombre del término procesal “inquirir”, esto
era una manera de iniciar el proceso penal, la cual consistía en que la
investigación que se le iniciaba a la persona procesada tenía lugar sin necesidad
de que hubiera acusación o denuncia alguna, bastaba con rumores que se
hicieren sobre la persona o por otra u otras le imputaran algún delito.
Comenzando con una definición general superflua, podemos decir que nos
encontramos en un proceso de un sistema inquisitivo cuando las facultades de
acusar y juzgar recaen en manos de una misma persona, o, mejor dicho, el juez y
el órgano acusador trabajan a la par, nos referimos al Ministerio Público y al Poder
judicial, esto quiere decir que el Juez no es neutral, ya que su trabajo al mismo
tiempo es acusar y no ser una especie de observador externo. Todo el
procedimiento es cien por ciento escrito, se maneja de una manera secreta, es
decir, no da lugar a la oralidad ni a la publicidad, sin mencionar la carencia de
otros principios que deben existir en un debido proceso penal. Existe la posibilidad
de la doble instancia, dada la jerarquía de los tribunales. El imputado casi siempre
declara durante el proceso, y su simple confesión puede ser prueba suficiente
para dictarle una sentencia condenatoria. Según la gravedad del delito podría
tener lugar la prisión preventiva. Sin ser dicho abiertamente, el acusado tiene ante
el estado la calidad de culpable hasta que se demuestre lo contrario. Se encuentra
prácticamente en un estado de indefensión ante el juez acusador debido al poder
atribuido a este.
Resumiendo lo anterior con una frase de Levene: “cuando se mezclan las
funciones, cuando se mezclan los órganos, cuando tenemos Fiscal que hace de
Juez, nos encontramos frente a un sistema inquisitivo”.
PROCESO ACUSATORIO.
Sistema donde las partes (la Fiscalía y la Defensa), se enfrentan en igualdad de
oportunidades ante un juez imparcial, quien, con base en las pruebas y
argumentos, decide si condena o absuelve.
En el proceso acusatorio, que tiene como piedra fundacional el respeto irrestricto
de los derechos humanos y garantías procesales y penales, se destaca la
presunción de la inocencia del acusado, hasta que se pruebe lo contrario. este
modelo es una garantía individual frente al intento estatal de imponer una pena;
admite la posibilidad excepcional de privar al imputado de su libertad antes de la
condena, pero solo como una medida cautelar de los fines del proceso y nunca
como una sanción anticipada.
PROCESO ORAL Y PROCESO ESCRITO
El proceso oral nos traerá más ventajas que el proceso escrito, tales como
asegurar el principio contradictorio de las partes, testigos y peritos, mediante
confrontaciones que solo operan en el proceso oral, pues en el proceso escrito
pierden valor, el proceso oral permitirá apreciar mejor las pruebas, ya que el juez
las recibe directamente, obteniendo así un mayor número de elementos de
convicción, y obviamente este proceso eliminará solemnidades innecesarias y
acarrea una economía procesal apreciable.
DIFERENCIAS.
ORAL.
Procesos más agiles.
Inmediación entre el tribunal y las personas.
La prueba se entrega únicamente al inicio del proceso.
Superior disposición en arreglar el problema.
ESCRITO.
Es más extenso, por la burocracia.
Inferior disposición en solucionar el problema.
Beneficia al razonamiento legal.
La prueba se puede presentar al inicio o durante el proceso.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece el derecho
que tienen las personas al respeto de su integridad física, psíquica y moral, lo cual
comprende:
• La prohibición de ser sometidas a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes, reafirmada en la Declaración sobre la Protección de todas las
Personas contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes.
• El no sometimiento de las personas a practicarse exámenes médicos o
experimentos científicos sin su libre consentimiento, excepto cuando se encontrare
en peligro su vida o por las circunstancias que determine la Ley.
• El respeto a la dignidad de los privados de libertad.
• Igualmente, en el proceso penal toda persona debe ser tratada con el debido
respeto a la dignidad inherente al ser humano y a los derechos del imputado,
respectivamente.
Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia
para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos; a la
tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente.
El derecho a la tutela judicial efectiva, de amplísimo contenido, comprende el
derecho a ser oído por los órganos de administración de justicia establecidos por
el Estado, es decir, no solo el derecho de acceso sino también el derecho a que,
cumplidos los requisitos establecidos en las leyes adjetivas, los órganos judiciales
conozcan el fondo de las pretensiones de los particulares y, mediante una decisión
dictada en derecho determinen el contenido y la extensión del derecho deducido.
El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas;
en consecuencia:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y
grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser
notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y
de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán
nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda persona
declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones
establecidas en esta Constitución y en la ley. (Derecho a la Defensa)
2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario.
(Presunción de inocencia).
3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las
debidas garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente por un
tribunal competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien
no hable castellano, o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene derecho a
un intérprete. (Principio de Oralidad)
4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las
jurisdicciones ordinarias o especiales, con las garantías establecidas en esta
Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin conocer
la identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción
o por comisiones creadas para tal efecto. (Derecho a ser juzgado por jueces
naturales)
5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra sí
misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto grado de
consanguinidad y segundo de afinidad.
La confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de ninguna
naturaleza.
6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren
previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.
7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos en virtud
de los cuales hubiese sido juzgado anteriormente.
8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la
situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados.
Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir la responsabilidad
personal del magistrado o de la magistrada, del juez o de la jueza; y el derecho del
Estado de actuar contra éstos o éstas.
En el debido proceso se atiende al cumplimiento de las garantías de imparcialidad,
separación de poderes, juez natural, proporcionalidad entre el hecho y la pena,
rechazo a la tortura, presunción de inocencia, cosa juzgada y única persecución,
tiempo razonable para emitir la sentencia, derecho a la defensa y a un fallo
precedido de la búsqueda de la verdad por las vías jurídicas preestablecidas, cuyo
proceso permite la participación de la ciudadanía como espectadores o en el rol de
jueces, impidiendo con ello que las decisiones sean tomadas a espaldas del
conglomerado social, lo que redunda en beneficio de la acción de hacer justicia.
Para hacer efectivo el debido proceso se han establecido los principios de
oralidad, brevedad, publicidad, inmediación, concentración y contradicción,
consagrados en la Carta Magna y en el Código Orgánico Procesal Penal.
Presunción de Inocencia.
El principio de presunción de inocencia o de no culpabilidad, es una de las
principales derivaciones y fundamento político del principio del juicio previo, ambos
principios constituyen las garantías básicas del proceso penal, sobre las cuales se
construyen todas las demás. Tal presunción supone que toda persona es inocente
mientras no se pruebe su culpabilidad en un verdadero proceso y mediante
sentencia firme, en consecuencia, nadie podrá ser considerado ni tratado como
culpable mientras una sentencia no lo declare como tal.
Finalidad del Proceso
El proceso debe establecer la verdad de los hechos por las vías jurídicas, y la
justicia en la aplicación del derecho, y a esta finalidad deberá atenerse el juez o
jueza al adoptar su decisión.
Oralidad.
El juicio será oral y sólo se apreciarán las pruebas incorporadas en la audiencia,
conforme a las disposiciones de este Código.
Publicidad.
El juicio oral tendrá lugar en forma pública, salvo las excepciones de ley.
Es una garantía de transparencia y limpidez del proceso penal, por ello los actos
procesales deben realizarse públicamente, en aras de la legalidad y la justicia del
fallo.
Inmediación.
Los jueces o juezas que han de pronunciar la sentencia deben presenciar,
ininterrumpidamente, el debate y la incorporación de las pruebas de las cuales
obtienen su convencimiento.
Supone el contacto directo del juez o Tribunal llamados a conocer, no sólo con las
partes, sino con la actividad probatoria que le permite obtener una impresión
directa en la recepción de la misma, lo cual contribuirá a la formación de la opinión
del decisor.
Concentración.
Iniciado el debate, éste debe concluir sin interrupciones en el menor número de
días consecutivos posibles. Consiste en que el examen de la causa debe
realizarse en un período único, que se desarrolle en una audiencia o en pocas
audiencias próximas, de tal modo que los actos procesales se acerquen en el
espacio y en el tiempo ininterrumpidamente.
Contradicción.
El proceso tendrá carácter contradictorio. Permite que en el desarrollo del proceso
todos los sujetos procesales puedan controvertir las pruebas presentadas, los
argumentos o las posiciones que alegue la parte contraria.
Control de la Constitucionalidad.
Corresponde a los jueces y juezas velar por la incolumidad de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. Cuando la ley cuya aplicación se pida
colidiere con ella, los tribunales deberán atenerse a la norma constitucional.
Persecución.
Nadie debe ser perseguido o perseguida penalmente más de una vez por el
mismo hecho.
PRINCIPIOS EN EL PROCESO PENAL
Principio de Legalidad. (No hay pena sin ley), dice que el Estado en ningún caso
podrá imponer por simple analogía pena alguna o medida de seguridad, si no se
trata por haber cometido alguna conducta que previamente haya sido descrita
como delito en la ley, y si no existe una pena exactamente aplicable a determinado
delito. Este principio se expresa en las palabras latinas nullum crimen nulla poena
sine lege. Dicho principio no solamente exige que los órganos del Estado estén
siempre ajustando el ejercicio de su poder a lo establecido en la ley, sino que
también la propia ley penal que se origina de ese poder esté diseñada con claridad
y precisión, logrando de esta manera que se proporcione a los individuos
seguridad jurídica.
Principio de tipicidad. Deriva del principio de legalidad y consiste en la existencia
previa de los tipos penales, su función es describir la conducta que la norma penal
prohíbe u ordena, esto un requisito necesario para poder hablar de delito. El
principio de tipicidad que junto con el de reserva de ley integran el núcleo duro del
principio de legalidad en materia de sanciones, se manifiesta como una exigencia
de predeterminación normativa clara y precisa de las conductas ilícitas y de las
sanciones correspondientes. En otras palabras, dicho principio se cumple cuando
consta en la norma una predeterminación inteligible de la infracción y de la
sanción; supone en todo caso la presencia de una “lex certa” que permita predecir
con suficiente grado de seguridad las conductas infractoras y las sanciones.
Prohibición de Retroactividad. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en
perjuicio de persona alguna. Esto quiere decir que alguna ley si podrá tener efecto
retroactivo, siempre y cuando no afecte al reo, en todo caso, aquella que sea
benéfica para el reo podrá tener este efecto de retroactividad. Se debe entender
que no se podrán aplicar con retroacción las normas que aparecen como nuevas,
a los hechos pretendidos, sino que se les deberá recular según con las
consecuencias jurídicas que tuviera la ley que en ese momento imperaba, ese
momento en que se cometió la conducta delictiva.
Prohibición de aplicación de pena alguna por mayoría de razón o por simple
analogía. Se desprende igualmente del principio de legalidad.
Mínima intervención del derecho penal. Llamado también de última ratio. Este
principio va dirigido tanto al juez, como al legislador y a los órganos ejecutivos.
Principio de bien jurídico. Implica que para recurrir al derecho penal debe verse
afectado un bien jurídico de importancia fundamental. Significa que si puede
protegerse tal bien a través de alguna otra rama del derecho deberá hacerse. En
algunos tipos de delitos sería difícil identificar el bien jurídico a proteger.
Principio nullum crimen sine conducta. Sin conducta no hay delito.
Principio de culpabilidad y de presunción de inocencia.
EL PROCESO DESDE LA PERSPECTIVA DE LA CONSTITUCION.
En Venezuela, actualmente la discusión de la reforma al código penal constituye
una especial connotación; sobre todo, por los altos índices de delitos violentos que
se vienen cometiendo en los últimos años, hasta la incursión de nuevas formas de
conductas que afectan bienes jurídicos protegidos que aún, no están tipificado en
el Código Penal como hecho punible, lo cual hace imposible la lucha eficaz contra
está nueva forma de criminalidad y su correspondiente penalización. El análisis de
los principios rectores del derecho penal, para legislar sobre la criminalización y
penalización de nuevas conductas, que deben tener como norte principios
fundamentales.
El derecho penal mínimo y la protección del bien jurídico, deben estar dentro de la
esfera de protección de un Estado Democrático, Social y de Derecho, regido
alrededor de principios y garantías. La nueva forma de criminalidad y su
desbordamiento ha creado una matriz de información en torno a los cambios del
Código Penal para frenar la delincuencia, y que estos cambios configuran el
núcleo central de este estudio acerca del fundamento del derecho de castigar por
parte del Estado.
El derecho penal, según Ferrajoli es una definición, comprobación y represión de
la desviación, está forma sea cual fuere el modelo normativo y epistemológico que
la informa, se manifiesta en restricciones y constricciones sobre las personas de
los potenciales desviados y de todo aquellos de los que se sospecha o son
condenados. Estas restricciones según lo señalado por el autor lo hacen sobre la
base de tres formas:
La primera, consiste en la definición o prohibición de los comportamientos
clasificados por la ley como desviados y por lo tanto en una limitación de la
libertad de acción de todas las personas.
La Segunda: consiste en el sometimiento coactivo a juicio penal de todo aquel que
resulte sospechoso de una violación de las prohibiciones penales.
La Tercera: Consiste en la represión o punición de todos aquellos a quienes
juzgue culpables de una de dichas violaciones.
En este orden de ideas, la Justificación del derecho penal, está concebido en dos
aspecto uno objetivo y uno subjetivo, en el sentido subjetivo, el derecho, es
sinónimo de facultad o ejercicio del derecho y todos esos derechos forma el
patrimonio donde en entran los derechos penales, así el individuo tiene derechos
civiles políticos, pero también tiene derechos penales, ese patrimonio de derechos
comprende los derechos penales, no lo ejercemos sólo en virtud de la cesión
ficticia que de ellos hacemos a la persona jurídica del Estado, razón derivada del
concepto mismo del derecho que es principio de orden o elemento orgánico de las
sociedades.
La Constitución Bolivariana de Venezuela, consagra un articulado que puntualiza
los derechos fundamentales de la persona, donde estos derechos pasaron a forma
parte de manera estrechamente relacionada con los principios fundamentales de
nuestro sistema democrático, al incorporar el respeto irrestricto de los derechos
humanos, como Principios fundamentales, de nuestra constitución de 1999, donde
Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de derecho y de
justicia que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su
actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia,
la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos,
la ética y el pluralismo político.
La sociedad venezolana, solicita cambios en la norma sustantiva, es decir
reformas a las normas penales, donde la delincuencia pueda ser encarcelada por
largo periodo de tiempo, inclusive que sobre pase los 30 años, que establece
como máximo de pena en nuestra Constitución y no quede impune el castigo de
los responsables de delito. En este sentido se ha observado situaciones delicadas
como linchamiento por parte de algunos sectores o grupos de la sociedad, que
perciben la ineficacia de la justicia y por ende, decidir hacer justicias por sus
propias manos, lo cual es de suma preocupación estos hechos donde asumen el
poder de castigar por sus propias manos. La reforma al código penal, que se
pretende realizar, constituye un paso muy importante y sustancial para legitimar el
poder y el control del Estado frente al individuo, en este sentido es el camino para
la reforma sustancial del Código penal, el cual debe retomarse y reorientarse en
los principios axiológicos y epistemológicos.
EL PROCESO Y LA NUEVA GESTION JUDICIAL.
La gestión judicial comprende toda la actividad organizacional de índole
administrativa que sirve de apoyo a la labor jurisdiccional de los jueces, pues su
implementación y estudio permiten la adecuada administración de los recursos
humanos y materiales destinados a dicha función.
Parece obvio decir que los problemas de difusión de las políticas judiciales y la
falta de acceso de los usuarios a la información constituyen el primer obstáculo
para el acceso efectivo de la justicia, esta realidad es a menudo soslayada. La
desinformación conduce a las personas a una percepción parcial, cuando no
distorsionada, de los medios y recursos con que cuenta para enfrentar a la justicia
en condiciones de igualdad, y con criterio de realidad respecto de la oferta de
servicios y lo que puede esperar del sistema.
De más está decir que temas centrales, como la independencia de poderes, la
seguridad jurídica y la dignificación de la justicia, se hallan agotados y, por ende,
son y serán asuntos sobre los cuales se ha de volver una y otra vez a estudiar en
nuestro país.
El Poder Judicial debe ser independiente, eficaz y eficiente, que imparta justicia
oportuna y transparente, que restaure la paz social dentro de lo constitucional.
Que sea respetado e integrado por magistrados y funcionarios idóneos y
eficientes; caracterizado por la excelencia en el servicio, que garantice la
seguridad jurídica. Con valores de Honestidad, equidad, imparcialidad,
previsibilidad, credibilidad, valentía y calidad.
El ciudadano demanda de las instituciones, con talante cada vez más exigente,
servicios y resultados. No se trata simplemente de cumplir la finalidad institucional,
sino de hacerlo en condiciones óptimas. Es indiscutible que el papel del órgano
judicial en la toma de decisiones es de carácter fundamental en el Estado
contemporáneo, y que los tribunales, en su conjunto, constituyen un verdadero
poder. Pero junto a esa dimensión de poder, también hay que tener presente que
la función de administrar justicia es hoy concebida como un servicio público,
enfocado hacia la persona usuaria, y que es imprescindible facilitar el acceso a la
misma en orden a alcanzar los fines institucionales contenidos en las normas
nacionales y en los planes estratégicos aprobados por la más alta instancia de
gobierno judicial.
El gran desafío para la administración de justicia es adecuar su organización y
funcionamiento a la realidad, avanzar en la profesionalización de la función pública
y en el modelo de gestión empleado en sus dependencias, de modo que se
constituya en un instrumento útil y efectivo al servicio del bien común y el interés
general de la sociedad. Los operadores de justicia exigen la modernización y
están conscientes del nuevo rol que toca al juez en la sociedad contemporánea
actual.

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