Revista Izaqui 2016. Agresión y Violencia
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Revista Izaqui 2016. Agresión y Violencia
Directorio
Consejo editorial Editor responsable
Lilia Rentería Moreno Miguel Ortiz Robles
Ignacio Guízar Marín
Miguel Ángel Bribiesca Acevedo Formación y Diseño
Miguel Ortiz Robles [email protected]
índice
Contenido
Editorial
Guerra sin fin 5
Corpus 8
El suicidio desde el Psicoanálisis. 9
¿Zeus, estás ahí? 19
Comentario sobre la Transferencia:
“Del “Nunca más” de Edgar Allan
Poe al “Yo no sé” de César Vallejo”. 31
Bullying. La violencia Gratuita. 43
La trampa y el espanto: Reflexiones
analíticas a partir del caso Maciel
y otros dispositivos institucionales
perversos. 53
La agresividad, el cuerpo
fragmentado y la pulsión de muerte. 71
El malestar en la cultura en el
capitalismo barbárico del siglo XXI. 85
Poesía 161
¿Qué somos? 162
Muerto un poco. 163
editorial
Guerra sin fin
E
n la obra de Freud encon- pone fin a la resistencia contra
tramos una sola referen- el acto suicida.”
cia directa a la cuestión,
se trata de un escrito recogido En la propuesta de Freud se
de las reuniones celebradas los puede ver la ausencia total de
miércoles por el doctor vienés y postura moral(1). En el suici-
sus discípulos. Es de 1910 y se dio, señala el maestro vienés
encuentra contenido en las Ac- con toda claridad, se trata de
tas de la Sociedad Psicoanalíti- una salida, entre otras, al con-
ca de Viena. Ahí Freud señala: flicto psíquico, se trata de una
“No se debe olvidar que el sui- salida implementada mediante
cidio no es sino una salida, una una acción motriz. Sin embar-
acción, un desenlace de conflic- go, dada su característica de
tos psíquicos, y lo que corres- acto definitorio de la vida, vale
ponde explicar es el carácter del preguntarse, como lo sugiere el
acto y de qué modo el suicida mismo Freud, sobre el carácter
por el deseo del otro, constituye sus (6) Ver Jacques Lacan. Psicoanálisis.
objetos en una equivalencia abstrac- Radiofonía y Televisión. Ed. Anagra-
ta por la rivalidad del otro, y hace del ma, Barcelona, 1977.
yo (je) ese aparato para el cual todo (7) Ver Jacques Lacan, Seminario 10
impulso de los instintos será un pe- La angustia, Paidós,Buenos Aires,
ligro”. 2006 pág. 362.
(5) Desde luego que cuesta pensar que (8) Recomiendo aquí ver la película
se trate, en el caso de Mishima, de al- “Azul” de Krzystof Kieslowski, don-
guien deprimido o con cobardía mo- de es factible apreciar de qué mane-
ral, por el contrario, su vida es plena ra la protagonista puede elaborar su
y diversa, se trata no sólo de un escri- duelo, a partir de saber en qué colma-
tor de altos vuelos, fue además com- ba la falta de su esposo muerto. No sin
positor de canciones, es campeón de pasar por momentos melancolizantes,
esgrima y Karate, escribe operas (una marcados por un distanciamiento de
en dos días), pilotea un F-4, arma un lo social y un goce de carácter autista.
ejército etc.
E
n psicoanálisis se reco- indeleble del conflicto del ser:
noce que toda actividad AMOR-ODIO, VIDA-MUER-
humana, incluidos la TE, HOMBRE-MUJER, etc. Es-
imaginación y el pensamien- tos y todos los pares antitéticos
to, es producto del esfuerzo que se vuelcan hacia uno mis-
pulsional, funcional. De una mo y hacia el otro.
revuelta de Eros y Tánatos. La
sublimación incluso resulta del Desde aquí es que el otro devie-
esfuerzo de preservar la pro- ne objeto, desde el conflicto in-
pia vida en lo que se reconoce terno que al ser insoportable se
como ético y estético transfor- tramita por el predominio de la
mado el objeto y el fin sexual pulsión de destrucción (Freud,
sin por ello abandonar la esen- 1930) dirigiéndose hacia afue-
cia de la pulsión destructiva ra. Objeto de amor, objeto de
asociada a Tánatos. Por ello odio, objeto de admiración,
la sublimación tiene la marca objeto sexual. Transmudar al
Sobre Eurípides
Entonces ¡quien tiene grandes
“The Angel Of Death”, Evelyn De Morgan
“Cuando una mujer tenga una bre como a un dios. Cada ma-
conducta desordenada y deje de ñana, por nueve veces consecu-
cumplir sus obligaciones del ho- tivas, debe de arrodillarse a los
gar, el esposo puede someterla a pies del esposo, y de brazos cru-
esclavitud. Este servicio puede, zados, preguntarle: ‘Señor, ¿qué
incluso, ser ejercitado en el ho- deseáis que haga?’” Zaratustra,
gar de un acreedor de su espo- filósofo persa, siglo V aC.
so y, durante el periodo en que “Las mujeres, los esclavos y los
dura, es lícito para él contraer extranjeros no son ciudadanos.”
un nuevo matrimonio.” Código Pericles, ateniense político de-
de Hammurabi (constitución mócrata, siglo V aC, uno de los
nacional de Babilonia, otorga- ciudadanos más brillantes de la
da por el rey Hammurabi, siglo civilización griega.
XVII aC). “La mujer es de lo más corrupto
“Quien confía en una mujer y corruptible que hay en el mun-
confía en un ladrón.” Hesíodo, do.” Confucio, filósofo chino, si-
poeta griego, siglo VII aC. glo V aC.
“Los dioses olímpicos han do- “Lo único en el mundo peor que
tado al marido de una retrasa- una mujer es otra.” Aristófanes,
da mental. La mujer desconoce dramaturgo griego, siglo V, aC.
por completo lo que está bien y “Temed el amor de la mujer más
lo que está mal. El único talento que el odio del hombre.” Sócra-
que ella posee es el de comer.” tes, filósofo griego, siglo V, aC.
Semonides de Amorgos, poeta “La naturaleza sólo hace muje-
yámbico griego, siglo VI aC. res cuando no puede hacer hom-
“La mujer es mala. Cada vez que bres. La mujer no es más que un
se le presente la ocasión, toda hombre incompleto. Una espe-
mujer pecará.” Sidhartha Gau- cie de error de la naturaleza; la
tama, fundador del budismo, si- hembra es hembra en virtud de
glo VI aC. cierta falta de cualidades.” Aris-
“Hay un principio bueno, que tóteles, filósofo griego y precep-
ha creado el orden, la luz y el tor de Alejandro Magno, siglo
hombre. Y un principio malo, IV aC.
que ha creado el caos, las tinie- “La mujer es inferior al hombre
blas y la mujer.” Pitágoras de en todo.” Flavio Josefo, historia-
Samos, filósofo y matemático dor judío, siglo I.
griego, siglo VI aC. “Mujeres, sed sumisas a vues-
“La mujer debe venerar al hom- tros maridos como al Señor,
L
a respuesta eficiente dice El psicoanálisis ha bordeado
que le sirve para comu- cada una de las afirmaciones
nicarse, mientras que la anteriores y no se ha detenido
afirmación final sostiene que en ninguna. Le ha sacado pro-
le sirve para encontrar su sen- vecho a cada una y la ha des-
tido. A la par para la interro- echado porque el psicoanálisis
gación formal el lenguaje es la lleva su trayectoria más allá de
casa del ser y su significación la comunicación, el sentido, la
y para la admiración material significación y el ser y el mis-
el lenguajes es la sujeción del mo sujeto.
sujeto.
De la comunicación ha encon-
¿Qué lugar ocupa el psicoaná- trado que es imaginaria. Que
lisis en este “giro lingüístico” actúa sobre cada uno haciendo
de la historia de las ideas? creer una completud de comu-
nicación y su inminente desen-
ne en el ser, la significación, el
sentido, la comunicación o en
el sujeto, dónde se encuentra?
El psicoanálisis sólo se en-
cuentra en la transferencia. La
transferencia es el concepto
fundamental del movimiento
psicoanalítico. El psicoanálisis
parte del supuesto de que el
lenguaje no es lo fundamental
para el que habla, sino que es
porqué se habla que la articu-
lación del hablar hace del len-
guaje una dimensión que lo
la interpretación es un aconte-
Y el hombre... Pobre... pobre! cimiento en transferencia.
Vuelve los ojos, como “Nunca más” ha ocurrido y
cuando por sobre el hombro nos no es posible despedirse como
llama una palmada; ese Cuervo que no eleva más el
vuelve los ojos locos, y todo lo vuelo. “Yo no sé” es un instan-
vivido te de mi saber de la intensidad
se empoza, como un charco de de los golpes en la vida.
culpa, en la mirada.
Cuando se habla es imposible
Hay golpes en la vida, tan fuer- no transferir, pero para saberlo
tes... Yo no sé! hay que interpretarlo. ¿Qué es
la interpretación? Es la puesta
Para los fines de este escrito, en acto de la realización de lo
no interesan los autores, lo inconsciente y esa es “eso que
que importa son el estribillo se dice”: en este caso la inter-
“Nunca más” y la sentencia pretación es “Nunca más” y
“Yo no sé” que aparecen en “Yo no sé”.
uno y otro poema.
Un fin de análisis es transitar
¿Qué azar o contingencia hace para encontrar el “Nunca más”
que surja el “Nunca más” o el y el “Yo no sé” pero no sin an-
“Yo no sé”? ¿Qué transferen- tes haber hecho el recorrido del
cia conllevan cada uno? ¿Qué poema donde cada uno apare-
lugar puede ocupar para cada ce “métricamente” como “Al-
uno el usar un estribillo o una gún día” y como “Yo sí sé”.
sentencia tan definitivos?
Pasar de la desesperanza y la
El “Nunca más” pone en acto ignorancia a la posibilidad del
un fin que no termina. El “Yo poder. Esto nos indica esa ver-
no sé” pone en acto una igno- dad que se dice: todo inicio de
rancia que no ignora. análisis es fin de análisis.
P
ara intentar responderlas o adolescente que se encuentra
se realizará parcialmente fuera de órbita inmediata de sus
una equivalencia con los padres suele ser el objeto-víctima
campos de concentración nazis comúnmente buscado y encontra-
de la segunda guerra mundial; do por las personalidades sádicas
dicha equivalencia, aunque […]. Por ello la escuela, el colegio
artificial, puede ser enrique- y la universidad constituyen un
cedora para ilustrar la manera amplio campo para su desarrollo”.
en que la institución educativa
promueve una despersonali- La omnipresencia de la vio-
zación tan evidente que sus lencia ha alcanzado a todas las
miembros necesitan imple- edades; no es de sorprender
mentar recursos para afianzar que la presencia de intimida-
su identidad. En palabras de ción entre escolares dentro del
Arnaldo Rascovsky, citado por sistema educativo sea sólo la
Aray, J. et.al. (1980: 14) “El niño antesala para fenómenos de
En este artículo les hablaré de lo que definiré como trampa perversa, no-
ción pensada en los límites de la teoría psicoanalítica y los estudios socio-
lógicos, historiográficos y periodísticos sobre algunos casos de pederastia
-particularmente desde una lectura cuidadosa del caso Marcial Maciel
en México.
D
ebo aclararles que si ra preventiva, sabiendo que no
bien mi punto de par- se trata de un problema exclu-
tida es el estudio de sivo de una institución en par-
casos de pederastia clerical(1), ticular, sino de la conjunción
me ha resultado evidente que de una serie de condiciones de
el dispositivo que describiré posibilidad que permiten su
se ve replicado en otros con- despliegue, y que pueden dar-
textos de muy diversa índole: se en muy diferentes contextos.
familias, sectas, grupos delin-
cuenciales, incluso agrupacio- La trampa perversa y el espanto
nes académicas, etcétera. La
propuesta de este texto es que Les propongo llamar al dis-
analizar el funcionamiento de positivo que describiré trampa
una trampa perversa nos per- perversa, y a sus efectos inme-
mite estar advertidos y actuar diatos, la producción del es-
como conciudadanos de mane- panto(2). La trampa perversa se
Desde 1936, en su texto sobre el estadio del espejo, Lacan plantea una
estrecha relación entre la imagen del cuerpo, que en ese momento puede
asumirse por identificación con el otro, con la agresividad.
E
sta es una dimensión in- radical división que lo afecta
herente al yo que es ante -es y a la vez no es esa imagen
todo la imagen del cuer- que asume como suya y que es
po del otro con la que el sujeto del otro- al punto de sentirse
se identifica e inviste narcisísti- agredido o volverse agresor
camente. respecto de sí mismo o de su
semejante.
El lazo entre la agresividad y
la estructura del yo será cla- Agredido o agresor son efectos
ramente precisado en 1948 (1), de la paranoia “normal” que lo
cuando ese yo del estadio del caracteriza, causada por el he-
espejo es situado como un yo cho de que el “otro” de la ima-
que puede ser definido como gen que asumo como yo es un
agredido o agresor porque, en otro que también soy yo, lo que
la relación con el semejante, significa que -desde el comien-
el ser humano experimenta la zo- soy yo en el otro quien, por
H
ablar desde Totem y de la revolución industrial a la
tabú al Malestar en la revolución social y la actual,
cultura de Freud es ha- llamada revolución tecnológi-
blar del encuentro social de las ca, el discurso de la histérica
pasiones en la coyuntura que ($/a S1/S2), que hace pro-
deja el amor y el odio en la dia- ducir en Freud el discurso del
léctica del amo y el esclavo, en Psicoanálisis (a/S2 $/S1).
un ir y venir del Discurso del
amo (S1/$- S2/a) con Lacan, Transcurso que no ignora, de
pasando por los fervores de la ninguna manera, una visión de
devoción de un discurso de la lo económico, en sus modos de
iglesia a la universidad (S2/ producción y su influencia en
S1 a/$) y vertiginosamente los individuos y en particular,
observar la aparición, luego lo que nos importa, en la es-
Leemos en Freud:
“…el ser humano no es un ser manso, amable, a lo sumo capaz de defen-
derse si lo atacan, sino que es lícito atribuir a su dotación pulsional una
buena cuota de agresividad. En consecuencia, el prójimo no es solamente
un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en
Referencias
Introducción
E
l Programa sobre Asuntos de la Niñez y la Familia, de la Comi-
sión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en México,
retoma lo señalado por Belli (2013) sobre que las ciencias de la
salud comparten con el resto de las ciencias el propósito del control
sobre los procesos naturales; y que si bien resulta indispensable reco-
nocer los innegables beneficios de los avances que se han logrado en
estos campos, las prácticas de rutina durante el momento del parto,
aplicadas de forma sistemática, mecánica y medicada, adquieren un
carácter que deriva en situaciones de violencia y riesgo para las mu-
jeres.
Belli (2013) advierte que la relación asimétrica que existe entre las mu-
jeres y los profesionales de la salud revela una desigualdad, tanto sim-
Violencia Obstétrica
“La violencia obstétrica es producto de un entramado multifactorial en
donde confluyen la violencia institucional y la violencia de género.” GIRE.
Pareciera ser que en un país aquejado por otro tipo de violencias mas
burdas, terribles o escandalosas; como la gran cantidad de muertos y
desaparecidos, que se suman en cada nuevo hallazgo de las tristemen-
te célebres “narco fosas”, los crímenes impunes como los feminicidios,
y hasta el doloroso proceso de niños que asesinan “jugando” a otro
niño en posición más frágil y desvalida; el que diversas instituciones
y organizaciones señalen o pongan atención con algo como la violen-
cia obstétrica y los riesgos relacionados, se corre el riesgo de parecer
frívolo o superficial. Sin embargo, a pesar de lo anterior, es preciso
entender que el ejercicio de la violencia no necesariamente implica un
acto masivo, burdo, incluso consciente, ni intencionalmente dirigido
hacia esos fines; pues la violencia se puede ejercer no solo de formas
diversas, sino desde distintos lugares o posiciones.
Bleichmar (1976) sintetiza que “Freud nos ofrece dos concepciones del
narcisismo; en una de ellas el enfoque económico se une a la teoría
de la libido. Desde esta perspectiva el narcisismo primario es la con-
dición en que toda la libido está en el yo, o la situación prenatal en
que por una armonía de orden biológico no existe tensión en el orga-
nismo.... En la otra concepción del narcisismo se lo entiende como la
valoración que el sujeto hace de sí mismo, como la significación que
el Yo en tanto representación de sí, toma para el sujeto, es decir como
éste se ubica en una escala de valores.
Y dentro del narcisismo patológico el más leve será aquel que se ex-
plica debido a la regresión a regulaciones infantiles de la autoestima
implicando una regresión a este nivel de narcisismo normal infantil.
En este tipo de patología la regulación de la autoestima dependerá en
exceso de la expresión de satisfacciones infantiles o de las defensas
en su contra, que de manera habitual se descartan en la edad adulta.
Las relaciones en el avance del self narcisista, del Yo y del Ideal del
Yo, gradualmente se irán integrando en líneas de desarrollo paralelas
e interdependientes que protegerán de la propensión a la vergüenza
Como sea, pensar en este narcicismo maligno, quizás nos puede lle-
var a entender esa práctica médica rutinaria y habitual, donde lo
importante no son las personas, no es la madre ni el bebé, sino los
“procesos”. Y por narcisismo médico entender que nos referimos
no a la persona del médico solamente, sino a todo un aparato o “sta-
blishment” médico, donde lo que más importa son las formas y la
imagen, más que las personas y la “humanidad”.
que hace que una persona alcance o conserve proximidad con res-
pecto a otro individuo diferenciado y preferido. En tanto la figura de
apego permanezca accesible y responda, la conducta puede constituir
en una mera verificación visual o auditiva del lugar en que se halla y
en el intercambio ocasional de miradas y saludos; en ciertas circuns-
tancias se observan también seguimiento o aferramiento a la figura
de apego, así como tendencia a llamarla o a llorar, conductas que en
general mueven a esa figura a brindar sus cuidados.
Fonagy y cols. (1998, citados por Zucchi y cols, 2007) señalan que nin-
gún ser humano nace con la capacidad de regular sus propias reac-
ciones emocionales. En condiciones favorables, el cuidador principal
se muestra sensible, entiende y responde de forma adecuada ante
las señales del bebe recién nacido, desarrollándose gradualmente un
sistema regulador diádico, donde el cuidador principal restablece el
equilibrio emocional del infante cuando este se siente intranquilo,
abrumado o sobreestimulado por el medio externo, buscando en las
figuras de apego la recuperación de su homeostasis interna. Así, el
Winnicott (2008) por su parte, señala que entre madre y niño inicial-
mente, no hay separación y son uno solo. Posteriormente se rela-
cionará con la madre, primero por la “ilusión” y luego por “objetos
transicionales”. Cuando la madre se ausenta, persiste inicialmente, el
recuerdo y la representación interna de ella. Pero si la situación se
mantiene se produce la descarga del objeto (desinvestidura). Winni-
cott descubre que mediante la interacción con la madre y mediante
la respuesta adecuada de ella a las necesidades del bebé (lo que de-
nomina como “la madre suficientemente buena”, éste logra “crear”
un mundo propio y genuino de objetos, una identidad sana, un sen-
timiento adecuado de si mismo. Las fallas a este nivel afectaran a la
constitución del desarrollo emocional del niño.
Tanto las teorías de las relaciones objetales (Klein, Mahler), como las
teorías del apego y el vínculo (Bowlby, Fonagy, Pichón-Riviere), se
centran en la relación cuidador/a-infante y en los modelos mentales
del sí mismo y el otro, que un/una niño/a desarrolla a través de las
interacciones con los cuidadores. La mayoría de las teorías sobre el
desarrollo psíquico (Klein, Bion, Mahler, Winnicott, entre otros) dan
cuenta de cómo el bebé se “construye” o es “construido” en la rela-
ción con los padres desde distintas perspectivas; y destacan la impor-
A manera
de conclusión preliminar
Bibliografía.
García, M. y cols. (2009) Patología del Vínculo, Constitución del Self y Trastor-
nos de Personalidad. En INTERPSIQUIS. No. 1; Recuperado el 02 de septiem-
bre de 2015 http://www.psiquiatria.com/bibliopsiquis/handle/10401/4953
http://hdl.handle.net/10401/4953
“E
ste ser extraño no que no tenga escrúpulo alguno
sólo es, en general, en denigrarme, en ofenderme,
indigno de amor, en difamarme, en exhibir su po-
sino que - para confesarlo sin- derío sobre mi persona, y cuan-
ceramente - merece mucho más to más seguro se sienta, cuanto
mi hostilidad y aun mi odio. más inerme yo me encuentre,
No parece alimentar el míni- tanto más seguramente puedo
mo amor por mi persona, no esperar de él esta actitud para
me demuestra la menor con- conmigo.”(1)
sideración. Siempre que le sea
de alguna utilidad, no vacilará Este fragmento corresponde
en perjudicarme, y ni siquiera al contra-argumento de Freud
se preguntará si la cuantía de contra la consigna religiosa
su provecho corresponde a la “Amarás al prójimo como a
magnitud del perjuicio que me ti mismo.” ¿Está hablando
ocasiona. Más aún: ni siquiera en primera persona? O ¿Está
es necesario que de ello derive siendo interlocutor de lo que
• ¿Qué somos?
• Muerto un poco.
¿Qué somos?
Prometeo
• Winnicott
• Lacan
• Freud
• Vox populi
Donald Winnicott
Jacques Lacan
SIGMUND FREUD
vox populi