23 42 000 2017 01952 01 (Ac)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

ACCIÓN DE TUTELA - Ampara el derecho al debido proceso / DEBIDO

PROCESO ADMINISTRATIVO - Se vulnera al declarar no apto al accionante


para la actividad militar sin tener un respaldo en la ficha médica y
desconociendo las normas relativas a la determinación de la capacidad
sicofísica

[D]e la revisión de las actas de la Junta Médico Laboral Militar y del Tribunal
Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía, la Sala advierte que el Tribunal
tomó la decisión de declarar no apto al actor sin tener un respaldo en la ficha
médica y desconociendo las normas relativas a la determinación de la capacidad
sicofísica, arriba referidas. En efecto, el Tribunal Médico Laboral de Revisión
Militar y de Policía, en el Acta de 30 de marzo de 2017, afirma que el actor por la
discromatopsia (daltonismo), diagnosticada en el 2009 y reiterada en concepto
médico de 2017, resulta no apto para la actividad militar con base en las causales
del artículo 68 del Decreto 094 de 1989, sin establecer en cuál de ellas se
encuentra su condición de salud que le impida desempeñar las labores que viene
desempeñando a cabalidad y con las mejores calificaciones desde que ingresó a
la Fuerza Pública. Aunado a ello, el Tribunal estableció que la discromatopsia del
accionante podía representar una limitación para actividades de seguridad,
cuando unida a otras patologías como […] compromiso de la esteropsis y visión
profunda […] podía generar percepción errada de distancias o reconocimiento de
código de colores erróneo, patologías asociadas que no fueron diagnosticadas al
actor y que no tienen fundamento en la ficha médica del mismo. (…). [L]a Sala
advierte que la decisión del Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de
Policía, contenida en el Acta No. 2-059 TML 17-2-148 de 30 de marzo de 2017, se
tomó desconociendo los fundamentos fácticos y jurídicos del caso del actor, con lo
que se presenta una vulneración al debido proceso administrativo que habilita la
procedencia de la acción de amparo para controvertir actos administrativos.

FUENTE FORMAL: CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 86 / DECRETO 094


DE 1989 - ARTÍCULO 3 / DECRETO 094 DE 1989 - ARTÍCULO 15 / DECRETO
094 DE 1989 - ARTÍCULO 52 / DECRETO 094 DE 1989 - ARTÍCULO 68 /
DECRETO 094 DE 1989 - ARTÍCULO 82 / DECRETO 1796 DE 2000 /
DIRECTIVA PERMANENTE 0009 DE 2012 / BOLETÍN INFORMATIVO DE
MEDICINA LABORAL No. 01 DE 2015

NOTA DE RELATORÍA: Acerca del carácter subsidiario y residual de la acción de


tutela, ver: Corte Constitucional, sentencia de 15 de junio de 2010, exp. T-450,
M.P. Humberto Antonio Sierra Porto y sentencia de 20 de marzo de 2009, exp. T-
192, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. En cuanto a la improcedencia de la tutela con
ocasión de la expedición de actos administrativos, ver: Corte Constitucional,
sentencia de 15 de diciembre de 2011, exp. T-956, M.P. Jorge Iván Palacio
Palacio. Sobre la procedencia de la tutela contra actos administrativos en
presencia de un perjuicio irremediable, ver: Corte Constitucional, sentencia de 19
de junio de 2003, exp. T-514, M.P. Eduardo Montealegre Lynett. Acerca de la
procedencia de la acción de tutela, de forma definitiva, cuando existe una vía de
hecho en un acto administrativo y se observa la existencia de un perjuicio
irremediable, ver: Corte Constitucional, sentencia de 3 de noviembre de 2006, exp.
T-912, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Sobre el mismo tema, consultar:
Consejo de Estado, Sección Primera, sentencia de 11 de febrero de 2016, exp.
25000-23-42-000-2015-04386-01, C.P. Guillermo Vargas Ayala y sentencia de 6
de abril de 2017, exp. 41001-23-31-000-2017-00010-01, C.P. Carlos Enrique
Moreno Rubio.
CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN PRIMERA

Consejero ponente: ROBERTO AUGUSTO SERRATO VALDÉS

Bogotá, D.C., veinte (20) de octubre de dos mil diecisiete (2017)

Radicación número: 25000-23-42-000-2017-01952-01(AC)

Actor: LUIS GABRIEL URREGO HENAO

Demandado: MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL – EJÉRCITO NACIONAL


– TRIBUNAL MÉDICO LABORAL DE REVISIÓN MILITAR Y DE POLICÍA

La Sala decide la impugnación instaurada por el señor Luis Gabriel Urrego


Henao, en contra de la providencia de 4 de mayo de 2017, por medio de la cual la
Subsección “E” de la Sección Segunda del Tribunal Administrativo de
Cundinamarca, declaró la improcedencia del amparo deprecado por el accionante.

I.- LA SOLICITUD DE TUTELA

I.1.- El señor Luis Gabriel Urrego Henao presentó acción de tutela en contra de
la Nación – Ministerio de Defensa Nacional – Ejército Nacional – Tribunal
Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía, por considerar vulnerados sus
derechos fundamentales al debido proceso, a la igualdad y al trabajo, con
ocasión de las actas números 31866 del 16 de julio de 2009 y 2-059 TML 17-2-148
de 30 de marzo de 2017, expedidas por la Junta Médica Laboral Militar del Ejército
Nacional y por el citado Tribunal, respectivamente, mediante las cuales se determinó
que no era apto para la actividad militar y no se recomendó su reubicación.

I.2- Las violaciones antes enunciadas las infiere el accionante, en síntesis, de los
siguientes hechos:

1°: Refiere que el 30 de junio de 2001, ingresó a estudiar a la Escuela Militar de


Cadetes, por lo que el 18 de junio de 2004 se graduó de Profesional en Ciencias
Militares, destacándose por su alto rendimiento físico y académico;
posteriormente, ingresó al escalafón de oficial y actualmente ostenta el grado de
Capitán.
2º: Menciona que su formación académica no solo se ha limitado en lo relacionado
con la carrera militar, sino que ha obtenido títulos como Instructor de Derechos
Humanos, Diplomado en Administración Educativa, Diplomado en Alta Gerencia,
Administrador de Empresas, Especialista en Docencia Universitaria y,
actualmente, cursa primer semestre de Maestría en Historia en la Universidad
Javeriana.

3º: Manifiesta que, al momento de ascender al Grado de Teniente 1, se realizó


Junta Médica Laboral Militar para establecer requisitos de ascenso y mediante
Acta número 31866 del 16 de julio de 2009, se determinó que el actor tenía la
patología de discromatopsia 2, por lo que establecieron que no era apto para la
actividad militar, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 68 3 del Decreto
0094 de 1989.

4º: Explica que, no obstante lo anterior, fue ascendido al grado de Teniente y


posteriormente al de Capitán, sin que la patología encontrada hubiere interferido
en sus ascensos o en el desempeño de los diferentes cargos militares que ha
ejercido a lo largo de su carrera militar.

5º: Señala que el 22 de septiembre de 2016, solicitó ante el Tribunal Médico


Laboral de Revisión Militar, la revocatoria o modificación del Acta número 31866
del 16 de julio de 2009 expedida por la Junta Médica Laboral Militar, al considerar
que la afección discromatopsia no afecta su desempeño como Oficial de
Caballería.

6º: Indica que el 21 de marzo de 2017 presentó ante el Tribunal Médico Laboral de
Revisión Militar y de Policía, renuncia de la solicitud de revisión antes referida, sin
embargo, el citado Tribunal hizo caso omiso y, mediante el Acta 2-059 TML 17-2-
148 de 30 de marzo de 2017, decidió modificar la decisión recurrida, en el sentido
de declarar la incapacidad permanente parcial por la patología de discromatopsia
y, como consecuencia de ello, lo declaró no apto para la actividad militar y no
recomendó su reubicación laboral.
1
Los grados militares de los oficiales inician con Subteniente, luego Teniente, Capitán, Mayor, Teniente Coronel, Coronel,
Brigadier General, Mayor General, Teniente General y General.
2
Comúnmente conocida como daltonismo o ceguera de color.
3
“Artículo 68. Defectos generales y misceláneos. Algunas condiciones o defectos , solos o combinados , así:
a) Impiden que el individuo realice satisfactoriamente sus funciones en la vida Militar o policial
b) La salud o bienestar del individuo peligra al permanecer en la vida Militar o policial
c) La permanencia del individuo en la vida Militar o policial perjudica los interese del Estado”.
7º: Alega que, como consecuencia del anterior dictamen, no podría ascender al
grado de Mayor, a pesar de haber realizado el respectivo curso y obtener una alta
calificación y que, además, será retirado del servicio.

En consecuencia, solicita:

“[…] Revocar dentro de mayor brevedad de tiempo posible la decisión de no


ser considerado apto para la actividad militar, así como la recomendación de
no reubicación en las fuerzas militares.

Que en adelante no se me discrimine dentro del Ejército Nacional en ningún


trámite, proceso o procedimiento por limitación física (discromatopsia) y esta
no sea la causa determinante para atentar contra mi estabilidad laboral
reforzada, derecho a ascender dentro del Ejército Nacional y demás
derechos laborales […]” 4.

II. TRÁMITE DE LA TUTELA

Con auto de 21 de abril de 2017, la Subsección “E” de la Sección Segunda del


Tribunal Administrativo de Cundinamarca, admitió la acción de tutela y ordenó
notificar al Ministro de Defensa Nacional y al Director de Sanidad del Ejército
Nacional, en condición de accionados (Fl. 73).

El Ministro de Defensa Nacional, así como el Director de Sanidad del Ejército


Nacional, pese a que fueron debidamente notificados, guardaron silencio.

III.- EL FALLO IMPUGNADO

La Subsección “E” de la Sección Segunda del Tribunal Administrativo de


Cundinamarca, mediante sentencia de 4 de mayo de 2017, declaró la
improcedencia de la solicitud de tutela al considerar que la misma no cumple con
el requisito de subsidiariedad.

Explicó que, “[…] la Ley previó mecanismos idóneos, como el medio de nulidad y
restablecimiento del derecho consagrado en el artículo 138 de Código
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, lo que hace sin
lugar a dudas, que la Tutela se torne improcedente […]”.

4
Folio 13.
Precisó que el accionante al no estar de acuerdo con los resultados emitidos por el
Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía, puede controvertirlo ante
la jurisdicción contenciosa administrativa a través del medio de control de nulidad
y restablecimiento, mecanismo en el que, además, puede plantear las medidas
cautelares previstas en el artículo 230 de la Ley 1437 de 2011.

Aunado a lo anterior, tampoco consideró que procediera la acción de amparo


como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable, en tanto el actor
todavía se encuentra vinculado al Ejército Nacional y, en tal virtud, no se le ha
causado ningún perjuicio como consecuencia de la decisión del Tribunal Médico
Laboral de Revisión Militar y de Policía.

IV.- FUNDAMENTO DE LA IMPUGNACIÓN

Mediante escrito de 8 de mayo de 2017, la parte actora impugnó el fallo de


primera instancia e insistió en los argumentos expuestos en la demanda y, en
consecuencia, solicitó revocar la decisión del a quo para, en su lugar, conceder el
amparo deprecado.

Criticó que la Subsección “E” de la Sección Segunda del Tribunal Administrativo


de Cundinamarca, en su pronunciamiento, hubiera considerado que no procedía la
acción de tutela, por el simple hecho que aún se encuentra vinculado a la
institución, dejando a un lado que el motivo por el cual inició la solicitud de amparo
es precisamente evitar que, con ocasión al acta expedida por el Tribunal Médico
Laboral de Revisión Militar y de Policía, se retire del servicio y no obtenga el
ascenso al grado de Mayor.

V.- CONSIDERACIONES DE LA SALA

V.1. Problema jurídico a dilucidar

Corresponde a la Sala determinar si debe o no revocarse el fallo de 4 de mayo de


2017, proferido por la Subsección “E” de la Sección Segunda del Tribunal
Administrativo de Cundinamarca, a través del cual declaró la improcedencia de la
acción de amparo por no cumplir con el requisito de subsidiariedad en tanto el
actor cuenta con el medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho
para controvertir las actas de la Junta Médico Laboral y del Tribunal Médico
Laboral de Revisión Militar y de Policía.

Por consiguiente, el problema jurídico radica en establecer si la acción de amparo


procede para controvertir el contenido de un acto administrativo que contiene la
calificación de la capacidad sicofísica de un miembro del Ejército Nacional.

Por ende y, para desatar el asunto objeto de análisis, la Sala estima pertinente
referirse al requisito de subsidiariedad de la tutela cuando se presenta para
controvertir actos administrativos, en aras de dar claridad al asunto planteado.

En relación con el presupuesto de subsidiariedad cabe recordar que el artículo


86 de la Constitución Política, establece que la acción de tutela constituye un
medio de protección de carácter residual y subsidiario, que puede usarse ante la
vulneración o amenaza de derechos fundamentales cuando no exista otro medio
idóneo de defensa de lo invocado, o existiéndolo, no resulte oportuno o se
requiera acudir al amparo como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable.

Sobre el particular, la Corte Constitucional ha establecido lo siguiente:

“[…] La acción de tutela es un mecanismo de origen constitucional de


carácter residual y subsidiario, encaminado a la protección inmediata de los
derechos fundamentales de las personas que están siendo amenazados o
conculcados. Ello en consonancia con el artículo 86 de la Constitución, los
artículo 6º numeral 1, del Decreto 2591 de 1991 que establecen como causal
de improcedencia de la tutela: “cuando existan otros recursos o medios de
defensa judiciales, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio
para evitar un perjuicio irremediable. La existencia de dichos mecanismos
será apreciada en concreto, en cuanto a su eficacia, atendiendo las
circunstancias en que se encuentre el solicitante”.

El carácter subsidiario y residual de la acción de tutela ha servido a la Corte


Constitucional para explicar el ámbito restringido de procedencia de las
peticiones elevadas con fundamento en el artículo 86 de la Carta Política,
más aún cuando el sistema judicial permite a las partes valerse de diversas
acciones ordinarias que pueden ser ejercidas ante las autoridades que
integran la organización jurisdiccional, encaminadas todas a la defensa de
sus derechos.

En este sentido, la jurisprudencia de la Corte ha sido enfática en la necesidad


de que el juez de tutela someta los asuntos que llegan a su conocimiento a la
estricta observancia del carácter subsidiario y residual de la acción, en este
sentido en Sentencia T-106 de 1993 esta Corporación, afirmó:
"El sentido de la norma es el de subrayar el carácter supletorio del
mecanismo, es decir, que la acción de tutela como mecanismo de
protección inmediata de los derechos constitucionales fundamentales
debe ser entendida como un instrumento integrado al ordenamiento
jurídico, de manera que su efectiva aplicación sólo tiene lugar cuando
dentro de los diversos medios que aquél ofrece para la realización de los
derechos, no exista alguno que resulte idóneo para proteger instantánea y
objetivamente el que aparece vulnerado o es objeto de amenaza por
virtud de una conducta positiva o negativa de una autoridad pública o de
particulares en los casos señalados por la ley, a través de una valoración
que siempre se hace en concreto, tomando en consideración las
circunstancias del caso y la situación de la persona, eventualmente
afectada con la acción u omisión. No puede existir concurrencia de
medios judiciales, pues siempre prevalece la acción ordinaria; de ahí que
se afirme que la tutela no es un medio adicional o complementario, pues
su carácter y esencia es ser único medio de protección que, al afectado
en sus derechos fundamentales, brinda el ordenamiento jurídico […]” 5.

En ese orden de ideas, en la medida en que existan otras instancias judiciales que
resultaren eficaces para alcanzar la protección que se reclama, el interesado debe
acudir a ellas y agotarlas, antes de pretender el amparo por vía de tutela; puesto
que la acción constitucional no puede desplazar los mecanismos específicos
previstos en la correspondiente regulación común.

En ese sentido, la Corte Constitucional determinó:

“[…] Al respecto, la jurisprudencia constitucional ha determinado que “el


requisito de subsidiariedad de la acción de tutela responde al carácter
expansivo de la protección de los derechos fundamentales respecto de las
instituciones que conforman el aparato estatal y, de manera particular, las
instancias que ejercen la función pública de administración de justicia. En
efecto, la exigencia de este requisito, lejos de disminuir el ámbito de
exigibilidad judicial de dichos derechos, presupone que los procedimientos
judiciales ordinarios son los escenarios que, por excelencia, están diseñados
para garantizar su efectividad, a través de órdenes con contenido coactivo
[…]” 6.

Por tanto, en la medida en que exista otro medio de defensa judicial para proteger
el derecho, deberá acudirse a él, lo cual desplaza a la acción de amparo como
mecanismo principal para ello, a menos que se esté ante un perjuicio irremediable,
caso en el cual se tramitará la acción de tutela como mecanismo transitorio.

5
Corte Constitucional. Sentencia T-450 de 2010. M.P.: Humberto Antonio Sierra Porto.
6
Corte Constitucional. Sentencia T-192 de 2009. M.P.: Luis Ernesto Vargas Silva.
En ese orden de ideas, por regla general, la acción de tutela ésta no procede para
controvertir actos administrativos de carácter particular y concreto, toda vez que el
legislador previó como mecanismo de defensa judicial para desvirtuar su legalidad,
la acción de nulidad y restablecimiento del derecho y, en su defecto, la acción de
nulidad.

En ese sentido, la jurisprudencia 7 de la Corte Constitucional ha sido reiterativa en


expresar que:

“[…] En principio, la acción de tutela es improcedente como mecanismo


principal para proteger derechos fundamentales que resulten amenazados o
vulnerados con ocasión de la expedición de actos administrativos de
contenido particular y concreto, ya que para controvertir estos actos el juez
natural es la jurisdicción contenciosa administrativa, instancia en la cual los
afectados pueden hacer uso de dos mecanismos de defensa.

De un lado, en ejercicio del artículo 85 del Código Contencioso


Administrativo, se puede interponer la acción de nulidad y restablecimiento
del derecho y, según el artículo 152, numeral 2° del mismo código, en caso
de que sea manifiesta la infracción de una de las disposiciones invocadas,
también se puede solicitar la suspensión provisional del acto administrativo
demandado.

De otro lado, el artículo 84 del Código Contencioso Administrativo dispone


que toda persona podrá solicitar que se declare la nulidad de los actos
administrativos cuando quebranten las normas en que deberían fundarse,
hayan sido expedidos por funcionarios u organismos incompetentes, o en
forma irregular, o con desconocimiento del derecho de audiencias y defensa,
o mediante falsa motivación, o con desviación de las atribuciones propias del
funcionario o corporación que los profirió.

[…]

Sobre la base de lo expuesto, la persona que estime vulnerados sus


derechos por un acto administrativo puede solicitar alternativamente la
nulidad y restablecimiento del derecho o, en la medida en que esta acción no
se ejerza dentro del término legalmente establecido para ello, pedir la
nulidad simple del acto, caso en el cual la pretensión debe ser
exclusivamente el control de legalidad en abstracto de dicho acto […]”
(Subrayado fuera de texto).

Sin embargo, la jurisprudencia también ha reconocido que, en algunas


circunstancias especiales, procede la acción de tutela contra actos
administrativos, siempre que, i) se esté ante la presencia de la vulneración de
derechos fundamentales y, ii) exista peligro de la ocurrencia de un perjuicio
irremediable; con lo que el amparo procedería como mecanismo transitorio.

7
Corte Constitucional. Sentencia T-956 de 2011. M.P.: Jorge Iván Palacio Palacio.
En ese sentido, en sentencia T-514 de 2003, la Corte Constitucional determinó:

“ […] la Corte concluye (i) que por regla general, la acción de tutela es
improcedente como mecanismo principal para la protección de derechos
fundamentales que resulten amenazados o vulnerados con ocasión de la
expedición de actos administrativos, como quiera que existen otros
mecanismos tanto administrativos como judiciales para su defensa; (ii) que
procede la acción de tutela como mecanismo transitorio contra las
actuaciones administrativas cuando se pretenda evitar la configuración
de un perjuicio irremediable; y (iii) que solamente en estos casos el juez
de tutela podrá suspender la aplicación del acto administrativo (artículo 7 del
Decreto 2591 de 1991) u ordenar que el mismo no se aplique (artículo 8 del
Decreto 2591 de 1991) mientras se surte el proceso respectivo ante la
jurisdicción de lo contencioso administrativo […]” (Resalta la Sala).

Aunando en lo anterior, la Corte Constitucional ha admitido igualmente que,


cuando se presenta una vía de hecho administrativa y se demuestra un perjuicio
irremediable, la acción de tutela puede incluso proceder, excepcionalmente como
mecanismo definitivo. Sobre este punto, en Sentencia T-912 de 2006, señaló:

“[…] No obstante, esta Corporación también ha admitido que en ciertos


casos, cuando existe una vía de hecho en un acto administrativo y se
observa la existencia de un perjuicio irremediable, la acción de tutela
procederá no sólo como mecanismo transitorio, sino que
excepcionalmente podrá concederse de forma definitiva. En efecto, en la
sentencia T-418 de 2003, se señaló sobre este punto lo siguiente:

“[…] si se trata de una decisión proferida en proceso administrativo, fiscal


o disciplinario, en la que se alega la existencia de una vía de hecho en la
decisión correspondiente, el examen del juez de tutela es distinto, pues,
en estos casos, el afectado siempre puede acudir ante la jurisdicción
contenciosa administrativa. En estos eventos, cuando existe
indudablemente la vía de hecho, según las circunstancias del caso
concreto, y frente a un perjuicio irremediable, debidamente
sustentado, el juez de tutela puede conceder la acción de tutela,
como mecanismo transitorio, o, excepcionalmente, en forma
definitiva”.

Así también lo señaló en la sentencia T-811 de 2003, en donde la Corte


resaltó lo siguiente:

‘No obstante lo afirmado, ha de manifestarse que la acción de tutela


resulta excepcionalmente procedente contra actuaciones
administrativas en todos aquellos casos en los que la actuación de
la autoridad respectiva carezca de fundamento objetivo y sus
decisiones sean el producto de una actitud arbitraria y caprichosa
que traiga como consecuencia la vulneración de derechos
fundamentales de la persona, incurriendo de esa manera en lo que
se ha denominado como ‘vía de hecho […]” (Resalta la Sala).
Así las cosas, en principio la acción de tutela resulta improcedente para
controvertir la legalidad de actos administrativos, a menos de que esté en juego la
vulneración de derechos fundamentales y se busque evitar la ocurrencia de un
perjuicio irremediable, caso en el cual, procedería el amparo de manera transitoria.
Sin embargo, cuando se está frente a una vía de hecho administrativa y un
perjuicio irremediable, el juez de tutela podría conceder la protección definitiva
mediante la acción constitucional.

V.2. El caso concreto

En el sub lite pretende el accionante que se le amparen sus derechos


fundamentales al debido proceso, a la igualdad y al trabajo y, como
consecuencia de lo anterior, se ordene dejar sin efectos las Actas números 31866
del 16 de julio de 2009 y 2-059 TML 17-2-148 de 30 de marzo de 2017, expedidas
por la Junta Médico Laboral Militar del Ejército Nacional y por el Tribunal Médico
Laboral de Revisión Militar y de Policía, respectivamente, mediante las cuales se
determinó que no era apto para la actividad militar y no se recomendó su
reubicación.

Las decisiones que se toman en la Junta Médico Laboral y en el Tribunal Médico


Laboral de Revisión Militar y de Policía, deben encontrarse sustentadas en la ficha
médica del miembro de la Fuerza Pública cuya situación sicofísica vaya a ser
evaluada, por cuanto de la condición de salud en la que se encuentre se
determinará si es apto o no para continuar en el ejercicio de la vida militar.

La ficha médica se sustenta, a su vez, en los conceptos médicos emitidos por los
especialistas de acuerdo con las posibles patologías que pueda presentar el
miembro de la Fuerza Pública y que tengan la potencialidad de afectar su
capacidad sicofísica.

Los conceptos médicos se encuentran regulados por el Decreto 094 de 1989 8, en


el Decreto 1796 de 2000, en la Directiva Permanente 0009 de 2012 y en el Boletín
Informativo de Medicina Laboral No. 01 de 2015, normas que determinan las
patologías que inhabilitan a una persona para ejercer actividades militares, los

8
“Por el cual se reforma el estatuto de la capacidad sicofísica, incapacidades, invalideces e indemnizaciones del personal
de Oficiales y Suboficiales de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, soldados, Grumetes, Agentes, Alumnos de las
Escuelas de Formación y personal civil del Ministerio de Defensa y la Policía Nacional”.
porcentajes de incapacidad que cada una representa y el protocolo que se debe
realizar para llevar a cabo los trámites de medicina laboral en la Fuerza Pública.

En ese contexto, para el ascenso en la carrera militar se requiere, entre otros, un


examen de la capacidad sicofísica del personal para garantizar que se encuentra
en óptimas condiciones de permanencia en el servicio.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 3º del Decreto 094 de 1989, “[…] la


capacidad sicofísica de las personas para su ingreso y permanencia en el servicio,
se califica con los conceptos de aptos, aplazado y no apto […]”, éste último se
presenta cuando se encuentra alguna alteración sicofísica que no le permita a la
persona “[…] desarrollar normal y eficientemente la actividad militar, policial o civil
correspondiente a su cargo, empleo o funciones […]”.

En ese orden de ideas, resulta crucial que se determine con certeza si una
condición médica afecta, incapacita o imposibilita a un individuo para desempeñar
las actividades militares.

En ese sentido, el artículo 15 del Decreto 094 de 1989 establece las diferentes
clasificaciones de las incapacidades, de la siguiente manera:

“Artículo 15º.- Clasificación de las incapacidades e invalideces:


Incapacidades relativa y temporal. Es la determinada por las lesiones o
afecciones que disminuyen parcialmente la capacidad sicofísica y de trabajo
de la persona y que mediante el tratamiento médico, quirúrgico o por las
solas defensas del organismo obtenga su recuperación total.
Incapacidad absoluta y temporal. Es la determinada por las lesiones o
afecciones que suprimen transitoriamente la capacidad sicofísica y de trabajo
de la persona y que mediante tratamiento médico, quirúrgico o por las solas
defensas del organismo, logren su recuperación total.
Incapacidades relativa y permanente. Es la determinada por lesiones o
afecciones que disminuyen parcialmente la capacidad sicofísica y de trabajo
de la persona sin saber susceptibles de recuperación por ningún medio.
Incapacidad absoluta y permanente o invalidez. Es el estado proveniente
de lesiones o afecciones patológicas, no susceptibles de recuperación por
medio alguno, que incapacitan en forma total a la persona para ejercer toda
clase de trabajo. Cuando el inválido no pueda moverse, conducirse o
efectuarse los actos esenciales de la existencia sin la ayuda permanente de
otra persona, se le denomina gran invalidez”.
En el Título Séptimo 9 del referido decreto, se clasifican las lesiones y afecciones
que constituyen causales generales de no aptitud y, dentro de las correspondientes
a los ojos, el artículo 52 lista las siguientes:

“Artículo 52. Ojos:

a) Enfermedades activa y progresiva de los ojos, resistentes a tratamiento


que afecta la agudeza y el campo visual.
b) Afaquia bilateral.
c) Glaucoma.
d) Lesiones o afecciones crónicas de los ojos , progresivas y resistentes a
tratamientos .
e) Manifestaciones oculares de trastornos endocrinos o metabólicos.
f) Secuelas progresivas de lesiones de los ojos con disminución de la
agudeza y el campo visual.
g) Desprendimiento ( desgarramiento ) de la retina.
1. Con disminución de la A.V. , del campo visual o con diplopía.
2. Bilateral , de cualquier etiología.
h) Visión.
1. Aniseiconía.
2. Diplopía binocular .
3. Hemianopsia.
4. Agudeza visual.
a) Agudeza visual que no corrige 20/20 en ambos ojos.
b) En uno, cuando le sea extirpado el otro.
5. campo visual.
a) cuando el campo visual en el mejor ojo está reducido a menos de
20º .
b) Visión nocturna .
c) Ceguera nocturna . El examinado necesita ayuda para caminar de
noche.
i) Cuerpo extraño intraocular”.

Por su parte, en el artículo 82 de la misma norma se determinan las afecciones que


se consideran son las causas de cada una las lesiones referidas en el artículo 52
referido, sin que dentro de ellas se encuentre la relativa a la discromatopsia como
patología que pueda afectar la capacidad para desempeñar la vida militar.

En el Boletín de Medicina Laboral No. 01 de 2015 (fl. 90) si se hace alusión a la


discromatopsia, pero como posible causal de aplazamiento, haciendo la aclaración
que dicha patología solo resulta relevante en Grados Bajos C3, CS y ST, TE,
Dragoneantes y Alférez, por el tema de patrullaje.

Acorde con ello, de la revisión de las actas de la Junta Médico Laboral Militar y del
Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía, la Sala advierte que el

9
Artículo 47 y ss.
Tribunal tomó la decisión de declarar no apto al actor sin tener un respaldo en la
ficha médica y desconociendo las normas relativas a la determinación de la
capacidad sicofísica, arriba referidas.

En efecto, el Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía, en el Acta de


30 de marzo de 2017, afirma que el actor por la discromatopsia (daltonismo),
diagnosticada en el 2009 y reiterada en concepto médico de 2017, resulta no apto
para la actividad militar con base en las causales del artículo 68 10 del Decreto 094
de 1989, sin establecer en cuál de ellas se encuentra su condición de salud que le
impida desempeñar las labores que viene desempeñando a cabalidad y con las
mejores calificaciones desde que ingresó a la Fuerza Pública.

Aunado a ello, el Tribunal estableció que la discromatopsia del accionante podía


representar una limitación para actividades de seguridad, cuando unida a otras
patologías como “[…] compromiso de la esteropsis y visión profunda […]” podía
generar percepción errada de distancias o reconocimiento de código de colores
erróneo, patologías asociadas que no fueron diagnosticadas al actor y que no
tienen fundamento en la ficha médica del mismo.

Además, con base en dichas afirmaciones que no corresponden a las condiciones


de salud reales del actor, determina una incapacidad permanente parcial con cero
porcentaje (0%) de disminución de la capacidad laboral, lo que resulta un
contrasentido.

Como se puso de presente precedentemente, la incapacidad por definición se


presenta cuando ocurren circunstancias que imposibilitan, suprimen o disminuyen
la capacidad del individuo para realizar las actividades correspondientes a sus
labores o funciones asignadas, lo cual, claramente no ocurre en el presente asunto
por cuanto está plenamente probado que el actor se ha desempeñado, de manera
sobresaliente, en la actividad militar en cada uno de los grados a los que ha
ascendido a lo largo de su carrera en las fuerzas.

10
“Artículo 68. Defectos generales y misceláneos. Algunas condiciones o defectos , solos o combinados , así:
a) Impiden que el individuo realice satisfactoriamente sus funciones en la vida Militar o policial
b) La salud o bienestar del individuo peligra al permanecer en la vida Militar o policial
c) La permanencia del individuo en la vida Militar o policial perjudica los interese del Estado”.
La Sala encuentra que la discromatopsia diagnosticada al actor no fue un
impedimento para sus ascensos anteriores ni representó una dificultad para realizar
ninguna de las tareas asignadas en los diferentes cargos que desempeñó.

Por tanto, la Sala advierte que la decisión del Tribunal Médico Laboral de Revisión
Militar y de Policía, contenida en el Acta No. 2-059 TML 17-2-148 de 30 de marzo
de 2017, se tomó desconociendo los fundamentos fácticos y jurídicos del caso del
actor, con lo que se presenta una vulneración al debido proceso administrativo que
habilita la procedencia de la acción de amparo para controvertir actos
administrativos.

En consecuencia, la Sala discrepa de la decisión del a quo en el sentido de la


improcedencia de la acción amparo para controvertir la decisión contenida en las
actas de la Junta Médico Laboral Militar y del Tribunal Médico Laboral de Revisión
Militar y de Policía, por cuanto, si bien existe otro medio de defensa judicial para
cuestionar su legalidad, se advierte una vía de hecho administrativa que amerita la
intervención del juez constitucional, en tanto la decisión del Tribunal repercute en el
ascenso del actor y le impide continuar, sin fundamento alguno, con la acreditación
de requisitos para ello.

A más de lo anterior, se observa que ya se produjeron los ascensos de los


compañeros de curso del actor, dejándolo por fuera de tal posibilidad.

En relación con la procedencia excepcional de la acción de tutela, cuando se


pretenda controvertir actos administrativos, la Sala ya se ha pronunciado 11 para
establecer que, ante la existencia de una grave vulneración de derechos
fundamentales y de una vía de hecho administrativa, se deberá conceder el
amparo definitivo.

Así las cosas, por las razones antes señaladas, se revocará la providencia
impugnada para, en su lugar, conceder el amparo deprecado al verificarse la
existencia de la vulneración del derecho fundamental al debido proceso. Como
consecuencia de ello, se dejará sin efecto el Acta No. 2-059 TML 17-2-148 del 30
de marzo de 2017, dictada por el Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de

11
Consejo de Estado. Sección Primera. Sentencia de 11 de febrero de 2016. Radicación: 25000-23-42-000-2015-04386-01.
Actor: Jender Duvan Álvarez Quintero. C.P.: Guillermo Vargas Ayala.

Consejo de Estado. Sección Primera. Sentencia 6 de abril de 2017. Radicación: 41001-23-31-000-2017-00010-01. Actor:
Marlon David Hoyos Pineda. C.P.: Carlos Enrique Moreno Rubio.
Policía y, se ordenará a dicho Tribunal expedir un Acta de reemplazo en la que se
determine, con base en la ficha médica del señor Luis Gabriel Urrego Henao, la
condición sicofísica del actor con miras a cumplir con los requisitos para el
ascenso al grado de Mayor, atendiendo las razones expuestas en la presente
providencia.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Primera, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la Ley,

FALLA

PRIMERO: REVOCAR la sentencia impugnada, proferida el 4 de mayo de 2017, por


la Subsección “E” de la Sección Segunda del Tribunal Administrativo de
Cundinamarca y, en su lugar, AMPARAR en forma definitiva el derecho fundamental
al debido proceso del señor Luis Gabriel Urrego Henao.

SEGUNDO: DEJAR SIN EFECTO el Acta No. 2-059 TML 17-2-148 del 30 de
marzo de 2017, dictada por el Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de
Policía, de conformidad con el expuesto en la parte motiva de esta providencia.

TERCERO: ORDENAR al Tribunal Médico Laboral de Revisión Militar y de Policía


que, en el término de cuarenta y ocho (48) horas, contado a partir de la
notificación de este fallo, expida un Acta de reemplazo en la que se determine, con
base en la ficha médica del señor Luis Gabriel Urrego Henao, la condición
sicofísica del actor con miras a cumplir con los requisitos para el ascenso al grado
de Mayor, atendiendo los presupuestos fácticos y jurídicos puestos de presente en
este proveído.

CUARTO: Dentro de los diez (10) días siguientes a la ejecutoria de esta


providencia, REMÍTIR el expediente a la Honorable Corte Constitucional para su
eventual revisión.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE, COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE,


Se deja constancia que la anterior providencia fue leída, discutida y aprobada por
la Sala en la sesión de la fecha.

ROBERTO AUGUSTO SERRATO VALDÉS MARÍA ELIZABETH GARCÍA GONZÁLEZ


Presidente

OSWALDO GIRALDO LÓPEZ

También podría gustarte