iNTRODUCCIÓN A LAS DOCTRINAS POLITICAS-ECONOMICAS

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Universidad Autónoma de México

Facultad de Contaduría y Administración

Walter Montenegro

Introducción
a las
doctrinas
políticas-
económicas

Sánchez Medina Nayeli


2271
El fenómeno político depende de las características que asume la
interdependencia de tres factores: el individuo, la colectividad y el estado. El
hombre fue diseñado y organizado por diferentes formas de convivencia de las
cuales surgió el concepto de autoridad. Es un consiente y dinámico proceso de
adaptación a las necesidades y aspiraciones crecientes, desde lo simple y
rudimentario de la prehistoria hasta lo complejo del mundo contemporáneo.

El individualismo tiene como finalidad, en lo filosófico, salvaguardar los llamados


derechos inherentes a la condición humana encarnados en cada individuo:
derecho a la vida, la libertad, la felicidad. En lo material, garantizar la propiedad
privada, la iniciativa y la empresa privada. El individuo es el protagonista y objeto
final del orden político-económico.

La colectividad debe de estar organizada y rígida de modo que permita y asegure


el respeto y el ejercicio de los derechos inalienables. Dentro de la concepción
colectivista el individuo deja de ser un fin en sí mismo; lo es en la medida que
forma parte de la colectividad. La meta de la felicidad individual para a ser la
felicidad colectiva.

El cooperativismo no sólo se trata, en este caso, de la íntima relación funcional


que existe entre lo económico y lo político, sino que, al sustituir el incentivo del
lucro individual por el concepto del servicio colectivo, el cooperativismo ataca en
medida uno de los conceptos en que se asientan las teorías políticas
individualistas. El cooperativismo no es producto de altas especulaciones
académicas.

Desde los inicios del ser humano, este ha tenido la necesidad de asociarse con
grupos y sociedades, para su correcto funcionamiento, ha ido desarrollando
diversas formas de organizarse y desarrollarse, creando así normas de
convivencia y símbolos de autoridad.

Empecemos hablando del liberalismo. Hay dos «liberalismos» que, no obstante;


su origen común, pueden representar posiciones antagónicas. El primero es el que
designa a la filosofía política de la libertad, del progreso intelectual y ruptura de las
cadenas que inmovilizan al pensamiento. En este sentido, liberalismo significa
actitud de renovación y avance. El segundo es, concretamente, el liberalismo
económico nacido en el siglo XV a la que dio su expresión clásica Adam Smith,
como aplicación específica del liberalismo individualista al fenómeno económico.

¿Qué fue del feudalismo? Durante mucho tiempo, y especialmente bajo el influjo
del racionalismo del siglo XVI, se pensó en la Edad Media de la cual nada salvo en
el orden teológico había salido como contribución al progreso del mundo
occidental. Los pensadores católicos contemporáneos asignan a la Edad Media la
función de un periodo germinativo, de reposo, de silencio y sombra fecundos,
durante el cual maduró la simiente del mundo moderno, en tierra fertilizada con
despojos de las culturas asoladas por los bárbaros que descendieron del Norte
hacia el Mediterráneo.

Los grandes descubrimientos geográficos ensanchan el ámbito material del


progreso, abriendo nuevas rutas de comercio y de expansión política y económica,
y contribuyen decisivamente al intercambio de conocimientos y productos.
Ocasionando así que siglos más tarde con la creación de la enciclopedia se facilite
el camino de la investigación para abrir camino al intelecto, revisando,
examinando, analizando, criticando y catalogando todo.

Gracias a la aparición del feudalismo, la tierra cede a la fábrica y al comercio el


primer puesto como fuente de riqueza que es sustituida por el capital industrial o
comercial. Con ello aparece una nueva clase social, la burguesía, compuesta por
personas que, sin pertenecer a la nobleza, mueven la rueda de la actividad
económica. Por otra parte, la fábrica sustituye al taller y en lugar del artesano
emerge con el enorme volumen de su aporte y de sus necesidades, el proletariado
es el que vende su trabajo por un salario.

El liberalismo y la democracia están estrechamente unidos, pero hablaremos hora


de la democracia. La democracia propugna el concepto de la “soberanía popular”,
o sea el derecho del pueblo todo a gobernarse por sí mismo, con finalidades que
representan el interés de todo el pueblo. La mayoría ejercita también aparte que le
corresponde en la soberanía popular, al desempeñar las funciones de crítica y
control que incumben a la oposición. Disfruta, además, del derecho expectativo de
convertir se, eventualmente, en mayoría. La democracia presupone la igualdad de
los hombres y su derecho igualitario tanto a ejercer la soberanía popular como a
alcanzar los fines que tiene el hombre.

Las corrientes políticas comprendidas en del socialismo utópico deben su nombre


a la obra Utopía de Tomas Moro. Lo utópico es lo que se sueña y, en su calidad
de sueño, es no sólo irreal sino también un tanto irrealizable.

Pero hay algo que asigna su especial condición utópica al socialismo de ese
nombre, y es que éste se limita a delinear la imagen de un mundo perfecto, sin
determinar con precisión los procedimientos que, en la práctica, habrán de
materializarlo. Por otra parte, el socialismo utópico deposita una fe excesiva e
ingenua -bellamente ingenua- en el simple deseo de progreso y renovación del
hombre. Creer, de principio, que ese hombre pudiera ser persuadido de renunciar
sin lucha a lo que considera suyo y ama como suyo para formar en cambio un
mundo perfecto en beneficio de los demás es lo que imprime el sello de la utopía
en el socialismo utópico. La educación es también obligatoria y se la imparte a
todos por igual. Todos tienen el mismo derecho a un nivel básico de comodidades
materiales y a las mismas oportunidades de superación intelectual.

Se sostiene que el cristianismo tiene su esencia en el espíritu. El cristianismo es


intrínsecamente individualista, por cuanto proclama los valores primordiales del
espíritu humano dando así un reflejo de la sustancia divina. La iglesia es la
máxima autoridad y como representante de esta tenemos al papa.

La Democracia Cristiana, en cuanto partido político, se fundamenta en el ideal


democrático y en los valores cristianos. ""La Democracia Cristiana es un partido
no confesional de inspiración cristiana. El humanismo integral que inspira
fundamentalmente a la Democracia Cristiana" tiende a hacer al hombre más
verdaderamente humano... Este humanismo constituye la primera y más
fundamental de las coordenadas que determinan la posición filosófica de la
Democracia Cristiana". La democracia cristiana es consciente de que la política es
algo existencial.
Marx hace uso de la herramienta que puede relacionarse con el método científico,
la economía, con el se crea un modelo de referencia para la estructura de la
sociedad siendo asi que su modelo sientas las bases. Marx habla de la diferencia
que existe entre la riqueza del capitalismo y de su propia percepción, hay una
clara diferencia entre su pensamiento, ya que él la riqueza y la condició económica
proviene de poder instrumentos de producción.

La postura marxista busca derrocar a la burguesía, esta utiliza al proletariado para


su propio beneficio, ya que, busca producir y apropiarse de los productos a cambio
de la explotación laboral. A todo esto, es a lo que Marx estaba en contra. Había
una lucha de clases, llamándose las clases económico-sociales.

El comunismo, crea una propiedad en común o colectiva, para el beneficio en


común, de los instrumentos de producción. Tiene un gran desprecio a la propiedad
privada y por ende al capitalismo, no existen las clases sociales ya que todos
trabajan en colectivo para su propio beneficio.

El socialismo reformista, creado por Edward Bernstein, justifica a las masas


empobrecidas y al proletariado explotado, sin las luchas sociales aboga por su
participación y la probabilidad de un estado de bienestar para todos. Sigue una
democracia apoyada por el sector del proletariado para la obtención de más
derechos.

El anarquismo es la falta de gobierno o negación del gobierno. Es la doctrina


política que sostiene la conveniencia de prescindir del gobierno. Si el gobierno es
capaz, en la práctica, de crear armonía, o si más bien contribuyen a destruirla, es
el tema de debate que surge en torno a la teoría del anarquismo.

Si se daba al hombre suficiente autoridad para escoger su camino se inclinaría


espontáneamente hacia los impulsos de sociabilidad y de cooperación
recíproca, en busca de finalidades de beneficio colectivo. Los gobernantes

tienden, inevitablemente, a buscar el poder para su beneficio egoísta.


El anarquismo rechaza de plano toda posibilidad de complicarse con el Estado, ni
aun como instrumento temporal para alcanzar sus propios fines. La acción directa
del anarquismo debe encaminarse a aniquilarlo empleando cualquier arma, sin
discriminación, huelga, boicot y terrorista.

Su naturaleza está condicionada por la herencia individual, en cierta medida, y en


su mayor parte por factores sociales. La actual "naturaleza humana" es sólo un
producto de influencias, experiencias y necesidades que han hecho del hombre un
ser egoísta, posesivo y agresivo. Una parte -del hombre-, aquella con la que
nacemos, pasa de generación en generación sin alteraciones perceptibles. El
anarquismo, de esencia materialista, rechaza tanto la noción del libre albedrío
como la del fatalismo de la naturaleza humana.

El fascismo surge en Italia, gracias a su precursor Benito Mussolini, en el se


proclama la desigualdad de clases, el derecho a gobernar por los mejores, tener
minorías elitistas. El estado se convierte en una divinidad, donde pocos puedes
ser dignos de entrar, se reserva el derecho de suplantar las empresas privadas. El
fascismo fue moldeado a las conveniencias de los altos mandos y, sobre todo, fue
expuesto a la nula posibilidad de reformulaciones.

La teoría política fascista es no admisible ni razonable preconizar el gobierno por


las mayorías, lo que significaría sobreponer la voluntad de los inferiores a la de los

mejores. La autoridad del estado debe, necesariamente ser suprema. A que la


libertad y otros atributos que el liberalismo democrático respeta como derechos
inmanentes del hombre no son sino "concesiones" que, sólo bajo restringidas y
específicas condiciones, hace el Estado fascista a los individuos, siempre que esa
libertad y demás atributos no sean lesivos para los fines del Estado. La política
interna y, en proyección, las relaciones internacionales, se inspiran en esas leyes.

Por último, tenemos al nazismo, es la idea de superioridad ante grupos sociales,


tratando de imponer su propio domino excusándose de la protección de los
intereses de la nación. Se rechaza la forma democrática de elecciones por
mayoría. Se crea un sistema piramidal, entre más nivel tengas y estés más alto de
la pirámide tendrás más poder y por lo tanto más autoridad por la minoría de
personas.

¿Qué doctrina económico-política creo que México y el mundo se vería


beneficiada?

Creo que la doctrina que nos beneficiaria más seria el socialismo utópico. Es una
doctrina prácticamente imposible de llevar acabo, ya que, es un mundo totalmente
idealizado en donde todos colaboramos par el benéfico mutuo. Existe la
combinación de un comunismo con las teorías socialistas, dándonos una sociedad
más igualitaria y justa con una gran lucha de las clases del socialismo.

Se crean ideologías o características muy marcadas por la cooperación y no


individualismo, empezando por la existencia de la cooperación, se aboga por la
capacidad de la colaboración en conjunto, sin la necesidad de ser egoístas o
simplemente individualistas. Se encuentra que el socialismo se tiene que regir por
la paz, teniéndolo como un fi y un camino. Las sociedades igualitarias se defiende
el igualitarismo porque no se rigen de la idea de que unos deban de tener más que
otros.

Digo que es una doctrina prácticamente de lograr por los ideales que se tienen y
sobre todo por la misma doctrina te hace pensar en un plano idealista, en donde
todos convivan sin maldad. También, el mismo nombre la doctrina lo dice, es
utópico, algo que no se ve, algo que es prácticamente imposible de lograr.

Pero si llegamos a quita que es una doctrina muy idealista creo que el trabajo
colectivo sin maldad o intereses de por medio no haría creer de manera
exponencial, no solo a nosotros como país sino como mundo, no tendríamos por
qué competir comprarnos para decir quien es mejor y quien el merecedor del título
como el mejor.

Referencia:
Montenegro, W. (1956). Introducción a las doctrinas político-económicas. México:
Fondo de Cultura Económica.

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