35 Versículos Bíblicos Que Hablan Sobre La Gratitud - Biblia

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Versículos bíblicos que


hablan sobre la gratitud

¿Alguna vez te has parado a pensar en todas las


cosas buenas que Dios te ha dado? El simple
hecho de poder leer esto ya es un motivo para
agradecer. Hay muchas personas que no pueden
leer o ver. ¡Somos privilegiados! Pero si somos
sinceros, a veces nos enfocamos más en nuestros
problemas o en lo que no tenemos, en lugar de
expresar nuestro agradecimiento a Dios por lo
que tenemos.

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Veamos algunos versículos de agradecimiento


que nos animan a recordar las bondades de
nuestro Dios.

1. Salmo 28:7

El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi


corazón en él confía; de él recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría, y con cánticos
le daré gracias.
(Salmo 28:7)

Debemos dar gracias a Dios porque él nos da las


fuerzas que necesitamos en medio de cualquier
circunstancia. Dios es nuestro escudo protector
frente a las agresiones del enemigo. Es posible
que durante nuestra vida terrenal, nunca
sepamos con certeza de cuántos males Dios nos
ha librado. Él está a nuestro lado ayudándonos y
fortaleciéndonos en todo momento. ¡Seamos
agradecidos!

2. Salmo 100:4

Entren por sus puertas con acción de


gracias; vengan a sus atrios con himnos de
alabanza; denle gracias, alaben su nombre.
(Salmo 100:4)

La gratitud a Dios no tiene por qué ser algo


privado entre él y nosotros. Es bueno expresarla
delante los demás, por ejemplo, cuando nos
reunimos con nuestros hermanos en la fe. Es un
privilegio poder ir al templo para alabar a Dios
juntos y compartir lo que él hace en nuestras
vidas. Nuestros testimonios y expresiones de
agradecimiento a Dios pueden ser de ánimo y
edificación para otros. No seamos tímidos al
expresar nuestro amor y nuestro agradecimiento
a Dios por sus infinitas bondades.

3. 1 Crónicas 16:34

¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su


gran amor perdura para siempre!
(1 Crónicas 16:34)

Un corazón agradecido está lleno de alabanzas a


Dios, sobre todo al recordar su amor eterno. Dios
no es como los seres humanos que hoy amamos
y mañana olvidamos. El amor de Dios es
incondicional y dura para siempre. No importa
cuántas veces le fallemos, él continúa fiel,
amándonos y dispuesto a perdonar. ¿Cómo no
vamos a estar agradecidos ante un amor así?

4. Filipenses 4:6-7

No se inquieten por nada; más bien, en


toda ocasión, con oración y ruego,
presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, cuidará sus corazones
y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)

Hay muchas circunstancias de la vida que


pueden causarnos ansiedad. Sin embargo,
nuestra mirada no debe estar puesta en ellas,
sino en Jesús y en su poder para transformarlas.
Podemos llevarle nuestras peticiones dando
gracias porque sabemos que hasta aquí nos ha
ayudado y lo seguirá haciéndolo. Al enfocarnos
en el poder de Dios, su paz fluye libremente y nos
ayuda a ver las cosas desde la perspectiva divina.

5. Efesios 1:3

Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor


Jesucristo, que nos ha bendecido en las
regiones celestiales con toda bendición
espiritual en Cristo.
(Efesios 1:3)

El corazón de Dios se alegra cuando lo alabamos


y le agradecemos por todas sus bendiciones. No
hay nadie más generoso que Dios, él nos ha dado
todo lo que concierne a la vida y a la piedad (2
Pedro 1:3) y nuestra gratitud no debería cesar
jamás.

Bendecimos y exaltamos a Dios cuando


reconocemos todo lo que él nos ha concedido a
través de Cristo. Es en él en quien tenemos
salvación y por su gracia hemos recibido los
dones espirituales que él concede a todos los
que le reciben como Señor y Salvador.

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6. Santiago 1:17

Toda buena dádiva y todo don perfecto


descienden de lo alto, donde está el Padre
que creó las lumbreras celestes, y que no
cambia como los astros ni se mueve como
las sombras.
(Santiago 1:17)

Los días pasan y no nos detenemos a pensar la


gran bendición que es poder respirar, ver, oír,
caminar, hablar... Son tantas las cosas que
hacemos automáticamente porque somos seres
humanos y somos así. Pero es a Dios a quien le
place darnos salud, familia, amigos, la salvación
por medio de Jesús, y todo lo bueno que hay en
nuestras vidas. No permitamos que el trajín
diario y los problemas que se presentan nos
impidan tener un corazón agradecido que
reconoce todas las bendiciones que forman parte
de nuestras vidas.

7. Efesios 2:8-9

Porque por gracia ustedes han sido


salvados mediante la fe; esto no procede
de ustedes, sino que es el regalo de Dios,
no por obras, para que nadie se jacte.
(Efesios 2:8-9)

El mejor regalo que hemos recibido jamás es la


salvación de nuestras almas. Dios ya nos la
concedió a través de la muerte de Jesús en la
cruz. Él pagó el precio por nuestros pecados y
gracias a su sacrificio hemos sido perdonados y
reconciliados con Dios (Romanos 5:1-2).
Aceptemos su regalo por fe y permitamos que
Dios nos transforme cada día más conforme a su
imagen. No olvidemos nunca darle las gracias al
Padre por la vida eterna que nos ha dado en
Cristo.

8. Colosenses 3:17

Y todo lo que hagan, de palabra o de obra,


háganlo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios el Padre por medio
de él.
(Colosenses 3:17)

Hay una gran diferencia entre hacer las cosas por


obligación y hacerlas motivados por un corazón
agradecido que busca honrar y agradar a Dios.
No solo es más agradable para los que nos
rodean, sino que nosotros mismos nos
beneficiamos en salud física y espiritual.

¿Qué significa «hacer todo en el nombre de


Jesús»? Quiere decir que somos sus
representantes delante de las personas con las
que nos relacionamos cada día. Si ellos ven a
Jesús en mí, si los trato como él desea y lo hago
de corazón, no a regañadientes, lo glorifico a él y
actúo desde un corazón transformado y lleno de
amor.

9. 1 Tesalonicenses 5:18

Den gracias a Dios en toda situación,


porque esta es su voluntad para ustedes en
Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)

Como hijos de Dios, siempre encontramos algo


para agradecer a Dios aun en medio de
situaciones que nos duelen o desconciertan.
Sabemos que todo obra para bien para los que
amamos a Dios (Romanos 8:28) y seguimos
adelante confiados. No es que neguemos nuestro
dolor, sino que en medio de ese dolor
experimentamos su paz y sabemos que él tiene
un propósito.

A veces, al mirar atrás, vemos que fue


precisamente en los momentos más dolorosos o
difíciles en los que experimentamos el poder y la
cercanía de Dios con más claridad. Mantengamos
nuestro espíritu atento a la presencia y la bondad
de Dios y no dejemos de darle las gracias.

10. Colosenses 1:11b-14

Así perseverarán con paciencia en toda


situación, dando gracias con alegría al
Padre. Él los ha facultado para participar
de la herencia de los santos en el reino de
la luz. Él nos libró del dominio de la
oscuridad y nos trasladó al reino de su
amado Hijo, en quien tenemos redención,
el perdón de pecados.
(Colosenses 1:11 b-14)

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La gratitud nos ayuda a perseverar y nos permite


recordar quiénes somos en Jesús. Gracias a la
obra de Cristo, pertenecemos al reino de la luz,
esa es nuestra herencia desde el mismo
momento en que rendimos el corazón ante Jesús
y le recibimos como Salvador.

La oscuridad, con toda su opresión, ya no tiene


poder sobre nosotros. Hemos sido redimidos por
medio de Jesús y su luz alumbra nuestro camino
en cada situación. Dios nos ayuda y nos guía para
actuar de acuerdo con el carácter y la voluntad
de Dios. ¡Tenemos el mejor Consejero! Echemos
mano de todo lo que Cristo ya ganó para
nosotros y vivamos la vida victoriosa que nace de
un corazón perdonado y lleno de gratitud.

11. Hebreos 12:28

Así que nosotros, que estamos recibiendo


un reino inconmovible, seamos
agradecidos. Inspirados por esta gratitud,
adoremos a Dios como a él le agrada, con
temor reverente.
(Hebreos 12:28)

Nadie podrá conmover el reino de Dios que


hemos recibido gracias a la obra de Jesús en la
cruz. Ante la incertidumbre de este mundo, el
corazón se llena de gratitud al pensar en la
herencia incomparable que tenemos en Cristo.

¡Expresemos nuestra gratitud al todopoderoso!


Levantemos cánticos de adoración de todo
corazón, sirviendo al Señor con un temor lleno
de reverencia y asombro ante su majestad y su
amor.

12. Salmo 107:1-3

Den gracias al Señor, porque él es bueno;


su gran amor perdura para siempre. Que
lo digan los redimidos del Señor, a quienes
redimió del poder del adversario, a
quienes reunió de todos los países, de
oriente y de occidente, del norte y del sur.
(Salmo 107:1-3)

No debemos permanecer callados ante el amor


redentor que Dios ha derramado sobre nosotros.
Nuestros corazones deben rebosar de alegría,
gratitud y adoración ante la maravillosa obra del
Señor. Es mucha la bondad que Dios ha
mostrado y derramado sobre nosotros. ¡No
cesemos de darle las gracias!

13. Salmo 107:8

¡Que den gracias al Señor por su gran


amor, por sus maravillas en favor de los
hombres!
(Salmo 107:8)

Son muchas las cosas que Dios hace a nuestro


favor cada día. No cerremos nuestro corazón o
demos por hecho lo que Dios hace por nosotros
en nuestro diario vivir. Cada bendición, cada
momento de protección, cada provisión que
recibimos de él deben ser reconocidos y
agradecidos desde lo profundo de nuestro ser.

14. Efesios 5:19-20

Anímense unos a otros con salmos,


himnos y canciones espirituales. Canten y
alaben al Señor con el corazón, dando
siempre gracias a Dios el Padre por todo,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
(Efesios 5:19-20)

La gratitud a Dios es parte esencial de nuestra


adoración a él. Un corazón agradecido alaba al
Señor sin reservas y anima a otros a alabar y a
agradecer al Padre celestial, dador de todo lo
bueno.

15. Salmo 107:22

¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y


jubilosos proclamen sus obras!
(Salmo 107:22)

La gratitud y el gozo van de la mano. Cuando


agradecemos, nuestro corazón se llena de alegría
y surge el deseo de contar a otros lo que Dios ha
hecho en nosotros. ¡Proclamemos con gozo y
gratitud las obras de nuestro Señor!

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16. Salmo 50:23

Quien me ofrece su gratitud, me honra; al


que enmiende su conducta le mostraré mi
salvación.
(Salmo 50:23)

Honramos a Dios y reconocemos su poder y su


grandeza cuando le ofrecemos palabras de
gratitud. Pero esa gratitud no debe quedarse solo
en palabras, debe expresarse a nuestras
acciones. Nuestra conducta reflejará lo que hay
en nuestro corazón.

17. Colosenses 4:2

Dedíquense a la oración: perseveren en


ella con agradecimiento.
(Colosenses 4:2)

Nuestra vida de oración debe ser constante y no


debe estar centrada solamente en pedir el favor
de Dios. Las oraciones llenas de agradecimiento
renuevan el espíritu, traen gozo y nos ayudan a
acercarnos más a Dios, reconociendo su mover
en nuestras vidas.

18. Salmo 50:14

¡Ofrece a Dios tu gratitud, cumple tus


promesas al Altísimo!
(Salmo 50:14)

19. Salmo 69:30-31

Con cánticos alabaré el nombre de Dios;


con acción de gracias lo exaltaré. Esa
ofrenda agradará más al Señor que la de
un toro o un novillo con sus cuernos y
pezuñas.
(Salmo 69:30-31)

20. 1 Crónicas 16:4

David puso a algunos levitas a cargo del


arca del Señor para que ministraran,
dieran gracias y alabaran al Señor, Dios de
Israel.
(1 Crónicas 16:4)

21. Salmo 136:1-3


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