Dios Esta Conmigo NIÑOS

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Dios está conmigo

Una guía familiar para vivir después de un desastre

UN RECURSO DEL INSTITUTO DE SANIDAD DEL TRAUMA


DIOS ESTÁ CONMIGO: UNA GUÍA FAMILIAR PARA VIVIR DESPUÉS DE UN DESASTRE
Por Margi McCombs PhD
Gracias a los colaboradores Lorraine Foute, MA y Harriet Hill, PhD
Traducido del inglés (God Is With Me) por Nívea Santiago Rabassa y Marilyn Goerz Davis

© 2021, 2022 American Bible Society. Todos los derechos reservados.

Primera edición, octubre de 2021

Este es un recurso basado en la Biblia para ayudar a padres e hijos a sobrellevar los
momentos de incertidumbre, especialmente después de un desastre. Se basa en las
mejores prácticas en salud mental, así como en dos décadas de experiencia en el
uso de materiales de sanidad de traumas en todo el mundo con iglesias cristianas de
todas las tradiciones. “Dios está conmigo” está diseñado para familias con niños de
8 a 12 años, pero se puede adaptar para otras edades.

Este recurso se puede usar solo o combinado con material que se encuentra en Más
allá del desastre: Primeros auxilios espirituales para sobrevivientes (ISBN 978-1-58516-
293-2 / ABS Item 124852).

Las referencias bíblicas están tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente (NTV) © 2020 Tyndale
House Foundation. Usado con el permiso de Tyndale House Publishers, Carol Stream, Illinois 60188. Todos
los derechos reservados.

Por la presente se concede permiso para reproducir este recurso (sin revisiones) para su uso en situaciones
de desastre y capacitaciones.

Editado por Peter Edman


Illustraciones por Ian Dale
Diseño por Robert Giorgio y Shannon VanderWeide

Visite BeyondDisaster.Bible para obtener recursos sobre recuperación de desastres en varios idiomas.
Si tiene preguntas, comuníquese con [email protected].

Para comprar este recurso y otros recursos del Instituto de Sanidad del Trauma (Trauma Healing Institute),
visítenos en bibles.com.

Recurso proporcionado por:


American Bible Society
101 North Independence Mall East
Philadelphia PA 19106
Dios está conmigo
Una guía familiar para vivir después de un desastre

Filadelfia
Qué hay adentro
Nota para padres y cuidadores 5

1. ¿Qué acabó de suceder? 7

¡Huracán! 7
Actividad: Nuestras cosas más importantes 10
Actividad: Camiseta «Yo sobreviví» 12
Promesas de Dios: DIOS ME VE 13

2. ¿Por qué me siento así? 15

Una noche dura 15


Actividad: No tengo, tengo 18
Actividad: Nombra tus sentimientos 19
Actividad: Lucha, huida o parálisis 21
Promesas de Dios: DIOS ME ESCUCHA 25

3. ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? 27

¡Qué desastre! 27
Actividad: Contando mi historia 30
Actividad: La caja de las preocupaciones 32
Actividad: ¿Cómo puedo ayudar? 33
Promesas de Dios: DIOS ME CONOCE 34

4. ¿Dios sigue con nosotros? 37

¿Ahora qué? 37
Actividad: Paz, quedénse tranquilos 40
Actividad: Dale tus preocupaciones a Dios 43
Actividad: Artículos de emergencia 45
Promesas de Dios: DIOS ME AMA 47

Consejos para los padres y cuidadores 51

Artículos de emergencia 53

4 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Nota para padres y cuidadores

E
ste folleto le ayudará a guiar los niños que amas a sentirse
seguros durante este tiempo de incertidumbre y cambio. Es
posible que pasen más tiempo juntos en estos días, sintiendo el
estrés de la interrupción y la ansiedad, y preguntándose cómo y cuándo
sus vidas volverán a la normalidad. Sus hijos sienten lo mismo.

Le invitamos a utilizar esta guía de una manera que se adapte al ritmo


natural de su familia. Hay cuatro lecciones que puedes programar de la
forma que te parezca mejor. Está diseñado para ser autoguiado y para
ser utilizado por padres y cuidadores sin necesidad de una formación
específica.

Nuestros «Consejos para padres y cuidadores» en la página 51 pueden


ser útiles mientras trabaja con sus hijos. Esa sección ofrece información
y sugerencias que promoverán una sensación de seguridad y sanidad de
las heridas del corazón causadas por el trauma.

Oramos para que conozcan la paz de Dios, incluso en medio de esta


crisis.

El Instituto de Sanidad del Trauma.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 5
¿Qué acabó de suceder?

¡Huracán!

¡
Eric! —Eric, de once años, dejó de patear el balón cuando escuchó
la voz de su padre. Él sonaba preocupado. —¿Qué está pasando?
—preguntó Eric.

—¡Entra ahora! —Su papá señaló hacia el cielo—. ¿Ves esa enorme nube
negra? La tormenta de la que hemos oído hablar durante un par de días
se ha acelerado. Acabo de recibir una alerta en mi teléfono que decía
que teníamos que ponernos a salvo, ¡y necesitamos irnos ahora!

—¿Ir a dónde? —preguntó Eric mientras recogía su pelota y trotaba


hacia la casa.

—Bueno, el servicio meteorológico dice que la tormenta se ha


convertido en un huracán peligroso. Los vientos podrían destrozar
edificios. Nos están diciendo que evacuemos.

—¿Evacuar? ¿Quieres decir que tenemos que salir de nuestra casa?


—preguntó Eric.

—Sí, y no tenemos mucho tiempo —dijo su papá—. Tenemos que ir


lo más pronto posible al refugio. Ya hablé con mamá y ella no tendrá
tiempo suficiente para volver a este lado de la ciudad, así que tendrá
que ir a otro refugio.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 7
—¿Qué hay de Eliza? —preguntó Eric. Su hermana de nueve años solía
aislarse para leer algún libro, pero hacía largo rato que no la veía.

—Eliza está arreglando sus cosas ahora, y necesito que tú hagas lo


mismo —dijo el papá—. Solo puedes llevar tus cosas más importantes, lo
que quepa en tu bolsa de deporte. Y no olvides tu cepillo de dientes.

Los siguientes minutos fueron apresurados y confusos. El papá buscó


la bolsa de emergencia en el armario donde guardaban muchos
suministros sólo para momentos como éste. Eric y Eliza metieron
rápidamente ropa, libros, golosinas, tabletas electrónicas y cargadores
en sus bolsas.

Minutos después estaban en el auto, uniéndose a sus vecinos en una


larga fila de tráfico. De repente, el viento se sintió más fuerte y la lluvia
golpeó el parabrisas en grandes salpicaduras. El papá tuvo que agarrar
duro el volante para mantener el carro en la carretera porque la lluvia y
el viento soplaban con fuerza. El cielo se había vuelto muy oscuro.

—Tengo miedo, papá —dijo Eliza—. ¿Cuán lejos estamos del refugio?
¿Crees que mamá está bien?

—Está a la vuelta de la esquina. Tan pronto como lleguemos allí, llamaré


a mamá para asegurarme de que llegó al refugio que está cerca de ella.

Cuando llegaron al refugio, tomaron las bolsas con lo que habían


empacado y se apresuraron a través del viento y la lluvia hacia las
grandes puertas. Cientos de personas intentaban entrar al edificio.
Finalmente, pudieron hacerlo. El papá encontró tres catres vacíos
alineados y dejaron caer sus bolsas al suelo.

—¡Uf! —exclamó el papá—. ¡Gracias a Dios que llegamos a tiempo! —


Sacó su teléfono y marcó. Un minuto después, el alivio se reflejó en su
rostro—. Mamá también está a salvo —dijo.

8 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Hablemos de eso

1. ¿Por qué a Eric le sorprendió que tuvieran que evacuar?

2. ¿Cómo crees que se sentían Eric y Eliza cuando estaban


empacando sus cosas?

3. ¿Cómo crees que se sintieron en el viaje al refugio?

4. ¿Puedes contarnos alguna ocasión en la que algo terrible a


tu alrededor te sorprendió? ¿Cómo te sentiste?

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 9
Actividad
Nuestras cosas más importantes

Cuando suceden cosas grandes y aterradoras, todo lo que nos


rodea comienza a cambiar muy rápidamente. Incluso, puede
que tengamos que salir de nuestra casa como hicieron Eric
y Eliza.

Preguntas para conversar:

• Si tuvieras solo unos minutos para reunir tus cosas más


importantes para llevártelas, ¿qué escogerías?

• Si has tenido que evacuar tu casa, ¿qué te llevaste o qué te


hubiera gustado llevar?

• ¿Cómo te sentiste al tener que decidir rápidamente qué


cosas eran las más importantes para ti?

• ¿Alguien te ayudó a prepararte?

Opción 1: Juega un juego de memoria

1. Haz que todos se sienten en círculo.

2. Tómense unos minutos para pensar en sus cosas


más importantes.

3. Alguien comienza diciendo: «Soy [nombre]. Si tuviéramos


que salir de nuestra casa, me llevaría [cosa]». Completa el
espacio en blanco con una de tus cosas más importantes.

4. La siguiente persona en el círculo dice: «Soy [nombre]. Si


tuviéramos que salir de nuestra casa, [nombre de la persona
anterior] llevaría [cosa] y yo llevaría [cosa]». Completa los
primeros espacios en blanco de la persona que acaba de
tomar su turno y agrega una de tus cosas más importantes.

10 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
5. Cada persona alrededor del círculo debe recordar cuáles
son las cosas más importantes de cada persona que ya
tomó su turno y luego agregar una suya.

6. Trata de no repetir elementos que ya se han dicho.

7. Intenta agregar movimientos al artículo escogido. Por


ejemplo, finge que te cepillas los dientes si dices ´«mi cepillo
de dientes». Vean si todos pueden recordar tanto el nombre
del artículo como el movimiento que lo acompaña.

Opción 2: Escribe una lista de los miembros de tu familia y las


cosas más importantes de cada uno. También cada persona
podría usar una hoja de papel individual para dibujar las
imágenes de las cosas que desea llevar.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 11
Actividad
Camiseta «Yo sobreviví»
Detente y piensa en cómo has sobrevivido a todo
lo que te ha sucedido. Has atravesado muchos cambios y,
probablemente, algunas situaciones difíciles y hasta aterradoras.
Dios siempre ha estado contigo todo el tiempo, incluso cuando
no se ha sentido así. ¿Puedes recordar cosas que sucedieron y
qué personas que estuvieron contigo te ayudaron a saber que
Dios estaba contigo?

¡Diseña una camiseta que te permita decirle a la gente que has


sobrevivido! Usa crayones, lápices de colores o pinturas de
acuarela para crear tu diseño en la camiseta de abajo, o usa el
más grande en la página 55, o usa una hoja de papel individual.

12 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Promesas de Dios
Dios me ve
¿Alguna vez le has hecho una promesa a alguien? ¿Alguien te ha hecho
alguna vez una promesa? ¡Nos esforzamos mucho para cumplir nuestras
promesas! ¿Sabías que Dios siempre cumple Sus promesas? Eso es
porque Dios es perfecto, lleno de verdad y amor.

¡En la Biblia podemos encontrar más de ocho mil de las promesas que
Dios nos hizo! En cada una de nuestras lecciones en Dios está conmigo,
aprenderemos una de las promesas importantes de Dios.

Es normal sentir miedo cuando suceden cosas aterradoras. Dios sabe


cuando tienes miedo. ¡Él te ve! La Biblia dice: «Pero el Señor vela por
los que le temen, por aquellos que confían en Su amor inagotable»
(Salmo 33:18). ¡Es una promesa!

Agar era una sirvienta personal que servía a la esposa de un hombre rico
llamado Abraham, quien vivió hace miles de años. Agar hizo que la esposa
del hombre se enojara mucho, por lo que Agar tuvo miedo y se escapó al
desierto completamente sola. Pero la Biblia nos dice que el Ángel de Dios
la encontró y la consoló. Entonces, Agar dijo: «Tú eres el Dios que ve. ¡He
visto al que me cuida!». Puedes encontrar la historia en la Biblia en Génesis
16:7–13.

Cuando sientas miedo, recuerda que Dios siempre está contigo.


Él te ve y te está cuidando.

Hablemos con Dios

«Gracias, Dios, por verme y cuidarme. Cuando tenga


miedo, confiaré en tu bondad amorosa. Ayúdame a
confiar más en ti. Amén».

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 13
¿Por qué me siento así?

Una noche dura

M ientras el viento aullaba fuera del refugio y la lluvia caía


sobre el techo, Eric, Eliza y su papá se acurrucaron junto
a sus catres. La emoción de empacar, salir de su casa,
conducir a través de la tormenta y, finalmente, llegar al refugio se estaba
desvaneciendo. Ahora tenían muchas preguntas.

—¿Cuánto tiempo tendremos que quedarnos aquí? —preguntó Eric—.


¿Tendrán comida para nosotros? ¿Qué podemos hacer mientras
esperamos que pase la tormenta? ¿Qué pasa si el huracán es tan
fuerte que arranca el techo de este edificio? ¿Cómo sabremos si mamá
está bien?

—Sentémonos y hablemos de esto —sugirió su papá—. Primero, la razón


por la que estamos aquí y no en nuestra casa es que este edificio está
construido para resistir tormentas severas. Los responsables aquí tienen
un plan para cuidarnos y harán lo mejor que puedan. Pero debemos
ser pacientes y valientes, y cuidarnos a nosotros mismos y a nuestros
vecinos tanto como podamos. Como ven, han llegado muchas personas
a este refugio.

—Tengo una idea —dijo Eliza—. ¿Y si fuéramos como exploradores y


buscáramos formas de ayudar? Quizá hay niños pequeños aquí con
los que podría jugar para que no se asusten tanto. Y tú, Eric, apuesto a
que aquí hay niños de tu edad a los que les encantaría jugar contigo en
tu tableta.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 15
Se sentía bien tener algo en qué concentrarse además de la tormenta
que pasaba afuera. —Esa es una gran idea, Eliza —dijo su papá—.
Veamos lo que ustedes pueden encontrar para hacer. Pero quédense
donde yo pueda verlos —les recordó a ambos.

Una hora más tarde, el olor de la comida que se estaba sirviendo hizo
que el estómago de Eric gruñera. Pronto estuvieron esperando en la fila
para conseguir bocadillos y botellas de agua.

A medida que avanzaba la noche, las familias comenzaron a prepararse


para dormir. El estado de ánimo en el refugio se hizo más tenso a
medida que los bebés, los niños y los padres cansados intentaban sacar
lo mejor de una situación difícil.

—No creo que pueda llegar a dormir esta noche —dijo Eliza con un
gran bostezo—. ¡Estoy cansada, pero tengo tantos pensamientos dando
vueltas en mi cabeza! Y amo a los bebés, pero mientras los escuche
llorando, no voy a poder dormir. Además, ¡siento como si todos nos
estuvieran mirando! Aquí las luces son tan brillantes, que parece que es
de día. ¡Esto es horrible!

—Sé que esto es difícil para ti —dijo su papá en voz baja—. Lleva tu
cepillo de dientes, tu crema dental y el jabón al baño, y lávate las manos
y la cara. Y recuerda esperar pacientemente tu turno. Hay muchas
personas que intentan prepararse para dormir, al igual que nosotros.

Eric, Eliza y su papá se estaban acomodando en sus catres, tratando de


ponerse cómodos debajo de las mantas ásperas que les habían dado,
cuando escucharon algo que sonó como un tren de carga afuera. Era el
sonido de la tormenta, que rugía sin cesar a medida que se hacía más
fuerte. El edificio se sacudió un poco y las grandes puertas de la entrada
vibraron. —Papá, ¡estoy realmente asustado ahora! —dijo Eric.

Su papá se sentó en el suelo entre los catres de Eric y Eliza, y tomó sus
manos entre las suyas. —Oremos —dijo—. Dios sabe lo asustado que
te sientes, pero podemos estar seguros de que Él está con nosotros.
¿Recuerdan la historia de la Biblia cuando Jesús estaba en el barco con

16 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
sus amigos durante una terrible tormenta? Ordenó al viento y a las olas
que se callaran, ¡y ellos obedecieron! Él también está con nosotros y con
mamá en este momento. Démosle las gracias por eso y oremos para que
todos pasemos esta noche a salvo.

Hablemos de eso

1. ¿Por qué la idea de Eliza de ser ayudantes exploradores les


ayudó a sentirse mejor?

2. Eric hizo algunas preguntas importantes. ¿Qué otras


preguntas habrías tenido si estuvieras en ese refugio?

3. ¿Qué les sugirió el papá que hicieran cuando escucharon los


ruidos fuertes y aterradores? ¿Por qué?

4. ¿Puedes contarnos alguna ocasión en la que estuviste


realmente asustado? ¿Qué hiciste para calmar tu miedo?

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 17
Actividad
No tengo, tengo
¿En qué se diferencia tu vida ahora de la que solías tener
antes de estos tiempos difíciles? El cambio puede ser difícil y
muchos cambios al mismo tiempo pueden ser muy difíciles. Es
normal sentirse triste, preocupado, enojado o asustado cuando
muchas cosas cambian. Especialmente si los cambios nos hacen
sentir peor.

Quizá estos cambios nos han hecho perder cosas, relaciones o


libertades que estábamos acostumbrados a tener antes de la
crisis. Es bueno hablar sobre lo que hemos perdido y cómo nos
sentimos al respecto.

1. Entrega a cada miembro de la familia unas pequeñas notas


adhesivas (o pequeños trozos de papel y cinta adhesiva).

2. En cada nota escriban una cosa que les guste hacer, algo
que disfruten tener o una persona con la que les guste
estar (los niños pequeños pueden hacer dibujos).

3. Busca una ventana o un lugar en la pared donde puedan


pegar estas notas.

4. Cuando todos hayan terminado, haz que cada uno


comparta lo que escribió o dibujó en sus notas.

5. Ahora, miren sus notas y busquen las cosas que ya no


tienen, que ya no pueden hacer y personas con las que ya
no pueden estar físicamente debido a su situación actual.
Coloca esas notas en un grupo separado en la ventana o
la pared. Estas son las cosas que han perdido por ahora.

18 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
6. Da a cada persona la oportunidad de compartir las cosas
que han perdido. Al nombrar cada pérdida, motívalos a
expresar cómo se sienten al recordarlas.

7. Por último, todos deberán turnarse para nombrar las cosas


que todavía tienen, las cosas que todavía pueden hacer y
las personas que aman con las que todavía pueden estar.

Actividad
Nombra los sentimientos
Es bueno hablar sobre cómo te sentiste cuando te sucedieron
cosas aterradoras a ti y a tu familia, y cómo te sientes ahora
cuando piensas en esos momentos que ya pasaron. ¿Sabías
que no hay sentimientos erróneos? Dios creó a todos con la
capacidad de sentir diferentes cosas en diferentes momentos.
Veamos cuántos de esos sentimientos puedes nombrar.

1. Escribe en una hoja grande de papel estas palabras que


describen sentimientos: enojado, decepcionado, triste,
frustrado, preocupado, solo, esperanzado, confundido,
asustado, feliz y culpable. Deja un espacio en la parte
inferior para palabras adicionales.

2. Pega el papel en la pared con cinta adhesiva o colócalo


sobre una superficie dura, como una mesa o el piso.

3. Da a cada persona un marcador, crayón o lápiz de


color diferente.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 19
4. Asegúrate de que todos sepan lo que significa cada una
de estas palabras de sentimientos.

5. Cada persona debe tomar un turno para ir al papel y


dibujar un círculo alrededor de la palabra o palabras
de sentimientos que mejor describan cómo se sintieron
cuando les estaban sucediendo cosas grandes y
aterradoras, o cómo se sienten ahora cuando recuerdan lo
que sucedió.

6. Escribe palabras de sentimientos adicionales según


sea necesario para cualquier persona que mencione un
sentimiento que aún no está en el papel.

Preguntas para conversar:

• ¿Alguien mencionó los mismos sentimientos que otros


miembros de tu familia?

• ¿Cuáles fueron los sentimientos más comunes que mencionó


tu familia?

• ¿Cuáles son los sentimientos que son normales para las


personas que atraviesan tiempos difíciles?

• ¿Por qué crees que hablar de los sentimientos nos ayuda?

20 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Actividad
Lucha, Huida o Parálisis

¿Sabías que Dios te hizo con instintos? Tu cuerpo está listo para
responder rápida y automáticamente cuando te suceden cosas
estresantes, al igual que retirar la mano de inmediato si tocas
algo caliente.

El más fuerte de estos instintos se llama respuesta de «Lucha,


Huida o Parálisis». Tan pronto como nuestro cerebro detecta
cualquier peligro que pueda amenazar nuestra supervivencia, le
dice a nuestro cuerpo que responda de una de estas tres formas.

Aunque nuestras reacciones automáticas nos ayudan a escapar


de un peligro real, a veces son demasiado fuertes o no se ajustan
a la situación. Por esto, cuando solo utilizamos nuestro instinto
de supervivencia para reaccionar, se nos dificulta pensar bien o
poder tomar buenas decisiones.

Puede ser útil saber cómo tú respondes al estrés para que puedas
reconocer cuándo está sucediendo y elegir una respuesta mejor o
más saludable.

A continuación, se muestran algunas formas en las que puedes


identificar estas tres respuestas al estrés:

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 21
LUCHA
• Alzar la voz
• Discutir
• Patear o gritar
• Tensionar los músculos
• Apretar el puño

HUIDA
• Correr para escaparse o esconderse
• Estar inquieto
• Respirar rápidamente
• Hacer cualquier cosa para escapar
• Sentirse atrapado
• Acelerar los latidos del corazón

PARÁLISIS
• Aguantar la respiración
• Sentirse desconectado de los sentimientos
• Ser incapaz de hablar o tomar decisiones
• Sentir que no puedes moverte
• Soñar despierto

¡Actuarlo!
1. Elije una postura corporal para cada una de estas
respuestas de supervivencia. Por ejemplo, para «Lucha»,
párate con los puños frente a tu cara y apriétalos como
si estuvieras listo para pelear, y pon una cara de enojo.
Para «Huida», párate con los puños cerrados, pero en
una posición de carrera, y pon una cara de miedo. Para
«Parálisis», coloca ambas manos frente a ti con las palmas
hacia afuera y pon una cara de sorpresa.

22 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
2. Párense formando un circulo.

3. Practiquen las respuestas corporales de «Lucha», «Huida»


y «Parálisis» para que todos adopten la postura del
cuerpo correcta cuando alguien diga estas palabras.

4. Pídele a alguien que lea las siguientes escenas breves


que describen la respuesta de alguien que enfrentó una
situación peligrosa o incómoda.

5. Después de cada escena, cada persona debe realizar


la postura del cuerpo de «Lucha», «Huida» y «Parálisis»
que muestre cómo la persona en la historia respondió al
peligro, según se describe su conducta.

Historias de situaciones:
1. María debe salir temprano de la escuela, pero se levanta
demasiado rápido de su escritorio y sus libros se caen
por el suelo. Los otros niños comienzan a reírse. María
se agacha para recogerlos, los mete rápidamente en su
mochila y sale corriendo por la puerta del salón.
2. Juan va en bicicleta por la calle cuando un automóvil que
venía detrás de él se le acerca demasiado al pasarle. Juan
pierde el equilibrio y se cae. No está herido pero se levanta
de un salto y le grita al conductor.
3. Pablo camina hacia su casa desde la escuela cuando ve un
grupo de abusadores que se le acercan. Sabe que le darán
problemas pero se detiene en seco y se queda mirándolos,
incapaz de moverse.
4. Juana está en la feria con su familia pero se separa de ellos.
Ve acercarse a un grupo de chicas malas de la escuela.
Rápidamente cambia de dirección y se esconde hasta que
las ve pasar y alejarse.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 23
5. El maestro le pide a Pedro que se acerque a la pizarra frente
a la clase para resolver un problema de matemáticas. Pedro
lo intenta pero no puede. En lugar de sentarse en silencio,
dice en voz alta: —No me importa. ¡Odio las matemáticas de
todos modos!

Preguntas para conversar:

• ¿Cuál de estas tres respuestas de supervivencia usas cuando


estás estresado? ¿Cuáles puedes ver en otras personas?

• ¿Puedes contarnos alguna ocasión en la que te sentiste en


peligro y respondiste de una de estas tres formas?

• ¿Por qué es importante que los miembros de la familia sepan


cómo los demás reaccionan al peligro?

• ¿Qué podemos hacer para ayudarnos a calmarnos unos a otros?

24 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Promesas de Dios
Dios me escucha
¿Sabías que puedes hablar con Dios en cualquier momento
y en cualquier lugar? ¡Él siempre te escucha!

En nuestra historia, ¿qué sugirió el papá que hicieran cuando el ruido


de la tormenta se volvió aterrador? Otra palabra para hablar con
Dios es orar. En la Biblia encontramos que Dios nos dice: «Cuando
ustedes llamen, el Señor les responderá. “Sí, aquí estoy”, les contestará
enseguida.» (Isaías 58:9). ¡Es una promesa!

La Biblia tiene muchas historias sobre personas que oran a Dios


pidiendo ayuda, y ¡Dios las ayuda! Jesús es el Hijo de Dios y vino a la
tierra como Dios en forma humana. Cuando estuvo en la tierra, vivió
en Israel. Un día, un ciego llamado Bartimeo se enteró de que Jesús
vendría a su aldea. Cuando escuchó que Jesús al fin pasaba, Bartimeo lo
llamó y le pidió que le devolviera la vista. ¡Jesús lo sanó! (Lee la historia
completa en Marcos 10:46–52).

Al igual que el ciego Bartimeo, puedes pedirle a Dios todo lo


que necesites.

Cuando tengas miedo, recuerda que Dios está contigo.


Él te escucha y responde a tus oraciones.

Hablemos con Dios

«Gracias, Dios, por escucharme cuando oro.


Ayúdame a recordar que puedo llamarte
cuando tenga miedo. Amén».

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 25
¿Qué puedo hacer para
sentirme mejor?

¡Qué desastre!

D espierten, niños —dijo el papá mientras sacudía suavemente


sus hombros—. Pronto servirán el desayuno.

Eric y Eliza abrieron los ojos. Todavía estaban en el refugio. ¡Se


sorprendieron de que realmente durmieran!

—¿Podremos irnos a casa pronto? —preguntó Eliza.

—Estamos esperando noticias de las autoridades sobre cuándo es


seguro para que podamos irnos —dijo el papá.

Finalmente, a última hora de la tarde, llegó el anuncio: se cortó la


electricidad en algunos lugares de su ciudad, ¡pero eran libres de irse!

El papá, Eric y Eliza recogieron sus pertenencias y se dirigieron hacia la


salida. Les tomó un tiempo salir del edificio porque había mucha gente,
pero por fin estaban en su coche y se dirigieron a su casa.

El cielo todavía estaba nublado y gris, y caía una lluvia ligera. En el


coche reinaba el silencio mientras conducían. Todo parecía extraño.

Los semáforos no funcionaban, las tiendas estaban cerradas y tapiadas,


y las calles parecían vacías y tristes. No podían creer lo que estaban
viendo. Los techos de algunos edificios habían sido arrancados, algunos
de los postes de luz se habían partido por la mitad. Pedazos de paredes,

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 27
techos, cercas y vidrios cubrían las calles. En algunos lugares parecía
que la tormenta eligió solo un lado de la calle para destruir, mientras
que el otro lado de la calle no sufrió muchos daños.

—¡Wow! —exclamó Eric—. ¡Que desastre! ¿Cómo se va a limpiar y hacer


para que todo sea como antes? Tengo miedo de ver nuestra casa. ¿Y si
se ha ido por completo?

—¿Y cómo encontraremos a mamá? —preguntó Eliza con lágrimas en


los ojos—. Me entristece mucho ver a nuestro pueblo así. Espero que mis
amigos estén bien.

Contuvieron la respiración cuando su coche dobló la esquina de


su calle. —Nuestra calle es uno de esos lugares extraños donde la
tormenta no pegó con tanta fuerza —dijo el papá—. Parece que somos
muy afortunados porque nuestra casa está en el lado de la calle con
menos daños.

Cuando al fin llegaron, salieron del auto lenta y cuidadosamente. Un


árbol enorme había caído en el techo y había ramas de árboles más
pequeñas y escombros por todo el patio.

Había un agujero en el techo donde el árbol cayó, justo encima del


dormitorio de Eric. —¡Mi habitación! —gritó—. Apuesto a que todo está
arruinado ahora. ¿Por qué tenía que ser mi habitación?

En ese momento, Eliza vio a su mamá en el auto de alguien que no


reconoció, conduciendo lentamente hacia ellos. —¡Mamá! —gritó
de alegría.

Su mamá salió del auto y rápidamente se juntaron en un fuerte abrazo


grupal. —¡Estoy tan contenta de verlos bien!—exclamó—. Ese árbol
que cayó en el techo se ve mal y estoy segura de que ha causado un
desastre en la casa. Pero mira al otro lado de la calle. ¡Nuestros vecinos
han perdido mucho más!

Con cuidado, apartaron escombros y se hicieron paso para entrar.


—Sé que quieres ver qué pasó con tu habitación, Eric —dijo su

28 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
papá—. Pero espera a que te acompañe. Tendremos que conseguir
a alguien que nos ayude a analizar la situación y decidir si es seguro
y cómo podemos reconstruir el techo. Ahora mismo tenemos que
conseguir una lona para cubrir ese agujero.

La electricidad no estaba funcionando, por lo que mamá y Eliza


comenzaron a juntar linternas, velas y lámparas de aceite de diferentes
partes de la casa para prepararlas y estar listos para cuando oscureciera.

—Podemos usar nuestra estufa de campamento para cocinar la cena


esta noche —sugirió la mamá—. Tenemos latas de sopa en la despensa.

—Y Eric puede pasar la noche en mi habitación en su saco de dormir,


como si realmente estuviéramos acampando —dijo Eliza.

A la hora de dormir, el papá reunió a la familia. —Creo que debemos


agradecer a Dios por habernos salvado a través de la tormenta y orar
por aquellos que han perdido tanto —dijo—. Eric, estoy tan contento de
que no estuvieras en tu habitación cuando ese árbol aterrizó en el techo.
¡Eso hubiera sido terrible! Eliza, ¿puedes sacar mi Biblia de la gaveta?
Quiero leerles la historia que les mencioné anoche sobre el momento en
que Jesús calmó la tormenta.

Hablemos de eso

1. ¿Por qué a Eric y a Eliza les sorprendió que pudieron


dormir en el refugio?

2. ¿Cuáles fueron algunas de sus preocupaciones mientras


conducían por el pueblo?

3. ¿Cómo sacó la familia lo mejor de su situación?

4. ¿Puedes contarnos alguna ocasión en la que tu familia se


consoló mutuamente durante una situación difícil? ¿Qué te
hizo sentirte seguro?

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 29
Actividad
Contando mi historia
Una buena forma que te ayudaría a sentirte mejor es contar
tu propia historia sobre lo que te sucedió. Contarle tu historia
a alguien o a un grupo de personas en las que confías te
ayudará a recuperarte del dolor que sientes en tu interior
y que aún podría quedarse allí por mucho tiempo.

A veces, es difícil hablar de esas cosas porque es posible que te


hayan causado sentimientos fuertes, o es una historia complicada
con muchos detalles. Una forma de hacer que tu historia sea más
fácil de contar es dividiéndola en tres partes. Podemos hacer esto
respondiendo tres preguntas importantes:

1. ¿Qué pasó?

2. ¿Cómo te hizo sentir?

3. ¿Cuál fue la parte más difícil?

Utiliza los tres espacios de la página siguiente (o crea tus


propios espacios en una hoja de papel) para responder estas tres
preguntas. Puedes escribir tu historia con palabras o dibujarla
en imágenes.

Cuando hayas terminado, es posible que desees hablar de ello


con alguien de tu confianza.

Cada miembro de la familia debe escribir o dibujar su propia


historia. Es posible que te sorprendas al ver que, aunque todos
pasaron por el mismo desastre, tienen recuerdos y sentimientos
muy diferentes al respecto. No obligues a nadie a compartir
su historia; en su lugar, invítalos gentilmente a hacerlo si así lo
desean.

Nos ayuda contar nuestra propia historia y escuchar la historia de


los demás.

30 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
¿Qué sucedió?

¿Cómo te sentiste con lo que pasó?

¿Cuál fue la parte más difícil?

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 31
Actividad
La caja de las preocupaciones
La mayoría de las personas se sienten ansiosas por las cosas que
no pueden controlar y las cosas que temen que puedan suceder
en el futuro. Es útil hablar de nuestras preocupaciones entre
nosotros.

1. Busca una caja o un frasco grande.

2. Pídeles a los miembros de la familia sentarse alrededor de


una mesa si es posible.

3. Cada miembro de la familia debe decir una o más cosas


que le preocupan.

4. Coloca unos pequeños trozos de papel o tarjetas en el


centro de la mesa.

5. Todos deben escribir una cosa que les preocupe en cada


hoja de papel (los niños pequeños pueden hacer un dibujo)
y poner los papeles en la caja (o frasco).

6. Deja la caja a un lado. Asegúrales a los niños que harán


algo con estas preocupaciones en la próxima lección.

7. Recuerda a todos que siempre pueden agregar más


preocupaciones a la caja cuando lo deseen. Coloca papel y
un lápiz al lado de la caja donde decidan ponerla.

32 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Actividad
¿Cómo puedo ayudar?
Nos ayuda a sentirnos mejor cuando encontramos formas de
ayudar a otra persona. Siempre hay algo que puedes hacer por
un amigo, familiar o vecino que los alentará y los ayudará a
sentirse menos solos. ¿Qué puedes hacer?
Aquí hay algunas ideas. ¿Qué otras ideas puedes agregar?

• Ofrece pasear al perro. • Enséñale algo nuevo a


• Ayuda a limpiar un jardín. alguien.

• Siembra algunas semillas • Envíale un mensaje


en una maceta y regala de video alegre a
la planta. amigos lejanos.

• Haz las tareas del hogar • Escribe un poema o una


de tu hermana o hermano. broma en una tarjeta y
déjala junto a la puerta de
• Haz una tarjeta de saludo
la casa de tu vecino.
para animar a tu vecino.
• Llena un frasco con dulces
• Ofrécete para jugar con
para otra familia.
los niños más pequeños
de tu vecino. • Escribe mensajes
alentadores con tizas en
• Ofrece lavar el auto
la acera.
de alguien.
• Dona alimentos
• Desyerba o limpia
a la despensa de
escombros para un vecino.
alimentos local.
• Léele un libro a alguien.

Decide cuál de éstas u otras ideas propias puedes hacer. Escribe


cada una de ellas en un pedazo de papel y coloca los papeles
en una caja, canasta o frasco. ¡Escoge y haz una ahora mismo!
Luego, desafíen a los demás a sacar un papel una vez a la semana
para ver cuántos actos de bondad de tu familia pueden contribuir
a los demás.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 33
Promesas de Dios
Dios me conoce
¿Sabías que Dios sabe todo sobre ti? ¡Incluso te conoció antes de que
nacieras! El rey David escribió una canción sobre esto en la Biblia: el
Salmo 139. Aquí hay algunas de sus expresiones:

Señor, has mirado profundamente en mi corazón y sabes


todo acerca de mí.

Sabes cuando estoy descansando o cuando estoy


trabajando, y desde el cielo descubres mis pensamientos.

Te das cuenta de todo lo que hago y en todos los lugares a


los que voy.

Incluso antes de que diga una palabra, sabes lo que


voy a decir, y con tu brazo poderoso me proteges por
todos lados.

La Biblia dice: «Pero la persona que ama a Dios, es a quien Dios


reconoce» (1 Corintios 8:3). ¡Es una promesa!

Debido a que Dios es tan bueno, podemos confiar en que Él nos


conoce y nos ama por completo, ¡pase lo que pase! Él sabe que no
somos perfectos, nos perdona cuando hacemos mal, se alegra cuando
nos suceden cosas buenas y se entristece cuando nos lastiman. La
Biblia nos dice todas estas cosas y mucho más sobre Dios.

34 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Cuando tengas miedo, recuerda que Dios te conoce y está contigo
y comprende cómo te sientes.

Hablemos con Dios

«Gracias, querido Dios, por conocerme y amarme


por completo. Ayúdame a confiar en ti toda mi vida.
Quédate siempre cerca de mí, te lo ruego. Amén».

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 35
¿Dios sigue con nosotros?

¿Ahora qué?

D espués de otra noche de dormir intranquilos, el día siguiente


amaneció brillante y claro. Los cielos azules y el sol llenaban la
mañana, pero aun así se sentía extraño. Debería haber sido un
día normal de trabajo y diversión, pero todo fue diferente.

El techo tenía un agujero, todo en la habitación de Eric estaba arruinado


por la entrada de agua, la electricidad aún no estaba funcionando y el
vecindario era un gran desastre. El sonido de las sierras de motor llenó
el aire.

—¿Por dónde empezamos? —preguntó Eric, mientras se sentaba a la


mesa de la cocina masticando una barra de cereal.

—Bueno, creo que empezamos por visitar a nuestros vecinos


—respondió mamá—. Me pregunto cómo está esa familia al otro lado
de la calle, la de la mamá y dos niños pequeños. Se acaban de mudar
aquí y no sé si tienen familiares cerca. ¡La mitad de su casa acaba de
desaparecer! Caminemos y veamos si podemos ayudar. Tal vez ella esté
tratando de arreglar las cosas por sí misma.

Mientras el papá y Eric iban a buscar gente que les pudiera ayudar con
el árbol que cayó en el techo, la mamá y Eliza salieron a la calle. Vieron a
su vecina sentada en su auto y mirando fijamente su casa en ruinas. Un
niño y una niña estaban sentados en silencio en el asiento trasero con
los ojos muy abiertos.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 37
—Hola —dijo la mamá—. Eres Juana, ¿verdad? Vivimos al otro lado de la
calle. ¡Sentimos mucho lo de tu casa!

—Sí, soy Juana —respondió—. Y no sé qué voy a hacer. —Una lágrima


rodó por su mejilla—. Ni siquiera sé por dónde empezar.

—Pensar en cómo resolver todos los problemas es demasiado en este


momento, —dijo amablemente la mamá—. Empecemos por las cosas
más importantes. ¿Tienen hambre? ¿Tienen un lugar para quedarte esta
noche? Si no, estaremos encantados de compartir nuestro hogar con
usted hasta que solucione las cosas. Vamos, vayamos a nuestra casa y
hablemos de ello.

Sus hijitos salieron del auto y todos cruzaron la calle. Después de


que los niños pequeños se quedaron jugando con Eliza y Eric, Juana,
la mamá y el papá comenzaron a pensar en los problemas que
enfrentaban y a hacer planes. Resultó que la hermana de Juana vivía en
otra parte del país. Juana estaba planificando viajar allí, pero primero
necesitaba resolver la situación con su casa y sus pertenencias.

—Puede que estemos abarrotados aquí por un tiempo —dijo el papá—,


pero estaremos encantados de ayudarle en lo que podamos.

—Yo estoy feliz de poder hacer algo para ayudar también —dijo Eliza
desde el piso donde estaba leyendo un libro con los dos niños.

De repente, se encendieron las luces de la casa. ¡Había vuelto


la electricidad!

Esa noche, cuando todos disfrutaron de una cena sencilla y decidieron


dónde dormirían, se reunieron en círculo en el piso de la sala.

—Tomemos turnos y digamos dos cosas: una que fue difícil para ti hoy
y otra por la que te sientes agradecido —sugirió el papá. Todos tuvieron
la oportunidad de compartir lo que estaban pensando. Incluso los más
pequeños tenían algo que decir.

38 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
—Tenemos mucho trabajo por hacer y tomará muchas semanas
terminarlo —dijo la mamá de Eric y Eliza—. Pero una cosa sabemos con
certeza: La Biblia dice que no importa lo que nos pase o lo mal que
se pongan las cosas. Sabemos que Dios todavía está con nosotros. Su
amor nunca falla, y nunca, nunca estamos solos.

Hablemos de eso

1. Con tanto por hacer, ¿por qué quería la mamá comenzar


por ver cómo estaban sus vecinos?

2. ¿Por qué la mamá dijo que la comida y el refugio eran las


cosas más importantes?

3. ¿Puedes contarnos alguna vez en que tu familia y tú se


sintieron abrumados por muchos problemas al mismo
tiempo? ¿Qué te resultó útil?

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 39
Actividad
Paz, quedénse tranquilos
En nuestra historia, Eric y Eliza escucharon acerca de un
momento en que Jesús calmó una gran tormenta. La Biblia nos
dice que Jesús es el Hijo de Dios. Cuando vino a vivir entre
nosotros, Jesús parecía una persona común. Incluso, sus amigos
y seguidores más cercanos al principio pensaron que era solo
otro hombre. En esta historia, sus amigos comienzan a darse
cuenta de que Él es mucho más que eso. Averigüemos qué hizo
Jesús en una situación aterradora cuando todos a su alrededor
estaban preocupados y asustados.

Lee la historia a continuación. Es del Evangelio de Marcos


en la Biblia. Justo antes de esta historia, Jesús había estado
enseñando a grandes multitudes de personas todo el día y
estaba exhausto.

«Así que dejaron a las multitudes y salieron con


Jesús en la barca (aunque otras barcas los siguieron).
Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas
entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de
agua. Jesús estaba dormido en la parte posterior de la
barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los
discípulos lo despertaron: “¡Maestro! ¿No te importa
que nos ahoguemos?”, gritaron. Cuando Jesús se
despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: “¡Silencio!
¡Cálmense!”. De repente, el viento se detuvo y hubo una
gran calma. Luego Jesús les preguntó: “¿Por qué tienen
miedo? ¿Todavía no tienen fe?”. Los discípulos estaban
completamente aterrados. “¿Quién es este hombre?—se
preguntaban unos a otros—. ¡Hasta el viento y las olas
lo obedecen!”».

Marcos 4:36–41

40 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Puntos de conversación

• La Biblia enseña que Jesús es tanto hombre como Dios.


Como hombre, estaba cansado; pero como Dios, tiene
poder sobre el viento y las olas (Salmo 104:5–7; Juan 1:3;
Colosenses 1:16).

• Los amigos de Jesús estaban asombrados después de la


tormenta porque se dieron cuenta de lo poderoso que es
Jesús. Todavía no entendían que Jesús era Dios con ellos.

• Siempre que tengamos miedo, podemos llamar a Jesús


para que nos ayude.

• Dios está con nosotros ahora mismo.

¡Actuarlo!

Esta es una historia divertida de representar. Usar tu imaginación


y tu cuerpo para representar esta historia puede ayudarte a
comprenderla de una manera más profunda.

Involucra a toda la familia. ¡No olvides agregar efectos de sonido!


Busca accesorios para el bote y el cojín, y disfraces para los
amigos, el viento, etc. Decidan quién desempeñará estos roles:

• Narrador

• Jesús

• Amigos de Jesús

• Vientos y olas (opcional)

Alguien podría ser el director, mientras que otra persona puede


crear un video usando su teléfono. Todos dicen sus propias líneas
y el narrador lee el resto de la historia de Marcos 4:36–41.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 41
Hablemos de eso

Haz estas preguntas a las personas que interpretaron cada papel.

Amigos : ¿Cómo te sentiste... :

1. cuándo el viento sopló fuerte y las olas rompieron en


el barco?

2. cuándo encontraste a Jesús dormido en la parte trasera


del barco?

3. cuándo Jesús ordenó al viento que se calmara?

4. cuándo te preguntó por qué estabas asustado?

Viento: ¿Cómo te sentiste cuando Jesús te reprendió?

Olas : ¿Cómo te sentiste cuando Jesús te dijo que te quedaras


quieto?

Jesús : ¿Cómo te sentiste... :

1. cuando los discípulos te despertaron?

2. cuando viste el problema?

3. cuando se calmaron las olas?

Todos : Al dramatizar la historia, ¿te diste cuenta de algo nuevo?

42 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Actividad
Dale tus preocupaciones
a Dios
Coloca una pequeña cruz en un lugar conveniente donde
tu familia pueda sentarse a su alrededor. Coloca la Caja
de Preocupaciones frente a la cruz. Decide qué adulto o
adolescente mayor será el líder de esta actividad.

«Pregunta: ¿Por qué crees que ponemos nuestra Caja de


Preocupaciones junto a la cruz?». Cuando todos hayan tenido
la oportunidad de responder, lee el siguiente versículo:

La Biblia dice: «Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades


en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes» (1 Pedro 5:7).

Ahora, lee lo siguiente o expresa estas ideas en tus propias


palabras:

Esta cruz es un símbolo del amor de Dios por nosotros. Dios


envió a su Hijo Jesús al mundo para sanarnos en todos los
sentidos: nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma. ¡Jesús
está en el cielo, incluso ahora, orando por nosotros!

Podemos llevar todas nuestras preocupaciones a Dios. Aunque


sabe que hay momentos difíciles para nosotros, nos ha dicho
que no nos preocupemos. Conservaremos nuestra Caja de
Preocupaciones todo el tiempo que sea necesario. Puedes
agregar tus preocupaciones en cualquier momento que desees.
Y podemos seguir dándoselas a Dios, aunque sea muchas
veces al día. Dios siempre está listo para escucharnos.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 43
Así como Jesús estaba en el barco con sus amigos durante un
tiempo aterrador, Jesús está y estará aquí con nosotros durante
estos tiempos difíciles. En nuestra situación, Él también nos dice:
“¡Paz! ¡Quédense tranquilos!”. ¿Qué otras cosas nos podría estar
diciendo Dios?.

Deja que los miembros de la familia respondan. Luego lee uno o


más de estos versículos bíblicos:

«¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!».


Salmo 46:10

«No tengan miedo —dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!»


Marcos 6:50b

«Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la


paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar.
Así que no se angustien ni tengan miedo».
Juan 14:27

«Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré».


Hebreos 13:5b

Cuando le demos nuestras preocupaciones, pidámosle a Dios


que nos ayude a soltarlas.

Haz una oración sencilla con tu familia mientras le dan sus


preocupaciones a Dios, y pide Su presencia reconfortante
durante este momento difícil (por ejemplo: «Dios, te damos
todas nuestras preocupaciones. Por favor, danos Tu paz.
Amén»).

44 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Actividad
Artículos de emergencia
Siempre confiamos en Dios, pero es aconsejable prepararnos
antes de que ocurran las emergencias. La familia de Eric y Eliza
tenía un bolso en un lugar seguro lleno de artículos para usar
en caso de que tuvieran que salir de su casa rápidamente. ¿Qué
crees que incluyeron en su bolso? (Consulta la página 53 para
obtener una lista sugerida de suministros de emergencia).

¡Juguemos!
1. Pega una hoja grande de papel a la pared y asigna a alguien
para que escriba una lista de los suministros de emergencia
que tu familia te sugerirá durante este juego.
2. Busca una caja o canasta y colócala en un extremo de
la habitación, a unos tres metros de donde está sentada
tu familia.
3. Entrega a cada miembro de la familia cuatro o cinco
pequeños trozos de papel y un lápiz o bolígrafo.
4. Cada persona debe escribir (o dibujar) un artículo de
suministros de emergencia en cada trozo de papel.
5. Después de escribir el artículo en el papel, cada persona debe
arrugar el papel para formar una bola apretada.
6. Cuando todos hayan terminado de escribir y arrugar, túrnense
para lanzar las bolas de papel a la caja o canasta.
7. Cuando todas las bolas estén en la caja o la canasta, túrnense
para ir a escoger una bola, abrirla y alisar el papel. Di el artículo
de suministro en voz alta y adivina quién lo escribió o dibujó.
8. Según se van leyendo, escribe cada artículo en el papel
grande que pegaste a la pared.
9. Cuando se lean todas las bolas, mira la lista de suministros de
emergencia que hizo tu familia.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 45
Preguntas para conversar:

• ¿Por qué incluiste cada uno de los artículos que sugeriste?

• ¿Piensas en algo más que no está mencionado?

• ¿Cómo recolectarás estos artículos y en qué los pondrás?

• ¿Dónde guardarás los suministros de emergencia?

• ¿Cómo te sientes al saber que tu familia está más


preparada para una evacuación de emergencia?

46 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Promesas de Dios
Dios me ama
¿Puedes pensar en alguien a quien amas mucho? ¿Cuáles son algunos
de tus sentimientos hacia esa o esas personas?

• No quieres que les pase algo malo.

• Te encanta pasar tiempo con ellas.

• Te sientes feliz cuando estás con ellas.

• Quieres hacer cosas por ellas.

¡Eso es lo que Dios siente por ti! Él nos creó. Dios ama a Su creación y
se entristece cuando Sus criaturas son heridas o destruidas. Cuando nos
suceden cosas malas, puede ser difícil creer que Dios todavía nos ama.
Pero podemos confiar en que las palabras de la Biblia son verdaderas.

La Biblia nos dice: «Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro
Padre, quien nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una
esperanza maravillosa» (2 Tesalonicenses 2:16). De hecho, la Biblia nos
dice que «Dios ES amor» (1 Juan 4:16).

Cuando Jesús estuvo en la tierra, tuvo un grupo especial de amigos


llamados discípulos. Un día les dijo: «Yo los he amado a ustedes tanto
como el Padre me ha amado a mí» (Juan 15:9a). ¡Es una promesa! Jesús
te dice lo mismo hoy.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 47
Cuando tengas miedo, recuerda que Dios te ama y
siempre estará contigo.

Hablemos con Dios

«Gracias, querido Dios, por amarnos y cuidarnos


pase lo que pase. Ayúdanos a vivir en Tu amor de
tal manera que podamos amar y cuidar a los demás.
Amén».

48 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Colorea
Colorea
Consejos para los padres
y cuidadores
Sus hijos han sobrevivido a un evento grande y aterrador, y
es probable que estén experimentando muchas emociones
diferentes a causa de ello. El miedo, la ansiedad, la depresión,
la ira y otros sentimientos se combinan para crear inseguridad
interior y comportamientos externos que pueden ser difíciles para
ellos y para usted.

Aquí hay algunas ideas y sugerencias que pueden ser útiles


durante este tiempo difícil:

• Los niños se ven afectados por el trauma tanto como los


adultos, pero pueden mostrarlo de manera diferente. Es
posible que los niños pequeños no tengan palabras para
describir cómo se sienten y pueden regresar a conductas
que ya no presentaban hace mucho tiempo, como mojar
la cama o chuparse el dedo. Pueden ser temerosos y
pegajosos. Necesitan ser consolados.

• Los niños traumatizados a menudo exhiben un


comportamiento problemático que es difícil para los
cuidadores que también están abrumados por su propio
dolor. La irritabilidad, la agresión, el llanto, las pesadillas,
etc. son respuestas normales y temporales al trauma.

• Recuerda que los niños reciben señales emocionales de los


adultos que los rodean. Cuando usted se cuida bien y se
mantiene tranquilo y positivo, a sus hijos les resultará más
fácil hacer lo mismo.

• Restablece las rutinas para sus hijos lo más rápido posible


para reducir la sensación de caos causada por el desastre.

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 51
• A veces, los niños conectan por error eventos externos a ellos con
su propio comportamiento, y luego se sienten responsables de la
mala experiencia que atraviesan otros. Asegúrales que el desastre
no es culpa suya.

• Restablece la sensación de control y orden buscando actividades


útiles y adecuadas a su edad para que los niños participen en
el progreso de la familia hacia la normalidad. Dales a los niños
pequeñas responsabilidades y tareas que ayuden a toda la familia.

• Tenga cuidado con los medios a los que están expuestos sus
hijos. Restringe su exposición a noticias de radio y televisión
que puedan volver a traumatizarlos y aumentar su sensación
de inseguridad. Si están expuestos a informes preocupantes de
los medios, ayúdalos a interpretar lo que ven u oyen, y dales la
oportunidad de expresar sus sentimientos al respecto.

• Las actividades estructuradas pueden ayudar a los niños a


sentirse seguros. Empieza o aumenta los tiempos de oración en
familia por la mañana y por la noche. Considera un momento para
leer la Biblia y leer historias juntos.

• Cuando puedan regresar a una vida familiar más normal, crea


un equipo de suministros de emergencia y un plan para que
su familia lo siga en caso de que se enfrente a un desastre en
el futuro. Tener estos preparados ayudará a restablecer un
sentimiento de seguridad para sus hijos.

52 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
ARTÍCULOS DE EMERGENCIA

¡Oramos para que nunca tenga que usar un equipo de suministros de


emergencia! Pero es aconsejable estar preparado. Aquí hay una lista de
suministros sugeridos para recolectar y guardar en un lugar seguro. Es
posible que algunos de estos artículos no estén disponibles, pero dejar
algunas cosas a un lado le dará a su familia cierta medida de seguridad.
Verifique las fechas de vencimiento de los alimentos y medicamentos, y
mantenga esos artículos frescos.

† Agua (1 galón / 4 litros † Artículos de tocador


por persona por día, (papel higiénico, jabón,
durante 3 días). desinfectantes para
manos, cepillos de dientes,
† Comida enlatada. pasta de dientes).

† Abrelatas. † Herramientas básicas


(martillo, destornilladores,
† Medicamentos básicos.
alicates, llave inglesa).
† Linterna.
† Cuchillo de bolsillo.
† Baterías.
† Copias de documentos
† Fósforos (colocar en un importantes (tarjetas de
recipiente impermeable). identificación, tarjetas
de seguro, certificados
† Silbato (para alertar a los de nacimiento).
servicios de emergencia).
† Números de contacto
† Mantas. de emergencia.

† Cambio de ropa extra para † Papel y bolígrafo.


cada persona (pañales
si tiene un bebé). † Mochilas para llevar todo
(una por miembro de la
† Protección contra la lluvia. familia que pueda hacerlo).

Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre 53
• Coloque todo en un recipiente impermeable y guarde su equipo
en un lugar fresco y seco si es posible.

• Asegúrese de que todos en su hogar sepan dónde está.

• Es posible que desee agregar algunos juguetes o libros pequeños


para entretener y consolar a los niños.

• Recuerde rotar la comida y el agua en su kit de emergencia cada


seis meses, verifique las fechas de vencimiento de las baterías y
los medicamentos, y cambie la ropa de los niños para adaptarse a
su crecimiento.

• Considere hacer un plan de evacuación. ¿Qué van a llevar? ¿A


dónde van a ir? ¿Cómo se encontrarán si están separados?
Asegúrese de que cada miembro de la familia esté familiarizado
con el plan. Practíquenlo juntos para asegurarse.

54 Dios está conmigo: Una guía familiar para vivir después de un desastre
Camiseta «Yo sobreviví»
La Palabra de Dios Restaurando Vidas

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