“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA
Tema:
Astrocitoma
Docentes:
Dr. Manuel Andrés Chacaltana Ramos
Dra. Alicia Antoinette Arizola Aguado
Alumnos:
Arones Aparcana, Deiza Yannet
Canchari Ramos Fabricio Paulino
Crisóstomo Torres, Jhamilet Alexandra
Lima Gutiérrez, Linda Luz
Mamani Cancho, Lucia
Tordoya Chávez, María Fernanda F.
Vera Vega, Jassmin
Ciclo:
V
Turno:
MB
ICA – PERÚ
2023
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1
MARCO TEÓRICO ......................................................................................................... 2
1. Definición .............................................................................................................. 2
1.1. Clasificación ................................................................................................... 2
2. Epidemiología ........................................................................................................ 4
3. Etiología................................................................................................................. 5
4. Fisiopatología ........................................................................................................ 5
5. Histología............................................................................................................... 7
5.1. Forma ............................................................................................................. 7
5.2. Número ........................................................................................................... 9
5.3. Funciones ..................................................................................................... 10
6. Anatomía patológica ............................................................................................ 17
6.1. ASTROCITOMA PILOCÍTICO .................................................................. 19
6.2. ASTROCITOMA PILOMIXOIDE .............................................................. 22
6.3. ASTROCITOMA SUBEPENDIMARIO DE CÉLULAS GIGANTES ...... 24
6.4. XANTOASTROCITOMA PLEOMÓRFICO .............................................. 26
7. Presentación Clínica ............................................................................................ 30
7.1. Diagnóstico................................................................................................... 31
8. Tratamiento y pronóstico ..................................................................................... 36
8.1. Tratamiento según grado .............................................................................. 36
8.2. Pronóstico ..................................................................................................... 37
CONCLUSIONES .......................................................................................................... 39
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 40
INTRODUCCIÓN
El astrocitoma es una neoplasia cerebral de origen astrocítico que ha sido objeto de interés
y estudio en el campo de la patología debido a su prevalencia, diversidad de subtipos,
complejidad clínica y su impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes
afectados. Esta entidad patológica se encuentra en el grupo de los tumores cerebrales
primarios, lo que significa que se origina directamente en el tejido cerebral en lugar de
metastatizar desde otras partes del cuerpo. A lo largo de las últimas décadas, los avances
en la patología, la neurooncología y la radiología han proporcionado una mayor
comprensión de la biología y la clasificación de los astrocitomas, lo que ha llevado a un
enfoque más personalizado en su diagnóstico y tratamiento.
En esta monografía, exploraremos en detalle los astrocitomas, centrándonos en su
patología, incluyendo su etiología, histología, clasificación, manifestaciones clínicas,
diagnóstico, y opciones terapéuticas. La comprensión de los astrocitomas es esencial no
solo para los patólogos, sino también para oncólogos, neurocirujanos y otros profesionales
de la salud involucrados en el manejo de estos tumores cerebrales. Además, el estudio de
los astrocitomas arroja luz sobre la biología subyacente de los tumores cerebrales en
general, lo que puede tener implicaciones importantes en el desarrollo de terapias más
efectivas y menos invasivas.
A lo largo de esta monografía, examinaremos los aspectos fundamentales de los
astrocitomas, desde sus orígenes en las células gliales hasta los desafíos clínicos y
terapéuticos que enfrentan los pacientes. También exploraremos las investigaciones más
recientes que están ayudando a mejorar nuestro conocimiento de esta patología y aportando
esperanzas para un tratamiento más efectivo en el futuro. En última instancia, esta
monografía busca proporcionar una visión integral de los astrocitomas en la patología y su
importancia en la práctica clínica actual.
MARCO TEÓRICO
1. Definición
Los astrocitomas forman parte del grupo de los gliomas (tumores gliales), se trata de
tumores cerebrales primarios, es decir, tumores que se originan a partir de las células
que conforman la estructura cerebral normal. Dentro del grupo de los gliomas, los
astrocitomas suponen los tumores más frecuentes.
Pueden localizarse en cualquier punto del neuroeje (cerebro y médula espinal) si bien
es especialmente frecuente a nivel de los hemisferios cerebrales. Especial mención
merecen los gliomas de nervio óptico, astrocitomas talámicos y los astrocitomas de
tronco cerebral y medula espinal, pues presentan características propias tanto por su
localización como por su histología que hace que deba personalizarse el tratamiento en
estos tipos de lesiones.
Algunos astrocitomas se multiplican lentamente. Estos no se consideran cancerosos. Los
tumores no cancerosos a veces se llaman astrocitomas benignos. La mayoría de los
astrocitomas se multiplican rápidamente y se consideran cánceres cerebrales. También
se conocen como astrocitomas malignos. Que el tumor sea benigno o maligno es uno de
los factores que el equipo de atención médica tiene en cuenta a la hora de elaborar un
plan de tratamiento.
1.1. Clasificación
Existen varios sistemas de clasificación para los astrocitomas, pero el más utilizado
es el sistema de clasificación de la World Health Organization (WHO), que divide
los astrocitomas en 4 grados de acuerdo al grado de atipia nuclear, actividad
mitótica, celularidad, proliferación vascular y necrosis.
a) Grado I: tumores no invasivos que suelen aparecer en los niños
Astrocitoma pilocítico:
• Tumores quísticos bien circunscritos y de crecimiento lento.
• Suelen surgir en el cerebelo y pueden provocar comprensión del 4to
ventrículo y/o ataxia.
Xantoastrocitoma pleomórfico:
• Se origina en el lóbulo temporal.
• Comúnmente se asocia con convulsiones.
Astrocitoma subependimario de células gigantes:
• Tumores periventriculares que pueden obstruir el flujo de salida del LCR
y provocar hidrocefalia.
• Asociado a la esclerosis tuberosa.
b) Grado II: astrocitomas difusos de bajo grado
• También conocido como astrocitomas fibrilares.
• Tumores invasivos sin separación clara del tejido cerebral circundante.
• Muestra solamente atipia nuclear.
• Puede evolucionar a glioblastoma.
c) Grado III: astrocitomas anaplásicos
• Muestra atipia nuclear y mayor actividad mitótica y celularidad.
• Falta de necrosis y proliferación microvascular.
• Progresión a glioblastoma, normalmente en 2 años.
d) Grado IV: glioblastoma multiforme
• Es el tipo más maligno y agresivo de astrocitoma.
• Se caracteriza por áreas de necrosis o proliferación microvascular.
• Puede progresar a partir de un astrocitoma de bajo grado (10%) u
originarse directamente como un glioblastoma multiforme (90%).
• Pronóstico desalentador.
2. Epidemiología
La incidencia de astrocitoma es de 4,7 por 100.000 y el número de casos nuevos es de
15.000 por año. En 2012, se estimaba que 148,818 personas vivían con cáncer de
cerebro y otros cánceres del sistema nervioso en los Estados Unidos. El número de
muertes fue de 4,3 por 100.000 personas por año según los registros de mortalidad de
2008-2012. El tipo de grado bajo se encuentra a menudo en niños o adultos jóvenes,
mientras que el tipo de grado alto es más frecuente en adultos. El astrocitoma pilocítico
es más común en hombres, quienes representan el 62% de todos los casos. La
proporción hombre-mujer del astrocitoma difuso es de 1,5:1 y la del astrocitoma
anaplásico es de 1,8:1. El astrocitoma es más común en la raza caucásica. (Tabla 1)
• Raza/etnia: no hay diferencias significativas.
• Predominio por sexo: no hay predominio por sexo en el astrocitoma
pilocítico. Ligero predominio masculino en el astrocitoma difuso de bajo
grado. Predominio masculino/femenino de aproximadamente 2/1 en el
astrocitoma anaplásico.
• Astrocitomas de grado IV: Tumor cerebral primario maligno más común:
representa el 23% de todos los tumores cerebrales primarios. El 60% de los
astrocitomas son de grado IV al momento del diagnóstico.
3. Etiología
La mayoría de las causas de los astrocitomas es desconocida. En última instancia, las
mutaciones genéticas conducen a un crecimiento celular incontrolado y a la
proliferación de tumores.
• Los astrocitomas son más frecuentes en los siguientes trastornos genéticos:
o Síndrome de Li-Fraumeni (mutaciones en la línea germinal del p53).
o Síndrome de Turcot (mutaciones en varios genes supresores de
tumores, incluyendo APC y MMR).
o Neurofibromatosis tipo 1.
o Esclerosis tuberosa
• La radiación ionizante es un factor de riesgo establecido:
o Radioterapia para adenoma hipofisario: 16 veces más riesgo para
astrocitoma.
o Niños que reciben radiación para leucemia linfocítica aguda: 22 veces
más riesgo de desarrollar una neoplasia del SNC en 5–10 años
(incluyendo astrocitomas de grado II, III y IV).
4. Fisiopatología
La fisiopatología del astrocitoma se basa en su origen en las células gliales del cerebro,
específicamente en los astrocitos, que son un tipo de célula de soporte del sistema
nervioso central. Estos tumores cerebrales se desarrollan a partir de la proliferación
anormal de astrocitos y, en última instancia, pueden dañar el tejido cerebral
circundante. Aquí se describe la fisiopatología general del astrocitoma:
a) Proliferación anormal de astrocitos: La fisiopatología comienza con una
proliferación anormal de astrocitos, que son células gliales encargadas de
proporcionar soporte estructural y nutrición a las neuronas, además de desempeñar
un papel fundamental en la reparación del tejido cerebral después de lesiones. En
el caso del astrocitoma, estas células se reproducen de manera descontrolada y
forman un crecimiento anormal en el cerebro.
b) Formación de tumores: A medida que los astrocitos proliferan sin control, se
acumulan y forman una masa o tumor en el tejido cerebral. Esta masa puede crecer
y presionar áreas circundantes, lo que da como resultado síntomas neurológicos y
la compresión de estructuras cerebrales críticas.
c) Invasión del tejido circundante: Uno de los aspectos problemáticos de los
astrocitomas es su capacidad para infiltrarse en el tejido cerebral circundante. Esto
dificulta la eliminación completa del tumor mediante cirugía, ya que los márgenes
del tumor a menudo se extienden más allá de lo que es visible a simple vista. Esta
infiltración también contribuye a la recurrencia de los astrocitomas.
d) Deterioro neurológico: A medida que el tumor crece y ejerce presión sobre el
cerebro, puede provocar una variedad de síntomas neurológicos. Los síntomas
pueden incluir dolor de cabeza, cambios en la función cognitiva, debilidad,
problemas de equilibrio, convulsiones y, en casos graves, pérdida de la conciencia.
e) Alteraciones genéticas y moleculares: La fisiopatología de los astrocitomas
también involucra alteraciones genéticas y moleculares. Algunos astrocitomas
presentan mutaciones en genes específicos, como el gen IDH1 o el gen TP53, que
pueden tener implicaciones en la progresión del tumor y en las opciones de
tratamiento.
5. Histología
Los astrocitos son células localizadas en el sistema nervioso central (encéfalo y médula
espinal). Forman, junto con los oligodendrocitos, células de Schwann y la microglía,
el grupo de células gliales del sistema nervioso. Los astrocitos son el tipo de célula
glial más abundante en los mamíferos. Durante mucho tiempo se ha considerado a los
astrocitos como células de menor importancia cuando se comparaban con las neuronas,
y sus funciones parecían limitarse a mantener la homeostasis neuronal y participar en
la formación de las barreras en los límites del sistema nervioso central. Sin embargo,
hoy se les atribuyen papeles adicionales más diversos, como controlar la barrera
hematoencefálica, regular el flujo sanguíneo, dar soporte metabólico y antioxidante a
las neuronas, reciclar neurotransmisores, y regular la sinaptogénesis y la transmisión
sináptica. A veces, otras funciones surgen en situaciones patológicas o durante el
desarrollo. Últimamente se les ha relacionado incluso con el procesamiento de la
información que manejan las neuronas. Es un dato interesante que durante la evolución
de los primates la proporción de astrocitos respecto a las neuronas se ha incrementado.
5.1. Forma
Los astrocitos contienen una proteína específica en su citoesqueleto denominada
proteína glial fibrilar ácida. El nombre de astrocito viene de la forma estrellada que
tienen estos filamentos intermedios del citoesqueleto cuando se ponen de
manifiesto en su citoplasma, aunque la forma celular real puede ser muy variable,
dependiendo además de si se encuentran en la sustancia gris, denominados
astrocitos protoplásmicos, o en la sustancia blanca, denominados atrocitos fibrosos.
También hay astrocitos muy modificados como son la glía de Bergmann en el
cerebelo y la de Müller en la retina.
Fig. 1: Imágenes de células gliales. A, B, C y D muestran astrocitos localizados en el
encéfalo. B muestra las diferencias en tamaño y morfología entre los astrocito y las
neuronas. A, B a C muestran astrocitos protoplásmicos, mientras que en D se muestra
uno fibroso. En E aparecen células gliales de Bergmann, localizadas en la corteza
cerebelosa.
Los astrocitos protoplásmicos emiten muchas prolongaciones que se pueden
ramificar varias veces. Los extremos de estas ramificaciones se denominan pies
terminales, los cuales recubren vasos sanguíneos, superficie pial y a las sinapsis (un
astrocito puede englobar varios miles de sinapsis). Los astrocitos fibrosos se
encuentran en la sustancia blanca y tienen prolongaciones mucho más delgadas y
casi sin ramificar. Los pies terminales de los astrocitos fibrosos envuelven a los
nodos de Ranvier de los axones y a los vasos sanguíneos de los tractos de fibras
donde se encuentran.
5.2. Número
Los astrocitos son el tipo glial más numeroso en el encéfalo (Figura 2). El número
de astrocitos es variable dependiendo de la zona, pero suelen representar del 20 al
25 % del volumen de la mayor parte de las áreas del encéfalo. En el encéfalo de
ratas y gatos son tan numerosos como las neuronas. Los astrocitos se generan en el
periodo perinatal, una vez que se está acabando la producción de neuronas. Esto se
ha comprobado en humanos y en gatos.
Figura 2. Imágenes de astrocitos en las áreas corticales del cerebro de una rata,
teñidos mediante inmunocitoquímica con anticuerpos contra la proteína fibrilar
glial ácida.
Los astrocitos pueden diferenciarse desde varias fuentes. Por ejemplo, en la corteza
cerebral se pueden originar desde la glía radial, desde las paredes ventriculares y
desde la glía indiferenciada tipo NG2. Todas estas fuentes darían inicialmente
astrocitos progenitores, los cuales podrían diferenciarse directamente en astrocitos
maduros o sufrir una serie de divisiones mitóticas para aumentar la población de
potenciales astrocitos maduros. Sin embargo, los astrocitos pueden también
proliferar en estado adulto. La producción local de astrocitos en etapas juveniles y
adultas podría provenir de la actividad mitótica de algunas de estas células
progenitoras que han permanecido en estado indiferenciado. En gatos se ha
comprobado que en el periodo perinatal el cociente glía/neurona es del 0.86,
mientras que en adultos es del 1.4, es decir, aumenta hasta sobrepasar el número de
neuronas encefálicas.
Además de las células de origen, también es importante la región en la que se
generan. Esta regionalización puede ser un componente que afecte a la diversidad
morfológica y funcional de los astrocitos. De hecho, se ha demostrado que el lugar
de nacimiento de los astrocitos determina su posición final en el cerebro y en la
médula espinal. Una parte de la diversificación de los astrocitos no depende de las
neuronas que los rodean sino del patrón de genes expresados que adquirieron en el
momento de su generación. Incluso su identidad podría ser irreversible una vez
generados. Sin embargo, también hay señales externas que modulan la actividad de
los astrocitos. A través de estas señales, el microambiente influye en la actividad
astrocitaria.
5.3. Funciones
Los astrocitos se han considerado tradicionalmente homogéneos en cuanto a sus
funciones cuando se comparaban distintas regiones del sistema nervioso central,
pero ahora se sabe que son funcionalmente diversos. Las diferencias inter e
intrarregionales entre astrocitos se deben sobre todo a cambios en la expresión de
proteínas como canales u otras proteínas de membrana. Éstas hacen que
subpoblaciones de astrocitos respondan diferencialmente frente a estímulos
similares. Los astrocitos son eléctricamente silenciosos luego sus funciones no se
pueden estudiar de la misma manera que se estudian las neuronas.
o Actividad neuronal
A los astrocitos se les ha atribuido tradicionalmente una función un tanto
pasiva respecto a las neuronas. Se pensaba que eran células que se limitaban
a alimentar, mantener la homeostasis de las neuronas, hacer de soporte
estructural y contribuir al buen funcionamiento nervioso mediante el
aislamiento de las sinapsis entre sí, impidiendo que la actividad de una
neurona pueda afectar a otras a las que no debería. También se ha
encontrado que participan en el aclarado o inactivación de
neurotransmisores como el glutamato extracelular, mantienen los niveles de
potasio extracelular, redistribuyen o secuestran potasio extracelular por
encima de unos ciertos niveles, los cuales deterioran la actividad neuronal.
Todo ello afecta indirectamente a la actividad de las propias sinapsis. Sin
embargo, hoy se sabe que tienen un papel mucho más activo en el
procesamiento de la información nerviosa. Las prolongaciones celulares de
los astrocitos se encuentran alrededor de las neuronas, de las sinapsis y de
los nódulos de Ranvier en los axones. Se ha estimado que un astrocito puede
estar relacionado con miles de sinapsis. Los astrocitos responden de manera
activa a una serie de neurotransmisores como monoaminas, neuropéptidos,
GABA, acetilcolina, óxido nítrico y endocannabinoides. En la membrana de
los astrocitos hay receptores para todos ellos. Estos transmisores actúan
sobre los astrocitos, no de manera sináptica, sino en lo que se denomina
transmisión en volumen. Es decir, los astrocitos son capaces de responder a
la actividad neuronal. Esto se ha comprobado mediante la observación de
un incremento en la concentración de calcio en el interior de los astrocitos
que se encuentran próximos a sinapsis activas. Cuando esto ocurre, los
astrocitos son capaces de liberar moléculas denominadas gliotransmisores,
tales como el glutamato, el ATP o la adenosina. Las neuronas tienen
receptores para estas moléculas y por tanto su actividad se ve afectada por
ellas. Hoy se habla de la sinapsis tripartita (Figura 3) como modelo
fisiológico, la cual estaría formada por una neurona presináptica, una
neurona postsináptica y por la glía que envuelve a dicha sinapsis.
Fig. 3: Sinapsis tripartita. Se muestran las relaciones entre los tres
elementos que participan en el procesamiento sináptico: elemento
presináptico, elemento postsináptico y glía.
o Membrana glial limitante
Los astrocitos recubren la superficie externa del encéfalo y médula espinal.
Los pies terminales (por ejemplo, en monos) o los somas (por ejemplo en
ratones) de los astrocitos forman una capa limítrofe que aísla a las neuronas
de las membranas meníngeas que recubren la superficie del encéfalo y de la
médula espinal, denominada genéricamente como membrana glial
limitante o “glia limitans”. En la barrera glial limitante los pies terminales o
cuerpos de los astrocitos están adheridos a una membrana basal, y ésta a su
vez a la membrana pial interna. No se conoce muy bien la función de esta
capa glial pero se ha propuesto que actúa simplemente como barrera física
que encierra a las neuronas. En el ratón la separación entre neuronas y
lámina basal está formada por una capa de astrocitos superficiales, excepto
el bulbo olfativo y el cerebelo. Algunos autores sugieren que los astrocitos
que forman la glía limitante son diferentes a los fibrosos y a los
protoplásmicos.
Fig. 4: Imágenes de astrocitos detectados con inmunohistoquímica
para la proteína fibrilar ácida, en la corteza de una rata, con
prolongaciones hacia la superficie pial.
o Barrera hematoencefálica
Paul Ehrlich se dio cuenta de que el encéfalo y la médula espinal eran
estructuras especiales puesto que cuando inyectaba tinta en el sistema
circulatorio, todos los órganos se teñían menos el nervioso. Es decir, había
algo que impedía que la tinta extravasase los capilares del encéfalo. Esto es
debido a la denominada barrera hematoencefálica, una estructura formada
por el endotelio, pericitos, una lámina basal y las prolongaciones de los
astrocitos llamados pies terminales (Figuras 5 y 6). En el sistema nervioso
central las células del endotelio se encuentran más juntas que en ningún otro
tejido puesto que poseen una gran cantidad de complejos de unión del tipo
uniones estrechas que sellan el espacio intercelular, de manera que las
moléculas que quieran entrar y salir del tejido nervioso tendrán que cruzar
las células endoteliales. Parece ser que los pies de los astrocitos, que no
forman una verdadera barrera, podrían afectar a estos complejos de unión
regulando así el tráfico de moléculas a través del endotelio.
Fig. 5: Imágenes de astrocitos puestos de manifiesto con
inmunohistoquímica para la proteína fibrilar ácida en la corteza de un
ratón emitiendo prolongaciones hacia los vasos sanguíneos.
Fig. 6: Esquema donde se muestran los elementos que componen la
barrera hematoencefálica: endotelio, lámina basal, pericito y pies
terminales de los astrocitos.
El nombre de barrera, sin embargo, es engañoso puesto que no es una barrera
estricta ya que hay un intenso trasiego de moléculas entre la sangre y la
matriz extracelular del tejido nervioso, incluso los linfocitos pueden
atravesarla. La barrera hematoencefálica puede ser atravesada por
moléculas de menos de 500 kDa, liposolubles o que usen un transportador
presente en la barrera. Sin embargo, la labor de protección selectiva que
ejerce la barrera hematoencefálica en el sistema nervioso es también un
obstáculo para la difusión de muchas moleculas, incluidas muchos tipos de
fármacos. Curiosamente, cuando la barrera hematoencefálica se rompe, por
ejemplo, por la muerte de una célula endotelial, la microglía, otro tipo de
célula glial, envuelve y tapiza la zona dañada del vaso.
o Flujo sanguíneo
Los astrocitos son activados por el glutamato liberado en las sinapsis, el cual
aumenta la concentración interna de calcio. Éste a su vez hace incrementar
el ácido araquidónico, el cual se metaboliza a prostaglandinas y EETs
("epoxyeicosatrienoic acid"), que son metabolitos vasoactivos que producen
vasodilatación. Pero también hay otra vía molecular que produce
vasoconstricción tras un aumento de la concentración de calcio, cuando el
ácido arquidónico es convertido en 20HETE, que es un vasoconstrictor.
Podría ser que la acción de los astrocitos, vasoconstrictores o
vasodilatadores, dependiera de la concentración de óxido nítrico liberado
por las neuronas, el cual también actúa directamente sobre la musculatura
de las arterias produciendo variación del diámetro de éstas, y por tanto
afectando al flujo sanguíneo. Los astrocitos están conectados entre sí
mediante uniones en hendidura y forman redes extensas en las que sus
componentes tienen conectados sus citoplasmas formando una especie de
enorme sincitio. Esto permite una actuación sincronizada de grandes
poblaciones de astrocitos, que podrían así, junto con las neuronas, controlar
el flujo sanguíneo.
o Patologías
Los astrocitos son resistentes a la falta de oxígeno y de glucosa, y pueden
aguantar mucho más tiempo vivos que las neuronas tras la privación de estas
moléculas porque almacenan glucógeno en su interior y pueden obtener
ATP de forma anaeróbica. Por ello son importantes en condiciones extremas
o patológicas. Cuando se producen traumas o daños en el encéfalo se
observa una mayor expresión de GFAP (glial fribrilar acid protein) e
hipertrofia de los astrocitos que pasan a denominarse astrocitos reactivos.
Esto es lo que se llama gliosis reactiva. Durante esta proliferación se han
encontrado dos tipos de astrocitos con efectos diferentes. Los astrocitos A2
son básicamente reparadores, mientras que los A1 favorecen la degradación
del tejido. Los A2 son importantes para la formación de vasos sanguíneos
(angiogénesis). También en enfermedades neurodegenerativas como el
Parkinson, Alzheimer y la corea de Huntington se observa glía reactiva.
Además, debido a su capacidad de división, los astrocitos son responsables
de la generación de los tumores cerebrales denominados gliomas.
o Otras
Los astrocitos proporcionan moléculas neurotróficas a las neuronas, son una
fuente importante de matriz extracelular del tejido nervioso, y son centros
de detoxificación, por ejemplo, secuestran metales o amonio.
6. Anatomía patológica
La clasificación empleada para la gradación de los tumores del SNC es la que realiza
la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se basa en las características
histológicas del tumor en cuanto a atipia celular, mitosis, proliferación endotelial y
necrosis. La gradación histológica permite predecir el comportamiento biológico de
los tumores y es una guía importante para las decisiones terapéuticas.
Así pues, los tumores se diferencian en:
• Grado I: Tumores bien circunscritos con márgenes nítidos, sin evidencia de
infiltración. Aumento de la celularidad. Ausencia de mitosis, atipia,
proliferación endotelial o necrosis.
• Grado II (Tumores Gliales de Bajo Grado): Aumento de celularidad y atipia
nuclear, sin mitosis, proliferación endotelial ni necrosis.
• Grado III (Astrocitoma anaplásico): mayor celularidad, atipia y mitosis, sin
proliferación endotelial ni necrosis.
• Grado IV (Glioblastoma): Marcada densidad celular, atipia, alta actividad
mitótica, proliferación endotelial y necrosis.
Fig.7: Clasificación de los astrocitomas
Las neoplasias del SNC, a diferencia de la mayoría de neoplasias del resto del
organismo, se clasifican primero en tipos tumorales específicos, y posteriormente se
adjudica su grado histológico como medida de malignidad. Dos de los astrocitomas
localizados se clasifican como tumores de Grado I (el astrocitoma pilocítico y el
astrocitoma subependimario de células gigantes). Tienen un bajo potencial
proliferativo y los pacientes tienen una supervivencia relativamente prolongada, por
eso, la resección quirúrgica en estos casos puede ser curativa y raramente requieren
tratamiento adyuvante.
Los otros dos se clasifican como tumores de Grado II (el astrocitoma pilomixoide y el
xantoastrocitoma pleomórfico). Tienen un comportamiento más agresivo y tendencia
a su transformación maligna por sus alteraciones genéticas. Por eso, la supervivencia
de estos pacientes se estima en menos de una década.
Las técnicas de neuroimagen avanzadas, sobretodo la RM, cada vez toman un papel
más importante en el diagnóstico radiológico de los tumores, pues nos ayudan a
aproximarnos a un diagnóstico más preciso cuando no es posible tomar muestra para
anatomía patológica.
La RM avanzada permite una caracterización fisiológica y funcional del tumor:
• La captación de contraste depende de la integridad microvascular. El tumor
realza por alteración patológica de la barrera hematoencefálica y por la
hiperplasia vascular. Debido a la destrucción de los capilares normales por el
tumor, o en la neoangiogénesis, se forman vasos con estructura patológica. Por
tanto, el realce no se correlaciona con el grado tumoral.
• La secuencia Difusión aporta datos sobre celularidad y el ADC es
inversamente proporcional a la densidad celular tumoral, teniendo valores de
ADC altos para gliomas de bajo grado y bajos en tumores embrionarios.
• La perfusión equivale a la hemodinamia. Existe correlación entre el rCBV y
el grado tumoral.
• La espectroscopia indica el metabolismo y es considerada como una biopsia
tumoral no invasiva que proporciona información sobre la composición tisular
de la lesión.
6.1. ASTROCITOMA PILOCÍTICO
El astrocitoma pilocítico forma el 5-10% de todos los gliomas y es el tumor
primario cerebral más frecuente en niños. Más del 80% de los astrocitomas
pilocíticos tienen lugar en pacientes menores de 20 años. Este tumor tiene una
asociación sindrómica con la Neurofibromatosis tipo I. El 15% de los pacientes
con NF tipo I desarrollarán un astrocitoma pilocítico a lo largo de la vida.
6.1.1. Localización
Los astrocitomas pilocíticos pueden aparecer en cualquier localización del
neuroeje, pero tiene predilección por algunas localizaciones: La
localización más frecuente, casi el 60%, se encuentran en el cerebelo. La
segunda localización más frecuente es junto al nervio óptico y quiasma; y
junto al hipotálamo y tercer ventrículo. Por último, la tercera localización
más frecuente es el tronco encefálico y la médula espinal. Los hemisferios
cerebrales son una localización infrecuente de estos tipos de tumores, pero
cuando ocurren, tienden a tener base cortical y consistencia quística con
un nódulo mural, donde asienta la neoplasia.
Fig. 8: Localización más frecuente de los astrocitomas pilocíticos
6.1.2. Macroscopía
Se trata de tumores bien delimitados de sustancia gris que a menudo
forman quistes intratumorales con nódulo mural, donde se localiza el
elemento neoplásico. Los macroquistes suelen localizarse con mayor
predilección en el cerebelo y los hemisferios cerebelosos.
Fig. 9: Gráfica que muestra la característica típica de “quiste con nódulo mural”
de un astrocitoma pilocítico en fosa posterior.
6.1.3. Microscopía
Se distinguen un patrón bifásico: el tipo dominante está formado por células
“pilocíticas” bipolares compactas con fibras de Rosenthal junto a zonas
hipocelulares con microquistes. A veces, puede haber proliferación vascular,
que es indicativa de no malignidad. Inmunohistoquímica: Ki-67 típicamente
< 1%, indicando bajo potencial proliferativo.
Fig. 10: Parénquima cerebral con proliferación tumoral constituida por células
astrocitarias. Abundantes cuerpos eosinófilos y fibras de Rosenthal. Depósitos de
pigmento hemosiderínico.
6.2. ASTROCITOMA PILOMIXOIDE
El astrocitoma pilomixoide es una neoplasia descrita en la última clasificación de
la OMS en 2007. Comprende el 0.5-1% de todos los astrocitomas y es
considerablemente menos frecuente que el astrocitoma pilocítico. Normalmente
ocurre en edades más tempranas que el astrocitoma pilocítico. En el caso de los
supraselares, ocurre antes de los 4 años y en los de localizaciones atípicas en
adolescentes y adultos jóvenes.
6.2.1. Localización
Pueden aparecer en cualquier lugar del neuroeje, pero tienen una fuerte
predilección por la región supraselar. El 60% asienta sobre el hipotálamo /
quiasma óptico, y a veces se extienden a ambos lóbulos temporales. El 40%
tiene lugar en regiones atípicas, sobretodo en hemisferios cerebrales.
Fig. 11: Astrocitoma pilomixoide en la región hipotalámica/quiasmática,
que se extiende a ambos lóbulos temporales.
Fig. 12: Localización y edad de presentación de los astrocitomas
pilomixoides
6.2.2. Macroscopía
Son masas grandes, voluminosas, relativamente bien circunscritas. Tienen
una apariencia brillante por el componente mixto. La hemorragia y la necrosis
son más comunes que en los astrocitomas pilocíticos.
6.2.3. Microscopía
Ausencia de las fibras de Rosenthal y del patrón bifásico de los astrocitomas
pilocíticos. Células pilocíticas monomorfas entre una matriz mixoide rica en
mucopolisacáridos. A menudo las células muestran un patrón angiocéntrico
que es considerado casi patognomónico.
Fig. 13: Tumor glial de moderada densidad celular con estroma mixoide y
células bipolares con núcleos con escasa atipia y mitosis elevadas.
6.3. ASTROCITOMA SUBEPENDIMARIO DE CÉLULAS GIGANTES
Es un tumor localizado, circunscrito de Grado I de la OMS y que se asocia a
pacientes con esclerosis tuberosa, alrededor del 10-20% de los pacientes con
esclerosis tuberosa desarrollarán este tipo de tumores. Afecta típicamente durante
las dos primeras décadas de vida. El pronóstico de estos tumores es relativamente
bueno pues raramente invaden estructuras cerebrales adyacentes y las lesiones
suelen permanecer estables.
6.3.1. Localización
La mayoría de los astrocitomas subependimarios de células gigantes se
localizan en los ventrículos laterales, adyacentes al Foramen de Monro. Se han
descrito pocos casos de astrocitomas subependimarios de células gigantes
extraventriculares.
Fig. 14: Gráfico que muestra la localización típica del astrocitoma
subependimario de células gigantes en un paciente con esclerosis tuberosa.
Se ven los nódulos subependimarios, las tuberosidades corticales y la pérdida
de diferenciación cortico-subcortical que producen los mismos.
6.3.2. Macroscopía
Masas sólidas interventriculares que raramente sangran o producen necrosis,
aunque a veces se encuentran calcificaciones.
Fig. 15: Anatomía macroscópica de una masa lobulada, bien delimitada, en la
asta frontal cerca del foramen de Monro.
6.3.3. Microscopía
• Componen un amplio espectro de fenotipos astrogliales que pueden
ser indistinguibles de los nódulos subependimarios. Son típicas las
células piramidales grandes, similares a los astrocitos o a células
ganglionares.
• Los núcleos son grandes, redondos, excéntricos con cromatina abierta
y nucléolos prominentes.
• Inmnohistoquímica: Ki-67 bajo, pocas mitosis.
6.4. XANTOASTROCITOMA PLEOMÓRFICO
Es un tumor raro, que comprende menos del 1% del total de los astrocitomas. Se
da con mayor frecuencia antes de los 18 años (2/3 de los casos). Es un tumor focal,
superficial y asociado a convulsiones. Suele tener un pronóstico relativamente
favorable si se extirpa totalmente y es clasificado como grado II de la OMS. La
variante anaplásica del xantoastrocitoma pleomórfico es más agresiva y puede
diseminar a lo largo del SNC.
6.4.1. Localización
Más del 95% son masas supratentoriales. La mayoría son superficiales,
corticales y se encuentran en los lóbulos temporales (40-50%), frontales
(33%) o parietales (20%). Los casos en el cerebelo y en la médula espinal son
muy raros.
Fig. 16: Localización más frecuente de los xantoastrocitomas
pleomórficos.
6.4.2. Macroscopía
Masa quística con nódulo mural que está en contacto con las leptomeninges.
La invasión dural es rara. Los márgenes profundos del tumor son
indistinguibles de la infiltración focal de la sustancia blanca subcortical.
Fig. 17: Gráfico de un xantoastrocitoma pleomórfico con quiste mural, en
contacto con la superficie de la piamadre y con engrosamiento reactivo de la
dura y la aracnoides.
6.4.3. Microscopía
• Células xantomatosas con acúmulo de lípidos. Es típica la red densa
de fibras de reticulina y la arquitectura compacta con lipidización de
las células tumorales. Los astrocitos neoplásicos fibrilares, gigantes y
multinucleados que se entremezclan con células GFAP-positivas
grandes y que contienen lípidos.
• Inmunohistoquímica: Células GFAP + S100 inmunoreactividad.
• Marcadores neuronales como la sinaptofisina y la proteína
neurofilamentosa.
Fig. 18: Imagen histológica de un xantoastrocitoma pleomórfico. Células fibrilares,
gigantes y multinucleadas. Alteraciones citoplasmáticas por acúmulo de lípidos.
Fig. 19: Proliferación de células de citoplasma amplio, microvacuolado que
muestran pleomorfismo nuclear. D: Xantoastrocitoma pleomórfico con
características de anaplasia (recidiva).
7. Presentación Clínica
Los signos y síntomas neurológicos relacionados con los astrocitomas son el resultado
de las perturbaciones de la función del SNC.
• Inicio de los síntomas
o Grados I y II: El inicio suele ser sutil y los tumores se desarrollan
lentamente debido a la capacidad del cerebro de adaptarse temporalmente
a la presencia de un tumor de crecimiento lento.
o Grados III y IV: La aparición es más a menudo repentina y/o debilitante.
• Síntomas
Los síntomas dependen principalmente de la localización del tumor en el
cerebro. Los síntomas se dividen en 2 categorías:
Síntomas generales: síntomas que pueden aparecer con tumores en cualquier
localización
o Cefalea (normalmente por la mañana)
o Náuseas y/o vómitos
o Dificultades cognitivas:
▪ Problemas de memoria
▪ Cambios de humor o de personalidad
o Trastornos de la marcha
o Ataxia
o Papiledema
Síntomas focales: síntomas que se producen a causa de tumores en lugares
específicos
o Convulsiones:
▪ Síntoma más común de los astrocitomas
▪ Los tumores de bajo grado son más propensos a causar
convulsiones que los de alto grado.
o Afasia
o Déficit del campo visual
o Debilidad motora
o Hemiparesia
o Anomalías sensoriales
7.1. Diagnóstico
La neuroimagenología es la única prueba necesaria para diagnosticar un
astrocitoma. El estándar de oro es la RM, aunque a veces también se utiliza la TC.
7.1.1. RM
• Estudio de imagen estándar de oro
• Se solicita preferentemente con y sin realce de gadolinio
• Los astrocitomas de mayor grado muestran:
o Isointensidad en T1 e hiperintensidad en T2
o Realce con agentes de contraste paramagnéticos
• Los astrocitomas de bajo grado no suelen realzar con contraste.
Fig. 20: RM con contraste que muestra un glioblastoma multiforme
7.1.2. TC
• Indicaciones:
o Contraindicación para RM
o Fases agudas (e.g., cuando hay que descartar una hemorragia
o un accidente cerebrovascular)
o La TC de tórax/abdomen/pelvis puede estar justificada para
buscar lesiones primarias alternativas si se sospecha de
metástasis.
• Los hallazgos muestran una masa parenquimatosa mal definida.
• Las lesiones de bajo grado no suelen realzar con el contraste.
7.1.3. Otras pruebas
• EEG: puede utilizarse para evaluar y controlar la actividad
convulsiva.
• Estudios del LCR: pueden ayudar a descartar otros diagnósticos
(e.g., linfoma del SNC, metástasis).
7.1.4. Biopsia
Una biopsia está indicada para clasificar y/o confirmar el diagnóstico
después de identificar el tumor en la neuroimagenología.
• Astrocitoma pilocítico: Fibra de Rosenthal: inclusiones
citoplasmáticas eosinófilas, que aparecen como fibras en forma de
sacacorchos
• Astrocitoma difuso de bajo grado:
o Aumento de leve a moderado del número de núcleos de
células gliales
o Pleomorfismo nuclear
o Relación núcleo:citoplasma bastante elevada
o Filtro intermedio de prolongaciones celulares astrocíticas
finas de proteína ácida fibrilar glial
o Macroscópicamente: tumores mal definidos y de color gris
• Astrocitoma anaplásico:
o Aumento de la celularidad y del pleomorfismo nuclear
o Marcada actividad mitótica y atipia nuclear
o Alto índice proliferativo basado en la tinción Ki67
• Glioblastoma multiforme:
o Aumento de las cifras mitóticas, de la celularidad y del
pleomorfismo nuclear
o Proliferación vascular y/o de células endoteliales
o Zonas de necrosis (que a grandes rasgos parecen firmes y
blancas o blandas y amarillas)
o Las células tumorales están “pseudopalizadas”.
Fig. 21: Astrocitoma pilocítico con células endoteliales prominentes, así como
células neoplásicas que albergan figuras mitóticas y núcleos ovalados y
blandos.
Fig. 22: Imagen de una inmunotinción de la proteína de mantenimiento de
minicromosoma 2 (MCM2) de un astrocitoma de grado II con núcleos de
células astrocíticas neoplásicas positivas (oscuro) (objetivo de 40 aumentos).
Fig. 23: Microfotografía que demuestra una inmunopositividad significativa de p53
en un astrocitoma anaplásico.
Fig. 24: Microfotografía que revela una neoplasia glial maligna altamente celular,
incrustada en un fondo fibrilar glial, con mitosis, proliferación endotelial y necrosis.
Los hallazgos son compatibles con glioblastoma (tinción de hematoxilina-eosina,
×40).
8. Tratamiento y pronóstico
8.1. Tratamiento según grado
El tratamiento depende del grado, la localización del tumor (i.e., la cantidad
que puede resecarse de manera segura) y los síntomas. El tratamiento suele
consistir en una combinación de cirugía, radiación y quimioterapia.
• Astrocitoma de grado I:
o El mejor tratamiento es controvertido debido a:
▪ Falta de datos sólidos
▪ Naturaleza relativamente indolente del tumor
▪ Morbilidad asociada a los tratamientos
▪ Edad relativamente joven del paciente típico
o Considerar la máxima seguridad en la resección quirúrgica si el tumor es
accesible.
o Extirpación quirúrgica parcial cuando el tumor afecta partes cruciales del
cerebro
o Considerar la radioterapia cuando el tumor no es totalmente resecable.
• Astrocitoma de grado II:
o Se recomienda la resección quirúrgica para los tumores accesibles:
▪ No es curativa
▪ En última instancia, se requieren de terapias adicionales (i.e.,
radioterapia y quimioterapia) en todos los pacientes.
o Radiación más quimioterapia adyuvante (normalmente temozolomida)
o Seguimiento para comprobar recurrencia/progresión
• Astrocitomas de grado III y IV:
o El tratamiento estándar es la cirugía, radiación y quimioterapia
(normalmente con temozolomida).
o La cirugía puede incluir:
▪ Resección
▪ Procedimientos para aliviar los síntomas (e.g., colocación de una
derivación para aliviar la hidrocefalia)
o Si la cirugía no es posible, se utiliza la radiación y la quimioterapia.
• Otras terapias a considerar:
o Profilaxis de TVP en pacientes no ambulatorios y hospitalizados
o Tratamiento anticonvulsivo en pacientes con un antecedente de
convulsiones (el tratamiento anticonvulsivo profiláctico sigue siendo
controversial)
o Los corticosteroides (e.g., dexametasona) pueden utilizarse por sus
propiedades antiinflamatorias para reducir el efecto de masa del tumor.
8.2. Pronóstico
Los factores que afectan al pronóstico son:
• Grado del tumor:
o Grado I: 96% de supervivencia a 5 años
o Grado II: La mediana de supervivencia es de 8 años.
o Grado III: La mediana de supervivencia es de 2–5 años.
o Grado IV: La mediana de supervivencia es de 15 meses.
• Alcance de la resección quirúrgica
• Uso de radioterapia y/o quimioterapia adyuvante
o Edad: una menor edad en el momento del diagnóstico se asocia a una
mayor supervivencia.
• Estado funcional (e.g., síntomas mínimos y/o función neurológica normal)
asociado a una mayor supervivencia
CONCLUSIONES
1. Los astrocitomas son una patología bastante compleja, los cuales están
clasificados en diferentes grados y tipos. En la mayoría de los casos el diagnostico
está basado en pruebas de imágenes, específicamente de resonancias magnéticas,
que tienen un alto grado de exactitud, también se utilizan en otros casos
tomografías computarizadas. Los tratamientos son de índole quirúrgicos,
combinados con radioterapias, quimioterapias y el uso de fármacos.
2. Hay casos donde la resección del tumor no puede ser completa, lo que puede
conllevar a otra intervención quirúrgica, de estar la porción que quede del tumor
en un sector que se pueda acceder quirúrgicamente, de no ser así, como ya se ha
mencionado se utiliza radioterapia o quimioterapia, según sea el caso. Luego de
realizados los procedimientos quirúrgicos, los pacientes deben continuar con sus
valoraciones, cada cierto tiempo, para evitar el riesgo de la reaparición del tumor.
Hay que dejar en claro que, el no abordaje rápido de un astrocitoma puede
ocasionar la evolución del mismo a un grado, que pueda ocasionar la muerte del
paciente (grados III y IV).
3. No hay que olvidar que, al existir diferentes tipos de astrocitomas, la valoración
del paciente, debe ser individualizada, para tomar la decisión que mejor convenga
al paciente, y así poder realizar el tratamiento adecuado que logre la recuperación
total del mismo.
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