Ficha Sacramento de Curacion

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Religión- cuarto grado

FICHA DE TRABAJO

NOMBRE DE LA ACTIVIDAD: VALORANDO LOS SACRAMENTOS DE


CURACIÓN.
DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE:

¡Buenos días estimados estudiantes, hoy iniciaremos esta nueva experiencia de aprendizaje
denominada “¡VALORANDO LOS SACRAMENTOS DE CURACIÓN”, conoceremos el verdadero
sentido, características y efectos de los sacramentos de curación en la vida del cristiano a
ejemplo de Jesucristo!

❖ Iniciamos con la oración poniéndonos en la presencia de Dios.

¿Está alguien entre ustedes enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren
por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo
levantará. Si ha cometido pecados le serán perdonados. (Stgo. 5, 14-15).

❖ ¿De qué trata el siguiente texto bíblico?


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❖ Observo las imágenes y responde las preguntas:

❖ En base al texto bíblico responde:

1. ¿Qué observas en las imágenes?


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2. ¿Qué tienen en común?
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3. ¿Qué son los sacramentos de curación?
……………………………………………………………………………………………………………...
4. ¿Quiénes pueden recibir los sacramentos de curación?
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Religión- cuarto grado
❖ Lee con atención la siguiente información:

I.LOS SACRAMENTOS DE LA CONFESIÓN O RECONCILIACIÓN

a. NATURALEZA.
Penitencia en su sentido etimológico, viene del latín “poenitere” que significa: tener pena, arrepentirse. Cuando
hablamos teológicamente, este término se utiliza tanto para hablar de una virtud, como de un sacramento.
• Como virtud moral: Esta virtud moral, hace que el pecador se sienta arrepentido de los pecados cometidos, tener
el propósito de no volver a caer y hacer algo en satisfacción por haberlos cometidos. Cristo nos llama a la
conversión y a la penitencia, pero no con obras exteriores, sino a la conversión del corazón, a la penitencia interior.
De otro modo, sin esta disposición interior todo sería inútil. (Cf Is 1, 16- 17; Mt 6, 1-6; 16-18). Los medios para
cultivar esta virtud son: la oración, confesarse con frecuencia, asistir a la Eucaristía fuente de las mayores gracias,
la práctica del sacrificio voluntario, dándole un sentido de unión con Cristo y acercándose a María.
• Como sacramento: Como sacramento es uno de los siete sacramentos instituidos por Cristo, que perdona los
pecados cometidos contra Dios, después del bautismo y obtiene la reconciliación con la Iglesia. El nombre de
“Reconciliación” se debe a que reconcilia al pecador con el amor del Padre. Él mismo nos habla de la necesidad
de la reconciliación. “Ve primero a reconciliarte con tu hermano”. (Mt. 5,24) (Cf. CEC 1423 –1424)
b. INSTITUCIÓN
Después de la Resurrección estaban reunidos los apóstoles –con las puertas cerradas por miedo a los judíos– se
les aparece Jesús y les dice: “La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo los envío. Dicho esto, sopló
sobre ellos y les dijo: Recibid al Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedaran perdonados; a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. (Jn 20, 21-23) Este es el momento exacto en que Cristo instituye
este sacramento
c. RITO Y CELEBRACIÓN
La celebración de este sacramento, es una acción litúrgica. Encontramos dos elementos fundamentales en su
celebración. Uno de los elementos son los actos que hace el penitente que quiere convertirse, gracias a la acción
del Espíritu Santo, como son: el arrepentimiento o contrición, la confesión de los pecados y el cumplimiento de la
penitencia. El otro elemento es la acción de Dios por medio de los obispos y los sacerdotes, la Iglesia perdona los
pecados en nombre de Cristo, decide cual debe ser la penitencia, ora con el penitente y hace penitencia con él.
(Cf. CEC 1148). Cuando una persona hace una confesión de todos los pecados cometidos durante toda la vida, o
durante un período de la vida, incluyendo los ya confesados con la intención de obtener una mayor contrición, se
le llama confesión general. Se le debe de advertir al confesor de que se trata de una confesión general.
d. MINISTRO Y SUJETO
Los obispos como sucesores de ellos y los sacerdotes que colaboran con los obispos son los ministros del
sacramento (Cf. CEC 965). El lugar adecuado para administrar el sacramento es la iglesia (CEC 964). Siempre se
trata de que se lleve a cabo en un lugar sagrado, de ser posible. Al administrar el sacramento, los sacerdotes deben
de enseñar sobre los actos del penitente, sobre los deberes de estado y aclarar cualquier duda que el penitente
tenga. También debe de motivar a una conversión, a un cambio de vida. Debe de dar consejo sobre la manera de
remediar cada situación. En virtud de la delicadeza y el respeto debido a las personas, los sacerdotes no pueden
hacer público lo que han escuchado en la confesión. Quedan obligados a guardar absoluto silencio sobre los
pecados escuchados, ni pueden utilizar el conocimiento sobre la vida de la persona que han obtenido en el
sacramento. En ello no hay excepciones, quienes lo rompan son acreedores a penas muy severas. Este sigilo es lo
que comúnmente llamamos “secreto de confesión”
Religión- cuarto grado
II.UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

a. NATURALEZA
El sacramento de la Unción de los Enfermos “tiene como fin conferir la gracia especial al cristiano que experimenta
las dificultades inherentes al estado de enfermedad y vejez”. (CEC 1527). Es un hecho que la enfermedad y el
sufrimiento que ellos conllevan son inherentes al hombre, no se pueden separar de él. Esto le causa graves
problemas porque el hombre se ve impotente ante ellos y se da cuenta de sus límites y de que es finito. Además
de que la enfermedad puede hacer que se vislumbre la muerte. Sabemos que la muerte corporal es natural, pero
a través de los ojos de la fe sabemos que la muerte es causada por el pecado. (Cf. Rm 6, 23; Gn 2, 17). Para los que
mueren en gracia de Dios, es una participación en la muerte de Cristo, lo que trae como consecuencia el poder
participar en su resurrección. (Cf. Rm 6, 3-9; Flp 3, 10-11). En el Antiguo Testamento podemos apreciar como el
hombre vive su enfermedad de cara a Dios, le reclama, le pide la sanación de sus males. (Cf. Sal 6, 3; Is 38; Sal 38).
Es un camino para la salvación. (Cf. Sal 32,5; Sal 107,20) El pueblo de Israel llega a hacer un vínculo entre la
enfermedad y el pecado. El profeta Isaías vislumbra que el sufrimiento puede tener un sentido de redención. (Cf.
Is 53,11). Vemos como Cristo tenía gran compasión hacia aquellos que estaban enfermos. Él fue médico de cuerpo
y alma, pues no solo curaba a los enfermos, además perdonaba los pecados. Se dejaba tocar por los enfermos, ya
que de Él salía una fuerza que los curaba (Cf. Mc 1,41. 3,10. 6,56; Lc 6,19). Él vino a curar al hombre entero, cuerpo
y alma. Su amor por los enfermos sigue presente, a pesar de los siglos transcurridos. Con frecuencia Jesús le pedía
a los enfermos que creyesen, lo que nuevamente nos pone de relieve la necesidad de la fe. Así mismo se servía
de diferentes signos para curar. (Cf. Mc 2,17; Mc 5,34-36; Mc 9,23; Mc 7,32-36). En los sacramentos Jesucristo
sigue tocándonos para sanarnos, ya sea el cuerpo o el espíritu.
b. INSTITUCIÓN
Cuando Cristo invita a sus discípulos a seguirle, implica tomar su cruz, haciéndoles partícipes de su vida, llena de
humildad y de pobreza. Esto los lleva a tomar una nueva visión sobre la enfermedad y el sufrimiento y los hace
participar en su misión de curación. En Marcos 6, 13 se nos insinúa como los apóstoles, mientras predicaban,
exhortando a hacer penitencia y expulsaban demonios, ungían a muchos enfermos con óleo Una vez resucitado,
Cristo les dice: “que en Su nombre……. impondrán las manos sobre los enfermos…” (Mc 16, 17-18). Y queda
confirmado con lo que la Iglesia realiza invocando el nombre de Jesucristo. (Hech 9, 34; 14, 3). Sabemos que esta
santa unción fue uno de los sacramentos instituidos por Cristo. La Iglesia manifiesta que, entre los siete
sacramentos, hay uno especial para el auxilio de los enfermos, que los ayuda ante las tribulaciones que la
enfermedad trae con ella. Ahora bien, sabemos que ni las oraciones más fervorosas logran la curación de todas
las enfermedades y que los sufrimientos que hay que padecer, tienen un sentido especial, como nos lo dice San
Pablo: “completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia”.
(Col 1, 24).
c. SIGNO: MATERIA Y FORMA
La unción de los enfermos se administra ungiendo al enfermo con óleo y diciendo las palabras prescritas por la
Liturgia. (Cf. CEC, c. 998). La materia remota es el aceite de oliva bendecido por el Obispo el Jueves Santo. En caso
de necesidad, en los lugares donde no se pueda conseguir el aceite de oliva, se puede utilizar cualquier otro aceite
vegetal. Aunque hemos dicho que el Obispo es quien bendice el óleo, en caso de emergencia, cualquier sacerdote
puede bendecirlo, siempre y cuando sea durante la celebración del sacramento. La materia próxima es la unción
con el óleo, la cual debe ser en la frente y las manos para que este sacramento sea lícito, pero si las circunstancias
no lo permiten, solamente es necesaria una sola unción en la frente o en otra parte del cuerpo para que sea válido.
La forma son las palabras que pronuncia el ministro: “Por esta Santa Unción, y por su bondadosa misericordia te
ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte
en tu enfermedad”. Las palabras, unidas a la materia hacen que se realice el signo sacramental y se confiera la
gracia.

d. RITO Y CELEBRACIÓN
Religión- cuarto grado
Tiene lugar en familia en la casa, en un hospital o en una iglesia. Es conveniente, de ser posible, que vaya
precedido del sacramento de la Reconciliación y seguido por el Sacramento de la Eucaristía. La celebración es muy
sencilla y comprende dos elementos, los mismos que menciona Santiago 5, 14: “se imponen en silencio las manos
a los enfermos, se ora por todos los enfermos –la epíclesis propia de este sacramento–, luego la unción con el óleo
bendecido”
e. MINISTRO Y SUJETO
Solamente los sacerdotes o los obispos pueden ser el ministro de este sacramento. Esto queda claro en el texto
de Santiago y los Concilios de Florencia y de Trento lo definieron así, interpretando dicho texto. Únicamente ellos
lo pueden aplicar, utilizando el óleo bendecido por el Obispo, o en caso de necesidad por el mismo presbítero en
el momento de administrarlo. El sujeto de la Unción de los Enfermos es cualquier fiel que, habiendo llegado al uso
de razón, comienza a estar en peligro por enfermedad o vejez. (Cf. CEC 1514) Para administrarlo no hace falta que
el peligro de muerte sea grave y seguro, lo que si es necesario es que se deba a una enfermedad o vejez. En
ocasiones es conveniente que se reciba antes de una operación que implique un gran riesgo para la vida de una
persona. En el supuesto de que haya duda sobre si el enfermo vive o no, se administra el sacramento “bajo
condición”, anteponiendo las palabras “Si vives...”
Si vives...”
ACTIVIDAD
a. Con la información proporcionada completo el presente cuadro

SACRAMENTO INSTITUCIÓN MATERIA Y RITO Y MINISTRO Y


FORMA CELEBRACIÓN SUJETO

PENITENCIA

UNCIÓN DE LOS
ENFERMOS

❖ Reflexiono:

1. ¿Cuál es mi actitud de hoy en adelante frente a la enfermedad y la muerte?

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2. Después de interiorizar la información, realice una INFOGRAFÍA como PRODUCTO FINAL y
presente tu trabajo a tu profesor.

❖ Realizamos la meta cognición:

1. ¿Qué aprendí en la sesión sobre los sacramentos de curación?


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2. ¿Para qué me servirá lo aprendido en la presente actividad?
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3. ¿Qué dificultades encontré para que no sean los suficientemente valorados?
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