RETROACTIVIDAD
RETROACTIVIDAD
RETROACTIVIDAD
UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
SECCIÓN: A
HUÁNUCO-PERÚ
2023
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1.INTRODUCCIÓN.
creadas (o teoría de los derechos adquiridos) desde una perspectiva legalista. En efecto, las
normas que hasta ahora han servido de base para las teorías tradicionales sobre irretroactividad e
intangibilidad –principalmente el Código Civil y la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes
son de rango legal. Sin embargo, es este rango legal el que constituye el talón de Aquiles de estos
principios: ya que las leyes que los consagran pueden ser derogadas por normas de superior o
quedan reducidos a simples declaraciones de buenas intenciones que obligan al juez, pero no al
legislador. Sin embargo, hoy en día no es posible limitar el estudio de la irretroactividad de la ley
un cambio radical en la normativa que sirve de base a las teorías sobre irretroactividad y
seguridad jurídica, lo que hace necesario enfocar estas teorías desde una perspectiva
derechos adquiridos postula que los derechos que se adquieren bajo la vigencia de una
determinada ley se convierten en bienes que entran al patrimonio de sus titulares, quienes
ejercerían un derecho de dominio sobre estos derechos (práctica jurídica que ha sido bautizada
leyes posteriores no pueden afectar esos derechos adquiridos ya que estos gozan de la
intangibilidad de los derechos adquiridos surgirían como efecto del manto protector del derecho
de propiedad. Ya que la protección que otorga el derecho de propiedad está determinada por el
y la teoría de los derechos adquiridos se encuentran hoy en día regidos por las normas
constitucionales que regulan el derecho de propiedad, y que las normas del Código Civil y la Ley
de Efecto Retroactivo de las Leyes sobre esta materia se encuentran obsoletas. Pero el estudio
específica sobre seguridad jurídica que podría constituir el fundamento de una teoría moderna
prohibiendo que leyes posteriores afecten la esencia o libre ejercicio de dichos derechos. Por esta
vía, la Constitución Política consagra una intangibilidad directa a los derechos que ella establece,
intangibilidad inherente que surge por su calidad de derechos y no por su calidad de bienes
susceptibles de apropiación.
INTANGIBILIDAD.
Antes de entrar de lleno a la materia que nos ocupa, corresponde hacer algunas
estabilidad de las situaciones jurídicas creadas por dichas normas. Sin embargo, históricamente
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ley es retroactiva stricto sensu, puesto que la ley no puede ni reglamentar, ni modificar el pasado,
sino solo extender sus consecuencias en el presente a situaciones que se produjeron en el pasado.
Como señala López Menudo, “en puridad, ni siquiera es atribuible a la ley aunque a esta le sea
dable crear ficciones jurídicas como es la retroactividad el poder de ‘accionar hacia atrás’,
porque el pasado también es irrecuperable para las leyes; la norma solo puede determinar un
comportamiento futuro, no un pretérito; por tanto, ‘retroactividad’ de una norma solo puede
significar que en su aplicación futura serán tratados con arreglo a la norma también aquellos
hechos que acontecieron con anterioridad a su entrada en vigor. En suma, se quiere decir que no
son las normas las que retroceden en el tiempo, sino son los hechos y situaciones, cumplidos o
no, los que por imperativo legal cobran actualidad en la medida que ello sea posible para ser
regulados por la ley nueva”. Por lo tanto, la retroactividad es una ficción legal en virtud de la
cual una ley nueva pretende extender su aplicación temporal al ámbito regido por una norma
anterior. La regla general es que la ley se aplica a los actos celebrados y a los hechos acaecidos
En consecuencia, una ley será retroactiva cuando se aplique a hechos o actos realizados con
anterioridad a su entrada en vigencia. Sin embargo, el problema se presenta cuando los actos
celebrados o los hechos acaecidos bajo la vigencia de una ley producen todos o algunos de sus
efectos bajo el imperio de otra. Este problema supone que determinados actos y hechos jurídicos
producen efectos que permanecen en el tiempo, pudiendo durante este intervalo cambiar la ley
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bajo la cual se celebró u ocurrió el acto o hecho que hizo nacer dichos efectos. Surge entonces la
pregunta ¿qué ley debe aplicarse, la antigua o la nueva? ¿Si se aplica la ley nueva, es esta
retroactivas tanto aquellas leyes que afectan hechos o actos realizados en el pasado, como
aquellas que se aplican a los efectos de dichos hechos o actos, sea que estos hayan nacido
durante la vigencia de la norma anterior y la sobrevivan, o que nazcan con posterioridad ella. En
consecuencia, se hace necesario distinguir entre efecto retroactivo y efecto inmediato, y entre
irretroactividad e intangibilidad. El verdadero alcance del efecto retroactivo de las leyes fue
definido por Roubier al establecer la distinción entre el efecto retroactivo y el efecto inmediato
de las leyes. Según Roubier, una ley tiene efecto retroactivo cuando alcanza con sus efectos al
tiempo anterior a su entrada en vigor, es decir, afectando hechos ocurridos en el pasado. Una ley
retroactiva puede decirse que “penetra en el dominio de la norma antigua”, volviendo sobre el
de la ley a una fecha anterior a la de su entrada en vigor, como una ficción de preexistencia de la
ley. Por el contrario, una ley tiene efecto inmediato cuando rige todas las situaciones existentes
desde su entrada en vigor: la ley nueva no permite la subsistencia de la ley antigua, ni siquiera
para las situaciones jurídicas nacidas en el tiempo en que esta última regía; en virtud del efecto
inmediato los efectos de la ley antigua producidos después de la entrada en vigor de la nueva
norma quedan sujetas a esta. Por lo tanto, solo una ley que intente aplicarse a los hechos
acaecidos o a los actos ejecutados durante la vigencia de una ley anterior será retroactiva; por el
contrario, si una nueva ley pretende aplicarse a los efectos de hechos o actos realizados en el
pasado no tendrá efecto retroactivo, sino solo efecto inmediato. Algunos autores contemporáneos
han recogido esta distinción usando otra terminología, refiriéndose a distintos niveles de
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anterior. En este sentido, Suárez Collía reconoce la existencia de retroactividad en grado máximo
o absoluta (la nueva norma se aplica en su totalidad a una relación jurídica nacida o incluso
ejecutada al amparo de la legislación anterior, afectando tanto a la relación jurídica básica como
a todos sus efectos); retroactividad en grado medio (la nueva ley se aplica a una relación o
situación jurídica que tuvo su origen durante la vigencia de una ley ya derogada, pero se limita a
regular las consecuencias nacidas o que hayan de ejecutarse a partir del momento de su entrada
en vigor), y retroactividad en grado mínimo o atenuada (la nueva ley es aplicable exclusivamente
a los efectos de la relación jurídica que nazcan con posterioridad a su entrada en vigor). En virtud
de las distinciones anteriores, solo son propiamente retroactivas aquellas leyes que incurren en la
ficción de volver a regular hechos pasados, es decir, las leyes clasificadas como retroactivas por
Roubier, o retroactivas en su grado máximo por los autores contemporáneos. Por el contrario, las
leyes que pretenden afectar situaciones presentes cuyo régimen jurídico fue establecido por una
ley anterior (leyes de efecto inmediato o retroactivas en grado medio o mínimo) no son
pasados.
relación con la prohibición de “trasladar” una norma hacia el pasado, extendiendo sus efectos a
las situaciones o los actos jurídicos creados bajo el imperio de una norma, los que a pesar de
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eventuales cambios en la normativa quedan regidos por las prescripciones de la norma antigua6.
Siguiendo la distinción entre efecto retroactivo y efecto inmediato, no es necesario que una
norma tenga efecto retroactivo para afectar la intangibilidad de las situaciones jurídicas creadas
bajo el amparo de otra norma. Por el contrario, es perfectamente posible que una norma de efecto
inmediato afecte derechos adquiridos. En este sentido, Madariaga Gutiérrez sostiene que “una
norma que se dicta para regir hacia el futuro de manera diferente las situaciones creadas antes de
simple notificación no es una norma de efectos retroactivos. El respeto a los derechos adquiridos
cuyo dominio se extiende bajo la vigencia de la norma nueva será el problema de inmutabilidad
de las situaciones creadas, mas no de retroactividad”. Sin embargo, ha sido usual entre los
autores confundir estos dos estadios conceptuales, ya que muchos han catalogado como
retroactivas normas que rigen solo hacia el futuro cuando estas afectan derechos adquiridos por
las personas en virtud de una ley anterior. En consecuencia, el problema de los derechos
hacia el futuro, tanto las normas propiamente retroactivas como las que no lo son pertenecen al
para cambiar o anular los actos generadores de determinadas situaciones jurídicas, afectando en
consecuencia los efectos de dichas situaciones, una ley de efecto inmediato las afecta
retroactivo y la de efecto inmediato pueden afectar situaciones jurídicas creadas bajo el amparo
juristas de antaño, con el objeto de otorgar certeza y continuidad a los actos realizados en
conformidad a las leyes vigentes y a los efectos de dichos actos, erraron en el enfoque del
hacia el pasado) en vez de en su manifestación estática (la protección de las situaciones jurídicas
creadas bajo la vigencia de una determinada norma). Sin embargo, el problema no es si acaso
una ley puede o no accionar hacia el pasado; lo que se intenta proteger es la validez de los actos
ejecutados legalmente bajo la vigencia de una norma, así como los efectos de dichos actos, frente
las situaciones jurídicas creadas válidamente bajo una legislación vigente en un momento
determinado. Por lo tanto, el enfoque constitucional que proponemos se refiere más a una teoría
conexión histórica con la teoría de los derechos adquiridos, nos referiremos a la irretroactividad
funcionalmente limitada, es una de las características más relevantes de esta norma colectiva.
Con la aprobación del Estatuto de los Trabajadores de 1980 se instauró la figura legal de la ultra
actividad, permitiendo la prórroga indefinida de las cláusulas normativas de los convenios una
vez finalizado su plazo de vigencia establecido. La crisis económica iniciada en nuestro país en
el año 2008 conllevó la aprobación de distintas reformas legislativas en materia laboral. Dichas
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Disposición Transitoria Cuarta de la Ley 3/2012 que regulan la nueva limitación temporal de la
ultra actividad. Esta recesión económica conllevó el cierre de numerosas empresas y tuvo efectos
demoledores sobre el empleo, llegando a alcanzar una cifra superior a los 5 millones de
desempleados. Además, la caída del consumo, la reestructuración bancaria, una crisis crediticia y
un elevado gasto público agravaron aún más el escenario económico. Ante esta situación, era
necesario llevar a cabo una política de austeridad con el fin de evitar la quiebra de nuestro
sistema financiero. En dicha política de recortes se adoptaron distintas medidas legislativas, entre
las que se enmarca la Reforma Laboral de 2012. La Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas
urgentes para la reforma del mercado laboral supone un gran cambio en el modelo de relaciones
laborales de nuestro país. Con el fin de adaptarse a los nuevos escenarios y exigencias
convenio de una mayor flexibilidad y adaptación a los cambios económicos, y es por ello que
inflexión en la negociación colectiva. Por todo ello, el presente trabajo tiene como objetivo el
estudio de la nueva redacción del art. 86.3 del Estatuto de los Trabajadores y la Disposición
convenio colectivo, así como un análisis sobre las consecuencias jurídicas, jurisprudenciales y
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laborales que esta nueva regulación ha generado. La metodología empleada para realizar este
estudio contempla una parte teórica y una práctica. La teórica se basa en la revisión tanto de
diferentes fuentes bibliográficas como de la legislación que regula la duración de los convenios
colectivos, así como el análisis de informes sobre cláusulas de denuncia y ultraactividad de los
convenios. En la parte práctica se analizan numerosas sentencias que recogen los distintos, e
incluso contradictorios, pronunciamientos judiciales donde el Tribunal Supremo tiene que hacer
frente a los problemas de interpretación y vacíos legales que la actual regulación plantea. En
cuanto a la estructura del trabajo, el primer capítulo se centra en la negociación colectiva y los
convenios colectivos. En el primer epígrafe se realiza un pequeño recorrido por la evolución del
segundo y tercer epígrafe explican qué son los convenios colectivos estatutarios y su vigencia,
segundo capítulo desarrolla la ultraactividad de los convenios colectivos. Para ello, el primer
los cambios que ha sufrido desde su implantación hasta la regulación de 2012, así como los
distintos escenarios de incertidumbre legal y las posturas doctrinales e interpretativas del nuevo
art. 86.3 del Estatuto de los Trabajadores. En el segundo epígrafe se enumeran diferentes
pronunciamientos judiciales sobre la nueva redacción del art. 86.3, realizando un estudio más
En el tercer y último epígrafe se analizan los diferentes escenarios de post ultra actividad que
tanto el nuevo art. 86.3 como la citada Sentencia del Tribunal Supremo han generado, así como
sus efectos sobre las condiciones de trabajo. Para finalizar, el documento contiene un apartado de
forzosa, por voluntad legal o convencional, en la que se encuentra un convenio colectivo una vez
convenio o laudo arbitral sustitutivo o por un determinado tiempo (de un año) si no hay un nuevo
convenio colectivo o laudo arbitral aplicable (Sala Franco, 2013). La ultra actividad de los
convenios colectivos supone la extensión aplicativa de sus cláusulas normativas con la finalidad
de evitar un vacío normativo desde la fecha de extinción del convenio antiguo hasta un nuevo
de seguridad jurídica que ha permitido el desarrollo más libre y meditado de los procesos
ultraactividad se implantó por primera vez en nuestra legislación con la entrada en vigor del
tanto no se logre acuerdo expreso perderán vigencia sus cláusulas obligacionales. La vigencia del
contenido normativo del convenio, una vez concluida la duración pactada, se producirá en los
ultraactividad en las negociaciones también es cierto que ha generado problemas, como la falta
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pactada de los mismos, ya que las negociaciones se dilatan en el tiempo y provocan situaciones
de bloqueo y paralización. Para poner fin a este problema, la principal novedad de la reforma del
artículo 86.3 por el RDL 7/2011, de 10 de junio, es incorporar los acuerdos interprofesionales de
ámbito estatal o autonómico si existe una falta de acuerdo transcurridos los plazos máximos de
mecanismos de mediación o arbitraje. Pese a todas estas variaciones del artículo 86 del ET, es la
incentivar que la renegociación del convenio se adelante al fin de su vigencia sin necesidad de
denuncia del conjunto del convenio, como situación que resulta a veces conflictiva y que no
facilita un proceso de renegociación sosegado y equilibrado. Pero, además, para cuando ello no
resulte posible, se pretende evitar una «petrificación» de las condiciones de trabajo pactadas en
temporal de la ultractividad del convenio a un año’’. Y son estas últimas líneas las que suponen
una importante modificación del artículo 86.3 del ET, cuyo párrafo 4º queda redactado de la
siguiente forma: ‘‘Transcurrido un año desde la denuncia del convenio sin que se haya acordado
un nuevo convenio o dictado un laudo arbitral, aquel perderá, salvo pacto en contrario, vigencia
y se aplicará, si los hubiere, el convenio colectivo de ámbito superior que fuera de aplicación’’.
Por último, la Ley 3/2012 determina un régimen transitorio en materia de ultraactividad para
aquellos convenios colectivos que fueran denunciados antes de la entrada en vigor de dicha
norma, estableciendo una fórmula de cálculo consistente en computar el plazo de un año desde la
entrada en vigor de la ley. Este precepto legal ha tenido una gran trascendencia al plantear en su
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nueva redacción varias incógnitas a resolver cuando el convenio pierde su vigencia ultra activa.
Todo ello pone de manifiesto la existencia de escenarios de incertidumbre jurídica, así como
diferentes posturas doctrinales acerca de cómo solucionar este ‘‘vacío legal’’ que serán
desarrolladas a continuación.
finaliza el periodo ultraactivo de un convenio y no existe un convenio superior aplicable; las tesis
trabajo pactadas, y las tesis derogatorias que defienden la finalización total de la vigencia del
convenio haciendo una interpretación literal del nuevo artículo. 2.1.3.1 Tesis derogatorias o
rupturistas. Los defensores de esta tesis afirman que, en defecto de laudo arbitral, pacto en
vigencia una vez extinguido el plazo legal de ultraactividad, de tal manera que las relaciones
laborales se reglamentarán por los mínimos legales y normas que sean de aplicación con carácter
general en la legislación social, en concreto por el Estatuto de los Trabajadores. Esta postura
doctrinal se fundamenta principalmente en una interpretación literal del artículo 86.3 del que no
mantenimiento en vigor de dicho convenio. Los partidarios de esta tesis defienden que este
legitimadas para ello han tenido un plazo para poder llegar a un acuerdo. No obstante, esta
interpretación presenta cierta problemática, ya que son numerosas las remisiones que el Estatuto
de los Trabajadores hace al convenio colectivo sobre diversas materias, como el sistema de
Además, la adopción de esta tesis por la jurisprudencia no produciría los efectos perseguidos por
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podría ocasionar innumerables conflictos laborales, ya que esta postura rupturista supone una
disminución de los derechos de los trabajadores, además de una pérdida de las condiciones
salariales o del ejercicio de los derechos de acción sindical, todo ello regulado en el convenio
decaído. 2.1.3.2 Tesis continuistas o conservacionistas. Los partidarios de las tesis continuistas
convenio colectivo deben continuar una vez queda denunciado, finaliza el plazo de ultraactividad
y no existe un convenio colectivo de ámbito superior aplicable. Pese a ser el enfoque doctrinal
trabajo reguladas por el convenio que ha perdido su vigencia. Una primera forma sería la tesis de
convenios colectivos pasan a contractualizarse una vez que se inician las relaciones laborales, es
decir, cuando se firma el contrato de trabajo también se firman las condiciones del convenio
aplicable. De tal manera que una vez vencido, denunciado y decaído el convenio, su contenido se
consecuencia, las condiciones más beneficiosas conseguidas durante la vigencia del convenio
será una norma jurídica sino los contratos laborales existentes. Sin embargo, esta teoría plantea
dos inconvenientes; por un lado, las condiciones de trabajo contractual izadas pasar a tener un
valor jurídico meramente contractual y no normativo, pudiendo ser objeto de modificación por
parte del empresario en virtud de las causas recogidas en el artículo 416 ET y, por otro lado, los
convenio ya decaído. Una segunda forma sería la tesis de la continuidad residual, señalando que
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para que un convenio decaiga es necesario que las partes, gracias a su autonomía colectiva,
aporten soluciones alternativas que amparen a los trabajadores afectados y, en caso contrario,
que se mantenga la ultraactividad del convenio. De este modo, sin ser posible la aplicación de un
continuará aplicándose de forma subsidiaria. Otras tesis próximas a las contractualitas secundan
determinadas condiciones que consideran esenciales del intercambio contractual, como puede ser
el salario, horario o el trabajo concreto a realizar. Por último, cabe reseñar que una parte de la
doctrina considera que, una vez que el convenio pierde su vigencia, también pierde su valor de
eficacia general y, por lo tanto, pasa a considerarse un convenio de eficacia limitada a los sujetos
estatutario. Pero este criterio tiene inconvenientes en cuanto a su duración, ya que si existía una
concreta vigencia temporal pactada dejarían de surtir efectos en la fecha prevista. Además, no
generan condiciones más beneficiosas en los términos del artículo 41 ET, ya que su aplicación no
hay que destacar que la mayoría de los sectores doctrinales, a través de distintas vías, defienden
Sin embargo, en general, ninguno de ellos resuelve acerca de cuál sería la situación de los nuevos
interpretación de dicho precepto. La validez de los pactos en contrario. Los convenios colectivos
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pueden contener cláusulas referentes a la prórroga de su contenido, que se conoce como prórroga
expresa. Estas cláusulas pueden clasificarse en tres tipos; aquellas que establecen un plazo de
prórroga determinado, aquellas que se remiten a la nueva redacción del Estatuto de los
Trabajadores (un año) o aquellas cláusulas que señalan una prórroga indefinida. Con la entrada
en vigor de la Ley 3/2012, surgen los primeros debates cuando el convenio que contiene una
cláusula de prórroga expresa data de una fecha anterior a la entrada en vigor de dicha Ley. Una
establece la ultraactividad hasta la firma del nuevo convenio, sin embargo, otros sectores
doctrinales entienden que estos pactos no son válidos porque no puede extenderse la aplicación
de la norma a situaciones que, por ser anteriores, no podían prever la aplicación de la misma.
Nacional de 23 de julio de 2013, que trata sobre la validez de los pactos en contrario relativos a
la vigencia de las cláusulas normativas de convenios colectivos anteriores a la reforma y que, por
lo tanto, se encuentran en fase de ultraactividad en el momento que entra en vigor la Ley 3/2012.
La parte demandante defiende que el artículo 1.3 del convenio recoge que una vez denunciado el
aprobación de un nuevo convenio que sustituya al decaído, entendiendo que existe un pacto
sobre la vigencia del convenio una vez denunciado, que se extiende hasta la entrada en vigor de
uno que lo sustituya. Sin embargo, la parte demandada argumenta que esta cláusula de
ultraactividad no es el ‘‘pacto en contrario’’ al que hace referencia el nuevo art. 86.3 ET ya que,
convenio entró en vigor. La Sala dictó Sentencia favorable a la parte demandante, otorgando
validez a los pactos en contrario contenidos en los convenios colectivos denunciados con
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anterioridad a la reforma laboral de 2012, una vez superado el plazo de un año previsto en su
disposición transitoria cuarta. Dicha resolución fue ratificada por el Tribunal Supremo en su
Sentencia de 17 de marzo de 2015, entendiendo que ‘‘si un convenio colectivo, suscrito con
anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 3/2012, contiene cláusula que prevea que una vez
normativas hasta que se produzca la entrada en vigor de un nuevo convenio que haya de
sustituirle, tal cláusula es el ‘‘pacto en contrario’’ al que se refiere el último párrafo del apartado
3 del artículo 86 ET’’. Sin embargo, la doctrina establecida en esta Sentencia no fue aceptada de
forma unánime por la mayoría de la Sala, ya que se emite un voto particular formulado por el
generados por el art. 86.3 del Estatuto de los Trabajadores es el mantenimiento de la vigencia del
convenio hasta que se pacte uno nuevo. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en su
Sentencia del 26 de noviembre de 2013 establece que, denunciado un convenio colectivo sin
cláusula de ultraactividad, éste mantiene su vigencia mientras continúan las negociaciones hasta
que se acuerde un nuevo pacto, no siendo aplicable en estos casos el Estatuto de los
Trabajadores. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dicta Sentencia con
en contrario como requiere el art. 86.3 del Estatuto de los Trabajadores. Como consecuencia de
pronunciamientos tan opuestos era necesaria una manifestación del Tribunal Supremo que
aclarara el debate suscitado por la nueva redacción del art. 86.3 del Estatuto, en especial su
diciembre de 2014, la Sala de los Social del Tribunal Supremo hace pública la primera Sentencia
desde la entrada en vigor de la Ley 3//2012. La empresa entiende que, al no existir un convenio
colectivo de ámbito superior aplicable, debe proceder a abonar la nómina de julio (mes en que el
convenio expiraba en su vigencia en ultraactividad en aplicación del art. 86.3 ET), en dos partes,
aplicando hasta el 7 de julio de 2013 las condiciones salariales del convenio y a partir del 8 de
julio de 2013 las condiciones establecidas en el Estatuto de los Trabajadores. Por lo tanto, la
cumplido el año desde la entrada en vigor de la Ley 3/2012 como defiende la parte actora,
alegando que el artículo 86.3 del ET regula un régimen de ultraactividad limitada sólo en defecto
de pacto, entendiendo la parte actora que existe dicho pacto, por lo que no sería de aplicación la
artículo 86.3 del Estatuto de los Trabajadores como consecuencia de la reforma laboral de 2012,
existe un convenio colectivo superior aplicable, ‘‘qué debe entenderse por convenio colectivo de
ámbito superior’’, ya que puede referirse al ámbito territorial o bien al ámbito funcional, o si
existiendo varios convenios de ámbito superior cual debe aplicarse, ya que desde el punto de
vista de la jerarquía de las normas todos los convenios tienen el mismo rango. No obstante, esta
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estipular ‘‘qué ocurre si no hay convenio de ámbito superior’’. La Sala IV del Tribunal Supremo
se pregunta ‘‘cómo se regularán a partir de la pérdida de vigencia del convenio en cuestión los
laguna legal consistente en que el legislador no ha dicho absolutamente nada respecto de dicha
situación que, desde luego, a nadie se le escapa que es verdaderamente problemática’’. Ante esta
disyuntiva, la Sentencia hace referencia a las dos soluciones radicalmente opuestas que se han
dado respecto a la interpretación del nuevo art. 86.3 del Estatuto de los Trabajadores. Por un
lado, la denominada tesis ‘‘rupturista’’ que defiende la regulación de los derechos y obligaciones
de los trabajadores mediante las normas estatales y reglamentarias, sin tener en cuenta las
condiciones laborales existentes en el convenio colectivo fenecido y, por otro lado, la tesis
la tesis rupturista podría producir en el ámbito del contrato de trabajo una alteración sustancial de
sus condiciones para ambas partes, transformando las bases esenciales del propio contrato y el
empresario no podría sancionar disciplinariamente a sus trabajadores salvo que existiera causa
suficiente para el despido. El último motivo se basa en la alteración que la aplicación de la tesis
rupturista supondría en el sistema de fuentes de la relación laboral, regulado en el art. 3.17 ET.
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Señala la Sentencia que las condiciones laborales de un trabajador están reguladas en su contrato
de trabajo desde que se inicia la relación jurídico-laboral, puesto que el contrato ‘‘tiene una doble
los derechos y obligaciones a que se comprometen las partes’’. Por lo tanto, las condiciones
instante que se crea la relación jurídico-laboral. Por todo ello, la Sala desestima el recurso de
casación interpuesto por la empresa ATESE y confirma la Sentencia del Tribunal Superior de
Justicia Baleares, que declaraba no ajustada a derecho la conducta empresarial de aplicar a partir
del 8 de julio de 2013 el Estatuto de los Trabajadores. Esta resolución no contradice el mandato
del legislador, ya que el convenio colectivo si pierde su vigencia, de tal manera que las
mediante el art. 41 ET, y no deben ser respetadas para los trabajadores de nuevo ingreso cuando
haya transcurrido un año de la pérdida de vigencia del convenio. Para poder zanjar
definitivamente el debate doctrinal y judicial que esta materia ha suscitado, lo deseable hubiera
sido que el fallo del Tribunal fuera unánime, sin embargo, la Sentencia consta de cuatro votos
particulares. El primer voto particular corresponde al Magistrado Excmo. Sr. D. Luis Fernando
de Castro Fernández, concordante con el fallo de la Sentencia sobre la vigencia y aplicación del
la decisión final, alegando que dicha conclusión podía haberse llegado por otra vía, como es la
jurídico’’, según señala. Fernández de Castro basa su razonamiento en una interpretación de las
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formulado por el Magistrado Excmo. Sr. D. Miguel Ángel Luelmo Millán, es concurrente con el
colectiva como ‘‘un factor determinante en el logro de la paz social, la cual, a su vez, se erige
continuación poner en duda que la nueva redacción del art. 86.3 ET sea constitucional.
Posteriormente, Luelmo Millán afirma que cuando el derecho debatido tiene una naturaleza
salarial, como es este caso, la tesis más adecuada es aquella que sitúa en un término medio el
periodo extintivo de la ultraactividad, afirmando que ‘‘el salario es un derecho primordial del
trabajador y debe preservarse, en lo posible, de los avatares normativos’’. Por ello defiende el
angular de la relación laboral, ‘‘no debe verse afectado por la reforma en la más estricta
Sr. D. Antonio V. Sempere Navarro, al que se adhiere el presidente Excmo. Sr. D. Jesús Gullón
Rodríguez, y los Magistrados Excmos. Sres. D. José Luis Gilolmo López, D. José Manuel López
García de la Serrana y D. Jesús Souto Prieto. Este voto particular es discrepante tanto con el fallo
de la Sentencia como con su fundamentación jurídica, ya que el Excmo. Sr. D. Sempere Navarro
opta por la defensa de la tesis rupturista y rechaza que los derechos y obligaciones de las partes
existentes al finalizar la ultraactividad del convenio estén contractual izados, así como su
una doctrina acerca de la pervivencia del contenido del convenio desaparecido (puesto que
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de los salarios percibidos’’. A pesar de compartir con la Sentencia tanto el punto de partida (el
convenio ha perdido su vigencia) como el resultado (no rebajar las retribuciones), entiende que
‘‘ni la demanda ni la Sentencia de instancia han dado argumentos válidos para llegar al resultado
en cuestión’’. Para el Magistrado, las bases sobre las que debería haberse afrontado la resolución
del recurso son las siguientes: ‘‘El convenio del que dimanaban los salarios pretéritos ha perdido
por tanto, sus previsiones en materia retributiva. ‘‘La solución al problema no puede estar
de la respuesta jurídica que debamos otorgar’’. Por lo tanto, no puede descartarse una solución a
un problema jurídico porque sus consecuencias desagraden, ni ‘‘cabe construir unos argumentos
ad casum para alcanzar la solución deseada a costa de prescindir del mandato de las propias
leyes’’. ‘‘Los derechos de una norma derogada o caducada ya no están incorporados a los
contratos sobre los que se proyectaba. Procede examinar la pretensión a la vista de diversos
prismas constitucionales o legales para determinar si cabe reducir el salario cuando el convenio
laboral se regulan por el contrato, sino ‘‘por la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico
(incluyendo convenios colectivos, Leyes, reglamentos, etc.) así como por el propio pacto
individual con los márgenes ya expuestos, amén de los usos o costumbres y de las concesiones
empresariales’’. Por último, en cuanto a la resolución del caso, el Excmo. Sr. D. Sempere
Navarro aboga por el mantenimiento del salario a los trabajadores al considerar la retribución
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como un elemento esencial del contrato de trabajo. No obstante, considera que esta solución no
es trasladable a otras materias ‘‘en las que la desaparición del convenio ni afecta a un elemento
APLICACIÓN RETROACTIVA.
jurídica penal posterior a la comisión del hecho delictivo a condición de que dicha norma
octubre de 2016, que condenó don Paul Julio Cuba Ramírez a tres años de pena privativa,
suspendida en su ejecución por el período de prueba de dos años, por la comisión del delito
contra la vida, el cuerpo y la salud, lesiones leves por violencia familiar; la nulidad de la
Resolución S/N , de fecha 16 de agosto de 2017, que confirmó la citada condena (Expediente N.°
que se ha vulnerado el principio de retroactividad benigna de la ley penal, pues los magistrados
de 016, se condenó al favorecido como presunto autor del delito de lesiones leves por violencia
familiar, regulado en el artículo 122- B del Código Penal, pese a que dicha norma se encontraba
derogada durante el periodo de tiempo en que se emitió la sentencia condenatoria. Por dicha
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Decreto Legislativo 1323, la Sala superior demandada no podía confirmar una condena que se
benigna.
CONCLUSIONES.
hasta el momento. A partir del año 2012, desde mi punto de vista, la negociación
laborales de los trabajadores en general. Una de las medidas que más tensión e
incentivar la renegociación del convenio antes de que finalice su vigencia. Sin embargo,
esta medida ha generado más problemas que los que pretendía solventar, ya que con esta
reforma se rompe el equilibrio que debe existir entre las partes durante un procedimiento
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contrario, sus condiciones laborales pasan a regularse por un convenio distinto o por el
convenios. Este fallo es un duro golpe a la Reforma de 2012, ya que el Alto Tribunal
consigue contrarrestar el cambio que la Ley 3/2012 pretendía al modificar las reglas
dejando en evidencia la técnica legislativa llevada a cabo por el gobierno, ya que carece
pues los recoge en su sentencia. A pesar de ello, conscientemente se arbitra una solución
que puede acabar generando mayor inestabilidad que la que pretende evitar, provocando
una gran inseguridad jurídica. Y así ha sucedido, ya que el escenario que la tesis
Sin embargo, los pronunciamientos de los Tribunales no han conseguido mitigar los
nuevo ingreso. Además, aún quedan sin resolver diferentes cuestiones relativas a la
nuevo marco normativo. Por otro lado, no cabe duda que el sistema de fuentes del
origine hace necesaria una re conceptualización del lugar que ocupan el convenio
todo ello nos encontramos, sin ninguna duda, ante un dilema de compleja solución, ya
que la literalidad del apartado 4º del art. 86.3 ET y las tesis rupturistas tampoco abocan a
tratando de atenuar sus efectos optando, como se ha podido comprobar en las diferentes
una nueva redacción legislativa que acabe con tanta inestabilidad y que proporcione una
pienso que se trata de una doctrina que “comporta una ‘petrificación’ de condiciones
paga un fuerte peaje conceptual; en fin, abdica del valor normativo de los convenios,
BIBLIOGRAFÍA.
materia de Ultraactividad de los convenios colectivos’’. XVI Jornadas 2015 Fundación SIMA,
Madrid: 3-22.